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Arctotherium angustidens, el oso más grande de todos
los tiempos.
Publicado
en
Paleo.
Revista Argentina de Paleontología. Año
9.
Numero 53. Marzo de 2011.
Un ejemplar del oso
más grande que ha habitado la Tierra, de la especie 'Arctotherium
angustidens', que de pie medía tres metros y en la balanza
pesaba más de 1,5 toneladas, ha sido recuperado en el Museo de
Ciencias Naturales de la ciudad bonaerense de La Plata, el primero y
más rico de Sudamérica.
En la década de los
años 30 del siglo pasado fue construido en La Plata el hospital San
Juan de Dios de La Plata, ubicado en las calles 25 y 70, y durante
el movimiento de tierras aparecieron los restos del mamífero
gigante. Estaban a 9,6 metros de profundidad y fueron a parar al
almacén del Museo, abarrotado de piezas. Desde aquella época, ambos
húmeros descansaron en los anaqueles del Museo de La Plata. “No es
que haya sido datado ahora, sabíamos de la existencia de este
material, pero es muy difícil encontrar el tiempo necesario para
estudiar la totalidad de las colecciones”, explicó Soibelzon.
Los huesos
estuvieron abandonados allí 80 años, hasta el sigo XXI. El doctor en
Paleontología Leopoldo Soibelzon se dedicó a la tarea de identificar
y ensamblar todos los huesos del ejemplar, cuya especie se calcula
vivió en el Pleistoceno, durante la era de las glaciaciones, hace
2,59 millones de años.
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Soibelzón
publicó su descubrimiento en la revista norteamericana 'Journal
of Paleontology' y lo mostró por primera vez a la Agencia
Ciencia Tecnología y Sociedad (Agencia CTyS) de la
Universidad Pública de La Matanza. Para ayudar a entender la
dimensión del hallazgo, comparó el húmero de varios animales
con el del plantígrado prehistórico. "Aquí vemos al oso
polar, que mide 1,40 metros y es el más grande que existe en
la actualidad. Pero, al comparar su húmero con el de este
ejemplar que presentamos, se nota que la diferencia es
enorme", mostró el investigador del CONICET. También los
comparó con los de un elefante y concluyó que "no es tanto
más chico". |
Los osos
prehistóricos eran muy corpulentos pero con la evolución fueron
reduciéndose. Soibelzon y su colega Blaine W. Schubert creen haber
descubierto porqué se produjo. "Cuando los osos aparecieron en
América del Sur, hace dos millones de años, tenían un tamaño
realmente enorme. Sin embargo, en ese momento, los osos de América
del Norte y Europa tenían una masa corporal que iba de lo mediano a
grande, pero dentro de parámetros normales".
"Y observamos que,
a lo largo del Pleistoceno, los osos de América del Sur comenzaron a
decrecer en su tamaño, hasta llegar a la actualidad al del oso de
anteojos, que no llega a pesar más de 140 kilos, mientras que los
pertenecientes a América del Norte y Europa mantienen su masa hasta
que se inicia la denominada era de hielo, hace aproximadamente unos
30.000 años", continuó.
La aparición de
nuevos carnívoros, provenientes de Norteamérica, en continuidad con
el Gran Intercambio Biótico Americano, que se iniciara tras el
surgimiento del Istmo de Panamá, ocurrido hace unos tres a cinco
millones de años, hizo que los osos fueron disminuyendo de tamaño y
adaptándose a una dieta más herbívora, según los científicos.
A tal punto habría
sido así que hasta nuestros días sólo han llegado especies pequeñas
o medianas, como el oso marrón en Europa o el oso polar en
Norteamérica, incluido el minimalista 'Arctotherium wingei',
que apareciera hace 120.000 años.. La masa corporal de estos
animales puede oscilar entre los 45 y 750 kilos, nada que ver con el
poderoso bisabuelo que batallaba, entre otros, con el temible tigre
dientes de sable.
