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Hallan en dos zonas bonaerenses huevos
eclosionados del genero Rhea.
Publicado
en
Paleo. Año
5.
Numero 29. Marzo de 2008.
Una nidada fosilizada compuesta por varios
fragmentos de cáscaras de gran tamaño, con una antigüedad de unos
780.000 años, fue hallada en la provincia argentina de Buenos Aires,
anunció el Museo Paleontológico de la ciudad de San Pedro.
El hallazgo se produjo en la entrada de una
caverna natural de la zona, en un área de barrancas junto al río
Paraná, indicó el equipo del Museo Paleontológico de la ciudad de
San Pedro (170 kilómetros al norte de la capital argentina) que
realizó el descubrimiento.
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Mientras hacían un muestreo
fotográfico del lugar, personal de ese museo divisó una roca
de la cual emergían algunos llamativos fragmentos de
material fósil.
Con todo el cuidado del caso, los
exploradores retiraron la roca y la llevaron al museo
paleontológico.
La sorpresa fue muy grande cuando,
después de una minuciosa limpieza del material, observaron
que se trataba de los restos de una nidada de huevos
fosilizados, algo nunca antes hallado en esta región de
Argentina. |
"La
roca contiene alrededor de una docena de fragmentos de cáscaras de
un tamaño considerable que seguramente formaban parte del nido de un
ave de gran tamaño. Estas cáscaras se encuentran superpuestas en
tres capas y adheridas a la roca que debió haber sido un sedimento
blando que atrapó a los huevos antes de solidificarse', explicó el
director del museo, José Luis Aguilar.
Por el espesor de las cáscaras, de alrededor
de un milímetro, y las dimensiones de los fragmentos, los
descubridores suponen que pudieron pertenecer a alguna especie de
ñandú que habitó en esta zona o a alguna otra ave de gran tamaño.
Por la disposición que presentan los huevos
fósiles, los expertos creen que el ave que los depositó debió anidar
en el suelo y no en un árbol dado que todas las cáscaras se
conservaron demasiado juntas. 'Esto no habría sucedido si hubieran
caído desde cierta altura, es decir, desde un nido en un árbol',
explicó Aguilar.
Según las primeras apreciaciones efectuadas en
los estratos del lugar del hallazgo, esta nidada habría eclosionado
hace unos 780.000 años atrás, hacia finales de una edad geológica
denominada 'Edad Ensenadense'.
Por otro lado,
la Asociación de Amigos del Museo Municipal “Punta Hermengo” de la
ciudad de Miramar, ha presentado públicamente los restos fósiles
pertenecientes a huevos eclosionados de una gran ave que vivió
durante el Pleistoceno, hace un millón de años antes del presente.
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El
hallazgo se produjo en 1992 por el actual titular del Museo
Municipal en la ciudad de Miramar, ubicada sobre la costa
atlántica Argentina.
Los
mismos fueron recuperados en un tocón (fragmento de
sedimento) el cual, una vez procesados en el laboratorio, se
pudieron observar in-situ mas de una veintena de fragmentos
de cáscaras de huevo de gran tamaño y con mas de un
milímetro de diámetro. |
Si bien faltas
algunos estudios, tentativamente las cáscaras de huevo correspondían
a
Rhea fossilis,
un antiguo
representante de los actuales ñandúes, que desde hace algo mas de 2
millones de años, esta familia de aves endémicas son registrados en
distintos estratos bonaerenses, sostuvo Mariano Magnussen Saffer,
miembro de la Asociación de Amigos del Museo miramarense.
Los primeros registros de ñandúes fósiles fueron dados a
conocer en 1882 por Florentino Ameghino como Rhea fossilis
y posteriormente por Moreno y Mercerat en 1891 como Rhea
subpampeana. Actualmente los restos fósiles se encuentran en
la sala de paleontología del Museo de Miramar.
Fuente:
Museo Municipal “Punta Hermengo” de Miramar.
www.museodemiramar.com.ar
Recuperan fósiles de mamíferos en Monte Hermoso.
Publicado
en
Paleo. Año
5.
