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Descubren restos paleobotanicos del Ordovícico de la
Provincia de Jujuy.
Publicado
en
Paleo.
Revista Argentina de Paleontología. Año
9.
Numero 55. Mayo de 2011.
En los sedimentos
del río jujeño Capillas, ubicado en las Sierras Subandinas, plena
selva jujeña, un equipo de investigación descubrió las esporas
fosilizadas de cinco tipos diferentes de hepáticas, una forma de
planta muy elemental. Se las conoce como “criptoesporas”.
Constituyen la evidencia de las plantas terrestres más antiguas
encontradas hasta el momento, lo que indica que hace unos 470
millones de años (en el período Ordovícico inferior) las plantas
dieron allí sus primeros pasos sobre la superficie terrestre. En esa
época, el mundo era otro. El territorio donde el geólogo Ricardo
Astini, de la Universidad de Córdoba, y su equipo de investigación
descubrieron los fósiles formaba parte del este de Gondwana, el
bloque continental antiguo que contenía a todos los actuales
territorios del hemisferio Sur (Sudamérica, Australia, África,
Antártida y parte de Asia).
Hasta este
descubrimiento, los restos de plantas más antiguos conocidos fueron
encontrados a principios de la década del noventa en República Checa
y Arabia Saudita (oeste de Gondwana), pero tenían una antigüedad de
460 millones de años, mientras que los fósiles encontrados en el
noroeste argentino son 10 millones de años más antiguos. Astini
señaló que la prueba de que estas plantas eran terrestres está en
que contienen una cubierta externa llamada “esporopolenina”, que se
encuentra sólo en plantas terrestres, dado que no cumplen ninguna
función en las acuáticas.
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“Esta
protección se genera porque la dispersión aérea, a los
efectos de asegurar la reproducción, necesita de una pared
mucho más resistente que la que se da en medios acuosos.
Ésta es la verdadera innovación que conduce a la
colonización del medio aéreo. Por eso se dice también que la
presencia de la cubierta resistente de esporopolenina
constituye una novedad evolutiva”, explicó a
InfoUniversidades Astini. La esporopopelina también fue lo
que permitió que las muestras se hayan conservado. De todas
formas, el científico aclaró que los fósiles encontrados son
excepcionales. “Las muestras están carbonizadas, han sufrido
una fuerte presión de las temperaturas, como si estuvieran
sobre cocinadas”, añadió el investigador. |
Astini fue quien
extrajo las muestras en la selva jujeña. Su trabajo consistió en
estudiar las regiones geológicas y en decidir qué elementos
muestrear. Con esa información se determinaron los “paleoambientes”,
reconstruidos sobre la base de los rasgos y el ordenamiento de las
rocas halladas en los sedimentos. El paleoambiente determinado en
este trabajo fueron llanuras de mar bordeando estuarios que
existieron hace aproximadamente 470 millones de años en esta región.
¿Cómo era el mundo hace 470 millones de años? “Las reconstrucciones
realizadas de esta época muestran ambientes casi desérticos. Sólo
piedras y mar. Lo primero que uno se imagina es un desierto, donde
hay una zona vegetal, de color verde, en la parte marino marginal:
hay musgo, unos pastizales bajos. Así fue la primera colonización,
con plantas casi invisibles”, asegura el investigador.
El trabajo de los científicos alumbra en este aspecto esencial de la
historia de la vida en la tierra: la colonización terrestre por
parte de los organismos vivos. De este tránsito se sabe muy poco,
“se cree que fue progresivo. Pero en cuanto al momento de la
colonización, a qué la produjo o cuál fue su factor de presión, no
se sabe mucho. Hay quienes dicen que se fue dando con condiciones
paulatinas atmosféricas, por presión de oxigeno, que permitió que
los ambientes terrestres hayan sido más amigables”. La invasión de
las plantas a la superficie terrestre es uno de los más importantes
hitos en la historia evolutiva. Cambió el clima para siempre, y
permitió que la vida se diversifique y evolucione a organismos más
complejos. Este tránsito, no obstante, tardará muchos millones de
años más.
