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PaleoGeografia: Tectónica de
Placas y la Deriva Continental.
Fragmento del Articulo; Magnussen Saffer, Mariano (2009). Paleogeografia; Tectonica de
placas y deriva continental. Paleo, Boletín Paleontológico. Año 7.
40: 25 -28.
marianomagnussen@yahoo.com.ar
En 1885 y basándose en
la distribución de floras fósiles y de sedimentos de origen glacial,
el geólogo suizo Suess propuso la existencia de un supercontinente
que incluía India, África y Madagascar, posteriormente añadiendo a
Australia y a Sudamérica. A este supercontinente le denominó
Gondwana. En estos tiempos, considerando las dificultades que
tendrían las plantas para poblar continentes separados por miles de
kilómetros de mar abierto, los geólogos creían que los continentes
habrían estado unidos por puentes terrestres hoy sumergidos.
El
astrónomo y meteorólogo alemán Alfred Wegener (1880-1930) fue quien
propuso que los continentes en el pasado geológico estuvieron unidos
en un supercontinente de nombre Pangea, que posteriormente se habría
disgregado por deriva continental. Su libro Entstehung der
Kontinente und Ozeane (La Formación de los Continentes y Océanos;
1915) tuvo poco reconocimiento y fue criticado por falta de
evidencia a favor de la deriva, por la ausencia de un mecanismo que
la causara, y porque se pensaba que tal deriva era físicamente
imposible.
Los
principales críticos de Wegener eran los geofísicos y geólogos de
los Estados Unidos y de Europa. Los geofísicos lo criticaban porque
los cálculos que habían llevado a cabo sobre los esfuerzos
necesarios para desplazar una masa continental a través de las rocas
sólidas en los fondos oceánicos resultaban con valores
inconcebiblemente altos. Los geólogos no conocían bien las rocas del
hemisferio sur y dudaban de las correlaciones propuestas por el
científico alemán. A pesar del apoyo de sus colaboradores cercanos y
de su reconocida capacidad como docente, Wegener no consiguió una
plaza definitiva en Alemania y se trasladó a Graz, en Austria, donde
fue más ampliamente reconocido.
En 1937,
el geólogo sudafricano Alexander Du Toit publicó una lista de diez
líneas de evidencia a favor de la existencia de dos
supercontinentes, Laurasia y Gondwana, separados por un océano de
nombre Tethys el cual dificultaría la migración de floras entre los
dos supercontinentes. Du Toit también propuso una reconstrucción de
Gondwana basada en el arreglo geométrico de las masas continentales
y en correlación geológica. Hoy en día el ensamble de los
continentes se hace con computadoras digitales capaces de almacenar
y manipular enormes bases de datos para evaluar posibles
configuraciones geométricas. Sigue habiendo cierto desacuerdo en
cuanto a la posición de los distintos continentes actuales en
Gondwana.
Las Masas Continentales en
distintos Periodos Geológicos.
Cambrico 510 mill.
Ordovícico 470 mill.
Silurico
430 mill.
Devonico 400 mill.
Carbonífero 340 mill.
Permico 300 mill.
Permico 270 mill.
Triasico 230 mill.
Jurasico170 mill
Cretácico 150 mill.
Cretácico 100 mill.
Paleoceno 60 mill.
Con todos estos
conocimientos sobre la expansión del fondo marino y sobre las zonas
de subducción, lo que quedaba era combinarlos en un sistema
integrado de geodinámica. En la década de 1950, el geofísico
canadiense J. Tuzo Wilson demostró la continuidad global de las
zonas de subducción, bastante parecida a los pespuntes de una pelota
de fútbol. El geólogo estadounidense Harry Hammond Hess señaló que,
si el fondo oceánico se separaba en un lado del globo, debía
producirse subducción en el otro; si no, el tamaño de la Tierra
aumentaría sin parar. Xavier LePichon, estudiante francés de
sismología en Lamont, estudió la geometría de las placas a partir de
datos sísmicos y el geofísico estadounidense Robert Sinclair Dietz
tomó las pruebas de Wegener sobre la deriva continental y
reconstruyó las posiciones de los continentes y de las placas
continentales en fases sucesivas desde la actualidad hasta hace unos
200 millones de años. Desde entonces, la teoría de la tectónica de
placas ha sido debatida, probada y extendida; se ha convertido en un
nuevo paradigma y en el centro de la controversia de las ciencias
geológicas.