Numero 29. Marzo de 2008.
Al oeste del
centro de la ciudad Monte Hermoso, fueron hallados restos óseos
(algunos de gran tamaño) de una gran variedad de megamamíferos, hoy
ya extinguidos que alcanzan los 15 mil años de antigüedad.
Entre los más
notables se encuentran tres fragmentos de caparazón de
Glyptodon, y una mandíbula con un molar de Mastodonte de
gran tamaño (supera los 35 centímetros) y gran cantidad de restos de
perezosos (Megaterio, Scelidoterio, etc.) que se extinguieron hace
no menos de 10 mil años.
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Los
restos fueron hallados por el jefe del Museo Municipal de
Ciencias Naturales, Vicente Di Martino, junto a un
colaborador de la institución, Alberto Méndez, quienes
juntos comenzaron los trabajos de excavación.
“Motivados por el hallazgo de una cadera de Glyptodon
(hallada anteriormente), comenzamos con los trabajos
de extracción pero el mar no permitía hacer correctamente la
labor, por lo que se decidió recorrer la costa en los
alrededores, en lugares donde el mar había retirado la arena
dejando expuestos gran cantidad de sedimentos y de rodados
marinos que nunca habían sido vistos por estar tapados”,
sostuvo Di Martino. |
En el mismo
sentido, agregó: “Es la primera vez en 30 años de trabajo, con
exploración y búsqueda que se logran tanta cantidad de hallazgos de
importancia y en un solo día”.
Resta informar,
que los restos son exhibidos en la sala de exposiciones del Museo
Municipal de Ciencias Naturales de Monte Hermoso, ubicado en el
Centro Cívico Alborada, Faro Recalada 250.
Fuentes:
Agencia NOVA y Grupo Paleo.
Amargatitanis macni
y Nopcsaspondylus
alarconensis.
Nuevas
observaciones del Paleontólogo Sebastián Apesteguia.
Publicado
en
Paleo. Año
5.
Numero 29. Marzo de 2008.
El investigador
argentino Sebastián
Apesteguía acaba de
publicar en la revista Gondwana
Research, un interesante
artículo con la definición de dos nuevos
taxones de dinosaurios. El
autor, gentilmente envió a Grupo Paleo las publicaciones para
compartirlas y brindo algunos datos sobre futuros proyectos.
Amargatitanis
macni
es un
titanosaurio representado
por un material fragmentario de la formación La Amarga (Barremiense
de Neuquén, Argentina).
Describe la escápula, fémur, astrágalo y vértebras caudales. Lo
interesante de este saurópodo
es que es un verdadero
titanosaurio en el
Cretácico Inferior de la
Patagonia, lo que es una prueba más que estos dinosaurios
tienen una historia evolutiva que posiblemente arranca al final del
Jurásico.
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En
1983, el Dr. José F. Bonaparte, director del Área de
Paleontología de la Fundación Félix Azara, y en aquella
época integrante del Museo Argentino de Ciencias Naturales
de Buenos Aires, realizó una campaña a la localidad de La
Amarga, en la provincia de Neuquén.
Esa
localidad daría numerosos materiales fósiles de importancia
como el cuello-largo espinoso Amargasaurus y
los pequeños mamíferos Vincelestes, además de
estegosaurios, reptiles voladores y cocodrilos. |
Sin embargo, tan
notables descubrimientos hicieron que se le prestara poca atención a
otros hallazgos no tan bien preservados. Más de dos décadas después,
el paleontólogo Lic. Sebastián Apesteguía, investigador de la
Fundación y adscripto del Museo Argentino de Ciencias Naturales
Bernardino Rivadavia, prestó especial atención a dichos restos y,
revisando las notas de campo de Bonaparte, llegó a la conclusión de
que algunos de los fósiles colectados por Bonaparte provenían de un
mismo dinosaurio, al que estudió y nominó como Amargatitanis
macni.
El trabajo
científico fue publicado en el último número de la prestigiosa
revista científica Gondwana Research, que se especializa en
hallazgos realizados en continentes que durante la Era Mesozoica se
hallaban en el hemisferio sur. El título del trabajo en inglés es
“The sauropod diversity of the La Amarga Formation (Barremian),
Neuquén (Argentina)”.
