|
Recuperan numerosos fósiles de Marsupiales en el
Mioceno de Australia.
Publicado
en
Paleo. Año 8. Numero 49. Septiembre de 2010.
Científicos
australianos han descubierto en una cueva del interior de su país
restos de marsupiales prehistóricos de 15 millones de años de
antigüedad.
Este peculiar botín de fósiles incluye 26 cráneos de un marsupial ya
extinto, del tamaño de una oveja con garras. Para los investigadores
de la Universidad de Nueva Gales del Sur, Australia, los restos son
"algunos de los más extraños especímenes que nadie pueda imaginar".
"Es extraordinariamente emocionante para nosotros", afirmó Mike
Archer, un paleontólogo de esa universidad.
|
 |
A su
juicio, estos restos abren "una ventana al pasado de
Australia". Este raro hallazgo ha puesto de manifiesto
algunas semejanzas sorprendentes entre estas criaturas que
se extinguieron y los canguros y koalas actuales. Mercer
explicó que el descubrimiento de un grupo tan grande de
fósiles indica que estos animales ya extinguidos podrían
movilizarse por el campo en manadas, como los canguros
actuales. Además, sus grandes garras recuerdan a las de los
koalas y se cree que podrían utilizarlas para subir a los
árboles. |
"Cómo terminaron
bajo tierra es un misterio. Una teoría es que cayeron
accidentalmente en la cueva a través de un hoyo que estaba oculto
por la vegetación. Podrían haber muerto por la caída, o se quedaron
atrapados y murieron posteriormente de hambre", afirmó el
corresponsal. El hallazgo de los restos, que fueron entrontrados en
buen estado de conservación en una cueva de Riversleigh, en el
noroeste de Queensland, ha sido descrito por la revista Journal of
Vertebrate Paleontology.
El yacimiento de
Riversleigh está siendo explorado desde principios de la década de
los 90 del siglo pasado y desde entonces se han hecho ya varios
hallazgos importantes.
Hallan una gran serpiente en el Mioceno de
Mallorca, España.
Publicado
en
Paleo. Año 8. Numero 49. Septiembre de 2010.
Un equipo de
investigadores del Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados, en
colaboración con científicos del Centre National de la Recherche
Scientifique-Muséum National d’Histoire Naturelle de París y
científicos de Menorca, publicaron en la revista Comptes Rendus
Palevol el hallazgo de la serpiente fósil europea de mayor tamaño.
|
 |
El
descubrimiento, que tuvo lugar en el yacimiento del Caló
d’en Rafelino en Mallorca, permitió rescatar un importante
conjunto de fósiles de vertebrados terrestres. Entre ellos
se destacan vértebras de este vipérido de gran tamaño.
El tamaño
de una de las vértebras es de 12.7 milímetros y representa
la mayor dimensión conocida hasta la fecha para una víbora
en Europa. |
Por ese dato se
supone que la longitud del animal adulto era superior a los 2
metros. El gran tamaño de esta Vipera se interpretó como “una
adquisición en la que entrarían en juego la plasticidad adaptativa
de la especie (expresada con un llamativo aumento de tamaño) y el
consumo de presas de mayor tamaño que en el continente”.
Este hallazgo
contribuye, además, al estudio de las primeras faunas que llegaron
al archipiélago balear hace entre 5,6 y 5,32 millones de años
, aprovechando la desecación del mar Mediterráneo –que se produjo en
ese momento– y la consiguiente formación de puentes terrestres que
comunicaban los continentes adyacentes y las islas.
Pakasuchus kapilimai,
cocodriliforme que vivió durante la Era Mesozoica
en Tanzania.
Publicado
en
Paleo. Año 8. Numero 49. Septiembre de 2010.
Un equipo
internacional de científicos ha descubierto en la cuenca del Rift
Rukwa, al suroeste de Tanzania, los fósiles de un antiguo cocodrilo
(Pakasuchus kapilimai)
que tenía dientes similares a los de los mamíferos. El estudio, que
publica esta semana la revista
Nature, sugiere que estas criaturas eran abundantes en lo que
es hoy la África subsahariana durante el Cretácico medio (hace entre
80 y 110 millones de años).
“Si sólo miras los
dientes, no piensas que es un cocodrilo. Te preguntas qué tipo de
extraño mamífero o reptil parecido a un mamífero es”, apunta Patrick
O’Connor, autor principal del estudio, y profesor adjunto de
Anatomía en el Colegio Universitario de Ohio (EE UU).