Tectónica de placas
Según la teoría de la tectónica de placas, la corteza terrestre está
compuesta al menos por una docena de placas rígidas que se mueven
independientemente. Estos bloques descansan sobre una capa de roca
caliente y flexible, llamada astenosfera, que fluye lentamente a
modo de alquitrán caliente. Los geólogos todavía no han determinado
con exactitud como interactúan estas dos capas, pero las teorías más
vanguardistas afirman que el movimiento del material espeso y
fundido de la astenosfera fuerza a las placas superiores a moverse,
hundirse o levantarse.
El concepto básico de la teoría de la tectónica de placas es simple:
el calor asciende. El aire caliente asciende por encima del aire
frío y las corrientes de agua caliente flotan por encima de las de
agua fría; el mismo principio se aplica a las rocas calientes que
están bajo la superficie terrestre: el material fundido de la
astenosfera, o magma, sube hacia arriba, mientras que la materia
fría y endurecida se hunde cada vez más hacia al fondo, dentro del
manto; la roca que se hunde finalmente alcanza las elevadas
temperaturas de la astenosfera inferior, se calienta y comienza a
ascender otra vez. Este movimiento continuo y, en cierta forma
circular, se denomina convección. En los bordes de la placa
divergente y en las zonas calientes de la litosfera sólida, el
material fundido fluye hacia la superficie, formando una nueva
corteza.
Deriva continental
La teoría de la tectónica de placas no alcanzó amplia aceptación
hasta las décadas de los sesenta y los setenta. Antes de esos años,
la mayoría de los científicos creían que los continentes y océanos
terrestres estaban fijos. A comienzos del siglo XX, el meteorólogo
alemán Alfred Wegener, popularizó y actualizó una teoría de Snider
(1858) afirmando que los continentes se desplazan, debido a la
debilidad de la corteza oceánica; y sugirió que todos los
continentes procedían de la rotura de dos supercontinentes llamados
Gondwana y Laurasia que antes del mesozoico estuvieron unidos
formando la Pangea, un enorme supercontinente. Hace unos 200
millones de años, la Pangea se rompió en placas distintas que
lentamente se separaron entre sí, llegando a la disposición
continental actual.
Uno de los hechos más evidentes que convenció a Wegener fue el
encaje casi perfecto entre la costa oriental de América del Sur y la
costa occidental de África, lo que es muy evidente cuando se ve por
primera vez un globo o mapa del mundo. Para apoyar su teoría, señaló
que las formaciones rocosas de los lados opuestos del Océano
Atlántico -en Brasil y África occidental- coinciden en edad, tipo y
estructura. También, las formaciones contienen fósiles de las mismas
especies terrestres, de manera que América del Sur y África debían
haber estado conectadas anteriormente.
En años posteriores, los descubrimientos científicos empezaron a
apoyar los aspectos fundamentales de la teoría de Wegener. Los
geólogos demostraron la existencia de un débil movimiento de la
astenosfera, que está por debajo de la corteza, a profundidades de
50 a 150 km. Además, los científicos en la década de los años veinte
utilizaron el sonar, un dispositivo de sonda de eco, para determinar
las profundidades del océano y levantar un mapa del fondo marino, y
llegaron a la conclusión que la Dorsal Media del Atlántico,
descubierta en el siglo XIX, era parte de un sistema de cordilleras
oceánico mundial. Toda esta teoría ha sido sustituida por la
hipótesis mucho más sofisticada de la tectónica de placas.
