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Fósiles del Triasico de Argentina:

El Periodo/Epoca triasico abarca un lapso de tiempo desde los  245  hasta  208  millones de años antes del presente.

Durante este periodo predomino la tierra firme en vez del mar como anteriormente y posteriormente, lo que permitió que las especies animales  y vegetales se dispersen por todas las superficies  terrestres del planeta, recordando la existencia del único supercontinente de Pangea.  Las principales manifestaciones de vida del  Triásico en América del sur proceden principalmente de  un sitio fuera de lo común, un desierto semiárido de la región de Ischigualasto - Talampaya, en los límites de las provincias de San Juan  y de La Rioja, muy cerca de las cordilleras de Los Andes, en la llamada vulgarmente como la gran cuenca Triásica de Ischigualasto - Villa Unión. El área comprende de atractivos afloramientos de color rojizo, verde y amarillo, de muy difícil acceso. Estas contienen tres faunas muy diferentes. La más antigua, de edad Triásico medio, es fauna local de Los Chañares, donde se hallaron pre-dinosaurios. A estos niveles se superponen 500 metros  de lutitas carbonosas y areniscas finas de la formación Los Rastros, y sobre  ella continua la formación Ischigualasto, donde se hallaron los restos de los primeros Saurisquios y Ornitisquios. En el tope de esta, se halla la formación  Los Colorados, conteniendo fósiles de la última etapa del Triásico superior. Otro yacimiento muy importante se encuentra en el sur de la Patagonia, en la Provincia de Santa Cruz <<< Principales sitios fosiliferos de Argentina.

Conocida como estancia El Tranquilito, donde se exponen depósitos sedimentarios del triasico superior hallándose numerosos esqueletos de prosauropodos. Los Dinosaurios de Argentina muestran el verdadero comienzo de la historia evolutiva de estos grandes animales, aunque para este periodo aun eran muy pequeños. Por tal motivo los animales existentes eran protagonistas de grandes movimientos migratorios, de forma tal que la fauna mundial era bastante uniforme. Una situación similar ocurrió con la fauna de la época. El clima durante este periodo era de carácter subtropical húmedo y la temperatura global era cálida, aun en altas latitudes. Para ese momento las capas de hielo se habían derretido ya que los polos estaban ubicados sobre el océano. A diferencias de otros periodos geológicos representados en la República Argentina, no se hallan depósitos sedimentarios de origen marino.


Pelorocephalus mendozensis. Cabrera, 1944.

Esqueleto de Pelorocephalus, en el Museo de Ciencias Naturales Miguel Lillo de San Miguel de Tucuman.

Cráneo de Pelorocephalus tenax del Triasico de la Precordillera. Museo de Cs Naturales y Antropológicas de Mendoza.

Posible aspecto de Pelorocephalus (*)

Anfibio - tetrápodos. Es un género extinto de temnospóndilo que vivió a finales del período Triásico en lo que hoy es Mendoza, Argentina. Presentaba un cráneo ancho y de contorno parabólico. Su nombre genérico significa " cabeza monstruosa". Se trata de un género extinto de anfibios temnosóndilos tetrápodos primitivos, que vivió en el Período Cretácico Tardío. Su cráneo era triangular - o parabólico -, con numerosos dientes cónicos y duros, y sus grandes colmillos palatales, sugieren que se trataba de un depredador. Otras especies conocidas; Pelorocephalus tenax (Rusconi, 1949) (originalmente Chigutisaurus tenax), Pelorocephalus cacheutensis (Rusconi, 1953) (originalmente Chigutisaurus cacheutensis) y Pelorocephalus ischigualastensis? Bonaparte, 1975.


Taytalura alcoberi. Martínez, R.N., Simões, T.R., Sobral, G. et al. 2021.

 

Cráneo de uno de los primeros lagartos, el Taytalura alcoberi, del Triasico de San Juan.  

Aspecto de Taytalura alcoberi, por el paleoartista Jorge Blanco.

Lagarto, Lepidosaurio. Aunque otros lepidosaurios (reptiles con escamas) tempranos se han hallado en rocas de edad semejante en Europa, Taytalura no solo parece ser ancestral a todos ellos en su aspecto, sino que es el primero hallado en el sur de lo que fue el supercontinente Pangea, mostrando que la evolución del grupo no sólo ocurrió en el norte.. Uno de los aspectos más importantes del descubrimiento de Taytalura alcoberi es que permite echar luz sobre el origen del vasto grupo de especies que incluye a lagartos, lagartijas, serpientes, anfisbenas y esfenodontes, distribuido por todo el mundo y presente desde los tiempos de los dinosaurios.. Aunque sólo se haya encontrado su cabeza, de acuerdo al cálculo de los especialistas, el animal hallado debe haber medido en total unos quince centímetros de largo, no muy distinto a cualquier lagartija viviente. Poseía grandes órbitas y un cráneo ampliado hacia atrás como el de un camaleón. Sus dientes se hallaban metidos en un largo canal, algo nunca visto en otros reptiles. Las características anatómicas de este pequeño reptil muestran que es un representante temprano de los lepidosauromorfos, grupo que incluye a los actuales lepidosaurios (lagartos, serpientes y esfenodontes), que hoy ronda las 10 mil especies y que tuvo su origen en el mismo momento que los dinosaurios, los cocodrilos, los pterosaurios y los mamíferos. La edad del fósil se determinó en unos 230 millones de años de antigüedad, principios del Triásico Superior, una época en la que los mayores predadores eran parientes terrestres de los cocodrilos y los primeros dinosaurios iban ganando terreno.


Promastodonsaurus bellmani. Bonaparte, 1963.

Cráneo y mandíbula. (*) Cráneo.(*) Recreación de Promastodonsaurus. (*)

Anfibio - tetrápodos.  Los Mastodonsauridae es una familia extinta de temnospóndilos, comprendida entre los capitosauroides. Los fósiles pertenecientes a esta familia han sido hallados en América del Norte, Groenlandia, Europa, Asia y Australia. La familia Capitosauridae (también conocida como Cyclotosauridae y Stenotosauridae) es un sinónimo de Mastodonsauridae. Su cuerpo tenía el largo de un cocodrilo adulto actual. Tenía una cabeza chata, con la superficie dorsal ornamentada con protuberancias, y de un tamaño proporcionalmente grande respecto al cuerpo.


Pseudochampsa ischigualastensis. J. Trotteyn y M.Ezcurra, 2012.  

 
Esqueleto de Pseudochampsa ischigualastensis, del Triasico del Valle de la Luna. J. Trotteyn y M.Ezcurra, 2012.     Aspecto de Pseudochampsa ischigualastensis (*).

Arcosauromorfo. Es un género extinguido de archosauriforme, conocido de la Formación Ischigualasto del Triásico Superior de la provincia de San Juan, en el noroeste de Argentina. Contiene una única especie, Pseudochampsa ischigualastensis, originalmente nombrada como una segunda especie del Chanaresuchus estrechamente relacionado, basada en un esqueleto y un cráneo articulados bastante completos. Una revisión de los restos concluyó que era mejor trasladar especies a su propio género, ya que no se encontraron rasgos que unieran a P. ischigualastensis y la especie tipo de Chanaresuchus con exclusión de otros proterochampsidos. Un análisis filogenético coloca a ambas especies en una politomía con Gualosuchus como los miembros más avanzados de Proterochampsia. Eran originalmente similares a los cocodrilos en lo superficial siendo animales cazadores semiacuáticos de cerca de 1,5 metros de largo, con una postura de extensión de los codos hacia fuera y hocicos largos. A diferencia de los robustos contemporáneos terápsidos, los proterosúquidos sobrevivieron a la catástrofe en el final del Pérmico, quizás porque eran carroñeros oportunistas, y se refrescaban en el agua durante el periodo de calor. Cualquiera de estas u otras hipótesis que sea la correcta, lo que está claro es que estos animales estaban altamente adaptados en su nuevo ambiente, y se desarrollaron rápidamente. En el plazo de algunos millones de años en el comienzo del Triásico, los proterosúquidos habían dado lugar al Erythrosuchidae (los primeros saurópsidos en dominar totalmente su ambiente), que remplazaron rápidamente a sus antepasados pequeños y ágiles.


Proterochampsa barrionuevoi.  Reig, 1959.

 

Cráneos de Proterochampsa. El primero completo. El siguiente envuelto en sales de hierro. Museo de La Plata.

 

Paleoreconstruccion de Proterochampsa por Masato Hattori.

Arcosauromorfo. Es un género de proterosúquidos  encontrado en la Formación de Ischigualasto (Valle de la Luna) en la provincia de San Juan, es comparable a los cocodrilos actuales, pero sensiblemente más primitivo en su estructura anatómica. Pertenece a la familia de los Proterochampsidae del orden de los Thecodontia. Podía matar pequeños dinosaurios que se acercaban a los ríos. Fue descubierto por el profesor Osvaldo A. Reig en 1959, pertenecía al Triásico tardío, unos 215 millones de años. En el lugar, fue hallado un cráneo incompleto con mandíbula. Eran delgados, de tamaño mediano de cerca de 1,5 metros de largo, de largo hocico y superficialmente parecidos a cocodrilos, aunque carezcan de los osteodermos típicos de éstos, y en sus características esqueléticas sea mucho más primitivo. Su característica distintiva es un premaxilar curvado hacia abajo haciendo que el frente de la mandíbula superior, sobresalga de la inferior. Los miembros son cortos e indican una postura de extensión, como los lagartos actuales, pero distinta de la mayoría de los arcosaurios posteriores. Los proterosúquidos representan quizás el más temprano ejemplo de radiación adaptativa de los arcosaurios.


Gualosuchus reigi. Romer, 1971.

Cráneo y mandíbula de la Formación Los Chañares. Copia Col. Museo Municipal Punta Hermengo de Miramar.

Aspecto que presentaría Gualosuchus reigi.

Arcosaurio. Las características de este genero son muy parecidas a aquellas citadas para Chanaresuchus bonapartei. Su cráneo posee un hocico bajo y alargado, compuesto de una buena cantidad de dientes cónicos y aserrados para capturar presas. Es muy probable que pasaría un tiempo muy importante dentro de los espejos de agua, alimentándose de peces como el descrito mas abajo, o de las tortugas acuáticas. El largo de esta especie esta calculado entre los 1,5 a 2 metros de largo y unos 45 centímetros de altura.


Chanaresuchus bonapartei. Romer, 1971.

 

Cráneo y mandíbula de Chanaresuchus (*).

   

Arcosaurio. Es un género extinto perteneciente al grupo Proterochampsia. El tamaño era pequeño para un proterocámpsido, con un promedio de poco más de un metro de largo. Sus fósiles se encuentran en el Triásico Medio y el Triásico Superior en la provincia de La Rioja, Argentina y en Río Grande do Sul, Brasil. Chanaresuchus parece ser uno de los arcosauriformes más comunes en la Formación Chañares debido a la abundancia de ejemplares que se han referido al género. Gran parte del material fue encontrado por la expedición La Plata-Harvard entre 1964 a 1965. El cráneo es bastante amplio en la parte posterior con un hocico estrecho, que varía en longitud desde alrededor de 165 milímetros a 260 milímetros en los ejemplares más grandes. A diferencia de otros principios arcosaurios proterocámpsidos, Chanaresuchus tenía poca armadura. Los osteodermos encontrados son de tamaño reducido, formando una sola línea en la columna vertebral. Van desde el cuello hasta la última vértebra presacral y probablemente continuaba por la cola, aunque no se encontraron especímenes que muestren o sugieran esto. Hay alrededor de tres escamas por vértebra.


Neoaetosauroides engaeus. Bonaparte, 1969.

 

Esqueleto de Neoaetosauroides engaeus, en la vieja exhibición del Museo de Ciencias Naturales Miguel Lilo, Tucumán.

 

Posible aspecto de Neoaetosauroides engaeus, (*).

