MegaFauna Web. Gigantes Prehistóricos del Periodo Pleistoceno. Fosiles del Pleistoceno.
 
   

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Gigantes Prehistóricos del Periodo Pleistoceno.

El pleistoceno, así llamado por el geólogo británico Charles Lyell en 1839, viene inmediatamente después del plioceno en la escala de tiempos geológicos, y se extiende desde comienzos del cuaternario hasta hace unos 10.000 años. Fue definido en función de la proporción de especies de moluscos y crustáceos aún vivos y extintos presentes en el registro fósil. Los estratos que contenían entre un 90 y un 100% de especies vivas fueron asignados a este periodo.

El pleistoceno se caracterizó por la extensión del hielo en forma de glaciares sobre más de una cuarta parte de la superficie terrestre del planeta. Un sistema glaciar europeo estaba centrado sobre Escandinavia, y se extendía hacia el sur y hacia el este a través del norte de Alemania y el oeste de Rusia, y hacia el suroeste sobre las islas Británicas. El segundo gran sistema glaciar del hemisferio norte cubría la mayor parte de Siberia. En Norteamérica, un sistema glaciar cubrió Canadá y se extendió hasta Estados Unidos. En el este de Estados Unidos, la glaciación se extendió hasta Pensilvania al sur, y desde el océano Atlántico hacia el oeste hasta el río Missouri; otra sábana de hielo fluía de las faldas de las montañas Rocosas y otras cordilleras experimentaron la glaciación, llegando incluso hasta Nuevo México y Arizona. Las regiones ártica y antártica estaban también cubiertas de hielo, al igual que la mayoría de los picos de las montañas altas de todo el mundo. Los efectos topográficos de la acción de los glaciares durante el pleistoceno son perceptibles en buena parte del mundo.

El pleistoceno es llamado a veces la era del Hombre porque los primeros seres humanos evolucionaron en su transcurso. En las regiones libres de hielo, la flora y la fauna dominantes eran esencialmente las mismas que las del plioceno. A finales del pleistoceno, no obstante, en Norteamérica se habían extinguido muchas especies de mamíferos, incluidos la llama, el camello, el tapir, el caballo y el yak. Otros grandes mamíferos, como el mastodonte, el tigre dientes de sable y el perezoso terrestre, se extinguieron en todo el mundo. Mientras se acumulaba hielo y nieve en las latitudes altas, en las más bajas aumentaban las lluvias, lo que permitió que la vida vegetal y animal floreciera en áreas del norte y el este de África que hoy son yermas y áridas. Se han descubierto pruebas de que el Sahara estuvo ocupado por cazadores nómadas, así como por jirafas y otros rumiantes durante el pleistoceno tardío.

América África Europa Asia Oceanía
Mammuthus Homotherium Elephas falconeri Coelodonta Diprotodon
Teratornis Dinofelis Elasmotherium Testudo Palorchestes
Canis dirus Metridiochoerus Ursus spelaeus Megatapirus Procoptodon
Hesperotestudo Crocodylus Megaloceros   Thylacoleo

Megalonyx

      Megalania
Bison        
Odobenus        
Monodon        
Asio        
Macrauchenia        
Megatherium        
Glyptodon        
Smilodon        
Stegomastodon        
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Mammuthus  primigenius.  Blumenbach, 1799.

Mammuthus Mammuthus Mammuthus Mammuthus Mammuthus Mammuthus Mammuthus Mammuthus Mammuthus

Esqueleto montado en Smithsonian Institution EE.UU. Ejemplar juvenil congelado hallado en 1977 en Siberia y reconstrucción.

Kentucky, Estados Unidos. Especie común de mamíferos extintos que pertenecían a la familia de los elefantes. Los Mammuthus tenían unos colmillos curvados y tan largos que alcanzaban una longitud de casi 3,2 metros. Contaban con una cubierta velluda formada por un pelo espeso y largo con una capa inferior de lana tupida. Además, por debajo de una capa de grasa aislante, tenían una piel muy gruesa. También se caracterizaban por poseer una joroba prominente en el lomo. Vivían en climas fríos, moviéndose hacia el Norte a medida que retrocedían los glaciares de la última glaciación. Hubo en Norteamérica, Europa, África y Asia durante la época del pleistoceno, que empezó hace casi 1,6 millones de años. En Europa, se han encontrado dibujos y esculturas representando Mamuts en yacimientos del paleolítico superior (edad de piedra tardía). En todo el hemisferio norte, eran cazados fácilmente por los cazadores primitivos. En el este de Europa, sus huesos se utilizaban como material para la construcción de refugios y cobertizos. Empezaron a desaparecer hace unos 11.000 años, hacia el final de la última época glaciar. No se sabe si su extinción fue provocada por la caza indiscriminada o por su incapacidad para adaptarse a los cambios climáticos, aunque ambos factores pudieron ser importantes. En el norte de Siberia se han encontrado Mamuts completos conservados en permafrost y los restos vegetales extraídos de sus estómagos muestran que se alimentaban de musgos, juncos y otras plantas de la tundra ártica. El mamut americano, Mammuthus imperator, que alcanzaba una altura de casi 4,3 m, es la especie más grande identificada hasta el momento. El mamut lanudo de Siberia, Mammuthus primigenius, tenía un tamaño similar al del elefante medio actual. El primer espécimen completo de este animal se desenterró en 1806 cerca de la desembocadura del río Lena, en Siberia. Otras especies conocidas; Mammuthus africanavus, Mammuthus columbi, Mammuthus exilis, Mammuthus imperator, Mammuthus jeffersonii, Mammuthus lamarmorae, Mammuthus meridionalis, Mammuthus subplanifrons, Mammuthus primigenius, Mammuthus sungari y Mammuthus trogongtherii.

Teratornis merriami. Miller, 1909.

Teratornis Teratornis Teratornis Teratornis Teratornis Teratornis Teratornis Teratornis Teratornis Teratornis Teratornis Teratornis

 

Reconstrucción, esqueleto completo y cráneo de Teratornis.

Argentina; California, Nevada, Florida (USA). Significa ave monstruosa. Las aves más grandes de todos los tiempos fueron los teratornios, grandes buitres que vivieron en América desde hace 10 millones de años hasta hace unos cuantos miles de años. El teratornio más grande tenía una envergadura de 7 metros (Argentavis magnificens de Argentina), casi la misma que el Pteranodon, pero mucho menor que la del Quetzalcoatlus, el mayor de los pterosaurios. El Teratornis era más pequeño, aunque no dejaba de ser un gigante, que se alimentaba con los restos de Mamut, rinocerontes y otros herbívoros muertos por tigres dientes de sable como el Smilodon. Algunos de los mejores ejemplares de Teratornis provienen de las famosas fuentes de brea en La Brea, California, Estados Unidos, donde grandes mamíferos herbívoros quedaron atrapados en estanques de brea pegajosa. El Teratornis bajó a alimentarse y a su vez quedó atrapado. Durante el año 2010, se dio a conocer Pelagornis chilensis, vivió en Chile hace entre 5 y 10 millones de años (Plioceno). Los huesos indican que las alas de este gigante del cielo alcanzaban los 5,2 metros de envergadura al menos, según el Museo nacional de Historia natural de Santiago de Chile.


