MegaFauna Web. Biografia Richard Owen. . Georges Cuvier. Mary
Anning. Jean-Baptiste de Monet de Lamarck. Edward Drinker Cope. Roy
Chapman Andrews. Alfred Lothar Wegener, Franz Nopcsa von Felső-Szilvás,
u
Franz Nopcsa von Felső-Szilvás, un rey entre los
paleontólogos.
Por Mariano Magnussen Saffer. Director
de Grupo Paleo y Presidente de la Asociación de
Amigos del Museo Municipal Punta Hermengo.
marianomagnussen@yahoo.com.ar. Magnussen Saffer,
Mariano (2012). Franz Nopcsa von Felső-Szilvás, un rey entre los
paleontólogos. Paleo, Revista
Argentina de Paleontología. Boletín Paleontológico. Año 10.
74: 19-22.
Franz Nopcsa, fue un húngaro aristócrata,
aventurero, erudito, y paleontólogo. Es
ampliamente considerado como uno de los
fundadores de la Paleobiología y de los estudios
de en Albania.
Nació el 3 de mayo de 1877 como heredero de una
familia de aristócratas húngaros en Hateg, una
zona conocida desde tiempos antiguos como “Las
puertas de hierro de Transilvania”, región
estratégica puntuada por ciudadelas medievales.
Es la Transilvania de Vlad el Empalador y de su
heredero literario, el Conde Drácula, cuya
historia publicaría Bram Stoker en 1897 cuando
nuestro personaje tenía ya veinte años.
Es la imagen de un aristócrata de la mítica
Transilvania, también conocido como Ferenc
Nopcsa, que empezó como paleontólogo, realizó
importantes descubrimientos y desarrolló
novedosas hipótesis sobre cómo vivían los
dinosaurios y reptiles antiquísimos que la
ciencia empezaba a conocer y realizó importantes
aportes a la geología.
Barón Ferenc Nopcsa de Felső-Szilvás
(también Baron von Nopcsa Felsö-Szilvás,
Baron Nopcsa, Ferenc Nopcsa, Nopcsa
Ferenc, Barón Franz Nopcsa, Y Franz
Barón Nopcsa)
Fue en las tierras de la familia donde
en 1895, la hermana menor de Nopcsa de
Ilona descubre huesos de dinosaurio, en
la finca de la familia en
Szentpéterfalva en Săcele (Szacsal),
Transilvania. Esto dio lugar a la
inscripción de Nopcsa en la Universidad
de Viena, llevó los fósiles al geólogo
Eduard Sues, y comenzo a estudiar la
fosilización de huesos. Avanzó
rápidamente en sus estudios, le dio su
primera conferencia académica a la edad
de veintidós años.
Además de Mesozoico reptiles, Los
intereses Nopcsa incluido nación para
Albania, Entonces una mera provincia de
la comunidad turco-balcánica de Imperio
Otomano, Pero la independencia
aspirantes. Fue uno de los pocos
extranjeros que se aventuraban en las
zonas montañosas de Albania, en el norte
de Albania.
Lo que distinguió a Nopcsa de sus coetáneos
dedicados a la floreciente ciencia de la
paleontología fue su interés en saber cómo
vivían los animales que habían sido dueños de
esos huesos fosilizados, si eran de sangre
caliente o fría, si sus bocas podían darnos
datos sobre qué comían, e incluso cuánto, si
había diferencias entre los machos y hembras
(dimorfismo sexual) perceptibles en el estudio
de los fósiles. Le interesaban tanto la
estructura interna de los huesos de los
dinosaurios como los animales que vivieron
alrededor de ellos, otros reptiles y anfibios.
Ya en 1899 publicó la descripción de su primera
especie de dinosaurio y dio su primera
conferencia en la Academia de Ciencias de Viena
sobre los restos de dinosaurios en Transilvania.
Así, intrigado por el pequeño tamaño de los
dinosaurios transilvanos, comparados con
ejemplares similares de otras zonas, mucho más
grandes, desarrolló la hipótesis de que estos
dinosaurios se habían desarrollado en islas del
mar de Tetis durante el cretácico. Hoy sabemos
que el aislamiento en islas provoca que la
evolución tienda a tallas más pequeñas como la
de los famosos elefantes pigmeos que vivieron en
Chipre.
Fue además el primero que vislumbró la
posibilidad de que algunos dinosaurios cuidaran
de sus crías, el primero en identificar que los
restos de un pequeño dinosaurio a la altura del
abdomen de otro era evidencia de depredación y,
de modo espectacular, anticipó que las aves
procedían de dinosaurios bípedos terrestres de
sangre caliente, algo que no se validaría sino
hasta la década de 1970.
Más tarde, durante la Primera Guerra Mundial,
Nopcsa era un espía de Austria-Hungría. También
dirigió un grupo de Albania los voluntarios
durante la guerra. Sin embargo, con la derrota
de Austria-Hungría en la final de la guerra,
Nopcsa nativo Transilvania fue cedida a Rumania.
Como consecuencia, la Barón de Felső-Szilvás
perdieron sus tierras y otras posesiones.
Obligado a encontrar un empleo remunerado,
consiguió un trabajo como el jefe de la
Instituto Geológico de Hungría.
Nopcsa dejó una cantidad considerable de
publicaciones científicas y diarios privados.
Los diarios de pintar un cuadro de un hombre
complejo, con gran intuición, pero sin la
capacidad de comprender los motivos de los
demás. Su dedicación a la causa de la Albaneses
estaba en contraste con su falta de sensibilidad
sociópatas. En sus diarios que escribió acerca
de su indiferencia intento por convertirse en
rey de Albania:
La actividad académica de Nopcsa derivó también
hacia la política. Fascinado por Albania,
participó en la resistencia contra el control
turco de la zona, estuvo implicado en la
preparación de acciones militares contra Serbia
y Montenegro (que no se llevaron a cabo) en 1908
y 1909 e intervino en la primera guerra de los
Balcanes en 1912 que finalmente expulsaron a los
turcos y después se sumieron en conflictos
internos continuos. En el Congreso Albanés de
Trieste convocado para decidir el futuro de
Albania, fue uno de los principales aspirantes a
la corona del nuevo país, que al final se
entregó a Guillermo de Wied, que reinó algo
menos de seis meses.
Ferenc Nopcsa publicó al menos 186 trabajos en las más
diversas áreas, y para homenajearlo, cinco
especies de animales llevan su nombre:
Nopcsaspondylus, unos saurópodos de Argentina;
Elopteryx nopcsai, un dinosaurio terápodo de la
familia de las aves, encontrado en Rumania;
Tethysaurus nopcsai, un reptil marino de
Marruecos; Hyposaurus nopcsai, un driosaurio con
forma de cocodrilo cuyos restos han aparecido en
América y África occidental, y Mesophis nopcsai,
una serpiente que desapareció a fines del
cretácico.
Pero la tenencia de la Nopcsa en el Instituto
Geológico fue de corta duración. Se trasladó a
Viena estudiar fósiles. Sin embargo, se encontró
con dificultades financieras y se distrae en su
trabajo. Para cubrir sus deudas, vendió su
colección de fósiles a la Museo de Historia
Natural en Londres. Pronto se convirtió en
depresión. Desesperado y deprimido, le
administró a su amante un somnífero y, cuando
quedó dormida, le disparó en la cabeza y después
se suicidó. En la nota que dejó explicaba sobre
Doda que “no deseaba dejarlo atrás enfermo,
miserable y sin un céntimo, porque habría
sufrido mucho”. La mente que había desentrañado
tanto sobre la vida de los dinosaurios también
había planeado meticulosamente sus últimos
momentos.. Su final llego el 25 de abril 1933)
Bibliografía sugerida
David B. Weishampel; C. M. Jianu. 1995. The
centennial of Transylvanian dinosaur
discoveries: A reexamination of the life of
Franz Baron Nopcsa. Journal of Vertebrate
Paleontology 15 (3, Suppl.): p.60A.
Gëzim Alpion. 2002. Baron Franz Nopcsa and his
Ambition for the Albanian Throne. British
Education Studies Association Journal, vol. 6,
Nº 3, pp. 25-32
István Fõzy, A. Fogarasi, O. Szives (2001),
Baron Franz Nopcsa and the Dinosaurs of the
Carpathian-basin.
Jaroslav Mareš. 1993. Záhada dinosaurů (El
misterio de los dinosaurios). Praga, Svoboda-Libertas,
Nopcsa báró és a Kárpát-medence dinoszauruszai'
(Baron Franz Nopcsa y los Dinosaurios de la
cuenca Carpatiana), por Istvãn Főzy, Alfadat-Press,
Tatabánya.
Edward Drinker Cope.
Un competidor y apasionado
buscador de fósiles.
Fragmento de; Magnussen Saffer,
Mariano (2010). Edward Drinker
Cope. Un competidor y apasionado buscador de fósiles. Paleo, Boletín
Paleontológico. Año 8. 45: 09-11. marianomagnussen@yahoo.com.ar
Edward Drinker Cope nació el
28 de julio de 1840, el hijo mayor de Alfredo y Hanna
Cope. La muerte de su madre cuando tenía tres años de
edad parece haber tenido poco efecto en el joven
Eduardo, como lo menciona en sus cartas que no tenía
ningún recuerdo de ella. Su madrastra Rebecca Biddle
llenó el papel maternal; Cope se refiere a su gusto, así
como su hermanastro menor, James Biddle Cope.
Alfred, un miembro ortodoxo
de la Sociedad Religiosa de los Amigos o cuáqueros,
operaba un negocio lucrativo transporte marítimo
iniciado por su padre, Thomas P. Cope en 1821. Era un
filántropo que donó dinero para la Sociedad de Amigos,
el Jardín Zoológico de Filadelfia y el Instituto de la
Juventud de colores.
Cope asistió a la
Universidad de Pensilvania en el 1861 y / o 1862 años
académicos,
,el
estudio de la anatomía comparativa en virtud de Joseph
Leidy, uno de los anatomistas de mayor influencia y
paleontólogos de la época. Cope pidió a su padre a pagar
por un tutor en alemán y francés, "no tanto por su
propio bien", escribió Edward, "pero en cuanto a su
valor en lo que me permite leer sus libros de carácter
literario o científico." Durante este período él tenía
un trabajo recatalogación de la colección herpetológica
en la Academia de Ciencias Exactas y Naturales, en la
que se convirtió en miembro de Leidy instancias. Trabajo
de Cope duró dos años y visitó el Instituto Smithsoniano,
en ocasiones, cuando conoció a Spencer Baird, que era un
experto en el campo de la ornitología y la ictiología.
En 1861 publicó su primer
artículo sobre la clasificación Salamandridae; en los
próximos cinco años publicó sobre todo en los reptiles y
anfibios. Miembros de Cope en la Academia de Ciencias
Exactas y Naturales y la American Philosophical Society
le dieron puntos de venta de publicar y anunciar su
trabajo, y muchos de sus primeros trabajos
paleontológicos fueron publicados por la Sociedad
Filosófica. Alrededor de esta época estaba afiliado al
Club del Megaterio en la Institución Smithsoniana, en
Washington, D.C.. Formado parcialmente en la Universidad
de Pensilvania, luego de continuar sus estudios en
Europa fue nombrado curador de la mencionada Academia en
1865, posición que mantuvo hasta 1873.
Entre 1864 y 1867 se
desempeñó como profesor de ciencias naturales en
el Colegio Haveford. En 1889 fue designado
profesor de geología y paleontología por la
Universidad de Pensilvania. En 1863-1864 durante
la Guerra Civil estadounidense, Edward viajó por
Europa, teniendo la oportunidad de visitar los
museos más estimados y las sociedades de la
época. Inicialmente, Edward parecía interesado
en ayudar en un hospital de campaña, pero en las
cartas a su padre después de la guerra esta
aspiración parecía desaparecer, sino Edward
consideró que trabajan en la América del Sur
para ayudar a los liberados afro-americanos.
Davidson sugiere que la correspondencia con
Edward y Leidy Ferdinand Hayden, que trabajaba
como cirujano de campo durante la guerra, podría
haber informado a Eduardo de los horrores de la
ocupación. Edward estuvo involucrado en una
relación amorosa, su padre no lo aprobaba. si
Edward o la mujer sin nombre (a quien en algún
momento la intención de casarse) rompió la
relación es desconocida, pero se tomó la ruptura
mal.
El biógrafo y paleontólogo
Henry Fairfield Osborn atribuye la repentina partida de
Edward para Europa como un método de mantenerlo de ser
reclutado en la Guerra Civil. Cope le escribió a su
padre de Londres el 11 de febrero 1864 que, "voy a
volver a casa a tiempo para atrapar y ser atrapados por
el nuevo proyecto. No voy a arrepentir para ello, como
sé que a ciertas personas que se entenderá lo suficiente
como para decir que he ido a Europa para evitar la
guerra.
A pesar de su sopor, Edward
procedió con su gira por Europa, y se reunió con algunos
de los científicos más preciados del mundo durante sus
viajes por Francia, Alemania, Gran Bretaña, Irlanda,
Austria, Italia y Europa del Este, muy probablemente con
introductoria cartas de Leidy y Spencer Baird. En el
invierno de 1863, Edward se reunió Othniel Charles Marsh,
mientras que en Berlín. Se celebró dos títulos
universitarios en comparación con la falta de Edward de
dieciséis años la enseñanza formal el pasado, pero
Edward había escrito 37 artículos científicos en
relación a dos de Marsh obras publicadas. Mientras que
más tarde se convertirían en rivales, sobre la reunión
de los dos hombres se presentaron a tomar gusto el uno
al otro.
Después de que Edward
abandonó Berlín los dos correspondencia mantenida, el
intercambio de manuscritos, fósiles y fotografías.
Edward quemó muchos de sus diarios y cartas de Europa a
su regreso a los Estados Unidos. Los amigos
intervinieron y detuvieron a Cope de la destrucción de
algunos de sus dibujos y notas, en lo que el autor Url
Lanham considerado un "suicidio parcial".
Finalmente Cope tomó el
enfoque pragmático y esperó fuera del conflicto, que
puede haber sufrido de la depresión leve durante este
período, ya menudo se quejaba de aburrimiento.
En 1858 empezó su
competencia con Othniel C. Marsh por hallar más
fósiles de dinosaurios, esta fue la llamada
"Guerra de los Huesos", que trataremos con mas
detalle en el próximo numero de “Paleo“, en la
que los dos descubrieron varias especies. A
pesar de su derrota, Cope se hizo célebre por el
papel que desempeñó en torno al descubrimiento
de los dinosaurios más famosos del mundo actual,
tales como el Triceratops, Diplodocus,
y Stegosaurus, y estuvo al frente
de la mayoría de hallazgos célebres, tales como
los de Dimetrodon (el cual no es
un dinosaurio), Camarasaurus, Coelophysis y Monoclonius,
el más oscuro.
No se puede decir que la
rivalidad entre Cope y Marsh fuera por un asunto
pequeño: se pelearon por dinosaurios. Pero, en la
belicosa pugna por los huesos de los saurios gigantes
que los enfrentó durante veinte años -bautizada como
´Bone Wars por la prensa de la época-, ambos mostraron
una altura moral liliputiense, indigna de dos grandes
científicos. Cayeron en lo más bajo: el engaño, la
burla, el insulto, la calumnia, el soborno. Intentaron
robarse uno al otro, se espiaron, destruyeron restos
para que no los encontrara el rival, e incluso sus
cuadrillas de buscadores de fósiles, contagiadas de la
animosidad de sus jefes, llegaron a echar mano de los
revólveres, que ya es una forma extrema de dirimir
discusiones paleontológicas.
Entre 1871 y 1877, Cope
exploró estratos cretácicos en el estado de Kansas y
terciarios en Wyoming y Colorado. Perdió esta
desenfrenada competencia cuando murió en Filadelfia en
1897. Edward Drinker Cope falleció el 12 de abril 1897
(56 años) en Filadelfia, Pennsylvania.
Biografía Sugerida.