Aetosaurio. Es un género extinto de aetosaurio primitivo. Su tipo y la única especie es N. engaeus. Los fósiles fueron hallados en la formación Los Colorados que se encuentra a lo largo del cauce del río Sierra Morada en La Rioja, Argentina, y se remontan a fines del Triásico. Fue el primer aetosaurio que se descubrió en la formación, los restos fueron hallados en la década de 1960. El Neoaetosauroides es uno de los géneros de aetosaurios que se encuentran mejor representados en Sudamérica, y algunos especímenes están completos. Los espécimenes encontrados presentan dos filas de osteodermos dorsales dispuestas a cada lado de la columna vertebral; además se observan osteodermos ventrales. A diferencia de la mayoría de los otros aetosaurios, en el Neoaetosauroides el cuarto dedo es más largo que el segundo y el tercero. Adicionalmente, el número de falanges en el quinto dígito es mayor que en otros aetosaurios. La fila superior de dientes del Neoaetosauroides se dispone por delante del extremo de su hocico alargado, evidencia que es incompatible con la teoría de un pico keratinoso propuesta para otros aetosaurios.


Chirotherium higuerensis. Rusconi 1952.

 

Icnita o huella de Chirotherium, procedente de la Formación Talampaya, La Rioja.

 

Aspecto de Chirotherium higuerensis (*).

Arcosaurio. También conocido como Cheirotherium ('bestia de mano'), es el nombre de un rastro o icnofósil triásico que consta de huellas de cinco dedos (pentadactilo) y pistas enteras. Estos parecen, por coincidencia, notablemente como las manos de simios, humanos y osos, con el dedo más exterior desarrollado para extenderse hacia un lado como un pulgar, aunque probablemente solo funcione para proporcionar un agarre más firme en el barro. Las huellas de Chirotherium se encontraron por primera vez en 1834 en la arenisca del Triásico Inferior en Turingia, Alemania, que data de hace unos 243 millones de años. Estas huellas fósiles se han encontrado posteriormente en América del Norte, Argentina, África del Norte, Europa y China. Las criaturas que hicieron las huellas y huellas eran probablemente archosaurios pseudosuquios relacionados con los antepasados de los cocodrilos. Es probable que pertenecieran a grandes carnívoros con movimientos semi-erectos. En Argentina se han recuperado algunas huellas de Chirotherium en el Triásico de la Formación Talamaya (La Rioja) y su localidad tipo es Las Higueras, que se encuentra en una piedra arenisca / limolita fluvial, triásica en la Formación Sierra de las Higueras, Mendoza.


Tarjadia ruthae. Arcucci et al. 1998 .

 

Esqueleto de Tarjadia en el Museo de Ciencias Naturales de Ischigualasto.

 

Aspecto en vida  de Tarjadia ruthae (*).

Arcosaurio. Es una especie extinta de pseudosuquios erpetosúquidos , emparentado lejanamente con los cocodrilos modernos .Es un reptil que vivió en el actual territorio de La Rioja durante el período Triásico. Los primeros fragmentos fueron hallados en 1998 y, en la última década, un equipo de investigación del CONICET encontró cráneos completos y otros restos mejor preservados. Así, pudo determinar de qué especie se trata y comenzar a estudiar cuáles eran sus hábitos. Apenas algunos fragmentos de osteodermos, es decir placas de huesos que cubren la piel, vértebras y costillas hallados en 1998 en la Formación Chañares, ubicada en el Parque Nacional Talampaya, hace 237 millones de años durante el período Triásico, le permitieron a las científicas argentinas Andrea Arcucci y Claudia Marsicano determinar la existencia de una especie nunca antes descripta. Ese escaso registro fósil no alcanzaba para establecer con exactitud las relaciones de parentesco de esta especie y, en ese entonces, las expertas a cargo del hallazgo consideraron que se trataba de un tipo de reptil muy antiguo vinculado al origen mismo de los arcosaurios, el linaje que engloba a los cocodrilos, las aves modernas y muchas de sus formas precursoras. Debió haber sido un cazador de poca monta. Esto surge del estudio del oído, donde encontramos que los canales que lo conforman tienen curvaturas bastante bajas. Esas estructuras son las que permiten estabilizar rápido la vista y recuperar el balance sin marearse al percibir movimiento. En este caso, no era así, su estructura era más primitiva. Entonces no era un animal que perseguía a sus presas con movimientos ágiles, sino que su forma de conseguir alimento se basaba en otras estrategias. Tenia entre 2 y 3 metros de largo, T. ruthae era un cuadrúpedo cubierto por osteodermos en el dorso y los miembros, y presentaba un cráneo robusto en cuyo techo se destacaba una marcada ornamentación, similar a la que presentan los cocodrilos modernos.


Gracilisuchus stipanicicorum.  Romer, 1972.
     

Laja con el esqueleto del primitivo Guacilisuchus. Colección MMS.

El técnico Mariano Magnussen Saffer con Guacilisuchus.

Aspecto en vida de Gracilisuchus  stipanicicorum del Triasico de Argentina. 

Tecodonte. De esta especie se conocen varios ejemplares relativamente completos, caracterizados por presentar un un tarso cocodriloide (de cocodrilo). Su tamaño era de pequeñas dimensiones, ya que media 70 centímetros de largo por 30 centímetros de largo. El cráneo de este pequeño reptil Arcosaurio es proporcionalmente bajo y alargado. Su vista dorsal es triangular, con el extremo anterior muy angosto y la región posterior ancha. Las grandes orbitas tienen una amplia expresión dorsal, por lo que los ojos se proyectarían laterodorsal y anteriormente, tal vez con considerable superposición de campos visuales. Su mandíbula es algo mas corta que la longitud del cráneo, llegando solo a la mitad del pre-maxilar. Poseía dos vértebras sacras, mientras que su larga cola poseía unas 45 vértebras de tamaño decreciente. La extremidad posterior del tarso es derivado en relación a tecodontes mas antiguos como Euparkeria, registrado en el triasico inferior de África. En Gracilisuchus podemos observar a simple vista que el miembro anterior es 40% menor que las extremidades posteriores, lo cual es algo muy frecuente entre los los Ornitosuquidos. Se trato de un pequeño depredador con ciertas habilidades, cuyo alimento estaría constituido principalmente de insectos y vertebrados pequeños. Para culminar, podemos decir que Gracilisuchus es un interesante ejemplo de la diversidad de Tecodontes que surgieron o se diferenciaron durante el triasico medio, como producto de una gran radiación adaptativa operada en este grupo de Arcosaurios, y que culminaria con la diferenciación de ambos ordenes de Dinosaurios (Saurisquia y Ornitisquios), de los cocodrilos y eventualmente de los Pterosaurios, que prosperaron a fines del triasico (?) y principios del Jurasico.


Aetosauroides scagliai.  Casamiquela, 1960.
   

Cráneo y mandíbula de Aetosauroides. Copia Col. Museo Municipal Punta Hermengo de Miramar.

Aspecto de Aetosauroides (*).

Tecodonte acorazado. Los diversos ejemplares disponibles de Aetosauroides corresponden a especimenes desde unos 80 centímetros hasta 2,50 metros de largo, en algunos casos con muy buena información sobre el cráneo y poscraneo, aunque no totalmente completo. El cráneo de esta especie parece ser mas primitivo que en los Aetosaurios de Europa y América del Norte, especialmente por ser mas alargados, bajo y ramas mandibulares extensas y débiles. Sus dientes también son algo mas primitivos, ya que son pequeños y agudos en lugar de gruesos y subcilindricos como en el caso de Typothorax del Triasico superior de Estados Unidos. Poseían a lo largo de su columna vertebral una tipo de coraza, formadas de placas paramedianas rectangulares, dispuestas transversalmente en el sector dorsal, y una hilera de placas cuadrangulares en el borde o costado lateral. Las mismas presentan en sus proporciones según correspondan a la región cervical, dorsal o caudal, pero poseen una decoración uniforme, constante, de pequeñas fosetas. Algunos huesos de sus extremidades presentan características propias de los cocodrilos, demostrando que se podían mover a cierta velocidad. Esta especie de la fauna de Ischigualasto, compilo un rol muy importante en su nicho ecológico, ya sea necrófago u omnívoro - herbívoro, que no poseía ningún otro Tetrápodo de esa fauna. Otras especies conocidas: A. subsulcatus Zacarias, 1982 y A. inhamandensis Barberena et al., 1985


Sillosuchus longicervix. Alcober and Parrish, 1997.

Esqueleto de Sillosuchus exhibido en Japón. Aspecto de Sillosuchus (*).

Precocodrilo. Su nombre genérico significa "ladrón del sur". Este Sillosuchus ladrón de huevos era un proto-cocodrilo que se deslizaba en dos patas. Es una muestra del poderío de los cocodrilos durante el Triásico que incluso puso en riesgo la expansión inicial de los dinosaurios. Fue uno de los poposáuridos más avanzado que se conocen. Estos animales poseían un esqueleto muy grácil y liviano, condición esta muy rara para un animal con tarso de cocodrilo. Posiblemente logró superar la condición cuadrúpeda de los demás precocodrilos. Sillosuchus seguramente fue lo suficientemente ágil y veloz como para competir con los dinosaurios herrerasáuridos. No se han encontrado hasta el momento especímenes completos, conociéndose solamente parte de la columna vertebral, pelvis y miembro posterior casi completo.


Venaticosuchus rusconii. Bonaparte, 1971.

 

Esqueleto de Venaticosuchus.

 

Aspecto de Venaticosuchus.

Diápsido. Es un género extinto de reptiles saurópsidos crurotarsianos que vivieron a finales del período Triásico. Fue un depredador de tamaño mediano, que alcanzaba hasta 2 metros de longitud. Originalmente se pensó que era el antepasado de los dinosaurios carnosaurios (un grupo que se pensó abarcaba a todos los terópodos grandes, como Giganotosaurus); sin embargo, ahora se sabe que están más estrechamente relacionados con los cocodrilos que con los dinosaurios. Solo se ha descrito a una especie de Venaticosuchus, la especie tipo, V. rusconii del Triásico Superior de Argentina, que data de alrededor de hace 210 millones de años. Venaticosuchus es miembro de Ornithosuchidae, una familia de crurotarsos carnívoros facultativamente bípedos que estaban geográficamente extendidos durante el Triásico Superior. Se conocen además a otros dos géneros, Ornithosuchus y Riojasuchus.


Ischigualastia jenseni.  COX, 1962.
     

Esqueleto montado en el Museo de la Fundación Miguel Llilo de Tucumán.

Cráneo de Ischigualastia Jensini.

Reconstrucción en vivo de Ischigualastia Jensini.

Dicynodonte. Posee un cráneo voluminoso, con la mandíbula gruesa, masiva, que sugiere una fuerte capacidad para cortar y triturar vegetales. Sus ramas mandibulares se encontraban recubierta por unos fuertes músculos. La  parte mas anterior del hocico era proporcionalmente angosta, lo que sugiere que seleccionaría de alguna manera los vegetales de que se alimentaba. El esqueleto recuperado y montado en el Museo Pedagógico de la Fundación "Instituto Miguel Lillo" en la ciudad de Tucumán, nos muestra que su estructura esqueletaría era muy fuerte, gruesa, conformando un animal de robustez comparable o posiblemente mayor a la de un rinoceronte africano actual. Se destacan las cortas y gruesas extremidades anteriores, con el humero en una posición casi horizontal y dirigido hacia afuera, lo que posibilito a este animal apoyar su cuerpo sobre cinco dedos muy fuertes. Las extremidades posteriores eran totalmente lo contrario, tomando una posición totalmente vertical, lo que hace pensar a los Paleontólogos que habría sido mas esbelta en la región posterior y mas voluminosa y pesada en su mitad anterior, con el cuello corto, grueso y una pesada cabeza en posición baja, tal vez con algún parecido general a los búfalos actuales. Procede de los niveles inferiores de la formación Ischigualasto, ubicado en el "Valle de la Luna", Provincia de San Juan, Republica Argentina.


Kannemeyeria argentinensis. Bonaparte, 1966.

Cráneo de Kannemeyeria argentiensis (*).

Cráneo de Kannemeyeria (*).

Aspecto de Kannemeyeria argentiensis (*).

Dicynodonte. Es un género extinto de terápsidos dicinodontos que existió hace 230 millones de años en el periodo Triásico. Este herbívoro estaba bien adaptado a la vida terrestre. Alcanzaba los tres metros de longitud. Era un herbívoro grande con un poderoso pico y fuertes músculos mandibulares diseñados para cortar los vegetales que comía. Aunque tenía una cabeza grande, el cráneo era liviano debido al gran tamaño de las órbitas y la cavidad nasal. Sus cinturas óseas poseían grandes placas óseas útiles para soportar su gran corpulencia. Debió de habitar un ambiente de parajes abiertos, formando manadas, donde era quizá cazado por depredadores como Cynognathus. Como sus restos fósiles han sido hallados en Sudáfrica, Argentina, India, China y Eritrea , podemos suponer que en su tiempo Kannemeyeria tenía una distribución mundial.