Según los
investigadores estadounidenses, sudafricanos, australianos y
tanzanos, la nueva especie de cocodrilo era un animal pequeño, cuya
“cabeza cabría en la palma de tu mano”, asegura O’Connor. Además,
los análisis demuestran que no estaba tan bien acorazado como otros
cocodrilos, salvo por su cola, y era una criatura de tierra, que
“probablemente se alimentaba de insectos y otros animales pequeños
para sobrevivir”.
 |
Al primer
ejemplar completo hallado en 2008 se unen los restos fósiles
de otros siete individuos descubiertos al suroeste de
Tanzania. El rasgo más característico es estos cocodrilos es
la fila de dientes parecidos a molares, ya que en general
los reptiles modernos, o incluso otros más antiguos, poseen
dientes simples y cónicos que utilizan para capturar y
desgarrar a la presa y tragarse la carne en grandes trozos.
“Cuando logramos ver de cerca los dientes, supimos que
estábamos ante algo novedoso y muy emocionante”, señala el
investigador estadounidense. Los molares de Pakasuchus
kapilimai contaban con bordes afilados para
procesar los alimentos, similares en forma a los dientes de
algunos mamíferos carnívoros. |
Según el estudio,
que se publica en el último número de Nature, estos antiguos
reptiles eran muy ágiles y se movían mucho, como sugieren la cola
“fuertemente” blindada y un cuerpo “relativamente” desarmado con
miembros gráciles. A diferencia de los cocodrilos cuyo principal
hábitat es el agua, Pakasuchus podía
alimentarse activamente en la tierra.
Los científicos
demuestran que la nueva especie no es un pariente cercano de los
cocodrilos modernos, sino que “es miembro de una rama lateral con
gran éxito del linaje cocodriliforme que vivió durante la Era
Mesozoica”, explica O’Connor. A pesar de la excepcionalidad del
hallazgo de las muestras fósiles, la investigación determina que
estos reptiles eran abundantes hace entre 80 y 110 millones de años.
Los
Pakasuchus vivieron junto a grandes dinosaurios herbívoros
saurópodos y depredadores terópodos, otros tipos de cocodrilos,
tortugas y varias clases de peces. “Estos reptiles tuvieron mucho
éxito en el hemisferio sur, ya que estaban explotando un nicho
ecológico determinado en el que fueron capaces de competir con éxito
con otros animales terrestres de cuerpo pequeño”, confirma el
investigador, quien añade que era “un entorno muy diferente” al de
los cocodrilos actuales.
Los análisis
sedimentológico de la cuenca del Rift Rukwa demuestra que “el
paisaje estaba dominado por un sistema fluvial amplio, persistente,
con múltiples y entrecruzados canales y tierras vegetadas de bajo
nivel que, al parecer, sostenían una fauna de vertebrados
relativamente abundante”, señala Eric Roberts, co-autor del estudio
y profesor de Geología en la Universidad James Cook (Australia).
Durante gran parte
del período Cretácico, África, Arabia, India, Madagascar, Antártida,
Australia y América del Sur, estaban unidas: era el supercontinente
del sur Gondwana. Los investigadores han encontrado pocos restos de
mamíferos del Cretácico en esta parte del mundo, y los que se han
descubierto no parecen estar relacionados con los mamíferos
modernos. Por ello, Pakasuchus kapilimai podría
haber establecido su residencia en un “nicho mamífero” en Gondwana
durante este periodo. “Es posible que, simplemente, no hayamos
encontrado aún los mamíferos”, concluye O’Connor.
Una Tortuga del
género Adocus con huevos en su interior.
Publicado
en
Paleo. Año 8. Numero 49. Septiembre de 2010.
Hace unos 75
millones de años, una pobre tortuga que vivió en tiempos de los
dinosaurios murió pocos días antes de desovar. Paleontólogos del
Museo real Tirrell de Canadá descubrieron el fósil de esta tortuga
con huevos dentro de su cuerpo.