Bakker, RT; Galton, PM,
Siegwarth, J., and Filla, J. (1990). "A new latest
Jurassic vertebrate fauna, from the highest levels of
the Morrison Formation at Como Bluff, Wyoming. Part IV.
The dinosaurs: A new Othnielia -like hypsilophodontoid".
Hunteria 2 (6): 8–14.
Carpenter, Kenneth (2006).
Foster, JR & Lucas, SG. ed. "Biggest of the big: a
critical re-evaluation of the mega-sauropod Amphicoelias
fragillimus " . Paleontology and Geology of the Upper
Jurassic Morrison Formation, New Mexico Museum of
Natural History and Science Bulletin 36 : 131–138 .
Cope, Edward Drinker (1870).
"On the skull of dicynodont Reptilia. Lystrosaurus
frontosus from Cape Colony". Proceedings of the American
Philosophical Society (11): 419.
Cope, Edward Drinker (1878).
"On the Vertebrata of the Dakota Epoch of Colorado".
Proceedings of the American Philosophical Society 17
(100): 233–247.
Davidson, Jane (1997). The
Bone Sharp: The Life of Edward Drinker Cope . Academy of
Natural Sciences. ISBN 0910006539
Jaffe, Mark (2000). The
Gilded Dinosaur: The Fossil War Between ED Cope and OC
Marsh and the Rise of American Science . New York: Crown Publishing
Group. ISBN 0517707608 .
Richard Owen.
De cirujano a un gran naturalista
opositor a las ideas evolucionistas.
Fragmento del Articulo;
Magnussen Saffer,
Mariano (2009).
Richard Owen. De cirujano a un gran naturalista opositor a
las ideas evolucionistas.
Paleo, Boletín Paleontológico. Año 7. 39: 09 -12.
marianomagnussen@yahoo.com.ar
Brillante anatomista de origen inglés, creía al igual que
Georges Cuvier (1769-1832) que las especies eran inmutables,
pero a diferencia de éste, sostuvo que la correspondencia entre
las partes (homología) no podía quedar sin explicación. Richard
Owen nació en Lancaster, Inglaterra y fue educado en el colegio
Lancaster Royal Grammar. En 1820 entró como aprendiz de un
cirujano y farmacéutico local. En 1824 ingresó como estudiante
de medicina en la Universidad de Edimburgo. Dejó la universidad
al año siguiente y completó su curso de medicina en el Hospital
de San Bartolomé de Londres, donde estuvo a las órdenes del
eminente cirujano John Abernethy.
Owen sintió interés por la investigación en anatomía y Abernethy
le recomendó que aceptara el puesto de asistente de William
Clift, conservador del museo del Real Colegio de Cirujanos. Este
trabajó le interesó tanto que pronto abandonó su interés por
ejercer la medicina y a partir de este momento dedicó su vida
puramente a labores científicas. Owen preparó una importante
serie de catálogos de la colección Hunter del Real Colegio de
Cirujanos y con este trabajo adquirió excelentes conocimientos
de anatomía comparada que le fueron muy útiles a lo largo de su
carrera, especialmente en sus investigaciones sobre los restos
de animales extinguidos. En 1830 conoció
al anatomista francés Georges Cuvier y comenzó a interesarse por
la paleontología. Su catálogo de los ejemplares del Museo Hunter
(1833-1838) sigue siendo de considerable valor. En 1856 fue
nombrado director del Departamento de Historia Natural del Museo
Británico, lo que le brindó una oportunidad extraordinaria para
continuar con sus investigaciones paleontológicas.
Retrato de Richard Owen.
Su
reestructuración del departamento llevaría al traslado
de las colecciones de historia natural del Museo
Británico a un nuevo edificio en South Kensington, y la
creación del Museo de Historia Natural. Owen permaneció
en activo hasta que completó su trabajo en 1884 cuando
recibió la distinción K.C.B. y se retiró a Sheen Lodge
hasta su muerte.
Publicó muchas monografías sobre formas
extintas de vida. Algunos de sus trabajos mejor
conocidos están relacionados con el fósil Mylodon
robustus, el antiguo perezoso gigante que vivía
en Sudamérica, cuyos principales restos correspondian a
la Ptagonia Argentina y Chilena (1842); el
Archaeopteryx, un ave extinguida del jurasico de
Alemania que tenía características tanto de ave como de
reptil, cuyas repercusiones llegan hasta la actualidad
(1879); y el Dinornis maximus (Moa), una
gran ave que vivía en Nueva Zelanda y se había
extinguido recientemente (1846).
Richard Owen, fue un fiel opositor a las ideas evolucionistas,
buscó otra explicación que basó en los arquetipos. Un arquetipo
era una especie de modelo biológico o un patrón sobre el cual se
construía un organismo. Así por ejemplo los miembros de un
quiróptero, un primate, un roedor y un cetáceo, estaban
construidos a partir del mismo modelo biológico básico. Según la
explicación de Owen todos los vertebrados poseían el mismo
arquetipo y por ende todos tenían las mismas partes
fundamentales. Las diferencias específicas para Owen eran el
resultado de necesidades funcionales particulares superpuestas
al modelo básico. Asi mismo supuso que el esqueleto de un
vertebrado consistía en una serie de segmentos ideales que
denominó vértebras.
Según el anatomista inglés no todas las partes de
estas vértebras dispuestas seriadamente estaban expresadas en
cada segmento, aunque todas se encontraban disponibles si era
necesario. Esta serie ideal de vértebras constituían en
definitiva el arquetipo del esqueleto de los vertebrados. Owen
también se vio beneficiado por el privilegio de investigar los
animales muertos en los jardines de la Sociedad Zoológica de
Londres y cuando la sociedad empezó publicar artículos
científicos, Owen fue uno de los mayores contribuyentes en
artículos sobre anatomía. No obstante, su primera publicación
notable fue Memoir on the Pearly Nautilus (Londres,
1832), que pronto se convirtió en un clásico. Posteriormente
continuó haciendo contribuciones en cada área de anatomía
comparada y zoología durante casi cincuenta años. En 1844 Owen
introdujo el término histología, el estudio microscópico de la
anatomía. Su gran trabajo, Anatomía y fisiología de los
vertebrados (1866-1868), se basa por entero en sus
observaciones personales y es la contribución más importante en
su género desde la obra de Cuvier Lecciones de anatomía
comparada (1800).
El
Glyptodon, descrito por Owen en 1839.
La mayoría de sus trabajos sobre mamíferos trata sobre formas
extintas, en las que Owen se había interesado gracias a la
colección de fósiles recogida por Darwin en Sudamérica. Los Toxodon, de las pampas, fueron la primera evidencia
de un ungulado extinguido, un paquidermo con semejanzas con los
roedores (Rodentia), los Edentata y cetáceos herbíboros.
El interés de Owen por los mamíferos sudamericanos extinguidos
le llevó a la identificación del armadillo gigante, llamado Glyptodon (1839) y sus clásicos trabajos sobre
perezosos gigantes Mylodon(1842) y el
Megatherium(1860), además de otras importantes
contribuciones.
En relación a los mamíferos vivos, las contribuciones más
importantes de Owen están relacionadas con los monotremas,
marsupiales y monos antropoides. Owen también fue el primero en
reconocer y nombrar los dos grupos naturales de Ungulados,
aquellos con un número impar de dedos en los pies (Perissodactyla) y aquellos con un número par (Artiodactyla),
mientras que describía fósiles en 1848.
Los simultáneos descubrimientos de huesos fósiles de Nueva Gales
del Sur por parte de Sir Thomas Mitchell proporcionaron material
para los primeros trabajos, de una larga serie, sobre mamíferos
extinguidos de Australia, que se reeditaron en forma de libro en
1877. Owen descubrió el Diprotodon y el
Thylacoleo, además de los canguros y wombats gigantes.
Al mismo tiempo, Owen recogía fósiles de las Islas británicas y
entre 1844 y 1846 publicó History of British Fossil Mammals
and Birds, que fue seguido por otras muchas memorias,
especialmente Monograph of the Fossil Mammalia of the
Mesozoic Formations (Palaeont. Soc., 1871). Una de sus
últimas publicaciones fue un pequeño trabajo titulado
Antiquity of Man as deduced from the Discovery of a Human
Skeleton during Excavations of the Docks at Tilbury
(Londres, 1884). Junto con Benjamin Waterhouse Hawkins, Owen
ayudó a crear las primeras esculturas de tamaño natural que
representaban dinosaurios tal y como debían ser. Algunos modelos
fueron creados para la Gran Exhibición de Londres de 1851, pero
33 de ellos fueron creados a propósito cuando el Palacio de
Cristal fue recolocado en Sydenham (sur de Londres).
Su Comparative Anatomy and Physiology of Vertebrates (3
vols., London, 1866-1868) fue la investigación más personal
desde Leçons d'anatomie comparée de Georges Cuvier. No
sólo estudió las formas actuales sino que también dedicó una
gran atención a los grupos extintos, y siguió los trabajos
pioneros de Cuvier sobre paleontología de vertebrados. Muy al
principio de su carrera realizó exhaustivos estudios sobre
dientes, tanto de animales vivos como extinguidos y publicó su
obra, profusamente ilustrada, sobre odontología (1840-1845).
Entre sus trabajos sobre reptiles, Owen relacionó los esqueletos
de formas extinguidas, y sus memorias sobre especímenes
británicos fueron reimpresas en su History of British Fossil
Reptiles (4 vols., London, 1849-1884).
Cráneo de Iguanodon.
Owen publicó el primer recuento general importante del
gran grupo de los reptiles de tierra del Mesozoico, al
que dio el ahora familiar nombre de Dinosauria. Owen ha usado 3 géneros de dinosaurios
definidos: el carnívoro Megalosaurus, el herbívoro
Iguanodon y el acorazado Hylaeosaurus.
Owen también fue el primero en reconocer unos curiosos reptiles
de principios del Mesozoico con similitudes tanto con anfibios
como mamíferos, que llamó Anomodontia. La mayoría de ellos fue
obtenida en Sudamérica, empezando en 1845 con (Dicynodon).
Con el tiempo, fueron suficientes como para rellenar su
Catalogue of the Fossil Reptilia of South Africa, publicado
por el Museo Británico en 1876.
Owen fue el primero en describir el ahora bien conocido
Euplectella (1841, 1857). Entre los Entozooa su más
notable descubrimiento fue el del Trichina spiralis
(1835), el parásito que infecta los músculos humanos en la
enfermedad ahora conocida como triquinosis. Hizo estudios
detallados de los braquiópodos y estableció una clasificación
que es la que se ha mantenido. Entre los moluscos no sólo
describió el Nautilo (Nautilus Pompilius), sino
también Spirula spirula(1850) y otros
cefalópodos, tanto vivos como extinguidos y fue él quien propuso
la división universalmente aceptada de esta clase en dos
órdenes: Dibranchiata y Tetrabranchiata (1832). El
problemático artrópodo Cangrejo de herradura (Limulus
polyphemus) fue también el tema de una memoria especial
realizada por él en 1873.
Muchas de las ideas de Owen se han demostrado inválidas,
especialmente cuando se consideran desde el punto de vista de la
embriología, que Owen ignoró sistemáticamente en sus trabajos.
No obstante, la contribución de Owen fue fundamental para la
anatomía comparada y algunos de sus conceptos, como la
distinción entre analogía y homología y su distinción entre
distintos tipos de homología se mantienen en vigor. El final de
su carrera estuvo empañado por acusaciones de no valorar el
trabajo de otros e incluso de publicar como suyas
investigaciones de terceros. Esto culminó en 1844 cuando publicó
reclamando suyo un artículo sobre belemnitas que ya había sido
presentado por Chaning Pearce unos años antes en la Sociedad
Geológica, lo que provocó su expulsión de los consejos de la
Sociedad Zoológica de Londres y de la Royal Society.
Falleció el 18 de diciembre de 1892 en la ciudad de Londres.
Bibliografía Sugerida
Ruse 1983, p. 174, Lectures on the
Comparative Anatomy and Physiology of the Invertebrate Animals”
(1843)
Rev. Richard Owen, La vida de Richard Owen (2 vols.,
Londres, 1894).
Adrian Desmond and James Moore, Darwin
(London: Michael Joseph, the Penguin Group, 1991). ISBN
0-7181-3430-3
Schmitt, Stéphane (2006).
Aux origines de la biologie
moderne. L'anatomie comparée d'Aristote à la théorie de
l'évolution.
Paris: Éditions Belin. ISBN.
Georges Cuvier, el primer gran promotor de la anatomía
comparada y de la paleontología.
Fragmento del Articulo;
Magnussen Saffer,
Mariano (2009). Georges Cuvier, el primer gran promotor de la anatomía
comparada y de la paleontología. Paleo, Boletín
Paleontológico. Año 7. 40: 17 -20.
marianomagnussen@yahoo.com.ar
Georges Léopold
Chrétien Frédéric Dagobert Cuvier, barón de Cuvier, fue un
Anatomista comparativo francés especializado en la reconstrucción de
fósiles y la educación superior. Cuvier nació en Montbéliard, Borgoña.
En 1784 acudió a la Universidad Caroline cerca de Stuttgart, Alemania,
para estudiar ciencias administrativas, jurídicas y económicas. Estudió
también historia natural y anatomía comparada. Cuando finalizó sus
estudios en 1788, Cuvier se empleó como tutor en una familia francesa.
En 1795, invitado por el naturalista Geoffroy Saint-Hilaire, se trasladó
a París para trabajar en el recién reorganizado Museo de Historia
Natural. Fue nombrado de inmediato profesor de zoología y de anatomía
animal.
Partiendo de su concepción funcional del organismo, Cuvier investigó la
permanencia de las grandes funciones fisiológicas en la diversidad de
las especies. Este "principio de correlación" actuaba como hilo
conductor tanto de la anatomía comparada como de la paleontología. Así,
-señalaba Cuvier- la predación implica un cierto tipo de dentición, un
tubo digestivo capaz de asimilar la carne y miembros que permitan una
locomoción adaptada a esa dieta.
Gracias a su formación
administrativa, su brillante estilo oratorio y su atractiva
personalidad, Cuvier prosperó rápidamente, llegando a ser catedrático
del Collège de France en 1800. Fue el responsable de la reorganización
de la enseñanza secundaria en Burdeos, Niza y Marsella, y más tarde de
la educación superior en Francia. Desempeñó otros cargos públicos,
incluido el de consejero en 1814 y responsable del Departamento de
Interior del Consejo de Estado en 1819.
Cuvier fue el primer naturalista en clasificar el reino animal desde el
punto de vista estructural o morfológico que, no obstante, estaba
completamente subordinado a la función. Su obra más importante fue el
Regne animal distribué d'après son organisation ("Reino animal
distribuido a partir de su organización") que apareció en cuatro
volúmenes en su primera edición en 1817 y en cinco a partir de la
segunda edición (1829-1830). Cuvier defendió el principio según el cual,
teniendo en cuenta los datos proporcionados por la anatomía comparada,
los animales debían ser agrupados en cuatro planes estructurales de organización (embranchements):
vertebrados, moluscos, articulados y radiados. Cada uno de estos grupos
se definía por una disposición particular de los sistemas esenciales
entre los cuales se encontraban, fundamentalmente, los núcleos vitales,
a saber, el cerebro y el aparato circulatorio. El resto de los órganos
puede variar dentro de cada plan corporal, siempre respetando el
principio de correlación. Cuvier se oponía radicalmente al gradualismo,
por lo que estos planes eran considerados irreductibles entre sí.
Cuando en 1787 el
fraile de origen argentino Manuel de Torres tuvo noticia de que en Río
Luján, a unos 70 Km. de Buenos Aires, se habían encontrado restos de un
gran vertebrado, inmediatamente lo puso en conocimiento del Marqués de
Loreto, virrey gobernador del Río de la Plata. Le envió una muestra de
los huesos y el virrey se interesó vivamente en su recuperación, para
así cumplir con la instrucción real de Carlos III. Manuel de Torres
acometió la excavación y recuperó los huesos que corresponden al
ejemplar que se encuentra actualmente en el Museo Nacional de
Ciencias Naturales de Madrid (CSIC). Le costó varios meses
extraer los huesos porque ya en aquel tiempo se hizo con mucho
cuidado. El propio Marqués de Loreto tomó mucho interés para que
se recuperase el esqueleto entero, y se registrasen todos los
datos disponibles. Requirieron los
servicios de un dibujante para tomar las notas precisas, y los
huesos que salían con una gran humedad se secaban en la propia
residencia del virrey.
