Hippidion
y Amerhippus, los verdaderos caballos americanos extintos y sus
fósiles.
Por Mariano
Magnussen Saffer, Integrante del Museo Municipal
Punta Hermengo de Miramar, Provincia de Buenos
Aires, Republica Argentina. Publicado en Paleo -
Revista Argentina de Paleontología. Ilustraciones de Daniel
Boh.
marianomagnussen@yahoo.com.ar
Tomado de; Magnussen, Mariano (2022). Hippidion y Amerhippus,
los verdaderos caballos americanos extintos y sus fósiles. Paleo,
Revista Argentina de Divulgación Paleontológica. Año XV. Número
153. 29-33.
Mucho antes de que los conquistadores
introdujeran el caballo, existió el caballo americano, que llego
a Sudamérica hace algo más de 2 millones de años, y se extinguió
hace apenas 8 mil años antes del presente. Parecido, pero no
igual.
Es
bien conocida la historia de la llegada de caballos a nuestro
continente por medio de los primeros conquistadores. Pero mucho
antes, existieron dos géneros de caballos americanos, hoy
totalmente extintos, el Hippidion y el Equus
(Amerhippus), cuyos restos fósiles son frecuentes
en nuestra zona.
El
23 de mayo de 1493 comenzó la historia del caballo (moderno) en
América con un escrito de los Reyes Católicos, quienes ordenaban
el envío al Nuevo Mundo de 20 caballos y cinco yeguas escogidos
en el reino de Granada. Estos caballos llegaron a América
gracias a Cristóbal Colón quien, en su segundo viaje, los llevo
con él. En la región del Río de la Plata fueron introducidos por
Pedro de Mendoza en 1535. Los mismos eran según los testigos 42
ó 72, los cuales lograron reproducirse con gran rapidez debido a
los escasos predadores de gran tamaño que quedaban. Estos
caballos europeos se convirtieron en cimarrones, es decir, de
domesticos pasaron a formar grupos salvajes.
También en 1541 Alvar Nuñez Cabeza de Vaca llevó caballos a
Asunción del Paraguay. Asimismo otros llevaron caballadas hasta
Tucumán desde el Perú. Ya en 1580, Juan de Garay da cuenta de la
gran cantidad de estos animales en las praderas pampeanas. En
esos tiempos los grandes beneficiados con la introducción de
caballos fueron las tribus nómades americanas que recorrían el
territorio a pie. El uso de los equinos cambió y mejoró sus
vidas de un modo notable. Posiblemente el caballo europeo
desplazo de su nicho ecológico al guanaco (Lama guanicoe),
que hasta el siglo XVI era muy común en la región pampeana.
|
El primer registro de un
caballo fósil sudamericano fue el molar superior
descubierto por Charles Darwin cerca de Bahía Blanca
(Provincia d Buenos Aires), al que Richard Owen
identifico en 1840, y lo denomino Equus caballus (la
especie actual), y más tarde lo denomino Equus
curvidens.
<<<Cráneo y mandíbula de Hippidion principale, de
la colección del Museo de Ciencias Naturales de Miramar.
Hallado en localidad de Mar del Sud. |
Pero en realidad, los verdaderos caballos americanos vivieron en
América el Sur desde el Gran Intercambio Biológico Americano,
hace caso 2 millones de años y se extinguieron según las
dataciones radiocarbonicas hace unos 8 mil años antes del
presente, siendo los equinos, uno de los primeros mamíferos
ungulados que invadieron estas tierras.
Este fenómeno geológico y biológico ocurrido en lo que hoy
conocemos como istmo de Panamá, que conecto ambas américas, lo
que produjo un importante flujo de migraciones faunísticas.