Los resultados de
este trabajo fueron publicados en la revista “New Phytologist”. El
equipo de especialistas lo encabeza la paleontóloga Claudia
Rubinstein, del Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y
Ciencias Ambientales de Mendoza (IANIGLA) y el geólogo de la UNC,
Ricardo Astini. Además contaron con la colaboración de científicos
de la Universidad Liége (Bélgica).
Pamparaptor micros, un nuevo dinosaurio de la
Patagonia Argentina.
Publicado
en
Paleo.
Revista Argentina de Paleontología. Año
9.
Numero 56. Mayo de 2011.
Restos fósiles
encontrados en la zona del lago Los Barreales de Neuquén permitieron
identificar una nueva especie de dinosaurio, directamente
relacionado con el origen de las aves.
Se trata de un animal del Cretácico que en vida midió apenas 70
centímetros de alto y que tiene la particularidad de haber
desarrollado una suerte de superdedo en sus patas, lo que lo ubica
en el grupo de los deinonicosaurios.
El trabajo fue
publicado en Proceedings of the Third Gondwanan Dinosaur Symposium
de la prestigiosa revista Anais da Academia Brasileira de Ciencias
describe una nueva especie de un pequeño dinosaurio patagónico.
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Los
restos fósiles habían sido descubiertos por Diego Rosales en
2006 en la costa norte del Lago Barreales. El dinosaurio fue
bautizado Pamparaptor micros y está
relacionado con los deinonicosaurios porque "presenta un pie
semejante a los troodontidos y dromeosáuridos basales",
explica el trabajo presentado por los paleontólogos Juan
Porfiri, Jorge Calvo y Doménica Santos. |
La morfología del
pie es desconocida en otros dinosaurios de América del Sur, lo que
permitió reconocer la nueva especie, indicaron los investigadores en
un trabajo. Los troodontidos son importantes porque están
relacionados con el origen de las aves, con las cuales comparten
muchos caracteres. Los restos de dromeosaurios son comunes en
sedimentos de Argentina. El dromeosaurio más conocido es el famoso
Velociraptor hallado en Mongolia. El tamaño de
Pamparaptor era de unos 50 a 70 centímetros.
Miramar, una riqueza fosilífera para conocer.
Publicado
en
Paleo.
Revista Argentina de Paleontología. Año
9.
Numero 56. Mayo de 2011.
El Museo Municipal
de la ciudad de Miramar no deja de sorprender por sus hallazgos de
restos fósiles pertenecientes a los últimos 3,5 millones de años. No
solo el personal del museo busca constantemente material
paleontológico para ampliar la colección y la exhibición del mismo,
sostiene Daniel Boh, museólogo y titular de la institución, “los
turistas y residentes, dieron un claro ejemplo sobre el cuidado
patrimonial y natural de nuestro distrito”, sostuvo.
En la pasada
temporada fueron realizados varios hallazgos por visitantes de
nuestra ciudad y residentes locales, comunicados al Museo Municipal
Punta Hermengo de Miramar. En algunos casos se concretaron trabajos
de campo para su rescate y en otros, fueron llevados directamente a
la institución.
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Entre
ellos, podemos contar el caso de Juan Ignacio y Josefina
Contardi, de Rosario, provincia de Santa Fé, hallaron un
gran fragmento de caparazón de Glyptodon, al
norte de Miramar, en un sector de difícil acceso de esos
acantilados, cuya antigüedad sería de unos 500.000 años. |
Por su parte, Juan
Manuel Aliaga, de Tucumán, investigador del Instituto Miguel Lillo,
realizó el hallazgo de restos de un Scelidodon, cuyo
cráneo fue rescatado con la colaboración de Mariano Magnussen Saffer,
Axel Petersen y Francisco Elguero, además del Director del Museo,
Daniel Boh. El ejemplar se encontraba en las barrancas al norte, en
estratos de más de 2 millones de años.
También cerca de
esos lugares fue encontrado por Francisco De Cianni de Capital
Federal, un antiguo caracol terrestre, Succinea meridionalis.