Canis dirus.  Leidy, 1858.

Canis dirus Canis dirus Canis dirus Canis dirus Canis dirus Canis dirus Canis dirus Canis dirus Canis dirus Canis dirus Canis

 

 
América del Norte (California). Tenia 2 m de longitud. El genero de canidos denominado Cani dirus incluye las nueve especies vivas de lobos, coyotes, chacales y perros, y de estos últimos tanto las formas salvajes como las domésticas, desde el gran danés hasta el chihuahua. En el pasado, había muchas especies, y una de las mas conocidas fue Canis dirus. Por su aspecto, este lobo prehistórico era muy parecido a sus equivalentes modernos, aunque era bastante más corpulento. Es probable que fuera mas carroñero que caza­dor y que ocupara el nicho de borofaginost como Osteoborus), cuando éstos se extinguieron, al principio del Pleistoceno. Se han excavado los restos de mas de dos mil lobos de este tipo entre los depósitos de alquitrán del Rancho La Brea, en el lugar donde se alza en la actualidad la ciudad de Los Ángeles (USA). Hace unos 25.000 años, en este lugar se filtro petróleo crudo hasta la superficie y sus componentes volátiles se evaporaron, dejando charcos de alquitrán pegajoso, Estos charcos, cubiertos de agua,  les daba un aspecto inocente, atrapa­ban a los animales desprevenidos, como los perezosos terrestres y los elefantes americanos, que se acercaban a beber agua. A su vez, el pánico de los animales moribundos atraía a los carnívoros como estos lobos y los tigres dientes de sable. Smilodon, y estos predadores también quedaron aprisionados. En condiciones en las cuales se llevó a cabo la fosilización han dejado un registro detallado de la vida durante el Pleistoceno. Es evidente que los lobos y los tigres dientes de sable se enzarzaban en peleas terribles, ya que sus huesos a menudo están cubiertos de cicatrices que se han producido los unos a los otros con sus formidables dientes. Los cazadores mas activos, como los leo­nes y los perros contemporáneos, rara vez quedaban atrapados en la brea. Parece que estos animales eran mas inteligentes y se­daban cuenta del peligro que significaba seguir a sus presas dentro de los charcos.

Bison latifrons. Harlan, 1825.

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América del Norte (California). Es un género mamífero extinto de la familia de los bóvidos, que vivió en Norteamérica durante el Pleistoceno. También conocido como el bisonte gigante, o bisonte de la era de hielo, alcanzaba una altura de 2,5 m, y cuernos de más de 2,5 m de envergadura. Las dimensiones de esta especie extinta son superiores a las de los bisontes modernos y se estima que pudieron haber pesado más de 1 tonelada.

Homotherium crenatidens.  Radulesco y Samson. 1994.

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Texas, Estados Unidos. Aparte de los felinos de dientes de sable y los de dientes de daga, también había felinos de dientes de cimitarra, así llamados porque sus caninos asesinos eran mas cortos y más planos que los que los del dientes de sable. Además, se curvaban hacia atrás, como la hoja de una cimitarra. Los dientes posteriores eran unas cuchillas poderosas, que desgarraban la carne. Homotherium debía presentar el aspecto similar a la actual hiena, ya que sus patas delanteras eran mas largas que las traseras. Al caminar, apoyaba toda la pata con firmeza sobre el suelo, como hacen los osos o los seres humanos. Esto se denomina locomoción "plantigrada» y contrasta con Ia mayor parte de los felinos, que andan sobre los dedos (lo que se conoce contó locomoción digitígrada) sobrevivió hasta el final de la ultima edad de hielo del Pleistoceno hace uno 11.000 años. Es probable que los felinos de dientes de cimitarra cazaran Mamut, ya que en Texas se han conservado restos de Mamut jóvenes junto con los huesos de una familia de dientes de cimitarra. Es posible que Homotherium se ha extinguido cuando desaparecieron sus presas de los continentes septentrionales, al finalizar la edad del hielo del Pleistoceno. Otras especies conocidas: Homotherium serum, Homotherium latidens, Homotherium aethiopicum, Homotherium hadarensis, Homotherium nestianus, Homotherium nihowanensis, Homotherium sainzelli, Homotherium ultimum y Homotherium crenatidens


Odobenus rosmarus.  Lliger, 1815.
 

      

América del Norte. Es una especie de mamífero pinnípedo semiacuático de gran tamaño que habita en los mares árticos. Tienen una piel muy gruesa, de entre 2 y 4 cm de espesor. La piel de los machos presenta a menudo grandes nódulos, que no aparecen en las hembras. Dado que aparecen en la época de la pubertad, parece ser que se trata de una característica sexual secundaria. El pelo recubre todo el cuerpo, a excepción de las aletas. Los machos mudan el pelo anualmente, entre junio y agosto, en tanto que las hembras pueden tardar aún más tiempo en mudarlo. El pelaje de la morsa cambia de color con la temperatura: en el agua tienen un color gris pálido, casi blanco, en agua fría, pero adquieren una tonalidad rosada en aguas templadas, debido a la dilatación de los vasos sanguíneos de la piel y el incremento de la circulación.

Monodon monoceros. Linneo, 1758.

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América del Norte Es una especie de cetáceo odontoceto de la familia Monodontidae que habita los mares del Ártico y el norte del Océano Atlántico. Los narvales presentan un patrón moteado de color gris que les cubre toda la longitud del dorso y los flancos, con el vientre de color blanco; este moteado se acentúa con la edad y los machos más viejos pueden tener solamente una gran mancha angosta que le cubre únicamente la línea central de la espalda, con el resto del cuerpo blanco. Los recién nacidos son de color gris o marrón y desarrollan el patrón moteado hasta los dos años de edad. El margen posterior de la aleta caudal es marcadamente convexo y la aleta dorsal esta sustituida por una cresta alargada y pequeña de unos 5 cm de alto por 60 a 90 cm de longitud. En promedio los machos miden 4,5 m y pesan 1600 kg, mientras las hembras miden 4 m y pesan 1.000 kg, existiendo un dimorfismo sexual moderado. Las aletas pectorales miden de 30 a 40 cm y la aleta caudal mide entre 1 y 1,2 m de envergadura.

Megalonyx wheatleyi.   Cope, 1871.

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Estados Unidos - Argentina. Megalonix es un género extinto de perezosos gigantes que vivieron en América durante el Pleistoceno Superior. Eran de gran tamaño, poseían potentes garras para aferrarse a los árboles de los cuales obtenían su alimento. Aunque se consideró vegetariano, algunos científicos plantean la posibilidad de que hubiese consumido alternativamente carroña. Sus restos se encuentran desde Estados Unidos, con el Megalonyx jeffersonii, hasta Argentina, con sus primeros hallazgos.