Uno de los tantos invasores fue Hippidion (que
significa 'caballito'). Fue un
género extinto de caballo endémico de América del Sur, ósea, que
sus antepasados eran del hemisferio norte y en Sudamérica
desarrollo características distintas y propias. Todas las
especies del género Hippidion, tenían el tamaño
aproximado de un burro actual. Además de proporcionalmente la
cabeza más grande, y la particularidad de poseer una
protuberancia en su frente reforzada por el hueso nasal. Además
los cráneos con sendos huecos delante de los ojos, siendo
posible que alojaran glándulas de algún tipo, tales como tienen
algunos ciervos para frotarse en los árboles y marcar su
territorio. De esta manera se determinó que posiblemente
El anterior genero paralelo y contemporáneo Onohippidium,
se trataba de ejemplares machos de la misma especie. Hasta hace
unos años se los clasificaba como, Onohippidium,
hasta que se llegó a esa conclusión de su dimorfismo sexual.
|
Este género es muy
conocido desde el norte de Colombia hasta el sur de la
provincia de Buenos Aires y zonas más australes (Patagonia
Argentina y Chile). De acuerdo a las recientes teorías
de algunos paleontólogos, este género estaría emparentado con Pliohippus y Dinohippus del
Plioceno de América del norte.
<<<Copia de cráneo completo
de Hippidion. de la colección del Museo de
Ciencias Naturales de Miramar. Gentileza Adrián
Giacchino de la Fundación Azara. |
Hippidion principale es
además la especie tipo del género Hippidion y la
más grande. La especie fue descrita originalmente por Peter W.
Lund en el año 1845. Lo hace bajo el nombre de Equus
principalis, mediante un molar superior derecho que
provenía de las cavernas de Lagoa Santa, en el estado de Minas
Gerais, Brasil. El tipo estaba depositado en el Zoologisk Museum
de Dinamarca, aunque está perdido.
Medía 1,4 metros de altura hasta los hombros, su
longitud era de 2 metros y pesaba en alrededor de los 250
kilogramos. Su aspecto general era similar al de una cebra,
ósea, era más robusto y pequeño que los caballos domésticos.
Evidencias morfológicas, como la delicada
estructura de los huesos nasales y diferencias anatómicas de las
extremidades, sugiere que Hippidion evolucionó
aislado de otras especies de caballos de América del Norte, y
que pertenece a un tipo de caballos distinto a los actuales, lo
cual, luego de varios debates sobre la valides del género, se
sostuvo Hippidion por medio de los estudios del
genoma mitondrial.
Caracteres craneales y anatómicos sugieren que
este género no prefería tanto las llanuras abiertas como su
pariente Equus (Amerhippus), al
parecer Hippidion estaba mejor adaptado a
ambientes cerrados, como bosques y estepas arboladas, donde se
alimentaba de vegetales tiernos, favorecidos por un clima más
frío y húmedo. Probablemente fue depredado por grandes
carnívoros placentarios como félidos dientes de sable (Smilodon)
y cánidos sudamericanos como Protocyon y Theriodictis,
o por el oso de cara corta Arctotherium.
|
Evidencias arqueológicas
recolectadas en la región patagónica de Chile y
Argentina, en localidades como la Cueva del Milodón y la
provincia de Santa Cruz, demuestran que Hippidion
saldiasi sobrevivió en dicho territorio hace
alrededor de 13.000 a 8.500 años, siendo este uno de sus
últimos refugios.
<<<Aspecto del caballo extinto Hippidion principale.
Ilustración de Daniel Boh.
|
Amerhippus, es otro de los géneros válidos para
equinos sudamericanos. Se caracteriza por presentar una
mandíbula robusta, y sus miembros monodáctilos macizos y cortos.
El cráneo exhibe una cresta supraoccipital ancha, y una flexión
craneal destacada.
Equus (Amerhippus) se distingue
principalmente de Equus (Equus) por
la ausencia completa de la cavidad en forma de cono comprimido
—llamado cartucho externo o cornete— situada en el extremo libre
de los incisivos inferiores. Esto sería el resultado de una
evolución regresiva, y trae como resultado la pérdida de esmalte
en la superficie que aplica masticación.