Es un caso muy singular y nunca visto, si bien ya se han encontrado
huevos fosilizados, no dentro de sus madres. Este fósil fue
descubierto en 1999, en la región de Alberta, Canadá. Luego, en
2005, en la misma región, descubrieron un nido de 26 huevos
fosilizado. Ambos especimenes fueron descritos en la revista Biology
Letters, y pertenecen a una especie de tortuga extinta del género
Adocus, un tipo de tortuga de río parecida a las actuales
icotecas.
 |
"Si bien
es relativamente rato encontrar huevos y bebes de animales
extintos, es incluso más raro encontrarlos dentro del cuerpo
de su madre", dijo la investigadora Darla Zelenitsky, de la
Universidad de Calgari en Alberta, quien también participó
en el descubrimiento de un huevo de dinosaurio dentro del
cuerpo de la madre. |
Casi por
casualidad se dieron cuenta los paleontólogos que el fósil estaba
embarazado. "La razón por la que notamos que estaba embarazada fue
porque cuando el fósil fue descubierto el cuerpo estaba quebrado",
dijo Zelenitsky, "y allí estaba el huevo en el suelo justo debajo
del fósil, se estaba cayendo del cuerpo". También encontraron al
menos cinco huevos rotos dentro del cuerpo de la hembra fosilizada,
y una tomografía computada desveló más huevos escondidos debajo del
caparazón de la tortuga. Esta tenía unos 40 centímetros de largo, y
podría haber producido unos 20 huevos.
Cuando estaban intactos, los huevos deberían haber sido esféricos y
de unos 4 centímetros de diámetro. Los que descubrieron cerca en un
nido eran similares en tamaño y forma. Todos tenían una cáscara dura
y gruesa, especialmente comparados con los de las tortugas actuales,
que son muy delgados o blandos.
"Gracias a estos descubrimientos podemos determinar que el ancestro
de las tortugas actuales que ocultan su cuello, que son la mayoría
de las tortugas actuales, dejaban un gran número de huevos y tenían
un cascarón duro y rígido", dijeron los autores.
Un hallazgo revela que hace 12 millones de años
los castores como Chalicomys y Pierolapithecus ya nadaban como
ahora.
Publicado
en
Paleo.
Año 6. Numero 33. Diciembre de 2008.
Paleontólogos del
Institut Català de Paleontologia (ICP)
han descubierto una nueva especie de castor que vivió en Hostalets
de Pierola (Anoia, Catalunya) hace doce millones de años. El
hallazgo se ha publicado en el último número de la prestigiosa
revista Journal of
Vertebrate
Paleontology. La
nueva especie descrita, Chalicomys batalleri, ya tiene
el fémur como el del
castor actual, que le permite impulsarse usando las patas
posteriores y así se puede mover con rapidez en el agua.
Los
castores son los roedores más bien adaptados a vivir en el agua,
hasta el extremo que, mediante la construcción de presas con
troncos, llegan a inundar extensas áreas de bosque para no tener que
alejarse para alimentarse. No obstante, los primeros castores, que
vivieron hace unos 30 millones de años, eran animales terrestres que
excavaban madrigueras, y no fue hasta hace unos 25 millones de años
que aparecieron algunas formas adaptadas a vivir en el agua pero que
nadaban de una manera mucho menos eficiente que las actuales, usando
las cuatro patas a la vez.
 |
El
equipo del
ICP
está formado por los paleontólogos
Isaac
Casanovas-Vilar, David M.
Alba,
Sergio
Almécija,
Jordi Galindo y Salvador
Moyà-Solà,
director del Institut.
El hallazgo de los
restos de la nueva especie ha tenido lugar en el yacimiento del
Vertedero de Can Mata, en
el término municipal de los
Hostalets de Pierola, dónde apareció el célebre
Pierolapithecus catalaunicus, también de hace 12 millones de
años, de quien, por tanto, el castor era coetáneo. |
La especie se ha
denominado Chalicomys
batalleri en
memoria del padre Ramon Bataller, uno de los pioneros de la
paleontología en Catalunya que, además, fue uno de
los primeros especialistas que estudió los fósiles encontrados en
los
Hostalets
de Pierola ya en la década de 1930.
Fuente:
Joan Esculies. Responsable de Comunicació. Institut Català de
Paleontologia (ICP)
|
Presentaron a Epidexipteryx hui,
|
|
un pequeño dinosaurio teropodo en China.
|
Publicado
en
Paleo.
Año 6. Numero 33. Diciembre de 2008.
Un grupo de
investigadores chinos ha descubierto un fósil de una nueva especie,
el Epidexipteryx hui, un dinosaurio-ave que no podía
volar y que complica los estudios sobre la evolución de estos
animales prehistóricos. Según un estudio de la Academia de Ciencias
China en Pekín que se publica en la revista británica
Nature,
el fósil del dinosaurio con alas añade complejidad a la evolución de
los dinosaurios a las aves y apoya la hipótesis de que la transición
de produjo a partir de los teróptodos (especie parecida a la recién
hallada).
 |
El extraño
dinosaurio vivió en China entre los periodos Jurásicos Medio y
Superior (hace más de 150 millones de años), poco antes de la
especie Archaeopterys, considerado el ave más antigua
del mundo. Esto quiere decir que el Epidexipteryx hui
se convierte en el primer pájaro. La criatura, hallada en Daohugou
(Mongolia) tiene el tamaño de una paloma y pesaba alrededor de 160
gramos; los investigadores han asegurado que tiene varias
características del grupo de los teróptodos (bípedos carnívoros).
