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Graves denuncias de José
Bonaparte contra la dirección del Museo Argentino de Ciencias
Naturales de Buenos Aires.
Publicado
en
Paleo. Año
5.
Numero 28. Noviembre de 2007.
El prestigioso
Museo Argentino de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia (MACN) de
Buenos Aires, Argentina. Ha sido noticia varias veces durante los
últimos dos años, y no justamente por alguna actividad museológica
destacada.
Lo fue por haber
producido once calcos en resina de dinosaurios luego vendidos a
museos europeos, por carecer de un plan de seguridad contra
incendios, después por la denuncia de la venta antirreglamentaria de
un excelente calco de Amargasaurus, exhibido en la
sala de dinosaurios desde 1993, y por la venta de la mayor parte de
los calcos que integraban la exposición itinerante del museo. Esos
sucesos, sostuvo públicamente el doctor Bonaparte, determinaron su
alejamiento.
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La última muestra de la
colección de dinosaurios había sido realizada en el museo de
Leyden, Holanda, (2000/03). De los más de 25 cajones que
volvieron de la exhibición en Holanda, sólo quedan unos
pocos. Los demás calcos han desaparecido y no se encuentran
en el subsuelo del museo, ni en el anexo del jardín, afirma
el Dr. Bonaparte. ¿Puede el director del museo vender
discrecionalmente el patrimonio de esa institución?, se
preguntó. Un museo de ciencias naturales se va enriqueciendo
en la medida en que agrega nuevos materiales a sus
colecciones y exhibiciones permanentes. |
Si se decide vender, sin otra razón que la de obtener recursos
financieros, parte de ese material, las salas de exhibición son
empobrecidas y se merma un patrimonio cultural que, por tratarse de
propiedad del Estado, debería ser custodiado con celo por todo el
personal, comenzando por la dirección del museo, opina el Dr.
Bonaparte.
Si a eso se le suma la inauguración, -añade-, de un denominado bar
temático, instalado a costa de la desaparición de la sala de los
gigantes del mar, la destrucción del calco de un feto de ballena
azul y el descarte del calamar gigante y de la merluza negra, piezas
únicas en la Argentina, por fuerza es menester preguntarse qué está
ocurriendo en el más antiguo museo de ciencias argentino, de
prestigio internacional.
¿Se están tomando las medidas administrativas, técnicas y
presupuestarias adecuadas para la seguridad y correcta conservación
de las instalaciones y colecciones del MACN? ¿Es investigada la
venta de calcos de dinosaurios y si fueron fabricados especialmente
para venderlos, tal como lo estipula el reglamento de colecciones
del museo?
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¿Guardan relación estos hechos con la
advertencia realizada por la Asociación Amigos del Museo en
el sentido que el actual director del MACN ha solicitado de
la Inspección General de Justicia que le retire su
personería jurídica? Estas son las preguntas que se formula
el famoso científico argentino quien adquirió fama mundial
al descubrir restos del
Mussaurus
patagonicus, liderando un
grupo científico de la Universidad Nacional de Tucumán, con
financiamiento de la
Nacional Geographic Society.
Esta institución realizó filmes y difundió el acontecimiento
en todos los idiomas del planeta. |
Después de 26
años de dedicación plena a la investigación y tarea paleontológica
en el museo, renunció el Dr. José Bonaparte, investigador superior
del Conicet, ya retirado, quien denunció la venta del
Amargasaurus e "incontables fallas básicas de la dirección
del MACN que han afectado mi dignidad y mi labor en esta
institución".
El denunciante hizo mención expresa del desmantelamiento de la
exposición de dinosaurios, la desarticulación de la exposición
itinerante "Dinosaurios de la Argentina", armada tras muchos años de
trabajo voluntario, y la prohibición, emanada de la dirección, de
que los científicos y los técnicos del museo hagan declaraciones a
los medios de difusión, sin autorización previa.
Toda persona de bien – sostiene el Dr. Bonaparte - debería aspirar a
que el Museo Argentino de Ciencias Naturales -al igual que cualquier
otro museo público del país-, tuviese una gestión honesta,
transparente, razonable y significativa para el desarrollo
científico y la protección de nuestro patrimonio cultural. Gestión
razonablemente ejercida mediante la inexorable aplicación de
criterios exentos de autoritarismos, impropios de las labores
científicas y, por otra parte, incompatibles con las modalidades
propias de la democracia”.