El
cúbito es más fuerte en Amerhippus que en otros
subgéneros de Equus. Otros autores encontraron
adecuado separar en un subgénero propio a los Equus sudamericanos
pues todas sus especies poseen unas características extremidades
más cortas y robustas, un cráneo más grande (en relación a las
proporciones corporales), y la misma morfología dentaria.
|
El ambiente inferido para el
género abarca áreas abiertas de la región pampeana y
brasileñas, que indicarían ambientes de pastizales
xerofilos y suelos más compactados. En este sentido, los
registros en Chile están limitados a la parte central y
sólo a nivel genérico, por lo que las inferencias
paleoambientales que se pueden obtener resultan poco
precisas. Este animal pesaría unos 400 kilogramos y
pastoreaba en la antigua región pampeana.
Es un subgénero del género Equus el
cual agrupa a las cinco especies de dicho género de la
familia Equidae, que vivieron en el Pleistoceno medio al
Holoceno temprano de América del Sur, todas ellas se han
extinguido.
<<<El Gran Intercambio
Biótico Americano, fue el fenómeno geográfico y
biológico que posibilito el ingreso de antiguos Equinos
a Sudamérica, para desarrollarse como Hippidion y
Amerhippus. |
En
el Museo de Ciencias Naturales de Miramar se exhibe un cráneo de
la especie Hippidion principale, hallado al sur de
la localidad vecina de Mar del Sud. El mismo posee las citadas fosas y es uno de los
pocos encontrados hasta ahora. Fue estudiado por la
investigadora española María Teresa Alberdi, la más autorizada
especialista en caballos prehistóricos y quien es autora también
de un importante libro “Caballos fósiles de América del Sur”,
junto con el paleontólogo argentino José Luís Prado, de la
Universidad Nacional del Centro, en Olavarría. También en
nuestro museo se
resguardan restos de vértebras, huesos largos, mandíbulas, entre
otros
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El origen de los Camélidos
fósiles y actuales de
América del Sur.
Por Mariano
Magnussen Saffer, Integrante del Museo Municipal
Punta Hermengo de Miramar, Provincia de Buenos
Aires, Republica Argentina. Publicado en Paleo -
Revista Argentina de Paleontología. Ilustraciones de Daniel
Boh.
marianomagnussen@yahoo.com.ar
Los camélidos
son una familia de mamíferos artiodáctilos. Actualmente
representados en América del Sur, habitando desde las alturas
andinas hasta Tierra del Fuego y el Chaco. De las cuatro
especies de camélidos sudamericanos, dos son domésticas (llama y
alpaca) y dos son silvestres (guanacos y vicuñas). Todas habitan
ambientes áridos y altos, y sólo el guanaco lo hace en zonas a
nivel del mar, cuya distribución fue mucho más amplia en la
antigüedad.
Otros camélidos
reconocibles están agrupados en cuatro especies del genero
Camelus, conocidos como camellos, que habitan
llanuras secas de África y Asia.
Los camélidos
son estrictamente herbívoros, con largos y delgados cuellos y
piernas prolongadas. Se diferencian de los rumiantes porque su
dentición muestra rastros de incisivos centrales vestigiales en
el maxilar superior, y la presencia de dientes caninos
verdaderos, separados de los premolares
|
No tienen
pezuñas, pero a cambio tienen dos dedos con uñas en cada
pie y almohadillas plantares. La mayor parte de su peso
recae en estas almohadillas resistentes y fibrosas. En
el caso de los camélidos andinos, tienen la capacidad de
utilizarlas para ganar más agarre en los terrenos
rocosos y en las llanuras aferrarse mejor a terrenos
húmedos para poder correr y alejarse de los
depredadores, entre otras características.
<<<Tamaño
comparativo de Hemiauchena paradoxa. |
En términos
paleontológicos, se conocen al menos ocho géneros extintos, con
formas y tamaños sorprendentes, y algunos de ellos llegaron a
Sudamérica hace unos 3 millones de años antes del presente.