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Por nuestro
conocimiento, este espécimen representa el oso más grande
jamás recuperado”, aseveran Leopoldo H. Soibelzon y Blaine
W. Schubert (de la Universidad de Tennessee) en el paper
titulado The largest known bear, Arctotherium
angustidens, from the early Pleistocene pampeam
region of Argentina: with a discussion of size and diet
trends in bears. Los autores determinaron la masa de este
macho a partir de diversas ecuaciones alométricas. Cual
Sherlock Holmes y su compañero Watson, Soibelzon y Schubert
pudieron determinar, a partir del estudio de los húmeros,
que este individuo bestial sufrió una herida severa durante
su vida, en el costado izquierdo de su cuerpo, la cual le
produjo una gran infección. Como si fuera poco, dan una
hipótesis sobre el origen de esta lastimadura... |
“Pudimos determinar
estas tendencias, muy interesantes, a partir del estudio de la masa
de las distintas especies y de análisis paleobiológicos, como por
ejemplo de la dieta que tenían”, comentó el paleontólogo.
Sobre una de las
diapositivas presentadas por los investigadores a la revista Journal
of Paleontology y en un reciente congreso internacional, Soibelzon
explicó a la Agencia CTyS esta progresión en el tiempo: “Cuando los
osos aparecieron en América del Sur, hace dos millones de años,
tenían un tamaño realmente enorme. En tanto, en ese momento, los
osos de América del Norte y Europa tenían una masa corporal que iba
de lo mediano a grande, pero dentro de parámetros normales.” Fuente:
CTyS.
Hallan fósiles de Tiburones del Cretácico en Lamarque.
Publicado
en
Paleo.
Revista Argentina de Paleontología. Año
9.
Numero 53. Marzo de 2011.
Un equipo de
investigación paleontológica halló restos de tiburones con 65
millones de años de antigüedad, cerca de la localidad rionegrina de
Lamarque, a unos 200 kilómetros de distancia de las actuales costas
del Atlántico. La información proporcionada por el Museo Municipal
Paleontológico de Lamarque indica que las piezas, correspondientes a
la dentadura de cetáceos de unos 5 metros de longitud, se
encontraron en la zona del Bajo de Trapalcó.
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Los
investigadores Sergio Bogan, de la fundación de historia
natural Félix de Azara; Federico Agnolín, de la Universidad
Maimónides; y Daniel Cabaza, del museo de la localidad,
completaron en las últimas semanas un trabajo de
relevamiento de que demandó más de 8 meses.
El estudio,
próximo a publicarse en una revista especializada, confirma
el hallazgo de restos fósiles de tiburones que habitaron la
zona hace 65 millones de años, durante el período cretácico,
cuando la región central de Río Negro era lecho marino.
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Los estudiosos
determinaron que en estos mares se encontraban diversas especies de
tiburón, tales como los Serratolamna serrata,
Cretalamna appendiculata, Squalicorax pristodontus,
junto con otras no determinadas de los géneros Carcharias
y Odontaspis. Estos animales convivían con otros hoy
extintos, como el pez dientes de sable y los gigantescos reptiles
marinos plesiosaurios y mosasaurios, cuyos restos fósiles también se
encontraron en Trapalcó.
Eodromaeus murphi, el antepasado de los dinosaurios
terópodos fue hallado en el Triasico de Argentina.
Publicado
en
Paleo.
Revista Argentina de Paleontología. Año
9.
Numero 53. Marzo de 2011.
Pequeño, de unos 5 kilos de peso y poco más de 1,2 metros de alto,
rápido y carnívoro, el Eodromaeus murphi o "corredor
del alba" vivió hace 230 millones de años en Argentina. Los
científicos que acaban de descubrir este dinosaurio creen que podría
ser el antecesor del voraz Tiranosaurio Rex.