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El Dr. José F. Bonaparte
nació en Santa Fé, Rosario el 14 de junio de 1928. Luego de
terminar el secundario, realizó numerosos cursos libres de
nivel universitario: Cursos libres en la Universidad
Nancional de Tucumán en Geología Histórica y Paleontología
(Dr. O.A. Reig); Anatomía Comparada (Dr. K.Gavrilov) en
1960-62. Cursos libres en la Universidad de Harvard sobre
Evolution (Dr. E. Mayr), Vertebrados Inferiores (Dr. A.S.
Romer), Mamíferos Sudamericanos (Dr. B. Patterson), Faunas
de Asia (Dr. Z. Kielan-Jaworowska). En merito a sus estudios
y trabajos, en 1974 recibió el título de Doctor Honoris
Causa. Univ. Nac. de Tucumán, (razón: estudios en
Paleontología Vertebrados). Se realizó consulta
internacional de opiniones. Expendiente Rectorado UNT.
872/974. |
Durante su carrera
como investigador se desempeñó tambien como Jefe sección
Paleovertebrados de la Fundación M. Lillo, Univ. Nac. de Tucumán,
Profesor Titular Paleozoología II, Univ. Nac. de Tucumán, Profesor
Visitante y Jefe de la Sección Paleontología del Museo Argentino de
Ciencias Naturales "Bernardino Rivadavia"
Recibió 19
subsidios de la National Geographic Society, además
de los varios subsidios del CONICET, SeCyT, Dinosaur Society, Centro
Studi Ricerche Ligabue,
Distinciones recibidas.
- Universidad de
Harvard (USA), Associate in Vertebrate Paleontology en 1968.
- Universidad Nac. de Tucumán. Delegado ante el II Symposium Intern.
de Gondwana, Africa del Sur, 1970.
- Univ. Nac. de Tucumán, Doctor Honoris Causa,1974
- National Geographic Society, 1989: Arnold Guyot Memorial Award.
- Forschungspreisträger (portador de galardón de la
investigación),de la Fundación Alexander Von Humboldt de Alemania,
1992.
- De la Fundación Konex, 1993, Premio a investigadores distinguidos.
- De la Academia Nacional de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales,
el premio "Angel Cabrera", 1994.
- De la Asociación Geológica Argentina, "Miembro Honorario", Octubre
de 1995
- De la Asoc. Paleontológica Argentina, 1996, premio al Mérito
Paleontológico.
Hallan
en el Sur sitios con fósiles de flora únicos en el mundo.
Dos yacimientos de flora fósil de la más alta
diversidad en el mundo fueron encontrados por investigadores
argentinos y estadounidenses en la Patagonia. Se trata de los
yacimientos Laguna del Hunco, en Chubut, y Río Pichileufú, en Río
Negro. En ambos sitios se encontraron 172 especies con una
antigüedad de 50 millones de años. Los restos pertenecen al Eoceno,
dentro del Período Terciario.
Las investigaciones comenzaron en 2002 con la
intervención de científicos del Museo Paleontológico Egidio Feruglio
de Trelew, de la Universidad de Pennsylvania y del Museo de Denver,
ambos de Estados Unidos. Ya se extrajeron 8.000 piezas, la mayor
parte del yacimiento chubutense, que tiene una extensión de unos
1.000 kilómetros cuadrados. El del Río Pichileufú es mucho más
chico: entre 25 y 30 kilómetros cuadrados.
La mayoría de las especies que se encontraron
ya están extinguidas. Quedan aún en el mundo algunas de las familias
de las proteáseas, araucarias y coníferas.
El impresionante sitio de Chubut está ubicado
entre las localidades de Paso del Sapo y Gastre. El rionegrino está
60 kilómetros al oeste de Bariloche. Los investigadores realizaron
tres campañas de 2 semanas cada una. Cada una costó entre 10 mil y
15 mil dólares y fueron financiadas primero por la Nathional
Geografic y el CONICET. Ahora, por la Fundación de Ciencias de EE.UU.
Rubén Cúneo, director del Museo Egidio
Feruglio, anticipó a que "es probable que puedan hallar fósiles más
antiguos aún".
También contó que para llegar a los sitios
siguieron las rutas de expediciones de principios del siglo pasado.
Entre ellas, las de Carlos Ameghino, quien realizó viajes de
exploración por el Sur y la Costa Atlántica.
Cúneo también contó por qué nació la inquietud
de buscar los orígenes de la flora en Sudamérica. "Si uno toma una
hectárea de la zona Amazónica, allí hay más especies vegetales que
en todo Estados Unidos. Quisimos rastrear esa diversidad para saber
su origen. Lo ideal era hacerlo en la zona donde está actualmente.
Pero todo está tapado por la selva".
Los investigadores comenzaron a buscar
entonces una evidencia en algún sitio del continente. Y la Patagonia
es un sitio por excelencia y un lugar donde los restos están mejor
conservados. Es semidesértico y con excelentes afloramientos de
roca.
