La progresiva extensión de actividades
agrícolas, deforestación, caza indiscriminada y la
depredación ambiental causada por minería ilegal en el
estado Bolívar (Venezuela) han mermado grandes porciones
de bosques donde habita el Águila Arpía (Arpía harpyja)
en ésta nación suramericana.
Concientes de la disminución de la población en el
rapaz de mayor tamaño de América, un grupo de
investigadores y ambientalistas, liderados por Pilar
Alexander Blanco Márquez y Eduardo Álvarez Cordero
–coordinador panamericano de Earthmatters crearon en
1992 el “Proyecto de Conservación del Águila Arpía en
Venezuela”, desarrollando sus actividades, en la Reserva
Forestal de Imataca –estado Bolívar, localidad donde se
ubica la especie en estado silvestre.
Este proyecto busca “la preservación del Águila
Arpía, como especie de la fauna silvestre en su ambiente
natural y el lograr la protección de corredores de
hábitat selvático que conecten a las reservas amenazadas
de aislamiento.
En algunos casos ya se estima que será
necesario aplicar un protocolo de manejo
conservacionista, cuidadosamente formulado para incluir
técnicas de propagación en cautiverio y de
reintroducción para estas águilas.
Pero, la mayor
importancia de nuestro proyecto radica principalmente en
la protección de los nidos localizados y asegurar la
cooperación de las personas e instituciones más
allegadas a esta situación”, explica el doctor Blanco
Márquez.
En este sentido, reseñó que la labor desarrollada se
basa en la localización de las parejas del águila para
estudiar su anidación en Venezuela y proteger sus nidos
para así evitar la extinción de ésta especie catalogada
por el CITES en el Apéndice No. 1, como muy amenazada.
“Como parte de este proyecto, desde el año 1992 se
capturan águilas en los nidos activos, las cuales se
identifican con anillos, se toman datos biológicos y
morfométricos, y se les colocan transmisores de
telemetría convencional y satelital.
Con
los datos obtenidos del equipo de telemetría se
actualiza un Sistema de Información Geográfica
(SIG) para producir mapas actualizados para
biólogos de campo y administradores forestales.
También con la
utilización del Sistema de Posicionamiento
Global (GPS) se han podido crear y establecer
mapas con la localización de nidos de Arpías (…)
Con la aplicación del SIG puede apoyarse a los
que manejan los bosques y manejadores de fauna
para crear áreas protegidas alrededor de los
nidos. Si son implementadas a tiempo, estas
mini-reservas pueden prevenir actividades del
hombre que destruyan el territorio de anidación
de las águilas”, señaló.
Indicó el investigador que han colocado a más de 20
águilas, transmisores que hacen posible la actualización
periódicamente de los mapas de dispersión de éstas aves,
logrando a su vez poder establecer territorios y hábitos
de cacería específicos de estos rapaces, en aras de
presentar los resultados al gobierno regional y
nacional, para reorientar el desarrollo agrícola y
urbano, así como cualquier otra actividad productiva que
amenace los ecosistemas donde viven.
Asimismo acotó que en el transcurso del programa se
ha logrado el rescate y la rehabilitación de algunos
ejemplares enjaulados, hoy ya puestos en libertad. “En la actualidad se adelantan los esfuerzos para
incentivar a las instituciones públicas y privadas para
implementar políticas que puedan prevenir la
intervención de los territorios de anidación de las
Arpías en Venezuela”, expresó el investigador que,
recientemente estuvo en Ecuador como asesor de un
programa de conservación de éstas aves, al encontrarse
un nido en la Amazonía ecuatoriana.