Un grupo de
paleontólogos halló los primeros restos de esta criatura en 1996, en
el Valle de la Luna, en el nororeste de Argentina, como explican en
un artículo publicado en la revista
Science. Por fin, 14
años después, han conseguido recomponerlos.
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El animal
pertenece al Triásico tardío y, según explican los
investigadores, es uno de los dinosaurios más antiguos
hallado hasta ahora, cuya evolución en la familia de los
terópodos, es probable que culminase en temibles
depredadores como el Tiranosaurio Rex y el
Velocirraptor. Su nombre: "corredor el alba", señaló
el experto en Ciencia de la BBC, Neil Bowdler, hace
referencia a que la aparición de este espécimen se sitúa en
"el alba de la aparición de los dinosaurios". |
"Está muy cerca
del origen de los dinosaurios" explicó el responsable del equipo de
científicos que llevó a cabo el descubrimiento, Paul Sereno, de la
Universidad de Chicago. "Era un animal de dos patas y pequeño. Era
ágil, lo sabemos por el pequeño tamaño de sus extremidades, y tenía
manos con capacidad de agarrar cosas con garras muy poderosas", dijo
Sereno.
"Fue un depredador,
lo sabemos por sus manos, pero especialmente por sus dientes curvos
y largos. Era un carnívoro especializado y en muchos aspectos es un
animal muy cercano al primer carnívoro, el primero en la línea de
los terópodos que eventualmente evolucionaría y adquiriría tamaños
tan enormes como el del Tiranosaurio Rex", indicó el experto.
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Los huesos
fosilizados del Eodromaeus murphi
aparecieron en unas rocas próximas a los Andes. La
mayoría estaban recubiertos de incrustaciones de hierro y ha
sido necesario un minucioso trabajo para recomponerlos en
moldes y reconstruir el esqueleto completo. Como explicó
Bowdler, en la época en la que vivió esta criatura, los
dinosaurios no eran ni por asomo los seres dominantes. "En
ese entonces, criaturas que se asemejaban a cocodrilos
podían tragárselos de un bocado", señaló. |
Sin embargo,
añadió, "una casualidad, tal vez una catástrofe ambiental, dicen los
investigadores, allanó el camino para que animales como éste y sus
descendientes tomaran el control".
El Museo Tuyu Mapu recupero los restos de un
Lomaphorus, un gliptodonte del Pleistoceno.
Publicado
en
Paleo.
Revista Argentina de Paleontología. Año
9.
Numero 53. Marzo de 2011.
Una nueva especie
para el Museo Tuyú Mapu - El Museo Tuyú Mapu informa que se ha
producido el hallazgo de un animal de la Megafauna. Fue cuando el
Dr. José María Lorenzo, Mauricio Romiti, Emilio Charnelli y German
Franco, realizando una prospección (exploración y relevamiento) en
un campo ubicado al Este del Partido de Gral. Madariaga hallaron
tres o cuatro fragmentos óseos semienterrados. Al profundizar la
excavación con pequeñas espátulas, que se usan para no dañar los
fósiles, comenzó a mostrarse el perfil de un caparazón.
Se tomaron fotos y
se consultó con el Dr. Eduardo Tonni del Museo de Ciencia Naturales
de La Plata y con Alejandro Dondas del Museo de Ciencias Naturales
de Mar del Plata, quienes se interesaron por el hallazgo. En los
días siguientes se continuaron los trabajos, recuperando importantes
partes del ejemplar. El 10 de octubre se encuentra la Cola completa
(Tubo Caudal). Se tomaron fotografías que fueron enviadas a los
Museos de La Plata y Mar del Plata.
Las respuestas no tardaron en llegar. El Dr. Tonni, Jefe de la
División de Paleontología y Vertebrados del Museo de La Plata, nos
dijo que: “se trataba de un animal de la familia de los
Gliptodontidae y que el Tubo Caudal (la cola) parecía ser de un
Lomaphorus, independientemente de que este género sea válido
o no, lo cual está actualmente en estudio”. Esto significaba que se
necesitaban más datos (huesos) para confirmar la especie.
