Recuperan magnifica mandíbula de un gran herbívoro en
Bariloche.
Publicado
en Paleo.
Año XII. Numero 108. Julio de 2014.
La Asociación
Paleontológica
Bariloche (APB)
colaboró junto a socios y paleontólogos en el rescate de una mandíbula
completa de un probable Toxodontido (gigante notoungulado extinto
parecido a un bisonte) en la traza de la nueva ruta para ser trasladado
al Museo de Paleontología de Bariloche.
Los toxodontos son un
suborden extinto del orden Notoungulata. Habitaron en Sudamérica,
ocupando una gran variedad de nichos ecológicos y desarrollando especies
de animales herbívoros de aspecto muy distinto. La mayoría eran
cuadrúpedos digitígrados.
El nombre del grupo
deriva del género Toxodon, el primer ejemplar que se descubrió,
un gran herbívoro del tamaño del actual rinoceronte negro con cuatro
dedos en cada pata.
El suborden de
los toxodontos estuvo muy difundido y diversificado durante el
Eoceno, el Oligoceno y el Mioceno, cuando algunas especies
alcanzaron el tamaño de caballos, o incluso de rinocerontes. La
mayoría no se extinguieron hasta que apareció el Istmo de Panamá
en América Central (gran intercambio americano), tras lo cual
sobrevivió alguna especie de Toxodon y Mixotoxodon.
El suborden
incluye los notoungulados de mayor tamaño, concretamente los de
la familia Toxodontidae que apareció durante el Oligoceno (Proadinotherium);
otro toxodóntido bien conocido es Nesodon, del Mioceno,
de tamaño medio y descendiente de Proadinotherium.
El mencionado
Toxodon evolucionó durante el Plioceno junto con Trigodon;
ambos eran de gran tamaño y poseían cuernos proyectados hacia adelante,
análogos a los de los rinocerontes.
Eran animales que se
diversificaron mucho y presentan notables diferencias entre los grupos
que lo forman debido a que se diversificaron en nichos ecológicos, en
algunos casos, bastante distantes. El cráneo es muy largo en relación
con el cuerpo. La parte anterior de la cabeza era ancha, los labios eran
con toda probabilidad prensiles y les servían para recoger el pasto. Los
arcos cigomáticos son de gran tamaño. Podían alimentarse de la
vegetación dura y correosa de los árboles, las pampas y las estepas
semidesérticas.
En las patas delanteras
tenían garras enormes y curvadas, que probablemente usaban para agarrar
las hojas de los árboles ya que eran ramoneadores en los bosques y es
posible que se pusiesen de pie sobre sus patas traseras para alcanzar
las ramas más altas. Sus miembros eran gruesos, por lo que no parece que
pudiera alcanzar gran velocidad.
Aparentemente, las
adaptaciones del cráneo y la dentadura de los Toxodonta surgieron como
respuesta al consumo de pastos, pero después les permitieron adaptarse a
una dieta vegetariana más generalista, es decir, podían consumir una
amplia variedad de alimentos. Los últimos Toxodonta desaparecieron hace
unos 12.000 años, en las famosas extinciones de la megafauna
pleistocénica.
Fuente; APB..
Identifican por primera vez fósil de Yaguareté en el
NEA.
Publicado
en Paleo.
Año XII. Numero 108. Julio de 2014.
Investigadores de
la UNNE y el CECOAL identificaron un fósil de más de 10 mil años
hallado en la provincia de Formosa, que se constituyó en el primer
registro fósil de un yaguareté en esta zona del país.
Se
trata de uno de los cráneos mejor preservado de la especie Pantera
onca. Los restos fueron hallados en las barrancas del río Bermejo a
la altura de la localidad de General Mansilla por parte del personal
del Museo de Ciencias Naturales de Formosa.
Enseguida docentes e investigadores de la Facultad de Ciencias
Exactas y Naturales y Agrimensura de la UNNE y del Centro de
Ecología Aplicada del Litoral (UNNE-CONICET) quienes reconocieron el
excelente estado de preservación de los restos.