Exaeretodon frenguellii.  Cabrera, 1943.
     

El técnico Sr Vince, junto a cráneo y mandíbula de Exaeretodon frenguelli.

Cráneo y mandíbula de  Exaeretodon frenguelli en el Museo de La Plata.

Aspecto en vida de Exaeretodon frenguelli. (*)

Cinodonte - Mamiferoide. De Exaeretodon se conocen numerosos restos procedentes de la formación Ischigualasto, y pertenecen por lo menos a tres o cuatro especies distintas con características morfológicas ampliamente diferenciales en las mandíbulas. Los cráneos coleccionados de este genero oscilan entre 18 y 60 centímetros de largo total. Observando el cráneo podemos decir que es bastante mas largo que ancho, con un hocico largo. Posee tres incisivos en cada pre-maxilar, un canino relativamente grande y una hilera de pos-caninos. Entre los restos mas importantes rescatados, podemos mencionar un esqueleto completo de la sección media de la formación Ischigualasto, el cual tiene unos 2 metros de largo (incluido el graneo y la cola que son muy cortas). Poseía un tórax voluminoso y huesos de la cintura escapular y pélvica muy modestos. Estos datos sugieren que era un animal muy robusto, de patas cortas y gruesas, y de unos 60 centímetros de alto. Era un animal de movimientos lentos, aunque si era acechado por algún carnívoro podía ser algo mas ágil pero por breve tiempo. Es una de las especies mas representativas y abundantes del Triasico Argentino.


Probelesodon sanjuanensis. Martinez & Forster, 1996.

 

Cráneo tipo de Probelesodon sanjuanensis. (*).

 

Aspecto de Probelesodon sanjuanensis.  (*).

Cinodonte - Mamiferoide. Es un género extinto de sinápsidos cinodontos de la familia Chiniquodontidae. Sus fósiles se han hallado en Argentina y Brasil procedentes del Triásico. Los primeros especímenes se descubrieron en la formación Chañares en la provincia de La Rioja, Argentina. Una nueva especie, Probelesodon sanjuanensis, fue descrita en 1996 basado en la base de un cráneo hallado en la formación Ischigualasto. La presencia de este género en estos estratos sugiere que existió durante el depósito de la formación Los Rastros, la cual posee afloramientos en la misma área donde se han hallado los fósiles; sin embargo, aún no se han descubierto en esta formación. Los hallazgos en Ischigualasto están restringidos a los primeros estratos, extinguiéndose por completo poco después de la desaparición de los últimos carnívoros cinodontos del área. Esto se ha tomado como una evidencia del reemplazo gradual de los terapsidos sustituidos por la fauna dominante de arcosaurios del Triásico Superior. La evidencia en la formación Chañares también parece apoyar la hipótesis de la fauna trancisional.


Dinodontosaurus oliveirai. Romer, 1943.
     

Coprolito o excremento fosilizado de Dinodontosaurus. Imagen de prensa.

Esqueleto de Dinodontosaurus. (*).

Aspecto en vida de Dinodontosaurus. (*).

Dicynodonte. Un megaherbívoro de ocho metros de largo, similar a los rinocerontes modernos. Estos animales eran dicinodontes: de gran tamaño, similares a los mamíferos comunes del período Triásico, cuando los primeros dinosaurios comenzaron a surgir. Los paleontólogos argentinos han hallado las 'letrinas públicas más antiguas del mundo', creadas por algunos de los primeros dinosaurios y que podría servir para esclarecer el misterio del origen de estas criaturas. Según los científicos, los miles de excrementos fosilizados desenterrados en la Formación Chanares, en la provincia argentina de La Rioja, fueron dejados por grupos de megaherbívoros (mamíferos de gran tamaño ya extinguidos) similares a los rinocerontes. el estiércol contiene información muy valiosa para la paleontología sobre la dieta de los animales prehistóricos, las enfermedades que padecían y la vegetación de la época.  De acuerdo con el estudio, los coprolitos (excrementos fosilizados con gran contenido en minerales inorgánicos) desenterrados son de más de 40 centímetros de ancho  y pesan varios kilogramos. Algunos de ellos son alargados, otros son óvalos de colores desde el gris claro al marrón y al violeta oscuro. Solo una especie podría producir bultos de semejante tamaño y también encontramos sus huesos esparcidos por toda la zona. También era una advertencia para los depredadores. Los coprolitos no son nada nuevo, pero fue inesperado y excitante encontrar una acumulación tan antigua como esta, ya que normalmente las heces se degradan bastante rápido. Cada excremento es una instantánea de un antiguo ecosistema, su vegetación y la cadena alimentaria. Con el nuevo hallazgo los científicos esperan vislumbrar una imagen del hábitat desaparecido que dio origen a los dinosaurios.


Gallegosichnus garridoi. Casamiquela, 1964.

 

Huellas de Gallegosichnus en una laja de las veredas de la ciudad de Bariloche. Fuente Ari Iglesias.

  Posible aspecto de Gallegosichnus (*).

Reptil Mamiferoide. En Río Negro son famosas las huellas de unos de los reptiles más antiguos que se conocen. En la localidad de Los Menucos (sobre la Línea Sur). De allí son la mayoría de las lajas que fueron utilizadas para la construcción de la Costanera de la ciudad de Bariloche. Esas lajas preservan las huellas de varios reptiles que vivieron en Patagonia hace 200 millones de años (Período Triásico). Se trata de pequeñas huellas de hasta 8 cm de diámetro pero que también preservan largos caminos de varios metros de largo. Hoy es posible encontrar muchos de estos fósiles caminando por las veredas de la ciudad de Bariloche. Algunas huellas preservan la marca de sus dedos y característicamente se sobre impone el pie sobre la mano, denotando su neto andar cuadrúpedo (al retirar la mano, el pie se adelanta y pisa en donde dejó la huella la mano). Los investigadores reconocieron que estas huellan deben haber sido producidas por reptiles plantígrados (que apoyan toda la palma), con importantes garras tanto en la mano como en el pie. Muy probablemente correspondieran a un grupo de antiguos reptiles denominados "reptiles mamiferoides" o reptiles Terápsidos. Otras huellas conocidas en la localidad de Los Menucos , han sido adjudicadas a reptiles dicinodontes y a esphenodontes (tatuaras o camaleones). Otra especie relacionada y bien registrada es Calibarichnus


Pascualgnathus polanskii. Bonaparte, 1966.

 

Cráneo y mandíbula de Pascualgnathus (*).

 

Posible aspecto de Pascualgnathus (*).

Cinodonte. Es un traversodóntido pequeño. Tenía grandes caninos superiores y pequeños dientes postcaninos. Los dientes postcaninos de Pascualgnathus y otros traversodóntidos son anchos, permitiéndoles comer material vegetal. Los postcaninos superiores de Pascualgnathus son rectangulares. Cada uno tiene un borde central y una cúspide al lado dirigidos hacia la boca. Hay otras dos cúspides en un lado del diente dirigidas hacia los labios, siendo una mayor que la otra. Los postcaninos inferiores tienen una forma menos rectangular y solo tienen dos cúspides. A diferencia de los postcaninos superiores, son más largos que anchos. Se descubrieron restos de Diademodon en la Formación Río Seco de la Quebrada junto a Pascualgnathus, lo que sugiere que los ancestros de Pascualgnathus migraron de África a América del Sur. vivió durante el Triásico Medio de Argentina. Sus fósiles se han encontrado en la Formación Río Seco de la Quebrada.


Chanaria platyceps.  Cox 1968.

Cráneo, Chanaria platyceps, en Museo de Ciencias Naturales La Rioja.

Coprolitos del Triasico superior de Divisadero Largo. Museo de Mendoza.

Aspecto del sinápsido. (*).

Dicynodonte. Es un género extinto de sinápsidos no mamíferos. Los sinápsidos no mamíferos se han denominado tradicionalmente "reptiles mamiferoides", es decir reptiles similares a los mamíferos. El rasgo craneano que los caracteriza es la presencia de un orificio en los lados del cráneo tras las órbitas de los ojos, la fosa temporal inferior. Hace tiempo se supuso erróneamente que esta fosa se había formado por la fusión de las dos que existen en los reptiles diápsidos y por ello el grupo recibió el inadecuado nombre de sinápsidos. Como los mamíferos, los sinápsidos no mamíferos poseían una piel glándular carente de escamas, aunque algunos pelicosaurios conservaron las escamas de los tetrápodos más primitivos en su parte ventral. Dichas escamas, como el pelo o las plumas, no tenían la misma estructura que las típicas escamas reptilianas. Algunas especies sobrevivieron durante el periodo siguiente, el Triásico, pero no pudieron competir con los arcosaurios que ocuparon su lugar como vertebrados dominantes; a finales del Triásico, su número era escaso, pero para entonces, muchas de las características de la organización mamaliana se habían desarrollado ya. Durante los 100 millones de años siguiente (los periodos Jurásico y Cretácico), los sinápsidos vivieron a la sombra de los grandes saurópsidos (dinosaurios, pterosaurios, plesiosaurios, etc.) y no alcanzaron tamaños superiores a los de un gato grande; algunos mamíferos de aspecto semejante a de los roedores actuales, los multituberculados, se hicieron abundantes pero se extinguieron durante el Eoceno.


Massetognathus pascuali.  Romer, 1967

Restos de Massetognathus en el Museo de La Plata.

Cráneo de Massetognathus (*).

.Aspecto de Massetognathus (*).

Cinodonte. Es un género de cinodontos traversodontidos, relacionados con Cynognathus. Fue un herbívoro que vivió en Suramérica durante el periodo Triásico Medio hace 220 millones de años y fue descubierto en paleorrota (Brasil) y en la formación Los Chañares en Argentina. Massetognathus tenía cerca de 50 cm de longitud. Tenía dientes especialmente adaptados para masticar plantas. Todavía conservaba el hocico largo distintivo de sus parientes cinodontos, tenía incisivos cortantes y caninos similares a colmillos, pero los dientes laterales no eran puntiagudos. En lugar de ello eran aplanados y estaban cubiertos por una serie de crestas, lo cual los hacia adecuados para moler tallos raíces y otros materiales vegetales. Massetognathus tenía patas con garras y una cola larga similar a la de un perro. Como la mayoría de los cinodontos, pudo haber estado cubierto de pelo.


Pseudotherium argentinus. Wallace. Martinez y Rowe, 2019.

 

 

Cráneo de  Pseudotherium argentinus (*).

  Aspecto de  Pseudotherium argentinus. Paleoartista Jorge A. González

Reptil Mamiferoide. La nueva especie tiene el hocico muy largo y chato, de poca profundidad, y sus colmillos son también muy largos y están ubicados casi en la punta del hocico. En este sitio, también conocido como Valle de la Luna, del  del Triásico esperó a ser rescatado junto al dinosaurio Panphagia protos, uno de los sauropodomorfos más antiguos conocidos hasta hoy, y al fémur del primer y único protodinosaurio lagerpétido descubierto en San Juan.   Medía unos 25 centímetros de longitud y fue hallada en Ischigualasto junto a dos de los dinosaurios más antiguos de los que se tienen conocimiento. Este mamiferoide nombrado como Pseudotherium argentinus vivió en un ambiente más cálido que el actual, con abundante flora, compuesto mayormente por helechos y coníferas, ya que todavía no existían las plantas con flores. Hasta ahora, no se había encontrado un mamiferoide tan avanzado en Ischigualasto, en el que se observa el crecimiento de la cavidad encefálica, precursora de los grandes encéfalos de los mamíferos. Con estas imágenes, se pudo observar el desarrollado oído interno, la pérdida de la barra posorbitaria, como así también se detectó la presencia de los turbinales que son como tabiques que le permitieron a este animalito calentar el aire que ingresaba a su sistema respiratorio, lo que nos indicaría que tenía sangre caliente.


Scaphonyx sanjuanensis.  Sill, 1970.

Reconstrucción, cráneo con mandíbula y esqueleto de Scaphonyx sanjuanensis, tomados de Bonaparte, 1997.