Era herbívoro y
tenía un caparazón de 1 cm. de grosor. Esta Coraza o Caparazón está
constituida por pequeñas placas de 2 a 3 cm, ornamentadas con
figuras circulares que ocupan casi toda la placa. La cola o Tubo
Caudal, que hemos hallado completa, mide 29 cm de longitud y se
articula con la zona lumbosacra a través de una vértebra especial y
al menos dos anillos de mayor diámetro que el tubo caudal, que es
rígido.
De esta especie, se cuenta con muy pocos restos, por ese motivo ha
sido poco investigado y estudiado. Hemos leído un trabajo realizado
por Soibelzon, Miño-Bollini, Zurita y Krmpotic, publicado en
septiembre de este año por la Revista Mexicana de Ciencias
Geológicas, en el que se cita el Lomaphorus. Dice el
estudio que “el registro del género se limita a las toscas del Río
de La Plata. Más adelante refiere el estudio que el (caparazón)
posee osteodermos (placas)) hexagonales y pentagonales, con una
figura central circular rodeada por una serie de figuritas
periféricas y de superficie estriada”
 |
Creemos nosotros
que debe haber otros trabajos científicos, peor aún no los hemos
encontrado. De ahí la importancia de este hallazgo, pues hasta
ahora, hemos rescatado cerca del 50% del animal, quedando todavía
unos cuantos días de excavaciones, donde seguro vamos a encontrar lo
que falta del esqueleto, no sabemos si en su totalidad, pero
tenemos los indicios de poder rescatar una gran parte. |
El fósil fue
hallado a unos 7 metros de profundidad. Aún no sabemos que
antigüedad tiene, pero desde La Plata, el Dr. Eduardo Tonni nos
dijo: “Lomaphorus es un gliptodonte de amplio rango
cronológico, ya que se lo registra desde el Ensenadense (Pleistoceno
inferior, alrededor de 1,8 millones de años) hasta el Lujanense
(Pleistoceno superior, alrededor de 12 mil años antes del
presente)”. Nosotros creemos que por la profundidad en la que lo
hallamos, se trata de un animal que vivió hace mucho miles de años.
Ya vamos a saber la fecha exacta.
Todos los días por
la tarde, en el Laboratorio del Museo Tuyu Mapu, se está realizando
la restauración del Lomaphorus, (Caparazón, parte del
cráneo, huesos de los miembros, huesos de las manos y de los pies,
vértebras, etc.) para que quede expuesto lo antes posible. La cola
(Tubo Caudal), por ejemplo que ya está restaurada, se puede ver en
una de las vitrinas del Museo. Las otras partes aún están en el
Laboratorio, pero igual se pueden ver, con los sedimentos y el
enyesado que se hace para traerlas desde el campo para que no se
rompan ni dañen.
Nos han informado que el Lomaphorus medía
aproximadamente 1.90 a 2 metros de largo y pesaba alrededor de 200
kg. Es decir que es mas pequeño que otras especies de Gliptodontes
que tenemos en el Museo. Pero en este caso el tamaño no tiene mucho
que ver. Lo importante de este animal es que han sido hallados muy
pocos ejemplares, informaron miembros del Museo Tuyu Mapu. Imágenes
ilustrativas de nuestro archivo.
Leonerasaurus taquetrensis, un nuevo dinosaurio
del Jurasico Argentino.
Publicado
en
Paleo.
Revista Argentina de Paleontología. Año
9.
Numero 54. Marzo de 2011.
Científicos del
Conicet descubrieron restos pertenecientes a una especie hasta
ahora desconocida de dinosaurio, un herbívoro de unos tres
metros de largo, mientras exploraban rocas del período jurásico,
en la provincia de Neuquén.