Cuando los huesos ya estuvieron preparados se remitieron a España en
1788, fueron desembarcados en Galicia, y se transportaron en carreta con
mucho cuidado para que no se deteriorasen. Cuando llegaron a Madrid se
hizo cargo de ellos el Real Gabinete.
El
envío en 1789 de los restos fosilizados de un animal de dimensiones
gigantescas al Gabinete de Historia Natural de Madrid ha sido
considerado el punto inicial de los estudios paleontológicos en el Río
de la Plata en Argentina. Tal tipo de envío era habitual en la época y
formaba parte de las prácticas de la historia natural y de los viajes de
exploración de los países europeos. Las representaciones del animal,
realizadas por Juan Bautista Bru y publicadas luego por Joseph Garriga,
fueron estudiadas por Georges Cuvier quien, sirviéndose de ellas,
identificó un mamífero extinguido: el Megatherium o
megaterio. Destacó su importancia de la siguiente manera: De todos los
animales de gran tamaño, es el descubierto más recientemente y, hasta el
presente, el más raro. Sin embargo, se conoce su osteología completa y
se tuvo la dicha de encontrar casi todos sus huesos reunidos, los cuales
se ha puesto el mayor esmero en montar para formar el esqueleto.
La importancia del
descubrimiento del megaterio fue más allá de lo mencionado en la cita de
Cuvier. Marcó un hito en el estudio de los fósiles pues, por primera
vez, se encontró un vertebrado extinguido sin relaciones aparentes con
la fauna viviente, lo que indicó que en tiempos pasados existieron
bestias desaparecidas desconocidas para el hombre. El megaterio, además,
tuvo otro cometido importante en la historia natural: sirvió para
demostrar la eficacia de la anatomía comparada de Cuvier como método
para comprender e interpretar las características de los animales.
Además de esta clasificación de
los animales basada en la estructura corporal, Cuvier propuso tres
hipótesis morfológicas. De acuerdo con su principio de la "correlación
entre las partes", la estructura de cada órgano de un animal está
funcionalmente relacionada con todos los demás órganos. Opinaba también
que es el entorno el que determina el diseño del animal, en lugar de
requerir un determinado estilo de vida.
Cuvier
jugó un papel crucial en el desarrollo de la paleontología. Gracias a su
principio de correlación fue capaz de reconstruir los esqueletos
completos de animales fósiles. Partiendo de sus observaciones
paleontológicas, Cuvier elaboró una historia de la Tierra fundamentada
en el fijismo y el catastrofismo. Así, concibió la historia geológica
como una historia puntuada por revoluciones o catástrofes. En tales
períodos se habría producido la extinción de las especies hasta entonces
existentes y su sustitución por otras. Estas nuevas especies procederían
de otras regiones del planeta que se habrían salvado de la catástrofe.
Así explicaba Cuvier los vacíos estratigráficos del registro fósil, que
no parecían permitir la inferencia de una continuidad de las formas
orgánicas.
Desde
la perspectiva del catastrofismo, la edad de la Tierra no necesitaba ser
excesivamente prolongada. De ahí que Cuvier abogara por sólo 6.000 años
de antigüedad, lo que le enfrentó a Charles Lyell, cuyo gradualismo
requería millones de años. Esta defensa de la constancia de las especies
y su oposición al gradualismo enfrentaron a Cuvier con la corriente
transformista iniciada por Buffon y desarrollada ampliamente por Lamarck.
Combinando los cuatro tipos
básicos de estructura corporal con sus tres principios morfológicos,
Cuvier reconstruyó antiguas formas de vida a partir de fragmentos
fósiles encontrados en París, cerca de Montmartre.
Estas reconstrucciones, que aún
se conservan, contribuyeron a incrementar los fondos del museo: de 3.000
especímenes a la llegada de Cuvier hasta más de 13.000 en 1832. Su gran
obra, El reino animal (1817), sirvió para respaldar el sistema de
clasificación cuvieriano, que se impuso en la historia natural de Gran
Bretaña y Francia hasta la publicación en 1859 del Origen de las
especies de Charles Darwin. También estudio en los
Ángeles cuando su madre estaba por morir.
Bibliografía sugerida.
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1975, Condorcet. From Natural Philosophy fo Social Mathematics. The
University of Chicago Press. Chicago.
COLEMAN, W., 1964,
Georges Cuvier, Zoologist: A Study in the History of Evolution Theory.
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Sección Ecología. Miramar Prehistorica, un testimonio del pasado
bonaerense. Nº 07
MAGNUSSEN SAFFER,
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SCHMIT, STEPHANE (2006). Aux origines de la
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Jean-Baptiste de Monet de Lamarck. Fundador de la paleontología de los invertebrados y de las
primeras teorías de la evolución biológica y el posterior lamarckismo.
Tomado de; Magnussen Saffer,
Mariano (2010). Lamarck. Fundador
de la paleontología de los invertebrados y de las primeras
teorías de la evolución biológica y el posterior lamarckismo.
Paleo, Boletín
Paleontológico. Año 8. 43: 19-22.
Jean-Baptiste de Monet de
Lamarck fue un Biólogo francés que siguió la carrera eclesiástica hasta
los diecisiete años por voluntad de su padre, a cuya muerte se enroló en
la infantería, donde sirvió desde 1761 a 1768 y de la que se desvinculó
a causa de su delicada salud. Nació el 1 de agosto de 1744 Bazentin,
Picardía, Francia.Lamarck
formuló la primera teoría de la evolución biológica, acuñó el término
«biología» para designar la ciencia de los seres vivos en 1802 y fue el
fundador de la paleontología de los invertebrados.
Observar la naturaleza, estudiar
sus productos, buscar las relaciones generales y particulares que han
ido imprimiendo en sus caracteres y, finalmente, intentar comprender el
orden que hace imperar por todas partes, así como su funcionamiento, sus
leyes y los medios infinitamente variados que emplea para dar lugar á
este orden, es, desde mi punto de vista, ponerse en camino de adquirir
los únicos conocimientos positivos que se encuentran á nuestra
disposición, los únicos, por otra parte, que pueden sernos
verdaderamente útiles y al mismo tiempo nos pueden proporcionar las
satisfacciones más dulces y limpias capaces de aliviarnos de las
inevitables penas de la vida.
Lamarck se trasladó entonces a
París, y estudió medicina y botánica. Discípulo de Bernard de Jussieu,
en 1778 publicó Flora francesa, obra en la que, por primera vez,
se clasificaba sistemáticamente la flora por medio de una clave
dicotómica. Miembro de la Academia Francesa de Ciencias, trabajó como
botánico del Jardin du Roi hasta que la institución se reconvirtió,
durante la Revolución, en el Museo Nacional de Historia Natural.
Lamarck formuló la primera
teoría de la evolución. Propuso que la gran variedad de organismos, que
en aquel tiempo se aceptaba, eran formas estáticas creadas por Dios,
habían evolucionado desde formas simples; postulando que los
protagonistas de esa evolución habían sido los propios organismos por su
capacidad de adaptarse al ambiente: los cambios en ese ambiente generaba
nuevas necesidades en los organismos y esas nuevas necesidades
conllevaría una modificación de los mismos que sería heredable. Se apoyó
para la formulación de su teoría en la existencia de restos de formas
intermedias extintas.
Con su teoría se enfrentó a la
creencia general por la que todas las especies habían sido creadas y
permanecían inmutables desde su creación, también se enfrentó al
influyente Cuvier que justificó la desaparición de especies, no porque
fueran formas intermedias entre las primigenias y las actuales, sino
porque se trataba de formas de vida diferentes, extinguidas en los
diferentes cataclismos geológicos sufridos por la Tierra.
La teoría de Lamarck es una
teoría sobre la evolución de la vida no sobre su origen que, en
aquel entonces, se aceptaba, surgía espontáneamente en sus
formas más simples. Sería 50 años después cuando Pasteur
demostrara que todo proceso de fermentación y descomposición
orgánica se debe a la acción de organismos vivos y que el
crecimiento de los microorganismos en caldos nutritivos no era
debido a la generación espontánea.
Lamarck tuvo que esbozar su
teoría en un tiempo en el que el estado de las ciencias
naturales era “caótico”, "formuladas en una época en que ni
siquiera se podía entrever la posibilidad lejana de fundarlas
sobre hechos evidentes"
Durante el siglo XX el
lamarckismo ha sido defendido por diferentes evolucionistas, y el
conocido como “efecto Baldwin” (enunciado por James Marck Baldwin y C.
Loyd Morgan a finales del siglo XIX), una versión edulcorada de
lamarkismo según la cual los hábitos sostenidos de las especies, por
selección natural, se fijarían en la herencia, se mantiene como
plausible para resolver algunas dificultades del neodarwinismo.
Avanzado el siglo XX, la
“barrera Weismann” se ha mostrado franqueable, sin poderse probar que
los caracteres adquiridos no puedan llegar a ser heredables. La
transferencia horizontal se ha demostrado en casos, y se ve en los
virus, con su capacidad de intercambio genético, a los posibles actores
de tales transferencias. También, en la simbiosis, se ha demostrado la
existencia de transferencia genética, y en su grado de máxima
integración, la simbiogénesis, ha demostrado la eclosión de nuevas
individualidades, quimeras que integran a sus simbiontes. El paso de
procariotas a eucariotas, descrito en la endosimbiosis seriada, fue
consecuencia de estos procesos simbiogenéticos; aunque Mayr y Maynard
Smith en los años 90 opinaban que estos procesos nada tienen que ver con
el Lamarckismo. Gould (1977) diría: “Dudo que el lamarckismo pueda
volver a experimentar un resurgimiento como teoría viable de la
evolución”.
Al día de hoy, en mayoría, la
comunidad científica considera el paradigma neodarwinista satisfactorio
para explicar la evolución biológica, no considerando válido el
lamarckismo. No obstante, Lynn Margulis, entre otras y otros, considera
que “una sugerencia principal para el nuevo siglo en biología es que el
difamado eslogan del lamarckismo, «la herencia de los caracteres
adquiridos» no debe ser todavía abandonado: tan sólo debe ser refinado
cuidadosamente”.
Nombrado director del
Departamento de los Animales sin Esqueleto, a los que posteriormente
Lamarck asignó su denominación moderna de invertebrados, efectuó la
primera subdivisión del mismo en los hoy día habituales grupos de
arácnidos, insectos, crustáceos y equinodermos. Compendio de sus
estudios son los siete volúmenes de su obra principal, Historia
natural de los invertebrados (1815-1822). Asimismo publicó tratados
sobre temas tan diversos como meteorología, geología, química y
paleontología, entre los que cabe citar Investigaciones sobre las
causas de los principales fenómenos físicos (1794),
Investigaciones sobre la organización de los seres vivos e
Hidrología (1802).
La diversidad de las inquietudes
de Lamarck resultó decisiva en la formulación de su teoría de la
evolución, basada en tres leyes fundamentales, las dos primeras de las
cuales versaban sobre el ascenso de los seres vivos hasta formas más
evolucionadas y la tercera, por extensión identificada con la corriente
de pensamiento conocida como lamarckismo, establecía que los caracteres
adquiridos durante dicho proceso evolutivo eran hereditarios.
Falleció ciego y en la
indigencia el 18 de diciembre de 1829 en Paris.
Bibliografía Sugerida.
Richard Dawkins 1986, El Relojero
Ciego, Trad. Manuel Arroyo Fernández, Editorial Labor S. A. 1989.
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PANDA’S THUMB, El pulgar del panda,Trad. ANTONIO RESINES, Revisión de
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de Darwin. Evolución y significados de la vida, Trad.: Cristóbal Pera
Blanco-Morales, Círculo de Lectores /Galaxia Gutenberg, 1999.
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Sandín Máximo, Pensando la
Evolución, Pensando la vida, 2006, Ediciones Crimentales S. L. ISBN:
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Así es la biología 1998, Trad. Juan Manuel Ibeas, Editorial Debate, S.
A.,
Steven Pinker, 1997, How the mind
works, Cómo funciona la mente, Trad. Ferran Meler-Orti, Ediciones
Destino S. A. 2001.
Margulis, Lynn (2002). Planeta
Simbiótico. Un nuevo punto de vista sobre la evolución., Victoria
Laporta Gonzalo (trad.), Madrid: Editorial Debate.
Mary Anning. Princesa de la paleontología británica y
apasionada buscadora de fósiles.
Tomado de: Magnussen Saffer,
Mariano (2010). Mary Anning.
Princesa de la paleontología británica y apasionada
buscadora de fósiles.
Paleo, Boletín
Paleontológico. Año 8. 44: 08-10.
La vida de Mary Anning ha sido
el tema de muchos libros y artículos. Y sin embargo muy pocos
conocen el aporte que ha hecho a la paleontología como disciplina
científica. ¿Cómo es posible que alguien considerada “la más grande
descubridora de fósiles” sea tan desconocida incluso entre muchos
paleontólogos?
Nació de Richard y Mary Anning
en Lyme Regis, en el sur de Inglaterra, una costa que aún contiene
fósiles del período jurásico. Richard y Mary tuvieron diez hijos, de
los que sólo sobrevivieron dos, Mary y Joseph. Su padre, de
profesión ebanista, murió en 1810 y dejó a su familia endeudada
aunque les dejó el amor por su pasatiempo: la búsqueda de fósiles,
una tarea peligrosa en la que sus hijos siempre lo acompañaban.
Muchos años antes de que
Charles Darwin publicara El orígen de las especies, se desprende de
las cartas de Mary Anning que ella ya tenía una teoría parecida. Los
científicos de la época no podían creer que una joven de un estrato
social carenciado pudiera tener el conocimiento y la capacidad que
ella mostraba. En 1824, Lady Harriet Sivester, viuda del escribano
registrador de Londres, escribió en su diario luego de visitar a
Mary Anning:“. . .es extraordinario que esta joven conozca la
ciencia que rodea a cada descubrimiento…Es un favor divino que esta
pobre niña ignorante reciba esta bendición, ya que por medio del
estudio minucioso ha llegado a tener tal conocimiento que
habitualmente escribe y conversa con profesores y otros hombres
sabios sobre el tema. Todos admiten que ella entiende más sobre esta
ciencia que ninguna otra persona en el reino.”
En el año 1800, un circo
ambulante pasó por Lyme Regis, Dorset, la pequeña ciudad costera del
sur de Inglaterra que vio nacer, crecer y morir a Mary Anning. Una
gran tormenta se levantó de golpe y descargó un rayo sobre la mujer
que cargaba en brazos a Anning, entonces de 15 meses, fulminándola
de inmediato. La beba, dice la leyenda, salió de la emergencia
eléctrica gateando, más vivaz que nunca.
Su rareza empezó a asomar a
los siete años, cuando solía perderse tardes enteras y
volver a casa sucia, con un botín de piedras y huesos que
muchas veces la superaban en tamaño. Cuatro años después, en
1811, cuando su padre murió de tuberculosis, Mary buscó la
manera de volver rentable su extraño pasatiempo. Se calzó
los pantalones de la casa y con sólo once años se convirtió
en una experta negociadora. Se pasaba día y noche con su
martillito, su canasta de mimbre y su perro, caminando por
playas y acantilados para recoger (y analizar) cuanta piedra
brillante y fósil maltrecho encontrase, siempre con la misma
idea fija en la cabeza: venderlos al día siguiente al primer
turista despistado con el que se cruzara, y así sostener a
su familia. Lo que Mary Anning no sabía era que pronto se
convertiría en casi la única proveedora de huesos de los
museos históricos ingleses y las colecciones privadas de
nobles y científicos europeos.