Xenicibis xympithecus.  Olson and Wetmore 1976.
Xenicibis xympithecus Xenicibis xympithecus Xenicibis xympithecus Xenicibis xympithecus Xenicibis xympithecus

          

Jamaica, América Central. Paleontólogos de la Universidad de Yale y del Instituto Smithsonian han descubierto que el Xenicibis xympithecus, miembro de la familia de los ibis que vivió hace unos 10.000 años exclusivamente en Jamaica, batía sus alas como si de un mangual se tratase. El pájaro prehistórico balanceaba la parte superior de su brazo oscilante gracias a las articulaciones, que funcionaban como bisagras, y luego golpeaba a sus enemigos con la parte gruesa de los huesos de sus alas. Como parte del estudio, los investigadores analizaron esqueletos parciales de Xenicibis xympithecus descubiertos recientemente y vieron que sus alas eran muy diferentes a todo lo que habían visto con anterioridad. El Xenicibis xympithecus es del tamaño de una gallina grande, similar a otros miembros de la familia de los ibis. Exceptuando sus alas, que incluyen huesos gruesos y con la parte delantera curvada. Los científicos creen que con esta técnica podrían defenderse de otras especies que acecharan a sus huevos o crías. Los ibis de hoy en día han perdido la contundencia sus antecesores, pero siguen siendo muy territoriales y a menudo se enzarzan en luchas en la época de nidificación o por comida.

Dinofelis abeli.  Zdansky, 1924.
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Sudáfrica. China, India, Francia y Estados Unidos. Tenia 1,2 m de longitud Dinofelis era un felino del tamaño de una pantera, con unos caninos aplanados, bastante más cortos que los de los dientes de sables, los dientes de cimitarra, o incluso que los dientes de daga. Pero eran mas lar­gos que los de los felinos mordernos (es de­cir, los que matan a sus presas con una sola mordida, en el lugar preciso). Por lo tanto, los paleontólogos todavía no se han puesto de acuerdo con respecto a la subfamilia de félidos a la que pertenece Dinofelis. Se extinguió en Eurasia y Amé­rica del Norte durante el comienzo del Pleistoceno, aunque sobrevivió en África hasta mediados del Pleistoceno. La especie china Dinofelis abeli es la forma mas grande de todas las que se conocen. El nombre Dinofelis quiere decir «felino gigante», y el nombre de esta especie hace honor al profesor Abel, un paleontólogo austriaco.


Metridiochoerus andrewsi.  Hopwood, 1926.

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Tanzania, África. Fue contemporáneo a los humanos primitivos. Era un jabalí verrugoso gigante. Que vivía en el este de África. Tenía la cabeza pesada, y tanto los caninos superiores como tos inferiores se retorcían hacia afuera y hacia arriba, formando unos enormes caninos curvos. Las muelas de Metridiochoerus, eran altas y tenían un sistema de cúspides muy complejo, lo cual indica que su dieta era omnívora.


Crocodylus thorbjarnarsoni.  Brochu & Storrs, 2012.

Crocodylus thorbjarnarsoni Crocodylus thorbjarnarsoni Crocodylus thorbjarnarsoni Crocodylus thorbjarnarsoni Crocodylus

              

Kenia, Africa. Medía más de 8 metros de largo, vivía en el Este de África hace más de 2 millones de años y era capaz de tragarse a un hombre de un bocado. Su aspecto era similar al de su pariente el cocodrilo del Nilo, pero mucho más masivo, lo que lo convierte, según los científicos que lo han descubierto, en el cocodrilo más inmenso de todos los tiempos. El Crocodylus thorbjarnarsoni, como ha sido bautizado, superaba los ocho metros de longitud y hacen falta cuatro hombres para levantar su cabeza fosilizada. El hallazgo aparece publicado en la revista Journal of Vertebrate Paleontology. En comparación, el mayor cocodrilo del Nilo registrado tenía 6,4 metros y la mayoría son mucho más pequeños». Brochu reconoció la nueva especie cuando estudiaba unos fósiles hace tres años en el Museo Nacional de Kenia en Nairobi. Algunos de estos fósiles fueron hallados en yacimientos donde habían sido realizados importantes descubrimientos de fósiles humanos. El cocodrilo «vivía al lado de nuestros antepasados, y es probable que se los comiera», apunta Brochu. Según el investigador, aunque los fósiles no contienen evidencias de que estos encuentros mortales ocurrieran, los cocodrilos suelen comer todo lo que puedan tragar, y los humanos de esa época medían poco más de 1,20 metros. Los cocodrilos eran más grandes que los actuales y nosotros éramos más pequeños, por lo que probablemente no hacía falta que mordieran demasiado», dice Brochu. El investigador cree que los encuentros entre humanos y estas bestias pudieron ser habituales, ya que el hombre primitivo, como otros animales, tenía que buscar agua en los ríos y lagos donde estos reptiles estaban al acecho.


Elephas falconeri.  Busk, 1867.

Elephas falconeri Elephas falconeri Elephas falconeri Elephas falconeri Elephas falconeri Elephas falconeri Elephas falconeri

    

Islas del Mediterráneo (Chipre, Creta, Malta, Sicilia, el sur de Calabria y algunas de las islas griegas más pequeñas). Por tratarse de un elefante prehistórico, Elephas falconeri no superaba los 90 cm de altura. El género Elephas incluye al moderno ele­fante asiático, Elephas maximus.Los miembros más primitivos del género aparecieron en África al comienzo del Plioceno, hace unos 5 millones de años, y se dispersaron por Europa y Asia. Existen una cantidad de ele­fantes enanos extintos muy interesantes, que a lo mejor constituyen una especie dife­rente pero que, posiblemente, representan variedades de la raza madre. Elephas falconeri medía menos de un metro de altura y vivía en las islas del Mediterráneo. Sus antepasados, entre los cuales probablemente se encuentra el elefante europeo  Elephas namadicus, emigraron de África al principio del Pleistoceno y se dispersaron hacia el oeste, por el centro de Europa, y hacia este, a India y China, llegando incluso hasta Japón. Durante los niveles más bajos del mar los períodos glaciales, este elefante llego hasta Malta, Chipre, Creta y Cerdeña. Al subir el nivel del mar, cuando se derritieron los glaciares en los períodos interglaciares estas zonas quedaron separadas en forma de islas, dentro del mar Mediterráneo. De este aislamiento surgió la forma enana de elefante Elephas falconeri. En las islas Célebes, en el sureste asiático, aparecieron unos elefantes enanos parecidos. En islas como éstas, la selección natural favorecía a los animales que aprovechaban mejor las cantidades de alimentos y el peso se podían desarrollar las especies enanas. Un equivalente actual son los pequeños poneys de Shetland, que han desarrollado en !as islas del norte de Escocía.


Elasmotherium sibiricum.  J. Fischer, 1809

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África y Asia. Tenía 5  metros de longitud. Cuando los bosques del principio del Terciario dejaron paso a las praderas de fines del Terciario, muchas familias anímales se tu­vieron adaptar. Entre los rinocerontes, Elasmotherium es un buen ejemplo de los resultados. Elasmotherium carecía de incisivos y es probable que empleara los labios para arrancar la hierba. Las muelas eran similares a las de un caballo enorme con coronas altas, cubiertas de cemento para comer hierbas duras y abrasivas. Los dientes carecían de raíz, pero crecían de forma permanente, para compensar el degaste. El cuerno de Elasmotherium era una estructura realmente sorprendente, de 2metros de largo. La mayoría de los rinocerontes tie­nen cuernos que crecen desde el hocico, sin embargo, el Elasmotherium le crecía en la frente. Allí había una enorme bóveda ósea que, supuestamente, proporcionaba una base mas firme para esta inmensa estructura que cualquier punto situado en el extremo de la nariz.


