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Australopithecus sediba seria una nueva especie antecesora
del humano moderno que vivió en el Plioceno de Sudáfrica.
Publicado
en
Paleo. Año 8. Numero 46. Mayo de 2010.
Una nueva especie de homínido
descubierta en Sudáfrica podría ser el vínculo evolutivo entre
el simio y el hombre moderno, afirma un equipo internacional de
investigadores. Los científicos encontraron fósiles de dos
esqueletos de unos dos millones de años de antigüedad, un joven
y una hembra adulta, de una especie hasta ahora desconocida y
que ha sido llamada Australopithecus sediba.
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Los esqueletos fueron hallados
en la región de Malapa, a 40 kilómetros de
Johannesburgo, en un lugar conocido como la "Cuna de la
Humanidad". Tal como señalan los investigadores en la
revista Science, este homínido podría pertenecer
a la etapa de la evolución que ocurrió entre los simios
y el hombre moderno. "Creo que éste es un buen candidato
para pertenecer a la especie de transición entre el
hombre mono africano, el Australopithecus
africanus
y el Homo habilis, o incluso podría ser un
antepasado directo del Homo erectus",
expresó el profesor Lee Berger, de la Universidad de
Witwatersrand en Sudáfrica, quien dirigió el estudio. |
Se cree que los
Australopithecus, un grupo de homínidos primates que
surgieron en África hace unos 3,9 millones de años, gradualmente
evolucionaron hasta convertirse en la primera especie de los
Homo. Con el paso del tiempo, los australopitecos
-que se desplazaban de forma bípeda- fueron perdiendo sus
características de primates, comenzaron a caminar erguidos y su
capacidad cerebral fue incrementándose. Hace unos 2,5 millones
de años comenzó a aparecer el Homo habilis, la
primera especie descrita como "distintivamente humana". Y aunque
sólo se han encontrado unos pocos ejemplares de esta especie, se
desconocía cómo había ocurrido la evolución entre el
australopiteco y el Homo habilis. Los nuevos
fósiles, creen los científicos, podrían pertenecer a esta
especie de transición.
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El Australopithecus
sediba tenía brazos largos, como un simio, y
manos cortas pero fuertes. También contaba con una
cadera muy avanzada y piernas largas con las que podría
dar grandes zancadas y posiblemente correr como el
humano. "Calculamos que ambos individuos tenían unos
1,27 metros de altura, aunque el joven ciertamente pudo
haber crecido más", dijo el profesor Berger.
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"La hembra probablemente
pesaba unos 33 kilogramos y el joven unos 27 kilos en el momento
de su muerte". El científico agrega que el tamaño del cerebro
del joven era de entre 420 y 450 centímetros cúbicos, lo cual es
pequeño si se compara con el cerebro humano de entre 1.200 y
1.600 centímetros cúbicos. Pero la forma de sus cerebros parece
más avanzada que la de los australopitecos. Sin embargo, el
equipo del profesor Berger decidió no clasificar a esta especie
como Homo porque "los fósiles tienen una forma
corporal general similar a la de otros australopitecos". "Tienen
ciertas características en el cráneo y la pelvis que son
similares a las del género Homo. Sin embargo, dado
el pequeño tamaño de su cerebro y su forma corporal similar a la
del australopiteco, el equipo pensó que mantener a esta especie
en el género Australopithecus
era la decisión más prudente", expresaron los autores.
Además de los esqueletos -que
los científicos dataron en aproximadamente 1,9 millones de años-
se encontraron restos de un "dientes de sable", un antílope,
ratones y conejos. Todos quedaron conservados en una sustancia
dura similar al concreto, conocida como sedimento calcificado
clástico, que se formó en el fondo de lo que parece ser un lago
subterráneo o una piscina. En la investigación participaron unos
60 científicos de todo el mundo.
Australopithecus afarensis fueron los primeros en erguirse de
forma vertical durante el Mioceno.
Publicado
en
Paleo. Año 8. Numero 45. Mayo de 2010.
Los antepasados humanos que
vivieron hace 3,6 millones de años en África, y cuyas huellas
quedaron impresas en el yacimiento tanzano de Laetoli, caminaban
dando pasos como hoy lo hacen los 'sapiens' modernos, aunque
también eran capaces de trepar por los árboles con gran
agilidad.
Una nueva investigación, desarrollada en Estados Unidos, ha
confirmado lo que ya muchos paleoantropólogos sospechaban: que
los 'Australopithecus afarensis' fueron los
primeros en erguise de forma vertical y andar por el suelo de
una forma mucho más eficiente que sus parientes, los chimpancés.
La certeza del sofisticado
bipedismo que ya caracterizó a esta especie, a la que pertenecen
los restos de la hembra batizada como 'Lucy', ha sido posible
gracias al trabajo sobre las huellas grabadas en Laetoli del
equipo de David Raichlen, antropólogo de la Universidad de
Arizona. Estas huellas, descubiertas hace 30 años al sur de la
Garganta de Olduvai, se preservaron durante millones de años
gracias a que encima de ellas se depositaron cenizas volcánicas,
dejando todos los detalles impresos, y sólo pudieron ser hechas
por los 'A. afarensis' que entonces habitaban la
zona.
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El esqueleto de 'Lucy', del
que se encontraron numerosos huesos, es uno de sus
ejemplares y corresponde al de un primate que habría
caminado sobre sus dos piernas en la tierra, debido a
las características de sus caderas, sus piernas y su
trasero. Sin embargo la curvatura en los dedos de todas
sus extremidades, así como sus hombros indican que
también pasaban tiempo en las ramas, por lo que aún no
se consideran del género 'Homo', que
surgió hace unos dos millones de años.