Los restos
habían sido hallados en excavaciones que tuvieron lugar entre
2005 y 2007 y, luego de varios años de investigación,
concluyeron que se trata de un nuevo dinosaurio, al que
bautizaron Leonerasaurus taquetrensis. Además, en
hallazgo completa uno de los huecos más importantes en la
historia evolutiva de los dinosaurios. Parte de los restos del
"nuevo" especimen fueron descubiertos en la sierra de Traquetrén,
en la zona central de esa provincia patagónica, según se informó
el organismo. Los trabajos se realizaron en el marco de un
proyecto de investigación en el yacimiento de Las Leoneras,
llevado a cabo con el auspicio de la Agencia Nacional de
Promoción Científica y Tecnológica
El animal, cuyo
descubrimiento fue publicado en la revista científica PLOS One,
es considerado como un "eslabón perdido", entre los antiguos
prosaurópodos y los gigantescos saurópodos, los gigantes más
grandes que se hayan desplazado por la Tierra.
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Los
prosaurópodos vivieron hace más de 180 millones de años,
en el jurásico inferior, podían medir entre dos y nueve
metros de largo, tenían cuello alargado, eran bípedos,
con cráneo bajo y dientes con márgenes aserrados. Los
saurópodos, en tanto, evolucionaron en el jurásico
medio, a partir de los 160 millones de años, eran
cuadrúpedos, tenían cuello mucho más largo y cráneo
corto, con dientes en forma de cuchara, sin márgenes
aserrados. |
Eran gigantes
que oscilaban entre los 15 y 35 metros de largo, con nombres
célebres como el Argentinosaurus, el
Patagosaurus y el Amargasaurus -hallados
en territorio argentino- o sus "parientes" norteamericanos: el
Brachiosaurus, el Camarasaurus y el
Diplodocus. Aunque muchas de sus características
indicarían que el Leonerasaurus es un pequeño
dinosaurio sauropodomorfo, "algunos detalles de su dentadura y
anatomía pélvica sugieren que se encuentra mucho más próximo al
origen de los saurópodos que los prosaurópodos conocidos
previamente", explicó Diego Pol, uno de los científicos que
participó del grupo encargado del hallazgo.
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El
animal, describió el experto, era pequeño, de tres
metros de largo, y poseía un cuello ligeramente
alargado, como las formas primitivas. "Sin embargo, el
Leonosaurus también tenía cuatro vértebras
sacras en la pelvis, además de dientes con
características intermedias: los de adelante, como los
de los saurópodos, en forma de cuchara y sin márgenes
aserrados, y los de atrás, parecidos a los de los
prosaurópodos, aserrados y planos", aseveró. |
Los restos del
Leonerasaurus fueron excavaron entre 2005 y 2007. Luego, en
2008, se prepararon los fósiles en el laboratorio del Museo
Paleontológico Egidio Feruglio y durante el 2009 y 2010 se realizó
el estudio de los fósiles que ahora acaba de publicarse. Los
trabajos estuvieron a cargo de Pol, quien es investigador del
Conicet en el Museo Paleontológico Egidio Feruglio; Alberto Garrido,
un geólogo de la Dirección de Minería de la Provincia de Neuquén; e
Ignacio Cerda, becario del Conicet en la Universidad Nacional del
Comahue.
Hallan más restos fósiles del Cenozoico tardío en las
barrancas del Río Bermejo.
Publicado
en
Paleo.
Revista Argentina de Paleontología. Año
9.
Numero 54. Marzo de 2011.
Los
paleontólogos Juan y José Friedrich realizaron un nuevo hallazgo
paleontológico en las barrancas del río Bermejo. El hecho se produjo
en la zona conocida como el Desaguadero de Ayala, a unos kilómetros
de Mansilla, donde por la bajante pronunciada de este curso de agua
quedaron a la vista restos fósiles que en primera instancia
corresponderían a un ejemplar de Neosclerocalyptus,
otro de Pampatherium y otro más de Propraopus.