Este minidinosaurio con dos plumas ha cambiado el estudio evolutivo
de los pájaros. |
Un dinosaurio con
alas que no podía volar. Los científicos, liderados por Fucheng
Zhang, han indicado que aunque la especie hallada compartía muchas
características de las aves y tenía dos pares de plumas muy largas
lo más probable es que no pudiera volar. Según los investigadores el
motivo era la falta de plumaje en el contorno de las extremidades.
El hecho de que este ejemplar no pudiera volar complica el panorama
científico sobre el proceso evolutivo de dinosaurio a ave . Y en el
caso de que esta ¡ave primitiva' si pudiera volar despertaría otra
interrogante: ¿cómo fue posible que los dinosaurios desarrollasen
plumas?
El equipo ha descrito cómo el ejemplar no muestra signos de plumas
de vuelo como se observa en otros dinosaurios similares a las aves
como el Microraptor.
Fuentes: Nature.
EFE y Grupo Paleo.
Mamut lanudo congelado. La recreación de animales
híbridos es ahora teóricamente posible.
Publicado
en
Paleo.
Año 6. Numero 33. Diciembre de 2008.
El
descubrimiento, que ha asombrado al mundo científico, supera un
estudio anterior también relacionado con el mamut lanudo y que fuera
publicado recientemente en la revista Nature.
Un genetista de la
Universidad de McMaster, en colaboración con investigadores de
genoma de la Universidad del Estado de Pennsylvania y del Museo
Americano de Historia Natural, ha hecho historia al mapear una
porción del genoma del mamut lanudo. Hendrik Poinar, un genetista
molecular revolucionario del departamento de antropología y
patología de la Universidad de McMaster, dice que su estudio está
relacionado con el vital ADN nuclear del mamut, en lugar de las
menos importantes mitocondrias en las cuales se basa el estudio de
Nature.
“Las mitocondrias son algo de los ’80. Solamente permite observar el
lado maternal de la evolución”, dice Poinar. “El ADN nuclear que
hemos mapeado nos ofrece nuestro primer vistazo de los dos lados de
la evolución. Podemos secuenciar neandertales, animales, plantas.
Básicamente, si podemos encontrar un espécimen bien conservado,
podemos secuenciar su genoma”. El descubrimiento ocurrió
cuando Poinar extrajo ADN de un espécimen bien preservado que se
encontró en el permafrost siberiano, y lo envió a sus colegas de
investigación en Pennsylvania, quienes recién habían tomado posesión
de la última tecnología en secuenciación de genomas.
 |
En cuestión de
horas, sus colegas informaron que la máquina había secuenciado 30
millones de pares básicos, aproximadamente un uno por ciento del
genoma total del mamut. A esta velocidad, tomará un año mapear el
genoma completo, dice Poinar. En la actualidad se está buscando
financiamiento para completar este proyecto. “Estábamos
asombrados”, dice Poinar. “Comprendimos inmediatamente la magnitud
del descubrimiento. Una vez que se ha secuenciado con éxito un
genoma, se puede comenzar a hacer un millón de preguntas
interesantes. |
Conseguir el genoma
de una especie extinta es un logro poco común. Con este nivel de
datos genéticos podemos comenzar a buscar en los genes para
determinar qué es lo que hace que un mamut sea un mamut. Podremos
conocer finalmente las sutiles diferencias entre un mamut y su
pariente vivo más cercano, el elefante indio; pero lo que es más
importante, nuestro descubrimiento significa que la recreación de
animales híbridos es teóricamente posible”. El mamut lanudo,
que se ha convertido en el símbolo de la Edad de Hielo, desapareció
hace unos 10 000 años.
 |
“Naturalmente, hay
cuestiones éticas que surgen con un descubrimiento de esta magnitud,
y McMaster ya está planificando la primera conferencia dedicada a la
ética de hacer volver a la vida organismos extintos”, dijo Mamdouh
Shoukri, vice-presidente de investigación y asuntos internacionales.