Algunos investigadores
debatían hasta ahora si aquellos 'A. afarensis'
llegaron a andar erguidos o caminaban como los
chimpancés, con las rodillas y las caderas dobladas,
algo que se rebate ahora en las conclusiones del equipo
de Raichlen, publicadas en 'PLoS One'. Para su
experimento biomecánico, construyeron un camino de arena
en su laboratorio e hicieron caminar por él a diferentes
individuos, algunos de forma erguida y otros agachados,
como si fueran chimpancés.
Captaron así modelos tridimensionales de todas sus
huellas, gracias al equipo que tiene el biólogo Adán
Gordon en su laboratorio evolutivo de la Universidad de
Albany. Tras estudiar la profundidad de las marcas
dejadas por el talón y los dedos de los pies comprobaron
que las huellas de Laetoli eran exactamente iguales que
las de los humanos erguidos. Cuando iban agachados, la
impresión de los dedos era mucho más profunda. |
"Los análisis anteriores
indicaban de los 'Australopithecus afarensis'
andaban inclinados, pero hemos visto que no es así. Lo hacían
como los humanos modernos y es una forma increíblemente
eficiente, lo que sugiere que el coste energético en la
evolución del bipedismo ya era bajo antes de los orígenes de
nuestro género 'Homo'", asegura Raichlen.
Además, como destaca su colega
Adam Gordon, este estudio demuestra que, en un momento en que
nuestros antepasados tenían una anatomía bien adaptada para
pasar mucho tiempo en los árboles, ya habían desarrollado el
bipedismo moderno, aunque aún tardarían más 1,5 millones de años
en bajar definitivamente a tierra.
El fósil de 'Darwinius' no es el 'eslabón
perdido' de los primates superiores.
Publicado
en
Paleo. Año 8. Numero 42. Marzo de 2010.
El fósil de un
prosimio bautizado como 'Darwinius masillae',
conocido también como 'Ida', no es el esperado 'eslabón perdido'
en la evolución de los primates, tal y como se publico en mayo
de este año en la revista PLoS One. Así lo asegura un grupo de
investigadores de la Universidad de Stony Brook, de Nueva York,
que han analizado los restos de otro primate similar a los
lemures, en este caso de hace 37 millones de años. Los
paleontólogos, dirigidos por Erik R. Seiffert, echan así por
tierra, en la revista 'Nature', el que
fue un
anuncio realizado a bombo y platillo a nivel internacional
dentro de una campaña que ya entonces despertó recelos entre
los especialistas.
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En su trabajo,
reconocen que esta especie de primates adapoides, anteriores a
los lemures,
tienen
características comunes con los primates superiores,
entre los que se encuentran los seres humanos, pero
evolucionaron de forma independiente a éstos, si bien fue en un
proceso convergente. Para llegar a esta conclusión
han
analizado un total de 360 características morfológicas
de la mandíbula y los dientes de un ejemplar de hace unos 37
millones de años, en el Eoceno, que fue localizado en Egipto.
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Según sus
datos, que han comparado con otros
117
primates vivos y ya extintos, era un ejemplar
muy parecido a la famosa 'Ida', datada hace 47 millones de años.
Y, aseguran, no fueron nunca antepasados de los primates
superiores, sino que su linaje se perdió en el proceso evolutivo
y, por ello, hoy no tiene descendientes.
De hecho,
consideran de que el hecho de que ni 'D. masillae' ni los
primates tengan premolares secundarios
podría
deberse a una evolución independiente entre ambas ramas,
sin necesidad de que tengan relación. Es decir, 'Ida', cuyo
esqueleto apareció perfectamente fosilizado, no es el 'eslabón
perdido' ni, por tanto, es el fósil más antiguo jamás
encontrados relacionado con la evolución humana, como se dijo
cuando se anunció.
Un ancestro común de los humanos detrás de los
ojos azules.
Publicado
en
Paleo. Año 8. Numero 43. Marzo de 2010.
Las personas de
ojos azules tienen un mismo ancestro en común, de acuerdo a
nuevas investigaciones. Un equipo de científicos ha encontrado
una mutación genética que da como resultado ojos de color azul.
La mutación ocurrió entre 6.000 y 10.000 años atrás. Antes de
eso, los ojos azules no existían.
"Originalmente,
todos teníamos ojos cafés", explicó Hans Eiberg del Departamento
de Medicina Celular y Molecular en la Universidad de Copenhague.
La mutación afectó al gen llamado OCA2, que está involucrado en
la producción de melanina, el pigmento que le da color a nuestro
cabello, ojos y piel. "Una mutación genética que afecta al gen
OCA2 en nuestros cromosomas resultó en la creación de un
'interruptor' que literalmente 'apagó' la habilidad de producir
ojos cafés", dijo Eiberg.
El interruptor
genético está localizado en el gen adyacente al OCA2 y en lugar
de desactivar completamente el gen, el interruptor limita su
acción, lo que reduce la producción de melanina en el iris. En
la práctica, el interruptor desactivado diluyó los ojos castaños
y los hizo azules. Si el gen OCA2 hubiera quedado completamente
desactivado, nuestro cabello, ojos y piel estarían desprovistos
de melanina, un padecimiento conocido como albinismo. "Es
exactamente lo que más o menos esperaba ver a partir de lo que
sabemos sobre la selección en torno a esta área", dijo John
Hawks, de la Universidad de Wisconsin-Madison, refiriéndose a
los resultados del estudio sobre el gen OCA2. Hawks no participó
en el estudio actual.