Rincosaurio. Se trata de una especie cuyo largo total oscilaba en los 2 metros hasta los 2,5 metros de largo, y una aproximada de 45 a 50 centímetros. La posición de las extremidades era primitiva, o sea con el humero y el fémur próximos a la posición horizontal, lo que contribuía a la poca altura de los ejemplares. En la formación Ischigualasto, especialmente en el terciario inferior, la frecuencia de Scaphonyx es notable e incluye ejemplares de diversos tamaños que presentan, muy probablemente, estadios de desarrollo de individuos de la misma especie. En el Museo de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional de San Juan se encuentra montado un magnifico ejemplar de esta especie. Es indudable que Scaphonyx sanjuanensis era una especie totalmente herbívora, y que eventualmente seria una de las presas de los grandes carnívoros como Saurosuchus o aun Herrerasaurus. Los vegetales que probablemente se alimentara este Rincosaurio es mas difícil estimar. Tal vez la adaptación de su pico estaba dirigida a arrancar raíces, o eventualmente para triturar frutos de cicadales según los autores. 


Saurosuchus galilei. Reig, 1959.

Esqueleto de Saurosuchus galilei en el parque provincial Ischigualasto

Recreación en vida de Saurosuchus galilei. (*).

Arcosaurio. Es un género extinto de saurópsido arcosaurio perteneciente al orden Rauisuchia, perteneciente a la familia Prestosuchidae. Vivió en el Triásico Superior, en territorios de la actual Argentina. Con una longitud de 7 metros, seguramente fue el mayor miembro de su grupo, con la excepción quizás del menos conocido Fasolasuchus.Al igual que otros rauisuquios, Saurosuchus caminaba sobre cuatro patas completamente extendidas. Es probable que fuera capaz de erguirse sobre las patas traseras por cortos períodos. Saurosuchus es conocido a partir de varios esqueletos parciales recuperados de la formación Ischigualasto de Argentina. El espécimen del holotipo consiste de un un cráneo completo aunque deformado, vértebras dorsales, osteodermos dorsales y partes de la pelvis. Los miembros posteriores, la cola, el cuello y la escápula se encuentran en varios otros esqueletos. La especie tipo S. galilei fue nombrada en 1959. Saurosuchus fue también reportado en la formación Chinle de Arizona en 2002 sobre la base de dientes aislados y pequeños fragmentos craneales. El valor diagnóstico de estos huesos ha sido cuestionado en estudios posteriores, que los han considerado como de una especie indeterminada de rauisuquio. Saurosuchus es uno de los mayores rauisuquios. El esqueleto completo no es conocido y las estimaciones de tamaño van desde 6 a los 9 metros de longitud total corporal.Tenía un cráneo profundo y comprimido lateralmente. Los dientes son grandes, recurvados y aserrados. El cráneo es amplio en la parte posterior y se estrecha en frente de los ojos. El techo craneal y el maxilar poseen hoyuelos, un rasgo distintivo no visto en ningún otro rauisuquio.

Riojasuchus tenuisceps. Bonaparte, 1969.

 

Cráneo y mandíbula de Riojasuchus tenuisceps. (*).

 

Aspecto de  Riojasuchus tenuisceps. (*).

Arcosaurio. Es un género extinto de arcosaurios cuadrúpedo. Riojasuchus es miembro de ornithosuchidae, una familia de carnívoros bípedos facultativos que eran la extensión geográfica durante el Triásico tardío. Otros dos géneros, Ornithosuchus y Venaticosuchus, se conocen actualmente. El espécimen fue encontrado en la Formación Los Colorados. El material consiste en un cráneo casi completo y un postcráneo parcial. Una mayoría del material postcranial fue preservada. El esqueleto fue encontrado con otros en la sección superior de la Formación Los Colorados. Otros que el holotipo, se conoce a partir de tres esqueletos. El cráneo del espécimen tipo es de 25 centímetros de largo, y tiene una gran parte conservado. La mandíbula conserva se compone del maxilar y la premaxilar. Vivio hace aproximadamente 217 hasta 215 millones de años.


Hemiprotosuchus leali. Bonaparte, 1969.

 

Cráneo y mandíbula de Hemiprotosuchus leali. Colección del Museo de Municipal Punta Hermengo de Miramar.

 

Aspecto semejante. Museo de Comahue.

Arcosaurio. Es un género extinto de Protosuchidae de la Formación Los Colorados de Argentina. Fue nombrado por el paleontólogo argentino José Bonaparte en 1969.De la familia de arcosaurios cocodriloformos protosuquios. Hemiprotosuchus es considerado como el cocodrilo mas primitivo de América del sur, con una antigüedad de 217 millones de años. Poseía una poderosa cola con la que podía propulsarse mientras se movía en el agua, aún tenía las patas largas de sus antepasados y las patas traseras eran mucho más largas que las delanteras, lo que muestra que surgió de un animal bípedo. El cráneo es corto y no adaptado totalmente a la alimentación con peces; el Hemiprotosuchus probablemente se alimentaba con animales terrestres del tamaño de una lagartija, su tamaño es de aproximadamente de un metro de la cabeza a la punta de la cola. Ejemplares mas modernos al triasico fueron hallados en Argentina, América del Norte, África y China.


Lagosuchus talampayensis.  Romer, 1971.
     

Esqueleto en laja de Lagosuchus talampayensis en el Museo de Ciencias Naturales de Miramar. (Reproducción-copia). 

El técnico Mariano Magnussen Saffer, junto a la laja con el esqueleto de Lagosuchus talampayensis.

Reconstrucción del pequeño pre-dinosaurio, llamado vulgarmente como el abuelo de los Dinosaurios.

Arcosaurio. Es un género extinto de pequeños arcosaurios cuyos fósiles fueron hallados en la Formación Chañares de Argentina, que data del Triásico Medio. Es considerado por los Paleontólogos como el abuelo de los Dinosaurios, aunque propiamente no era un Dinosaurio. En realidad se trata de un genero conocido mas cercano al antecesor hipotetico de todos los Dinosaurios. Fue un animal bipedo, de pequeño tamaño, dotado de un cráneo relativamente reducido, con dientes agudos, fuertes, propios de un animal depredador. La serie vertebral presenta ya una zonación característica semejante a la de los Dinosaurios, con vértebras cervicales proporcionalmente elongadas y vértebras dorsales con amplias neurapofisis. La morfología del ilion es algo primitiva, con un proceso preacetabular de escaso desarrollo. las extremidades posteriores son mucho mas largas que las anteriores, aproximadamente mas del doble. El pie tiene cuatro dedos, pero solo apoyaba tres. La estructura general del pie es grácil, con metatarsales y falanges muy ongadas. Todas las características mencionadas anteriormente hacen suponer que Lagosuchus tenia un marchar de forma digitígrada, es decir, apoyaba solo los dedos de los pies. Lagosuchus fue un activo cazador que se alimentaba probablemente de insectos y pequeños vertebrados. La gracilidad de su arquitectura esqueletaría indica que fue un animal agil y corredor. Su habilidad para la marcha se basa, sobre todo, por presentar un fémur, tibiotarso y metatarsos largos y notablemente delgados. Además la postura digitígrada mencionada previamente en el texto, es otra manera de aumentar la longitud efectiva del miembro posterior para generar una carrera mas rápida. Algunos Paleontólogos creen que Lagosuchus y Lagerpeton, podrían ser formas saltadoras. Fue hallado en capas del Triasico medio de la Formación Los Chañares, en la cuenca triasica de Ischigualasto - Villa Unión, región limite entre las Provincias de La Rioja y San Juan, Republica Argentina. Su antigüedad es de 225 millones de años aproximadamente, 6 millones de años antes que los primeros dinosaurios propiamente dichos, conocidos en la sección inferior del Triasico superior, citados mas abajo. Genero relacionado: Pseudolagosuchus major.


Lagerpeton chanarensis.   Romer, 1971.
   

Arcosaurio. Fue un pequeño animal que media entre 40 y 55 centímetros de longitud. Su dieta seria insectívora y carroñero ocasional. Una de las características mas llamativas de Lagerpeton chanarensis, son la longitud de los tres segmentos de los miembros posteriores, lo que sugiere que era un corredor ágil, no muy diferente a la especialización de Lagosuchus. Algunos Paleontólogos sugieren que este pequeño animal pudo ser saltador, por estar dotado de un pie fundamentalmente didáctico, ya que es apoyarían solo dos dedos en el suelo. La neurapofisis de las ultimas vértebras anteriores de la región sacra estaban dirigidas hacia adelante, en vez de hacerlo hacia atrás como en la mayoría de los vertebrados. Esta característica propia de muchos mamíferos actuales que se mueven a saltos, pues facilitaba la flexibilidad de la región posterior del tronco. Esta es una característica interesante en los procesos evolutivos, cuando nuevos modelos de organización anatómica se producen y posibilitan una nueva y amplia diversificación de especies. Lagosuchus, Lagerpeton y tal vez otra especie con características morfológicas similares estuvieron relacionadas, lograron reunir ciertas adaptaciones anatómicas para dar paso a la evolución explosiva de los Dinosaurios Saurisquios De este interesante pre- Dinosaurio se conocen una pelvis completa, el sacro, varias vértebras y sus extremidades posteriores completas, que proceden de bancos del Triasico medio, en la localidad fosilífera de los chañares, ya citadas para Lagosuchus, en el Noroeste de Argentina.


Marasuchus lilloensis. Sereno y Arcucci, 1994.

 

Ornithodira. Es un género extinto de ornitodiros, saurópsidos emparentados con los dinosaurios, que vivió a mediados del período Triásico, hace unos 230 millones de años, en la Formación Chañares situada en La Rioja, Argentina. Era un pequeño depredador de solo 40 centímetros de largo. La especie Marasuchus lilloensis fue descrita originalmente como una segunda especie de Lagosuchus, L. lilloensis. Sin embargo, en un estudio de Lagosuchus realizado por Sereno y Arcucci (1994), los autores concluyeron que el espécimen original (la especie tipo) estaba muy mal preservado como para permitir añadir especímenes adicionales a ese género. Ellos también notaron que el espécimen de L. lilloensis tenía proporciones diferentes en las extremidades con respecto a la especie tipo. Basándose en esto, ellos asignaron a L. lilloensis a un nuevo género, Marasuchus.


Pisanosaurus mertii.  Casamiquela, 1967.
 

            

Pisanosaurus (*).

Predinosaurio - Silesaúridos. El único ejemplar conocido hasta hoy, procede de la Hoyada de Las Lajas, a unos 60 kilómetros al norte de Ischigualasto, en la Provincia de la Rioja. La pieza tipo presenta un maxilar derecho incompleto con 12 dientes, una mandíbula con 15 dientes, numerosas vértebras, cintura escapular y pélvica y algunos huesos largos. El esqueleto reconstruido mide aproximadamente 1 metro de largo. De acuerdo a los estudios realizados por la comunidad Paleontológica Argentina, sabemos que era un animal principalmente bípedo, lo que es muy notable al observar la diferenciación del largo de sus extremidades. Los dientes son algo primitivos, señalando que se alimentaba principalmente de vegetales blandos, frutos, hojas y ramas de coristospermas y otras plantas desaparecidas. Los huesos mandibulares y los circundantes demuestra que Pisanosaurus mertii tenia mejillas, lo que le favorecía a la hora de comer, ya que al masticar las plantas evitaba la perdida de las mismas. Esta misma característica la podemos observar en otro Dinosaurio Ornitisquio conocido como Heterodontosaurus de África del sur. Se pensaba que se trataba del Ornitisquio mas primitivo conocido en todo el mundo. Hoy sabemos que es un silesaúrido. Sus restos se encuentran depositados en el Museo Pedagógico del Instituto Miguel Lillo de Tucumán. Vivió hace 230 millones de años.


Lucianovenator bonoi. Martínez, R. & Apaldetti, C. 2017.

 

Esqueleto de Lucianovenator bonoi presentado en UNSJ.

 

Aspecto en vida del terópodo Lucianovenator bonoi (*).