Ursus spelaeus.   Rosenmüller- Heinroth, 1794.

Ursus spelaeus Ursus spelaeus Ursus spelaeus Ursus spelaeus Ursus spelaeus Ursus spelaeus Ursus spelaeus Ursus

Europa (Austria, Alemania, Países Bajos, España, Reino Unido y URSS). Tenia 2 metros de longitud. El género Ursus está representado en la actualidad por el oso pardo o gris, el oso polar y el oso negro americano. Pero durante el Pleistoceno el oso de las cavernas, Ursus spelaeus, constituía una especie muy numerosa e impresionante. Vivió en Europa durante el punto culminante de la época glacial y con frecuencia se libraba de la peor parte de los inviernos hibernando en cuevas alpinas. Parece que se congregaban muchos osos para dormir juntos este largo sueño anual, según se deduce de las pilas de huesos fósiles que se encontraron reunidos. En Austria, una sola cue­va, la Drachenhohle o «Cueva del dragón», contiene los restos de más de 30.000 osos de las cavernas. Y muchos de ellos parecen haber muerto mientras dormían. A pesar de su enorme tamaño y su aspecto aterrador, es probable que el oso de las cavernas fuese vegetariano. Lo cazaban los hombres de Neanderthal, que daban gran importancia a los huesos en sus rituales.


Hesperotestudo crassiscutata.  Leidy 1889.

Hesperotestudo Hesperotestudo Hesperotestudo Hesperotestudo Hesperotestudo Hesperotestudo Hesperotestudo

          

Golfo de California y Delta del Río Colorado, Estados Unidos. De acuerdo con el paleontólogo Fred Croxen (Shaw, Croxen y Sussman 2005), se trata de una especie de tortuga terrestre con antigüedad aproximada de entre 400 mil años y 1 millón 900 mil años, perteneciente al periodo Pleistoceno temprano, ya que en estudios anteriores se ha demostrado que el lugar donde se encuentra, se trata de un área que presenta características de la llamada "Fauna del Golfo", donde se han encontrados distintos especimenes con periodos de tiempo similar. El ejemplar mide 1 metro de largo, 85 centímetros de ancho y 50 centímetros de alto. Se trata de un ejemplar de la Clase Reptilia, orden Chelonia, Familia Testudinidae Hesperotestudo crassiscutata, cuyo nombre común es "tortuga gigante de tierra".


Asio ecuadoriensis. Lo Coco et al, 2020.
 

Ecuador. Investigadores de Argentina y Ecuador presentaron una nueva especie de lechuza fósil que se alimentaba de diversos mamíferos y aves, en particular de lechuzas más pequeñas. Fue encontrada en los Andes ecuatorianos, a 2800 metros sobre el nivel del mar, siendo la primera de su tipo descubierta en Sudamérica. Esta nueva especie sobrepasaba los 70 centímetros de estatura. Una de sus particularidades es que, al parecer, tenía predilección por consumir otras lechuzas de menor tamaño. En este yacimiento, se han encontrado antiguos dormideros de aves rapaces, los cuales estaban cubiertos por sedimentos, entre los cuales había restos fósiles de ratones, musarañas, conejos y mucho material de aves. Lo llamativo es que los restos de todos estos microfósiles tienen un desgaste típico al que provoca la digestión de las aves rapaces sobre estos huesos. Al encontrar los restos de los animales que habían sido las últimas comidas del Asio ecuadoriensis, se pudo saber que, entre mamíferos y aves, consumía especialmente otros tipos de lechuzas, lo que nos muestra que esta lechuza gigante era prácticamente lo que podría llamarse una lechuza caníbal. En total, en los vestigios de esa antigua cueva, se encontraron restos de cuatro especies de lechuzas. Tres de ellas corresponden a especies que existen en la actualidad (Glaucidium sp., Tyto furcata y Athene cunicularia), en tanto que la cuarta es la lechuza caníbal, la cual dominaba sobre la demás, pero no logró sobrevivir hasta nuestros días.

Macrauchenia patachonica. Owen, 1838.

Macrauchenia patachonica Macrauchenia patachonica Macrauchenia patachonica Macrauchenia patachonica Macrauchenia

Esqueleto de Macrauchenia en el MACN. (Museo Argentino de Ciencias Naturales de Buenos Aires).

Pata de tres dedos. (*)

Reconstrucción de Macrauchenia patachonica por Daniel Boh.

Brasil, Paraguay, Chile, Bolivia, Uruguay y la Argentina. Los primeros restos de la Macrauchenia fueron hallados por Charles Darwin en su histórico viaje a bordo del "Beagle" a comienzos de la década de 1830. Proceden de sedimentos del Pleistoceno tardío aflorantes en los alrededores de Punta Arena, en el sur de la región patagónica; fueron dados a conocer por el paleontólogo inglés Richard Owen en 1838. Su aspecto en vida es digno de una película de ciencia-ficción. Su nombre significa "cuello largo" y es otra especie del orden "Litopterna". Sus dimensiones eran semejantes al de los camellos actuales, pero los orificios nasales y una gran fosa elíptica señala la presencia de una trompa, algo mas larga que la del tapir actual. Poseía largas patas y pies ungulados, provistos de tres dígitos. Es probable que no corriera con mucha velocidad, ya que las proporciones de las patas traseras estaban invertidas, como ocurren con los animales no corredores, por ejemplo, la jirafa. Su alimentación estaba basada en vegetales de zonas pantanosas donde pasaba la mayor parte de su tiempo, y del pastoreo. Algunos autores han formulado la hipótesis de que estos mamíferos estaban adaptados a una vida semiacuática. Sin embargo, sus restos han sido hallados no sólo en depósitos asociados a cuerpos de agua sino también en eólicos correspondientes a ambientes áridos y semiáridos. Los molares superiores son de sección cuadrangular de corona alta. Se extinguió a fines del Pleistoceno y principios del Holoceno. En la actualidad el hallazgo de fósiles de Macrauchenia son muy escasos en todo América latina. Macrauchenia patachonica se halla en sedimentos del Pleistoceno tardío. Los primeros antecesores aparecen en Montehermorense (Plioceno) representado por Promacrauchenia antiqua.


Megatherium americanum. Cuvier, 1796.

megatherium americanum megatherium americanum megatherium americanum megatherium americanum megatherium

Esqueleto montado en el Museo Argentino de Ciencias Naturales de Buenos Aires.  El técnico Mariano Magnussen Saffer junto a un cráneo de Megaterio en plena preparación en el Museo Municipal de Miramar. Reconstrucción por Daniel Boh.