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"Lo de Laguna del Hunco —agregó— es muy
interesante porque todos los restos de plantas están enterrados en
sedimentos de origen lacustre. Pero aquel era un lago muy especial:
se formó dentro de una caldera volcánica que tenía 35 kilómetros de
diámetro. Para nosotros, algo fantástico". Se trataba de un gran
lago con mucha vegetación a su alrededor. A medida que iba muriendo
la vegetación caía al lago. En esa época la Patagonia tenía un clima
casi subtropical, por eso la vegetación era impresionante. "Yo digo
que encontramos un paraíso terrenal que alguna vez estuvo en la
Patagonia", expresó Cúneo, quien dirige el Museo Egidio Feruglio
desde su creación en 1991. |
Las condiciones en aquella época en la
Patagonia eran muy especiales. No estaba la Cordillera de Los Andes
y entonces había influencia de los vientos húmedos del Pacífico.
Además llovían entre 1.600 y 2.000 milímetros por año. No como
ahora: apenas caen entre 100 y 150 milímetros. Además llegaba una
corriente cálida de Brasil a través del Atlántico. "Todo se
conjugaba para el crecimiento de un bosque lujurioso, bien verde y
con una diversidad fantástica", definió Cúneo
De las investigaciones participaron Peter Wilf,
de la Universidad de Pennsylvania; Kirk Jonson, del Museo de Denver;
Elliot Smith y Brandley Singer, de la Universidad de Winconsin, y
María Gandolfo, de la Universidad de Cornell.
Además de Cúneo, también trabajó personal del
Museo de Trelew: Pablo Puerta, Cintia González, Leandro Canesa,
Mariano Caffa y José Luis Carballido. El director rescata la
participación de estudiantes de Trelew que realizarán sus doctorados
con este descubrimiento.
Los trabajos son publicados en revistas
internacionales especializadas en estos temas. En junio, "The
American Naturalist" hará público este trabajo. También la American
Society Naturalists se hará eco de la investigación.
Sorpresa: había eucaliptos
Ya hacía 7 millones de años que los
dinosaurios habían desaparecido cuando los bosques crecían sin parar
en la hoy desértica Patagonia. También en la zona, hace 50 millones
de años había eucaliptos, según el sorprendente hallazgo de esta
especie en Lago del Hunco.
Hasta ahora, los científicos creían que el
eucalipto sólo era originario de Australia. "Hemos comprobado que en
realidad el eucalipto pudo haber nacido en la Patagonia. Pese a que
es un árbol que abunda en la Argentina, no es originario de aquí. O
al menos eso es lo que hasta ahora se creía", sostuvo Rubén Cúneo,
director del Museo Egidio Feruglio de Trelew.
Cúneo reveló que se utilizó un nuevo método
para la datación de la edad absoluta de las rocas donde se hallaron
los fósiles. "Como son cenizas volcánicas, se estudiaron ciertos
minerales que vienen dentro de esas rocas. Es un método que se
denomina datación isotópica para lo cual se utilizan minerales
radiactivos", informó.
El milagro de la naturaleza.
El naturalista inglés Charles Darwin, autor de
"El origen de las especies", hace unos 170 años fue cautivado por la
diversidad de la flora y la fauna de América del Sur, que alberga el
40 por ciento de todas las especies de la flora y la fauna de la
Tierra. Una de las conclusiones de los trabajos de Darwin fue que
los cambios evolutivos no son abruptos. Esos largos procesos de
adaptación de la flora quizá puedan quedar certificados cuando se
comparen los fósiles de araucarias y coníferas hallados en la
Patagonia con los ejemplares actuales. Por eso los investigadores de
hoy tienen el gran privilegio de asistir a este milagro de la
naturaleza.
Hojas mordidas por insectos
Otro trabajo realizado por el mismo equipo
tiene que ver con la relación de las plantas y los insectos.
"Creemos que estamos en presencia de yacimientos donde también hubo
una importante diversidad de invertebrados", dijo Cúneo.
Como prueba, mostró restos de hojas mordidas
por insectos. "Cada uno tiene una forma distinta de morder y también
de comer. A través de esas formas es que podremos medir la
diversidad de los insectos que estuvieron aquí hace 50 millones de
años". Además de insectos se hallaron restos de ranas y diversos
batracios. El trabajo sobre esta investigación será publicado en los
próximos días por la revista especializada "Proceedings", de la
Academia de Ciencias de EE.UU.
Fuentes:
Clarín – Paleontología de Argentina Web Site.
