Fémur
in situ de Patagotitan mayorum comparado con una persona.
Colección del Museo Paleontológico Egidio Fereglio. Trelew.
Prensa.
Una réplica tridimensional del
Patagotitan mayorum cerca del Museo paleontológico Egidio
Feruglio, en Trelew. Prensa.
Recreación en
escala natural del esqueleto de Patagotitan mayorum en el
predio ferial de la ciudad de Trelew. Prensa.
Dinosaurio Sauropodo.Es
una especie de dinosaurio saurópodo titanosaurio. Vivió a
mediados del período Cretácico, hace aproximadamente 101
millones de años, en lo que es hoy es el sur de América del
Sur. Sus restos se hallaron en el centro-norte de la
provincia argentina del Chubut, en el centro de la Patagonia
argentina. El hallazgo de sus restos óseos fue dado a
conocer en mayo de 2014. Los investigadores afirman que
sería el animal terrestre más grande de todos los tiempos.
Según datos estimados, su tamaño sería de 37,2 metros de
longitud y 77 toneladas de peso. Acompañaban a las muestras
de estos animales, troncos fosilizados e improntas de la
vegetación que convivió con los mismos, lo que permite
reconstruir parte de su ecosistema, el que contrastaba
netamente con el paisaje frío y seco de hoy, pues crecía un
frondoso bosque con árboles de unos 15 metros de alto, de
los cuales se alimentaban los titanosaurios. Se cree que
los ejemplares encontrados de este dinosaurio podrían haber
conformado una manada, muriendo todos al mismo tiempo
formando un «cementerio paleontológico». Junto a ellos se
encontraron 57 dientes de Tyrannotitan chubutensis,
un dinosaurio carnívoro que se postula que carroñaron los
cuerpos de los gigantes herbívoros. Esto lo constituiría
entre los animales terrestres conocidos más grandes de todo
el planeta, siendo similar o superando al Argentinosaurus
huinculensis, el dinosaurio más grande del cual se
tiene buena evidencia.
Los titanosaurios eran cuadrúpedos herbívoros,
frecuentemente de gran tamaño, de cabezas pequeñas, de
cuellos relativamente cortos y de cola de tipo látigo. En el
caso de la especie chubutense, se estima que vivió durante
el Cretácico superior (hace alrededor de entre 101,6 y
95 millones de años). Hasta el momento del anuncio sólo se
ha había retirado el 20 % del material que se estima podría
encontrarse en el yacimiento. Lo que torna al hallazgo un
hecho trascendental para la ciencia a nivel mundial no sólo
es el tamaño de los restos, sino también la perfecta
conservación y la abundancia de piezas colectadas (de
7 ejemplares), pues los titanosaurios se conocen mayormente
por restos fragmentarios de ejemplares aislados. De la
especie ya se exhumaron la mayoría de los huesos (excepto el
cráneo), entre los que se destacan: 10 vértebras dorsales,
parte del cuello, la mayoría de las 40 vértebras caudales y
los miembros anteriores y posteriores completos, por lo que
se conseguirá reconstruir por completo al gigantesco
dinosaurio.
Notocolossus gonzalesparejasi.González Riga et al., 2016.
Bernardo González Riga con el
humero de Notocolossus. Imagen de Prensa.
Aspecto de Notocolossus (*).
Dinosaurio Sauropodo. Es
un género monotípico extinto de dinosaurio saurópodo
titanosaurio, que vivió hace 86 millones de años, en lo que
ahora es la provincia de Mendoza, Argentina, representado
por una única especie, N. gonzalesparejasi.
Con un peso estimado de 60 toneladas, tanto como 13
elefantes y 30 metros de largo, es considerado uno de los
dinosaurios más grandes del mundo. Su tamaño fue estimado a
partir de la reconstrucción de su húmero, el cual mide 1.76
metros, y los huesos de su columna vertebral, cola, pata
delantera, pelvis, y un tobillo y pie completos. Su pie
muestra un metatarso compacto y homogéneo, que se piensa era
una adaptación para sostener su enorme peso. También
presenta unguales truncadas, una característica desconocida
entre los Sauropoda
Dreadnoughtus schrani.Lacovaraet al., 2014
Excavación de los restos del
gigantesco Dreadnoughtus schrani-
Imagen de prensa.
Posible aspecto de
Dreadnoughtus schrani
(*)
Dinosaurio Sauropodo.Es un género y especie
extintos de dinosaurio saurópodo titanosaurio que vivió durante el
Cretácico Superior (Campaniense - Maastrichtiense) en Argentina; fue
descrito originalmente en 2014. D. schrani era un animal
grande, ubicándose entre los mayores titanosaurios conocidos. Comparado
con otros saurópodos gigantes, Dreadnoughtusestá
relativamente completo; es conocido a partir de ocho vértebras dorsales,
permitiendo nuevas perspectivas sobre la columna vertebral de esto
titanosaurios enormes. El descubrimiento deDreadnoughtus schraniha provisto nueva información sobre el tamaño y la anatomía de los
dinosaurios titanosaurios gigantescos, especialmente en lo referente a
sus extremidades y a sus cinturas escapular y pélvica. La mayoría de los
huesos de Dreadnoughtus schrani están muy bien
preservados. Tienen un mínimo de deformación, especialmente en los
huesos de las extremidades. Rasgos delicados, como la localización de
los puntos de sujeción de los músculos, son visibles frecuentemente.
Sarmientosaurus musacchioi.
Martínez et al., 2016.
Cráneo de
Sarmientosaurus musacchioi. Imagen de prensa.
Aspecto en vivo de
Sarmientosaurus. Imagen de prensa.
Dinosaurio Sauropodo.
Es un género extinto de dinosaurio saurópodo (específicamente un
titanosaurio). Sus restos fueron hallados en América del Sur, en
Argentina, en estratos que datan del período Cretácico Superior. La
especie tipo y única descrita es Sarmientosaurus musacchioi.
Los restos fosilizados se hallaron en la Formación Bajo Barreal. Es uno
de los pocos titanosaurios de los que se ha encontrado material craneano.
Tenía grandes órbitas oculares, lo que significa que puede haber tenido
mejor vista que otros titanosaurios. Basándose en el oído y el tendón
osificado del cuello, Sarmientosaurusmuy probablemente
mantenía su cabeza y cuello hacia abajo. Esta postura implica que
Sarmientosauruspuede haber consumido principalmente vegetación
baja en comparación con otros saurópodos. El encéfalo del
Sarmientosaurus musacchioiha brindado una información tan
valiosa sobre el cerebro y sistemas sensoriales que está entre las más
completas de cualquier dinosaurio saurópodo. El cráneo tiene 43
centímetros y fue hallado junto con vértebras cervicales articuladas y
llenas de sacos de aire. Si bien el tamaño no es especialmente grande
para un titanosaurio ofrece a la ciencia el primer vistazo a los
orígenes de este grupo de animales. La presencia de un tendón osificado
ventrolateralmente posicionado en el cuello del titanosaurio es una
novedad anatómica entre los dinosaurios no avianos. El
Sarmientosaurus brinda datos claves sobre la extensión de la
neumatización cervical en titanosaurios al tener vértebras que
internamente tenían más aire que hueso.
Detalles de la cola de
Ninjatitan zapatai del Cretácico de Neuquén.
Aspecto de Ninjatitan
zapatai por Jorge González.
Dinosaurio Sauropodo.
Es un nuevo titanosaurio de la Patagonia que pasa al
salón de la fama entre estos colosos que pisaron la Tierra por ser el
más antiguo de su grupo. Este animal, de unos 20 metros de longitud,
tiene 140 millones de años de antigüedad, por lo que evidencia que los
titanosaurios se originaron a comienzos del periodo Cretácico.
Ninjatitan zapatai se trataba de un titanosaurio, por lo que
pasaba a ser el más antiguo del mundo con decenas de millones de años de
diferencia. Este análisis filogenético se realizó con un amplio muestreo
no solo de formas de titanosaurios, sino también de formas cercanas y
más basales al origen de los titanosaurios. Sin embargo, su nombre no
tiene ningún tipo de vinculación a los movimientos que podía realizar en
vida y, desde luego, este herbívoro cuadrúpedo no contaba con
habilidades para el desarrollo de un arte marcial. Su nombre fue dado en
reconocimiento al investigador argentino Sebastián Apesteguía, apodado
como “El Ninja” desde sus inicios en la paleontología.
Bustingorrytitan shiva.
Simón & Salgado, 2023
Huesos dela pata
de Bustingorrytitan shiva, en el Museo Paleontológico de El
Chocon.
Aspecto que
presentaria Bustingorrytitan shiva. (*)
Dinosaurio Sauropodo.
Es una nueva especie de saurópodo, cuadrúpedo y herbívoro, que vivio en
el Cretacico de Neuquén, en la Patagonia Argentina. El holotipo de Bustingorrytitan, es un esqueleto parcial que incluye un
dentario parcial, vértebras, una escápula, un húmero, un fémur, tibias y
un peroné. Se conocen cuatro especímenes, que en conjunto incluyen
fragmentos de dientes y el esqueleto poscraneal. Utilizando alometría de
fémur, se estimó que el peso de Bustingorrytitan era de
aproximadamente 67.3 toneladas (66.2 toneladas largas; 74.2 toneladas
cortas), lo que lo convierte en uno de los titanosaurios más grandes.
También es probable que el ejemplar no pertenezca a un animal adulto.
Sin embargo, las estimaciones basadas en la alometría de los huesos de
las extremidades han sido criticadas por ser poco confiables y cuando se
aplican a saurópodos grandes, regularmente producen estimaciones de masa
más altas que las producidas por otros métodos. El dinosaurio hallado
fue descrito por primera vez en 2001, en una tesis de la paleontóloga
Simón, como un nuevo género que fue bautizado con el nombre genérico "Bustingorrytitan",
honrando al propietario del terreno donde se encontraron los
fósiles combinado con el término griego "titán", en referencia a su
talla grande. El nombre específico, "shiva", emula al dios hindú que
destruye y transforma el universo, y que hace alusión al cambio de fauna
entre Cenomaniano y Turonian.
Bajadasaurus pronuspinax.Gallina,
Apesteguía, Canale y Haluza.
2019.
Cráneo y detalle
de las vértebras cervicales de
Bajadasaurus pronuspinax.
Rama mandibular de
Bajadasaurus pronuspinax,
Aspecto de
Bajadasaurus pronuspinax,
por Aldo Gonzáles.
Dinosaurio Sauropodo.