Teropodo. El hallazgo del nuevo dinosaurio en la Cuenca de Marayes pertenece a investigadores del Instituto y Museo de Ciencias Naturales de la UNSJ. Se trata de un espécimen que dio origen a las aves y es el único en Sudamérica. Su nombre reconoce a un funcionario provincial y al baqueano cuyo apellido designa el lugar donde fueron encontrados estos fósiles: Balde de Leyes, o el sitio paleontológico del nuevo siglo. Si Ischigualasto es el signo de los descubrimientos paleontológicos en San Juan, el país y el mundo en el Siglo Veinte -aunque su territorio sigue siendo un riquísimo potencial de hallazgos-, sin dudas el sitio Balde de Leyes, en el departamento de Caucete, es el signo del Siglo 21. Porque ni bien comenzado el milenio actual, los investigadores de la Universidad Nacional de San Juan empezaron a descubrir allí fósiles de más de cien especímenes, incluidos reptiles voladores y tortugas, que fueron ampliando la documentación paleontológica hasta llegar a la actual joya: el Lucianovenator bonoi. Es un bípedo, cazador y carnívoro, seguramente un animal muy ágil, de unos dos metros de largo y de un peso de alrededor de 45 kilos. Existieron durante el Período Triásico alto, la parte más nueva de ese periodo, antes de las extinciones de animales entre el Triásico y el Jurásico, suponemos que tiene entre 205 y 210 millones de años. Posee un cuello muy largo para ser carnívoro. Los dinosaurios carnívoros generalmente tenían cuellos cortos. Además, esta especie tiene en las vértebras del cuello cavidades llamadas Pleurocoelus. Esas cavidades alivianan, pero por otro lado por allí pasan ‘sacos de aire. El Lucianovenator bonoi pertenece a una familia denominada Coelophyísido. Es el primer registro de esta familia en Sudamérica. Se los conocía en África, América del Norte y Asia.


Herrerasaurus ischigualastensis.    Reig, 1963.
     

 Esqueleto de Herrerasaurus. En el MACN.

Cráneo y mandíbula de Herrerasaurus ischigualastensis. (*)

Reconstrucción del primitivo dinosaurio terópodo  Herrerasaurus ischigualastensis.(*)

Teropodo. Un esqueleto muy completo y articulado fue descubierto por un equipo de Paleontólogos de la Universidad Nacional de Tucumán, como así también se resguardan otros restos incompletos de la misma procedencia estratigráfica. A pesar de que se trata de una forma primitiva de Dinosaurio Saurisquio, el mismo media unos 3,5 metros de largo. Su majestuoso cráneo mide unos 30 centímetros y presenta un hocico bien desarrollado, que se encuentra representado mas de la mitad del mismo cráneo. Presenta una larga hilera de 20 dientes  recurvados y puntiagudos que se complementaban con una garra lacerante en la mano. Dado a los últimos estudios realizados, imaginamos que Herrerasaurus fue un saurisquio muy activo, para correr muy hábilmente y depredar a Rincosaurios y Cynodontes omnívoros. Este Dinosaurio carnívoro procede de las acumulaciones sedimentarias de Ischigualasto, Provincia de San Juan, Argentina. Posee una antigüedad de 230 millones de años. Arriba: esqueleto montado en el Museo Pedagógico de San Miguel de Tucumán.


Frenguellisaurus ischigualastensis. Novas, 1986.

 

Museo de la Universidad Nacional de San Juan. (*)

 

Posible aspecto de Frenguellisaurus (*)

Teropodo. El dinosaurio depredador más grande conocido en Ischigualasto del período Triásico Tardío Cárnico, llegando a un largo de 7 metros y un cráneo de 60 centímetros de largo. Hasta la fecha se ha descubierto un solo ejemplar, y no se descarta la posibilidad de que se trate de un Herrerasaurus adulto viejo. Su procedencia es de la formación Ischigualasto - Valle de la Luna, San Juan (Argentina). Fue el depredador más temible de la fauna de ischigualasto. Ágil corredor. La fuerza de sus miembros anteriores les permitía cazar a sus presas con facilidad. Se conocen fragmentos de cráneo y mandíbula; parte del miembro anterior y cola casi completa. Se colectó sólo un ejemplar. 


Sanjuansaurus gordilloi. Alcober y Martínez, 2010.

Ubicación in situ de los restos encontrados. (*)

Fragmento de cráneo y maxilar.  (*)

Posible aspecto de Sanjuansaurus. (*)

Teropodo.  Es un género representado por una única especie de dinosaurio saurisquio herrerasáurido, que vivió a finales del período Triásico, hace aproximadamente 231 millones de años, en el Carniano, en lo que hoy es Sudamérica. Sus restos se encontraron en la Formación Ischigualasto de la provincia de San Juan, en el noroeste de Argentina. Se lo conoce a partir del holotipo, un esqueleto parcial asociado y parcialmente articulado, PVSJ 605. El mismo consiste en un fragmento del maxilar, la mayoría de las vértebras desde el axis a la parte anterior de la cola, la escápula, un cúbito, parte de la pelvis, la mayoría de los huesos largos de las piernas y algunos otros huesos . PVSJ 605 fue encontrado en el miembro Cancha de Bochas cerca de la base de la Formación Ischigualasto, en el Parque Provincial Ischigualasto. Este horizonte se remonta a aproximadamente 231,4 millones de años atrás, a finales del Carniano durante el Triásico tardío. Sanjuansaurus fue nombrado y descrito en 2010 por Oscar Alcober y Ricardo Martínez. La especie tipo es S. gordilloi en honor a Raúl Gordillo, jefe de los preparadores de fósiles y artista del laboratorio del Museo de San Juan. Sanjuansaurus fue contemporáneo de otros dinosaurios tempranos como Chromogisaurus, Eoraptor, Herrerasaurus y Panphagia. Alcober y Martínez realizaron un análisis filogenético en el que encuentran a Sanjuansaurus dentro de los herrerasáuridos. Es comparable en tamaño a un Herrerasaurus mediano, con una longitud del fémur de 395 milímetros, por lo que probablemente llegó a medir alrededor de 3 metros. Sanjuansaurus fue descubierto en 1994 por el paleontólogo de la Universidad Nacional de San Juan Ricardo N. Martínez. En un principio fue considerado otro ejemplar de Herrerasaurus. Durante su preparación y limpieza en el laboratorio del Museo de Ciencias Naturales de San Juan, los investigadores se dieron cuenta que se trataba de un nuevo tipo de dinosaurio basal.


Eoraptor lunensis.  Sereno et al 1993.
   

Aspecto del cráneo del pequeño dinosaurio Eoraptor lunensis. (*).

Esqueleto de Eoraptor. Museo Argentino de Ciencias Naturales de Buenos Aires.

Reconstrucción de su posible aspecto en vida  de Eoraptor lunensis. (*).

Esqueleto y reconstrucción de Eoraptor lunensis. Museo de Ciencias Naturales y Antropologicas de Mendoza.

Teropodo. Eoraptor se aproxima, por estructura y por tamaño, al supuesto antecesor común de todos los dinosaurios. Además, su cráneo no tiene ninguna de las especializaciones que caracterizan a los tres grandes grupos de Dinosauria (Ornithischia, Sauropodomorpha y Theropoda). Presenta como carácter único una dentición heterodonta: los dientes anteriores de la mandíbula superior (dientes premaxilares y maxilares anteriores) tienen una forma característica, expandida, similar a la de los dinosaurios herbívoros y diferente del resto de los dientes, que son recurvados y serrados, típicamente teropodianos. Sin embargo, exhibe una serie de rasgos que lo identifican como el terópodo más primitivo conocido. Por ejemplo, aunque presenta cinco dedos en la mano, los dos más externos están tan reducidos que sólo los otros tres serían funcionales. Estos tres dedos tienen una serie de caracteres destinados a aumentar la capacidad de la mano para apresar y manipular el alimento: el dedo II es el más largo, las garras son curvadas, tiene capacidad de hiperextensión de los dedos, etc. La mano tiene un gran tamaño respecto al resto del brazo. Además, los huesos largos son huecos, como en el resto de los terópodos. Así pues, podemos considerar a Eoraptor como un animal que ejemplifica al dinosaurio primitivo tipo en el que aparecen ciertos rasgos que lo definen como el terópodo más primitivo conocido. Modo de vida: Eoraptor habría ocupado el nicho de un pequeño depredador, alimentándose de reptiles, insectos, etc. y huiría ante la presencia de los grandes carnívoros, Herrerasaurus incluido, que lo considerarían como una presa. Sin embargo, la posición parasagital de sus miembros posteriores, junto a su condición bípeda, le convertirían en una presa rápida y ágil, difícil de atrapar por los grandes depredadores de la época. A su vez, esta rapidez y su agilidad serían grandes ventajas a la hora de capturar los esquivos animales que constituirían su alimento.


Zupaysaurus rougieri.  Arcucci & Coria, 2003.

Cráneo del depredador Triasico Zupaysaurus. Reconstrucción de Zupaysaurus rougieri.

Teropodo. Hallado en 1996 en la riojana Quebrada de los Jachaleros. Era como un diablo de paso veloz, que corría detrás de sus presas por las quebradas de la actual provincia de La Rioja, Republica Argentina. Para todo aquel desafortunado que se haya cruzado en su camino, la extraña cresta sobre su hocico y el centenar de pequeños y filosos dientes que poblaban sus temibles fauces no podían pasar inadvertidos.  A la hora de ponerle un nombre, los paleontólogos se inclinaron por Zupaysaurus. Zupay es una palabra de origen quechua que significa diablo o demonio y que se ajusta muy bien a este dinosaurio de aspecto realmente feroz. Habitó parte del noroeste argentino durante el Triasico, hace 220 millones de años. Desde un punto de vista evolutivo se lo considera un carácter primitivo, mientras que el resto del animal presenta caracteres más derivados o modernos que los del resto de los dinosaurios carnívoros que vivieron en la misma época. Está a mitad de camino entre los dinosaurios primitivos como el Herrerasaurus y los más modernos como el Alosaurus . Justamente, la familia a la que pertenece está constituida por dinosaurios que se especializaron en la locomoción, pudiendo desarrollar la velocidad de un caballo.  Con sus rasgos modernos, el aún primitivo Zupaysaurus rougieri puede ser considerado el primer tetanuro, familia que incluyó a dinosaurios carnívoros típicos del jurásico (período posterior al triásico superior, al que pertenece esta suerte de diablo) y que llega hasta nuestros días a través de sus lejanos descendientes: las aves. Pero que el tataratatarabuelo de todos los tetanuros haya asomado su hocico en el triásico propone todo un cambio de pensamiento para la paleontología. Esto, a su vez, implica tirar hacia atrás también la aparición de otras formas, como los terópodos o los saurópodos, que podrían haberse originado antes de lo que se piensa, pues se necesita mucho tiempo de evolución para pasar de una formas a otras. Por otro lado, el Zupaysaurus constituye un elemento que permite comenzar a llenar un vacío en la evolución de los dinosaurios Argentinos. Si bien en el resto del mundo la fauna del triásico superior está muy bien representada por los distintos hallazgos realizados, en la región había un vacío muy grande. 


Ischisaurus cattoi.  Reig, 1963.

Teropodo. Su nombre genérico significa " reptil de Ischigualasto ", por haber sido hallado en esta ( zona ), y el específico, fue dado en honor a la dra. Noemi Cattoi, del Museo Argentino de Ciencias Naturales, por su colaboración. Se trata de un saurisquio terópodo - carnívoro bípedo - herrerasáurido, que vivió en el Período Triásico Tardío, hace 210 a 228 millones de años, en el Carniano. Medía 2 metros de largo, y apenas sobrepasaba el metro de altura. Tenía musculosos miembros posteriores, y los anteriores eran cortos. Fue hallado en Ischigualasto, en 1963, por Osvaldo Reig.