Dos gliptondontes fueron rescatados de un basural.
Publicado
en
Paleo. Año
5.
Numero 28. Noviembre de 2007.
Los restos,
extraídos por investigadores del Museo de La Plata, tendrían un
millón de años
Se sabe que los
rellenos sanitarios de la Coordinación Ecológica Area Metropolitana
Sociedad del Estado (Ceamse) no son para nada agradables. Es más,
los desperdicios que en ellos se depositan suelen generar las quejas
de los vecinos -y ecologistas-
Una extraña
coraza de casi dos metros de largo llamó la atención a un maquinista
mientras removía tierra en un predio de la Ceamse en el partido bonaerense de San Miguel. Contra lo
que sucede a menudo en estos casos, el operario interrumpió su tarea
y dio aviso al Centro de Registro Paleontológico. Gracias a ello,
investigadores del Museo de Ciencias Naturales de La Plata lograron
rescatar de un basural los restos de dos gliptodontes de cerca de un
millón de años.
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El
hallazgo es el primero en una zona donde hasta ahora no
habían aparecido jamás estos ancestros de las mulitas, que
habitaron la región pampeana antes de extinguirse unos ocho
mil años atrás.
"Es común encontrarlos en las barrancas de los ríos, como el
Salado y el Paraná, o en la costa del Río de la Plata; no
así donde fueron hallados éstos. Hasta ahora no había
aparecido ninguno en esa zona", explicaron científicos
locales involucrados en el descubrimiento. |
El primero de los
ejemplares apareció sobre la pared de una cantera para relleno
sanitario del sector denominado Norte 3. En el mismo lugar, pero a
sólo dos metros de la superficie, los investigadores de la división
de Paleontología de Vertebrados del Museo dieron con el segundo
espécimen en un estado de conservación aún mejor.
"Estaba bastante completo, encontramos la coraza, el cráneo y la
mandíbula", contó el licenciado Esteban Soibelzon, uno de los
miembros del equipo platense que trabajó tres días para extraer las
piezas y traerlas al Museo.
"Los restos
tendrían por lo menos 780 mil años de antigüedad. Cuánto
exactamente; no lo podemos decir con precisión, pero calculamos que
estos gliptodontes quizás hayan vivido hace un millón de años", dijo
Soibelzon.
Técnicos del Museo de Ciencias Naturales de La Plata, en tanto,
trabajan ahora en la reconstrucción de los restos descubiertos. "Tal
vez en un futuro sean expuestos al público como parte de la
colección de gliptodontes que puede verse hoy".
MULITAS GIGANTES
Los gliptodontes fueron mamíferos que llegaron a medir hasta cuatro
metros de largo, y a pesar cerca de dos toneladas. Su cuerpo estaba
protegido por una coraza semejante a la de un quirquincho, especie
con la que se emparentan, aunque pertenecen a distintos grupos.
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Los
investigadores creen que, por ser animales tan grandes y con
una movilidad reducida, no cavaban madrigueras, como lo
hacen hoy los peludos, sino que vivían a la intemperie.
Originarios
de Sudamérica, los gliptodontes habrían emigrado luego hacia
el norte (al actual territorio de Estados Unidos) y antes de
extinguirse, hace unos diez mil años, convivieron con el
hombre prehistórico sudamericano, que además los cazó. |
El primer hallazgo
de un gliptodonte, y el primero de los restos fósiles encontrados en
Argentina, fue realizado en 1760 por el jesuita inglés Thomas
Falkner, a orillas del río Carcarañá, en Santa Fe.
Florentino Ameghino creía que el caparazón de los gliptodontes pudo
haber sido utilizado por los paleoaborígenes a modo de carpa, tal
como lo representa una pintura existente en el Museo de Ciencias
Naturales de La Plata.
Fuentes:
Diario Hoy.
Exhiben huellas de Scelidotherium en el Museo de
Monte Hermoso.
Publicado
en
Paleo. Año
5.
Numero 28. Noviembre de 2007.
A fines del mes de
enero de 2007, a 5 km. al oeste del balneario, luego que el mar
barriese la arena que cubría la plataforma costera de limos
arcillosos, personal del Museo Municipal de Ciencias Naturales de
Monte Hermoso, descubre una “rastrillada” o secuencia de huellas
impresas, efectuadas por el paso de un gran mamífero que habitó en
la zona hace aproximadamente de 10 a 12.000 años.
El día del hallazgo
se pudo avistar una rastrillada compuesta por ocho huellas. En los
días siguientes, el mar fue retirando mas arena, dejando a la vista
14 huellas de un animal adulto, y dos rastrilladas orientadas a la
par de la principal, de dos ejemplares juveniles.