Los saurópodos son un grupo de dinosaurios herbívoros y
cuadrúpedos que vivieron entre el Triásico Tardío y el final
del Cretácico Superior -cuando se produjo la extinción
masiva del Cretácico-Paleógeno- caracterizados por su gran
tamaño y el largo de su cuello y cola. Recientemente, un
equipo de paleontólogos del CONICET del Área de
Paleontología de la Fundación Félix de Azara (Universidad
Maimónides) y del Museo Paleontológico “Ernesto Bachmann”
(Villa El Chocón, Neuquén) encontró en el norte patagónico,
más precisamente en la formación geológica conocida como
Bajada Colorada, una nueve especie de saurópodo a la que
nombraron
Bajadasaurus pronuspinax,
en simultánea alusión a la localidad en la que fue hallado y
a las largas espinas inclinadas hacia delante que
caracterizan su cuello. Los resultados de su estudio fueron
publicados en
Scientific Reports.
La nueva especie pertenece a la familia de los
dicreosáuridos, distinguida por largas espinas que cubren su
cuello y espalda como continuación de sus vértebras, y vivió
a comienzos del Cretácico Inferior hace alrededor de 140
millones de años. A este grupo de saurópodos pertenece
también
Amargasaurus cazaui,
especie que habitó el continente sudamericano unos 15
millones de años después que
Bajadasaurus
y que fue hallada en Neuquén en la década del ´80 por el
paleontólogo argentino José Bonaparte.
La funcionalidad de las largas espinas en los dicreosáuridos
es aun motivo de controversias entre los paleontólogos. Con
el hallazgo de
Bajadasaurus
creemos que se puede arrojar claridad sobre algunas
cuestiones. Algunas de las hipótesis formuladas indican que
estas espinas servían de soporte de una especie de vela que
regulaba la temperatura corporal de los dinosaurios o que
conformaban una cresta de exhibición que les otorgaba mayor
atractivo sexual. También se especuló, por ejemplo, que
estas especies podrían haber tenido una joroba carnosa entre
las espinas que servía para almacenar reservas. Otra
presunción es que las espinas estaban cubiertas con fundas
de cuerno que cumplían una función defensiva frente a
potenciales ataques.
Bicentenaria argentina.Novas, 2012.
Aspecto del cráneo y mandíbula.
Esqueletos exhibidos en el MACN.
Aspecto del carnívoro Bicentenaria
argentina. (*).
Dinosaurio
Terópodo.
Investigadores argentinos anunciaron el descubrimiento de un nuevo
linaje que podría aportar claves para comprender la evolución de los
lejanos antepasados de las aves. Bicentenaria
argentina,
es el nombre elegido por los investigadores del Museo Argentino de
Ciencias Naturales (MACN) para este nuevo dinosaurio, no sólo para
conmemorar los dos siglos de independencia argentina sino también los
200 años de la creación del Museo, dependiente del CONICET. Pero Bicentenariano
es un dinosaurio más: es muy probable que sea el primer representante
que se encuentra de un linaje nuevo dentro de la familia de
celurosaurios, aquellos dinosaurios que eventualmente darían origen a
las aves. Los
investigadores creen que ejemplares como el Bicentenaria podrían
aportar claves para entender cómo fue la evolución de estos animales.
“Si bien dentro de los celurosaurios hay miembros como el Tyrannosaurus rex o el
Velociraptor, no
se conoce mucho acerca de las formas primitivas, los primeros
celurosaurios. El Paleontólogo Fernando Novas, junto con su
equipo, analizaron los huesos encontrados en Río Negro y describieron
las características del Bicentenaria.
Los adultos habrían tenido entre 2.5 y 3 metros de largo, y eran ágiles
y delgados. Por la forma de sus dientes y la presencia de garras, sería
posible deducir que se trataba de dinosaurios cazadores. Por otra parte,
se puede también especular que este dinosaurio habría tenido el cuerpo
cubierto por plumas. Si bien no se hallaron rastros de plumaje en las
rocas, investigaciones anteriores muestran que sus parientes, hallados
en China, sí estaban emplumados. Las rocas que
contenían los huesos tienen alrededor de 90 millones de años y
corresponden al período Cretácico Superior, entre 65 y 98 millones de
años atrás. Bicentenariano sólo
debería ayudar a comprender mejor el árbol familiar de las aves y sus
parientes más cercanos, sino que también, indica que los continentes del
sur – Sudamérica, África, Australia – tuvieron una mayor diversidad de
dinosaurios pequeños y similares a las aves de lo que se esperaba.
Ligabueino andesi.
Bonaparte, 1996.
Femur de Ligabueino andesi.
Posible aspecto de Ligabueino andesi.
Dinosaurio
Terópodo. Es un
género representado por una única especie de dinosaurio terópodo
noasáurido, que vivió a principios del período Cretácico, hace
aproximadamente 130 y 122 millones de años, en el Hauteriviano y el
Barremiano, en lo que hoy es Sudamérica. Es uno de los más pequeños
dinosaurios conocidos con solo 74 centímetros de largo. Su nombre fue
puesto en reconocimiento del Doctor Giancario Ligabue, quién ayudara
tanto al conocimiento del Patagonia a través de su libro
maravillosamente ilustrado. Solo se encontró el fémur de 62 milímetros,
ilion, pubis, falanges y arcos neurales de vértebras cervicales,
dorsales y caudales. Fue encontrado en sedimentos del Miembro Puesto
Antigual de la Formación La Amarga, en la Provincia del Neuquén,
Argentina y descritpto por José Fernando Bonaparte en 1996, aunque ya lo
había nombrado informalmente un año antes.
Imagen Ilustrativa de un terópodos
en el Museo Paleontológico Villa El Chocon, Neuquén.
Posible aspecto del carnívoro Ilokelesia
aguadagrandensis
Dinosaurio
Terópodo. Es un
género representado por una única especie de dinosaurio terópodo
abelisáurido, que vivió a mediados del Cretácico, hace aproximadamente
98 y 90 millones de años, en el Cenomaniano y el Turoniano, en
Sudamérica. Los restos fueron encontrados en 1991, en lo que hoy es la
provincia Argentina de Neuquén, en el grupo Neuquén perteneciente a la
Formación del río Limay. El especimen consiste en restos muy
fragmentarios del cráneo, esqueleto axial y apendicular, descrito por
Coria et al a finales de 1998. La etimología del nommbre génerico
proviene de la lengua Mapuche, ilo que significa “carne” y
kelesio, “lagarto”; con el epiteto especifico reflejando el nombre
de la localidad donde se encontraran los fósiles, Aguada Grande. Ilokelesia, fue un terópodo, caracterizado por las particularidades del
cráneo, particularmente por los huesos cuadrado y postorbital. La serie
vertebral posee características distintivas Que lo apartan de otros
abelisáuridos, como el proceso reducido en las vértebras cervicales y
dorsalesa la que le faltan los pleurocoelos. I. aguadagrandensis
es el mas basal abelisáurido descrito en su tiempo, mostrando
caracteres, como la expansión del hueso postorbital alrededor de la
órbita y un reborde en el mismo hueso dentro de la órbita, como
Abelisauridae y Noasauridae; pero reteniendo características de
Abelisauria como la abertura en el hueso cuadrado y el ala en forma de T
del postorbital.
Aniksosaurus darwini.
Martínez & Novas, 2006.
Pata de Aniksosaurus in situ.
Prensa.
Ilustración. Prensa.
Dinosaurio
Terópodo. Es un
género representado por una única especie de dinosaurio terópodo
celurosauriano. Vivió en lo que hoy es la actual provincia de Chubut,
Argentina, en mediados del período Cretácico, hace aproximadamente entre
98 y 90 millones de años durante el Cenomaniano al Turoniano. El
Aniksosaurusmedía alrededor de 2 metros de longitud y 70
centímetros de alto y era de constitución robusta, llegando a pesar
alrededor de 120 kg. La especie tipo Aniksosaurus darwini,
fue oficialmente descrita por Martínez y Novas en 2006, aunque el nombre
fue acuñado en 1995. El nombre genérico se refiere al 21 de septiembre
dia en que comienza la primavera en el hemisferio sur y fueran
encontrados los fósiles. El epíteto específico hace honores a Charles
Darwin, quien visitara la Patagonia entre 1832 y 1833 en su viaje
alrededor del mundo en el Beagle. Los restos fueron encontrados en la
parte inferior de la Formación Bajo Barreal de la Patagonia, donde se
hallaron por lo menos cinco individuos en una cama de huesos, sin ningún
otro animal alrededor. Cinco tibias derechas en el lugar del
descubrimiento nos dan el número mínimo de individuos. Otros huesos
incluyen algunas vértebras, huesos de brazo e ilion. Los restos fueron
encontrados en cenizas volcánicas o que indica que había un volcán
apagándose en las cercanías. Los paleontólogos describen a
Aniksosaurus"como más derivados que algunos celurosaurianos
basales como los compsognátidos, como Ornitholestes, y los
celuridos", pero menos avanzado que los más tardíos coelurosaurios como
el Tyrannosaurus y Oviraptor.
Gualicho
shinyae.
Apesteguía, 2016.
Esqueleto de
Gualicho shinyae en el Centro Cultural de la Ciencia en
Buenos Aires. Prensa.
Paleoreconstruccion de Gualicho shinyae por los artistas
Jorge González y Pablo
Lara.
Dinosaurio
Terópodo. Fue una
especie de terópodo, que habitó hace 90 millones de años la patagonia
argentina. Debe su nombre a un espíritu maligno temido entre el pueblo
de los Tehuelches en la Patagonia, fue descubierto cerca de un embalse
al pie del cerro Chikubi en la provincia argentina de Provincia de Río
Negro. El esqueleto encontrado está incompleto, y las partes recuperadas
comprenden algunas vértebras de la espalda, una parte de la cola, el
omóplato, brazo completo izquierdo, algunas partes de la pelvis y
fragmentos de ambas piernas. Quienes lo investigan describen que fue de
piernas fuertes y ágiles, y tenía solo dos dedos en sus brazos muy
cortos, medía unos seis metros de largo y 1,70 metros de altura. La zona
de la Provincia de Río Negro en la que vivió, hace 90 millones de años
gozaba de un clima cálido y grande ríos, lugares en los que convivió con
otros dinosaurios conocidos, incluyendo algunos de los gigantes como el
Giganotosaurus y el Argentinosaurus. El
descubrimiento se produjo el 13 de febrero de 2007, por parte de la jefa
de técnicos del Field Museum of Natural History de Chicago, Akiko Shinya.
Días después, uno de los dos vehículos que participaban en la campaña
volcó, debiendo interrumpir los trabajos de excavación. El autor
principal de la publicación científica fue Sebastián Apesteguía,
investigador del Conicet y director del Área de Paleontología de la
Fundación de Historia Natural Félix de Azara.
Murusraptor
barrosaensis. Coria & Currie, 2016.