Los Camélidos
se originaron en Norteamérica, continente del cual migraron
grupos de animales en diferentes épocas hacia Eurasia y
Sudamérica. Algunos de los primeros registros fósiles de
Camélidos se originan en el Eoceno medio superior, hace 45
millones de años, con la especie Protylopus petersoni,
con una talla no mayor a los 30 centímetros, llegando a formas
gigantes como
Paracamelus gigas,
que emigro a Asia por el estrecho de Behring, diversificándose
en las dos especies de camellos que allí existen actualmente. La
diferenciación y especialización, ha sido el producto de un
proceso evolutivo de millones de años.
Durante el
Oligoceno algunos camélidos primitivos desarrollaron cuellos
largos que les permitió ver sobre los árboles y arbustos, y
tenían cuatro dedos bien diferenciados. Pero en el Mioceno
perdieron los dedos laterales, como forma de adaptación a nuevos
ambientes. Los primeros tipos de camélidos probablemente no
tenían joroba y se parecían a las llamas.
Los hallazgos
de restos fósiles muestran que hace aproximadamente 20 millones
de años, los camélidos dominaban las zonas planas de América del
Norte. Un estudio detallado de estos restos permitió
clasificarlos en cuatro grupos con características propias y
representadas por los géneros Titanotylopus,
Paracamelus, Megatylopus y
Hemiauchenia.
|
Debido al enfriamiento
de la tierra durante el Mioceno y el Plioceno, las
sabanas se incrementaron y los camélidos sufrieron
procesos selectivos que dieron lugar a adaptaciones a
las nuevas condiciones, como el alargamiento de sus
patas, la aparición de coronas en sus dientes,
necesarias para masticar los pastos. A partir del
Plioceno y el Pleistoceno la temperatura empezó a ser
más variada en todo el globo terrestre.
<<<Restos
de Hemiauchena paradoxa, recuperados cerca de Centinela
del Mar Colección Museo de Miramar. |
Para este
momento, ocurre la conexión continental entre América del Norte
y América del Sur, con la formación del Istmo de Panamá, lo que
genero el suceso denominado “El Intercambio Biótico Americano “
(GIBA), cuya consecuencia de estos cambios fue la llegada de
nuevos depredadores a Norte América y, por otro lado, el hecho
de que los camélidos que habían emigrado se encontraran con
depredadores nativos de dichos lugares (marsupiales del tamaño
de un oso o aves del terror), por lo cual, el mejor mecanismo de
defensa fue la huida hacia entornos desérticos y abiertos.
El registro más
primitivo de la familia Camelidae, corresponde al Plioceno de
Barranca los Lobos, entre las ciudades de Mar del Plata y
Miramar (Provincia de Buenos Aires, Argentina) en la Formación
San Andrés (edad Uquiense), y para el Pleistoceno se hallaban
bien diferenciados Hemiauchenia, Paleolama
(de tamaño mayores que los representantes actuales) y Lama.
Uno de los
grandes camélidos que se adaptaron a las condiciones
sudamericanas fue Hemiauchenia paradoxa. Esta
especie fue descrita originalmente en el año 1880 por el
paleontólogo y entomólogo francés François Louis Paul Gervais y
el naturalista argentino Florentino Ameghino.
|
Su apariencia
era semejante a la de una llama o guanaco contemporáneo, pero su
altura superaba la de un camello viviente de Asia y África, unos
2,5 metros aproximadamente y una tonelada de peso. Se alimentaba principalmente del
pastoreo y sus restos son muy abundantes. Poseía miembros
robustos, metapodos cortos y mandíbula mesognatas y bajas.
<<<Acumulación antropica de restos óseos de Lama
guanicoe, en el sitio arqueológico Nutria Mansa 1. Tres
mil años de antigüedad.
|
Otro representante fue
Palaeolama
weddell,
estudiada por
Gervais, 1855, y fue
un camélido de gran tamaño, alcanzando tallas hasta un tercio
mayor que el guanaco actual. El cráneo es alargado, con un
hocico delgado y largo. Los molares, de corona alta, se disponen
en series convergentes. Los miembros eran robustos, con los
metápodos relativamente cortos. Palaeolama fue
característico de áreas andinas. Existen algunos restos de
camélidos de gran calla en la Patagonia austral, por ejemplo en
la localidad arqueológica de Monte Verde, al sur de Chile, que
fueron identificados como Paleaolama.