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Por el
tamaño y la forma de las pequeñas pisadas se podría suponer
que se trataría de dos crías del ejemplar adulto hallado en
primer término.
También
quedaron expuestas posteriormente algunas improntas
efectuadas por un artiodáctilo (posiblemente un gran ciervo)
y unas 6 huellas de un équido (caballo).
En el año
1978 había quedado expuesta a sólo 500 m del lugar de este
hallazgo, otra rastrillada, también atribuible a
Scelidotherium. Estas huellas fueron descriptas por
el Dr. Rodolfo Casamiquela quien les dio la denominación de
Acuñaichnus dorregoensis, Casamiquela 1983,
en homenaje a quien las descubriera, el Dr. Acuña, de
Coronel Dorrego. |
Con el
transcurso del tiempo, estas huellas fueron totalmente
erosionadas por el mar. A comienzos del mes
de febrero de 2007 se tomaron los moldes de las pisadas que aquí se
reproducen. Teniendo en cuenta el tamaño de una huella y de la
distancia entre cada una de ellas es muy probable que las mismas
hallan sido impresas por un Scelidotherium de gran
talla del grupo de los Mylodontinos. El que ha sido recreado en su
tamaño y aspecto en esta muestra. Este grupo abarca
una gran cantidad de géneros como Mylodon,
Glossotherium, Lestodon, Scelidotherium
y otros.
Por el aspecto de
las huellas y haciendo algunas comparaciones con el yacimiento de
icnitas existente en Pehuen Có nos hemos inclinado a pensar que las
mismas fueron efectuadas por un miembro del género
Scelidotherium, el que ha sido recreado en su tamaño y
aspecto en esta muestra.
El género
Scelidotherium que tenemos aquí recreado junto con sus
huellas, fué el más pequeño de los Mylodontinos. La masa
estimada del Scelidotherium era de unos 500
kilogramos. También se han
hallado, a lo largo de nuestra costa, gran cantidad de pisadas
pertenecientes a los enormes mamíferos que habitaron este lugar,
durante los últimos tiempos del Pleistoceno.
Tanto las huellas
recientemente halladas, como los Sitios Arqueológicos “Monte Hermoso
I” y “La Olla I y II”, son áreas protegidas por la Ley provincial Nº
34.394, denominada “Reserva Geológica, Paleontológica y Arqueológica
Provincial Pehuen Có – Monte Hermoso”.
Dicha ley
comprende:
Área 1 -
Yacimientos de “playa del barco” y “barranca Monte Hermoso” (entre
Baterías y Pehuen Có)
Área 2 -
Yacimientos de icnitas al este de Pehuen Có.
Área 3 - Sitios
arqueológicos “La Olla I”, “La Olla II” y “Monte Hermoso I” y el
“Sitio de pisadas de Scelidotherium”. Las marcas
recientemente halladas están ubicadas en el extremo este de la
reserva.
El género
Scelidotherium fue creado en 1839 por el paleontólogo inglés
Richard Owen, quién se baso para su descripción en restos fósiles
coleccionados por Charles Darwin en los alrededores de Bahía Blanca.
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Dentro de
la familia, Mylodontidae, el género Glossotherium
fue hallado por primera vez en el lecho del Arroyo
Sarandí y descripto por Owen en 1840. Los
Glossotherium pesaban algo más de una tonelada.
Si bien
estos perezosos carecían de caninos e incisivos, el género
Lestodon tenía el primer molar muy desplazado
hacia adelante, con forma de canino y proyectado hacia el
costado Se supone que era usado como defensa. La masa
aproximada del Lestodon era de unas 2 a 3
toneladas. |
Debemos destacar
que la reproducción de Scelidotherium fue efectuada
en Bahía Blanca, por el Sr. Fernando Cárdenas. Los moldes de las
huellas y las copias que se exponen fueron realizados por el Sr.
Heraclio Ortiz.
Al perezoso llamado
Mylodon, pertenecen los fragmentos de cuero y varias
heces halladas en la Patagonia Austral en la Caverna de Última
Esperanza. Allí los encontró en febrero de 1895, Hernán Everhard, un
alemán dedicado a la cría de ovejas en esa zona. La piel asomaba
del suelo, y al levantarla observaron que medía más de un metro del
largo y 50 cm. de ancho. Un lado tenía cerdas y estaba saturado con
sal. El otro lado estaba impregnado de pequeños huesecillos color
blanco.