Brasil, Paraguay, Chile, Bolivia, Uruguay y la Argentina. Los "Pilosa" en la actualidad se encuentran representados por mamíferos pequeños y medianos, como osos hormigueros y perezosos de tres dedos, que pasan la mayor parte de su tiempo colgados en los árboles, moviéndose en forma muy lenta, debido a su bajo metabolismo, pero en el Pleistoceno habitaron en nuestro territorio formas gigantescas. Megatherium fue descripto por primera vez por el naturalista francés Georges Cuvier en 1796, quien se baso para tal descripción en un esqueleto completo descubierto en 1789 en las barrancas del Rió Lujan (Prov. Buenos Aires). Su nombre significa "bestia grande" y sin dudas fue el animal terrestre más grande que habito en la región pampeana, donde se han rescatado sus principales restos. El género Megatherium constituye, al igual que Glyptodon, uno de los elementos más conspicuos de la megafauna pleistocena. Su dentición está constituida por molariformes en forma de columna prismática cuadrangular. Tradicionalmente, se lo ha asociado a una dieta herbívora, aunque se propuso una dieta mixta, carroñera o incluso carnívora. El primer registro del género se remonta al Vorohuense hasta llegar al Lujanense temprano (Megatherium americanum) y Lujanense tardío (Megatherium sp.). Desde el punto de vista geográfico, su extensión parece estar limitada a la parte austral de América del Sur, es decir, Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay, Chile, Perú y Bolivia; hacia el norte y el este, Megatherium es reemplazado por Eremotherium, un género similar, pero con algunos caracteres más primitivos y adaptado a temperaturas posiblemente más elevadas. Superaba los 4,5 metros de altura cuando se paraba sobre sus patas traseras y con su larga y robusta cola  formando una especie de "trípode" permitiéndole llegar de esta forma a las hojas de los árboles y tener un mejor panorama de todo su alrededor. El peso estimado de esta especie es de 5 toneladas, algo así como dos elefantes. Su cuerpo estaba recubierto por una fuerte pelambre. Sus patas delanteras eran largas y fuertes, acompañadas por cuatro garras, lo que le permitía acceder de mejor manera a los vegetales que formaban parte de su dieta. En la localidad de Pehun-co, Provincia de Buenos Aires, se hallo un yacimiento paleoicnologico con huellas dejadas por este enorme animal hace unos 11 mil años, junto a otras pertenecientes a especies desaparecidas y vivientes Megatherium coexistió con los antiguos habitantes humanos en la Provincia de Buenos Aires hace 8500 años antes del presente. En 2018, se dio a conocer el hallazgo de un fémur y mandíbula de Megatherium filholi en la ciudad de Miramar, una especie "enana" descripta por primera vez hace 130 años por Francisco Pascasio Moreno y con pocos registros, lo que sirvió para revalidar la especie.


Glyptodon clavipes. Owen, 1839.

Extracción de un Glyptodon reticulatus del Pleistoceno por el Museo Municipal Punta Hermengo de  Miramar.

Ejemplar de Glyptodon munizi en el Museo Punta Hermengo de Miramar.

Aspecto en vivo de Glyptodon reticulatus por el paleoartista Daniel Boh.

Brasil, Paraguay, Chile, Bolivia, Uruguay y la Argentina. Dentro de la numerosa y popular familia de Gliptodontidos, fue una de las especies mas comunes dentro del territorio bonaerense por la abundancia de restos fósiles. Su existencia fue comunicada por primera vez por Sir Owen en un trabajo científico en 1838. Glyptodon tenia 3,5 metros de largo y 1,4 de alto. Su cráneo estaba protegido por una coraza cefálica. Su coraza ósea no tenia anillos móviles, cuya características es propia de esta familia de mamíferos desaparecidos. El tamaño de este caparazón es de unos 2,5 metros de largo por 2 metros de ancho, cuyas placas engrosadas entre si varían de 1 a 7 centímetros de diámetro, las cuales son fáciles de identificar por su forma de "flor". Su cola carecía del anquilosamiento de los anillos terminales en forma de tubo descriptos en los otros géneros. Esta se encuentra formada por una serie de anillos móviles de diámetro decreciente, conformada por unos siete anillos con placas de forma relativamente grotesca y en punta. Sus patas son cortas y robustas. Gran parte de la columna y de la pelvis se encuentran soldadas a la coraza ósea. Su masa estimada es de 1,5 toneladas. Su alimentación estaba compuesta principalmente por el pastoreo de hierbas bajas de zonas abiertas. Algunos trabajos publicados recientemente en Francia por un grupo de prestigiosos Paleontólogos Argentinos, demuestra que es probable que varias especies de Gliptodontes se pudieran parar sobre sus patas traseras y apoyarse sobre sus grotescas colas, formando una especie de trípode, para mantener elevado su enorme y macizo cuerpo. Su extinción ocurrió hace unos 10 mil años.


Smilodon populator. Lund, 1842.
Smilodon Smilodon Smilodon Smilodon Smilodon Smilodon Smilod Smilodon Smilodon Smilodon Smilodon

 

Smilodonte en el Centro Cultural del Bicentenario, Santiago del Estero. Primeras huellas atribuidas a Felipeda miramarensis. Museo de Miramar. Reconstrucción en vivo de Smilodon. Por el dibujante Daniel Boh.

Brasil, Paraguay, Chile, Bolivia, Uruguay y la Argentina.  El tigre dientes de sable fue uno de los grandes triunfos evolutivos de los mamíferos depredadores. Smilodon significa “dientes de sable”, característica que evidencia su acentuada especialización en la cacería de presas grandes, como el megaterio y el mastodonte, enormes mamíferos hoy desaparecidos. El primer hallazgo de un smilodonte en nuestro país fue realizado por el naturalista Francisco Javier Muñiz en 1844, en la barranca del Río Luján. En 1842 un paleontólogo danés, Peter Lund, halló fósiles en unas cavernas del sur brasileño. El Smilodon superaba el peso y tamaño que el león actual; sin embargo, sus proporciones corporales diferían de las de cualquier félido moderno. Las extremidades posteriores del Smilodon populator eran más cortas y robustas, su cuello proporcionalmente más largo, y el lomo más corto. La extraordinaria peligrosidad de este félido se debía al gran desarrollo de la parte anterior de su cuerpo y al tamaño asombroso de sus caninos superiores, que llegaban a sobresalir más de quince centímetros. A diferencia de la mayoría de los félidos, tenía un rabo corto, como el lince o el gato montés actual. Todo su cuerpo tenía una estructura poderosa y los músculos de los hombros y del cuello estaban dispuestos de tal manera que su enorme cabeza podía lanzarse hacia abajo con gran fuerza. Las mandíbulas se abrían formando un ángulo de más de 120 grados, permitiendo que el par de los inmensos dientes de sable que tenía en el maxilar superior se pudiera clavar en sus víctimas. Los dientes de sable eran ovales en sentido transversal, lo que aseguraba una mínima resistencia cuando se hundían en su presa. También estaban aserrados por el extremo posterior, permitiendo atravesar la carne de la víctima con mayor facilidad. Así vivió desde hace un millón de años, hasta que la llegada del hombre y la desaparición de las grandes presas provocó a su vez la extinción del tigre dientes de sable hace apenas unos 8000 años. En el año 2016,  Mariano Magnussen del Museo Municipal de Ciencias Naturales Punta Hermengo de Miramar, descubrió un sitio paleoicnologico en esa ciudad. Se identificaron las pisadas de un gran tigre dientes de sable, las cuales fueron recuperadas junto a  Daniel Boh, de la misma institución. Recientemente (2018) se presentó esta nueva icnoespecie como Felipeda miramarensis, únicas en el mundo.Smilodon populator es una especie sobre la que se han descrito dos subespecies: Smilodon populator californicus, propia del Pleistoceno de América del Norte, y Smilodon populator populator presente en el Ensenadense y Lujanense de Argentina, Brasil, Ecuador, Tarija (Bolivia), Chile y Uruguay. Géneros relacionados: Smilodon populator californicus y Smilodon fatalis de Norteamérica.