Fragmento del trabajo tomado de: Magnussen Saffer, Mariano y Boh,
Daniel. 2005. El Bosque del Vivero Dunicola Florentino Ameghino
de Miramar. Aspectos Históricos y Biológicos. Boletín de
divulgación Científico Técnico del Museo Municipal de Ciencias
Naturales Punta Hermengo de Miramar. (Sec. Div) publicación 7:
pp 02 – 12. E-mail:
marianomagnussen@yahoo.com.ar
Introducción
El
bosque del Vivero Dunicola “Florentino Ameghino”, se encuentra ubicado
al S.E de la ciudad de Miramar, Provincia de Buenos Aires, Republica
Argentina. La presente nota
tiene como finalidad, aportar datos históricos y adelantar una lista de
organismos vivientes adaptados a las nuevas condiciones ambientales
existentes en bosque artificial del Vivero Dunicola, en tanto se
encuentra en preparación una serie de trabajos e informes mas
exhaustivos de cada taxón afectado (Magnussen Saffer, et al in prep),
como parte del proyecto de relevamiento biológico y ambiental del
bosque del Vivero Dunicola Florentino Ameghino, impulsado por el Museo
Municipal de Ciencias Naturales Punta Hermengo de Miramar.
La continua
búsqueda, recolección y determinación de especimenes realizada en la
zona de investigación desde 1995 hasta el presente, ha permitido tener a
disposición para su estudio, varios ejemplares, cuyas características se
consideran de interés científico para el presente trabajo, y que formara
parte del conocimiento de futuras generaciones de investigadores,
especialmente aquellos orientados al medio ambiente.
El bosque artificial
fue creado durante la segunda década del siglo XX, sobre suelos arenosos
y vírgenes, con el propósito de detener el avance de las dunas costeras
hacia el poblado de Miramar y campos de cultivos aledaños. Otra finalidad fue,
en transformar una estación experimental, para estudiar y evaluar la
adaptación de diferentes especies botánicas a un ambiente constituido
por suelos inestables e inorgánicos, y un continuo clima marítimo
corrosivo.
Las
502 hectáreas que conforman en la actualidad el presente bosque, se
encuentra constituido por una gran variedad de especies botánicas de
origen autóctono e introducidas, y por una rica y extensa diversidad de
vertebrados, los que se adaptaron perfectamente al medio, incluso
cambiando su comportamientos biológicos. El
bosque dunicola se encuentra en la zona templada del tipo húmedo,
expuesto a variaciones por la influencia del mar, que da origen en
verano a temperaturas moderadas durante el día y frescas por la noche,
con una humedad promedio del 75 % y una media de lluvias de entre 900 y
1000 milímetros anuales.
Geomorfológicamente se extiende sobre una inmensa llanura ondulada que
desciende de Oeste a Este, conformada por suelos arenosos finos,
apoyados sobre una superficie de elementos transportados por la erosión
fluvial y eólica, que componen comúnmente la llamada “formación pampeana
o pampasica” constituida por sedimentos de loes con capas intermedias de
depósitos fluviales y cenizas volcánicas, las cuales se pueden observar
en algunas zonas bajas del bosque y sobre el limite Este, en donde se
halla el litoral marítimo.
En
estos afloramientos geológicos, los hermanos Ameghino y otros, hallaron
una rica fauna de mamíferos fósiles gigantes del Periodo Pleistoceno,
correspondientes al último millón y medio de años antes del presente. Con
respecto a la hidrografía, debemos señalar que es totalmente inexistente
en su interior, aunque pocos metros al sur se halla el arroyo Las
Totoras, y sobre el sector oeste del bosque, se encuentran terrenos con
variable depresión, formándose lagunas de estado temporal.
El
objetivo principal del presente trabajo, es dar a conocer algunos
aspectos históricos y naturales del Bosque del Vivero Dunicola de
Miramar, formando parte de un proyecto de investigación promulgado por
el Museo Municipal de Ciencias Naturales Punta Hermengo, con la
finalidad de conocer las especies que se han adaptado y desarrollado en
un medio artificial hostil, el presente y el futuro, a partir de la
comunidad e individuos interrelacionados, el cual, constara de unos
cinco años de investigaciones de laboratorio (sin contar los 10 años de
exploración, los cuales seguirán) y una treintena de boletines
individuales con los resultados de los taxones estudiados y resguardados
en el Museo y otras colecciones regionales.