Muchas fueron las
historias a las que dio origen este fragmento de piel. Hasta se
hicieron en esa época, algunas expediciones para hallar al animal
“vivo”. Pasaron varios años hasta que se llegó a la conclusión de
que el “dueño” de ese fragmento de cuero, el Mylodon,
había dejado de existir hacia ya casi 10.000 años y que esos
pequeños “guijarros” y aspecto de la cáscara de un maní, que cubrían
la piel por dentro, eran en realidad huesecillos dérmicos,
característica de los Mylodontinos.
Fuente;
V. Di Martino. Museo Municipal de Ciencias Naturales, Balneario
Monte Hermoso, Provincia de Buenos Aires, Argentina.
museociencias@mhermoso.com.ar.
Hallazgo de Fósiles y la futura creación del Museo de
Historia y Ciencias Naturales de Daireaux.
Publicado
en
Paleo. Año
5.
Numero 28. Noviembre de 2007.
Por Claudio y
Augusto Iturri.
deroweb@yahoo.com.ar
A fines de enero
del corriente año, quienes suscribimos el presente -Claudio y
Augusto Iturri, con la colaboración de Jorge Iturri- y con motivo de
la realización de un relevamiento fotográfico de las distintas
localidades y zonas rurales del partido de Daireaux para la página
de Internet www.deroweb.com.ar, hallamos restos fósiles de animales
(mamíferos) extinguidos hace más de 10.000 años atrás, en especial
los restos de un caparazón de un Gliptodonte (armadillo gigante del
tamaño de un automóvil pequeño), en un excelente estado de
conservación.
A raíz de este
primer hallazgo continuamos relevando la zona y se incrementaron los
restos fósiles encontrados, así como tomamos conocimiento que un
vecino de nuestra localidad -el Sr. Sergio Martínez- en los últimos
años ha encontrado, también, diversos huesos fosilizados. Fue
entonces que, en cumplimiento de la normativa legal vigente, en
particular la ley 25.743 de protección del patrimonio Arqueológico y
Paleontológico y a fin de evitar hacer algo que pudiera dañar los
restos hallados, solicitamos colaboración en un foro de Internet
sobre paleontología (www.grupopaleo.com.ar) del cual somos
participantes y respondió a nuestro pedido el paleontólogo Alejandro
Dondas a cargo del área de paleontología del Museo Municipal de
Ciencias Naturales "Lorenzo Scaglia" de Mar del Plata quién nos
orientó en cuanto a como proteger aquellos fragmentos óseos que se
encontraban sueltos y con posibilidad de perderse así como
garantizar la protección de los que aún continúan enterrados.
Luego de diversas
conversaciones telefónicas e intercambio de e-mails y fotografías, y
gracias al apoyo brindado desde un principio por el Intendente Luis
Oliver (así como por el entonces intendente interino Sr. Jorge
Munárriz), a comienzo de junio del corriente año (2007) visitaron
nuestra localidad el mencionado paleontólogo del Museo Municipal de
Ciencias Naturales "Lorenzo Scaglia" de Mar del Plata, Alejandro
Dondas, y dos geólogos: el Licenciado Luis Cortizo y el Dr. Federico
Ignacio Isla, siendo éste último ex-decano de la Facultad de
Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Mar del Plata y
actual Director del Centro de Geología de Costas de dicha
Universidad e investigador del CONICET.
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Luego de una recorrida y primera exploración, por parte de
los profesionales, de los sitios donde yacen los restos de
estos animales extinguidos, los mismos confirmaron los
descubrimientos, efectuaron nuevos de índole paleontológica
y geológica, manifestando su asombro por la multiplicidad de
fósiles y su "impresionante" estado de conservación,
calificando la zona –para nuestra sorpresa- como un
verdadero "paraíso paleontológico", afirmando no tener
registro de un lugar similar en cuanto cantidad y calidad de
conservación de fósiles de mamíferos en la provincia de
Buenos Aires. |
A la fecha se han
encontrado restos de los siguientes animales que vivieron en nuestra
localidad entre 10.000 y 30.000 años atrás y hoy se encuentran
extinguidos: un caparazón de un Gliptodonte de la especie
Glyptodon clavipes (similar a un armadillo pero con
caparazón rígida como el de una tortuga), otro de la especie
Sclerocalyptus (algo más pequeño), innumerables placas que
componen los caparazones de otras especies de gliptodontidos
llamadas Doedicurus, Panochtus y Pampatherium
(éste último diferente a los gliptodontes propiamente dichos y
muy similar a un Tatú Carreta pero de aproximadamente 150 kgs.).