Es probable, entonces, que este gran camélido haya vivido hasta
tiempos relativamente recientes.
También se registra
Eulamaops
paralellus, descripta por Florentino Ameghino en 1884.
Era un camélido similar en aspecto
al guanaco, aunque de tamaño mayor. Este género es conocido
a partir de
escasos restos colectados por su hermano Carlos en las barrancas
del río Luján.
En cambio,
Lama guanicoe fue de menor tamaño y es el guanaco
actual, cuyos restos fósiles son conocidos desde el Pleistoceno
por Lama gracilis. Su registro desaparece hace
solo unos siglos atrás, calculados en el siglo XVI y XVII en la
provincia de Buenos Aires donde era muy abundante, pero con
presencia en las regiones de Patagonia, Cuyo y Norte argentino.
Desde la
llegada de los primeros grupos humanos cazadores, se convirtió
en una presa muy usual, cuyos restos óseos son los más comunes
entre los grandes mamíferos en sitios arqueológicos. Uno de
ellos fue el sitio Nutria Manza 1 (entre los Partidos de General
Alvarado y Lobería). Por lo general, en todos los casos en que
los restos de Lama guanicoe aparecen acumulados
por manipulación antropica, se trata de huesos largos
fracturados, ya que los aborígenes consumían la medula ósea.
En la Provincia
de Buenos Aires se han hallado en la localidad de Pehuen-Co, un
sitio paleoicnologico con numerosas pisadas en las orillas de un
pantano ya desaparecido, como así también en las localidades de
Santa Clara del Mar y Miramar. Estas trazas fósiles son
coherentes con la presencia y antigüedad de estas especies.
|
En el sitio
arqueológico Paso Otero 5 en la localidad bonaerense de Necochea,
se recuperaron restos óseos de este gran camélido con evidencia
de que convivió con grupos humanos. Sus restos se han colectado
en Sudamérica desde Bolivia, hasta el sur de la Patagonia,
incluyendo Chile, Uruguay, y gran parte del resto de Argentina.
<<<Guanaco
actual (Lama guanicoe). |
Hace unos 10 a
12 mil años atrás, en la época más fría del Pleistoceno, se
extinguieron todos los camélidos que habitaban en América del
Norte, en donde se habían originado. En América del Sur
desaparecen los Hemiauchenia y los Paleolama,
y quedan solamente los camélidos de menor tamaño del género
Lama y Vicugna.
En el Museo de
Ciencias Naturales de Miramar, hay depositados algunos restos de
estas especies que fueron hallados en estratos de al menos
700.000 años y también en sedimentos muy recientes de unos miles
de años. Mientras hay nuevos materiales en estudio podrían tener
mayor antigüedad.
Bibliografía
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Megaterio vs
Lestodonte. Guerra de gigantes prehistóricos.
Por Mariano
Magnussen. Laboratorio Paleontológico. Museo de
Ciencias Naturales de Miramar. Ilustraciones de Daniel Boh.
marianomagnussen@yahoo.com.ar
El
hallazgo reciente de restos fósiles de un perezoso gigante de
unos 100 mil años llamado Lestodonte, podría hipotéticamente
rebatarle a su par el título de “gigante” al Megaterio, a partir
de nuevos fósiles hallados en la localidad bonaerense de
Miramar, a unos 450 kilómetros de Buenos Aires.
Actualmente, los perezosos, son unas criaturas de tamaño medio –
pequeño, que cuelgan de árboles en zonas tropicales, y de andar
lento, de ahí, el término “perezoso”. Pero durante el
Pleistoceno sudamericano (últimos 2,5 millones de años), en
especial en la región pampeana de Argentina, sus parientes
pesaban unas 5 toneladas y tenían de 4 a 5 metros de altura
cuando se paraban sobre sus patas traseras.
|
El gigante prehistórico sudamericano más grande y
popular (al menos hasta ahora) es el Megaterio (Megatheriunm
americanum).