Aspectos Biológicos
A
continuación, se detallara el nombre vulgar, género y especie, de
organismos botánicas y zoológicas que fueron identificadas y colectadas
dentro del bosque.
Los
autores, han decidido citar las mismas bajo ordenamiento relativo (sin
entrar en cuestiones sistemáticas o taxonómicas), ya que serán
discutidas posteriormente, según los resultados individuales de los
estudios que se presentaran posteriormente, por este medio.
Diversidad Botánica
En
algunas zonas abiertas del bosque predominan las gramíneas, entre ellas
podemos identificar; pata de perdiz (Cynodon dactylon), cebadilla
(Bromus unioloides), paja colorada (Paspalum quadrifarium),
pasto miel (Paspalum dilatatum), pasto ilusión (Agrostis
montevidensis) y poa (Poa pratensis).
También se ha detectado una diversidad importante de pastos duros en
este ambiente tan particular, como por ejemplo; flechilla (Stipa
neesiana), pastos puna (Stipa tenuísima y Stipa papposa),
cortadera, cola de zorro o plumacho (Cortaderia sellcana), paja
brava (Scirpus giganteus), pasto salado (Distichlis spicata),
carda serrucheta (Eryngium eburneum), espartillo (Spartina
densiflora) y matorrales de curro (Colletia paradoxa).
Entre las especies de arbustos y árboles introducidos para la fijación
de dunas, seencuentran; eucaliptus (Eucaliptus globulus, Eucaliptus
cinerea, Eucaliptus rostrata), acacia negra (Cleditsia
triacanthos), pino marítimo (Pinus pinaster), pino común (Pinus
insignis), pino piñero (Pinus pinea), pino de alepo (Pinus
halepensis), pino negro del Japón (Pinus tumbergii), pino de
las canarias (pinus canariensis), acacia (Acacia longifolia),
acacia australiana (Acacia
melanoxylon),
Mioporo (Myoporum laetum), cipres (Cupressus lambertiana,
Cupressus macrocarpa, Cupressus lusitanica y Cupressus
sempervirens),
colletia (Colletia spinosisima), ligustro (Ligustrum lucidum),
malvavisco (Althaea officinalis), tamarisco (Tamarix africana
y Tamaris gallica),
oruga marítima (Cakile maritima), Cedro de Himalaya (Cedrus deodara),
Casuarina (Casuarina cuninghamiana) y álamo (Alapopulus s.p),
Diversidad Mastozoologica
Los
ejemplares colectados, capturados y estudiados, corresponden a
especimenes en el bosque Florentino Ameghino, conformando una rica
variedad de mamíferos de origen autóctono, aloctono e introducidos.
Podemos citar: zarigüeya overa o falsa comadreja (Didelphys
albiventris), zarigüeya colorada (Lutreolina crassicaudata),
colicorto pampeano (Monodelphis dimidita), peludo o quirquincho(Chaetophractus villosus), mulita pampeana (Dasipus
septemcinctus),
laucha chica
(Calomys
laucha),
ratón de azara (Akodon azarae), colilargo (Oryzomys flavescens),
rata conejo (Reithrodon auritas), rata acuática (Scapteromys
s.p), rata (Oxymycterus rufus) y rata (Holochilus s.p),
cuis pampeano (Cavia aparera), vizcacha (Lagostomus maximus),
zorro gris (Lycalopex grises), gato del pajonal (Felis
colocolo), gato montes (Oncefelis geoffroyi), zorrino
pampeano (Conepactus chinga), hurón menor (Galictis cuja),
murciélago moloso común (Tadalida brasiliensis), murciélago
cabeza de ratón (Lasiarus boreales), rata noruega (Rattus
norvegicus), rata negra (Rattus rattus) y liebre europea (Lepus
europaeus). También se han hallado
restos óseos de una especie localmente extinta llamada tuco tuco de los
medanos (Ctenomys australis)
y tuco tuco
(Ctenomys
talarum).