También se han
encontrado huesos y dientes pertenecientes a Scelidoterios
(perezosos gigantes de 2 metros de largo), Toxodón
(animal semejante a un rinoceronte), Macrauquenia
(similar a un camello sin joroba y con trompa de tapir), dientes de
Paleolama (un antepasado de las actuales llamas, pero
de mayor tamaño), restos de cérvidos y camélidos, un colmillo de
Stegomastodón (el “Elefante Sudamericano”) y una muy
valiosa mandíbula con enormes colmillos de Arctoterium
(el “Oso de las Pampas”, de 3 metros de altura y de mayor tamaño que
cualquiera de las especies de osos que sobreviven en la actualidad),
entre otros animales. Habiendo explorado sólo una mínima parte de
los distintos sitios con potencial paleontológico y arqueológico con
los que cuenta nuestro partido hemos hallado los restos de toda una
fauna que hasta hace 10.000 años vagaba por las tierras de lo que
hoy es Daireaux. Hoy ya no existe, pero sus huesos quedaron
enterrados por milenios hasta el presente.
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Se
encontraron asimismo, y sepultada en el subsuelo de nuestra
localidad, restos de ceniza volcánica correspondientes a
erupciones acontecidas hace miles de años y que cubrieron
las tierras que hoy pertenecen a Daireaux, siendo ello una
de las principales causas del magnífico estado de
conservación que presentan los fósiles. Se hallaron raíces
fosilizadas pertenecientes a vegetación que quedó sepultada
por la ceniza volcánica, rastros de antiguas lagunas y
cursos de agua que hoy no existen (con cantos rodados que
yacen en su interior). |
Creemos, entonces,
que resulta imprescindible preservar este valioso patrimonio que
pertenece a Daireaux, así como extraer aquellos fósiles de gran
tamaño que aún continúan enterrados y continuar con la exploración
de la zona, la que –según los expertos que la visitaron- cuenta con
el potencial para convertirse en un yacimiento paleontológico de
importancia. Para ello es indispensable contar con un ámbito
adecuado donde los mismos se puedan restaurar, conservar, estudiar y
exponer. Es por eso, que hemos presentado, tanto ante el Poder
Ejecutivo local como ante el Honorable Consejo Deliberante un
proyecto que propone la creación de un Museo de Historia y Ciencias
Naturales cuya función sea la de conservar, custodiar, estudiar,
exponer y difundir el Patrimonio Natural, Arqueológico,
Paleontológico e Histórico del partido de Daireaux.
Contamos con el compromiso del Paleontólogo Alejandro Dondas del
Museo Municipal de Ciencias Naturales de Mar del Plata así como del
Geólogo Dr. Federico Ignacio Isla de la Universidad de Mar del
Plata, de brindarnos su apoyo, asesoramiento y colaboración, así
como el ofrecimiento para realizar intercambio de fósiles con otros
museos. Sabemos que muchos vecinos cuentan con material
paleontológico y arqueológico en su haber así como objetos
históricos y de interés científico. Creemos que Daireaux ha
alcanzado un crecimiento y desarrollo tal como para que sea factible
tener un Museo de Historia y Ciencias Naturales, que reúna las
características y cumpla las funciones propias de este tipo de
institución.
Anhelamos, en
consecuencia, contar, en un futuro no muy lejano, con un Museo local
con edificio propio y salas de exposiciones que difunda la historia
y el conocimiento científico del patrimonio natural con el que ha
sido favorecida nuestra localidad, para la educación, el
conocimiento y el deleite de todos los deroenses y de aquellos que
visiten nuestra ciudad. Estamos convencidos que es posible, que no
debemos desaprovechar este legado natural, muy poco común y de gran
importancia científica y cultural, y que corresponde rescatar los
fósiles que yacen aún enterrados antes que se deterioren o se
pierdan.
Pedimos,
entonces, el apoyo de los vecinos, de las instituciones y de la
comunidad toda y los invitamos a sumarse a esta propuesta, pudiendo
comunicarse todos quienes deseen colaborar a la dirección de e-mail
deroweb@yahoo.com.arEsta dirección
de correo electrónico está protegida contra los robots de spam,
necesita tener Javascript activado para poder verla . Asimismo pueden ver las fotos de algunos de los fósiles
hallados en
http://www.deroweb.com.ar/galerias/thumbnails.php?album=33
PaleoIcnitas de Mamíferos del Pleistoceno en el
Partido de Mar Chiquita.
Publicado
en
Paleo. Año
5.
Numero 28. Noviembre de 2007.
Recientemente los
investigadores
Tassara, D.
A., Aramayo, S.,
Osterrieth, M. y Scian, R. D., pertenecientes a distintas
instituciones como el Centro de Geología de Costas FCEyN – UNMdP,
Departamento de Geología, Universidad Nacional del Sur y del Museo
de Santa Clara del Mar, dieron a conocer en un trabajo científico,
el hallazgo y estudio de PaleoIcnitas, en sedimentos del litoral
maritimo bonaerense.