Además describe
Nopcsaspondylus
alarconensis del
Coniaciense (Cretácico
Superior), a partir de un material descrito en 1902 por el barón
Nopcsa y que fue recogido a
finales del siglo XIX. No
se conoce exactamente de donde proviene pero posiblemente es de
Picún
Leufú (Neuquén).
Además cambia la diagnosis de
Histriasaurus, un
Rebbachisauroidea
Cretácico Inferior de
Croacia, descrito por el
investigador italiano Dalla
Vecchia a finales de la
década de los 1990
Fuente:
Apesteguía, S. 2007.
The
sauropod
diversity
of
the La Amarga
Formation (Barremian),
Neuquén (Argentina).
Gondwana
Research, doi:10.1016/j.gr.2007.04.007.
Hallan una Paleocueva realizada por
mamíferos gigantes del Pleistoceno
bonaerense.
Publicado
en
Paleo. Año
5.
Numero 29. Marzo de 2008.
Una enorme madriguera realizada por mamíferos
gigantes hace más de medio millón de años, fue presentada
públicamente por los miembros de la Asociación de Amigos del Museo
Municipal Punta Hermengo de la ciudad balnearia de la provincia de
Buenos Aires.
Miramar, como otras
ciudades del litoral marítimo bonaerense, es uno de los pocos
lugares del mundo donde se pueden hallar evidencias de antiguas
cuevas realizadas por perezosos gigantes, hace más medio millón de
años antes del presente, según el boletín paleontológico “Paleo”
donde se publico la noticia días atrás.
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Esta
enorme madriguera o refugio, es conocida paleontologicamente
como “paleocueva”. Por lo general siempre los investigadores
encontraban pequeñas estructuras rellenas de sedimento
atribuidas a roedores o armadillos prehistóricos. En esta
ocasión, la sorpresa fue grande como el mismo
descubrimiento. Se encontraron con una estructura
biogenética que no fue cubierta totalmente por sedimento, y
que no sufrió mayores modificaciones a lo largo de cientos
de milenios. |
Es que Mariano
Magnussen Saffer, miembro de la Asociación de Amigos del museo
miramarense, fue quien noto la existencia y origen de esta enorme
madriguera que algún tiempo albergo animales que pesaban mas de una
tonelada y media, tres metros de largo y dieta vegetariana. De
inmediato se comenzaron los primeros estudios.
"Debido a la
antigüedad de los estratos de la zona que se hallan al norte de
Miramar, la cueva pertenece al Pleistoceno, un período geológico que
se inició hace unos dos millones de años y terminó hace diez mil
años atrás, e inferimos de esta manera, que la cueva pertenecería a
Scelidotherium, pues, las marcas de garras en techos y
paredes de la misma reflejan su biomecánica y anatomía morfológica",
dijo Daniel Boh, director del museo municipal.
Lo trascendental de
esta paleocueva, es que se pudo ingresar a una de las cámaras
principales, cuyo túnel tiene un diámetro de 1,90 metros, con
secciones parcialmente cubiertas de sedimentos secundarios, con
finas láminas de barro solidificado depositadas en sucesivas
inundaciones, a lo largo de varios milenios.
A solo unos metros,
se halla otra galería que se comunicaba a la superficie, y que solo
quedo tapado por sedimento en su ingreso, preservando el interior
como en su forma original. Los investigadores pudieron caminar de
pie por esta corta galería, parcialmente erosionada, que se extiende
por unos 10 metros y con un diámetro de 1,7 metros.
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Lo
sorprendente fue la observación de las marcas de garras en
los laterales y techos de ambas bifurcaciones, de las cuales
se recuperaron varios moldes.
Los
científicos suponen que, por las medidas que posee la cueva
y las características marcas de excavación, la madriguera
fue realizado por un Milodontino, posiblemente del género
Scelidotherium s.p, un extinto perezoso
prehistórico de gran tamaño, y común en el registro
fosilífero de la región pampeana, con el propósito de
refugio, cuidado de ejemplares juveniles o mantener el
control sobre la temperatura y humedad de sus cuerpos. Pero
también sirvió como refugio de un carnívoro, pues se
observaron una pequeña acumulación de huesos mordidos.