Diversidad Ornitológica
La
avifauna que se ha adaptando al bosque artificial, es sin duda el grupo
de vertebrados mas numeroso y prospero.
Entre ellas podemos citar; chimango (Milvago chimango), carancho
(Polyborus plancus), lechucita pampa o de las vizcacheras (Atiene
cunicularia), lechuzón de campo (Asio flameus), lechuza de
campanario (Tyto alba), tero común (Vanellus chilensis),
tero real (Himantopus mexicanus),
halcón plomizo (Falco femoralis), aguilucho común (Buteo
polyosoma), inambú común o perdiz chica (Nothura maculosa),
martineta común (Eudromia elegans), chingolo (Zonotrichia
capensis), gavilán blanco (Elanus leucurus), gavilán
planeador o de campo (Circus buffoni), chorlo dorado (Pluvialis
dominica), carpintero campestre (Colaptes campestres),
carpintero real (Chrysoiptilus melanolaimus), pecho colorado
chico (sturnella supercilliaris), pecho amarillo común o dragón (Pseudoleistes
virescens), tordo ala amarilla (Agelaius thiliusentre),
paloma doméstica (Columba livia), tijereta (Tyrannus savana),
calandria grande (Minus saturninus), chingolo (Zonotrichia
capensis), gorrión (Passer domesticus), cotorra común (Myiopsitta
monachus), tordo renegrido (Molothrus bonariensis), hornero (furnarius
rufus) y ñandú (Rhea americana).
También, se han observado y en menor caso recolectado ejemplares que
nidifican en bañados, que se hallan en las inmediaciones directas al
bosque, entre ellas; macá común (Podiceps
rolland),
garza bruja (Nycticorax nycticorax), garza blanca (Casmerodius
albus), cuervillo de cañada (Plegadis chihi), chajá (Chauna
torquata), pato cuchara (Anas platalea) , pato picazo (Nettapeposaca), gallineta común (Rallus sanguinolentus),
gallareta chica (Fulica leucoptera), gaviota capucho café (Larus
maculipennis) y gaviotín común (Sterna trudeaui).
No
optante, debemos citar las aves del litoral marítimo bonaerense, que se
observan sobre las dunas costeras del bosque, que se caracterizan por su
diversidad y abundancia, como por ejemplo; petrel barba blanca (Procellaria
aequinoctialis), petrel azulado (Halobaena caerulea), petrel
plateado (Fulmarus glacialoides), petrel damero (Daption
capense), petrel gigante común (Macronectes giganteus),
albatros pico fino (Diomedea chlororhynchos), albatros errante (Diomedea
exulans), albatros ceja negra (Diomedea melanophrys), gaviota
cangrejera (Larus belcheri-atlanticus), gaviota capucho café (Larus
maculipennis), gaviota capucho gris (Larus cirrocephalus),
paloma antártica (Chionis alba), rayador (Rynchops níger),
vuelvepiedras (Arenaria interpres), playero trinador (Numentus
phaeopus), playero rojizo (Calidris canutus), playerito
blanco (Calidris alba) playerito unicolor (Calidris birdii),
gaviotín sudamericano (Sterna hirundinacea), gaviotín lagunero (Sterna
trudeaui), gaviotín real (Sterna máxima), gaviotín pico
amarillo (Sterna sandvicensis eurygnatha), pingüino patagónico (Spheniscus
magallanicus), pingüino penacho amarillo (Eudyptes crestatus),
chorlo cabezón (Oreopholus ruficollis), chorlito pecho canela (Charadrius
modestus) y golondrina patagónica (Tachycineta leucopyga).
Fauna Herpetologica
Entre la Herpetofauna podemos citar varias especies de interés
ambiental. Si bien existe una importante comunidad de serpientes, la
mayor parte, especies no venenosas.