“Como
científicos, tenemos la obligación de explorar y mantener el
uso responsable de la investigación”. |
El estudio,
publicado en la revista Science, fue financiado por la Universidad
de McMaster, el Consejo de Investigación de Ciencias Naturales e
Ingeniería de Canadá, y la Universidad del Estado de Pennsylvania.
La Universidad de McMaster, un centro de investigación intensiva de
fama mundial, impulsa una cultura de innovación y de dedicación al
descubrimiento y al aprendizaje en la investigación, la enseñanza y
en su sistema de becas.
Con base en Hamilton, la Universidad, una de las apenas cuatro
universidades canadienses listadas entre las cien mejores
universidades del mundo, tiene una población estudiantil de más de
23 000 alumnos, y una población de egresados de más de 115 000 en
128 países.
|
Gerobatrachus hottoni,
|
|
el
eslabón
perdido en el origen de las ranas y salamandras. |
Publicado
en
Paleo.
Año 6. Numero 33. Diciembre de 2008.
Un equipo de
investigación dirigido por científicos de la Universidad de Calgary,
en Canadá ha demostrado que es correcta la teoría (antes discutida),
de que algunos anfibios modernos, en concreto ranas y salamandras,
evolucionaron de un grupo primitivo llamado Temnospondilos.
  |
La descripción de
un antiguo anfibio que millones de años atrás nadaba en charcas
tranquilas y se alimentaba capturando insectos en las tierras
circundantes, en Texas, parece poner fin a una de las controversias
modernas más grandes en la evolución de los vertebrados.
El examen y la
descripción del fósil, perteneciente a una especie a la que se ha
denominado Gerobatrachus hottoni, aporta un
conocimiento mucho más completo del origen y la evolución de los
anfibios modernos, pues su cráneo, columna vertebral y dientes
tienen una mezcla de características propias de las ranas y de las
salamandras.
|
El fósil también
resuelve una controversia acerca de las estimaciones hechas a partir
del reloj molecular, o el momento en la historia de la evolución en
que salamandras y ranas iniciaron sus caminos independientes como
dos grupos diferentes, bifurcados de un ancestro común a ambos.
Con estos nuevos
datos, las mejores estimaciones indican que las ranas y las
salamandras se separaron de su tronco común entre 240 y 275 millones
de años atrás, una época mucho más reciente que la sugerida
anteriormente por los datos moleculares.
El
Gerobatrachus hottoni (la rana vieja de Hotton), en
honor a su descubridor Nicholas Hotton, fue originalmente
descubierto en Texas en 1995, por una expedición de campo del
Instituto Smithsoniano que incluyó al ya fallecido Hotton. El fósil
fue "redescubierto" por el equipo de Jason S. Anderson y se
necesitaron incontables horas de trabajo sobre este pequeño y
extremadamente delicado fósil, para poder retirar las capas de
piedra que lo cubrían, y descubrir los huesos que revelaron la
singular anatomía de este espectacular esqueleto.
Fuente: Periódico
Victoria, Cuba y Grupo Paleo.
Descubren en Fonelas al Canis accitanus, un nuevo
canido europeo.
Publicado
en
Paleo.
Año 6. Numero 33. Diciembre de 2008.
Investigadores
del Instituto Geológico y Minero de España (IGME) han descubierto
restos fósiles de una nueva especie de chacal ibérico, de dos
millones de años, en uno de los asentamientos de Fonelas, situado en
la comarca de Guadix, al que han bautizado como "Canis
accitanus".
Este nuevo taxón
ofrece información valiosa sobre la evolución de los cánidos en
Europa, ya que se trata de la especie del género Canis
más pequeña de las descritas hasta el momento en el Plioceno y
Pleistoceno europeo, ha informado Andalucía Investiga.
 |
Los
descubridores, Guiomar Garrido y Alfonso Arribas, han explicado que,
desde una perspectiva morfológica, el "Canis accitanus"
está más cerca del coyote que del lobo y guarda escasa relación con
otros modelos estudiados como "Canis etruscus", "Canis
arnensis" o "Canis lupus". Este nuevo chacal
ibérico presenta un hocico estrecho y largo, un desarrollo reducido
de la cresta sagital, unos huesos frontales que apenas se elevan
sobre el rostro y rasgos evolutivos novedosos en la dentición
superior, principalmente en el primer molar superior. |
Éstos reflejan
una adaptación trófica a una dieta más abrasiva que los de otras
especies de su género, y un patrón de cúspides más afiladas que
guarda una cierta similitud con el zorro, ha apuntado Garrido.