Stegomastodon platensis.   Ameghino, 1888.
     

Esqueleto en el Museo Argentino de Ciencias Naturales de Buenos Aires.

Cráneo en el Museo de La Plata.

Reconstrucción de Daniel Boh.

Brasil, Paraguay, Bolivia, Uruguay y la Argentina. Era un megamamifero que emigro desde el norte en "El gran cambio biótico Americano", encontrando en América del sur un nuevo lugar para expandirse. Fue un Proboscideo (que posee trompa) al igual que el extinto Mamut y el actual elefante. Era herbívoro y llegaron a tener una masa corporal de 3,5 toneladas y unos 4 metros de altura. Habitaron lugares abiertos y pantanosos, donde sus huesos se iban incorporando al sedimento a medida que morían. Los hallazgos de restos fósiles de antiguos elefantes son algo escasos. Se han protagonizado descubrimientos muy notables, como los realizados por Carlos Ameghino en 1913 y luego Kraglievich y compañía en 1928. Hace unos años atrás, se recato un cráneo muy completo en el patio de una vivienda en la localidad de Moreno. Stegomastodon es un género diferenciado en América del Norte, posiblemente desde el Plioceno temprano, que se extiende en ese subcontinente hasta el Pleistoceno temprano-medio. A nivel sudamericano, las revisiones llevadas sostienen la existencia de dos especies en este género: S. platensis y S. waringi. La primera se reconoce por sus 'defensas rectas', que en su porción más anterior se curvan ligeramente y presentan esmalte; mientras que en la segunda se observa la ausencia de esmalte. La distribución de S. platensis es más austral que la de S. waringi, y alcanza al Uruguay, Paraguay, Brasil y gran parte de Argentina, donde tiene un biocrón que se extiende desde el Ensenadense hasta el Lujanense (Pleistoceno temprano-Pleistoceno tardío-Holoceno) . En la Argentina, sus restos han sido exhumados en la Provincia de Buenos Aires (donde se halla su límite más austral, a los 37°S), y en las provincias de Entre Ríos, Córdoba, Santa Fe, Santiago del Estero y Corrientes. Se ha inferido para este taxón una marcada preferencia por climas de tipo templado cálido y hábitats de zonas abiertas o sabanas arboladas. Estos taxones habrían estado adaptados principalmente a ambientes templado cálidos de altura, alimentándose de especies vegetales arbustivas. Los restos de mastodontes hallados en América del Sur pertenecen a dos tipos diferentes, que los paleontólogos incluyen en los géneros Cuvieronius (dedicado al naturalista francés George Cuvier, el primero en describir un mastodonte) y Stegomastodon (mastodonte con defensas). Hasta ahora, el género Stegomastodon era conocido en la Argentina por una única especie: Stegomastodon platensis. La otra especie, que se había descubierto en Brasil, Venezuela, Ecuador, Perú y, posiblemente, Colombia, es Stegomastodon waringi, en homenaje a un investigador de apellido Waring, que descubrió restos de este mastodonte en Brasil. A esta última especie pertenece la rama mandibular hallada en el lecho oceánico de Argentina.


Megaloceros giganteus. Blumenbach, 1799

Megaloceros giganteus Megaloceros giganteus Megaloceros giganteus Megaloceros giganteus Megaloceros giganteus

 

Reconstrucción y fósiles de Megaloceros giganteus. El esqueleto se halla montado en el Museo de Historia Natural de New York. Fotografía enviada por Martina Naiquen López Castro.

Europa y Asia. Se conoce como "alce irlandés" o "ciervo gigante" al Megaloceros o megacero (Megaloceros giganteus), el mayor cérvido de la Historia. Semejante a un gamo de gran tamaño, sus astas medían hasta 3,5 m de punta a punta. Aunque vivió en toda Europa y gran parte de Asia desde hace medio millón de años hasta su extinción en tiempos recientes, suele ser conocido popularmente como "alce irlandés" por los abundantes hallazgos de ejemplares conservados en las turberas de Irlanda. El ciervo gigante alcanzaba una altura de 2,1 m en el caso de los machos, bastante mayor que el más grande de los alces. Se trataba de una especie con fuerte dimorfismo sexual, pues las hembras eran considerablemente más pequeñas y gráciles que los machos, además de carecer de su impresionante cornamenta. Especies insulares enanas como el Megaceros algarensis de Cerdeña o el Megaceros cretensis de Creta tienen cornamentas mucho más pequeñas y de proporciones, tanto en tamaño bruto como en relación al resto del cuerpo, más parecidas a las de cérvidos de sus tamaños respectivos que a las de su gigantesco primo. Con el final de las glaciaciones la especie menguó rápidamente. En un principio se calculó su extinción hace unos 10.600 años, junto con la de la mayor parte de la megafauna mundial, pero en 2000 se descubrieron restos en la Isla de Man y el sur de Escocia que databan cerca del 7.500 a. C. Al parecer, una pequeña población había seguido los hielos en su retirada hacia el norte y había quedado aislada allí, extinguiéndose a la llegada de los cazadores humanos desde el sur. En 2004 se produjo un descubrimiento aún más sensacional: a miles de km de allí, a los pies de los montes Urales, en Rusia, se encontraron restos aún más modernos que evidenciaban la existencia de ciervos gigantes en Siberia occidental hasta alrededor del 5.000 a. C. Su extinción coincide con una serie de alteraciones en el terreno que no fueron causadas por cazadores paleolíticos, sino por los primeros granjeros neolíticos de Rusia. Por tanto, el ciervo irlandés sobrevivió a la era glacial.

Coelodonta antiquitatis.  Blumenbach, 1799.

Coelodonta Coelodonta Coelodonta Coelodonta Coelodonta Coelodonta Coelodonta Coelodonta Coelodonta Coelodonta

Europa y Asia. Tenia 3,5 m de longitud. Coelodonta se originó en el Plioceno, en el este de Asia, de donde emigró a Europa, (aunque no a América del Norte), convirtiéndose en un rinoceronte peludo de la edad del hielo.Coelodonta tenia un par de cuernos enormes en el hocico: el anterior alcanzaba una longitud de mas de 1 metro en los machos adultos. Igual que el mamut lanudo, el cuero grueso de Coelodonta y su abrigo velludo le permitieron resistir las condiciones duras de la tundra y la estepa que bordeaban los enormes glaciares del he­misferio norte. Aunque por lo general el ca­bello no se fosiliza, se conoce la existencia de este abrigo velludo a los cuerpos que se han hallado preservados en la grava helada de Siberia. Además, hay testigos presénciales. Los humanos primitivos cazaron esta enorme bestia y la representaron sobre las paredes de las cavernas del sur de Francia hace 30.000 años. Otra especie es Dicerorhinus hemitoechus, un tipo de rinoceronte extinguido muy característico de la fauna europea del Pleistoceno.

Testudo atlas. Lydekker, 1880.