El paleontólogo Rodolfo Coria
con los restos de Murusraptor
barrosaensis. Imagen de Prensa.
Aspecto de Murusraptor barrosaensis. Imagen de
Prensa. (*).
Dinosaurio
Terópodo.
Es un género extinto representado por una única especie de
dinosaurio terópodo megarraptórido, cuyos restos fósiles se han
encontrado en estratos que datan del período Cretácico, en la Formación
Sierra Barrosa (específicamente el Grupo Neuquén) en la Patagonia,
Argentina.El nombre del género deriva de la palabra murus,
que es un término en latín para "pared", refiriéndose a que el espécimen
fue hallado en la pared de un cañón, mientras que el término latino
raptor significa "ladrón"; "barrosaensis", el nombre
de la especie, alude a la Sierra Barrosa, la localidad donde fue
recogido el espécimen.Murusraptor es un
megarraptorano, miembro de un grupo de grandes dinosaurios depredadores
cuya clasificación exacta permanece en discusión. Alguna vez
considerados como dromeosáuridos, han sido clasificados tanto como
carnosaurios alosauroideos como celurosaurios tiranosauroideos. Se
estima que este animal mediría unos 6.4 metros de longitud, y se
considera que representa un ejemplar inmaduro, ya que las suturas
craneanas en su neurocráneo aún no habían desaparecido; esto indica que
pudo haber sido potencialmente más grande. El análisis del esqueleto
reveló características anatómicas hasta entonces no vistas en los
Megaraptora, particularmente en el cráneo y las caderas. Los análisis de
la parte posterior del cráneo indican que, como ocurre en su pariente Megaraptor, Murusraptor probablemente tendría
un hocico alargado y estrecho.
Viavenator exxoni.
Filippi et al, 2016.
Aspecto del cráneo completo de
Viavenator exxoni. Imagen prensa.
Aspecto de Viavenator exxoni
por Ezequiel Vera para elMuseo Municipal Argentino
Urquiza.
Dinosaurio
Terópodo.
Es un género extinto de dinosaurio terópodo abelisáurido, de
hábitos carnívoros, bípedo, brazos cotos y cráneo alargado; que vivió a
finales del período Cretácico en el área de la actual Argentina. El
nombre del género se deriva de los términos en latín via, "camino", y
venator, "cazador". El fósil holotipo fue encontrado en el sitio La
Invernada, en el noroeste de la Patagonia, que se encuentra en una capa
de la Formación Bajo de la Carpa que data del Santoniense. Consiste en
un esqueleto parcial con el cráneo. Se han conservado del cráneo el
neurocráneo y siete vértebras del cuello, costillas cervicales, dos
vértebras anteriores, una serie de cinco vértebras dorsales, doce
vértebras de la cola aisladas, un cheurón de una vértebra caudal
posterior, un escapulocoracoides de la cintura escapular, una espoleta,
las costillas del vientre (gastralia) y un arco hemal. Tiene una
antigüedad aproximadamente de 84 millones de años. Media unos 6 metros
de largo y 2,5 metros de alto. Los huesos están en buenas condiciones.
Los fósiles son parte de la colección del Museo Municipal Argentino
Urquiza.
Tralkasaurus cuyi.
Cerroni et al., 2019.
Fragmento de
maxilar de
Tralkasaurus cuyi.
Prensa.
Aspecto de
Tralkasaurus cuyi.
ilustración Sebastián Rozadilla.
Dinosaurio
Terópodo.
Del tipo carnívoro, sus restos fueron recuperados en una zona
próxima al Embalse Ezequiel Ramos Mejía, del lado rionegrino, en lo
que corresponde a la meseta de El Cuy. De allí deriva su segundo nombre.
Según lo describieron, el Tralkasaurus cuyi pertenece al grupo de
los terópodos abelisáuridos y su contextura fue mucho más pequeña
que los carnívoros de ese tipo conocidos hasta ahora: medía cuatro
metros de longitud, mientras que los otros alcanzan entre siete y
once metros. Seguramente fue un activo predador.
Overoraptor chimentoi.
Motta, et al, 2020.
Restos
comparativos fósiles. Imagen prensa.
Garra de . Imagen
de prensa.
Ilustración de
Gabriel Lío
Dinosaurio
Terópodo.
Se trataba de un animal pequeño, de unos 1,5 metros de
largo, aproximadamente, con brazos y patas largas. Presenta miembros
súper alargados y gráciles, son muy frágiles los huesos de este
dinosaurio. Muestra características, en su miembro posterior, muy
similares a las de animales corredores y seria muy veloz. Además,
como sus parientes los unenlágidos, sus patas aportaban una gran
garra curvada y filosa en el segundo dedo. Sin embargo, estudiando
la anatomía del brazo, el equipo de investigadores distinguió que sus
huesos tenían características muy similares a las de las aves que no
tienen otros dinosaurios raptores. Este resultado
abre la posibilidad a la existencia de un nuevo grupo de dinosaurios
paravianos (carnívoros) distribuidos en África y Sudamérica y que
eran desconocidos hasta la fecha. Un nuevo dinosaurio identificado en la Patagonia Argentina arroja
más datos para comprender la radiación adaptativa de los paravianos
en Sudamérica. Se trata del Overoraptor chimentoi, hallado en rocas
del Cretácico Superior, unos 90 millones de años de antigüedad, en
la provincia argentina de Río Negro, en el marco de una expedición
liderada por el paleontólogo argentino y explorador de National
Geographic Matías Motta, en febrero de 2018. El investigador también
forma parte del Laboratorio de Anatomía Comparada y Evolución de los
Vertebrados (LACEV) del Museo Argentino de Ciencias Naturales
"Bernardino Rivadavia" (MACN - CONICET). El Overoraptor
chimentoi recibe su nombre del término “overo” (por la
particularidad de sus huesos, que fueron conservados en un patrón de
color blanco y negro) y “chimentoi” en honor al Dr. Nicolás Chimento, quién fuese el descubridor de los primeros fósiles de esta
especie.
Guemesia
ochoai.
Agnolín et al., 2022.
Aspecto de un
abelisáurido sudamericano. Imagen de prensa.
Posible aspecto de Guemesia
(*).
Dinosaurio
Terópodo.
La nueva especie de dinosaurios
denominado como Guemesia ochoai, y según los
investigadores pertenecería a la familia de los abelisáuridos, sin
embargo a diferencia de estos tendría el cerebro 70 % más pequeño, aportando nuevas pruebas de un
ecosistema único durante el Cretácico Superior, cercana al momento
de la extinción de los dinosaurios. Esto se descubrió cuando paleontólogos
desenterraron un cráneo de dinosaurio de 70 millones de años en la
limolita roja de la Formación Los Blanquitos, en el noroeste de
Argentina. Guemesia ochoai, podría ser
un pariente cercano de los ancestros de un grupo de dinosaurios sin
brazos, los abelisáuridos, que vagaban por las tierras que ahora son
América del Sur, África y la India. Los abelisáuridos eran poderosos cazadores que
no utilizaban los brazos. Y es que sus apéndices eran notablemente
cortos, incluso más pequeños que los del Tyrannosaurus rex y
efectivamente inútiles. En su lugar, estos temibles carnívoros se
valían de sus poderosas cabezas y mandíbulas para cazar. Los científicos creen que se alimentaron de
algunos de los dinosaurios más grandes que han existido, como el
titanosaurio, un herbívoro de 70 toneladas más grande que una
ballena azul. A diferencia de otros abelisáuridos, el nuevo fósil
tiene agujeros en la parte delantera del cráneo, que podrían haber
ayudado al dinosaurio a liberar calor para enfriarse.
Nullotitan
glacialis. Novas et al., 2019.
Algunos de los
integrantes del grupo de Fernando Novas del MACN con los restos
fósiles de Nullotitan glacialis. Imagen de Prensa.
La ilustración fue realizada
por el investigador Sebastián Rozadilla. Imagen de Prensa.
Dinosaurio Sauropodo. Es una nueva especie de dinosaurio
titanosaurio de más de 20 metros de longitud, que fue hallada junto a
fósiles de mamíferos, serpientes, caracoles, peces, ranas, tortugas y
aves. Este sorprendente yacimiento se encuentra unos 30 kilómetros al
sur de El Calafate y corresponde a la época previa a la extinción masiva
de los dinosaurios. En este sitio ubicado al sudoeste de la provincia de
Santa Cruz, más precisamente en una montaña desde la que se puede
observar el glaciar Perito Moreno. Es poco lo que se sabe en América del
Sur y en todo el hemisferio sur acerca de cómo se extinguieron los
dinosaurios; la mayor cantidad de información proviene de Norteamérica y
de Europa, en tanto que las rocas de este yacimiento van desde los 75 a
los 65 millones de años de antigüedad aproximadamente, por lo que nos
permitirán ver la secuencia de cómo fueron cambiando las faunas hasta la
extinción final de ese grupo. El nombre del genero hace referencia al
geólogo Francisco Nullo, en 1980, fue el primero en divisar fósiles de
un dinosaurio cuando recorría estos estratos de rocas. Durante el verano
de 2019, un equipo liderado por Fernando Novas organizó una campaña a
este sitio para ver si lograba redescubrir los restos, pero lo que
encontraron fue aún mayor a lo esperado.
Lakumasaurus
antarcticus.
Novas et al., 2002.
Fósiles exhibidos en el Museo
Argentino de Ciencias Naturales de Buenos Aires y reconstrucción
en vivo de Carlos Papolio.
Reptil Marino
Mosasaurio. Es un género fósil, un Mosasaurio que vivió en el
Cretácico superior. Fue descubierto junto a Antartopelta,
siendo uno de los pocos animales descubiertos en la Antártida como
fósiles. Es un ejemplar muy especial de la familia Mosasauridae
debido a que fue encontrado en una región en donde por lo general no
acostumbraban a habitar, ya que la mayoría de estos reptiles han sido
encontrados en latitudes mayores como América del Norte y África,
respectivamente. Al parecer, vivió en una zona de la Antártida que se
inundaba la mayor parte del año en ese tiempo, debido al clima tropical
que existía en esa región del mundo, se encontraba bajo el nivel del
mar; si no hubiera sido por esas condiciones, probablemente no hubiera
sido capaz de sobrevivir debido a su anatomía. Descubierto en el 2002
por Novas et al. en la isla de Ross, en el 2007 se revisa el género por
James E. Martin y Marta Fernández pasando a ser considerado una
sinonimia de Taniwhasaurus.
Taniwhasaurus
oweni.Hector, 1874.
Cráneo de Taniwhasaurus (*)
Esqueleto de Taniwhasaurus antarcticus en el Museo
Argentino de Ciencias Naturales de Buenos Aires.