La presencia de
icnitas se constituye en indicadores biológicos válidos, que aportan
a las interpretaciones paleoambientales de secuencias sedimentarias
costeras.
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El área
de estudio está ubicada al NE de Santa Clara del Mar,
partido de Mar Chiquita en la provincia de Buenos Aires.
Aflora allí la Formación Santa Clara y la Facie Camet Norte,
de la mencionada Formación, ambas asignadas al Pleistoceno
tardío, cuya descripción y significado paleoambiental es
ampliamente conocida por los investigadores. El yacimiento
presenta un grado de conservación diferencial de las
paleoicnitas, acompañadas de numerosos restos craneales y
postcraneales de mamíferos. De cuatro sitios de hallazgo,
tres corresponden a “pisaderos“de distintas criaturas.
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La recuperación de
las improntas se realizó mediante la extracción de bloques de
sedimento, y por la obtención de calcos de yeso. La descripción de
las huellas se basó en la terminología empleada por Aramayo y Manera
de Bianco.
Existen dataciones
que permiten asignar a los pisaderos una edad comprendida en 24.550
y 21.000, las cuales indican, respectivamente, la antigüedad carbono
14 de los restos vegetales hallados y la edad de la ceniza volcánica
intercalada.
Las rastrilladas
están compuestas por improntas de pies y manos, cuyas secuencias de
pasos dejada por las icnoespecies cf. Mylodontidichnum
rosalensis, Cf. Hippipeda Vialov, Cf.
Lamaichnum guanicoe y Cf. Odocoileinichnum commune.
Se han hallado
restos óseos de especies de mamíferos indicadoras de condiciones
áridas a semiáridas, e ingresadas en la colección del Museo de Santa
Clara del Mar.
Fuente:
Museo Pachamama.
www.museo-pachamama.com.ar
Recuperan un cráneo de Macrauchenia en el
Pleistoceno de Miramar.
Publicado
en
Paleo. Año
5.
Numero 28. Noviembre de 2007.
El Museo
Municipal Punta Hermengo presento el hallazgo de un cráneo de un
megamamifero que vivió en la región pampeana hace mas de medio
millón de años.
Los restos
fósiles de una extraña criatura prehistórica, que vivió durante
el periodo Pleistoceno en la región pampeana, fueron presentados
en el último número de “Paleo, Boletín Paleontológico”, por el
titular y miembros de la Asociación de Amigos del Museo
Municipal “Punta Hermengo” de la ciudad de Miramar.
El Macrauchenia patachonica,
fue un mamífero de dos metros de altura, tres de largo y 1.400
kilos de peso, que vivió hace mas de medio millón de años en
suelo bonaerense, cuyas descripciones y características
merecerían un papel protagónico en una película de ciencia
ficción.
“El hallazgo de restos fósiles completos de esta especie es poco
frecuente, y cuando esto sucede rápidamente llama la atención de
la comunidad científica nacional y extranjera” – sostuvo el
Museólogo Daniel Boh, titular institucional del museo
miramarense.
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El hallazgo fue realizado por
Cecilio Bajos en sedimentos fosilíferos del litoral
maritimo, en la zona norte de la ciudad balnearia de
Miramar, durante el invierno de 2005. El mismo logro
extraer gran parte del cráneo y su respectivo maxilar,
que actualmente se halla en preparación para su
exhibición.
“Tenía una trompa algo más larga
que los tapires actuales y un parecido con los actuales
camellos, aunque sin jorobas, sus patas eran robustas,
se alimentaban de vegetales gracias a su labio prensil”,
detallo Mariano Magnussen, miembro de la Asociación de
Amigos. |
Macrauchenia
debe su origen desde principios de la Era Terciaria, hace 50
millones de años, cuando Sudamérica quedo aislada del mundo. Aquí
evolucionaron criaturas gigantes e increíbles. Macrauchenia
fue el último representante de los mamíferos “Notoungulados”.
Su existencia en territorio bonaerense es
conocida desde los 2,5 millones de años (comienzo del Pleistoceno),
hasta los 9500 años antes del presente, encontrados asociados a los
primeros grupos humanos en sitios arqueológicos.
En la sala de paleontología del Museo
miramarense, se pueden ver restos fósiles de otras increíbles
criaturas contemporáneas a Macrauchenia, como los
gigantescos armadillos, perezosos, elefantes sudamericanos y tigres
dientes de sable.
Fuente:
Museo Municipal Punta Hermengo de Miramar.
www.museodemiramar.com.ar.
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