Su nombre significa "bestia grande" y sin dudas fue el
animal terrestre de mayor tamaño que habito en la región
pampeana, donde se han rescatado sus principales restos.
En la zona de Miramar, se han recuperado fósiles de esta
bestia, entre ellos, cráneo, mandíbulas, vertebras,
huesos de las patas entre otros y depositados en el
Museo Municipal de Ciencias Naturales Punta Hermengo de
Miramar. |
Hace poco tiempo, cerca de la zona céntrica de la localidad
balnearia, se vienen recuperando restos óseos de estos gigantes
extintos. Sabemos que al menos tenemos restos de 4 o 5
individuos mezclados, de los cuales periódicamente recuperamos
restos que van aflorando en el sedimento.
|
Pero el hallazgo de nuevos restos fósiles de un gran
Lestodonte (Lestodon trigonidens) descubiertos y
recuperados por el personal del museo miramarense,
plantean nuevas hipótesis de quien fue el rey de las
pampas prehistóricas. Se compararon dos fémures de
ejemplares adultos, y el de Lestodonte supera al
Megaterio con unos 85 cm de altura.
El hallazgo de estos individuos asociado aun no nos
permite establecer si eran miembros de un misma manada o
grupo familiar, pero si nos da una evidencia de que sus
cuerpos fueron arrastrados por un antiguo arroyo que ya
no existe, y sus cuerpos fueron depositados parcialmente
articulados sobre sus bordes y fondos.
<<<Fémur de mayor tamaño al promedio, atribuido a un
Lestodon. Hallado en Miramar. |
Pero los investigadores locales trabajan en conjunto con
científicos de la Fundación Azara, Museo Argentino de Ciencias
Naturales, Universidad Maimónides y Conicet, y compararon
especialmente un fémur de Lestodonte junto al de un Megaterio
adulto, lo que demostró que algunas especies de Lestodontes,
llegaron a tener tamaños mayores a los considerados previamente.
|
El Dr Federico Agnolin, encabezó el estudio de una
especie “enana” de Megaterio, también descubierta tiempo
atrás en esta zona, lo que indicaría la presencia de
otra especie de menor tamaño. En el caso de Lestodon,
podríamos estar ante la presencia de un ejemplar
“excepcional en tamaño”, o bien en el umbral de otra
mirada sobre los mismos.
<<<Arriba,
el Megaterio. A la izquierda, el Lestodonte. |
Los investigadores señalaron que si bien aún es prematuro
sostener que Lestodon le arrebate la gloria de gigante
sudamericano al Megatherium, esto demuestra que en las ciencias
naturales no todo está escrito y que aún queda mucho por
descubrir, estudiar y comunicar.
Bibliografía Sugerida;
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durante el cuaternario tardío, evidencias malacológicas. 4
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Ciencias de Córdoba, 6:1-1027.
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Ciencias Naturales, Universidad Nacional de Tucumán, San Miguel
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presidente Jefferson. Una relación insospechada en los albores
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El Plioceno,
momentos de profundos cambios ambientales.
Por Mariano
Magnussen. Laboratorio Paleontológico. Museo de
Ciencias Naturales de Miramar. Fundación Azara. Laboratorio
de Anatomía Comparada y Evolución de los Vertebrados. Tomado de la Guía Educativa
del Museo.
marianomagnussen@yahoo.com.ar .
Ilustración: Daniel Boh.
El Plioceno
comprende en la escala del tiempo geológico, entre los últimos 4
a 2,5 millones de años registrados en Miramar. Los estratos
continentales con abundancia de restos fósiles, reaparece en
nuestra zona hace 4 millones de años, y corresponden a
sedimentos del litoral marítimo pampeano, ubicados al norte de
la ciudad de Miramar, en la Provincia de Buenos Aires.
El registro fosilífero de Miramar, han permitido
estudiar la biodiversidad paleofaunistica de esta área de
Sudamérica desde mediados del siglo XIX hasta la actualidad.