Entre los anfibios podemos nombrar;
sapo común o de
jardín (Bufo arenarum), sapo
cavador (Bufo granulosus), sapito de panza amarilla o cavador (Bufo
fernandezae), escuercito común (Odontophrynus americanus),
rana arborícola o rana de zarzal (Hyla pulchela) y rana criolla (Leptodactylus ocellatus).
Entre los lagartos solo podemos citar: lagartija de médano (Liolaemus
sp) culebra o lagarto de cristal (Ophiodes -Ophisaurus-
vertebratis) y posiblemente lagarto overo (Tupinambis
teguixin).
Los
ofideos capturados e identificados en zonas alejadas del bosque dunicola
son: culebra verde y negra (Liophis poecilogyrus),
culebra común o culebra roja y negra (Liophis
anomalus), falsa yarara o culebra yarara (Lystrophis
dorbignyi), yarara grande o víbora de la cruz (Bothops alternatus),
yarará ñata (Bothrops ammodytoides) y yarará chica o de panza
blanca (Bothrops newiedii).
Discusión
El
magnifico bosque artificial creado en el S.E de la ciudad de Miramar
desde la segunda década del siglo XX, se ha adaptado una gran variedad
de especies botánicas, mas el agregado de especies autóctonas,
identificándose aproximadamente mas de treinta y seis especies, las
cuales han desarrollado en un medio hostil con influencia marítima y
suelos inorgánicos y arenosos. Así
mismo, se logro identificar una gran variedad de vertebrados, cuya
presencia anterior al bosque era casi totalmente nula.
Si
bien su presencia es escurridiza, los técnicos del Museo Municipal de
Ciencias Naturales de Miramar, han logrado identificar unas veinticuatro
especies de mamíferos, tres por lo menos localmente extintas, como
Felis concolor, Ctenomys talarum y C. australis.
Sorprende la gran adaptabilidad de los mamíferos marsupiales y roedores
cricetidos. Por
otro lado, se ha identificado una importante población de Oncefelis
geoffroyi, que se la creía extinguida localmente desde hace varias
décadas, y ha proliferado notablemente en zonas protegidas, como el
bosque dunicola, entre otros. (Magnussen Saffer,
in prep).
La
diversidad y adaptación de las aves ha sido sin dudas la de mayor
número, más allá de lo difícil que se nos ha hecho su identificación y
recolección de evidencias.
Así
mismo, creemos que la ausencia de tantos otros ha sido solo una cuestión
de suerte, ya que al ser un lugar con abundante forestacion, es posible
que la lista sea más extensa.
Se
han identificado unas sesenta y seis especies. La presencia de aves
rapases como Milvago chimango, Polyborus plancus, Atiene
cunicularia, Asio flameus y Tyto alba, nos ha permitido identificar
una gran variedad de microvertebrados e insectos, los cuales se hallan
en estudio.
Así
mismo, se han identificado varias especies de zonas de bañado, que
nidifican o descansan en el bosque durante la noche. Estas provienen de
zonas indudables de las inmediaciones del bosque y del arroyo Las
Totoras, que se encuentra a poca distancia del mismo.
La
existencia de restos de Rhea americana, por el momento es muy
discutible. La presencia de restos óseos frescos, con evidencia de
manipulación humana, hace pensar que se trata de restos introducidos al
bosque caprichosamente, y no por cuestiones estrictamente naturales como
era de esperarse.
La
herpetofauna en este medio artificial totalmente modificado, se ha
logrado identificar unas seis especies de anfibios, solo tres especies
de lagartos y seis especies de ofideos.
Se
pone en duda la existencia de
Tupinambis teguixin,
a pesar, que un magnifico ejemplar registrado en el 2003, tratándose de
un individuo macho de un metro y treinta de largo, que supone algunas
dudas sobre su presencia natural, ya que el bosque no reúne condiciones
para su presencia.