Expansión oceánica
Los indicios adicionales de la tectónica de placas llegaron en las
décadas de los cincuenta y los sesenta. Durante este periodo, los
científicos descubrieron que todos los fragmentos de rocas conservan
un tipo de disposición magnética cuando éstas se forman. Los
geofísicos también conocieron que el campo magnético terrestre ha
oscilado pues el polo norte magnético, que en la actualidad se sitúa
junto al polo norte geográfico, ha estado en otras épocas en el polo
sur geográfico; estas inversiones tienen lugar aproximadamente cada
dos millones de años. Con este conocimiento, examinaron ambos lados
de las cordilleras oceánicas y encontraron que las rocas de un lado
de la cordillera producían una disposición geomagnética opuesta a la
de las rocas del otro lado, como si se tratara de la imagen de un
espejo.
Las rocas más cercanas a la cresta de la cordillera eran
relativamente jóvenes, pero a medida que aumentaba la distancia, la
edad de las rocas era más antigua. Además, los sedimentos marinos
eran bastante más densos y más antiguos cuanto más alejados de la
cordillera, mientras que la cordillera misma no tenía prácticamente
depósitos sedimentarios. Estas observaciones, añadidas a aquellas
sobre la circulación del flujo incandescente en la dorsal,
confirmaron la creación de corteza nueva en la dorsal
centro-oceánica y el mecanismo de expansión oceánica, por el cual se
puede afirmar que el fondo oceánico es más antiguo cuanto más
próximo se halla al continente.
Después que la roca fundida alcanza el fondo marino como lava, el
agua fría del fondo del mar rápidamente enfría y consolida el
material. Para hacer sitio a esta adición continua de nueva corteza,
las placas de cualquier lado de la cordillera deben separarse
constantemente. En el Océano Atlántico norte, el grado de movimiento
de cada placa es sólo de 1 a 2 cm al año. Sin embargo, en el Océano
Pacífico puede ser de más de 10 cm al año.
Subducción
La Fosa de las Marianas, al este de las Islas Marianas en la zona
occidental del Océano Pacífico, es la zona de fondo marino más
profunda del mundo a 11.033 m. La Fosa de las Marianas es una de las
muchas profundas fosas océanicas formadas por los procesos
geológicos de subducción. Durante este proceso, los bordes de las
placas sufren una subducción, es decir, se introducen por debajo del
borde de otra placa, generalmente de naturaleza continental. La
corteza oceánica es impulsada dentro del manto y parcialmente
fundida.
Un efecto importante de la fusión de la corteza oceánica es la
producción de nuevo magma. Cuando la corteza oceánica se funde tras
la subducción, el magma que forma puede elevarse desde el plano de
subducción profundo, dentro del manto, saliendo mediante erupciones
a la superficie de la Tierra. Por este mecanismo se han creado
cadenas de islas volcánicas alargadas y en forma de arco, como
Japón, Filipinas y las Islas Aleutianas. Cuando una placa oceánica
se introduce por debajo de la corteza continental, el magma
producido por la fusión, en la subducción, brota en los volcanes
situados en las cadenas montañosas largas y alineadas paralelas a la
costa, como la Cordillera de los Andes de América del Sur.
Bordes de las placas
Las placas son, pues, grandes fragmentos de la litosfera en continuo
movimiento unos respecto a otros. Los continentes forman parte de
esas placas y se mueven con ellas. Se pueden distinguir 17 placas
(ver índice de placas), limitadas por bordes, donde se concentra
todo el movimiento de las placas adyacentes, la actividad sísmica y
el vulcanismo. Muchos bordes de placa están situados en el centro
del océano. Hay tres tipos de bordes de placa: divergente,
convergente y transformado.