En el Museo de Ciencias Naturales de esta ciudad, ha
colectado y coleccionado un gran grupo de organismos, que nos
muestran los cambios ambientales de toda el área.
|
En toda la región se desarrollaron las
llanuras con un clima prospero, para importante variedad
de mamíferos, aves, reptiles y anuros, que hemos
encontrado y recuperado en estos sedimentos.
Además, hay evidencias de palmeras como las que existen
en las provincias norteñas en la actualidad, demostrado
por la presencia de silicofitolitos (biomineralización
de origen vegetal), y pequeños bosques de baja altura,
que indicarían un ambiente más cálido y húmedo que el
actual, apoyada por la evidencia paleornitologica, es
decir, por aves que actualmente se encuentran en estado
fósil en la región pampeana, pero sobreviven en estos
ambientes, con alto contenido de palmeras. |
Este clima
subtropical del Plioceno, declino rápidamente por cuestiones
naturales impensadas, afectando rápidamente la suerte de decenas
de especies.
En esta
edad, encontramos el resultado final de una larga evolución
biológica que tuvo lugar en Sudamérica durante 60 millones de
años, luego de la gran extinción del Cretácico-Paleoceno.
Sudamérica queda aislada del resto de las masas continentales,
convirtiéndose en una continente isla, al igual que Oceanía en
la actualidad.
Este
aislamiento geográfico, provocó el desarrollo gradual y único de
una fauna que no comparte caracteres con otros continentes.
Posteriormente al elevarse las sierras pampeanas se produce una
"sombra de lluvias" al este de las mismas, con lo cual se
produjo la desertización de las áreas sub-andinas. Este periodo
coincide con un deterioro en el clima, con un enfriamiento a
nivel global, fenómenos de glaciaciones, un aumento en el
gradiente térmico latitudinal, y un descenso en el nivel del
mar.
Durante el
final del Plioceno ocurrieron tres fenómenos naturales los
cuales decidieron la suerte del 80 % de las especies endémicas
y autóctonas. Una de ellas fue el " El Gran Intercambio Biótico
Americano”, la migración de los mamíferos al restablecerse la
unión entre América del Norte y Sur, provocando la llegada de la
fauna invasora. Para entonces, Sudamérica había desarrollado
aves gigantes, mamíferos notungulados, perezosos gigantes,
grandes armadillos y marsupiales, entre muchos otros. Poco
después, entran muchas otras especies invasoras, que entran a
competir con las especias autóctonos, como los mamíferos
artiodáctilos, los perisodáctilos, los carnívoros por solo
nombrar algunos.
|
Otro de los
fenómenos fue el impacto de un "Asteroide”, el cual
ocurrió hace 3,3 millones de años. La presencia de
rastros geológicos abona esta teoría de que, rocas
modificadas por altas temperatura llamadas escorias y la
presencia de vidrios producidos por calentamiento y
enfriamiento rápido de silicatos, parecen ser restos de
un impacto desde el espacio. Estas rocas modificadas por
altas temperaturas se encuentran fácilmente en Miramar.
Científicos de la Nasa y argentinos, publicaron los
resultados en 1998. Este fenómeno provoco una lluvia de
escombros, incendios y oscuridad. |
Por último,
hace aproximadamente dos millones de años, hacia el final del
Plioceno, una estrella del grupo de estrellas O y B de la
Asociación estelar de Scorpius-Centaurus a unos 380 a 470 años
luz de la Tierra, explotó como supernova, lo suficientemente
cerca de la Tierra como para provocar un gran deterioro en la
capa de ozono, lo que pudo haber sido la causa de una extinción
masiva en los océanos. Para ello se basaron en las anomalías del
isótopo de esa época encontradas en los fondos oceánicos.
Este conjunto de fenómenos, término con la
existencia de las aves del terror, marsupiales depredadores,
ungulados nativos, mientras otras especies extendieron su
existencia al final del Pleistoceno, en donde dejaron de existir
por siempre.
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