Con
respecto a los ofideos, podemos decir que solo hay tres especies
relativamente peligrosas, comoBothops alternatus, Bothrops ammodytoides y Bothrops newiedii.
Conclusiones
El
Museo Municipal de Ciencias Naturales Punta Hermengo de Miramar, ha
identificado unas cuarenta y unas especies botánicas, veinticuatro
especies de mamíferos, sesenta y seis especies de aves, seis especies de
anfibios, tres especies de lagartos y seis especies de ofideos.
Aun
faltan otros estudios, como los malacológicos y entomológicos, que serán
realizados posteriormente, aunque las muestras ya se encuentran
recolectadas. Esta
notable diversidad de especies botánicas y zoológicas demuestran las
condiciones ambientales favorables para el desarrollo de organismos
vivientes, a partir de condiciones estrictamente artificiales.
El Pijuí Común de Cola Parda
(Synallaxis albescens) confundiendo al enemigo.
Por Ricardo Pasquali. Fuente: MACN
Las indefensas crías del
pijuí común de cola parda, un pájaro de amplia distribución en América
del Sur, imitan el sonido de la víbora de cascabel para protegerse.
Un biólogo del Museo Argentino de Ciencias Naturales
"Bernardino Rivadavia" descubrió que las crías del
pijuí común de cola parda (Synallaxis
albescens), un pájaro pequeño emparentado con el hornero, se
protegen de sus depredadores imitando el sonido característico de la
víbora de cascabel (Crotalus durissus terrificus). Esta
rara estrategia adaptativa permite explicar la supervivencia de esta
especie a pesar de lo fácilmente accesible que son sus nidos para sus
depredadores, como las comadrejas, hurones, zorrinos y zorros.
Roberto Juan Straneck,
del Laboratorio de Sonidos Naturales del MACN, explica que el pijuí
común de cola parda posee una distribución geográfica sumamente amplia,
ya que habita desde Colombia hasta la Argentina. A pesar de lo poco
llamativo de su coloración y a la costumbre de permanecer oculto en el
estrato arbustivo bajo y denso, su presencia se hace notoria por sus
vocalizaciones, que emite mayormente en época reproductiva. La más
notoria de éstas es su voz de patrulla territorial, un áspero
bisilábico, que repite insistentemente durante gran parte de las horas
diurnas.
Straneck comenta que, entre otras vocalizaciones, los juveniles
del pijuí común de cola parda desarrollaron un sonido como el
que hace la víbora de cascabel. Este hecho lo observó por
primera vez en forma accidental en La Chañarienta, Ayacucho, San
Luis. "Me encontraba grabando vocalizaciones de aves -relata- en
un pequeño monte xerófilo. Al desplazarme por un monte
arbustivo abierto, rocé con mi pierna un pequeño arbolito de
algarrobo negro de no más de 1,5 metros de altura, sobre el cual
se encontraba un nido de un ave pequeña, construido a muy baja
altura del suelo. Inmediatamente se produjo el sonido de una
víbora de cascabel.
Cuando me repuse del susto inicial, giré lentamente con
mi torso sin mover las piernas, tratando de encontrar a la 'víbora',
pero sólo vi el nido. Supuse que el ofidio se encontraba dentro. Traté
de ver en él pero no llegaba suficiente luz como para distinguir algo.
Mientras decidía que hacer para investigar ese nido, veo que llega un
adulto de pijuí de cola parda con comida en el pico. Se movía inquieto
entre las ramas de un arbusto cerca de mí, emitiendo una vocalización
monosilábica; me alejé unos metros para ver qué hacía y con gran
sorpresa veo que se posa en el arbolito del nido, inmediatamente vuelvo
a oír el, ahora mucho más intenso, y el adulto desaparece en el nido con
la comida en el pico, para reaparecer a los pocos segundos y volar en
busca de más comida. Luego regresé al nido con un espejo para iluminar
dentro de él, cuando toqué una ramita del arbusto se volvió a oír el
sonido de la víbora de cascabel. Al iluminar el interior pude ver dos
juveniles semiemplumados aplastados contra el fondo de la cámara de
incubación".