Los bordes divergentes (también conocidos como constructivos)
existen allí donde las placas se desplazan en direcciones opuestas
una de otra, separándose por el material incandescente que asciende
desde la astenosfera para rellenar las fracturas abiertas. Una
fuerza adicional implicada en la divergencia puede ser la
subducción de la corteza más pesada, antigua y densa del extremo
opuesto de cada borde divergente: como el borde pesado se hunde,
arrastra al resto de la placa con él, abriendo la línea de
divergencia. Los bordes divergentes se localizan tanto en los
fondos oceánicos como en la superficie de los continentes y dan
lugar a unas estructuras muy características llamadas dorsales
oceánicas y fosas tectónicas.
Las dorsales oceánicas son cordilleras submarinas que se extienden y
ramifican a través de todos los oceános. En ocasiones experimentan
grandes desplazamientos horizontales, de forma que su trazado no es
continuo sino que está fallado; partes de estas dorsales son
bastante altas y sobresalen por encima de la superficie oceánica, en
lugares como Islandia en el Océano Atlántico norte. Las fosas
tectónicas son zonas alargadas y estrechas, en las que la corteza
continental está hundida con relación a las áreas adyacentes. El
ejemplo más interesante es el Rift Valley, que se extiende a lo
largo de 4.830 km desde Siria hasta Mozambique, desde los Taurus
hasta el río Zambeze. La divergencia ha causado que la corteza
terrestre adelgace y caiga a lo largo de este borde de placa.
Teoría
de Tectónica de Placas . En una simpática animación, que
muestra la teoría científica de la Teutónica de Placas.
Fuente; Proyecto G - Canal Encuentro.
Un borde en el que dos placas colisionan y se pierde fondo oceánico
por inmersión es un borde convergente o destructivo. Cuando una
placa oceánica, como la Placa de Nazca que se desplaza hacia el este
bajo la zona suroriental del Océano Pacífico, encuentra un borde
continental como América del Sur, la corteza oceánica más densa y
pesada se introduce debajo de la placa continental y se fusiona
parcialmente. Los terremotos pueden suceder en estos márgenes de
placa a lo largo del plano de deslizamiento o plano de Benioff,
moviendo las placas hacia arriba 5 m en una sola sacudida. Si chocan
dos placas oceánicas se origina un arco de islas volcánico, o una
fosa oceánica como las de Chile, Japón, Taiwan, Filipinas, Nueva
Zelanda y Isla de Sumatra. Cuando colisionan dos placas
continentales, la corteza de ambas empuja hacia arriba, creando
cadenas montañosas. La colisión de la India con el continente
asiático formó el Himalaya. De hecho, la cordillera montañosa crece
hoy en altura a causa de que la India y Asia todavía convergen.
En un borde de transformación, las placas se desplazan cada una en
direcciones opuestas lateralmente entre sí, sin crear ni destruir
fondo oceánico. Una pequeña actividad volcánica acompaña a los
bordes de transformación, pero se pueden dar terremotos grandes o de
poca intensidad. La Falla de San Andrés en California, Estados
Unidos, es el ejemplo más famoso de este tipo de bordes.
La revolucionaria teoría de la tectónica de placas forma la base del
pensamiento de la geología moderna y explica muchas de las formas
terrestres actuales además del movimiento de los continentes. Esta
teoría también proporciona una explicación para muchos de los
terremotos y volcanes del mundo. La mayoría de los terremotos y
erupciones volcánicas ocurren cerca de los márgenes de las placas.
Desgraciadamente, existen muchas ciudades grandes situadas en los
bordes de las placas, como ocurre a lo largo del Cinturón de Fuego,
una zona de intensa actividad volcánica y sísmica que rodea el
Océano Pacífico. Los seres humanos sufren repetidamente los efectos
de estas manifestaciones a menudo catastróficas de la actividad
tectónica.
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William Meriam Burton. National Inventors Hall of Fame
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Eugene Houdry (1892 – 1962). National Inventors Hall of Fame
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