Juan
Friedrich, en diálogo, explicó que “lo primero que vimos mientras
recorríamos el río fueron unos restos que se encontraban al
descubierto, a la vista, y como era una zona donde ya habíamos
encontrado algunos restos, pensamos que eran los mismos, pero al
acercarnos nos encontramos con un ejemplar muy completo de
Neosclerocalyptus”. Pero eso no fue todo, ya que mientras
trabajaban en el lugar, en lo concerniente al rescate de estos
restos, encontraron dientes y placas de otro animal, un
Pampatherium. “Fue a unos 4 metros, y para que la gente se
dé una idea, es un animal similar al tatú de nuestros días pero que
medía más de dos metros de largo”, detalló Juan Friedrich.
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Además,
a unos 5 metros más o menos, hallaron placas
correspondientes a un ejemplar de Propraopus,
“también pariente del tatú actual, pero que alcanzaba un
largo de un metro veinte, un metro y medio más o menos”,
explicó. En lo que tiene que ver con el hallazgo del
Neosclerocalyptus, comentó que “nos encontramos con
restos de la parte escapular que parecen rosetas y otras que
son similares a un panal”. |
José
Friedrich recorría el río junto a Luis Sosa, un colaborador de estos
paleontólogos cuando visibilizaron este lugar. Según las primeras
hipótesis que sostienen los estudiosos, “esta coincidencia de restos
fosilizados de diferentes especies en un mismo lugar se debe a que
fueron arrastrados por una gran lluvia y quedaron atrapados y
tapados con aluviones posteriores, permaneciendo así fosilizados
hasta nuestros días. Hoy, con la pronunciada bajante del río y la
distancia a la que se encuentra el agua de la barranca, nos permite
trabajar en el rescate de estos restos, que están a unos 5 metros
por debajo de la barranca aproximadamente”, comentó finalmente Juan
Friedrich.
Villa Escolar
está ubicada a unos 70 Km. sobre la ruta provincial 9, en el
Departamento Laishí, en el sur provincial. En los últimos años, el
lugar despierta el interés científico, cultural y educativo a partir
de los hallazgos paleontológicos que se registran desde el 2004 en
las riberas del caudaloso y bravo río Bermejo. Debido a los
numerosos descubrimientos de restos fósiles (tanto animales como
vegetales) que se producen continuamente, el Gobierno de la
Provincia de Formosa, como también el municipio local y la EPES Nº
20, aunaron esfuerzos para convertir a Villa Escolar en un polo de
atracción turística. La tarea de exploración de restos fósiles
comenzó casi de manera casual, según comentaron los técnicos en
Paleontología Juan y José Friedrich. Ellos son los responsables de
que la localidad se haya convertido en un centro de referencia
turística y cultural.
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Los
hermanos Friedrich dependen de la Dirección de Patrimonio
Socio Cultural de la Provincia y trabajan junto a Luis Sosa
en el rescate y preservación de los restos hallados. A la
fecha, el museo cuenta con una colección que ronda los 80
individuos clasificados, los que forman parte de la
Colección Paleontológica del Museo de Ciencias Naturales de
Villa Escolar. Entre las nuevas especies que se hallaron,
cabe mencionar el Procyon (pariente lejano
del moderno Osito Lavador o Aguará Popé), del cual se
encontró un solo diente de diminutas proporciones pero
evidenció la única presencia de los restos de este animal en
Argentina. También se rescató un cráneo completo de
Scelidotherium (pariente de los actuales osos
perezosos, pero de dimensiones gigantescas). Además,
aparecieron nuevos restos de Gliptodontes de los que los
Neosclerocalyptus fueron una especie endémica en
la región del Gran Chaco Prehistórico. |
Los
fósiles aparecen en las barrancas del Bermejo una vez que el caudal
de las aguas va disminuyendo. Pequeñas partes de los huesos
fosilizados se pueden observar incrustados en la arcilla,
descubiertos gracias a la erosión que efectúa el agua durante el
período de crecida de este curso de agua.