Reconstruccion de Taniwhasaurus
(*)
Reptil Marino Mosasaurio.
Es un género representado
por una única especie de saurópsido mosasáurido, que vivió en el Cretácico
superior. Son grandes lagartos marinos extintos. Los mosasaurios hoy día son
considerados parientes cercanos de las serpientes, debido a que los análisis
cladísticos que se han realizado, han hallado similitudes en la anatomía del
cráneo y las mandíbulas.Los mosasaurios eran miembros de los varanoides,
emparentados con los actuales lagartos varanos terrestres. Ellos probablemente
evolucionaron de reptiles escamosos semiacuáticos conocidos como los
aigialosáuridos, los cuales son muy similares en apariencia a los modernos
varanos, a fines del período Cretácico Inferior. Durante los últimos 20 millones
de años del período Cretácico (Turoniano-Maastrichtiano), con la desaparición de
los ictiosaurios y los pliosaurios, los mosasaurios se volvieron los
depredadores marinos dominantes. Los mosasaurios respiraban aire, eran poderosos
nadadores y estaban bien adaptados a vivir en los mares epicontinentales cálidos
y poco profundos, que predominaban a finales del período Cretácico. los
mosasaurios se hallaban tan bien adaptados a su entorno que eran ya animales
vivíparos, en vez de retornar a las playas a depositar sus huevos, a la manera
de las tortugas marinas.
Vegasaurus molyi.O’Gorman et al.,
2015.
Aleta de Vegasaurus
molyi, un elasmosaurio del Cretácico tardío de la antártica
Argentina. Museo de La Plata.
Aspecto de un Plesiosaurio.
(*).
Reptil Marino Plesiosaurio.
Se conoce únicamente
el esqueleto postcraneal bien conservado casi completo (que carecen de la punta
de la cola) alojado en el Museo de La Plata. La extracción de este ejemplar
representó una gran dificultad e implicó décadas de trabajo. De hecho, un equipo
de geólogos encabezado por Eduardo Olivero avistó una de sus aletas anteriores
en el año 1989 y, recién en el año 1993, se pudo realizar la primera campaña
paleontológica de rescate. Luego, en 1999, se continuó con la expedición, que
recién pudo ser finalizada en el 2005. Desde entonces, comenzó el estudio de los
fósiles hasta la reciente publicación que demuestra que se trata de una nueva
especie. Los elementos incluyen todo el cuello con 54 vértebras cervicales
completa, tres vértebras pectorales, 17 espalda vértebras, tres vértebras
sacras, la parte delantera y vértebras de la cola media, pectorales y pélvicas
fajas, miembros anteriores y posteriores, las costillas, y 45 gastrolitos
asociados con la región dorsal. Fue descubierto en 1989, por Eduardo Olivero,
Daniel Martinioni, Francisco Mejillón y Jorge Lusky, en el Cabo de Cordero de
Vega Isla en el borde de la Península Antártica de James Archipiélago Ross
(parte más septentrional de la Antártida). Las excavaciones toman asiento
durante tres expediciones antárticas de verano en 1993, 1999 y 2005. Se recogió
de un área de 3 metros cuadrados en un estado semi-articulado, en localidad "Assemblage
10", que pertenece a la sección media del Cabo Cordero Miembro de la Formación
de la isla Snow Hill, que data del Cretácico, hace aproximadamente 72 millones
de años
Plesiosauria. (en estudio).
Isasi y Agnolin (autores junto a
Fernando Novas) junto a la réplica recreada in situ.
Los restos de este plesiosaurio
son los más completos hallados hasta el momento en Argentina.
Reptil Marino Plesiosaurio.
Los plesiosaurios fueron grandes reptiles marinos que habitaron los
mares de todo el mundo, tenían cuello largo,
cabeza pequeña y dientes puntiagudos. Retuvieron sus dos pares
ancestrales de miembros que evolucionaron en grandes aletas. Tenían mandíbulas
poderosas, probablemente lo bastante para atravesar las conchas duras de sus
presas. Paleontólogos del Museo Argentino de Ciencia Naturales Bernardino
Rivadavia de Buenos Aires presentaron la réplica de un plesiosaurio hallado en
2009 en los lagos de la Patagonia, donde este reptil marino vivió hace 65
millones de años. Se trata de un reptil marino
cuyos restos fueron hallados en rocas del cretácico en cercanías de la ciudad de
El Calafate, en la provincia de Santa Cruz. Corresponden a una era en
la que la cordillera de los Andes no existía y el océano inundaba la actual
Patagonia Argentina. De acuerdo a la reconstrucción de los paleontólogos, el
ejemplar medía unos nueve metros de largo y sus aletas alcanzaban 1,30 metros
cada una.
Notoceratops bonarelli.
Tapia, 1918.
Fragmento de rama mandibular de
Notoceratops bonarelii y las partes faltantes. (*).
Posible aspecto de
Notoceratops bonarelii. (*).
Ornitópodo,
Ceratopsiano. Es un género de
dinosaurio marginocéfalo ceratopsiano considerado como nomen dubium,
que vivio a finales del período Cretácico, hace aproximadamente 68
millones de años, en el Mastrichtiano. Algunos paleontólogos piensan que
el notocerátopo fue en realidad un hadrosáurido. Otros siguen asumiendo
que probablemente este herbívoro desconocido era efectivamente un
ceratopsiano, basados además en el hallazgo de un ceratopsio
australiano, el serendipacerátopo. Si esto fuese cierto, notoceratopo
representaría el único resto de este grupo de ornistisquios en
Suramérica.
Secernosaurus
koerneri.
Brett-Surman, 1979.
Cráneo de Secernosaurus,
sinónimo de Kritosaurus. MACN.
Posible aspecto de
Secernosaurus (*).
Ornitópodo
hadrosáurido. Es
un género representado por una única especie de dinosaurio ornitópodo
hadrosáurido que vivió a finales del período Cretácico, hace
aproximadamente 70 millones de años, en el Mastrichtiano, en lo que es
hoy Sudamérica. Secernosaurus es un dinosaurio de pico de
pato de pequeño tamaño, solo midió 3 metros de largo, 1,2 de alto y
entre 200 y 400 kilogramos. Este tipo de especies es Secernosaurus
koerneri, describido en 1979 a partir de restos encontrados en
la Formación Bajo Barreal en la Provincia del Chubut Patagonia
Argentina. El
nombre proviene de que en el momento de su descubrimiento no se conocía
otros hadrosáurido en el hemisferio sur. El holotipo estuvo almacenado
desde 1923 en el Museo de Historia Natural de Chicago. Un analísis
cladistico de John R. Horner, David B. Weishampel, Catherine A. Forster
lo coloca junto a Telmatosaurus, Bactrosaurus, Gilmoreosaurus,
Tanius y Claosaurus dentro de Euhadrosauria,
siendo basales al resto de los Hadrosáuridos.
Morrosaurus antarcticus.Rozadilla et al., 2015.
Huesos fósiles de
la pata de Morrosaurus antarcticus. Imagen Prensa Conicet.
Paleoreconstruccion de Morrosaurus antarcticus por Sebastián Rozadilla.
Ornitisquio.
Es un género extinto de
dinosaurio herbívoro ornitisquio perteneciente a los Euornithopoda, que
vivió a finales del Cretácico en el área de la actual Antártida. La
especie tipo y única conocida es Morrosaurus antarcticus.
En 2002 el paleontólogo argentino Fernando Novas informó sobre el
descubrimiento de un esqueleto parcial de un euornitópodo en la
Antártida. En 2015 estos restos fueron la base para denominar a la
especie tipo Morrosaurus antarcticus, nombrada y descrita
por Sebastián Rozadilla, Federico Lisandro Agnolin, Fernando Emilio
Novas, Alexis Mauro Aranciaga Rolando, Matías J. Motta, Juan Manuel
Lirio y Marcelo Pablo Isasi. El nombre del género se refiere a el sitio
El Morro en la isla James Ross, en donde se encontraron los restos de la
especie. El nombre de la especie se refiere a la Antártida. Su nombre
fue mencionado en 2015 en la versión electrónica de la publicación
Cretaceous Research. Los restos provienen de una pata trasera
derecha, que incluyen la parte superior del fémur, el extremo inferior
del fémur, la parte superior de la tibia, la parte inferior de la tibia,
la parte superior de la mitad del pie, la parte inferior del pie medio y
la parte superior de la primera articulación de la tercera dedo del pie.
No se puede determinar, sin embargo, si el propio Morrosaurus
poseía estas características debido a sus restos limitados. La
existencia de dicho clado podría indicar que Patagonia, la Antártida y
Australia compartían el mismo tipo de fauna. La relaciones filogenéticas
exactas dentro de este clado no pudieron ser identificadas, exceptuando
a Gasparinisauraque resultó siendo el miembro más basal
del grupo.
Vértebras caudales
de Hadrosaurio. Ilustrativo (*).
Posible aspecto de
Bonapartesaurus. (*).
Ornitisquio.
Los hadrosáuridos son un clado de dinosaurios herbívoros que podemos
encontrar en prácticamente todos los continentes, salvo África y
Australia. En Argentina son conocidos desde hace varias décadas. La
primera especie que se describió fue Secernosaurus koerneri y lo
hizo el paleontólogo Brett-Surman en 1979. Desde que se describió
Secernosaurus la paleobiodiversidad de este clado de dinosaurios ha
sufrido de diferentes interpretaciones. Hasta el año 2016 habían
descritas cuatro especies: Secernosaurus,
Kritosaurus australis, Willinakaqe salitralensis y
Lapampasaurus cholinoi. Los huesos que fueron excavados en
la década de los 80 por el paleontólogo Jaime Powell y coautor de la
especie nueva. Estos restos proceden de un yacimiento denominado
Salitral Moreno y se localiza en las cercanías de la ciudad de General
Roca (provincia de Río Negro). Estos huesos representan la mitad
posterior de un individuo adulto y fueron encontrados en conexión
anatómica, es decir, en la misma posición en la que estuvieron en vida
del animal. Bonapartesaurus es un representante de los
dinosaurios hadrosaurinos y está emparentado con las especies
norteamericanas Prosaurolophus maximus y Saurolophus
osborni y la especie asiática Saurolophus angustirostris.
Quienes conforman la tribu Saurolophini. De esta forma
Bonapartesaurus se convierte en el primer representante de dicha
tribu para Argentina.
Stegosauria indet.
Bonaparte, 1985.
Placa dermica de la columna de
un Stegosauria (*)
Aspecto del Stegosauria (*).