Eiberg y su
equipo examinaron ADN tomado de mitocondrias, las estructuras
que crean energía en las células, de personas con ojos azules en
países que incluían a Jordania, Dinamarca y Turquía. Dicho
material genético proviene de mujeres, para poder hacer un
seguimiento de descendencias maternas. Analizaron
específicamente las secuencias de ADN en el gen OCA2 y la
mutación genética asociada con la disminución de producción de
melanina. A través de varias generaciones, los segmentos de ADN
ancestral se reacomodan para que los individuos tengan
secuencias variadas. Sin embargo, algunos de estos segmentos que
no se reacomodan son llamados haplotipos. Si un grupo de
individuos comparte haplotipos largos, eso significa que la
secuencia surgió hace relativamente poco tiempo en nuestros
ancestros humanos. La secuencia de ADN no tuvo tiempo suficiente
para mezclarse.
"Lo que
pudieron mostrar es que quienes tienen ojos azules en Dinamarca,
o tan lejos como en Jordania, que toda esta gente tiene este
mismo haplotipo, todos ellos tienen exactamente los mismos
cambios de gen que están vinculados a esta misma mutación que da
como resultado ojos azules", dijo Hawks en una entrevista
telefónica.
La mutación es
lo que regula el interruptor OCA2 para la producción de
melanina. Y dependiendo de la cantidad de melanina en el iris,
una persona puede terminar con un color de ojos que va desde
café hasta verde. Los individuos con ojos de color café tienen
una variación individual considerable en el área de su ADN que
controla la producción de melanina. Pero se descubrió que los
individuos con ojos azules sólo tienen un grado pequeño de
variación en la cantidad de melanina en sus ojos.
"De un total de
800 personas, sólo hemos encontrado una que no encajaba en la
descripción -pero el color de sus ojos era azul con un solo
punto café", le dijo Eiberg a LiveScience, en referencia al
hallazgo de que todos los individuos de ojos azules tenían la
misma secuencia de ADN vinculada a la producción de melanina. "A
partir de esto, podemos concluir que todos los individuos que
tienen ojos azules están vinculados al mismo ancestro", señaló
Eiberg. "Todos han heredado el mismo interruptor exactamente en
el mismo punto de su ADN". Eiberg y sus colegas detallaron su
estudio en la edición en línea de la publicación Human Genetics
el 3 de enero del 2008.
De algún modo,
ese interruptor genético se propagó por toda Europa y, ahora,
por otras partes del mundo. "El asunto en realidad es, '¿por qué
pasamos de que nadie en el planeta tuviera ojos azules hace
10,000 años, a que el 20 ó 40 por ciento de los europeos tenga
ahora ojos azules?'", dijo Hawks. "Este gen hace algo bueno por
la gente. La hace tener más hijos".
En Siberia hallan los restos de nueva especie
humana del Pleistoceno Superior.
Publicado
en
Paleo. Año 8. Numero 45. Mayo de 2010.
Los científicos todavía no encuentran el “eslabón perdido”, el
hipotético espécimen que sería el intermediario entre los
hombres modernos y los simios. Sin embargo, el hallazgo de la
que podría ser una nueva especie humana antes desconocida,
contemporánea del hombre de Neandertal y el Homo Sapiens,
podría cambiar radicalmente el rompecabezas de nuestra historia
evolutiva.
En un artículo publicado ayer en la edición digital de la
revista británica Nature, investigadores del Instituto Max
Planck de Antropología Evolutiva, en Leipzig, Alemania,
describen el análisis efectuado a los restos fósiles de un dedo
meñique procedente de un solo hueso localizado en una cueva en
las montañas de Altai, en el sur de Siberia (Rusia). El grupo de
expertos, liderado por Johannes Krause y Svante Pääbo, extrajo
muestras de Ácido Desoxirribonucleico (ADN) del hueso, que
perteneció a un menor de entre cinco y siete años de edad, y
tras analizarlas determinó que difieren notablemente del
material genético presente tanto en el Homo Sapiens
como en el Hombre de Neandertal, especie arcaica de humano que
pobló Europa hace unos 44 mil años.
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La conclusión preliminar es que el ejemplar estudiado
-al que por el momento Pääbo y sus colegas han llamado
“Mujer X”, aunque desconocen su sexo- corresponde a otro
linaje hasta ahora no identificado, posterior a la
primera salida de África de un homínido. Esa criatura
habría vivido hace unos 30 mil años. “Realmente no se
parece a nada que hayamos visto antes. Su secuencia
(genética) es completamente diferente a la de los
humanos”, aseguró Krause en declaraciones a agencias de
noticias. El análisis también evidencia que la línea
evolutiva de ese homínido se separó de la que dio origen
a humanos y neandertales hace un millón de años. |
Eso hace a la “Mujer X” más joven que el Homo Erectus,
la especie prehumana que se dispersó desde nuestra cuna en el
continente africano hacia diversas partes del mundo hace
aproximadamente un millón 900 mil años.
Los ancestros del Neandertal emigraron hace unos 500 mil años.
“Es una nueva criatura que hasta ahora no había estado en el
monitor de nuestro radar”, expresó Svante Pääbo. Pese a esta
evidencia, los investigadores alemanes han mostrado cautela al
decir se trate de una nueva especie. Pääbo, pionero en
decodificar ADN de restos humanos, dijo que antes de afirmarlo
con toda certeza, será necesario descartar la posibilidad de que
haya pertenecido a una población formada por mezclas entre
individuos del nuevo linaje y de las especies conocidas.