El trabajo
efectuado por el personal del museo consta de dos partes
fundamentales; la primera consiste en rescatar los fósiles
(previamente visualizados) y la segunda, en limpiarlos, preservarlos
y alojarlos en el local destinado para albergar la colección
facilitado por la Municipalidad de Villa Escolar. Posteriormente,
los paleontólogos del Centro de Ecología Aplicada de Litoral (CECOAL)
de Corrientes clasifican los mismos, incrementando de esa manera la
Colección de Fósiles de Formosa.
Los
protagonistas directos de este trabajo son los hermanos Friedrich:
Juan Alberto es
licenciado en Artes Visuales con orientación en Artes del Fuego;
profesor de Cerámica, Técnico en Rescate,
Recolección,
Investigación, Conservación, Documentación y Exhibición de Restos
Fósiles; responsable del Museo de Ciencias Naturales de Villa
Escolar, dependiente del Ministerio de Cultura y Educación de
Formosa y director del Proyecto Yacimiento Paleontológico Río
Bermejo. Su hermano José Adrián es profesor de Educación Física,
técnico en Rescate, Recolección, Investigación, Conservación,
Documentación y Exhibición de Restos Fósiles, y asesor Cultural de
la Municipalidad de Villa Escolar.
Petrobrasaurus
puestohernandezi, encontrado en una perforación petrolera en el
norte de la Patagonia.
Publicado
en
Paleo.
Revista Argentina de Paleontología. Año
9.
Numero 54. Marzo de 2011.
El grupo de
Investigación Aragosaurus de la Universidad de Zaragoza ha
recuperado un nuevo dinosaurio, el 'Petrobrasaurus',
encontrado en una perforación petrolera en el norte de la
Patagonia (Argentina). El investigador José Ignacio Canudo,
coordinador del grupo aragonés Aragosaurus-IUCA, ha codirigido
las excavaciones de los restos fósiles del saurópodo, que se han
realizado en colaboración con paleontólogos de la Universidad
argentina de Comahue.
La
descripción de este nuevo ejemplar acaba de ser publicada en
inglés por la revista científica 'Geologica Acta'. Los estudios
determinan que el dinosaurio podría alcanzar alrededor de unos
20 metros de longitud. Se trata de un saurópodo grande, con un
fémur de 1,60 metros. Petrobrasaurus presenta unos
dientes finos afilados y de pequeño tamaño para un animal de
este tamaño, comedor de plantas, explica la Universidad de
Zaragoza.
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Los
trabajos de excavación, realizados entre septiembre y
octubre del año 2006, permitieron recuperar dientes,
vértebras cervicales, dorsales, caudales, parte de la
cadera y de los miembros delanteros y trasero. Lo "más
espectacular" de los restos recuperados son los dos
fémures completos, que aparecieron casi juntos. Para
transportar los huesos fósiles fue necesaria una grúa,
ya que cada fémur pesaba casi 300 kilos. La Universidad
de Zaragoza por medio del grupo Aragosaurus y la
Universidad de Comahue desarrolla desde el año 2004 un
proyecto de investigación en dinosaurios en el norte de
la Patagonia. |
En el marco de
este proyecto cada año se ha desarrollado una campaña de prospección
y excavación de dinosaurios en diferentes partes de las provincias
de Neuquén y/o Río Negro. Estas campañas han permitido recuperar
numerosos restos de dinosaurios que actualmente están en proceso de
investigación. Precisamente el resultado de una de esas campañas fue
la excavación en Rincón de los Sauces conocida por sus ricos
yacimientos petrolíferos y donde apareció 'Petrobrasaurus'.
El nombre de 'Petrobrasaurus'
está dedicado a la empresa petrolera brasileña Petrobras, que llegó
a cambiar la ubicación del pozo que estaba realizando con maquinaria
pesada para no destruir los fósiles que aparecieron. En concreto,
todo comenzó en septiembre del 2004 durante las tareas previas para
realizar un sondeo petrolero en las cercanías de Puesto Hernández.