Los hallazgos de este tipo son difíciles dado la fragilidad de los
mismos. Hay que tener en cuenta que estos moluscos fueron
desplazados en la actualidad, por los caracoles que fueron traídos
para uso culinario y que han invadido sus hábitats. El ejemplar
fósil rescatado tiene una antigüedad de casi 3 millones de años.
La familia Cepeda,
residentes de Miramar, nos ha acercado fragmentos óseos de
Megatherium, el mamífero prehistórico más grande de nuestra
región, con unos 4 metros de altura. Los mismos fueron hallados en
un puesto abandonado en proximidades del arroyo Chocorí, a la altura
de la ruta 88. No se sabe como llegaron ahí y corresponderían a un
animal adulto.
Por ultimo, en la
localidad de Mar del Sud, Laureano Clavero realizó el hallazgo de la
mitad de un mortero de piedra, usado por los antiguos aborígenes de
la región. Su antigüedad estaría en los 1000 años.
Debemos destacar la
preocupación de estos vecinos y turistas en dar aviso de la
aparición de estos especimenes, los cuales enriquecen la ya
importante colección del museo de la ciudad. Por su lado, Mariano
Magnussen Saffer, presidente de la Asociación de Amigos del Museo,
comento que: “el material hallado y recuperado se encuentra en
preparación, para su próxima exhibición, a fin de enviar los datos
al Registro Oficial de la Autoridad de Aplicación (AAN) de la ley
25.743 en materia paleontológica y arqueológica, que protege el
patrimonio de todos”, concluyo.
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Scelidodon,
el fósil central de esta nota, es tal vez, el Xernarthro mas
típico en sedimentos del Terciario superior de la región
pampeana, ligeramente emparentado con Scelidotherium
y Scelidodon del Pleistoceno. Se trata de un
enorme Pilosa, que vivió en estas llanuras durante el
Plioceno tardío. Se caracterizaba por un cráneo macizo y
alargado. Cuerpo rechoncho y grotesco. Extremidades robustas
y cortas. Probablemente estaría cubierto por un larga
pelambre, como en otros perezosos mejores conocidos, citados
en esta PaleoGuia. Su alimentación estaría compuesta por los
largos y comunes pastizales, vegetales de pantanos y
posiblemente de carroña. Es probable que pudiera pararse
sobre sus patas traseras, como así también construir largas
galerías para refugiarse. |
Una buena opción
para este fin de semana largo para los que visitan la costa
atlántica, es Miramar, la ciudad de los niños y la familia. Allí el
Museo Municipal Punta Hermengo, ubicado en el corazón del Vivero
Dunicola “Florentino Ameghino”, un bosque de 502 hectáreas,
forestado sobre medanos, una opción imperdible!!! Más información en
www.museodemiramar.com.ar
Dinosaurios, tortugas y cocodrilos en el Cretácico de
Villa El Chocon.
Publicado
en
Paleo.
Revista Argentina de Paleontología. Año
9.
Numero 56. Mayo de 2011.
Restos de dos
dinosaurios herbívoros, dos carnívoros, tortugas y cocodrilos fueron
encontrados en un yacimiento paleontológico ubicado en un campo
privado a 20 kilómetros de Villa El Chocón, informó ayer la oficina
de prensa de esa municipalidad.
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En este
proyecto que lleva dos años de trabajo están involucrados
los paleontólogos Juan Canale y Alejandro Haluza. Canale
destacó que la particularidad de este nuevo hallazgo es que
todos los materiales se encontraron dentro de un área
pequeña de terreno en un mismo nivel de roca. Es muy
probable, dice el parte de prensa, que los animales hayan
convivido en el Cretácico.
El hallazgo
incluye restos fósiles de un dinosaurio herbívoro de gran
tamaño. En este caso se encontraron fragmentos del cráneo y
parte de la columna vertebral. También se descubrió un
herbívoro de pequeño porte, que conserva una extremidad
posterior completa y gran parte de la columna vertebral.