Eodromaeus murphi.  Martínez et al., 2011

Teropodo. Pequeño, de unos 5 kilos de peso y poco más de 1,2 metros de alto, rápido y carnívoro, el Eodromaeus murphi o "corredor del alba" vivió hace 230 millones de años en Argentina. Los científicos que acaban de descubrir este dinosaurio creen que podría ser el antecesor del voraz Tiranosaurio Rex o del Giganotosaurus carolinii. Un grupo de paleontólogos halló los primeros restos de esta criatura en 1996, en el Valle de la Luna, en el nororeste de Argentina, como explican en un artículo publicado en la revista Science. Por fin, en el año 2011, han conseguido recomponerlos. El animal pertenece al Triásico tardío y, según explican los investigadores, es uno de los dinosaurios más antiguos hallado hasta ahora, cuya evolución en la familia de los terópodos, es probable que culminase en temibles depredadores. Su nombre: "corredor el alba", hace referencia a que la aparición de este espécimen se sitúa en "el alba de la aparición de los dinosaurios". Era un animal de dos patas y pequeño. Era ágil, lo sabemos por el pequeño tamaño de sus extremidades, y tenía manos con capacidad de agarrar cosas con garras muy poderosas. Fue un depredador, lo sabemos por sus manos, pero especialmente por sus dientes curvos y largos. Era un carnívoro especializado y en muchos aspectos es un animal muy cercano al primer carnívoro, el primero en la línea de los terópodos que eventualmente evolucionaría y adquiriría tamaños tan enormes. Los huesos fosilizados del Eodromaeus murphi aparecieron en unas rocas próximas a los Andes. La mayoría estaban recubiertos de incrustaciones de hierro y ha sido necesario un minucioso trabajo para recomponerlos en moldes y reconstruir el esqueleto completo.


Riojasaurus incertus.  Bonaparte, 1969.
   

El técnico Mariano Magnussen Saffer, junto al esqueleto de Riojasaurus incertus, exhibido en el Museo de Ciencias Naturales del Instituto Miguel Lillo, Tucumán (2012).

Riojasaurus incertus, reconstrucción. Tomado de Bonaparte, 1997. (*)

Prosauropodo. Es un representante primitivo de Dinosaurios Prosauropodos, frecuentemente registrados en la sección superior de las capas de Los Colorados. El tamaño de los especimenes recolectados en distintas campañas Paleontológicas, varían de 2 a 7 metros de largo. Se conoce solo un cráneo bien preservado, el cual mide solo unos 25 centímetros de largo, es muy bajo y alargado, angosto en vista dorsal y hocico alargado. Su mandíbula inferior presenta una hilera de dientes y una probable estructura cornea en forma de pico. Al igual a otros Prosauropodos y Sauropodos posteriores, se caracterizaba por poseer una cabeza pequeña, cuello y cola muy largos, y totalmente cuadrúpedos. Eran de hábitos herbívoros, alimentándose principalmente de plantas altas (Dicroidium) y follaje. Es uno de los dinosaurios mejor conocidos del Triasico, y algunos de sus parientes mas próximos fueron hallados en zonas tan distantes como Europa, África y China. Su procedencia es de La Quebrada de los Jachaleros, Provincia de la Rioja, Republica Argentina y vivió hace 225 millones de años.


Coloradisaurus brevis. Bonaparte, 1978.

 
Cráneo y mandíbula de  Coloradisaurus.(*)    Coloradisaurus en el Sendero del Triásico - Parque Nacional de  Talampaya (La Rioja)

Prosauropodo. Es un género representado por una única especie de dinosaurios sauropodomorfo masospondílido, que vivió a finales del período Triásico, hace aproximadamente 218 y 210 millones de años, en lo que es hoy Sudamérica. Coloradisaurus fue un prósauropodo de tamaño medio que llegó a medir 4 metros de largo, 2 de alto y unos 100 kilogramos. La cabeza es alta y corta con órbitas oculares grandes. Los orificios nasales están bien desarrollados. La región de la abertura bajo temporal es similar a la del plateosaurio, pero de menor tamaño. Los restos pertenecen a la Formación Los Colorados de la provincia de La Rioja, en la Argentina. La expedición que realizó el hallazgo fue organizada por la Fundación Miguel Lillo, con el soporte financiero de Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas. Martín Vince, Juan C. Leal, Tomás H. Fasola y José F. Bonaparte participaron en esta. Existe la posibilidad que Coloradisaurus sea un ejemplar adulto de Mussaurus. Los últimos hallazgos sugieren que Coloradisaurus es el taxón hermano de Lufengosaurus y ambos pertenecen claramente a Massospondylidae.


Mussaurus patagonicus.  Bonaparte & Vince, 1979.
     

Esqueleto articulado de un ejemplar juvenil depositado en el Museo Argentino de Ciencias Naturales de Buenos Aires.  (*).

Esqueleto de Mussaurus patagonicus comparado con una moneda.  (*).

Reconstrucción del nido del dinosaurio prosauropodo Mussaurus, hallado en la provincia de Santa Cruz. Dibujo de Irma Dariozzi. Tomado de Bonaparte (1984).

Prosauropodo. Saurisquio primitivo de hábitos herbívoros, conocidos como Sauropodos, caracterizados por una talla monedadamente grande, pero sin el tamaño gigantesco de sus parientes del Jurasico y Cretácico. El material colectado de Mussaurus corresponde a la Provincia de Santa Cruz, en capas del Triasico superior. Se descubrieron ejemplares de distinta talla, desde individuos aparentemente recién nacidos hasta ejemplares adultos, los cuales, superaban los cinco metros de largo. Poco después una comisión de investigadores hallaron en la misma zona un conjunto de ejemplares muy pequeños, y asociados a ellos un conjunto de huevos fosilizados, lo que representa el nido de Dinosaurio mas antiguo del mundo. Los resultados de los estudios indica que se trataba de un nido atribuido a esta especie donde "recién" habían nacido entre ocho y diez crías y dos huevos sin eclosionar. Asimismo posibilito realizar estudios del desarrollo ontogenetico (crecimiento) de este grupo. Entre fines del periodo Triasico y principios del Jurasico los Prosauropodos fueron reemplazados por los Sauropodos los cuales alcanzaron grandes dimensiones.


Panphagia protos.  Martínez & Alcober, 2009.

Prosauropodo. Era dinosaurio omnívoro que vivió hace 228 millones de años, considerado el ancestro más antiguo de los herbívoros gigantes y un eslabón perdido con los carnívoros y de cuatro patas. Este animal es una pieza muy importante en el rompecabezas sobre el origen de los dinosaurios. El científico formó parte de la expedición que hace tres años halló los restos en el Parque Ischigualasto-Valle de la Luna, al noroeste del país, donde se realizaron las investigaciones para determinar su naturaleza. La información que se tenía, hace suponer que el antepasado más antiguo de los gigantes herbívoros, cuyos fósiles se habían encontrado, era el Satrurnalia tupiniquim, hallado en Brasil e investigado en 1999, pero el descubrimiento de Ischigualasto echa por tierra lo que se creía. El eslabón perdido fue bautizado 'Panphagia protos' y se trata del nexo primitivo entre los bípedos carnívoros y los gigantes herbívoros de cuatro patas, denominados saurópodos, que vivieron en los períodos jurásico y cretácico de la era mesozoica. Panphagia significa en griego 'que come de todo' y protos 'el primero. A diferencia de sus sucesores, el 'Panphagia protos' tenía 1,5 metros de extensión y 30 centímetros de alto, y era omnívoro, con una dentadura adaptada para alimentarse tanto de carne como de vegetales.


Adeopapposaurus mognai.   Martínez, 2009.

Prosauropodo. ¿Cómo fue que los pequeños dinosaurios carnívoros, de a lo sumo un metro y medio de largo, llegaron a convertirse en animales herbívoros gigantescos, con un peso equivalente a 20 elefantes? La respuesta, que implica el estudio de millones de años de evolución, acaba de dar con un punto clave. Se trata del Adeopapposaurus mognai, un dinosaurio de 200 millones de años de antigüedad cuyos restos fósiles el equipo de paleontólogos del Museo de Ciencias Naturales de la UNSJ. El hallazgo se produjo en la localidad Jachallera de Mogna y lo más valioso que tiene este animal es su pico, ya que agrega una nueva hipótesis a las teorías sobre su desarrollo. Hasta ahora, lo que se manejaba en el campo científico de todo el mundo era que los sauropodomorfos habían llegado a ser herbívoros gigantes gracias a tres elementos evolutivos clave: el desarrollo de piedras en el estómago para triturar las fibras de los vegetales, los dientes adaptados para cortar esas fibras y el largo del cuello, que les permitía alcanzar las plantas más altas. De hecho, Adeopapposaurus significa "lagarto que come lejos" en latín, por su cuello tan largo. Y mognai hace referencia al lugar donde se lo encontró. Por otro lado, haber encontrado estos restos tan bien conservados en Mogna (y no en Ischigualasto, cuyo suelo corresponde a sedimentos del Triásico) también es importante porque Adeopapposaurus es el primer hallazgo de dinosaurios del Jurásico Inferior para toda Sudamérica y Mogna es el primer ejemplo de Jurásico en zona de precordillera. Por eso este descubrimiento e investigación del museo y de la Facultad de Ciencias Exactas de la UNSJ es fundamental para el mundo de la ciencia.


Ingentia prima. Cecilia Apaldetti et al., 2018.

 

Tareas de campo para recuperar lo restos de Ingentia prima. Imagen de prensa.

 

Posible aspecto el sauropodo Triasico  Ingentia prima. Imagen de prensa.

Sauropodo. Es un dinosaurio saurópodo herbívoro de gran tamaño, la única especie del género extinto Ingentia. Vivió a finales del período Triásico en el centro-oeste de América del Sur. Investigadores argentinos presentaron a Ingentia prima, el primer dinosaurio gigante que habitó el Planeta hace más de 200 millones de años. Supera tres veces el tamaño de los dinosaurios más grandes del Triásico conocidos hasta ahora. El hallazgo se produjo en el yacimiento de Balde de Leyes, al sureste de la provincia de San Juan. Los dinosaurios no siempre fueron gigantes. A la historia evolutiva le llevó millones de años para que algunas especies duplicaran el peso de un elefante actual y alcanzaran entre ocho y diez metros de largo, pero ese tiempo fue mucho menor al que se creía: de allí la gran importancia del hallazgo de Ingentia prima, que habría tenido una masa corporal de hasta diez toneladas. Antes de este descubrimiento, se consideraba que el gigantismo había surgido durante el período Jurásico, hace 180 millones de años aproximadamente, pero Ingentia prima vivió a fines del Triásico, entre los 210 y 205 millones de años. Se encuentra depositado en la colección del Instituto de Paleovertebrados y Museo de Ciencias Naturales, Universidad Nacional de San Juan, ciudad de San Juan, Argentina. Se calculó que en vida los ejemplares de esta especie medían entre 8 y 10 metros de longitud y pesaban cerca de 10 toneladas.


Palaeochersis talampayensis.  Rougier, de la Fuente & Arcucci, 1995.

Ejemplar de Palaeochersis talampayensis, preparada por M. Isasi y estudiada por G. Rougier y M. de la Fuente MACN. Aspecto de Palaeochersis, la primitiva tortuga de Triasico de Talampaya,

Reptil. El registro fósil de tortugas en América austral es muy rico e incluye localidades en el sur de la Patagonia donde las condiciones climáticas actuales impiden el establecimiento de quelonofauna. Pero el registro más antiguo corresponde a Palaeochersis talampayensis, del Triásico superior del noroeste argentino, en la actual provincia de La Rioja. Esta tortuga data entre 210 y 220 millones de años. la subclase Anapsida, caracterizada por un techo craneano contínuo, no interrumpido por fenestras en la región temporal. Algunas de sus formas de tortugas más recientes pueden exhibir sin embargo un cráneo secundariamente modificado, extendiéndose en cada lado de la cabeza un hundimiento que desde su parte posterior hacia adelante separa el hueso escamoso del parietal. Las placas córneas que involucran el caparazón no coinciden en número, ni en forma, con los huesos colindantes y tampoco con sus suturas. Son menos numerosas y se subdividen dorsalmente en placas o escudos centrales, o vertebrales; placas costales o laterales; placas marginales. Ventralmente hay pares de placas irregulares y anchas, indicadas como gulares, humerales, pectorales, abdominales, femorales y anales. Palaeochersis talampayensis, procede de la Formación los colorados, ubicados en el Valle de Talampaya, en la Provincia de la Rioja, Argentina.


Yelaphomte praderioi. Martínez et al. 2022.

 

Fragmento mandibular del reptil volador del Triasico de San Juan, Argentina.

 

Aspecto de los reptiles voladores mas antiguos encontrados. Por el Paleoartista Jorge Blanco.