El investigador explica que la víbora de cascabel
pertenece a uno de los grupos de ofidios más peligrosos del continente
americano. Debido a la alta toxicidad de su veneno, su mordedura es
letal para la mayoría de los animales pequeños y medianos. Su sola
visualización y/o escucha de su "cascabeleo" es una señal clara de
advertencia de inminente peligro. Esta señal disuasiva es producida por
una serie de crótalos que se desarrollan en el extremo caudal y que al
ser agitados por la víbora producen un sonido "siseante" característico
de amplio espectro de frecuencia. Esta víbora sólo hace uso de este
sonido cuando se siente amenazada y está a punto de atacar.
"La mayoría de los vertebrados terrestres, especialmente
mamíferos pequeños y medianos, conocen muy bien esta señal
acústica -dice Straneck- y evitan introducirse en cuevas, huecos
de árboles y otros lugares oscuros o faltos de luz desde los que
puede salir este cascabeleo. En consecuencia, toda especie que
desarrolle un sonido similar a éste, puede contar con una buena
protección contra predadores naturales".
Una especie que desarrolló una vocalización similar y que es
bien conocida en este sentido, es la lechucita de las
vizcacheras, cuyos hábitos de nidificación son cavícolas.
Esta lechuza, a lo largo de su distribución en el
continente americano, usurpa cuevas en el suelo hechas por otras
especies, mayormente mamíferos medianos y pequeños como armadillos,
zorros, zorrinos, vizcachas, maras, entre otros; o bien ellas mismas
cavan estas cuevas. Siendo una especie sumamente vulnerable, una forma
de protección muy eficaz es una vocalización que hacen los juveniles;
ésta es muy similar al cascabeleo de la víbora de cascabel. Parece ser
que el desarrollo de este sonido no es excluyente de los juveniles de la
lechucita de las vizcacheras. Los juveniles de dos pequeños búhos de
América del Norte: el autillo americano oriental y el tecolotito
cabezón, también producen un sonido similar.
Straneck observó en total cinco nidos con juveniles: dos
en La Chañarienta, Ayacucho, San Luis; uno en el Parque Nacional Lihué
Calel, La Pampa, y dos en el Parque Provincial Chancaní, Pocho, Córdoba,
y grabó sus sonidos. También registró los sonidos mecánicos de
advertencia de cuatro ejemplares de víbora de cascabel en cautiverio.
Los ejemplares procedían de Pampa de Achala, Pocho, Córdoba.
"Los gráficos de los espectrogramas de audio de la
víbora de cascabel y de los ejemplares juveniles de pijuí común de cola
parda -dice Straneck- muestran una gran similitud, tanto en la
estructura corno en el espectro de frecuencias. Se puede apreciar que la
cantidad de elementos por segundo, su duración, frecuencia y ritmo de
emisión son sumamente parecidos".
El desarrollo en este pájaro de una vocalización que
imita con tanta fidelidad el sonido de advertencia de la víbora de
cascabel es una excelente adaptación para proteger a las crías de los
depredadores. Debido a que tanto el pijuí común de cola parda como la
víbora de cascabel tienen casi la misma distribución geográfica, se
asegura que todas las especies que podrían ser potenciales predadores
del ave conocen muy bien a la víbora de cascabel y su sonido de
advertencia y en consecuencia la vocalización que imita el cascabeleo
puede servir como un eficaz preventivo acústico".
Referencias bibliográficas:
Straneck, R.J. 1999. Una
vocalización del Pijuí Común de Cola Parda, Synallaxsis albescens (Aves,
Furnariidae), es similar al sonido mecánico de advertencia de la Víbora
de Cascabel, Crotalus durissus terrificus (Serpentes, Crotalidae).
Revista del Museo Argentino de Ciencias Naturales, nueva serie, 1 (1):
115-119.