La investigadora
ha señalado que se trata de una especie con caracteres anatómicos
nunca descritos en cánidos fósiles, por lo que su objetivo es
encontrar nuevos restos que permitan a los expertos del IGME conocer
al detalle nuevos datos, como el peso o la longitud de este chacal .
El yacimiento de Fonelas es especialmente rico en restos fósiles de
grandes mamíferos del Plioceno superior, que representan a especies
en muchos casos nuevas para la ciencia y en otros poco conocidas
Fuentes: Andalucía
Investiga y Grupo Paleo
Presentan a Odontochelys, una nueva tortuga primitiva
de China.
Publicado
en
Paleo.
Año 6. Numero 33. Diciembre de 2008.
Un equipo chino de
investigadores ha desenterrado unos fósiles de la tortuga más
primitiva de la que se tiene conocimiento hasta la fecha, una
criatura con dientes, una concha ventral totalmente formada y una
concha dorsal que parecía estar aún evolucionando.
En un artículo
publicado en la revista Nature, los científicos explicaron que la
Odontochelys vivió hace 220 millones de años, y que su
descubrimiento arroja luz sobre uno de los mayores misterios en la
evolución de los reptiles: cómo se desarrollaron la concha y el
cuerpo de las tortugas.
Su descubrimiento
desplaza a la Proganochely, otra clase de tortuga que
hasta ahora era considerada la más antigua. Con los caparazones
dorsal y ventral totalmente formados, la Proganochely
se encontró en Alemania y es 10 millones de años más joven que la
Odontochely.
"Lo
que encontramos (la Odontochely) es un eslabón perdido
intermedio", dio en una entrevista telefónica desde Pekín el
director de la investigación, Li Chun, de la Academia China de
Ciencias.
Fuente: TeleSUR
- Reuters / PLL y Grupo Paleo.
Hallan el fósil más antiguo de un reptil en Myanmar.
Publicado
en
Paleo.
Año 6. Numero 33. Diciembre de 2008.
Científicos de la
Universidad Estatal de Oregón y del Museo de Historia Natural en
Londres han anunciado el descubrimiento del fósil más antiguo
conocido de un geco, con partes del cuerpo que están conservadas de
un modo que les da el mismo aspecto que debieron tener en vida,
después de 100 millones de años de encapsulamiento en ámbar.
Debido al notable
poder de conservación del embalsamamiento en ámbar, el pequeño pie
de este antiguo lagarto todavía muestra los diminutos y pegajosos
pelos del vello de sus dedos, los cuales siguen dando hoy en día a
los gecos modernos su rara habilidad de adherirse a las superficies
o correr por un techo. Numerosos programas de investigación en
diversos lugares del mundo han intentado imitar, con éxito limitado,
esta rara capacidad adhesiva.
De este geco antiguo sólo se conservan en el ámbar un pie con sus
dedos y parte de la cola. El resto pudo haber formado parte del
almuerzo de un pequeño dinosaurio u otro depredador después de una
lucha en los bosques tropicales de Myanmar (Birmania) hace alrededor
de 100 millones de años, en el Período Cretáceo.
Este fósil es por
lo menos 40 millones de años más antiguo que el fósil de geco más
antiguo conocido, y aclara con datos adicionales la evolución e
historia de estos antiguos lagartos que corrieron de manera
escurridiza y rauda entre los pies de los dinosaurios gigantes, y
que eran entonces y todavía son hoy comunes en las regiones
tropicales o subtropicales del mundo.
Basándose en el número de pelillos pegajosos encontrados en las
almohadillas de los dedos de su pie, este geco probablemente era un
individuo muy pequeño y joven, que se habría convertido en un adulto
mucho más grande, posiblemente de al menos 30 centímetros de largo.
Las gecos modernos no alcanzan más de 40 centímetros de largo,
aunque es posible que hubiera especies más grandes hace millones de
años. El geco joven encontrado en forma de fósil no llegaba a los 3
centímetros de largo cuando murió, posiblemente por ser comido o al
menos atacado, dado que sólo se encontraron restos parciales.
Fuente: Scitech
News
Hallan más huellas de dinosaurio en Sucre, Bolivia.
Publicado
en
Paleo.
Año 6. Numero 33. Diciembre de 2008.
Un equipo de
paleontólogos argentinos hallaron en la zona de Icla más de 300
huellas que datan de hace 144 millones de años. Un
descubrimiento paleontológico en Chuquisaca revela que en Icla se
encuentran las huellas más antiguas de Bolivia (del
cretacico-jurasico) y los rastros de un dinosaurio acorazado más
añejo de Sudamérica.