Montones de papers y libros
científicos pudieron escribirse sin verse obligados a agradecer, o
siquiera a aludir, a la original descubridora de semejantes bestias
jurásicas, cuya talla alcanzaba envergaduras pesadillescas. La
condenaba su condición: era pobre, campesina y sobre todo mujer,
algo inadmisible en un mundo bañado de testosterona como el
científico.
Y aunque Mary Anning creció con
un incontenible recelo hacia los aprovechadores que ganaban fama y
fortuna a costa suya, eso no impidió que la joven Mozart de la
paleontología, a los 12 años, desenterrase el primer fósil completo de
un ictiosaurio –un reptil marino parecido a un delfín pero con dientes
de tiburón, actualmente en exhibición en el British Museum de Londres–,
al que había confundido primero con un cocodrilo grande. Una vez
reconstruido y analizado, Mary vendió el fósil por 23 libras a un tal
Henry Henley, que lo expuso en el Museo de Historia Natural William
Bullock de Piccadilly. El segundo gran hallazgo lo hizo a los 22: el
primer esqueleto completo de un plesiosaurio, vendido por 200 libras al
duque de Buckingham. Y a los 28 vino el tercero: el primer
pterodáctilo macronyx –lagarto volador– hallado en Inglaterra.
En 1816 a la edad de 17 años
se casó con Gideon Mantell; poco después en 1820 encontró,
mientras su esposo estaba con su paciente, unos dientes que
después serían denominados al Iguanodon su esposo le dio todo el
crédito del descubrimiento en su libro en el que se cree que la
mayoría de los hallazgos son de ella aunque no lo menciona. Las
noticias sobre fósiles nuevos y sorprendentes no tardaron en
llover sobre el Museo Nacional de Historia Natural de París,
segundo hogar del por entonces famoso Georges Cuvier. Como era
su costumbre, lo primero que hizo el naturalista francés fue
dudar de la autenticidad de los especímenes detalladamente
dibujados por Anning.
Pero la duda no duró mucho y
pronto la cazadora de fósiles recibió el tan merecido visto bueno de la
comunidad científica. Le dijeron de todo: “princesa de la paleontología”
(Ludwig Deichardt, explorador alemán), “una muy inteligente y graciosa
criatura” (George William Leatherstonaugh, geólogo norteamericano). Sin
embargo, el título más recordado –el que mejor le queda– es el de “la
más grande fosilista que el mundo haya conocido”. Así fue como a partir
de 1838, Mary Anning recibió una pensión anual de la Asociación
Británica para el Progreso de la Ciencia y en julio de 1846 pasó a
formar parte de la Sociedad Geológica en reconocimiento a los servicios
(científicos) prestados a los geólogos del mundo. (La organización no
volvería a admitir a otra mujer hasta 1904.
Por entonces, la dinámica de la
encíclica pueblo chico-infierno grande empezó a ronronear. En Lyme
Regis, se rumoreó que Mary Anning –sin marido, sin hijos y sin madre,
muerta en 1842– le daba a la botella. Lamentablemente, el rumor era
cierto. Pero en vez de empinar botellas de whisky, vodka, brandy o ron,
Mary se rendía a los pies del láudano, único bálsamo para los dolores
infligidos por el cáncer de mama que anidaba sin control en su pecho. La
lucha, que comenzó un día anónimo, concluyó un día que ahora todos
conocemos: el 9 de marzo de 1847. Desde entonces, Mary Anning, con vasta
fama y reconocimiento pero muy pocas libras, abandonó el reino de los
vivos para descender al mundo fósil. Un lugar prístino y eterno, pero
sobre todo muy suyo.
Al morir, científicos e
historiadores simplemente la borraron de sus libros y acreditaron a los
naturalistas que compraron sus especímenes como los descubridores. No
era apropiado adjudicar tan importante y pionera labor a una mujer que
además era de clase trabajadora.
Bibliografía Sugerida.
Torrens, Hugh. 1995. "Mary Anning
(1799-1847) of Lyme: 'the greatest fossilist the world ever knew',"
British Journal for the History of Science, 25:257-284 Anon. 1828.
Another discovery by Mary Anning of
Lyme. An unrivalled specimen of Dapedium politum an antediluvian
Salisbury and Winchester Journal, 108:5599 2
Historia ilustrada de los
dinosaurios, David Norman & Jhon Sibbick ,Oxford 1985, 10-11
Othniel Charles
Marsh.
Uno de los paleontólogos más destacados del siglo XIX y protagonista de
la guerra de los huesos.
Tomado de; Magnussen Saffer,
Mariano (2010). Othniel Charles
Marsh. Uno de los paleontólogos más destacados del siglo XIX
y protagonista de la guerra de los huesos. Paleo, Boletín
Paleontológico. Año 8. 44: 23-26.
Othniel Charles nació en
Lockport, Nueva York el 29 de octubre de 1831. Durante su carrera Marsh
publicó cerca de 300 escritos y libros científicos en los cuales él
describió y nombró aproximadamente 500 nuevas especies de los animales
fósiles encontrados por él y sus colectores. Por su amistad con el
geólogo, coronel Ezekiel Jewett, adquirió un gusto para recoger
especímenes de historia natural mientras que su ídolo le enseñó sobre
los minerales locales, el trilobite y los excelentes especímenes que se
podrían encontrar cerca de su hogar.
Cuando Othniel alcanzó la edad de 21, heredó la dote a que Peabody había
proporcionado para su madre, la cual fallecio cuando el tenia 3 años de
edad. Con él entró en la escuela preparatoria, la academia Phillips en
Andover, Massachusetts. Después de graduarse en Andover, acudió a la
universidad de Yale con la ayuda financiera de su tío. Peabody continuó
su ayuda mientras que Marsh prosiguió sus estudios en varias
universidades alemanas. Durante su último curso quedó muy marcado por
uno de los libros más populares publicados por esas fechas... "El Origen
de las Especies" de Darwin. Años después se convertiría en el mayor
defensor de la nueva teoría evolutiva en Norteamérica... pero es
adelantar acontecimientos.
El profesor Marsh recibió una
herencia substancial después de la muerte de Peabody en 1869, que le
ahorró la necesidad de recibir un sueldo de Yale. Marsh utilizó su
herencia para construir una casa grande para depositar las grandes
colecciones de fósiles vertebrados, de huellas fósiles, de fósiles
invertebrados, y de artefactos arqueológicos y etnológicos. En 1898 el
profesor Marsh presentó sus colecciones extraordinarias a Yale.
La finalización de los
estudios universitarios de Marsh se produjo en un momento
histórico de gran turbulencia en los Estados Unidos. Ese año se
celebraron las elecciones que dieron la presidencia a Abraham
Lincoln y al año siguiente se produjo la secesión de los estados
sureños, con lo cual se iniciaron las hostilidades que dieron
lugar a la guerra civil estadounidense. No obstante, Peabody no
parecía dispuesto a que la formación de su sobrino se viese
afectada por estos hechos. Marsh pasó los siguientes cuatro años
visitando diversas instituciones en Europa para continuar sus
estudios como paleontólogo. En los siguientes cuatro años
dirigió personalmente cuatro expediciones que le llevaron, junto
a algunos de los estudiantes de la Universidad de Yale, a
recorrer todo el Oeste americano, desde Kansas, a Colorado,
Wyoming, Utah, Nebraska, Nevada o California (he incluso llegó a
dar un rodeo para pasar por Panamá).
En estas expediciones
descubrieron magníficos yacimientos tanto de mamíferos del Paleógeno y
Neógeno, como de dinosaurios del Cretácico. Toneladas de fósiles fueron
enviadas a Yale desde la última frontera del continente.
El estegosaurío, el nodosaurio, el
diplodoco y el tricerátops son sólo algunos de los grandes
descubrimientos realizados por Othniel Marsh, un personaje que ha dejado
una huella indeleble en la historia de la paleontología y uno de los
grandes protagonistas de la "caza" de dinosaurios. En la historia de la
ciencia abundan los personajes peculiares, que gracias a su fuerte
personalidad y en ocasiones a su empecinamiento y obstinación
consiguieron sacar adelante la investigación y realizar nuevos
descubrimientos.
Muchos de esos hombres y mujeres tenían un temperamento difícil y sus
vidas estuvieron marcadas por grandes pasiones, especialmente en el caso
de los estudiosos del siglo XIX, obligados a obrar como pioneros, fuera
de las instituciones. La paleontología no es una excepción a esta regla,
pues también la historia de esta disciplina es rica en personajes
singulares, como singular fue la historia de las relaciones entre los
investigadores, a veces cordiales y caracterizadas por un espíritu de
gran colaboración y otras veces animadas por sentimientos de envidia e
incluso de odio.
Estas cuatro expediciones iniciaron
la Fiebre de los Huesos, también conocida como Guerras de los Huesos.
La Guerra de los Huesos fue un
periodo de intensa especulación y descubrimientos de fósiles durante la
Gilded Age de la historia de los Estados Unidos, marcado por una gran
rivalidad entre Edward Drinker Cope de la Academia de Ciencias Naturales
de Filadelfia y Othniel Charles Marsh del Museo Peabody de Historia
Natural de Yale. Los dos paleontólogos utilizaron métodos deshonestos
para superar al otro en el campo, recurriendo a sobornos, robos, y
destrucción de huesos. Los científicos también se atacaron mutuamente en
obras científicas, intentando arruinar la credibilidad del otro y
dejarlo sin financiación.
Inicialmente Cope y Marsh eran
colegas que se comportaban de manera educada el uno con el otro,
pero tras diversas disputas personales se convirtieron en
enemigos acérrimos. Su investigación de huesos los llevó al
oeste, a los ricos yacimientos paleontológicos de Colorado,
Nebraska y Wyoming. Entre 1877 y 1892, ambos utilizaron su
patrimonio y su influencia para financiar sus propias
expediciones y obtener servicios y fósiles de cazadores de
dinosaurios. Al final de la Guerra de los Huesos, ambos habían
agotado su patrimonio para alimentar su intensa rivalidad.
En una ocasión, los dos
científicos se habían marchado a una expedición de recolección de
fósiles en los pozos de marga de Cope en Nueva Jersey, donde William
Parker Foulke había descubierto el holotipo del dinosaurio
Hadrosaurus foulkii, descrito por el paleontólogo Joseph Leidy;
este fue uno de los primeros descubrimientos de dinosaurios en América,
y los pozos todavía eran ricos en fósiles. Aunque los dos fueron
amigablemente, Marsh sobornó en secreto a los operadores de los pozos
para que le llevaran los fósiles que descubrían a él, en lugar de a Cope.
Los dos empezaron a atacarse mutuamente en documentos y publicaciones, y
su relación personal empeoró. Marsh humilló a Cope indicando que su
reconstrucción del plesiosaurio Elasmosaurus era
defectuosa, con la cabeza emplazada donde tendría que ir la cola. Cope,
a su vez, empezó a buscar en lo que Marsh consideraba su terreno privado
de caza de huesos (Kansas y Wyoming), empeorando su relación.
Cope y Marsh quedaron económica
y socialmente arruinados por sus esfuerzos para deshonrar al contrario,
pero sus contribuciones a la ciencia y la disciplina de la paleontología
serían inmensas; a su muerte, los científicos dejaron toneladas de cajas
de fósiles sin abrir. La disputa entre los dos hombres llevó al
descubrimiento y la descripción de más de 142 especies nuevas de
dinosaurios. Las consecuencias de la Guerra de los Huesos se plasmaron
en un mejor conocimiento de la vida prehistórica, y despertó el interés
del público por los dinosaurios, llevando a la continuación de la
investigación de fósiles en América del Norte durante las décadas
siguientes. También se han publicado diversos libros históricos y
adaptaciones de ficción sobre este periodo de intensa rivalidad
paleontológica.
Marsh había sido capaz de
reunir en torno a su figura a los mejores cazadores de fósiles.
Algunos de sus ayudantes llegaron a ser a su vez paleontólogos
famosos. Gracias a su contribución, Marsh pudo sacar a la luz y
describir dinosaurios de dimensiones colosales, desconocidos
hasta entonces, como el larguísimo diplodoco, el gigantesco
apatosaurio (del que aún no se conocía la cabeza), el temible
alosaurio y otros muchos reptiles que vivieron durante el
Jurásico. Pero sus mayores éxitos fueron los dinosaurios del
Cretácico, en torno a 1870, cuando las relaciones con Cope
todavía eran amistosas.
En esa época describió un
pequeño anatosaurio, bautizado con el nombre de Hadrosaurus minor,
sobre la base de hallazgos realizados en las playas de Nueva Jersey, y
un año después descubrió en Kansas los restos del Claosaurus
agilis, otro representante del mismo grupo.
La gran cantidad de fósiles que
pasaron a formar parte de la colección de Yale obligó a Marsh a realizar
un extenso trabajo de catalogación y clasificación, que resultó ser muy
útil, pues creó grupos taxonómicos que aún hoy se aceptan, como los
subórdenes de los ceratopsios, estegosaurios, ornitópodos y terópodos, y
las familias de los alosáuridos, diplodócidos y camptosáuridos, entre
otros. Sus descripciones se revelaron precisas y en algunos casos
geniales.
Othniel Charles Marsh murió de
pulmonía en su hogar en New Haven, en Marzo 18 de 1899.
Bibliografía Sugerida.
Marsh, O.C.
1874a.
On the Structure and Affinities of the Brontotheridae.
American Journal of Science, 7: 81-86.
Marsh, O.C. 1874b. Fossil Horses in
America. The American Naturalist, 8: 288-294.
Marsh, O.C. 1877. Introduction and
Succession of Vertebrate Life in America. Nature, 16: 448-450, 470-472,
489-491.
Marsh, O.C. 1879. History and
Methods of Paleontological Discovery. American Journal of Science, 18:
323-259.
Marsh, O.C. 1880. Odontornithes: a
Monograph on the Extinct Toothed Birds of North America. Yale University
Press, New Haven.
Marsh, O.C. 1882. The Wings of
Pterodactyles. American Journal of Science, 23: 255.
Marsh, O.C. 1886. Dinocerata: a
Monograph of an Extinct Order of Gigantic Mammals. Monographs of the
U.S. Geological Survey, 10: 1-243.
Marsh, O.C. 1896. The Dinosaurs of
North America. 16th Annual Report of the U.S. Geological Survey, part I,
pp. 133-244. Washington.
McCarren, M.J.
1993. The Scientific Contributions of Othniel Charles Marsh: Birds,
Bones, and Brontotheres. Peabody Museum of Natural History Special
Publication, 15: 1-66.
Schuchert, C. 1938. Biographical Memoir of Othniel
Charles Marsh, 1831-1899. National Academy of Sciences of the United
States of America Biographical Memoirs, 20: 1-78.
Schuchert, C. & LeVene, C.M. 1940.
O. C. Marsh: Pioneer in Paleontology. Yale University Press, New Haven.
Roy Chapman Andrews, el paleontólogo que
inspiro la personaje Indiana Jones.
Tomado de; Magnussen Saffer,
Mariano (2010). Roy Chapman Andrews, el paleontólogo que inspiro el
personaje Indiana Jones.
Paleo, Boletín
Paleontológico. Año 8. 46: 33-36.
marianomagnussen@yahoo.com.ar
El ya místico e inmortalizado Roy Chapman Andrews fue un explorador, aventurero y naturalista
estadounidense conocido principalmente por dirigir una serie de
expediciones a través de la fragmentada China de principios del
siglo XX hacia el desierto de Gobi y Mongolia. Esas expediciones
lograron importantes descubrimientos y mostraron los primeros
fósiles conocidos de huevos de dinosaurios.
En 1922, Andrews
partió hacia Mongolia, en busca del primer ser humano. Llegó al
desierto del Gobi sobre un caballo, pistola en ristre y cubierto por
un sombrero de boy scout. Hoy parecería una caricatura de Indiana
Jones. Pero es al revés. El espíritu del naturalista estadounidense
sirvió de modelo para las películas de aventuras de la década de
1940, y estas acabaron inspirando los guiones de George Lucas, el
padre de Indiana Jones.