Ornitisquios,
Tireóforos. Son un infraorden de
dinosaurios tireóforos que vivieron desde del período Jurásico hasta el
Cretácico, hace aproximadamente 165 y 120 millones de años, desde el
Batoniano al Aptiano, distribuyendose por todo el mundo. El primer
estegosauriano descrito, el Dacentrurus, fue descrito por
Sir Richard Owen en 1875. Los principales descubrimientos provienen de
Norteamérica, África, Asia y Europa, con una forma sin describir de
Sudamérica y un género dudoso de la India. Todos los miembros de este
taxón se caracterizan principalmente por un desplazamiento cuadrúpedo,
además de poseer una cabeza porporcionalmente pequeña con un pico
aplanado y una doble hilera de púas o placas óseas dispuestas a lo largo
del dorso. Los estegosaurianos, hablando en términos generales, son
herbívoros medios a grandes con las pequeñas cabezas y los cuellos
largos. Los estegosáuridos poseían un cráneo más largo que los
huayangosáuridos. Terminaba en un pico corneo, que cubria el premaxilar
y en predentario. Aparte de los huayangosauridae, los estegosáuridos
posteriores perdieron los dientes premaxilares. Los brazos mucho más
cortos que las piernas, un par de púas hacia arriba según lo pensado
tradicionalmente o hacia fuera según lo sugerido por los nuevos
hallazgos del extremo de la cola, de hombros construidos pesadamente a
menudo con una espina hacia fuera de ellos a un ángulo incierto, y de
dos filas de las espinas dorsales o de las placas que van de detrás la
cabeza del extremo de la cola. El Stegosauruses el único
con placas grandes y sin espinas dorsales. Parecen haber conservado
cinco dedos en la mano, pero solamente tres dedos funcionales por pie.
Los miembros son inusualmente acolumnados para los dinosaurios, y los
brazos son robustos. Las patas se vuelven más de largas comparadas a los
brazos en los estegosaurianos derivados. El fósil encontrado en
Sudamérica corresponden a placas seas dermicas sobre la columna y otros
restos de la Formación La Amarga, en la provincia de Neuquén, Patagonia
Argentina.
Antarctopelta oliveroi.
Salgado y Gasparini, 2006.
Diente de Antarctopelta,
recuperado en el sector Antártico Argentino. Fuente APA.
Aspecto que presentaría en vida
el Anquilosáurido hallado en la
Antártida Argentina. Por Tuomas Koivurinne y Sergio Perez.
Ornitisquios
Tireóforos.Es
un género representado por una única especie de dinosaurio
anquilosauriano, que vivió a finales del período Cretácico, hace
aproximadamente 80 millones de años, en lo que hoy es la Antártida. Son un infraorden de
dinosaurios ornitisquios tireóforos, que vivieron desde el Jurásico
inferior hasta el Cretácico superior (hace aproximadamente 208 y 65
millones de años, desde el Hetangiano hasta el Mastrichtiano), en lo que
hoy es América, Europa, Asia, Australia y la Antártida. Los
anquilosaurianos eran herbívoros cuadrúpedos, con el cuerpo cubierto por
una sólida armadura de placas óseas y, en algunos casos, espinas. Los
individuos del género más conocido y que da nombre al suborden, los
anquilosaurios, medían entre 6 y 9 m de largo. Su poderosa cola estaba
formada por dos huesos que se extendían a cada lado de los huesos de la
cola. Se conoce solo un esqueleto fósil que fuera descubierto en
la Isla James Ross en 1986, siendo el primer dinosauro descubierto en la
Antártida y el segundo formalmente nombrado, luego que el
Cryolophosaurus de 1994. Aunque la Antártica se encontraba en el
polo sur durante el Cretácico, el clima de la tierra era más caliente
durante ese periodo de tiempo, y el continente debió haber estado libre
de hielo. Animales como Antarctopelta oliveroi pudieron
haber vivido en bosques de coníferas y con árboles caducifolios.
Notohypsilophodon
comodorensis.
Martínez, 1998.
Esqueleto de
Notohypsilophodon
(*)
Aspecto de
Notohypsilophodon
(*)
Ornitópodos,
Hipsilofodóntidos. Es un género
representado por una sola especie de dinosaurios, ornitópodos,
hipsilofodóntidos que vivió a finales del período Cretácico, hace
aproximadamente 96 millones de años, en el Cenomaniano, en lo que es hoy
Sudamérica. Es conocido a partir de los restos de un ejemplar juvenil,
al que le falta el cabeza, encontrado en la Formación Bajo Barreal, en
el norte de la Provincia del Chubut en la Patagonia Argentina. Fue
descrito como el único hipsilofodóntido de América del Sur, esto no es
aceptado por todos, compartiendo actualmente este grupo con el
Gasparinisaura. De pequeño tamaño, se calcula que alcanzó solo
1,5 metros de largo. Notohypsilophodon
esta
basado en el holotipo UNPSJB — PV 942, que consiste en un esqueleto
parcial con cuatro vértebras del cuello, siete de la espalda, 4 del
sacro, y seis de la cola, fragmentos de costillas, una escápula parcial,
coracoides también parcial, un húmero, ambas ulnas y la mayor parte de
la pata izquierda, menos el pie, y la fíbula derecha con el astrágalo.
Debido a que los arcos neurales de las vértebras no están soldados,
Rubén D. Martínez, describio al individuo como un juvenil que no había
alcanzado la madures corporal. No encontró evidencia que se tratara de
un iguanodóntido, siendo asignado al mas basal Hypsilophodontidae, al
ser descubierto el único de Sudamérica. La asignación como
Hypsilophodontidae fue apoyada por Rodolfo Coria en una revisión de los
ornitópodos sudamericanos de 1999, pero en revisiones mas recientesde
los ornitópodo basales debido a lo fragmentario de los restos ha sido
incluido dentro de Euornithopoda, un clado de Ornithopoda que incluye a
los iguanodóntidos y a los hipsilofodóntidos.
Anabisetia
saldiviai.
Coria & Calvo, 2002.
Cráneo de
Anabisetia (*)
Esqueleto de
Anabisetia (*)
Posible aspecto de
Anabisetia (*)
Ornitópodo
Iguanodontiano. Es un género
representado por una única especie de dinosaurio ornitópodo
iguanodontiano, que vivió a mediados del período Cretácico, hace
aproximadamente entre 96 millones de años, en el Cenomaniano, en lo que
hoy es Sudamérica. El anabisetio fue un pequeño herbívoro corredor de
aproximadamente 2 metros de largo, 60 centímetros de alto y un peso
estimado de 20 kilogramos. Poseía largos miembros traseros y más
reducidos miembros delanteros que no le servían para la locomoción. La
cabeza era pequeña con dientes especializados en moler la vegetación.
Los paleontólogos argentinos Rodolfo Coria y Jorge Calvo nombraron a
Anabisetia en 2002. El nombre genérico hace honor a Ana Biset,
una influyente arqueóloga de la Provincia del Neuquén en Argentina,
donde los restos fueran encontrados. El nombre de la especie tipo y
única conocida A. saldiviai, es en honor a Roberto
Saldivia, un lugareño que descubriera los fósiles en 1993. Los restos de
este dinosaurio fueron encontrados por Roberto Saldivia, un jubilado de
YPF que en ese momento trabajaba de puestero en Cerro Bayo Mesa,
Provincia del Neuquén, Patagonia argentina. Saldivia le llevo los restos
a Rodolfo Coria al Museo Carmen Funes de Plaza Huincul, que luego de
recoger mas especimenes en el mismo lugar, publica su descripción en el
Journal of Vertebrate Paleontology y constituye la presentación en
sociedad de un nuevo dinosaurio patagónico. Se conocen cuatro esqueletos
parciales del Anabisetia, aunque permiten una buena
interpretación de los hallazgos. Todos los especímenes fueron
encontrados en la localidad de Cerro Bayo Mesa, al sur de Plaza Huincul
en la Provincia del Neuquén, Argentina. Esta localidad es parte de la
Formación Cerro Lisandro, a su vez parte del Subgrupo Rio Limay del
mayor Grupo Neuquén que representa una zona pantanosa y húmeda. Los
sedimentos de esta formación se depositaron en el periodo entre el
Cenomaniano tardío y el Turoniano temprano en el Cretácico superior hace
alrededor de 95 a 92 millones de años atrás (Leanza et al., 2004).
Mahuidacursor lipanglef.Cruzado-Caballero et al., 2019.
Restos fósiles articulados de
Mahuidacursor lipanglef.
Museo Argentino
Urquiza, Neuquen.
Aspecto de
Mahuidacursor
lipanglef. Imagen de prensa.
Ornitópodo. Es un especie de dinosaurios
ornitópodos basales que habitaron Argentina, durante el Cretácico.
Consiste en varios huesos postcraneales aislados y un esqueleto
articulado parcial. El holotipo se encontró en un sitio llamado Cerro
Overo, en la Provincia del Neuquén. El Mahuidacursor lipanglef,
o el "corredor de los
cerros de brazos ligeros", fue un
dinosaurio herbívoro, de cinco
metros. El hallazgo se
produjo en junio de 2016, cuando el
equipo del museo Argentino Urquiza de la localidad neuquina de Rincón de
los Sauces, realizó una salida de campo con el objetivo de explorar una
nueva zona. El estudio científico de este ejemplar estuvo a cargo de la
doctora Penélope Cruzado Caballero y del doctor José Gasca, ambos
especialistas en dinosaurios ornitópodos, el magister Leonardo Filippi,
el doctor Ignacio Cerda y el geólogo Alberto Garrido. Mahuidacursor
es parte de un grupo de dinosaurios ornitópodos dentro del cual se
encuentran otros representantes patagónicos, como Talenkauen
y Macrogryphosaurus.
Rama mandibular de Cronopio dentiacutus.
Imagen de Prensa.
Aspecto de Cronopio dentiacutus
por Jorge González.