A solicitud de la
Prefectura de Chuquisaca, hace dos semanas un equipo de expertos
argentinos realizó un estudio preliminar en Icla, población que
pertenece al municipio de Zudáñez, ubicado a 137 kilómetros de
Sucre. El doctor Sebastián Apesteguía, paleontólogo de la Fundación
de Historia Natural Félix de Azara de la Universidad Maimomides de
Buenos Aires, confirmó que las huellas pertenecen a un tiempo límite
entre el período jurásico y cretácico; es decir se remontan a 144
millones de años y por ello son los rastros paleontológicos más
antiguos del país.
 |
Las huellas
descubiertas hasta ahora en Bolivia —principalmente en Cal Orko
(Sucre) y Toro Toro (Potosí)— son de hace 65 millones de años. “Con
este descubrimiento, prácticamente hemos duplicado en antigüedad de
las de Cal Orko”, expresó Apesteguía.
Según los
primeros estudios científicos, hasta el momento se
encontraron aproximadamente 300 huellas pertenecientes a
tres especies de dinosaurios poco comunes en el continente. |
“Tenemos un
dinosaurio de tipo herbívoro, que camina junto a sus crías, un
dinosaurio carnívoro y otro acorazado que podría ser un
anquilosaurio o un ceratopsio, y se convertiría en el registro más
antiguo para el hemisferio sur de ese tipo de dinosaurios”, explicó
el experto. Los dinosaurios que vivieron 144 millones de años en
Icla eran distintos a los que 79 millones de años después de ellos
dejaron sus huellas en Sucre y Potosí.
“Estamos empezando
a registrar una nueva fauna de dinosaurios desconocida que hasta
ahora no se había registrado en Bolivia”, afirmó el científico y
señaló que en Brasil hay rastros de dinosaurios que tienen la misma
antigüedad que los encontrados en Chuquisaca. “Eso es lo interesante
y nos va a permitir revisar lo encontrado en Brasil”.
 |
Otro dato
importante para los estudiosos es que se hallaron huellas que dan
indicios de que los dinosaurios adultos caminaban junto a sus crías.
“Aquí
tenemos a un adulto grande viajando con las crías, eso
significa que hay un comportamiento de manada y de
protección y eso es importante a la hora de estudiar el
comportamiento de los dinosaurios”, comentó Apesteguía
mostrando fotografías. |
Hace 144 millones
de años, el lugar del hallazgo, que hoy conocemos como el valle Icla
, era un desierto gigante que se extendía desde África hasta
Sudamérica. El equipo de expertos viajó en vehículo tres horas y
media y caminó por más de cuatro horas hasta llegar a la zona donde
se han perpetrado las huellas en roca dura, base que ha permitido su
preservación.
Fuentes: Prisa
Internacional, Paleontólogo Dr Sebastián Apesteguia de la Fundación
Félix Azara y Grupo Paleo.
Hallan fósil de un León de las Cavernas.
En Chiapas, en
octubre pasado, investigadores del Instituto de Historia Natural,
del área de Paleontología, descubrieron restos fósiles de un felino.
Ahora, a 5 meses de su estudio, se confirma que se trata del llamado
"león de las cavernas", que data de 10 a 15 mil años y que comprueba
la teoría de que el continente americano siempre estuvo
interconectado.
"Realmente fue un hallazgo novedoso, teníamos conocimiento de
encontrar otro tipo de felinos, como los dientes de sable, por el
tipo de fauna que habíamos encontrado anteriormente, pero nunca
pensamos encontrar este organismo de mayor talla que dientes de
sable", explicó Gerardo Carbot, paleontólogo del Instituto de
Historia Natural. Este felino data de la era del hielo y es
sorprendente que hubiesen vividos en lugares boscosos porque su
hábitat son los lugares áridos como las sabanas.
|
 |
“Los
felinos vienen de Europa cuando fue la edad de hielo se
congeló todo el hemisferio norte, Norteamérica, el norte de
Europa, pero los hielos llegaron a la mitad de la Republica
Mexicana, los leones son de sabanas, de lugares donde no hay
bosques vegetación que crece en lugares secos, áridos",
describió Gerardo Carbot, Investigador de Paleontología. Los
paleontólogos investigan cómo el león de las cavernas, cuyos
fósiles han sido encontrados en el norte de México, llegaron
hasta el sureste de México. |
Para la población,
este hallazgo ha causado expectación. "Si algo extraordinario
estamos viendo completo el cráneo porque los colmillos estamos
hablando animales actuales, y eso es maravilloso, extraordinario
porque no lo habíamos conocido”, explicó Mario Mendoza, un
visitante. "Muy interesante ahí se ve como se ve el león antes y
como es ahora, antes el león era cráneo más agrande, colmillos
anchos y grandes, los americanos son mas pequeños los cráneos y los
colmillos también son más pequeños, señaló con asombro un niño
visitante.