Reptil volador. Luego de medio siglo de una incertidumbre no resuelta por la ciencia en el mundo acerca del origen y evolución de los pterosaurios, un hallazgo sanjuanino acude ahora con las respuestas. Esta especie de pterosaurio medía no más de 30 centimetros en total y tenía una enorme cresta que sobresalía sobre el pico. Ricardo Martínez lo bautizó así por la voz en allentiac (lengua huarpe) equivalente a "bestia del aire" y por Ángel Praderio, quien descubrió el fósil en Balde de Leyes durante la campaña realizada por el Museo de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional de San Juan en 2014. Los pterosaurios fueron los primeros reptiles voladores que habitaron la Tierra desde hace unos 220 millones de años, en el supercontinente conocido como Pangea, previo a los movimientos que llevaron a la división geográfica actual de cinco continentes. No derivaban de los dinosaurios, sino que compartían con ellos un ancestro en común. En estos sedimentos también se descubrió a Pachagnathus benitoi. Mucho más grande que el anterior pterosaurio, medía hasta un metro y medio de largo. Su nombre significa "mandíbula de la tierra" (también del allentiac) y homenajea además al guía Benito Leyes. fueron clave para determinar los caracteres únicos de las especies a las que pertenecieron. Ambos reptiles voladores, convivieron en esa zona desde hace al menos unos 205 millones de años.


Triasseuryptilon acostai. Marquat, 1991.

 

Linfa de plecóptero del Triasico del Cerro Cacheuta, provincia de Mendoza.  

Reconstrucción en vida de la ninfa de plecoptera sobre una hoja de Dicroidium bajo la superficie del agua (dibujos de Carsten Brauckmann y Elke Gröening, 2009). 

Insecto, Neoptera. Los plecópteros son insectos poco comunes y se encuentran cerca de lagos o vertientes. Poseen una metamorfosis incompleta o hemimetabolismo donde los estados ninfales son acuáticos y los adultos voladores. Las ninfas son aplanadas, con aparato bucal masticador y tienen largos cercos y antenas. Los adultos son relativamente grandes, con cuatro alas membranosas que en reposo se pliegan sobre el abdomen. Los adultos también poseen cercos y antenas largas. En las unidades triásicas argentinas que registran faunas de insectos (formaciones Potrerillos y Los Rastros) sólo se han encontrado insectos terrestres o formas adultas terrestres. El material fue coleccionado en 1979, durante los trabajos de tesis en la ladera sur del Cerro Cacheuta, Mendoza (Argentina). Este espécimen representa el primer registro de un estado inmaduro acuático en la entomofauna triásica de la Argentina. El espécimen presenta un muy buen estado de preservación ya que esta prácticamente completo. En la cabeza, se observan detalles como las mandíbulas, las antenas, un palpo, los ojos y la sutura fronto-clipeal. En el tórax, se observa la zona esternal, las coxas, el fémur de los tres pares de apéndices, y solo en algunos de ellos se puede ver la región basal de las tibias.


Notopamphagopsis bolivari. Cabrera 1928.

 

Ala de Notopamphagopsis bolivari (entre la marca blanca) recuperada en el Cerro Cacheuta, Provincia de Mendoza, Argentina. Exhibida en el Museo de La Plata.

 

Posible aspecto de Notopamphagopsis bolivari (*).

Insecto, Orthoptero. Los insectos se fosilizan rara vez debido a que carecen de esqueleto duro. Usualmente solo se conservan las alas, siempre que existan las condiciones favorables como los que ofrecen los barros finos de los lagos y pantanos. Notopamphagopsis bolivari es un Orthoptero emparentado con los saltamontes actuales. Este antecesor paleozoico superior no ha sufrido modificaciones morfológicas substanciales en los últimos 250 millones de años. Tienen un aparato bucal masticador. La cabeza es por lo general grande y redonda, a veces cónica (Acrida), bastante móvil en el protórax, hipognata, con un robusto aparato masticador; los palpos maxilares están constituidos por cinco segmentos, los labiales por tres. Los ojos compuestos son hemisféricos o hemiovoidales. A menudo están presentes tres ocelos. Las antenas, insertadas entre los ojos, son filiformes, rara vez pectinadas. Existen en diferentes proporciones. El protórax es siempre más grande que los demás segmentos, y presenta un amplio pronoto que se extiende hacia atrás, a veces excediendo la extremidad del abdomen y se dobla lateralmente hasta cubrir por completo las pleuras protorácicas. El mesotórax, el metatórax y el primer segmento del abdomen se encuentran soldados entre sí. Las alas anteriores (Tegminas) son estrechas, alargadas, del mismo color que el resto del cuerpo y con las nervaduras onduladas. Los restos fósiles de Notopamphagopsis bolivari proceden de la Formación Los Rastros (cuenca del Bermejo, La Rioja, Argentina) y de la Formación Potrerillos en la Quebrada del Durazno (Sur del Cerro Cacheuta), Provincia de Mendoza, Argentina. Otros insectos conocidos de esta área; Argentinosyne duraznoensis Cacheutacicada kurtzae.


Myriolepis elongatus.  Cabrera 1944.
 

Ejemplar original de M. elongatus. Este ejemplar fue utilizado para identificar la especie. Museo de La Plata.

Posible aspecto de los peces condrosteos.

Pez. Se trata de un representante del primitivo grupo de peces llamado Chondrosteos, caracterizados principalmente por un fuerte recubrimiento de escamas romboidales, con la cola tipo primitivo, heterocerca, o sea, formada por un lóbulo principal de ubicación dorsal en las formas primitivas, con otros rasgos primitivos en las aletas, cintura pectoral y cráneo. Los peces condrosteos se los ha registrado en distintos continentes, tanto en capas de depósitos marinos como continentales, desde el Devonico en Adelante. Durante el Triasico la protagonizaron una gran diversificación, dando lugar al surgimiento de no menos de 7 ordenes nuevos, que en su evolución se aproximaron automáticamente  a los tipos morfológicos de otros peces mas avanzados como los Neopterigios. El material procede de la formación Los Rastros, en Ischigualasto. La pieza tipo se encuentra parcialmente preservado, con el cráneo y la región caudal con algunas faltantes. No obstante presenta buenos detalles de su recubrimiento de escamas y alguna información sobre la posición de las aletas dorsales, pectorales y pélvicas. El tamaño de la parte conservada es de unos 45 centímetros, y completo el ejemplar debió medir unos 60 centímetros de largo total. Su dieta era variada, desde pequeños organismos y peces de tamaño menor este. También fueron encontrados en el Triasico de Mendoza y en el triasico de Australia (Myriolepis latus).


Challaida magna. Rusconi 1949.

 

Ejemplar de Challaia magna, en el Museo de Ciencias Naturales y Antropológicas Juan Cornelio Moyano de la ciudad de Mendoza.

 

Posible aspecto de Challaia magna (*).

Pez. Actinopteri del orden palaeonisciformes, del triasico superior de la formación Cacheuta en la provincia de Mendoza. Todos ellos tienen escamas ganoideas de forma romboidal, una única aleta dorsal y una aleta caudal heterocerca. La característica principal de los actinopterigios es la posesión de un esqueleto de espinas óseas en sus aletas. De hecho, el término Actinopterygii significa "aletas radiadas". Tienen el cráneo cartilaginoso (en parte calcificado) recubierto por huesos dérmicos, y un solo par de aberturas branquiales cubiertas por un opérculo. También se caracterizan por presentar escamas ganoideas (carácter autapomórfico, es decir, exclusivo del grupo) que presentan ganoína, tejido óseo esponjoso y tejido óseo laminar. En los peces actuales la escama ganoidea se reduce (leptoidea) presentándose dos tipos: cicloideas y ctenoideas, en las cuales sólo se presentan tejido óseo laminar, sin ganoína ni esponjoso.


Neochallaia tellecheai. Rusconi 1948.

 

Ejemplar de Neochallaia tellechei del Cerro Las Cabras, precordillera de la provincia de Mendoza. Museo de Mendoza.

 

Posible aspecto de Neochallaia tellechei  (*).

Pez. Vivió durante el triasico medio, y hallado en sedimentos de la formación Cerro Las Cabras, en la zona de la precordillera de la provincia de Mendoza. Fue recuperado por Rusconi y posteriormente estudiado por Lopez Arbarello entre otros. Eran peces condrósteos (Chondrostei) es una de las dos subclases de la clase Actinopterygii de peces óseos. Proceden de peces primitivos cartilaginosos que muestran osificación. Por ello, su nombre viene del griego chondros, que significa. A este grupo hace tiempo se les clasificaba dentro de los tiburones: las similitudes eran obvias, no sólo la pérdida de hueso en la mayoría de los condrósteos, también la estructura de la mandíbula es más parecida a la de los tiburones que a la de otros peces óseos, y en ambos faltan las escamas (excluyendo a los esturiones). Sin embargo el registro fósil sugiere que estos peces tienen más en común con los teleósteos de lo que apariencia externa parece sugerir. Características comunes adicionales incluyen los espiráculos (en esturiones) y la cola heterocerca (la extensión de las vértebras por el interior del lóbulo más grande de la aleta caudal.


Calaichthys tehul. Gouiric Cavalli, S. 2017.

Craneo y aleta de Calaichthys tehul. Prensa.

Detalle de las escamas de Calaichthys tehul. Prensa.

Aspecto en vida del pez del Triasico de Mendoza. Prensa.

Pez. Los restos de un pez de 240 millones de años, que vivió en el Triásico medio y perteneció a una especie de la que no se tenía registro en Sudamérica, fueron descubiertos en la localidad de Potrerillo por un equipo de investigadores del Conicet. Se trata de un pez del grupo de los "Redfieldiiformes" que habitó el planeta en tiempos de Gondwana, el bloque continental meridional desprendido del supercontinente Pangea que al escindirse dio origen, entre otras cosas, a la Antártida y Sudamérica. En ese entonces, lo que hoy se conoce como "Mendoza" se cubría de lagos efímeros, es decir, que se secaban rápidamente por la calidez del clima, y luego de la mayor extinción de especies que se registró en el planeta, esos espacios acuáticos fueron poblados por una gran diversidad faunística. La campaña de los expertos del Instituto Argentino de Nivología, GlacioIogía y Ciencias Ambientales (Ianigla, Conicet - UNCU - Mendoza) y el Museo Argentino de Ciencias Naturales "Bernardino Rivadavia" tenía como objetivo la recolección de plantas, "palinomorfos" e insectos de ese tiempo histórico. Pero durante las excavaciones se encontraron con lajas que contenían pequeños peces. Debido a su larga historia evolutiva muchos órdenes que aparecen representados en el registro fósil y que hoy están completamente extintos no tienen una relación de parentesco con las formas actuales. Es el caso de este nuevo ejemplar, que tiene características compartidas con peces paleozoicos y con otros más modernos. En los ejemplares se distinguen las aletas pectorales, pélvicas, dorsal y anal, en las que aparecen estructuras similares a las escamas que están en su borde anterior. "Habrían servido para favorecer la hidrodinamia. Son características en las aletas pares e impares de muchos peces paleozoicos y mesozoicos, pero no están presentes en los de la actualidad", apuntó. Casi todos los ejemplares que la experta estudió en el museo local tienen intacta la cabeza, en la que se pueden distinguir fácilmente los grandes ojos, la mandíbula superior e inferior y el opérculo, que es el límite entre el cráneo y el tronco.


Botánica del Triasico.

Cladophlebis, una planta muy frecuente en el registro fosilífero de Ischigualasto.

Fronde fértil de Asterotheca de la formación Los Rastros.

Impresiones de frondes fértiles de Asteroyheca s.p.

Paleobotanica. El Triasico del Valle de la Luna en la Provincia de San Juan, Republica Argentina, es uno de los pocos sitios del mundo donde se han hallado restos botánicos bien preservados pertenecientes al triasico. A continuación te mostraremos algunas fotografías de estos fósiles, pero si deseas mas información, te aconsejamos comprar el libro "El Triasico de San Juan y La Rioja, Argentina y sus Dinosaurios" del Doctor José Bonaparte (1997) de la Editorial del Museo Argentino de Ciencias Naturales de Buenos Aires. No existían en ese entonces las plantas con flores (Angiospermas) y los vegetales dominantes eran un grupo extinguido de Gimnospermas primitivas llamadas Coristospermas, algunas de porte arbórea y muy abundantes como Dicroidium.


Dicroidium odontopteroides.  Morris in Strzelecki 1845.

Dicroidium (Carystopermaceae) un árbol Triasico de Argentina.