A
comienzos del siglo XX, el entonces director del Museo de Historia
Natural de EEUU, Henry Fairfield Osborn, hoy conocido por apoyar la
idea de una raza superior y echar gasolina a la eclosión del régimen
nazi, postuló la teoría de que el origen del ser humano se
encontraba en Asia. Pero alguien tenía que demostrarlo. Y allí
estaba Andrews, entonces un treintañero que había entrado en el
museo como taxidermista y había acabado como explorador en las
Indias Orientales.
Andrews
nació en Beloit, Winsconsin el 26 de enero de 1884. Cuando era niño exploraba los
campos, bosques y aguas de los alrededores. Aprendió
taxidermia por sí mismo y utilizó los recursos de ese hobby
para entrar al colegio Beloit. El 31 de marzo de 1905
Andrews navegaba en el río Rock en malas condiciones cuando
su bote se volcó; su amigo Monty White murió en las frías
aguas. Después de su graduación el siguiente año, Andrews
viajó a Nueva York para buscar trabajo en el American Museum
of Natural History. Como no había vacantes toma el puesto de
conserje del área de taxidermia y comenzó a conseguir
especimenes para el museo. Durante el siguiente año trabajó
y estudió simultáneamente consiguiendo un título de maestría
en mamíferos de la Universidad de Columbia.
De
1909 a 1910 navegó en el USS Albatross hacia las Indias del este
recolectando serpientes y lagartijas y observando mamíferos marinos.
Se casó con Yvette Borup en 1914. De 1916 a 1917 Andrews y su esposa
dirigieron la expedición zoologica asiática a través del sur y oeste
de Yunnan así como provincias de China. El libro Camps and trails
in China cuenta sus experiencias.
En
1920 Andrews comenzó a planear expediciones a Mongolia y condujo una
flota de autos Dodge desde Pekin. Esas expediciones pasaron por
muchas inclemencias del camino y del clima, que en esos lugares
produce bajas en la temperatura bastantes drásticas en pocos
minutos, la fauna del lugar y los constantes ataques de los bandidos
tampoco mostraron piedad, incluso llegaron a sufrir tiroteos por
parte del ejército del lugar. En 1922 el equipo descubrió un fósil
de Indricotherium (entonces llamado
Baluchitherium), un rinoceronte gigante sin cuerno, de 20
toneladas, el cual fue enviado al museo, llegando el 19 de
diciembre.
Lo
más curioso de lo que se llamaron Las Andrews no tenía un
dólar. Así que se fue al despacho del banquero J. P. Morgan Jr. y le
enseñó un fajo de mapas del desierto del Gobi que mostraban enormes
zonas inexploradas, presumiblemente llenas de fósiles que
desvelarían el nacimiento de la humanidad. El cazador de dragones,
apenas 15 minutos de entusiasmo bastaron para que Morgan le
ofreciera 50.000 dólares, el equivalente a un millón de los de
ahora.
Expediciones Centroasiáticas del Museo de Historia Natural de
Nueva York[] es lo siguiente: se iniciaron bajo
los auspicios del Museo y la insistencia de Henry Fairfield Osborn,
un mecenas millonario con un cargo en el Museo y gran admirador de
las teorías de Darwin. Le propuso a Roy Chapman una expedición por
Asia Central para que encontrara fósiles humanos y así demostrar que
Darwin estaba en lo cierto en todo... excepto en que los antepasados
de la especie humana provinieran de África. Según la teoría de
Osborn los grandes mamíferos y el hombre tenían su origen en Asia...
Siguiendo esta "loca" teoría el naturalista Roy Chapman Andrews
organizó la mayor expedición conocida hasta la fecha (incluidos
vehículos a motor y caravanas de camellos). Sus habilidades y buenos
contactos entre los magnates estadounidenses implicaron a Morgan,
Rockefeller y Colgate, por citar sólo a los más famosos.
Lógicamente
no se encontró un solo fósil humano que demostrara que el
hombre no proviniese de África, ni mucho menos el "eslabón
perdido", pero en el desierto del Gobi hallaron el mayor y
primer registro fósil de dinosaurios de toda la historia. A
veces un error de planteamiento conduce a un éxito, y esta
es una de esas ocasiones memorables.
Otra curiosidad es que siempre se ha comentado que el personaje de
ficción del arqueólogo Indiana Jones se basó en la personalidad de
Roy Chapman. En 1922, Andrews partió hacia Mongolia, en busca del
primer ser humano. Llegó al desierto del Gobi sobre un caballo,
pistola en ristre y cubierto por un sombrero de boy scout. Hoy
parecería una caricatura de Indiana Jones. Pero es al revés. El
espíritu del naturalista estadounidense sirvió de modelo para las
películas de aventuras de la década de 1940, y estas acabaron
inspirando los guiones de George Lucas, el padre de Indiana Jones.
Steven Sppielber, director de la película Jurasic Park, se inspiro
de las hazañas y la estampa del paleontólogo Roy para crear a su
celebre personaje de cine. La única diferencia entre “Indi” y el
imparable “Roy”, es que, en vez de ir detrás de los tesoros
arqueológicos como su sucesor cinematográfico, el iba en busca de
fósiles de dinosaurios, reptiles y mamíferos.
El
13 de julio de 1923, el equipo fue el primero en el mundo en
descubrir huevos de dinosaurio, inicialmente se creía que
pertenecían al ceratopsido Protoceratops, en 1995 se
determinó que pertenecen al theropodo Oviraptor. Las
expediciones se interrumpieron en 1926 y 1927. En 1928 la expedición
fue detenida por las autoridades chinas pero eventualmente regresó.
La expedición de 1929 fue cancelada. En 1930 se hizo un viaje final
y se descubrieron algunos fósiles de mastodonte. Más tarde, ese año
Andrews regresó a Estados Unidos y se divorció de su esposa, con la
que tuvo dos hijos. Sesenta años después de la expedición inicial de
Andrews, el American Museum of Natural History regresó a
Mongolia con la invitación de su gobierno para continuar con las
exploraciones.
Durante cinco expediciones, emprendidas entre 1922 y 1930, Andrews
sacó a la luz decenas de nuevas especies de mamíferos y reptiles
gigantes del Cretácico, siempre con la pistola en el cinto para
repeler a las bandas armadas de Mongolia, entonces sacudida por la
cercana guerra civil china. Y entre tanto fósil, el explorador se
topó con un hallazgo que dio la vuelta al mundo: huevos de
dinosaurio, la prueba casi definitiva de que los grandes reptiles no
se extinguieron del todo, sino que evolucionaron hasta dar lugar a
las aves.
En 1934, Andrews se
convirtió en el director del museo. En su libro de 1935 The bussines
of exploring, escribió "Yo nací para ser explorador... nunca hubo
una decisión que tomar. No pude haber hecho cualquier otra cosa y ser
feliz". En 1942 Andrews se retiró a California, donde escribió de su
vida. Muchos de los encuentros y escapes con la muerte por parte de
Andrews han sido reportados, incluyendo incidentes con ballenas,
tiburones, pitones y bandidos armados. Fue reportado erróneamente muerto
más de una vez. Murió en el 11 de marzo 1960. Fue sepultado en el
cementerio de Oakwood en su pueblo natal Beloit.
Miquel Crusafont, un científico catalán reconocido
internacionalmente.
Por Mariano Magnussen Saffer (1) y Gisel Sánchez (2). 1. Director de Grupo Paleo y
Presidente de la Asociación de Amigos del Museo Municipal Punta Hermengo.
marianomagnussen@yahoo.com.ar, y por Gisel Sanchez, integrante del
Grupo Paleo. 2. Integrante del Grupo Paleo.
Miquel Crusafont y
Pairó, nacido en Sabadell, Cataluña, el 3 de octubre del año 1910, ha
sido uno de los científicos contemporáneos catalanes más reconocidos a
nivel internacional, especializado en paleontología de mamíferos.
Crusafont, con
dieciséis años, descubrió junto a su amigo Ramon Arquer, el yacimiento
sabadellense de Can Llobateres, que ha dado fósiles tan importantes como
el Hispanopithecus laietanus, un primate de hace nueve
millones de años. Antes de cumplir veinte años, Crusafont ya tenía la
inquietud por la paleontología e hizo sus primeros estudios sobre una
colección de fósiles del Centro Excursionista 'Sabadell'.
En el año 1931
participó en la fundación del Museo de Sabadell. En 1933 se
licenció en Farmacia en la Universidad de Barcelona, y en 1950
en Ciencias Naturales en la Universidad de Madrid. Mediante su
tesis titulada Los jiráfidos fósiles de España obtuvo el
doctorado y un gran reconocimiento en la comunidad científica.
Logró la cátedra de Paleontología por oposición, con el número
uno por unanimidad, en la Universidad de Oviedo. Ejerció como
profesor de Antropología en la Facultad de Filosofía de
Barcelona. Finalizada la Guerra Civil, Crusafont fue nombrado
subdirector del Museo de Sabadell, y realizó los primeros
trabajos paleontológicos importantes, junto con Joan Andrés,
Jaume Truyols y Josep Fernandez Villalta. Entre los años 1940 y
1945, él y sus colaboradores se dedicaron a excavar en los
yacimientos paleontológicos de la cuenca del Vallés-Penedés, y
fuera de Cataluña; en Aragón y Madrid, entre otros lugares.
En los años
posteriores, Crusafont viajó a Francia y a Suiza para establecer
contacto con otros paleontólogos. En el año 1948 se licenció en Ciencias
Naturales por la Universidad de Madrid y participó en el XIII Congreso
Internacional de Zoología de París y en el XVIII Congreso Internacional
de Geología de Londres. Dos años más tarde obtuvo el título de doctor
con la tesis 'Los giráfidos fósiles de España'.
Durante la década de
los años cincuenta del siglo pasado, la labor de Crusafont ganó en
importancia, gracias a la celebración de los 'Cursillos Internacionales
de Paleontología de Sabadell' que se celebraban cada dos años, a partir
del 1952 y hasta el 1958. Gracias al esfuerzo del científico y de sus
colaboradores, pero también al esfuerzo económico de los ciudadanos de
Sabadell, el Museo pudo acoger figuras destacadas de la paleontología
internacional como los profesores Jean Piveteau, Piero Leonardi,
Johannes Hürzeler, Jean Viret, Bermudo Meléndez y Heinz Tobien, entre
otros.
En éste
período, Crusafont también aprovechó para divulgar la
paleontología en Cataluña y viajó por toda Europa para dar
conferencias. A finales de la década, Crusafont, junto con sus
colaboradores, sobretodo Jaume Truyols y José Fernández de
Villalta, a quienes se conoce como 'el grupo de Sabadell', había
publicado casi doscientos trabajos relacionados con la
paleontología. En el año 1969 fundó el Instituto Provincial de
Paleontología en Sabadell, su ciudad natal. Desde 1983 esta
institución recibe el nombre de Instituto de Paleontología
Miquel Crusafont de Sabadell.
A partir del año 1973,
Crusafont tuvo que reducir su actividad debido a una grave enfermedad.
Su labor hasta la muerte, el 16 de agosto de 1983, fue animar, dirigir y
formar, el equipo de investigadores, selecto, que formaba parte del
Instituto. Entre ellos, Juana M. Golpe, Josep M. Pons, Josep M. Gibert,
Josep Vicenç Santafé, Pere Arís y M. Lourdes Casanovas. Desde entonces,
el equipo de investigadores, conservadores y preparadores vinculados al
Instituto ha seguido creciendo. Fallecio en 1983.
Bibliografía Sugerida:
Patronat dels Museus
Municipals de Sabadell Institut de Paleontologia. (1993). 'Miquel
Crusafont'. L'Obra Científica de Miquel Crussafont i Pairó (Sabadell,
1910-1983). Sabadell.
AA.VV. (1984). 'Un
sabadellenc universal: Miquel Crusafont Pairó'. Quadern de les Arts i de
les Lletres de Sabadell (Sabadell). Monogràfic, núm.38
Crusafont Pairó, M.
(1981). 'Quaranta anys de Paleontologia al carrer de Sant Antoni'.
Arrahona (Sabadell), núm.12, II època, tardor, p.37-43.
Truyols Santoja, J.
(1992). 'Miquel Crusafont Pairó i l'escola paleontològica de Sabadell'.
Quaderns d'Arxiu de la Fundació Bosch i Cardellach (Sabadell). Núm.LXI.
Henry Fairfield Osborn.
Uno de los paleontólogos norteamericanos más destacados.
Articulo publicado
en
forma completa en Paleo. Año
5.
Numero 23. Enero de 2007.
Fragmento del articulo publicado: Magnussen Saffer,
Mariano (2011). Henry
Fairfield Osborn. Uno de los paleontólogos norteamericanos
más destacados. Paleo,
Revista Argentina de Paleontología. Boletín Paleontológico.
Año 9. 56: 30-31.
Henry Fairfield
Osborn fue un Paleontólogo estadounidense. Fue el responsable de la
clasificación de muchos dinosaurios encontrados en Mongolia y en Estados
Unidos a comienzos del siglo XX. Ejerció una gran influencia en las
exposiciones museísticas y en la formación de los paleontólogos, tanto
en su país natal como en Gran Bretaña.
Nació el 8 de agosto
de 1857 en Fairfield, en el estado de Connecticut, fue un geólogo,
paleontólogo y eugenecista estadounidense. Estudió en la Universidad de
Princeton. Fue profesor de anatomía comparativa a partir de 1883 hasta
1890 en Princeton. En 1891 se convirtió en profesor de biología en la
Universidad de Columbia, pasando a enseñar zoología en 1896.
Como miembro
del departamento de Paleontología de Mamíferos y, más tarde,
como presidente del Museo, encontró todas las facilidades para
acumular una de las mejores colecciones de fósiles vertebrados
que existen en el mundo y dedicó todo su tiempo a la
organización y clasificación de los fondos de la institución.
En 1900 se
convirtió en el paleontólogo de vertebrados de la Inspección
Geológica de Estados Unidos. Presidente del Museo Americano de
Historia Natural desde 1908 hasta 1935, periodo en el que
acumuló una de las colecciones de fósiles más notables del
mundo.
Su mentor fue el
paleontólogo Edward Drinker Cope. Osborn dirigió varias expediciones de
búsqueda de fósiles en el sudoeste estadounidense, comenzando con una a
los estados de Colorado y Wyoming en 1877. Describió y nombró al
Ornitholestesen 1903, al Tyrannosaurus rex en
1905, al Pentaceratops en 1923, y al Velociraptor
en 1924. Algunas de sus contribuciones son menos celebradas: la creencia
de Osborn en la idea ahora desacreditada de la ortogénesis es una de
ellas, así como su promoción de la eugenesia.
Osborn escribió un
libro influyente, The Age of Mammals ("La era de los mamíferos,
1910). También autorizó The Origin and Evolution of Life ("El
origen y evolución de la vida", 1916). Cofundó
la Save-the-Redwoods League en 1918. Es el padre del
conservacionista y naturalista Henry Fairfield Osborn hijo (15 de enero
de 1887 - 16 de septiembre de 1969).
Falleció el 6 de
noviembre de 1935.
Charles Doolittle Walcott, un paleontólogo estadounidense experto en
invertebrados.
Articulo publicado
en
forma completa en Paleo. Año
9.
Numero 57. Julio de 2011.
Tomado de; Magnussen Saffer,
Mariano (2011). Charles
Doolittle Walcott, un paleontólogo estadounidense experto en
invertebrados. Paleo,
Revista Argentina de Paleontología. Boletín Paleontológico.
Año 9. 57: 35-37. marianomagnussen@yahoo.com.ar
Charles Doolittle Walcott
fue un reconocido paleontólogo estadounidense, experto en
invertebrados. Nacido en New York Mills, Nueva York, el 31 de Marzo de
1850. Toda la familia se dedicaba al negocio del algodón y no parece que
recibiera ninguna orientación hacia la ciencia por parte de ninguno de
sus parientes.