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Asia. Es una especie extinta de tortuga de la familia Testudinidae, cuyos restos proceden de la India. Es la tortuga terrestre más grande ha existido; alcanzaba los 2,5 m de longitud (más de 2 veces la longitud de las tortugas gigantes de hoy) y hasta 4 toneladas de peso. Sus patas, como de elefante, se proyectaban a los lados del cuerpo y sostenían el pesado caparazón del dorso. Las almoahadillas en la planta de sus compactas patas distribuían el gran peso entre los cinco dedos de cada pata, de robustas uñas. Es probable que haya sido herbívora como sus parientes actuales. Ante un peligro, podría meter la cabeza y las patas en su pesado caparazón óseo para protegerse. Testudo atlas o Colosoqueli vivió en el sur de Asia hace más de un millón de años, Pleistoceno.

Megatapirus augustus. Matthew & Granger, 1923.
 

China.  Representante de mayor porte que el tapir actual. Son una familia de mamíferos perisodáctilos del suborden de los ceratomorfos, con un solo género actual, Tapirus, y cuatro especies. Sus parientes vivos más próximos son los rinocerontes. Actualmente encontramos tres especies oriundas de los continentes americanos y una de la península Malaya y la isla de Sumatra. Pero en el pasado su área de distribución fue mucho mayor y con un gran número de especies fósiles. Los tapires americanos tienen el cuerpo de color pardo rojizo. La especie asiática es pardo oscuro con el tronco y el lomo blanco. Los tapires son animales ariscos, huidizos y solitarios. Habitan en los bosques, las selvas y las praderas. Pueden ser nocturnos. Nunca se alejan del agua. De hecho, siempre que se sienten amenazados, escapan al río, lago, o pantano más cercano. Son buenos nadadores y acostumbran a sumergirse y bucear hasta 3 minutos si es necesario, corren velozmente, y escalan con habilidad.

Diprotodon optatum.  Owen, 1870.

Diprotodon Diprotodon Diprotodon Diprotodon Diprotodon Diprotodon Diprotodon Diprotodon Diprotodon Diprotodon Diprotodon

    

Australia. Uno de los más notables mamíferos marsupiales de Australia. Fue el oso gigante Diprotodon. Los diprotodontes surgieron hace cerca de 12 millones de años y vivieron hasta hace unos cuantos miles de años. El Diprotodon fue un monstruoso herbívoro del tamaño de un rinoceronte que cruzaba el centro y el sur de Australia en grandes manadas. El Diprotodon tenía una gran cabeza con largos incisivos para arrancar hojas de los arbustos bajos y anchos molares para machacarlas. Las piernas eran enormes, para soportar el gran peso del animal, y los pies eran anchos y con garras. El Diprotodon es el equivalente en muchos sentidos del rinoceronte en otras partes del mundo, probablemente se movía lentamente y debe haber sido cazado hasta la extinción por los primeros aborígenes australianos.

Palorchestes azae. Flannery, 1983.

Palorchestes Palorchestes Palorchestes Palorchestes Palorchestes Palorchestes Palorchestes Palorchestes Palorchestes

         

Australia. Tenía 2 metros de longitud. La forma en que están distribuidos los hue­sos de la nariz en el cráneo do este animal indica que tenía algún tipo de trompa. En tal caso, Palorchestes debió tener un aspecto parecido al de un tapir marsupial gigante. Sin embar­go, las patas delanteras eran fuertes, y po­seían cinco dedos con enormes garras.


Procoptodon browneorum. Merrilees, 1968.

Procoptodon Procoptodon Procoptodon Procoptodon Procoptodon Procoptodon Procoptodon Procoptodon Procoptodon

 

Australia. Tenía 3 metros longitud. Los canguros que se han extinguido por lo general eran más grandes que las formas modernas y presentaban algunas diferencias. Procoptodon era el mayor de todos ellos y se caracterizaba por su cara breve y por tener cada una de sus patas traseras único dedo largo y funcional (el cuarto), con unos meros muñones sin uñas a ambos lados. Procoptodon era un canguro que se ali­mentaba de hierba y de vegetación de baja altura, como la mayoría de las formas mo­dernas. Otros canguros extinguidos eran ramoneadotes y aprovechaban su altura para llegar hasta la parte superior de los árboles.

Thylacoleo carnifex.  Owen, 1838

Thylacoleo carnifex Thylacoleo carnifex Thylacoleo carnifex Thylacoleo carnifex Thylacoleo carnifex Thylacoleo carnifex

 

Fragmento de cráneo y reconstrucción del león marsupial Thylacoleo carnifex.

Australia. Los leones marsupiales eran carnívoros cuadrúpedos de 75 cm. de altura y 151 cm. de longitud, más o menos del tamaño de un leopardo grande. Estas medidas pueden parecer modestas, pero dentro de los marsupiales (que suelen tener tamaños menores que los de sus homólogos placentarios, debido a su particular sistema de desarrollo), son bastante respetables. De hecho, el león marsupial es el marsupial carnívoro de mayor tamaño conocido, sólo seguido de cerca por el Thylacosmilus del Plioceno de Sudamérica. Con una constitución fuerte, se estima su peso en 130 kilos (algunos cráneos indican que algunos individuos llegaban a pesar 163 kg). Los rasgos más extraños del león marsupial se encuentran en las mandíbulas, y son debidos a sus primitivos orígenes vegetarianos. Debido a su dieta herbívora, todos los diprotodontes del Oligoceno hacía ya tiempo que habían reducido considerablemente o perdido sus colmillos, y los tilacoleónidos no volvieron a desarrollarlos. En su lugar, los incisivos y premolares se hicieron cortantes y pasaron a cumplir la función de capturar y matar las presas. La mandíbula era excepcionalmente robusta y recientemente se ha calculado la presión de su mordida en unos 100 kg., lo que convierte al Thylacoleo en el mamífero con el mordisco más potente en relación a su tamaño que ha existido. Esto le permitía matar presas mucho más grandes que él, como los grandes canguros de la subfamilia de los estenurinos o incluso al Diprotodon, el marsupial más grande que ha existido, de tamaño algo mayor al de un rinoceronte blanco. La cola era bastante larga y gruesa, seguramente para ayudar a equilibrar el animal durante la carrera, y el cuerpo corto, con un pecho ancho de músculos macizos. Las cuatro patas tenían una longitud similar, aunque los músculos de las delanteras estaban más desarrollados, pues servían para aferrar a las presas antes de morderles la garganta, como hacen actualmente los grandes felinos. En cuanto a los pies, éstos se apoyaban totalmente durante la marcha, como ocurre en los osos o los humanos, y no sobre los dedos, como en los felinos y cánidos. De sus ancestros arborícolas conservaban un pulgar oponible en cada pie, los dos de las patas traseras estaban desprovistos de uña, pero los de las delanteras estaban coronados por una enorme garra curva que utilizaban para aferrarse a los cuerpos de sus víctimas, junto con las de los otros cuatro dedos.