El material analizado por los expertos es el llamado ADN
mitocondrial, es decir, material genético procedente de las
mitocondrias que están dentro de las células y que solamente
puede ser transferido por la madre a sus descendientes a través
de sucesivas generaciones. Pero todavía falta que se estudie el
resto del ADN contenido en el fósil, el que se encuentra en el
núcleo celular (puede ser heredado por el padre) y que podría
aportar pistas adicionales sobre la presunta nueva especie. “En
la época en la cual este linaje de humanos partió desde África,
debió haber sido un grupo distinto, quizá una especie distinta.
Pero para saber si fue así, tendremos que esperar el (resultado
del análisis del) ADN nuclear”, explicó el científico alemán.
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El hueso fósil de la “Mujer X” fue descubierto por
arqueólogos rusos en la denominada cueva de Denisova, en
2008. De acuerdo con los exámenes de Carbono 14, las
capas de tierra en el piso del sitio datan de entre hace
48 mil y 30 mil años. Durante esa época (finales de la
Era del Hielo del Pleistoceno, que concluyó hace 10 mil
años), el clima era probablemente más frío. Por ello, el
doctor Johannes Krause considera que los miembros del
nuevo linaje posiblemente empleaban ropas, ya que los
chimpancés y gorilas no pueden soportar heladas
extremas. Adicionalmente, algunos artefactos encontrados
en las mismas capas de tierra en Denisova incluyen
ornamentos y un brazalete que son típicos de los sitios
poblados por humanos modernos del Paleolítico superior
en Europa. |
Pero los huesos pueden moverse dentro de los lugares
arqueológicos y entonces resulta muy difícil saber si el hueso
del meñique hallado en realidad está asociado con los
instrumentos, si bien hay escasos indicios de mezclas en las
capas de tierra. “En el caso del Hombre de Neandertal, como han
encontrado tantos restos en diferentes partes de Europa y Medio
Oriente, los científicos han podido hacer estudios de ADN con
los que han visto que hay diferencias significativas para
considerarlos una especie diferente a nosotros, el Homo
Sapiens”, comenta el maestro Luis Espinosa Arubarrena,
especialista en paleontología del Instituto de Geofísica de la
UNAM.
La secuencia del genoma del Neanderthal revela
cruces con el humano moderno.
Publicado
en
Paleo. Año 8. Numero 47. Julio de 2010.
La
decodificación del genoma de los Neanderthal anunciado por un
equipo internacional de investigación reveló cruces con el
humano moderno y arroja una nueva luz sobre las características
genéticas únicas humanas en la evolución.
De 1 a 4% del
genoma humano (2% de sus genes) provienen del Neanderthal, que
aparecieron hace unos 400.000 años y se extinguieron hace 30.000
años, precisan los científicos, en un estudio publicado en la
revista estadounidense Science del 7 de mayo. El Neanderthal es
así el primo más cercano a los seres humanos. "Podemos decir en
adelante que con toda probabilidad se produjo una transferencia
de genes entre los Neanderthal y los humanos", destaca Richard
Green, profesor de ingeniería bio-molecular de la Universidad de
California en Santa Cruz y principal autor del estudio, que
comenzó hace cuatro años y del que se había publicado un avance
en 2008.
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Según
los investigadores, esta transferencia genética debió
producirse hace 50.000 a 80.000 años, probablemente
cuando los primeros Homo sapiens se fueron
de África, cuna de la humanidad, y coincidieron con los
hombres de Neandhertal en Medio Oriente, antes de
dispersarse en Eurasia. El hecho de que los genes del
Neanderthal aparezcan en el genoma de individuos de
origen europeo y asiático, pero no entre los africanos,
sostiene esta hipótesis. Además, no se ha hallado ningún
gen de Homo sapiens en el genoma
Neanderthal que fue secuenciado a partir de ADN extraído
de tres huesos fosilizados provenientes de la cueva
Vindiglia, en Croacia, y que datan de hace 38.000 y
44.000 años. Los huesos pertenecían a tres hembras. |
Los científicos
compararon el genoma Neanderthal con el de cinco humanos
modernos procedentes de África meridional y occidental, así como
de Francia, China y Papúa Nueva Guinea. También lo compararon
con el genoma del chimpancé, cuyo ADN es 98,8% idéntico al
humano. En comparación, el Neanderthal resultó idéntico
genéticamente al humano moderno en 99,7% y al chimpancé en
98,8%. El antepasado común del chimpancé con el humano moderno y
su primo el Neandertal se remonta a hace 5 o 6 millones de años.
El hombre de
Neanderthal y el humano se separaron, en el árbol de la
evolución, durante un período que se remonta a entre 270.000 y
440.000 años, concluye el estudio, destacando que ambas especies
eran muy similares. "La decodificación del genoma del
Neanderthal nos permite comenzar a definir todas las
características del genoma humano que difieren de otros
organismos vivos, incluidas aquellas del pariente más cercano al
humano en la evolución", señala Svante Paabo, director del
Departamento de Genética del Instituto Max Planck en Alemania,
quien dirige el proyecto de secuenciación.
Según Richard
Green, "la decodificación del genoma del Neanderthal es una mina
de información sobre la evolución reciente de la humanidad y
será aprovechada en los próximos años".
Encuentran a Australopithecus afarensis, el
bisabuelo de la humanidad en Etiopía.
Publicado
en
Paleo. Año 8. Numero 48. Julio de 2010.