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El hallazgo podría
aportar nuevos datos sobre las condiciones climáticas en el momento
en que fue construida y también los datos anatómicos del animal que
la excavó, es otra manera de conocer como vivían estos animales,
cuya información no puede ser recuperada de sus grandes huesos.
Un hecho curioso y
ligeramente relacionado, fue el descubrimiento de otra paleocueva en
2004 (pero sin estructura interna), cuyo techo había colapsado. De
su interior el personal del museo miramarense recupero un esqueleto
de 3 metros de largo de Scelidotherium leptocephalum,
seguramente de una hembra adulta, abrazando su pequeña cría. Parte
de este material se halla en exhibición.
A los interesados
en conocer más sobre este y otros hallazgo, invitamos visitar
www.museodemiramar.com.ar.
Pichones de dinosaurio
rompían
Cáscara de huevo con un diente.
Los pichones de
los dinosaurios herbívoros que hace 80 millones de años vivían en la
Patagonia, se valían, para nacer, de un pequeño ‘diente’ con el que
rompían la cáscara del huevo, como lo hacen muchas aves y
cocodrilos, según paleontólogos que investigan la evolución de esos
embriones.
La
interpretación de este fenómeno forma parte de una tesis doctoral
que elabora el paleontólogo Rodolfo García, becario del Consejo
Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), bajo
la dirección del profesor Leonardo Salgado, de la Universidad
Nacional del Comahue.
Algunos aspectos
de ese estudio fueron anticipados en un encuentro de paleontólogos
realizado recientemente en la ciudad neuquina de Plaza Huincul.
Salgado explicó
que pudieron constatar que los embriones de dinosaurios saurópodos
(herbívoros) analizados en el trabajo tenían una ‘protuberancia’ en
la estructura maxilar, que no presentan los ejemplares adultos.
Puede compararse
con un diente’ o ‘definirse como una protuberancia o un chichón de
hueso en el maxilar’, dijo, y esto permitía a los pichones romper la
cáscara de huevo y nacer, de manera similar a las aves y a los
cocodrilos. Los huevos fueron hallados hace ocho años en el cerro
Auca Mahuída, en Neuquén, por los paleontólogos Rodolfo Coria, del
Museo ‘Carmen Funes’ (Plaza Huincul), y Luis Chiappe, del Museo de
Ciencias Naturales de Los Angeles (Estados Unidos).
El yacimiento de
Auca Mahuída contiene miles de huevos en un radio de entre 25 a 30
kilómetros, por lo que se presume que los dinosaurios se
concentraban para depositarlos allí y cuidarlos.
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Estos
son ‘únicos en el mundo’, indicó, y permitieron ‘avanzar en
estos estudios que según los elementos que hemos investigado
nos llevan a realizar esta interpretación de cómo nacían los
pichones de dinosaurio’.
Salgado
señaló que ‘este trabajo no es individual sino que el
proyecto Auca Mahuída y el intercambio de información ha
permitido desarrollar una serie de investigaciones referidas
a la evolución de los dinosaurios saurópodos’, como en este
caso. |
En los últimos
años, las tareas de investigación de los expertos ha permitido
conocer la riqueza de los yacimientos paleontológicos de la región,
que son base de numerosas tesis doctorales. En el caso de los
saurópodos, en cercanías de Plaza Huincul fue hallado el ejemplar
más grande del mundo, bautizado como ‘Argentinosaurus huinculensis’.
Por los restos fósiles encontrados, se trataba de un enorme
dinosaurio de cuello largo, con cuatro patas, casi 40 metros de
largo y 10 de alto.
En El Chocón se
halló el dinosaurio carnívoro más grande hasta ahora, lo que hizo
trascender a nivel internacional la región tanto para los
investigadores como para el turismo, que desde entonces se ha
volcado masivamente a la zona.
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