Además se hallaron al menos dos ejemplares de dinosaurios
carnívoros - aún no extraídos- y restos de tortugas y
cocodrilos. |
Otro aspecto
novedoso fue que el herbívoro hallado posee un tamaño inusualmente
pequeño, ya que normalmente estos dinosaurios tienen un tamaño
mediano o grande, de varios metros de largo. Los ejemplares
encontrados vivieron en el Cretácico superior, con una antigüedad de
entre 99 y 96 millones de años. El sitio fue bautizado con el nombre
de Mupaleo. Es un homenaje a Rogelio "Mupi" Zapata, técnico
paleontológico que dio con el lugar del hallazgo.
El Chocón tiene
una rica historia en paleontología. En ese lugar se descubrió el
Giganotosaurus carolinii, cuyos restos pertenecen al
carnívoro más grande. Este descubrimiento se produjo en 1993.
Recuperan restos de Glossotherium en el Pleistoceno de Villa Ocampo.
Publicado
en
Paleo.
Revista Argentina de Paleontología. Año
9.
Numero 56. Mayo de 2011.
El grupo
G.P.E.R. (Grupo Paleontológico de Exploración Regional) sigue sus
investigaciones en el distrito de Villa Ocampo con resultados
realmente sorprendentes.
El fin de
semana del feriado de carnaval (7 y 8 de marzo) el grupo integrado
por David Franco, Jesús Cabrera, con la colaboración de Leo Benítez
(fotógrafo artístico), se trasladó a la zona del arroyo Los Amores
donde tenían el dato de haberse encontrado restos de un animal que
se hallaba al descubierto en las barrancas del arroyo.
Este, sin
dudas, es uno de los mejores hallazgos que se realizó en la zona; se
trata de un Glossotherium, un perezoso gigante de gran
talla. Este animal medía 3,5 metros de la punta del hocico hasta el
final de su cola y 1,5 de alto a la cruz, con un peso superior a la
tonelada.
"Algo increíble
de ver, se halló un 40% del animal, se recataron costillas, humero,
tibia, ulna, fémur, escapula, y gran parte de la columna vertebral
totalmente articulada de una manera poca veces vista; y lo más
sorprendente de todo, también se encontró el cráneo completo con la
mandíbula en un estado de conservación asombroso.
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Esto
es algo muy inusual ya que el cráneo es siempre unas de las
piezas que se destruye con mucha facilidad debido a su
fragilidad, debajo del esqueleto hallamos una gran cantidad
de osteodermos, son pequeños huesecillos que llevaba sobre
su piel que se interpreta que lo utilizaban como una defensa
a modo de una armadura, es un dato muy importante que se
registró", dijeron los jóvenes investigadores.
El rescatar este animal para el grupo fue un verdadero reto,
ya que gran parte del animal se encontraba bajo el agua, por
estar cerca del arroyo; se realizó una pequeña defensa de
barro a su alrededor para luego poder vaciar el agua que
cubría el material y ver realmente la dimensión; trabajando
de manera segura, sin poner en riesgo los restos. |
"Realmente estamos
felices con el rescate de este animal, se trabajó de manera prolija
y extremadamente organizada, ya que se pudo rescatar todo el
material sin que se rompiera ni perdiera nada; los bochones que
realizamos sobre los restos aseguró la protección de los fósiles
para poder trasladarlo sin que sufriera daño alguno. Este quedó
depositado en el Museo Histórico y de Ciencias Naturales 'Aníbal
Gregoret´ de la ciudad de Villa Ocampo, para luego comenzar con la
limpieza, armado y posterior estudio", indicaron.
Agregaron
además: "Esperamos que las autoridades nos acompañen con todos los
proyectos que queremos llevar adelante y que realmente tomen
conciencia de la importancia cultural y del alto contenido
científico de la Paleontología que tienen en su manos; ahora, los
ciudadanos son los orgullosos dueños de un perezoso gigante que
habitó hace 10.000 años, en el remoto pasado de Villa Ocampo.
Debemos tomar conciencia de la riqueza paleontológica con la que ya
cuenta este museo, al que año a año se le siguen incorporando nuevos
hallazgos; el interés que está despertando en la comunidad
científica de centros de estudio dedicados a la paleontología
amerita que tengamos un lugar donde podamos poner en valor y
mostrarlo, exhibirlo, explicarlo a nuestra comunidad y a todos los
que deseen conocer sobre el pasado de la fauna de esta zona".