Paleontólogos encontraron en Etiopía al bisabuelo de la
humanidad, con una antigüedad de 400 mil años más que el
esqueleto de Lucy. Científicos del Cleveland Museum
of Natural History participaron en el hallazgo y análisis de los
huesos, que indican que la postura erguida es más antigua de lo
que se pensaba.
El descubrimiento y los resultados de este análisis inicial
serán divulgados esta semana en la edición anticipada en línea
de la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.
El esqueleto parcial, pertenece a la especie de Lucy,
Australopithecus afarensis, fue encontrada en el
área de Woranso-Mille, de la región Afar, en Etiopía, por un
equipo liderado por el Dr. Yohannes Haile- Selassie, curador y
responsable de antropología física en el Cleveland Museum of
Natural History.
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El esqueleto parcial fue excavado durante cinco años
luego del descubrimiento de un fragmento de un hueso de
la parte inferior del brazo, en 2005. La excavación
recuperó la clavícula más completa y una de las
escápulas más completas encontradas hasta ahora en el
registro de fósiles humanos. El espécimen fue apodado "Kadanuumuu"
(kah-dah-nuu-muu) por los autores. "Kadanuumuu"
significa "hombre grande" en la lengua Afar y refleja su
gran tamaño. |
El homínido masculino medía entre 1.55 y 1.70 metros de
estatura, mientras que 'Lucy' medía un metro con 10 centímetros
de estatura. "Este individuo era completamente bípedo y tenía la
capacidad de caminar casi como los humanos modernos", dijo Haile-Selassie.
"Como resultado de este descubrimiento, podemos ahora decir con
confianza que 'Lucy' y sus parientes eran casi tan hábiles como
nosotros caminando con dos piernas, y que la elongación de
nuestras piernas proviene de antes en nuestra evolución que lo
que se pensaba".
El coautor Dr. C. Owen Lovejoy, profesor de antropología de la
Kent State University, explicó que el nuevo espécimen "nos
cuenta mucho más acerca de las proporciones de la pelvis, el
tórax y las extremidades que lo que podía hacer 'Lucy' sola".
Entre los autores de las investigaciones, se encuentran el Dr.
Bruce Latimer, director del Centro de Orígenes Humanos en la
Case Western Reserve University y el Dr. Beverly Saylor,
profesor asociado de ciencias geológicas en la Case Western
Reserve University.
Excavaciones paleoantropológicas recuperan
fósiles del hombre Neanderthal.
Publicado
en
Paleo. Año 8. Numero 49. Septiembre de 2010.
El director
general de la Promoción de la Cultura y el Libro, Francisco
Giménez, presentó hoy, junto con el alcalde de Torre Pacheco,
Daniel García, y el doctor de la Universidad de Murcia Michael
J. Walker, la XIX Campaña de Excavaciones Paleontropológicas y
Arqueológicas de la Sima de las Palomas, ubicada en el Cabezo
Gordo de la pedanía de Dolores de Pacheco, cuya excavación
científica ha puesto de relieve importantes descubrimientos
sobre el Hombre de Neanderthal.
En concreto,
según informaron fuentes regionales y municipales, en esta
campaña se han encontrado tres esqueletos, con cráneos y
mandíbulas de dos adultos y un chaval joven, de la especie
extinta del Hombre de Neanderthal de más de 50.000 años. La Sima
de las Palomas es el yacimiento del Hombre de Neanderthal más
importante del arco mediterráneo español y el segundo en
importancia sobre el Hombre Fósil en la Península Ibérica.
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Diez
años de excavaciones paleoantropológicas han sacado a la
luz la presencia de al menos ocho individuos del Hombre
de Neanderthal representados por un centenar de huesos y
dientes, después del hallazgo del primer fósil humano
por un espeleólogo en 1991. La labor científica de
excavación paleoantropológica e investigación del
Cuaternario está siendo realizada por el profesor
Michael Walker y sus colaboradores científicos
nacionales e internacionales. La campaña que se ha
llevado a cabo en 2010 se ha dedicado en primer lugar al
desmantelamiento del conglomerado interior, que ha
aportado restos significativos, entre ellos una punta
gruesa de sílex blanco, implemento característico del
Hombre de Neanderthal. |
En este
sentido, Daniel García, ha adelantado que próximamente se va
realizar el Museo Paleontológico para albergar todos los restos
arqueológicos de la Región de Murcia, "con el fin de que los
ciudadanos puedan disfrutar durante todo el año de los restos de
nuestros antepasados, y puedan conocer más de cerca de donde
provenimos".
Por su parte,
el profesor Michael Walker ha agradecido al Ayuntamiento de
Torre-Pacheco su colaboración y confianza en este proyecto, y se
ha mostrado feliz con la iniciativa del próximo museo. La Sima
de las Palomas ha proporcionado más fósiles del Hombre de
Neanderthal que cualquier otro yacimiento del arco mediterráneo
español, lo que muestra su importancia para el estudio de la
Evolución Humana. En las excavaciones realizadas en este
asentamiento prehistórico del litoral murciano se han hallado
unos 120 huesos y dientes correspondientes a ocho individuos de
Homo sapiens neanderthalensis.
Esta especie
humana fósil habitaba Europa hasta hace 30.000 años, cuando fue
sustituida por el Homo Sapiens Sapiens, que
provenía de África ya con conformación moderna. Los
Neanderthales habían evolucionado en Europa, y entre sus
precursores estuvieron aquellos seres humanos extintos que hace
300.000 años dejaron sus restos en otra sima, la Sima de los
Huesos, en la cueva burgalesa de Atapuerca, y que han sido
designados como Homo heidelbergensis, es decir, los pre-Neanderthales.