Otra especie de flora de Dicroidium de Los Rastros.

Característica de la flora del Triasico de Ischigualasto.

Paleobotanica. Las comunidades vegetales del Triasico de Patagonia cambian drásticamente con respecto a aquellas del Paleozoico superior. Esta nueva asociación florística domina esta región al igual que en Ischigualasto. La planta mas importante es una con forma de helecho que lleva semillas y se denomina Dicroidium. La misma pertenece a un grupo de angiospermas sumamente primitivas que combina una serie de características como la presencia de óvulos con hojas sumamente divididas. Hay importantes asociaciones con otras especies de helechos primitivos y coniferas, en fin, toda una gama rica y exuberante la cual muy probablemente constituyeron el principal alimento de los grandes vertebrados de este periodo. También se han encontrado una gran variedad de Dicroidium odontopteroides en el Triasico de la pre-cordillera en Cacheuta, Mendoza.


Sphenobaiera argentina. Frenguelli, 1946.

 

Plantas fósiles del genero Sphenobaiera. Museo de La Plata.

 

Frondes vegetales del Triasico superior de Cacheuta. Museo de Ciencias Naturales y Antropológicas Juan Cornelio Moyano de Mendoza.

Paleobotanica. Es un género extinto de plantas que vivieron durante el Triásico Superior al Cretácico. El género Sphenobaiera se utiliza para plantas con hojas en forma de cuña y se puede diferenciar de Ginkgo, Ginkgoites y Baiera la falta de un peciolo. Se extinguieron hace unos 72.600 años. La familia que pertenece a este género no es concluyente y afinidad con Karkeniaceae había razones morfológicas sugeridas.


Rhexoxylon brunoi. Artabe, Brea et Zamuner 1999.

 

Los troncos fósiles de la formación los colorados, en Villavicencio- Uspallata en el Museo de Ciencias Naturales y Antropológicas Juan Cornelio Moyano de Mendoza.   Restos de troncos en sedimentitas triásicas del área de Paramillos de Uspallata (Cuenca Cuyana, Mendoza). Imagen del Inst. de Estudios Andinos.

Paleobotanica. Es un género de coníferas de la familia Araucariaceae. Los troncos fósiles de este genero procede  de la formación los colorados, en Villavicencio- Uspallata, en Mendoza.  Son principalmente árboles grandes con un vástago erguido masivo, alcanzando una altura de 30 a 80 m. Las ramas suelen ser horizontales, y bien separadas; estando cubiertas con hojas coriáceas o aciculares. Charles Robert Darwin (1809/1882) recorrió la provincia de Mendoza (Argentina) durante 1835, como parte de aquella histórica travesía alrededor del mundo (1831/1836) a bordo del Beagle, expedición dirigida por Fitz Roy. Entre sus descubrimientos más notables, y a la vez poco recordados, se encuentra un bosque de árboles petrificados de más de sesenta millones de años de antigüedad. El autor de “El Origen de las Especies” describe en sus diarios de viaje las araucarias fosilizadas encontradas en el desértico y serrano paraje de Los Paramillos, próximo a la localidad de Uspallata, hoy Departamento de Las Heras. Darwin describió el perfil de la Sierra de Uspallata y, con su agudo poder de observación, describió una secuencia sedimentaria con más de 52 troncos petrificados en posición de vida. Los describió en detalle, al igual que los sedimentos circundantes, caracterizados por su alto contenido volcánico.


Dictyophillum tenuifolium. Stipanicic y Menéndez, 1949.

 
Dictyophillum tenuifolium, del Triásico Superior del Paso Flores (Provincia de Río Negro). Paseo Paleontológico de Bariloche.   Aspecto de un representante de la Familia Dipteridaceae.

Paleobotanica. Los helechos de la Familia Dipteridaceae constituyen uno de los grupos sistemáticos más reconocibles en las floras mesozoicas debido a su característica venación anastomosada. Aunque este carácter es compartido por otros helechos (e.g., Matoniaceae y géneros como Weichselia del Mesozoico y Polypodiaceae del Cenozoico), de todas maneras son los más típicos y ampliamente difundidos en el Mesozoico del mundo. Dictyophillum tenuifolium, es una especie, originalmente descrita por Stipanicic y Menéndez (1949) del Triásico Medio de la Formación Barreal de la Provincia de San Juan (Argentina), fue luego enmendada por Bonetti y Herbst (1964) con materiales fértiles del Triásico Superior del Paso Flores (Provincia del Neuquén, Argentina). Es una especie muy característica en cuanto a su morfología. En el estudio de las Dipteridaceae del Lías de Piedra Pintada (Neuquén, Argentina), Frenguelli (1941) señaló, en los comentarios de Dictyophyllum rothi Frenguelli, la notable afinidad morfológica que tiene lugar en varias especies de Europa y Oriente y admitió que es muy difícil llegar a definir especies cuando sólo se dispone de fragmentos de hojas. Como consecuencia, Frenguelli (1941) también expresó su escepticismo respecto a la identificación taxonómica de los vegetales triásicos de La Ternera (Chile), indicada por Zeiller (1875) y Solms-Laubach (1899). El registro fósil comienza en el Triásico tardío. Actualmente distribuidas en India, el sudeste de Asia, el este y sudeste de China, centro y sur de Japón, y desde Malasia hasta Melanesia y el oeste de Polinesia (Samoa).


Zuberia feistmanteli. (Johnston) Frenguelli emend. Artabe 1990.

 

Frondes vegetales de Corystospermales del Triasico de Barreal, San Juan. Exhibido en el Museo de Cs Nat. y Antropológicas de Mendoza.   Aspecto de un bosque triasico de Corystospermales (*):

Paleobotanica. Este genero y especie con abundante presencia en Cacheuta (Luján de Cuyo) en la provincia de Mendoza, como así también en San Juan, corresponde a las conocidas plantas Corystospermales, un orden de plantas que aparecieron en el Pérmico y se extinguieron en el Cretácico. Se trata de un grupo relativamente pequeño de plantas con distribución principalmente en Gondwana. Fueron las plantas dominantes del hemisferio sur durante el Triásico, y se utilizan en la bioestratigrafía y paleoecología de ese periodo. Se caracterizan por tener un raquis principal bifurcado en sus frondes. Los tallos presentaban verdadero crecimiento secundario en "cuñas" de xilema centrífugo y centrípeto. Los órganos de reproducción femeninos son tipo cúpula, que surgen de braquiblastos (pequeñas ramas abortadas). Los órganos masculinos son sinngios y presentan un polen disacado. Otros géneros conocidos en el Triasico de Cacheuta; Johnstonia, Xylopteris, Scytophyllum, Pachydermophyllum, Johnstonia, Dicroidium, Cladophlebis, Asterotheca, Nododendron, Neocalamites, Equisetites entre otros.


Baiera furcate. Lindley and Hutton, 1837.

 

Improntas de Baiera furcate. (*):

 

Baiera furcate, procedente de Los Potrerillo, Mendoza y exhibida en el Museo de La Plata.

Paleobotanica. Es un género de gimnospermas prehistóricas en el orden Ginkgoales. Está relacionado con los géneros Ginkgo y Ginkgoites. Se lobula en cuatro segmentos y no tiene tallo. Los fósiles de Baiera han sido conocidos desde el Pérmico hasta el Cretácico. Las Ginkgoaceae —una familia de Ginkgoales— son gimnospermas arbóreas con un único representante vivo actual, del género Ginkgo y especie Ginkgo biloba. A diferencia de las cícadas, y como casi todas las demás gimnospermas, son árboles leñosos altamente ramificados. Puede ser reconocido por el hecho de que tiene ramas cortas además de ramas largas. De hasta 30 metros de altura, con una corona más o menos asimétrica y corteza gris y surcada. Sin canales de resina. Hojas simples, de disposición espiralada, y ampliamente espaciadas en largas ramas cerca de las puntas de las ramas, también ampliamente empaquetadas en ramas cortas en los árboles más viejos, con forma de abanico, bilobadas o enteras, deciduas y amarillas brillantes en el otoño, de venación dicotómica. En Argentina se han recuperado fósiles en la Formación Paso Flores, en la localidad Cañadón de Pancho, área occidental del río Collón Curá, Provincia del Neuquén, Cacheuta y Los Poterillos en la pre-cordillera en la Provincia de Mendoza Otras especies conocidas son;  Baiera cuyana y Baiera gracilis.


Nododendron suberosum. Artabe y Zamuner 1991.

 

Ejemplares de Nododendron suberosum. Proceden de la formación Potrerillos, Triasico de la Provincia de Mendoza. Exhibidos en el Museo de La Plata

Paleobotanica. Este taxón fue descripto e ilustrado para la Formación Potrerillos expuesta en el cerro Cacheuta. En la Formación Paramillo, localidad de Agua de la Zorra provincia de Mendoza, se hallaron restos afines a Nododendron suberosum en asociación estrecha con Neocalamites carrerei y estructuras reproductivas (Neocalamostachys arrondoi). La familia equisetáceas es monotípica (con un solo género), siendo su género viviente, Equisetum (conocido como cola de caballo), que es el único sobreviviente hasta la actualidad de todas las equisetópsidas, las cuales tienen un extenso registro fósil entre el Devónico y el Triasico. Los equisetos son plantas vasculares con ciclo de vida haplodiplonte donde la alternancia de generaciones es bien manifiesta, con esporofito y gametofito multicelulares e independientes, con esporas como unidad de dispersión y de resistencia. Los tallos, fotosintéticos, crecen a partir de un rizoma subterráneo mediante un meristema que consta de una célula apical piramidal que se divide en tres direcciones.


Concostrácos.

 

Concostrácos encontrados en el Cerro de Cacheuta, provincia de Mendoza y exhibidos en el Museo de La Plata.

 

Aspecto y forma de vida de los Concostrácos. Museo de Ciencias Naturales de la Univ. Nacional de Salta.

Invertebrados. Los concostráceos se caracterizan por tener el cuerpo protegido por un caparazón bivalvo (dos conchas unidas por una membrana que permite cierta articulación). Este escudo les hace asemejarse mucho a las almejas, con las cuales comparten la característica de líneas concéntricas en cada concha. La articulación de las conchas permite, que cuando los músculos están relajados, emerjan las patas y las antenas, las cuales usa para remover el agua y llevar el alimento a la boca. En caso de un ataque, los músculos abductores se contraen y las valvas se cierran. Las demás características de los concostráceos son similares a las de los branquiópodos. La conchostracofauna previamente conocida de la cuenca Cuyana provenía de las formaciones Cerro de las Cabras, Potrerillos y Cacheuta, Triasico de Mendoza. En un ambiente netamente fluvial de tipo efímero y en las áreas más deprimidas del sistema, se desarrollaron extensos cuerpos de agua semipermanentes, lagunas localizadas y/o pantanos producidos por el desbordamiento de los canales o flujos en mantos, que permitió el desarrollo de estos organismos. Actualmente se considera un grupo parafilético y ha sido escindido en los subordenes Laevicaudata, Spinicaudata y Cyclestherida, dentro de la clase Branchiopoda.


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José Bonaparte. El Triásico de San Juan-La Rioja Argentina y sus dinosaurios. Buenos Aires. Museo Argentino de Ciencias Naturales “Bernardino Rivadavia”, 1997, 190 páginas.

Lecuona, A. & J. B. Desojo. 2011. Hind limb osteology of Gracilisuchus stipanicicorum (Archosauria: Pseudosuchia). Earth and Environmental Science Transactions of the Royal Society of Edinburgh, 102, 105–128.

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Palmer, D., ed. (1999). The Marshall Illustrated Encyclopedia of Dinosaurs and Prehistoric Animals. London: Marshall Editions. p. 193.

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Romer, A. S. (1971). "The Chañares (Argentina) Triassic reptile fauna. XI. Two new long-snouted thecodonts, Chanaresuchus and Gualosuchus". Breviora 379: 1–22.

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Sebastián Apesteguia. Vida en Evolución, la historia natural vista desde Sudamérica”.- 2010.

Sereno, Forster, Rogers and Monetta, 1993. Primitive dinosaur skeleton from Argentina and the early evolution of Dinosauria. Nature. 361, 64-66.

Ver mas bibliografía utilizada para hacer la presente Pagina; AQUÍ.            Ver bibliografía de divulgación sugerida; AQUÍ.

 

 

 

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