"Interesante al menos yo no lo había visto ya conocí un poco más de
eso” indicó Ivón, una visitante. El "león de las cavernas" habría
sido un 20% más grande que el felino actual y entró al continente
americano por el estrecho de Bering.
|
Presentan en España a Turiasaurus riodevensis,
|
|
un sauropodo de 38 metros. |
Articulo publicado
en forma completa en
Paleo. Año 5. Numero 23. Enero de 2007.
Científicos en
España descubrieron los restos fosilizados de uno de los animales
más grandes que caminaron sobre la Tierra, un inmenso dinosaurio
herbívoro de 38 metros de largo y con un peso mucho mayor que el de
siete elefantes.
El
Turiasaurus riodevensis, bautizado así en honor a la aldea
española donde fue descubierto, vivió hace unos 145 millones de años
y era un saurópodo, una especie de dinosaurio que tenía el cuello y
la cola largos, un cuerpo grande y que caminaba sobre cuatro gruesas
patas. Este es el mayor dinosaurio que se ha encontrado en Europa.
Previamente se habían hallado dinosaurios de este tamaño sobre todo
en América y África.
|
 |
Entre otros saurópodos conocidos están el Apatosaurus
(antes conocido como Brontosaurus), el
Brachiosaurus y el Diplodocus.
Este es emblemático de una rama no reconocida de la
evolución de los Saurópodos europeos, dijeron los
científicos. Los Saurópodos son los animales más grandes de
la historia de la Tierra.
"Este descubrimiento es el sueño de un paleontólogo", dijo a
través de un correo electrónico Luis Alcalá, de la Fundación
Conjunto Paleontológico de Teruel-Dinopolis. "Realmente, ¿no
estoy soñando?´. |
Alcalá y sus
colegas Rafael Royo-Torres y Alberto Cobos describieron el
Turiasaurus en la revista Science.
El
dinosaurio procede de una época en la frontera entre los dos últimos
periodos de la Era de los Dinosaurios, el Jurásico y el Cretáceo. Se
conoce relativamente poco de los dinosaurios europeos de entonces.
Los
científicos creen que el Turiasaurus pasaba sus días
comiendo plantas en una zona cercana a las orillas del antiguo mar
de Tethys, precursor del Mediterráneo. Los primeros huesos fueron
hallados por Cobos y Royo-Torres en mayo de 2003 en un campo de
cultivo abandonado cerca de la población de Riodeva, en el noreste
de España, según Alcalá.
Alcalá
dijo que el Turiasaurus pesaba entre 40 y 48 toneladas y
tenía una longitud de entre 36 y 38 metros. El Tiranosaurus
Rex
medía 13,7 metros y pesaba seis toneladas.
Su hueso húmero,
el que se extiende entre el hombro y el codo de sus patas
delanteras, era tan grande como un hombre adulto.
Un peso
pesado. El Turiasaurus
rivaliza con el tamaño de los mayores dinosaurios conocidos,
todos saurópodos, y sus restos eran más completos que muchos de
aquellos. Entre ellos se incluyen el gigante africano
Paralititan, el
Seismosaurus en Norteamérica y el Argentinosaurus
y el
Puertasaurus en América del Sur.
Otros fósiles
hallados en el lugar indicaron que junto al Turiasaurus
vivían otros dinosaurios, como carnívoros bípedos, otros saurópodos
y herbívoros similares al Stegosaurus, así como
tortugas y reptiles parecidos a los cocodrilos.
Los
investigadores apuntaron que el Turiasaurus era más
primitivo desde una perspectiva evolutiva que cualquier otro gigante
saurópodo conocido.
El equipo
encontró 70 fragmentos de restos fósiles que representaban alrededor
de una cuarta parte de su esqueleto, incluidas partes del cráneo,
pierna, espalda, tobillos, costillas, omoplatos y dientes. El
hallazgo de la mayoría de las partes clave -la única pieza vital que
no estaba era la pelvis- permitió determinar sus dimensiones y su
aspecto.
Fuentes:
Revista Science, Reuters y PaleoArgentina.
|