Los
Neanderthales de la Sima de las Palomas del Cabezo Gordo
pertenecen al periodo del Pleistoceno Superior, de hace entre
150.000 y 300.000 años, y aparecen junto con los típicos
utensilios paleolíticos de sílex y muchos huesos quemados
procedentes de la caza.
El pasado
domingo 8 tuvo lugar una exitosa jornada de puertas abiertas con
la presencia de más de 500 personas, de distintos puntos de la
Región de Murcia, destacando el número de extranjeros que
acudieron a la cita anual mostrando gran interés en conocer en
primera persona la ardua labor de los excavadores. Los
visitantes conocieron los trabajos de excavación, subiendo hasta
la gruta y recibiendo las explicaciones de los expertos.
Miles de fósiles de neandertales en Barcelona.
Publicado
en
Paleo. Año 8. Numero 50. Noviembre de 2010.
La campaña
estival de excavación en el yacimiento neandertal del Abric
Romaní, situado en Capellades (Barcelona), ha permitido extraer
13.000 nuevos fósiles que confirman la importancia de uno de los
enclaves idóneos para conocer mejor la forma de vida de las
sociedades que habitaron el lugar, hace unos 55.000 años.
La excavación,
dirigida por un equipo del Instituto Catalán de Paleoecología
Humana y Evolución Social (Iphes), ha permitido también poner al
descubierto una zona concreta más resguardada, que los
arqueólogos creen que sirvió exclusivamente como habitación,
para el descanso de los hombres prehistóricos. El arqueólogo,
antropólogo y paleontólogo Eudald Carbonell ha señalado que un
lugar tan protegido como el descubierto en el Abric Romaní
podría corresponder a una "zona de ocupación intensa" de los
neandertales, algo muy poco documentado hasta la fecha.
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El
yacimiento neandertal de Abric Romaní mantiene un grado
de conservación similar al de la ciudad italiana de
Pompeya, sepultada por la erupción del Vesubio en el
siglo I, gracias a la rápida acumulación de sedimentos,
según publicó en diciembre la revista científica 'Science'.
Durante el centenar de años desde su descubrimiento y
las dos décadas de trabajo que se han realizado, los
investigadores han constatado la existencia de
poblaciones de neandertales durante más de 20.000 años,
además de que éstos organizaban su espacio en función de
la distribución de sus hogueras, de las que se han
descubierto los restos de unas 200. |
La presente
campaña de excavación, que finaliza esta semana, ha servido para
extraer numerosas piezas líticas en el mismo nivel 0 del
yacimiento, al mismo nivel que las áreas de habitación, lo que
según los expertos "obliga a redefinir la extensión" de cara al
próximo año. Los fósiles descubiertos suponen un "cambio
tecnológico importante", según el Iphes, respecto a campañas
anteriores, puesto que se ha hecho más generalizado el hallazgo
de herramientas talladas siguiendo la técnica Levallois --que
consiste en la extracción de muescas a partir del núcleo de la
piedra--.
Además, los
investigadores han señalado que el mayor número de estas
herramientas de sílex de pequeñas dimensiones se ha encontrado
dentro de los lares sin quemar, lo que evidenciaría que muchas
de las tallas se habrían producido en el interior de la misma
cueva. La campaña de excavación ha contado con la participación
de 67 personas, procedentes de distintas universidades de
España, Argelia, Italia, Francia y Estados Unidos.
Homo ergaster cazaba y comía elefantes en el
Pleistoceno de Tanzania.
Publicado
en
Paleo. Año 8. Numero 50. Noviembre de 2010.
Hace 1,3
millones de años sucedió algo fundamental en la evolución
humana, un cambio que ayudaría a explicar por qué hoy hombres y
mujeres viven en ciudades y organizan mundiales de fútbol. Un
equipo de investigadores españoles acaba de desenterrar en la
garganta de Olduvai (Tanzania) un conjunto de fósiles que
demuestran que el Homo ergaster, el tatarabuelo
de todos los humanos, ya se alimentaba de elefantes hace 1,3
millones de años.
El hallazgo va
mucho más allá de revelar las costumbres gastronómicas de los
primeros humanos, como explica uno de los codirectores de las
excavaciones, el profesor de Prehistoria en la Universidad
Complutense de Madrid Manuel Domínguez-Rodrigo. "Teníamos
constancia de que los primeros humanos consumían animales de
hasta 300 kilogramos, pero alimentarse de elefantes, de varias
toneladas, implica un gran cambio", asegura. En algún momento,
los Homo ergaster, posiblemente descendientes del
primer humano, Homo habilis, "se juntaron", como
interpreta con cautela Domínguez-Rodrigo, a falta de análisis
exhaustivos que llegarán pronto. "De repente, parece que tenían
más bocas que alimentar. Habían formado grupos grandes, en lugar
de moverse en solitario o en pequeños grupos", señala el
científico.
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Su
equipo, ahora integrado en el recién creado Instituto de
Evolución en África, acaba de finalizar su quinta
campaña de excavaciones en Olduvai, la cuna de la
humanidad. Han hallado fósiles de elefantes con marcas
de herramientas de piedra. Y también de sivaterios,
enormes parientes de las jirafas ya extintos, devorados
por los humanos.