Mamífero. Un pequeño mamífero fósil muy parecido a la
ardilla prehistórica de la película La era del hielo y
que vivió hace 95 millones de años entre los dinosaurios en territorio
de Argentina, fue presentado por el prestigioso paleontólogo Sebastián
Apesteguía. El parecido es
asombroso, y sin embargo quienes crearon al personaje de Scrat -esa
suerte de ardilla de prominentes colmillos que deambula en busca de una
bellota en la película La era del hielo- no tenían ni noticias de la
existencia del Cronopio dentiacutus, un pequeño mamífero
que vivió a la sombra de los dinosaurios en lo que es hoy la Patagonia
argentina, y cuya descripción se publico la revista Nature. Con unos 10
a 15 centímetros de largo, ojos grandes, aparentemente adaptados para
una visión nocturna, y un delgado hocico armado con prominentes caninos,
el cronopio no sólo viene a demostrar que la biología puede ser mucho
más creativa que los guionistas de Hollywood. El hallazgo de los dos
cráneos fósiles desenterrados en La Buitrera que permitieron describir
al cronopio -el primer mamífero de comienzos del cretácico tardío
hallado en América del Sur- es singular desde donde se lo mire. "Nuestro
conocimiento de los dos primeros tercios de la evolución de los
mamíferos es terriblemente incompleto. Considerando la pobreza del
registro fósil, cualquier descubrimiento de un cráneo razonablemente
bien preservado de un mamífero del mesozoico es un evento paleontológico
muy importante", escribió Christian de Muizon, investigador del Museo de
Historia Natural de París, en un artículo publicado en Nature que
acompaña al que describe el hallazgo. Esa alta especialización de sus
formas corporales sugiere "que este animalito pertenece a un grupo que
evolucionó en forma aislada en América del Sur durante mucho tiempo,
pues la geografía de los continentes del cretácico nos dice que América
del Sur estaba aislada de América del Norte y de Europa". Aunque restan
muchas cuestiones por resolver -como la finalidad de los
desproporcionados caninos en un animal que, según el resto de la
dentadura, se alimentaba de insectos-, lo cierto es que el hallazgo del
cronopio es un avance importante en el fragmentario y escaso
conocimiento de la evolución de los mamíferos en América del Sur.
Aerotitán sudamericanus.Novas et al. 2012.
Fragmento de la mandíbula del
reptil volador Aerotitan. Imagen prensa.
Paleoreconstruccion de
Aerotitan por Gabriel Lio.
Reptil volador.
Un pterosaurio que habitó Río Negro hace 65
millones de años fue presentado en sociedad en
el Museo Patagónico de Ciencias Naturales. Los
restos constituyen el primer hallazgo en
Sudamérica de un reptil volador del Cretácico,
la última de las eras de los dinosaurios. El pterosaurio ha sido apodado como
Aerotitán sudamericanus según su nombre en
latín, "titán del aire Sudamericano"
El animal sobrevoló los cielos de una Patagonia
bastante alejada de lo que hoy conocemos. El
ambiente era cálido y estaba cubierto por un mar
poco profundo que se extendía hasta las
proximidades de la cordillera de los Andes. El
continente sudamericano ya se había separado de
África, había un Océano Atlántico más estrecho y
la península antártica estaba mucho mas cerca.
Tenía 10 metros de envergadura y era
carnívoro. Fue descubierto en diciembre 2010
durante una campaña argentino-sueca.
“El interior de los huesos preservan
trabéculas óseas delgadas, típicas de
los pterosaurios”, analiza Novas, “que
les conferían fortaleza estructural pero
les permitían ser lo suficientemente
livianos para suspender sus cuerpos en
el aire con unos pocos aleteos”.
Según el paleontólogo, esto permite demostrar
que ‘enormes pterosaurios’ sobrevolaron los
mares tropicales de la Patagonia a finales del
Mesozoico. “Este descubrimiento nos alienta a
proseguir explorando esta región de Río Negro,
que podría aportar datos de enorme interés para
develar el porqué de la desaparición de los
grandes reptiles hace 65 millones de años”.
Pterodaustro
guinazui.
Bonaparte, 1979,
Cráneo y mandíbula del reptil
volador del jurasico de San Luís, Pterodaustro guinazui
en el amnh.
Esqueleto preparado por José L.
Gómez en Museo de Cs Antropológicas y Nat. de La
Rioja.
Aspecto en vida del reptil volador
Pterodaustro guinazui del Jurasico de la Republica
Argentina (*).
Reptil Volador.
Fue hallado en la formación Lagarcito en la Provincia de San
Luis, Argentina, limite Jurasico – Cretácico. La importancia de
este reptil volador es que fue el primero para Sudamérica. Otra de
las características es que proviene de sedimentos que hace 120
millones de años se depositaron en el fondo de una laguna, la cual
se hallaba en el medio del continente, a diferencia de otros Pterosaurios de Europa y Norteamérica que provenían de sedimentos
continentales - marinos. El tamaño de esta especie varía mucho. Se
han rescatados ejemplares adultos que superaban los 2,5 metros de
envergadura y ejemplares notablemente juveniles de 0,25 metros. Así
mismo se pudieron colectar algunas improntas de pisadas de este
reptil. Lo más notable de este animal era su cráneo. La mandíbula
inferior poseía entre 300 y 400 dientes en forma de lámina, los
cuales podían filtrar microorganismos acuáticos al igual que las
ballenas, y su mandíbula superior carecía de estos. Esto permitió
aprovechar las grandes cantidades de crustáceos y otras pequeñas
criaturas que viven suspendidas en el agua Una teoría supone que
estos reptiles pudieron tener una piel media rosada al igual que los
flamencos, ya que ambos comparten la misma dieta y estos últimos
adquirieron este tono por los microbios que atrapa en el agua. Fue
el primer reptil volador hallado en el hemisferio sur. Pterodaustro
tenía una envergadura de 132 cm; su cabeza medía 23 cm de longitud y
era muy estrecha con un pico curvado en el extremo. La dieta del
animal podría haberle conferido una tonalidad rosada, otro probable
rasgo en común con los flamencos de hoy en día; en efecto,
Pterodaustro es frecuentemente apodado el "pterosaurio
flamenco". Hoy se considera estos restos como del Cretácico
medio.
Argentinadraco barrealensis.Kellner y Calvo,
2017.
Reptil Volador.
Es
un género extinto de pterosaurio azdarcoideo que vivió durante el
Cretácico Superior en Argentina. Argentinadraco es inusual
por poseer una mandíbula cuya parte inferior posee un borde cóncavo, así
como un par de crestas y depresiones en su superficie superior. Las
crestas de la mandíbula pueden haber sido usadas para alimentarse de
pequeños invertebrados en sedimentos blandos dentro del sistema de lagos
y ríos en los que residía. La combinación inusualmente elaborada de
crestas y depresiones en la superficie superior de la mandíbula de
Argentinadracosugiere que la mandíbula se engranaba con el
maxilar de alguna forma. Entretanto, tal como se ha inferido para
Pteranodon, la altura de la parte posterior de la sínfisis
sugiere que alcanzaba grandes fuerzas de mordida. Kellner y Calvo han
sugerido de forma especulativa que Argentinadracousaba su
peculiar mandíbula para surcar entre el sedimento suelto en los ríos o
lagos de su ambiente, lo que le permitiría alimentarse de invertebrados
pequeños tales como crustáceos. Ellos interpretaron que este estilo de
vida sería consistente con los hábitos terrestres de alimentación de los
azdárquidos.
Trinisaura
santamartaensis.Coria et al, 2013.
Restos fósiles conocidos de
Trinisaura. Imagen de
prensa.
Aspecto de Trinisaura.
Imagen de prensa.
Ornitópodos.
Es la primera especie de ornitópodo clasificada en la Antártida. A partir del estudio
liderado por el doctor Rodolfo Coria, se pudo saber que este dinosaurio
caminaba con sus piernas posteriores, medía poco más de un metro de
estatura y falleció antes de llegar a la adultez. Los ornitópodos era
herbívoros y poseían patas semejantes a las de las aves. Seguramente, era un
bípedo muy veloz, tal vez tanto como el avestruz actual, porque sus
extremidades posteriores estaban muy bien desarrolladas y, en cambio,
las anteriores eran pequeños bracitos y sus manos también eran
diminutas. Los
ornitópodos llegaron a diversificarse por todo el mundo durante el
período Cretácico, pero solamente se había hallado restos fragmentarios
de estos dinosaurios en la Antártida, por lo que nunca se los había
podido clasificar como especies. Este ejemplar fue
hallado por el técnico del Museo de La Plata Juan Jose Moly, un veterano
en campañas antárticas. Además de encontrar sus patas, también descubrió
varias vértebras de su lomo y de su cola. Gracias a las vértebras
encontradas del Trinisaura,
se pudo saber que este animal falleció antes de llegar a su adultez.
Ocurre que las vértebras de los ornitópodos están formadas por dos
elementos: el arco neural y el cuerpo vertebral, y ambas partes empiezan
a fusionarse en los ejemplares más adultos, mientras que en este
individuo se observan varios arcos neurales aislados. De allí que pudo
haber alcanzado una estatura mayor al metro que tuvo en el momento de
morir. Lo que
no se hallaron fueron restos de su cráneo, aunque se puede estimar que
poseía un pico córneo, en algún punto semejante al de un loro. Este
ejemplar vivió hace 80 millones de años aproximadamente, cuando la
Patagonia y la Antártida estaban unidas por un istmo continental
bastante importante, cuyo residuo actual es la Península Antártica.
Willinakaqesalitralensis.
Juárez Valieri et al., 2010.
Esqueleto de Willinakaqe
salitralensis. Tomado de Gondwana Exótica.
Aspecto de Willinakaqe
salitralensis. (*).
Ornitópodos. Es un
género de dinosaurio hadrosáurido que vivió a finales del período
Cretácico, hace aproximadamente 70 millones de años en lo que es hoy
Sudamérica. Willinakaqe es conocido de varios especímenes
desarticulados, entre los cuales hay individuos juveniles y adultos
encontrados en el sitio Salitral Moreno de la provincia de Río Negro en
el sur de Argentina. Es considerado vulgarmente entre los dinosaurios
herbívoros “pico de pato”. Los mayores individuos llegaban a los 9
metros de largo. Willinakaqe tenía largas espinas en su
pelvis y en la base de su cola. Una revisión de la diagnosis original de
Willinakaqe salitralensis y del material fósil atribuido a
esta especie, ha confirmado que los fósiles asignados a esta especie
pueden representar más de un taxón de hadrosáurido y que todas las
características usadas en la diagnosis original no son válidas, mientras
que el propio espécimen holotipo está demasiado erosionado e incompleto
como para sustentar una nueva diagnosis válida; por lo tanto, el taxón
Willinakaqe salitrensis debe ser considerado como nomina
vanum.
Kelumapusaura machi.
Rozadilla S. et al, 2022.
Detalles de la mandíbula de Kelumapusaura
machi. Imagen de Prensa.
Posible aspecto
en vida de Kelumapusaura
machi.