Afortunadamente conoció un conservador ya retirado del New York State
Museum que se había mudado a Utica, y así fue el Coronel Jewett el que
le dio una primera noción de lo que los fósiles significan. Fue de nuevo
afortunado cuando a la edad de doce años comenzó a pasar los veranos en
la cercana localidad de Trenton Falls, New York, ayudando en una granja
durante la Guerra Civil.
La
escolarización de Walcott en la Utica Free Academy, donde había tan sólo
dos o tres profesores, acabó cuando tenia 18 años y debido a la pérdida
de documentación de este periodo no está claro si llego a graduarse.
Intentó trabajar en un almacén durante un año, pero era un trabajo que
no le gustaba. Con 20 años se fue a vivir con William Rust, pagándole
el hospedaje a veces con dinero y otras ayundando en las labores de la
granja, lo cual incluía, entre otras, las labores de abonar con el
estiércol de las vacas.
Rust, el
granjero que también estaba interesado en los fósiles locales
enseñó a Walcott dónde y cómo recoger y preparar los fósiles.
Como recolectores fueron tan prolíferos que en 1873 vendieron
una colección a Louis Agassiz, el eminente naturalista, por lo
que serian unos 70.000 dólares de 1995. En 1879 Alexander
Agassiz, el hijo de Louis, les pagó el equivalente moderno de
unos 80.000 dólares por otra colección. Actualmente es
reconocido por su descubrimiento en el año de 1909 y posterior
estudio del yacimiento de fósiles del Burgess shale, en el
Parque Nacional Yoho de las Montañas Rocosas, en la provincia de
Columbia Británica del Canadá. Aunque en vida también tuvo
renombre por sus varias contribuciones al campo de la
paleontología, al descubrir y nombrar él mismo varios de los
ejemplares de dicho yacimiento, así como por haber llegado a
ocupar puestos administrativos importantes en la comunidad
científica estadounidense.
Para
los paleontólogos interesados en el Ordovicico Medio Trenton Falls es un
nombre "sagrado" por sus rocas repletas de fósiles. En Septiembre de
1873 Walcott pasó una semana en el Museum of Comparative Zoology en
Harvard desempaquetando y colocando los fósiles que había vendido, este
era todo su contacto con el centro, hasta que el profesor Agassiz
impresionó a Walcott con la importancia del estudio de los apéndices de
los trilobites.
Algún tiempo mas tarde, recolectando fósiles en una cantera a pocos
kilómetros de la granja, encontró fragmentos que podían parecer patas de
trilobites y se decidió a estudiarlos cortándolos en delgadas secciones.
Cortar la roca y pulirla era una labor que se hacia manualmente, pero
Walcott persistió a lo largo de varios cientos de secciones. Hasta
entonces no se conocía la existencia de patas en los trilobites; en 1876
Walcott probó de manera concluyente a través de la presencia de
apéndices unidos que los trilobites eran artrópodos.
Estuvo empleado por poco mas de un año pero luego permaneció
en Albany, donde estudió y aprendió mucho de la colección y la
bibiloteca de Hall; allí también aprendió sobre la práctica de la
política. Mas tarde, en 1876, se convirtió en asistente especial de
James Hall, el paleontólogo del estado de New York y el segundo mas
prolífico paleontólogo del mundo. Hall conocía a Walcott desde hacia
años y esperaba poder comprar su colección.
Hall
había perdido a su anterior ayudante, R.P.Whitfield, y necesitaba uno,
fundamentalmente para los proyectos a realizar durante 1877 cuando él se
marcharía a Europa. Hall era autocrático y trabajaba generalmente
aterrorizando a sus asistentes; Walcott fue el único que no publicó como
co-autor con Hall y que continuaría publicando bajo su propio nombre.
Con muy buena suerte fue propuesto en Julio de 1879 como uno de los
miembros originales del nuevo United State Geological Survey (registro
geológico gubernamental), del cual llegará a ser presidente en 1894.
El
primer año fue como geólogo asistente temporal por 50 dólares al mes.
Trabajaba el el Colorado Plateau, y encontró la posición del limite
Paleozoico-Mesozoico en el curso de una medidas en una sección del
limite Cenozoico-Mesozoico en el sur de Utath en el Gran Cañón.
Durante su
desempeño profesional, se interesó especialmente en el período
Cámbrico, realizando campañas de recolección de fósiles, así
como su correlación con los estratos geológicos, efectuando
contribuciones significativas a la estratigrafía. En 1907
abandonó voluntariamente el US Geological Survey para
tomar el puesto de secretario del Instituto Smithsoniano, a la
muerte de su anterior director Samuel Pierpont Langley, posición
que lo convertiría en uno de los integrantes más influyentes de
la comunidad científica de su país. Charles Walcott fue director
de tal instituto hasta su propia muerte.
Su
trabajo fue tan satisfactorio que le fue dado un puesto como geólogo
asistente permanente y una subida de sueldo del 100%. Aunque hizo
contribuciones a la paleobiología, en el desarrollo de su carrera con
USGS sus esfuerzos iban dirigidos hacia la bioestratigrafía, asesorando
la los geólogos de campo sobre la edad de las rocas sedimentarias a
través del estudio de los fósiles.
Si hay algún geólogo que merece ser mejor conocido en América, ese es
Charles Doolittle Walcott.
En 15 años escribió el mayor monográfico sobre fósiles del Paleozoico,
confirmó la secuencia de zonas de trilobites en el Cámbrico y recopiló y
resumió la estratigrafía del sistema Cámbrico de Norteamérica.
Aunque
en vida también tuvo renombre por sus varias contribuciones al campo de
la paleontología, al descubrir y nombrar él mismo varios de los
ejemplares de dicho yacimiento, así como por haber llegado a ocupar
puestos administrativos importantes en la comunidad científica
estadounidense. La "Geological Society of London" lo galardona con la
medalla Wollaston en 1918.
Fue
Presidente de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos
(1917-1923).
Charles Doolittle Walcott, murió el 9 de Febrero de 1927 siendo
reconocido como el paleontólogo estadounidense
Alfred Lothar Wegener y su teoría de tectonica de placas.
Tomado de; Magnussen Saffer,
Mariano (2012). Alfred
Lothar Wegener y su teoría de tectonica de placas. Paleo,
Revista Argentina de Paleontología. Boletín Paleontológico.
Año 10. 65: 29-31.
marianomagnussen@yahoo.com.ar
Geofísico y meteorólogo alemán. Aunque doctorado en astronomía, se
interesó muy pronto por la geofísica y por las entonces incipientes
ciencias de la meteorología y la climatología. Pionero en el uso de
globos aerostáticos para el estudio de las corrientes de aire, a lo
largo de su vida realizó hasta tres expediciones de observación
meteorológica a Groenlandia, en la última de las cuales encontró la
muerte.
Nació
en Berlín, 1 de noviembre de 1880. Wegener era el más joven de cinco
hijos de la familia de un pastor. Su padre, Richard Wegener, era teólogo
y profesor de Lenguas Clásicas en la escuela secundaria a la abadía de
Grey en Berlín.
La casa donde
residió de pequeño se ha convertido en una casa de información
turística y un monumento a Alfred Wegener. Wegener estudió en el
antiguo Gimnasio Köllnische en Wall Street, donde se graduó como
el mejor de su clase. Luego estudió desde 1900 hasta 1904
física, meteorología y astronomía en Berlín, Heidelberg e
Innsbruck. Entre 1902-1903 fue asistente de estudio en el
Observatorio Urania público en Berlín. Su tesis doctoral de
Astronomia la escribió en la Universidad de Berlín en 1905, pero
luego se dedicó más a la meteorología y la física. En 1905,
Wegener trabajó como asistente en el Observatorio de Aeronáutica
en Lindenberg Beeskow. Allí coincidió sus dos años con su
hermano mayor, Kurt, que también era un científico y con quien
compartió su interés por la meteorología y la investigación
polar.
En 1906
realizó su primera expedición a Groenlandia, con el objetivo de estudiar
la circulación del aire en las zonas polares. Realizó nuevas
expediciones entre 1912 y 1913, pero abandonó su actividad científica
cuando fue reclutado por el ejército alemán en 1914 para combatir en la
Primera Guerra Mundial, pero su contribución bélica duró poco tiempo, ya
que fue herido en combate. En 1924 aceptó la cátedra de meteorología de
la Universidad de Graz, Austria.
Wegener
descubrió que las placas tectónicas de la Tierra se mueven, produciendo
la separación de los continentes. Según Wegener, hace unos 200 millones
de años los actuales continentes habrían estado unidos en una sola gran
masa de tierra firme que denominó Pangea, la cual, tras resquebrajarse
por razones desconocidas, habría originado otros nuevos continentes
terrestres sujetos a un movimiento de deformación y deriva que todavía
perdura. También hizo diversos experimentos con globos aerostáticos en
Groenlandia.
Wegener
desarrolló en 1915 la primera versión de la obra maestra El origen de
los continentes y océanos. Al final de la guerra, Wegener publicó
cerca de 20 otros trabajos meteorológicos y geofísicos. En 1917, estudió
el meteorito de Treysa científicamente.
Las similitudes
entre los perfiles opuestos de los continentes de América del
Sur y África le sugirieron la posibilidad de que la igualdad de
la evidencia fósil se debiera a que ambos hubieran estado unidos
en algún momento del pasado geológico terrestre.
En 1915 expuso los
principios de su teoría en la obra El origen de los continentes y los
océanos, que amplió y reeditó en 1920, 1922 y 1929.
Según
Wegener, hace unos 300 millones de años los actuales continentes habrían
estado unidos en una sola gran masa de tierra firme que denominó
Pangea, la cual, tras resquebrajarse por razones desconocidas,
habría originado otros nuevos contingentes terrestres sujetos a un
movimiento de deformación y deriva que todavía perdura.
La teoría fue recibida de manera uniformemente hostil, y en
ocasiones, incluso violenta, en buena parte por la inexistencia de una
explicación convincente sobre el mecanismo de la deriva continental en
sí. A partir de 1950, no obstante, las ideas de Wegener ganaron rápida
aceptación gracias al desarrollo de las modernas técnicas de exploración
geológica, en particular del fondo oceánico. Reformulada a partir de
recientes descubrimientos, la teoría de la deriva continental se
encuentra hoy totalmente consolidada.
Falleció en
Clarinetania, Groenlandia, 2 de noviembre de 1930.
Bibliografia Sugerida.
Wegener,
Alfred (1911).
Thermodynamik der Atmosphäre.
Leipzig: Verlag Von
Johann Ambrosius Barth.
Wegener, Alfred (1912).
Die
Herausbildung der Grossformen der Erdrinde (Kontinente und Ozeane), auf
geophysikalischer Grundlage.
63. pp. 185–195, 253–256, 305–309. presentado en el Encuentro anual de
la German Geological Society, Frankfurt am Main (6 de enero 1912)
Wegener, Else, ed.(1939)
Greenland journey, La historia de la expedición de Wegener German a
Greenland en 1930-31 esta contada por los miembros de la expedición;
(Editado por Else Wegener, con la ayuda del Dr. Fritz Loewe. Traducida
7th a la edición Alemana por Winifred M. Deans). Londres, Glasgow,
Blackie Y hijo ltd.
Wegener,
Elsie; Loewe, Fritz, eds (1939). Greenland Journey, The Story of
Wegener’s German Expedition to Greenland in 1930-31 as told by Members
of the Expedition and the Leader’s Diary. Londres: Blackie & Son
Ltd.. tradujo de la 7ª ed. alemana Winifred M. Deans
Wegener,
Alfred (1968). The Origin of Continents and Oceans. Londres: Methuen. ISBN
0486617084. tradujo de la 4ª ed. alemana John Biram, con una
introducción por B.C. King
José Torrubia, un franciscano español que incursiono
en la paleontología.
Tomado de; Magnussen Saffer,
Mariano (2012). José
Torrubia, un franciscano español que incursiono en la
paleontología. Paleo,
Revista Argentina de Paleontología. Boletín Paleontológico.
Año 10. 66: 24-26.
marianomagnussen@yahoo.com.ar
Fue
misionero franciscano, geólogo, paleontólogo, espeleólogo y
naturalista español, que nació en Granada en 1698.
A José Torrubia en
Granada no lo conoce casi nadie. Por eso, a alguno le puede
sorprender que la Editorial de la Universidad de Granada acaba de
publicar un facsímil de su obra. En su colección Archivum, la
Universidad ha publicado el Aparato para la Historia Natural
Española del franciscano granadino José Torrubia (1698-1761).
Profesó a los quince años en la Orden menor de San Francisco. En
1719 pertenecía al convento de Jerez. En 1820 inició sus trabajos
misioneros en el Pacífico. Viajó a Filipinas, donde residió entre
1721 y 1733 recorriendo a pie las islas de Mindanao y Luzón y
tomando nota de muchos fenómenos naturales. Llega a Cádiz en julio
de 1735, después de haber recalado en Acapulco (México) y La Habana
(Cuba). Se opone a volver a Filipinas tras ser citado y acusado por
sus hermanos franciscanos por haber derrochado dinero en viajes,
imprimir sus propios libros sin permiso y no haberse ocupado
exclusivamente en sus obligaciones de misionero.
En 1745
vuelve a América, viajando por Guatemala, Yucatán y
Honduras. En 1749 regresa de nuevo a la Península para
iniciar un viaje por Roma, Rímini, Padua y París durante el
cual se cree que entró en contacto con distintos cenáculos
científicos (círculos de Buffon y del Jardín du Roi) e
inspeccionó distintos museos europeos (la Methalloteca y el
Musaeum Kircherianum de Roma, y el Musaeum Metallicum de
Bolonia). En 1750 es nombrado Archivero y Cronista General
de la Orden Fransciscana y su procurador en Roma y vuelve a
Madrid. Durante su viaje de vuelta desde París y a su paso
por la villa de Anchuela, en el Señorío de Molina, le llaman
la atención unos fósiles con los que juega una niña, "cinco
conchas enteras, que cada cual unía íntimamente a su
compañera" y busca en la sierra mucho material similar al
que llama "piedras figuradas":
Su
primera mitad, compuesta de quince capítulos (pp. 1-99), está
consagrada, por un lado, a comentar el hallazgo de fósiles en
España, Filipinas y América del Sur y, por otro, a sostener el
carácter orgánico de las petrificaciones. La segunda (pp. 99-202)
discute las diferentes hipótesis que explican las petrificaciones
españolas, rebate las recogidas en España por Feijoo y postula y
defiende el origen diluviano de estos restos fósiles, opinión en la
que se desmarca claramente de los geólogos "protestantes" de la
época que opinaban que el Diluvio se podía explicar acudiendo a
razones puramente "científicas"; intercala además un capítulo, muy
criticado entonces, donde afirma la existencia pasada y actual de
los gigantes.
El
Aparato de Torrubia fue muy citado en Europa, sobre todo por
Edward y por el gran naturalista y viajero irlandés William Bowles
(1705-1780) que lo usó de guía para su expedición por España y que
publicó en 1775 como Introducción a la Historia Natural y a la
Geografía Física de España; la obra fue comentada también por
Richard Twiss en su Viaje por España en 1773.
No hay duda
de que el Aparato tuvo amplio eco en los cenáculos
ilustrados de la Europa del XVIII. Prueba de ello es que,
tras su aparición en Madrid en 1754, fue pronto comentado,
si bien con críticas despiadadas, en cuatro revistas
científicas de la época, francesas e inglesas, entre 1755 y
1760 (Pelayo, 1996, pp. 212-213). Fue principalmente la
disertación sobre los gigantes la que tuvo más eco, ya que
era un debate enconado en la Europa del XVIII. Algunas
traducciones del capítulo dedicado a los gigantes fueron
publicadas en francés en 1760.
En Nápoles, las
ideas de Torrubia sobre los gigantes fueron ferozmente contradichas
por un autor anónimo. La polémica la recoge Torrubia en una obra
publicada poco antes de su fallecimiento: La Gigantología
spagnola vendicata (Torrubia, 1760). Posteriormente se
descubriría que el autor anónimo era un compañero franciscano que
creía hacer un buen servicio a la Iglesia atacando las ideas de
Torrubia sobre la existencia de tales gigantes.