"Sabemos quién hizo esto",
presume el profesor. Junto a los restos de animales han
aparecido dos fósiles de Homo ergaster: un
radio y un fémur. |
Es la primera
vez que se desentierra el radio un hueso del antebrazo de un
ejemplar de esta especie, pero el hallazgo más importante podría
ser el hueso de la pierna, el fémur. La actual descripción
física de los Homo ergaster se apoya en
extrapolaciones a partir de un esqueleto descubierto en 1984
cerca del lago Turkana, en Kenia. El problema es que aquel
individuo, que murió hace 1,6 millones de años por una muela
picada, era un niño. Medía 1,60 metros y la comunidad científica
calculó entonces que habría crecido hasta 1,85 metros. El nuevo
fragmento de fémur, presentado ayer en la Universidad de Alcalá
de Henares, servirá para poner de una vez por todas una longitud
fiable a nuestro tatarabuelo. "Una de las prioridades
ahora es averiguar la talla del Homo ergaster,",
narra Enrique Baquedano, codirector de los trabajos en Olduvai.
El precursor de HIV vivió en monos del
Pleistoceno.
Publicado
en
Paleo. Año 8. Numero 50. Noviembre de 2010.
Científicos
estadounidenses han descubierto que el virus de
inmunodeficiencia en simios (SIV), precursor del VIH en seres
humanos, tiene entre 32.000 y 75.000 años, y no unos cientos
como se pensaba hasta ahora, según una investigación publicada
hoy en la revista Science.
Este hallazgo
se debe a un estudio genético realizado sobre unas cepas únicas
del SIV encontradas en monos de Bioko, una isla de África que
quedó separada del continente después de la glaciación hace más
de 10.000 años. La investigación señala que la edad del SIV
podría incluso ser superior y cuestiona los estudios anteriores
de las secuencias de ADN del virus que establecía que tenía sólo
unos cientos de años.
Esto
significaría que el hombre ha estado expuesto muchas veces al
virus de los simios ya que durante toda la historia han cazado
monos arriesgándose a contagiarse de esta enfermedad que podrían
haber contraído a través de la sangre con un simple corte.
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"El VIH
es impredecible porque, en general, todas las demás
especies de virus de inmunodeficiencia causan una
mortalidad mucho menor en las especies de acogida", dijo
Michael Worobey, profesor del departamento de biología
evolutiva de la Universidad de Arizona y que dirigió el
estudio junto con el virólogo Preston Marx de la
Universidad de Tulane, en Nueva Orleans, Luisiana. El
estudio también plantea una pregunta sobre el origen del
VIH, que los científicos creen que evolucionó a partir
de SIV. |
El estudio
también plantea una pregunta sobre el origen del VIH, que los
científicos creen que evolucionó a partir de SIV. Si los seres
humanos han estado expuestos a monos infectados con SIV durante
miles de años, cabe preguntarse por qué la epidemia del VIH sólo
comienza en el siglo XX. "Es como encontrar una pieza fósil de
la evolución del virus", señaló el científico, que señaló que
con las pistas que está revelando esta pequeña isla "ahora
sabemos que los humanos estuvieron casi con toda seguridad
expuestos al SIV durante mucho tiempo, probablemente cientos de
miles de años ".
No será fácil
encontrar la respuesta de inmediato, agregó. "La reconstrucción
del pasado evolutivo mediante la comparación de los genes de
estos virus es como mirar hacia el océano", dijo Worobey, "se
puede ver un largo camino, pero no se sabe lo que está más allá
del horizonte". "En algún momento en el pasado, no sé lo que
pasó. Hay mucho mar por descubrir" para tratar de desentrañar
las relaciones entre estos patógenos.
Según Worobey,
el SIV se distribuyó en todo el continente africano antes de que
la isla de Bioko quedara separada del continente. "Cuando eso
ocurrió, los virus que estaban circulando en el momento quedaron
aislados de las poblaciones de virus en el continente africano",
dijo, y "algo pasó en el siglo 20 para cambiar este virus de
mono relativamente benigno en otro mucho más potente que podría
comenzar la epidemia".
Los ancianos de Atapuerca eran cuidados por
individuos más jóvenes.
Publicado
en
Paleo. Año 8. Numero 51. Noviembre de 2010.
Un hombre mayor
que vivió en la Sierra de Atapuerca (Burgos) hace más de medio
millón de años, sufría unas graves lesiones de espalda que le
harían caminar encorvado y le impedirían desplazarse por los
intensos dolores, es decir, que no podría cazar, algo importante
para sobrevivir en aquella sociedad prehistórica. Así lo indican
los huesos fosilizados de aquel individuo prenenadertal
recuperados en el yacimiento de la Sima de los huesos. Los
científicos creen que son lesiones juveniles, del desarrollo, y
se preguntan si dependió su supervivencia hasta la avanzada edad
-para aquella gente- de 45 años o más gracias al altruismo de
sus congéneres, que le ayudarían o alimentarían. "Este hombre o
no se movía del sitio, o usaba un bastón, o recibía ayuda de
otros, si comía carne era porque otros se la daban y si se
desplazaba era porque otros le asistían", conjetura científico
Alejandro Bonmati.
La
investigación se basa en una pelvis fósil descubierta en la Sima
de los Huesos hace más de diez años y bautizada Elvis,
más cinco vértebras halladas fragmentadas en el yacimiento en
diferentes campañas y que ahora se han podido reconstruir y
asociar al mismo individuo por las peculiares patologías del
individuo. Los científicos, incluidos los tres codirectores de
Atapuerca (Juan Luis Arsuaga, Joseá María Bermúdez de Castro y
Eudald Carbonell) presentan su trabajo en la revista
Proceedings de la Academina Nacional de Ciencias (EE UU).