Ornitópodos. Se trata de un hadrosaurio, también llamado
dinosaurio herbivoro “pico de pato”, de unos 70 millones de años de
antigüedad. Los investigadores pudieron obtener uno de los cráneos
más completos de toda Sudamérica, entre otros huesos. En términos paleontológicos, todo indica que
aún quedan grandes tesoros ocultos en los estratos de lo que hoy es
Argentina y que, hace millones de años, era parte del subcontinente
Gondwana. Fue hallado en la ciudad rionegrina de General Roca, en un
terreno perteneciente a la familia Arriagada, y fue bautizada Kelumapusaura
machi, que significa “reptil de la tierra roja” en mapudungun. Los
distintos fósiles, que además del cráneo incluyen vértebras, algunas
costillas, pelvis, escápula y fémur de distintos tamaños,
permitieron a los investigadores inferir las dimensiones del animal,
además de considerar que se trataba de una manada. Los estudios biogenéticos realizados sobre los
fósiles indican, al menos de forma preliminar, que todos los
dinosaurios pico de pato –también llamados hadrosaurios- de
Patagonia corresponden a un mismo grupo. A su vez, dicho grupo está
relacionado con otros hadrosaurios hallados en América del Norte.
Vegavis iaai. Clarke et al., 2005.
Fósiles de
Vegavis iaai.
Aspecto de Vegavis iaai. Imagen de prensa.
Aves
anseriformes. Es un género extinto que vivió durante el
Cretácico Superior (estadio Maastrichtiense) de la Antártida, hace unos
65 millones de años. Pertenece al clado Anseriformes. Entre las aves
modernas, Vegavis está más relacionado con la familia Anatidae
(patos y gansos) pero no se considera que sea un ancestro directo de
ésta. El descubrimiento de la especie tipo, Vegavis iaai,
demuestra que los mayores grupos de aves actualmente vivientes se habían
ya diversificado en el Cretácico. Esto apoya la inferencia filogenética
de los paleornitólogos. Esta ha sido aclamada como la primera prueba
material definitiva de que los representantes de algunos grupos de aves
modernas vivían ya en el Mesozoico. Fue encontrado en depósitos del Cabo
Lamb de la Isla Vega, Antártica, en 1992, pero sólo fue descrito como
una nueva especie en 2005 porque consiste de restos muy delicados de un
ave embebida en una concreción, la cual debía ser preparada
meticulosamente para su estudio. Se utilizaron escaneos de tomografía
axial computarizada (TAC) para ganar en claridad de imagen de la
estructura ósea sin correr peligro de dañar o destruir los huesos. El
nombre del género, Vegavis, es una combinación del nombre de la
Isla Vega y "avis", la palabra latina para ave. El nombre específico iaai, es por las siglas del Instituto Antártico Argentino, que dirige
las expediciones científicas argentinas a la Antártica.
Barrosasuchus
neuquenianus.
Coria et al. 2018.
Aspecto del
cráneo y mandíbula de
Barrosasuchus neuquenianus.
Aspecto del cocodrilo cretácico de Neuquén, el
Barrosasuchus neuquenianus.
Cocodrilo. Fue un
cocodrilo de la familia de los peirosáuridos, que en vida llegó a tener
dos metros de longitud y habitó hace 70 millones de años la zona de
Sierra Barrosa, a treinta kilómetros de Plaza Huincul, en Neuquén. Si
bien este tipo de cocodrilos fósiles se conocen desde hace más de
sesenta años, la particularidad de este hallazgo es que, por primera
vez, se encontró un esqueleto prácticamente completo -la única pieza que
falta es la cola-. El trabajo fue recientemente publicado en la revista
Cretaceous Research. Estos cocodrilos, que habitaron en la era
Cretácica, son abundantes y frecuentes en toda América del Sur,
especialmente en la Patagonia, pero la mayoría de esos ejemplares se
habían registrado de un modo muy fragmentario. Seguramente fue un activo
depredador a la sombra de los grandes dinosaurios.
Titanopodus mendozensis.
González Riga y Calvo, 2009.
Copia de huella de
Titanopodus, exhibidas en el
Museo de Ciencias Naturales y Antropológicas de la
ciudad de Mendoza.
En 2006 González
Riga y su equipo anunciaron el hallazgo del primer yacimiento de
huellas fósiles de dinosaurios de Mendoza. Prensa.
Reconstrucción de Titanopodus mendozensis
sobre las huellas halladas in situ. Imagen de prensa.
Dinosaurio Sauropodo.Es un icnotaxón (es
decir, un animal solo conocido por sus huellas) de dinosaurio del
Cretácico Superior encontrado en estratos de la Formación Loncoche, en
la Provincia de Mendoza. Estas huellas fósiles (icnitas) fueron
producidas por saurópodos titanosaurios de 10 a 13 metros de longitud,
los que se desplazaban en manadas hace 72 millones de años sobre
llanuras deltaicas. Estos ambientes litorales se vinculan con una
ingresión marina procedente del Atlántico que cubrió el norte de la
Patagonia y llegó hasta el sur de Mendoza, cerca de la actual Cordillera
de los Andes. Estas huellas fósiles fueron localizadas por el
paleontólogo mendocino Bernardo J. González Riga y publicadas en
conjunto con Jorge Calvo en el año 2009. Estudios posteriores
permitieron estimar el tamaño de los dinosaurios productores de estas
huellas y la velocidad de desplazamiento, entre 4-7 y 4-9 kilómetros por
horaTitanopodus mendozensis constituye un excelente caso
para estudiar el estilo de locomoción de los titanosaurios,
caracterizados por una rastrillada "ancha", donde las huellas izquierda
y derecha se encuentran muy separadas de la línea media.
Paleochelco occultato.
Martinelli, Agnolin y Ezcurra, 2021.
Maxilar del pequeño reptil
escamoso Paleochelco occultato.
Paleochelco occultato.Ilustración Gabriel Lio. Prensa.
Reptil,
Squamata.una nueva especie de un pequeño
lagarto fósil que vivió hace aproximadamente 84 millones de
años, al final del Periodo Cretácico de la Era Mesozoica, en
el norte de la Patagonia Argentina. Durante trabajos curatoriales realizados en la colección del museo, los
paleontólogos se toparon con un pequeño fragmento fósil, de
características inusuales. Al analizarlo mejor percibieron que se trataba
del fragmento de un cráneo de un lagarto, un grupo de escamados cuyo
registro fósil en rocas del Mesozoico de la Argentina es muy escaso.
El fósil había pasado desapercibido, resguardado en la colección,
por más de 35 años. Este ejemplar representa uno de los tantos
especímenes colectados en rocas de la Formación Bajo de la Carpa
expuestas en la ciudad de Neuquén. El nuevo lagarto, llamado
Paleochelco occultato (que significa “antiguo lagarto oculto”, en referencia a que paso
“desapercibido” en las colecciones del museo), está representado por
la mitad anterior del cráneo, que llega a medir cerca 1,5 cm de
largo, y la dentición parcialmente preservada. El cuerpo completo de
Paleochelco tendría un largo estimado de unos 25 a 30 cm.
Tika giacchinoi.
Apesteguia. Garberoglio
y Gómez, 2021.
Restos fósiles
estudiados de Tika giacchinoi, del Cretácico de Rio Negro.
Aspecto del nuevo esfonodonte
Tika giacchinoi. Ilustrado por Raúl Gómez.
Reptiles, esfenodonte.
Paleontólogos argentinos dieron a conocer una
nueva especie del Cretácico emparentada con los tatuaras que viven
en la actualidad. El hallazgo se produjo en La Buitrera, al noroeste
de Río Negro, un sitio donde también vivieron carnívoros del grupo
de los velocirraptores, titanosaurios, cocodrilos, serpientes con
patas, tortugas y peces, entre otros animales. Es de un esfonodonte esfenodontino, es decir, del mismo grupo que el
actual tatuara, pero de prácticamente 100 millones de años
de antigüedad. Tika es entonces el pariente más antiguo
del hemisferio sur del actual tatuara. Este animal
alcanzaba unos 25 centímetros de longitud, era pequeño comparado con
los esfenodontes herbívoros, los cuales medían un metro y medio de
longitud y eran mucho más abundantes en este sitio. Esta
nueva especie se trata de uno de los parientes más cercanos
y mejor representados del tatuara del Nueva Zelanda que vie
en la actualidad. El material
estudiado incluye un esqueleto incompleto con restos de cráneo
además de otros dos restos craneanos. A partir de ello, se pudo
estimar que este animal tenía un cráneo de unos cuatro centímetros
de largo y un cuerpo de entre 25 y 30 centímetros. Actualmente,
estos ejemplares están resguardados en el Museo Carlos Ameghino de
la ciudad de Cipolletti, Río Negro. La especie giacchinoi,
homenajea al fundador y actual presidente de la Fundación
Azara, Adrián Giacchino.
Recientemente se dieron a
conocer a Patagosphenos
watuku,
Priosphenodon avelas,Notosphenos finisterre
y Alamitosphenos mineri.
Pleurodira.Cope,
1865.
Ala izquierda, ejemplar de Pleurodira, del
Cretácico medio de Neuquén. Exhibido en el Museo Paleontológico
de Bariloche. Arriba, aspecto en vida.
Tortuga. Es uno de los subórdenes de tortugas -el otro es
Cryptodira-. Representa una división evolutiva muy profunda entre dos
tipos muy diferentes de tortugas. Las tortugas Pleurodira se limitan al
hemisferio sur, en gran parte de Australia, Sudamérica y África. Dentro
de Pleurodira, hay tres familias representadas actualmente: Chelidae,
también conocidas como las tortugas continentales de Sudamérica austral,
y Pelomedusidae y Podocnemididae, de la parte afro-sudamericana. Las
tortugas del suborden Pleurodira se identifican por el método mediante
el cual repliegan su cabeza dentro de sus caparazones. En estas tortugas
el cuello se dobla en un plano horizontal, introduciendo la cabeza en el
espacio existente delante de una de sus dos extremidades anteriores. Una
protrusión en la zona frontal del caparazón ayuda a proteger el cuello,
que permanece parcialmente expuesto tras la retracción. Ejemplares muy
completos provienen del Cretácico medio de la localidad de Añelo,
provincia de Neuquén.
Rionegrochelys caldieroi.De la Fuente,
M. et al. 2017
Caparazón de la nueva tortuga
Rionegrochelys caldieroi. Prensa.
Posible aspecto de Rionegrochelys caldieroi. (*)
Tortuga. Se trata de una tortuga
fósil que mide alrededor de 45 centímetros, un tamaño “relativamente
grande” para este tipo de reptiles. Procede del Cretácico de la
provincia de Río Negro.
Especialistas afirmaron que pertenece a la familia de las
“tortugas-serpiente”, caracterizada por tener un cuello largo y por
doblar la cabeza de manera horizontal para esconderla dentro del
caparazón. Investigadores de la Universidad Nacional de Río Negro y del
Conicet la llamaron Rionegrochelys caldieroi, en homenaje
a Victorino Caldiero, miembro del Ente de Desarrollo de la Margen Sur e
impulsor de los estudios de desarrollo en Cipolletti. Para dar
con el ejemplar también trabajó un amplio equipo de paleontólogos y
geólogos argentinos y españoles.Se
deduce un hábitat semi-acuático con tendencia a ambientes terrestres.