Megalania prisca. Owen, 1859

Megalania prisca Megalania prisca Megalania prisca Megalania prisca Megalania prisca Megalania prisca Megalania

   

Australia. Es una especie extinta de la familia Varanidae. Era un gigantesco varano que vivió en Australia meridional, durante el período Pleistoceno hace unos 40.000 años. Medía 8 metros de longitud, y pesaba cerca de dos toneladas. Con semejante tamaño, es el mayor lagarto terrestre que ha existido. Se alimentaba de la mayoría de los animales, incluyendo a cualquiera de los marsupiales gigantes como el Diprotodon, junto con otros reptiles, pequeños mamíferos, aves, y huevos. A pesar de que Megalania prisca se extinguió hace 40.000 años, ha habido numerosos informes y rumores de que una población sobreviviente habita en Australia, y en ocasiones en Nueva Guinea, en fechas tan recientes como a finales de los años 90. El criptozoólogo australiano Rex Gilroy cree que Megalania prisca sobrevive hoy en día, y que es sólo cuestión de tiempo que un ejemplar sea capturado con vida. La posibilidad de una población superviviente en el sur de Australia no es aceptada por la mayoría de los científicos, porque los informes sobre lagartos gigantes sólo comenzó después de que el Megalania prisca fuera descrito por primera vez.


Megaladapis edwardsi.  Forsyth Major, 1894.

Megaladapis edwardsi Megaladapis edwardsi Megaladapis edwardsi Megaladapis edwardsi Megaladapis edwardsi Megaladapis

      

Madagascar. Es una especie de los extintos lémures gigantes que habitaron la isla de Madagascar. Aunque podían subirse a los árboles, los lémures gigantes eran predominantemente terrestres, desplazándose sobre las cuatro patas por el suelo de la selva mientras se alimentaban de abundante materia vegetal, en su mayor parte hojas. El cuerpo era muy robusto, con un peso estimado en casi 140 kilos. El cerebro era pequeño en comparación con el resto del cuerpo, y el cráneo se alargaba y curvaba ligeramente hacia arriba, de forma más parecida a un herbívoro como un caballo o un rinoceronte. La forma de los huesos nasales invita a pensar en la presencia de un labio elongado y móvil, o incluso de una pequeña trompa, algo insólito para un primate. Bajo el cráneo se insertaba una mandíbula tan robusta como desproporcionada, de un tamaño mayor a la del gorila. Estaba provisto de robustos molares y caninos bien desarrollados, probablemente usados en las luchas por la pareja o el territorio con otros miembros de su especie. Este aparato dental guarda semejanzas con el del género actual Lepilemur. Otras especies conocidas: Megaladapis madagascariensis y Megaladapis grandidieri.


Otras especies interesantes del Pleistoceno: Rhinechis scalaris, Eurotestudo, Mimomys sp. Castillomys sp, Apodemus cf. atavus. Stephanomys sp, Eliomys sp.Prolagus cf. calpensis, Oryctolagus sp., Meles iberica, Vulpes alopecoides, Canis accitanu, Canis etruscus,Canis cf. falconeri, Lynx issiodorensis valdarnensis, Acinonyx pardinensis, Megantereon cultridens, Homotherium latidens, Hyaena brunnea, Pachycrocuta brevirostris, Croizetoceros ramosus fonelensis, Metacervoceros rhenanus philisi, Eucladoceros sp., Gazellospira torticornis hispanica, Leptobos etruscus Praeovibos sp, Mitilanotherium sp, Potamochoerus magnus, Capra baetica, Equus major, Stephanorhinus etruscus, Hystrix sp. Pachycrocuta brevirostris,  

Video;  Lobos gigantes documental "ESPAÑOL" 1ra parte

(*) Imagen de autor u origen desconocido. Ver sobre nuestras Políticas de uso de imágenes.

Bibliografía sugerida.

Anthony J. Stuart, Leopold D. Sulerzhitsky, Lyobov A. Orlova, Yaroslav V. Kuzmin and Adrian M. Lister: The latest woolly mammoths (Mammuthus primigenius Blumenbach) in Europe and Asia: a review of the current evidence Quaternary Science Reviews Volume 21, Issues 14-15, August 2002, Pages 1559-1569

Barry Cox, Colin Harrison, R.J.G. Savage, and Brian Gardiner. (1999): The Simon & Schuster Encyclopedia of Dinosaurs and Prehistoric Creatures: A Visual Who's Who of Prehistoric Life.

Berta, A. 1988. Quaternary evolution and biogeography of the large South American Canidae (Mammalia: Carnivora). University of California Publications in Geological Sciences, 132: 1–149.

Busk, G. 1867. Description of the remains of three extinct species of elephant, collected by Capt. Spratt, C.B.R.N., in the ossiferous cavern of Zebug, in the island of Malta. Trans. Zool. Soc. London, 6: 227-306.

Geist Valerius (1998): Megaloceros: The Ice Age Giant and Its Living Relatives. In: Deer of the World. Stackpole Books.

Kurten, B; Anderson, E (1980). «Order Artiodactyla». Pleistocene mammals of North America (1st edición). Nueva York: Columbia University Press. pp. 295–339.

Lo Coco, G.E., Agnolín, F.L. & Román Carrión, J.L.: 2020. Late Pleistocene owls (Aves, Strigiformes) from Ecuador, with the description of a new species; In: J Ornithol 161, pp 713–721; March 5, 2020;

Nystrom, V.; Dalen, L.; Vartanyan, S.; Liden, K.; Ryman, N.; Angerbjorn, A. (2010). «Temporal genetic change in the last remaining population of woolly mammoth». Proceedings of the Royal Society B: Biological Sciences 277 (1692): 2331.

Magnussen Saffer, M.  2014.Perezosos gigantes (Xenarthra, Pilosa) del pleistoceno de la región pampeana. Paleo Revista Argentina de Paleontología. Boletín Paleontológico. Año XII. 108: 08-13.  

Magnussen Saffer, Mariano. 2015. Los mamíferos del Pleistoceno más característicos del registro paleontológico. Paleo Revista Argentina de Paleontología. Boletín Paleontológico. Año XIII. 136: 18-19.

Magnussen Saffer, Mariano. 2016. Aves y Reptiles característicos del Pleistoceno. Paleo Revista Argentina de Paleontología. Boletín Paleontológico. Año XIV. 143: 21-26.

Magnussen Saffer, Mariano. 2015. Los mamíferos dientes de sable y su paso en la historia biológica. Paleo Revista Argentina de Paleontología. Boletín Paleontológico. Año XIII. 132: 13-18. 

Prevosti, Francisco J. (2006). «Grandes cánidos (Carnivora, Canidae) del Cuaternario de la República Argentina: sistemática, filogenia, bioestratigrafía y paleoecología (tesis doctoral)». Asociación Paleontológica Argentina: 501.

Rincón, A., Prevosti, F., & Parra, G. (2011). New saber-toothed cat records (Felidae: Machairodontinae) for the Pleistocene of Venezuela, and the Great American Biotic Interchange. Journal of Vertebrate Paleontology, 31 (2), 468-478

Scott E, Cox SM (2008). «Late Pleistocene distribution of Bison (Mammalia; Artiodactyla) in the Mojave Desert of Southern California and Nevada». En Wang X, Barnes LG. Geology and Vertebrate Paleontology of Western and Southern North America. Los Angeles: Natural History Museum of Los Angeles County. pp. 359–82.

Van Andel, Tjeerd H., New Views on an Old Planet: a History of Global Change (segunda edición, 1994)

Ver mas bibliografía utilizada para hacer la presente Pagina; AQUÍ.            Ver bibliografía de divulgación sugerida; AQUÍ.

Ver los principales fósiles del Pleistoceno de Argentina.

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