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Bonmati,
investigador del Centro de Evolución y Comportamiento
Humanos UCM-ISCIII, explica que a la vista de la pelvis
y las cinco vértebras se han podido determinar dos
patologías: una deformidad lumbar, desplazamiento de las
vértebras una respecto a otra, lo que genera un desgaste
anómalo de los discos intervertebrales, y artrosis
interespinosa (enfermedad de Baastrup). "Este individuo
tendría el centro de equilibrio desplazado, así que
estaría encorvado y sufriría unos dolores muy intensos",
añade el investigador. En cuanto a las causas de estas
lesiones, los investigadores no han encontrado en los
fósiles analizados rastros de fracturas, ni siquiera
antiguas y soldadas, y o hay rastros de traumas, "aunque
no se puede descartar", dice Bonmati. |
"Pensamos que
esos problemas en la espalda vertebral se originarían en un
defecto de desarrollo que se iría agravando con el paso de los
años". El investigador destaca, además, que el hombre tendría un
cuerpo voluminoso y que el tipo de vida de aquellos individuos
sería muy dura.
El hallazgo
abre la puerta a hipótesis y conjeturas sobre la vida social de
la población de Atapuerca de hace algo más de 500.000 años. Así,
Bonmati apunta que se van poco a poco acumulando indicios de la
complejidad del comportamiento del grupo de aquellos humanos,
incluida la ayuda entre ellos para sobrevivir. Con el estudio de
la pelvis Elvis, descubierta en 1994 y expuesta ahora en
el Museo de la Evolución Humana (Burgos) los científicos han
hecho nuevos análisis comparados tanto de huesos fósiles como de
humanos actuales y concluyen que las diferencias entre sexos de
aquellos preneanderales son similares a las de los hombres y
mujeres ahora, lo que permite sostener la hipótesis de que las
mujeres de aquella especie remota y extinta sufrirían también
partos difíciles. En la Sima de los huesos se han encontrado ya
miles de huesos preneandertales de al menos 28 individuos de
ambos sexos y todas las edades.
Ventaja adaptativa. Una infancia más larga
favoreció a los humanos frente a los neandertales.
Publicado
en
Paleo
- Revista Argentina de Paleontología. Año 8. Numero 52.
Diciembre de 2010.
Un desarrollo
físico más lento pudo ayudar a los primeros humanos en su
competencia con los neandertales, según sugiere un estudio
dirigido por la Universidad de Harvard en Cambridge (Estados
Unidos) que se publica en la edición digital de la revista 'Proceedings
of the National Academy of Sciences' (PNAS).
Los
investigadores realizaron un sofisticado análisis de los dientes
de 11 neandertales y los fósiles de humanos primitivos que
muestra que los humanos modernos son más lentos en alcanzar la
madurez completa que los neandertales. El descubrimiento sugiere
que el desarrollo lento característico y la larga infancia son
recientes y únicos a los humanos modernos y podrían haber sido
una ventaja competitiva sobre los neandertales. Según explica
Tanya M. Smith, responsable del estudio, "los dientes son
increíbles registradores del tiempo, capturando cada día de
crecimiento de forma muy similar a como los anillos de los
árboles revelan el progreso anual. Incluso más impresionante es
el hecho de que nuestros primeros molares contengan un diminuto
'certificado de nacimiento' y descubrir que esta línea de
nacimiento permite a los científicos calcular de forma exacta la
edad a la que murió un menor".
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En
comparación incluso con los humanos más ancestrales,
otros primates tienen una gestación más corta, una
maduración en la infancia más rápida, se reproducen a
edades más tempranas y tienen una menor esperanza de
vida. Se desconoce con exactitud cuándo, entre los 6 y 7
millones de años desde que se produjo la separación
evolutiva de los primates no humanos, cambió el curso de
la vida. Los investigadores descubrieron que el
desarrollo de los dientes de los neandertales jóvenes,
una referencia del desarrollo global, era
significativamente más rápida que en la especie humana,
incluyendo a algunos de los grupos más primitivos de
humanos modernos que dejaron África hace entre 90.000 y
100.000 años. Esto indica que la ampliación de la
infancia ha sido un desarrollo relativamente reciente. |
En el estudio
actual se han incluido restos de los niños neandertales más
famosos descubiertos hasta la fecha, incluyendo el primer fósil
de homínido hallado en Bélgica en el invierno de 1829-1830. Se
pensaba que este individuo, según comparaciones con los humanos
modernos, tenía entre cuatro y cinco años en el momento de su
muerte. Ahora los rayos X del sincrotrón europeo y los ritmos
biológicos del interior de los dientes han revelado que el niño
tenía sólo tres años de edad. Aunque contar las líneas dentales
no es un método nuevo, los autores del trabajo señalan que
hacerlo 'virtualmente' utilizando la tomografía
micro-informática del sincrotrón sí lo es. "Estos nuevos métodos
presentan una oportunidad única para evaluar los orígenes de una
condición fundamentalmente humana: el costoso aunque ventajoso
cambio de una estrategia de 'vive rápido y muere joven' a la de
'vive lento y hazte viejo' que ha ayudado a que los humanos sean
uno de los organismos con más éxito del planeta", apunta Smith.
La maduración
ampliada de los humanos podría haber facilitado un aprendizaje
adicional y una cognición compleja, dotando posiblemente a los
primeros 'Homo sapiens' de una ventaja sobre sus primos
neandertales.
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