Descubren el Esqueleto de un Joven
Plesiosaurio en la Antártica Argentina.
Articulo publicado
en
forma completa en
Paleo. Año
5.
Numero 23. Enero de 2007.
Los
restos de este reptil marino fueron encontrados por un equipo de
investigadores argentinos y estadounidenses a unos 60 kilómetros de
la Base Marambio. Según los especialistas, se trata del ejemplar
"más completo jamás hallado".
La reconstrucción completa de un plesiosaurio juvenil
fósil, que habría muerto por una erupción volcánica en la Antártida
hace 70 millones de años, fue presentada simultáneamente en
Washington (EE.UU) y Buenos Aires (Argentina). Los restos fósiles
fueron encontrados durante una expedición realizada el año pasado
por un grupo de investigadores argentinos y norteamericanos que en
medio de vientos huracanados y bajas temperaturas extremas dieron
con el esqueleto del plesiosaurio más completo y mejor articulado
hallado en la Antártida. El reptil marino fue reconstruido en forma
completa en EE.UU y presentado ayer en Washington mientras en Buenos
Aires se exhibió una de las extremidades de otro plesiosaurio
similar ya que durante las recientes excavaciones se encontraron
numerosos restos fósiles de la misma especie.
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Se trata de una de las especies más
difundidas en los mares cretácicos y jurásicos. En la región
se han encontrado abundantes piezas fósiles de estos
reptiles marinos (no dinosaurios) de los cuales hay
ejemplares excepcionales en el Valle Medio rionegrino y la
zona de Pampa Tril, en la provincia de Neuquén. En el museo
Olsacher de Zapala, por caso, hay fabulosas piezas
rescatadas por científicos de La Plata y de la región.
En cuanto al plesiosaurio de la Antártida,
los investigadores descubrieron sus restos reptiles en aguas
de lo que hace 70 millones de años atrás fue el Océano
Antártico, un período en el cual los continentes y los
océanos eran cálidos. |
Este ejemplar tenía cuello largo, un metro y
medio de largo y se habría desplazado con un movimiento parecido a
los pingüinos. Los restos del reptil reconstruido totalmente fueron
descubiertos por los investigadores en el cabo Lamb, al sudoeste de
la isla Vega cerca del extremo norte de la Península Antártica.
El reptil fue hallado durante una expedición que
sufrió dificultades debido al clima adverso que reina en la región,
intensos fríos, aguas congeladas, fuertes vientos y temporales. Y
finalmente fue cargado en un helicóptero Bell 212 de la Fuerza Aérea
Argentina apostado en Marambio para dar apoyo a los grupos
científicos del Programa Antártico Argentino.
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El ejemplar fue trasladado en ese momento al Museo
norteamericano de Dakota del Sur donde fue reconstruido y permanece
para su conservación y estudio, mientras en el museo de La Plata
permanecen otros restos pertenecientes a las mismas expediciones.
El grupo de investigadores está formado por los
norteamericanos James Martin, Judo Case y los argentinos Marcelo
Reguero, del Museo de La Plata, Sergio Marenssi, del Instituto
Antártico Argentino y del Conicet, y Sergio Santillana del Instituto
Antártico Argentino.
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La expedición fue financiada por la Fundación
Nacional de Ciencias, de Estados Unidos, y el Instituto Antártico
Argentino a través de la Dirección Nacional del Antártico, y contó
con el apoyo logístico de la Base Marambio. La presentación porteña
de la reconstrucción completa de este plesiosaurio joven,
recientemente concluida, se realizó en la Dirección Nacional del
Antártico. Participaron el director nacional de ese organismo,
Mariano Memolli, uno de los expedicionarios, Marcelo Reguero, y el
coordinador científico del Instituto Antártico Argentino, Sergio
Santillana.
Los fósiles tienen
una extensión de
1,5 metros,
lo que permite
establecer que este reptil marino murió antes de llegar a la adultez
(ya que un ejemplar adulto podía llegar a medir unos 10 metros).
Reguero consideró que la "espectacular preservación
de este esqueleto" puede obedecer a que fue cubierta de "varias
capas de cenizas volcánicas".
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