Otras especies relacionadas; Pelomedusa subrufa,
Bonapartemys bajobarrealis, Lomalatachelys neuquina y
Mendozachelys wichmanni.
Metaceratodus sp. Chapman,
1914.
Placas
dentarias peces dipnoi, familia ceratodus del cretácico
superior. Museo de Cs Naturales y Antrop. de Mendoza
Posible aspecto
de un pez
dipnoi.
Ilustración de Kyoht Luterman, 2012.
Pez, dipnoi.
Los peces dipnoos conocidos como peces pulmonados, son una subclase de
peces sarcopterigios, es decir, que presentan aletas lobuladas (con un
apéndice carnoso a modo de mano del cual salen los radios de la aleta).
Algunos de sus rasgos más característicos son los de poseer pulmones
funcionales. Poseen orificios nasales abiertos al exterior, cuya función
no es la de respirar aire, ya que no comunican con la boca, sino la del
sentido del olfato. Para captar el aire de la atmósfera emplean la boca,
y al igual que los anfibios, lo llevan hasta los pulmones tragándolo.
poseen esqueleto óseo, de origen endocondral. Poseen mandíbulas y
dientes con esmalte. La piel está recubierta por escamas. En Argentina
se han recuperado restos fósiles de este primitivo pez en el Cretácico
de las provincias de Río Negro, Chubut, Neuquén y Mendoza.
Gyrodus huiliches.Gouiric-Cavalli et al. 2019.
Ejemplar de
Gyrodus huiliches, recuperado en la Cuenca
Neuquina.
Ejemplar
ilustrativo de un fósil del genero Gyrodus. Alemania.
Aspecto en vida
del pez del Cretácico del genero Gyrodus. (*).
Pez, Pycnodontidae.
Fue un pez óseo picnodontiforme que vivió durante el Jurásico y el
Cretácico en lo que hoy es Europa, Norteamérica y Sudamerica. Su cuerpo
tenía forma aplanada visto de frente y circular cuando se ve desde el
lado,también tenía unos ojos muy grandes. Además los dientes eran
redondos muy pegados uno del otro. La aleta caudal de Gyrodus
tiene forma puntiaguda, Sin embargo, se cree que el género también fue
capaz de tener una aleta dorsal en forma de hoz, la cual le pudo
permitir nadar en el océano de alta velocidad abierta.
El hallazgo de fragmentos del cráneo y la dentición de dos ejemplares de
peces en la formación geológica Agrio, en la Cuenca Neuquina, permitió
establecer un nuevo género y especie de durófagos, es decir aquellos que
trituran su alimento con los dientes, que habitaron la Patagonia
argentina en el Cretácico temprano, hace más de 130 millones de años. El
trabajo fue realizado por investigadores del CONICET en la Facultad de
Ciencias Naturales y Museo de la Universidad Nacional de La Plata (FCNyM,
UNLP) y el Centro de Investigaciones Geológicas (CIG, CONICET-UNLP) en
colaboración con un colega alemán, y publicado recientemente en
Cretaceous Research. Aunque existieron formas más grandes, muchos de
ellos medían entre 50 y 60 centímetros y se estima que la gran mayoría
de ellos se alimentaba de distintos tipos de bivalvos –moluscos
similares a las almejas– y corales, gracias a su poderosa dentición
adaptada a esos fines. La importancia de este trabajo radica en que es
la primera revisión de los peces picnodóntidos en Argentina,
configurándose como el paso inicial para el estudio más detallado de
estas faunas. Si bien eran muy diversos y tuvieron una importante
presencia durante el Jurásico y el Cretácico, el registro fósil en
América del Sur es bastante incompleto.
Saltenia ibanezi.
Carroll, 1988.
Saltenia ibanezi,
una rana del Cretácico se Salta. Museo Paleontológico de la
Universidad Nacional de Córdoba.
Ejemplares de
Saltenia ibanezi,
en las colecciones del Museo Argentino de Ciencias Naturales de
Buenos Aires.
Aspecto de
Saltenia ibanezi
(*).
Anfibio.
Saltenia es un género extinto de ranas. Fue asignado a la
familia Pipidae por R. L. Carroll en 1988 y otra vez en 2005 por A. M.
Báez y T. Harrison. La única especie descrita, Saltenia ibanezi,
se cree que ha vivido en América del Sur en el Cretácico superior. Su
pariente vivo más cercano son las ranas en el género Silurana. El género
hace referencia a la provincia argentina de Salta. Eran ranas
carnívoras, de habitos acuáticos, con las plantas de las patas
palmeadas, al contrario de los dedos, que no lo son, y con tres uñas
alargadas a modo de garra en tres dedos de cada pata trasera.[
Las ranitas fósiles salteñas se están entre las más
antiguas del mundo, superadas por hallazgos en Israel en los '70. El
cañón rojo de la Quebrada de las Conchas, en el camino a Cafayate,
muestra uno de los escenarios geológicos más impactantes del norte
argentino. Se trata de un corte angosto y profundo, encajonado entre
altas sierras, que sirve de unión a los Valles Calchaquíes al oeste con
el Valle de Lerma al este. El río ha labrado su cauce en rocas de color
rojo ladrillo a rojo sangre que pertenecen al periodo Cretácico superior
(Campaniano) de la era mesozoica, cuando el mundo estaba habitado por
dinosaurios que eran los reyes de todos los ecosistemas terrestres.
Trigonia transitoria.Steinmann, 1882.
Trigonia transitoria del Cretácico de Zapala. Museo
de Cs Naturales y Antrop. de Mendoza
Trigonia
sp. del Cretácico de Neuquén.
Colección del Museo Municipal Punta Hermengo de Miramar.
Invertebrado, Molusco. Los Bivalvos son
moluscos cuyas conchas están formadas por dos valvas conectadas por un
ligamento de materia orgánica, que raramente se conserva en los fósiles.
Las valvas están articuladas por una charnela, usualmente con dientes
engranados. En la mayoría de los casos, las valvas están cerradas por
dos músculos principales, cuyos puntos de anclaje están marcados por
impresiones aparentes. Los bivalvos se alimentan filtrando partículas
del agua por medio de sifones. Aunque poseen un pie, tienen una
movilidad limitada. Muchos de ellos hacen madrigueras en el sedimento o
excavan en la piedra o la madera. Otros se autoconsolidan a los objetos
sumergidos, o bien se sujetan por un biso de filamentos orgánicos.
Pertenecen a la familia Trigoniidae
caracterizados por su charnela esquizodonta, integripaleados
y dimiarios. Posee concha abombada, equivalva, inequilateral, de
morfología trigonal algo ovalada, truncada posteriormente, charnela
eschizodonta. Ornamentación externa en base a una quilla crenulada
anterior bien desarrollada, que delimita en las valvas dos zonas con
diferente ornamentación en base a costillas concéntricas. Comunes
en las rocas del Cretácico
Inferior de cuenca Neuquina.
Antarcticeramus rabotensis.
Crame and Luther. 1997.
Fósil del enorme
molusco
Antarcticeramus rabotensis.
Museo Paleontológico
de la Universidad de Córdoba.
Antarcticeramus rabotensis,
del Cretácico de la Antártica. Posición de descanso en vida.
Invertebrado, Molusco.
Fue una forma inisualmente gigante de
molusco bivalvo extinto (pelecípodo) procedente del cratacico superior
(70 millones de años) de Grupo Marambio, James Ross, Antártida
Argentina. Se les encuentraban en vida, enterrados en fondos blandos (infauna),
como habitantes fijos de superficies y estructuras rígidas o libres
sobre los fondos epifauna. Carecen de cabeza diferenciada y de
tentáculos. No tienen maxilas ni rádula. La boca presenta palpos
labiales carnosos. Respiran mediante uno o dos pares de branquias,
generalmente laminares.
Serpula antiquata.J.
de C. Sowerby, 1829.
Serpula antiquata,
del Cretácico inferior de la localidad de Zapala. Col. Museo Cs
Naturales de Miramar.
Ejemplo de
Poliqueto, el anélido que realiza los tubos calcáreos. (*).
Invertebrado, Annelida.
Los serpúlidos son poliquetos comunes en fondos duros.
La presencia de un opérculo de desarrollo variable, la formación de un
tubo calcáreo sinuoso y una membrana torácica, son los caracteres
distintivos principales de la familia.
Los Poliquetos son un tipo de gusanos de cuerpo dividido
en gran cantidad de segmentos y de vida muy diversa, lo que los ha
llevada a adoptar formas tan variadas como la de los conocidos
espirógrafos. Viven en tubos, enterrados en el sedimento, entre algas,
algunos son comensales o parásitos, y son tan abundantes que no han de
pasarse por alto. Los Poliquetos pertenecen al filo de los Anélidos
(Filo
Annelida), en el cual tienen la categoría de Clase. Sobre
sustratos duros, formando grandes colonias sobre piedras, conchas o
estructuras portuarias, hasta los 300 m de profundidad.
Ginkgoites
tigrensis.
Archangelsky 1965.
Fósil de Ginkgoites
tigrensis exhibido en el Museo de La Plata.
Fósil de Ginkgoites
(*).
Paleobotanica. Es
un género extinto de plantas pertenecientes a la familia Ginkgoaceae. Se
han encontrado fósiles en todo el mundo, en sedimentos del Triásico,
Jurásico y Cretácico. son árboles leñosos altamente ramificados. Puede
ser reconocido por el hecho de que tiene ramas cortas además de ramas
largas. De hasta 30 m de altura, con una corona más o menos asimétrica y
corteza gris y surcada. Sin canales de resina. Hojas simples, de
disposición espiralada, y ampliamente espaciadas en largas ramas cerca
de las puntas de las ramas, también ampliamente empaquetadas en ramas
cortas en los árboles más viejos, con forma de abanico, bilobadas o
enteras, deciduas y amarillas brillantes en el otoño, de venación
dicotómica. Árboles dioicos, como las cícadas. Las hojas amplias y
deciduas de Ginkgo no son como aquellas de casi todas las
demás gimnospermas. La movilidad del esperma, conocida en el resto de
las espermatofitas sólo en las cícadas, es claramente un carácter
primitivo, como lo es la falta de tubos polínicos. La familia tiene un
extenso registro fósil, pero hoy en día contiene una única especie
viviente. Los primeros representantes de Ginkgo aparecen
en el Triásico tardío, hace más de 200 millones de años, y las
estructuras reproductivas han cambiado poco en su aspecto general en
unos 120 millones de años. Durante el Jurásico temprano, los parientes
extinguidos de Ginkgotuvieron amplia distribución y
fueron diversos, consistiendo quizás en 3 familias.
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