Era necesario realizar un gran desmonte de terrero, ya que el sondeo
coincidía con una colina que era necesario eliminar para situar la
bomba extractora de petróleo, señalan las mismas fuentes.
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Petrobras tenía un convenio con el Museo Municipal Argentino
Urquiza de Rincón de los Sauces, de manera que un equipo
liderado por Leonardo Filippi, en ese momento director del
museo, seguía los desmontes a pie de excavadora. Gracias a
este seguimiento se localizaron las primeras vértebras del
nuevo saurópodo 'Petrobrasaurus'. 'Petrobrasaurus'
pertenece a un grupo de saurópodos que se denominan
titanosaurios, que dominaron los ecosistemas de Sudamérica
durante el Cretácico Superior. De hecho, 'Petrobrasaurus
puestohernandezi' proviene de unas rocas del
Santoniense (unos 85 millones de años). |
Los restos del
dinosaurio encontrados también aportan información
paleobiogeográfica, ya que es un pariente lejano de otros
titanosaurios africanos, siendo una prueba más de que África y
Sudamérica estuvieron unidas hasta el comienzo del Cretácico
Superior. La separación de los dos continentes produjo la
diferenciación cada vez mayor de los saurópodos que vivían en ambos
continentes.
Esta
investigación ha sido subvencionada por el Ministerio de Ciencia y
Tecnología de España, la Universidad de Zaragoza, Petrobras, la
Universidad de Comahue, CONICET y el Museo de Rincón de los Sauces.
Descubren fósiles de Arctotherium latidens
del Pleistoceno de San
Pedro.
Articulo publicado
en
forma completa en
Paleo. Año
5.
Numero 23. Enero de 2007.
Restos de un ejemplar adulto de oso que vivió hace
más de 700.000 años fue descubierto por especialistas del Museo
Paleontológico de la localidad de San Pedro, en la provincia de
Buenos Aires, informó la entidad en un comunicado de prensa.
El inusual hallazgo del carnívoro más grande que
habitó el Cuaternario se produjo en un paraje denominado Vuelta de
Obligado, un sitio a orillas del río Paraná sobre barrancas de más
de 20 metros de altura.
Un lugareño dio con los restos fósiles y,
desconociendo el valor científico de su descubrimiento, los llevó a
su casa y los dejó en un rincón.
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Tiempo
después una familia de la zona le compró al hombre una serie
de objetos antiguos y al revisar el baúl de antigüedades que
habían adquirido vieron los restos óseos y decidieron
colocarlos en una vitrina.
Allí fue
donde los halló el Director del Museo Paleontológico de San
Pedro, quien convenció a la familia para su exhibición al
público.
Los huesos fosilizados comprenden varias vértebras de la
columna, algunos dientes sueltos, la rama mandibular
izquierda completa y la sección frontal del cráneo del
animal con su dentición intacta. |
El ejemplar perteneció a la especie Arctotherium
latidens que habitó durante el Pleistoceno medio a superior y
desapareció a fines de la Edad Ensenadense, hace unos 700.000 años.
Los Arctotherium machos llegaban a pesar unos 1.000
kg y sus principales armas de ataque las constituían sus enormes
colmillos y sus largas y afiladas garras, según los expertos.
Eran comparables
al gran oso pardo que actualmente habita los bosques del hemisferio
norte y su comportamiento se estima parecido al de su pariente
actual.
Estos grandes carnívoros no fueron
muy numerosos, por lo que las probabilidades de encontrar sus restos
fosilizados son extremadamente bajas.
Por este motivo el valor científico de este ejemplar es muy alto ya
que brinda a los especialistas un material muy escaso a la hora de
intentar reconstruir la evolución de los osos en América
del Sur.
Fuentes: Comunicado de Prensa del
Museo Paleontológico de San Pedro.
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