La contestación de
Torrubia a su anónimo oponente, al que designa como N.N., fundamenta
sus afirmaciones en diversos argumentos "experimentales" como le
gustaba hacer a Torrubia: la interpretación de los grandes huesos
encontrados en América por los navegantes, las leyendas de los
indígenas americanos sobre tales hombres gigantes, las descripciones
de gigantes patagones realizadas por ingleses, holandeses,
flamencos, genoveses y españoles.
Otro argumento que prueba la difusión del Aparato de Torrubia
es que existe una traducción al alemán realizada en 1773 (menos de
treinta años más tarde, lo cual es importante dada la lentitud de la
difusión de las ideas y lo premioso del trabajo de las imprentas).
Esta traducción incluye solo los dieciséis primeros capítulos,
aquéllos que recogen las diferentes petrificaciones españolas y
americanas, así como las excelentes láminas de la edición alemana.
Falleció en Roma,
Italia el 17 de abril de 1761.
Bibliografía
Sugerida:
Capel, H. 1983.
Ideas sobre la Tierra en la España del siglo XVIII: condicionantes
teológicos e ideas sobre el cambio terrestre. Mundo Científico, 3,
148-154.
García Guardia, G.
1981. Acercamiento metodológico a J.Torrubia como biólogo. In: Actas
I Simposio sobre Metodología de la Historia de las Ciencias, Madrid,
1, 37-44.
Gómez Parente, O.
1944. Vida y escritos del Padre José Torrubia. In: Padre José
Torrubia, OFM; Crónica de la Provincia franciscana de Santa Cruz de
La España y Caracas. Caracas (Venezuela), 9-364.
Pelayo, F. 1994. El
Aparato para la Historia Natural Española de José Torrubia
(1698-1761): diluvismo, gigantes y la naturaleza de los fósiles en
el pensamiento español del siglo XVIII. In: Edición facsímil del
Aparato para la Historia Natural Española
Sequeiros, L.
Pedrinaci, E., García de la Torre, E., Berjillos, P. 1997. James
Hutton y su Teoría de la Tierra (1795): consideraciones didácticas
para la Educación Secundaria. Enseñanza de las Ciencias de la
Tierra, AEPECT, Girona, 5 (1), 11-20.
Robert
Broom, un medico africano en busca del origen de la
humanidad.
Tomado de; Magnussen Saffer,
Mariano (2012). Robert
Broom, un medico africano en busca del origen de la
humanidad. Paleo,
Revista Argentina de Paleontología. Boletín Paleontológico.
Año 17. 66: 16-17.
marianomagnussen@yahoo.com.ar
Robert
Broom, junto con Louis Leakey y Raymond Arthur Dart forma la terna de
paleoantropólogos pioneros en buscar los orígenes del hombre en el
continente africano, contra la opinión de la comunidad científica de su
tiempo. Broom centró su actividad en Sudáfrica.
El
profesor Robert Broom, nacido el 30 de noviembre de 1866 en Paisley,
Escocia.fue un médico y paleontólogo sudafricano. Se recibió de médico
en 1895 y rindió su doctorado en 1905 en la Universidad de Glasgow. En
1893 se casó con Mary Baird Baillie.
Entre 1903 y
1910 fue profesor de Zoología y de Geología en el Victoria
College de Stellenbosch (Sudáfrica), y posteriormente se
convirtió en conservador de paleontología de los vertebrados en
el Museo Sudafricano de Ciudad del Cabo. Broom se dio a conocer
por primera vez por su estudio de los reptiles mamiferoides.
Después del descubrimiento de Raymond Dart del niño de Taung, un
australopiteco juvenil, el interés de Broom en la
Paleoantropología aumentó. La carrera de Broom parecía acabada,
y se estaba hundiendo en la pobreza, cuando Dart escribió a Jan
Smuts para explicarle la situación. Smuts presionó el gobierno
sudafricano y consiguió obtener un puesto para Broom, en 1934,
como ayudante de Paleontología del Museo del Transvaal en
Pretoria.
Durante
los años siguientes, hizo una serie de descubrimientos espectaculares,
incluyendo fragmentos de seis homínidos en Sterkfontein, que llamó Plesianthropus transvaalensis, coloquialmente llamado Sra.
Ples, pero que más adelante fueron clasificados como adultos de
Australopithecus africanus . También hizo más descubrimientos en
Kromdraai y Swartkrans. En 1937, Broom hizo su descubrimiento más
célebre, el de Paranthropus robustus . Estos
descubrimientos contribuyeron a apoyar las afirmaciones de Dart sobre la
especie de Taung.
El
resto de la carrera de Broom la dedicó a la exploración de estos
yacimientos y la interpretación de los numerosos restos de homínidos
primitivos que se encontraron. En 1946 propuso la subfamilia de los
australopitecinos. Continuó escribiendo hasta sus últimos días. Poco
antes de morir, acabó un monográfico sobre los australopitecinos y
remarcó a su sobrino: Ahora ya está acabado... y yo también.
Sin
dudas, su principal contribución al estudio del origen de los humanos,
lo logro en el año 1937, cuando encontró el fósil de Paranthropus
robustus, un homínido fósil que vivió en Sudáfrica hace entre 2 y 1,2
millones de años, en las edades Gelasiense y Calabriense (Pleistoceno
inferior a medio). Fue la primera especie descubierta del género
Paranthropus, aunque durante un tiempo se consideró
perteneciente al género Australopithecus.
La denominación
de robustusse debe a que los primeros hallazgos,
en el sur de África, eran restos de mandíbula de gran tamaño, lo
que hizo pensar que el resto del cuerpo seria enorme. Pero los
descubrimientos han rechazado esta teoría, y P. robustustenía una corpulencia similar a la de sus antepasados
Australopithecus. La especie Paranthropus robustus
sólo ha sido hallada en Sudáfrica, y su especialización parece
ser menor que la de su primo el Paranthropus boisei,
quizás porque no vivió en medios tan secos como aquél.
La vida
del Paranthropus robustus se desarrolló en un periodo 2 y
1,2 millones de años por lo que también pudo convivir con otras especies
de nuestro linaje.
Robert Broom falleció
el 6 de abril de 1951.
Bibliografía Sugerida:
Broom,
R. (1938). «The Pleistocene anthropoid apes of South Africa» Nature
142: pp. 377-379.
Broom,
R. (1950). «The genera and species of the South African fossil ape men»
. American Journal of Physical Anthropology 8: pp. 1-14.
D. M. S.
Watson, "Robert Broom. 1866-1951" Obituary Notices of Fellows of the
Royal Society, Vol. 8, No. 21 (Nov., 1952), pp. 36-70.
Johanson,
Donald & Maitland Edey. Lucy: The Beginnings of Humankind. New York: Simon & Schuster, 1990 ISBN 0-671-25036-1
Mayr, E.
(1963) Animal species and
evolution. Cambridge, Massachusetts: Belknap Press, Harvard Univ.
Press. pp. 797.
William Buckland, y la primera descripción de un
esqueleto completo de Dinosaurio.
Magnussen Saffer,
Mariano (2012). William
Buckland, y la primera descripción de un esqueleto completo
de Dinosaurio. Paleo,
Revista Argentina de Paleontología. Boletín Paleontológico.
Año 10. 68: 12-14.
marianomagnussen@yahoo.com.ar
Fue un
prominente naturalista, geólogo y paleontólogo británico que escribió la
primera descripción completa de un dinosaurio. Favorable al
creacionismo antiguo de la Tierra y a la teoría del Diluvio
Universal, fue convencido de la realidad de las glaciaciones de Louis
Agassiz.Nacio el 12 de marzo de 1784 en Axminster, Devonshire,
Inglaterra.
Cuando
niño acompañó a su padre, el rector del Templeton and Trusham, en sus
caminatas, durante las cuales hallaban y coleccionaban conchas fósiles,
incluyendo ammonites del Jurásico en estratos visibles en las canteras.
Consiguió una beca en 1801 para estudiar Teología en el Corpus
Christi College, de la Universidad de Oxford, al mismo tiempo que
leía a John Kidd en materia de mineralogía y química e iba desarrollando
su interés por la geología y por las investigaciones de campo de los
estratos, durante sus vacaciones. En 1813 sucedió a John Kidd en sus
cursos de mineralogía, dando charlas animadas y populares cada vez con
mayor énfasis en la geología y la paleontología. Como encargado no
oficial del Ashmolean Museum, constituyó colecciones, hizo viajes
por Europa y entró en contacto con muchos científicos, incluido Georges
Cuvier.
En 1818
Buckland fue elegido miembro de la Royal Society. Ese
mismo año fue persuadido por el príncipe regente para asumir una
nueva cátedra, esta vez de Geología, dictando la lección
inaugural el 15 de mayo de 1819. La lección fue publicada en
1820 co el título de Vindiciæ Geologiæ, or the Connexion of
Geology with Religion explained; en que justificaba la nueva
ciencia de la geología y la conciliación de las pruebas
geológicas con los relatos bíblicos de la Creación y del Diluvio
de Noé. A partir de sus investigaciones de los huesos fósiles en
Kirkdale Cave, en Yorkshire, llegó a la conclusión de que la
cueva había sido habitada por hienas en tiempos antediluvianos,
en lugar de suponer que eran los restos fósiles de animales que
perecieron en el Diluvio y se transportaron desde los trópicos
por la crecida de las aguas, como se pensaba entonces.
Desarrolló estas ideas en su magna obra Reliquiæ Diluvianæ,
or, Observations on the Organic Remains attesting the Action of
a Universal Deluge, que se publicó en 1823 y se convirtió en
un auténtico best-seller de la época.
Siguió
viviendo en el Corpus Christi College, y en 1824 se convirtió en
presidente de la Geological Society of London. Aquí anunció el
descubrimiento, en Stonesfield, de los huesos fósiles de un reptil
gigante que él llamó Megalosaurus (gran lagarto) y escribió la
primera relación completa de lo que luego sería llamado un dinosaurio.
Su
pasión por la observación y el experimento científico se extendió a su
vida hogareña. No sólo llenó su casa de especímenes (minerales o
animales, vivos y muertos). Augustus Hare, un famoso escritor coetáneo,
recordaba que "Habló de extrañas reliquias que lo condujeron a
mencionar el corazón de un rey francés conservado en Nuneham en un ataúd
de plata. El doctor Buckland, al tiempo que buscó en ella, exclamó, "he
comido muchas cosas extrañas, pero nunca había comido el corazón de un
rey hasta ahora", y, antes de que nadie pudiera obstaculizarlo, lo
devoró, y la preciada reliquia se perdió para siempre." El corazón
en cuestión se dice que había sido el de Luis XIV.
En ese momento
Buckland era una destacada e influyente celebridad científica y
un amigo del primer ministro del partido Tory, sir Robert Peel.
En cooperación con Adam Sedgwick y Charles Lyell preparó el
informe para el establecimiento del Servicio Geológico de Gran
Bretaña. Después de que se interesó en la teoría de Louis
Agassiz sobre que el pulido y estriado de rocas, así como los
materiales transportados, habían sido causados por antiguos
glaciares, viajó a Suiza en 1838 para conocer a Agassiz y verle
por sí mismo.
Estaba
convencido y recordó lo que había visto en Escocia, Gales y en el norte
de Inglaterra, pero había atribuido a los efectos del diluvio. Cuando
Agassiz llegó a Gran Bretaña para una reunión en Glasgow de la
British Association en 1840, se trasladaron en una amplia gira por
Escocia y allí encontró pruebas de la antigua glaciación.
Hacia
finales de 1849 contrajo una debilitante enfermedad tuberculante que le
causaría la muerte el 14 dee Agosto de 1856. El emplazamiento de su
tumba había sido previsto, pero cuando el sepulturero se puso a trabajar
se encontró con un afloramiento de rocas calizas sólida del Jurásico
justo por debajo del nivel del suelo y con explosivos listos para ser
utilizados para la excavación. Esto pudo haber sido una broma ideada por
el geólogo, que recuerda a la Elegía de Richard Whatley destinada
al Profesor Buckland, escrita en 1820.
Bibliografía Sugerida:
Bridgewater Treatise VI: Geology and Minerology by William Buckland.
Gordon,
E. O. B. y W. Buckland. 1894. The
life and correspondence of William Buckland, D.D., F. R. S., sometime
Dean of Westminster, twice president of the Geological Society, and
first president of the British Association. Cambridge
University Press. (Pp. 95-96).
Hutchinson, G. E. 1959. Homage to Santa Rosalia ir Why are there so many
kinds of animals? The American
Naturalist 93:145-159.
Kimball,
Fiske. "Gunston Hall." Journal of the Society of Architectural
Historians: 1954.
Kornwolf,
James D. Architecture and Town Planning in Colonial North America.
Baltimore: The Johns Hopkins University Press, 2002, vol. 3, p. 1562.
Secord,
J. Controversy in
Victorian Geology: The Cambrian-Silurian Debate.
Princeton, 1986.
Lucas Mallada y Pueyo. El gran impulsor de la
paleontología en España.
Fuente: - Magnussen Saffer,
Mariano (2012). Lucas
Mallada y Pueyo. El gran impulsor de la paleontología en
España. Paleo,
Revista Argentina de Paleontología. Boletín Paleontológico.
Año 10. 69: 18-20.
marianomagnussen@yahoo.com.ar
Nace en Huesca el 18
de octubre de 1841. Su familia se traslada a Zaragoza en 1848 y 11 años
más tarde a Madrid.
Hijo único de un
modesto funcionario de la Diputación, recibe una educación esmerada,
acabando el bachillerato en 1860. Ese mismo año inicia los estudios de
Ingeniería en la Escuela Superior de Ingenieros de Minas donde destaca
por su talento para interpretar la rocas durante las prácticas en las
minas de mercurio de Almadén (Ciudad Real) finalizando en 1865. Con 24
años de edad es destinado por la Dirección General de Minas al distrito
minero de Asturias, donde se encargó además de una cátedra en la Escuela
de Capataces de Minas de Sama de Langreo.
En
1870 se traslada Madrid. Su entusiasmo por la geología y la capacidad de
organización, hacen que el Ingeniero de Minas Manuel Fernández de Castro
a cargo de la Dirección de la Comisión del Mapa Geológico de España se
fije en el para realizar el primer mapa sistemático de España a escala
1:400.000. Desde 1875 a 1880 realiza una serie de duros trabajos de
campo de Geología básica por distintas provincias. La síntesis de todos
estos comenzó a editarse a partir de 1875 como «Explicación del Mapa
Geológico de España».
Publicándose en estos 5 años las explicaciones correspondientes a las
provincias de: Cáceres, Huesca, Córdoba, Navarra, Jaén y Tarragona.
Estas explicaciones iban acompañadas por mapas geológicos provinciales
escala 1:400.000 ordenadas cronológicamente por periodos geológicos y
con un total de 5.654 páginas son un verdadero tratado de la
estratigrafía.
Una de las
grandes aportaciones de Mallada a esta Comisión fue el enfoque
claramente medioambiental que le dió al trabajo geológico,
aportando datos topográficos, botánicos, zoológicos,
meteorológicos.
Paralelamente a sus trabajos en la Comisión del Mapa Geológico,
Mallada desarrolló una importante labor en le campo de la
paleontología, ciencia poco extendida por esa época en nuestro
país.
La primera
gran aportación corresponde a la «Sinopsis de las especies
fósiles que se han encontrado en España», que fue publicada en
el Boletín Geológico y Minero entre los tomos II y XVII
(1875-1891) y simultáneamente en 3 volúmenes aparte: «Terreno
Paleozoico» (1878), «Sistemas Triásico y Jurásico» (1885) y
«Sistema Cretácico inferior» (1887). En esta obra se describen
unos 1.500 fósiles, la mayoría de ellos dibujados en cerca de
200 láminas.
El
objetivo de la publicación de la Sinopsis, fue el de ayudar a los
miembros de la Comisión del Mapa Geológico encargados de la elaboración
del Mapa en la utilización de los fósiles como elementos auxiliares de
datación de las distintas formaciones, tanto en los trabajos de campo
como en los de laboratorio, de acuerdo con las modernas ideas de Lyell y
según sus propias palabras: «Reunir en un solo volumen los esparcidos
datos obtenidos hasta el día y presentar los rasgos más notables de cada
especie, nos parece de interés para los principiantes, que por falta de
los libros de Paleontología necesarios, se ven detenidos en la precisa
clasificación de las formaciones, y desmayan o retroceden desde los
primeros pasos que se dan en el terreno» (Mallada, 1878, pp.1-2).
En
pocos años la Sinopsis queda anticuada y escasa de contenidos por lo que
Mallada decide en 1887 acometer su proyecto más ambicioso para el cual
se pone manos a la obra y 5 años mas tarde se publica el «Catálogo
General de las especies Fósiles encontradas en España».
El
objetivo de esta publicación es según sus propias palabras «el Catálogo
que hoy emprendemos se destina de preferencia a las personas ya versadas
en este ramo de la ciencia que quieran contribuir a obtener algún día un
índice completo, exacto y de incuestionable utilidad en que se incluyan
todas las especies fósiles de España». Para lo cual se fija un plazo de
10 años, una vez pasado este tiempo se publicaría el proyecto inicial.
Un Índice alfabético de especies con todas las rectificaciones y nuevas
especies aportadas, pero este proyecto nunca vio la luz.
Un estudio
bibliométrico de esta obra realizado por D. Leandro Sequeiros en
1982 muestra la amplitud del trabajo realizado que con muy pocos
medios y en un tiempo considerablemente corto se catalogaron un
total de 4.058 especies fósiles de las que 758 pertenecen del
Paleozoico, 1.820 al Mesozoico, 1.364 al Cenozoico y 115 a la
Era Cuaternaria. De cada una de ellas se reseñan los yacimientos
españoles de donde proceden con referencia a la bibliografía
usada con un total de 303 entradas bibliográficas ordenadas
alfabéticamente, de las cuales 174 (el 57%) corresponden a
autores españoles y 129 (el 43%) a extranjeros. El número total
de autores citados es de 143, de los que 64 son paleontólogos
españoles.
Pero
la actividad paleontológica de Mallada no se redujo solamente a los
trabajos antes citados. Entre 1880 y 1892 ocupo brillantemente la
Cátedra de Paleontología de la Escuela Superior de Ingenieros de Minas
de Madrid. En 1895, la Real Academia de Ciencias le invita a ocupar el
sillón que, con su muerte, deja vacante su mentor D. Manuel Fernández de
Castro leyendo su discurso de ingreso en 1897. El tema elegido fue el de
los progresos de la geología española durante el siglo XIX.
Independientemente de su faceta geología y la paleontología, Mallada
manifiesta su preocupación por la precaria situación de la España de
finales del siglo XIX y principios del XX en una serie de artículos
periodísticos publicados en el diario «El Progreso» que más tarde fueron
recopilados y reeditados en 1890 en el libro titulado «Los Males de la
Patria» En este ensayo Mallada presenta una visión pesimista, crítica y
dolorosa acorde con el pensamiento de la «Generación del 98» aunque no
exenta de realidad y fundamento abordando problemas como la pobreza y el
abandono del campo español, las comunicaciones, la situación de la
mujer, la especulación, la minería y la desidia de la Administración
Pública.
Bibliografía
sugerida.
Pelayo, F. 1996. Del Diluvio al
Megaterio. Los orígenes de la Paleontología en España.
Cuadernos Galileo de Historia de la Ciencia, 16.
CSIC, Madrid, 310 pp.
Vernet, J. 1976.
Historia de la Ciencia española. Instituto de España.
Mallada L. 1875-1887.
Sinopsis
de las especies fósiles que se han encontrado en España.
Boletín de la Comisión del Mapa Geológico de España, tomos II, XI, XII y
XIV, Imprenta Manuel Tello. Madrid.
Mallada L. 1892 Catálogo General
de las Especies fósiles encontradas en España, 253 pp.,
4058 citas. Impr. Manuel Tello. Madrid.
Nicolás Steno, el danes misionero que estudiaba
fósiles en el siglo XVII.
Magnussen Saffer,
Mariano (2012).
Nicolás Steno, el danés misionero que estudiaba fósiles en
el siglo XVII. Paleo,
Revista Argentina de Paleontología. Boletín Paleontológico.
Año 10. 70: 33-34.marianomagnussen@yahoo.com.ar
Nicolás Steno
(Niels Stensen en danés, Nicolaus Stenonis en latín). Nacio en
Copenhague, 11 de enero de 1638. Fue un anatomista y científico danés
del siglo XVII, considerado el padre de la Geología, tras su conversión
al catolicismo murió siendo obispo misionero.
Hijo de
un pastor luterano, nació Stenon en el invierno de 1638 en Copenhague.
Su nombre era Niels Stensen, pero años más tarde, en la Universidad
siguió la costumbre habitual de latinizar su nombre: Nicolaus Stenonis.
Bajo ese nombre publicó sus trabajos científicos, aunque firmó su
correspondencia en francés como Nicolás Sténon, y la italiana como
Niccolo Stenone. Su infancia fue la de un niño enfermizo, aislado de los
otros niños, que pasó gran parte de su tiempo escuchando las discusiones
religiosas de los mayores.
Tras
unos años de educación clásica dirigida por el poeta y latinista Ole
Borch, de quién aprendió a expresarse fluidamente en latín, en noviembre
de 1656, a los dieciocho años, Stenon entró en la Universidad de
Copenhague para estudiar Medicina. Unos pocos meses después, Dinamarca
estaba en guerra y Copenhague sitiada por el ejército sueco, por lo que
sus estudios se desarrollaron de forma errática.
Su
preceptor fue Thomas Bartholin, anatomista famoso por haber descubierto
los vasos linfáticos. En aquella época, la anatomía era una ciencia
prestigiosa: los detalles de la anatomía humana eran tan nuevos y
excitantes como pueda ser hoy la secuenciación del genoma humano, así
que Thomas Bartholin fue la persona que lanzó a Stenon hacia su primera
carrera científica: la anatomía.
Estas ideas
chocaban totalmente con los conceptos admitidos en aquella
época. Según las Sagradas Escrituras el mundo había permanecido
inalterable desde su creación. Las montañas, los ríos y los
mares habían sido creados por Dios en su configuración actual, y
tenían una antigüedad calculada en unos 6.000 años. Este corto
periodo no permitía pensar que hubieran ocurrido grandes
cambios, y además la Biblia describe muchos accidentes
geográficos que no han cambiado hasta hoy. La existencia de
conchas marinas en las montañas era un problema difícil de
entender. La mayoría seguían la doctrina de Aristóteles, según
el cual las conchas marinas crecían de manera espontánea, tanto
en la tierra seca como en el mar. Para otros, las conchas
marinas se habían depositado durante el diluvio universal. Y aún
para otros, los fósiles eran piedras con formas caprichosas
colocadas por Dios para adornar la Tierra.
Durante
los dos años siguientes a la disección del tiburón, Stenon se dedicó
fundamentalmente a los estudios de campo, buscando estratos con fósiles.
Sin embargo, no abandonó completamente los estudios anatómicos, y de
hecho, en este tiempo realizó uno de sus más importantes
descubrimientos: la existencia de los óvulos femeninos. Hasta ese
momento los anatomistas había creído que los ovarios eran testes
degenerados.
Finalmente, en 1668, Stenon publicó su obra maestra "De solido intra
solidum naturaliter contento dissertationis prodromus" por la cual es
considerado el padre de la geología. Hasta ese momento la Tierra no
tenía historia. A partir de ese momento la edad de la Tierra comenzó a
expandirse hasta llegar a los 4.600 millones de años considerados
actualmente. "De Solido" propuso unos principios que hoy son conocidos
como los Principios de Stenon. El primero es el de la superposición:
existen capas de sedimentos de manera que la inferior fue depositada
primero, y la superior la última. Es decir, las capas de la corteza
terrestre contienen una narrativa.
El segundo es
el de la horizontalidad original: no importa cuál sea la
orientación actual de un estrato, fue creado por un depósito de
agua, y por tanto, fue originalmente horizontal. El
tercero es el de la continuidad lateral: el agua deposita
sedimentos en una capa continua que termina solamente en el
borde de su cuenca. Por tanto, capas de rocas correspondientes a
ambos lados de un valle fueron originalmente una sola capa. En
la parte final de su escrito, Stenon se preocupa de que alguien
pueda pensar que sus propuestas son impías y trata de
conciliarlas con las Sagradas Escrituras.
Los
últimos años de su vida vive en la más absoluta pobreza y autonegación.
En esa época conoce a Leibniz en Hannover, el cual estaba enormemente
interesado en el potencial de la nueva ciencia creada por Stenon, pero
éste rechaza incluso hablar de ciencia. Leibniz deplora la decisión de
Stenon de cambiar ciencia por religión: “de ser un gran científico ha
pasado a ser un mediocre teólogo” dejó escrito.
En 1686
murió Stenon en Schwerin. Su cuerpo fue trasladado a Florencia a
expensas del Duque de Medici. Desde entonces descansa en la basílica de
San Lorenzo, en una capilla cercana a los famosos púlpitos de Donatello,
la escalinata de Miguel Ángel y la sacristía de Brunelleschi.
El 23
de octubre de 1988, después de un proceso de 50 años, fue beatificado
por el Papa Juan Pablo II ante 20.000 devotos en la basílica de San
Pedro.
Hay dos
géneros de delfines que llevan su nombre: Steno y Stenella.
Bibliografía Sugerida.
A. Faller, Niels Stensen,
Anatomicus regius, Episcopus titiopolitamus (1638-1686), "Gesnerus" XIV
(1957) 40-50.
G.
Scherz, Niels Stensen, Wurzburgo, 1962.
A.
Cutler. The Seashell on the Mountaintop. Ed. Plume, London 2004.
Bryan Patterson, explorador y excepcional científico.
Magnussen Saffer,
Mariano (2012). Bryan
Patterson, explorador y excepcional científico.
Paleo,
Revista Argentina de Paleontología. Boletín Paleontológico.
Año 10. 73: 09-11.
marianomagnussen@yahoo.com.ar
Bryan Pattersonfue un biólogo evolutivo y
paleontólogo en el Museo
Field de Historia Naturalen Chicago.Bryan Pattersonnacido el10 de marzo 1909en Londres y
era el hijodel ferrocarrilingeniero JohnHenryPattersony FrancesGrayPatterson, quienfue el primero enrecibir untítulo de abogadootorgado auna mujeren las Islas
Británicas.
Se trasladóen 1926 a lazona
de Hyde Parkde Chicago,Illinois. A su llegada aChicago,Bryanasumióel cargo depreparador devertebrados en
el MuseoField de Historia Natural.
Trabajóbajo la dirección deElmerS.Riggs,quien se encontraba enese momentotrabajando en
estudiosdemamíferos
sudamericanosdel Terciario.Porsu autoeducación,
se levantó rápidamente enel
rango,y en 1937se
convirtió encurador de paleontología.
Se convirtió en un
ciudadano americanoen 1938.En 1934conoció y secasó con BerniceCaín.Se desempeño en Europa,
con los EE.UU en la
primeraDivisión del Ejércitode Infanteríadurante la
Segunda Guerra Mundial yfue hecho prisioneropor los alemanes.
En 1936, Bryan
Patterson hace una revisión de estos hallazgos en Perú. Mientras
que Patterson considera que Dinosuchus terror y Brachygnathosuchus brasiliensis representan el mismo
animal, no piensa lo mismo de Purussaurus brasiliensis, al cual
lo asigna al género reciente Caiman, el cual
incluye a las babillas (Caiman crocodilus), el
caimán del Paraná, (Caiman yacare) y el caimán de
rostro corto (Caiman latirostris). Para Patterson,
estos restos de cocodrilos gigantes provienen del Plioceno, del
mismo modo que varios de los mamíferos encontrados en la misma
región. En 1942fue ascendido a
comisionado del área de mamíferos, un
cargo que ocupó hasta1955, cuandodejó elField Museum,
para convertirse en elprofesor de Paleontología de Vertebradosen el Museode
Zoología Comparada dela Universidad de
Harvard. En 1947fue nombradoprofesor
degeología en
la Universidad de Chicago, en paralelo
asu trabajo
en el Museo. Como beneficiario dedos becas de Guggenheim.
Durante
losaños de1952-1954en la Argentina estudiolas
grandes coleccionesreunidas porlos hermanosAmeghino.
En 1958regresóa la Argentinacon el
profesorAlfred S.
Romer,pero esta vez parael trabajo de campoen las
formacionesdel Triásicoen busca dereptiles
parecidos a mamíferos. Durante1976-1977, se fue a Sao
Paulo, Brasil, donde trabajó con el Dr.PEVanzolini.
Los acantilados
marítimos que se extienden desde el norte de Mar del Plata hasta la
ciudad de Miramar, constituyen uno de los yacimientos más importantes en
mamíferos fósiles del Plioceno y Pleistoceno inferior.
Descubiertos
en su riqueza científica por el sabio Florentino Ameghino,
llamaron la atención de Lorenzo Scaglia y fueron trabajados
constantemente por Galileo Scaglia.
El Museo
Municipal e Ciencias Naturales de Mar del Plata, fue la primera
manifestación científica trascendente de todo el sudeste
bonaerense. De esta manera atrajo científicos de todo el mundo,
que venían exclusivamente a estudiar y consultar las ricas
colecciones que posee esta institución. Entre los investigadores
extranjeros podemos citar al mismo Bryan Patterson, quien forjo
una estrecha amistad y camarería con Galileo Scaglia.
En Lothagam, Kenia, en
1967, Bryan Patterson encontró un fragmento mandibular derecho con tres
molares pertenecientes a un hominido primitivo, de los cuales uno
conservaba la corona. Según los estudios su antigüedad debería ser
superior a los 5.6 millones de años, aunque otros estudios lo dejan en 5
millones de años, pero mas allá de ello, era mucho más antiguo que el
hominido apodado como Lucy.
En 1970 fuecontratado por el
Gobierno de Guatemala pararecoger los restosde mamíferos extintosen
Estanzuelacerca dela
ciudad de Guatemala. Estasfueron expuestas enun
pequeño museo, que incluye el esqueleto
completode un mastodontey debidamentellamadoMuseo dePaleontología
“Bryan Patterson”.
Fallecido el 1 dediciembre de 1979 enChicago
Bibliografía sugerida.
Bryan
Patterson: An adianthine litoptern from the Deseado formation of
Patagonia. Results of the Marshall Field paleontological expeditions to
Argentina and Bolivia, 1922-27. Field Museum of Natural History, 1940.
Bryan
Patterson: Cranial characters of Homalodotherium. Chicago, Field Museum
of Natural History, 1934.
Bryan
Patterson: The internal structure of the ear in some notoungulates.
Results of the first Marshall Field paleontological expedition to
Argentina and Bolivia, 1922-24. Chicago, 1936
Bryan
Patterson: A new phororhacoid bird from the Deseado formation of
Patagonia. Results of the Marshall Field paleontological expeditions to
Argentina and Bolivia, 1922-27. Chicago :Field Museum of Natural
History, 1941.
Bryan
Patterson: Some notoungulate braincasts. Results of the Marshall Field
paleontological expeditions to Argentina and Bolivia, 1922-27. Chicago:
Field Museum of Natural History, 1937
Bryan
Patterson: Trachytherus, a typotherid from the Deseado beds of
Patagonia. Results of the first Marshall Field paleontological
expedition to Argentina and Bolivia, 1922-24. Chicago: Field Museum of
Natural History, 1934
Bryan
Patterson: Upper premolar-molar structure in the notoungulata with notes
on taxonomy. Chicago: Field Museum of Natural History, 1934.
Magnussen Saffer,
Mariano (2009). Reseña histórica de la evolución de la Ciencia
Paleontológica en la Republica Argentina desde 1772 a 1910. Paleo,
Boletín Paleontológico. Año 7. 41: 07-09.