Alfredo
Zurita, Alicia Lutz y Ángel Miño-Boilini, del equipo de
paleontólogos de la UNNE, confirmaron que los restos
hallados corresponden a un cráneo, una mandíbula, una
vértebra y parte de un húmero de un ejemplar de Yaguareté
perteneciente a la especie actual Panthera onca.
“Se está
ante el hallazgo de un fósil excepcional, que se constituye
en el primer registro fósil de un yaguareté para el nordeste
del país” resaltó el doctor Zurita.
Agregó
que a su vez representa uno de los cráneos mejor preservado que se
conoce para esta especie. Una comparación realizada por los
paleontólogos de la UNNE entre este cráneo fósil con cráneos actuales de
yaguaretés muestra una similitud morfológica casi absoluta.
El
cráneo, en excepcional estado de preservación, corresponde, según
Zurita, sin dudas a un ejemplar de avanzada edad de yaguareté, a juzgar
por el gran desgaste de los dientes. “Su estado de preservación nos
indica que el lugar del hallazgo no debió estar muy lejos del sitio en
donde murió este gran felino hace unos 10.000 años”.
Reiteró
que constituye un hallazgo muy interesante, ya que los registros de
carnívoros fósiles son muy poco frecuentes. Sin embargo, el equipo de
paleontólogos de la UNNE destacó los niveles fosilíferos de las
barrancas del río Bermejo en la provincia de Formosa, pues han aparecido
un alto número de restos de mamíferos fósiles cuaternarios, actualmente
alojados en las colecciones del Museo de Ciencias Naturales de Villa
Escolar.
Dataciones efectuadas, mediante la metodología del carbono 14, de los
niveles de donde proceden los restos fósiles indican una antigüedad
cercana a los 10.000 años, tiempo en el cual ya faltaba relativamente
poco para que gran parte de los grandes mamíferos (algunos de más de 3
toneladas), que habitaban no solamente esta región sino toda América del
Sur, desaparecieran por causas aún no del todo conocidas.
Informe: José Goretta, Presa UNNE
Descubren huellas de animales del Paleozoico en Mendoza.
Publicado
en Paleo.
Año XII. Numero 108. Julio de 2014.
Investigadores del
Instituto de Estudios Andinos Pablo Groeber de la UBA-Conicet, junto con
colegas de otras instituciones, han dado a conocer, en el afamado
periódico Historical Biology, interesantes resultados sobre icnitas
(huellas) de vertebrados que datan del pérmico (un período de la era
Paleozoica, hace más de 250 millones de años).
En este
trabajo se describen abundantes huellas de tetrápodos. Así se llama a
los animales vertebrados con cuatro extremidades (ya sean para
desplazarse o manipular). Los anfibios, reptiles, mamíferos y aves son
tetrápodos; esto incluye a los sin patas y a las serpientes, cuyos
antepasados tenían cuatro patas.
También
se informó que se encontraron trazas de invertebrados del Pérmico
Inferior en la Formación Yacimiento Los Reyunos.
Según explican
sobre el hallazgo, las huellas “están preservadas en areniscas
que provienen de distintas canteras de laja ubicadas en las
inmediaciones de la Sierra Pintada y de las Sierras de las
Peñas, dentro del Bloque de San Rafael, en el sudoeste de
Mendoza.
La importancia
de estos registros radica en que son los más antiguos de
amniotas para Gondwana (un antiguo bloque continental que
resultó de la porción meridional de Pangea, cuando se extendió
el mar de Tetis hacia el oeste)”.
Las
huellas identificadas más abundantes corresponden a “icnotaxones
(huellas) ya conocidos del Pérmico de Laurasia, como Chelichnusduncani y
Chelichnusgigas, y las trazas de invertebrados han sido identificadas
como pertenecientes a excavaciones simples sub-horizontales (Palaeophycustubularis)
y verticales (Skolithosi) preservadas en ambientes de dunas eólicas”.
“El
análisis de los posibles productores de las huellas muestra que los
mismos representarían al menos tres taxones diferentes de tetrápodos
(que estarían) relacionados a los mamíferos y ya estarían diversificados
y ocupando ambientes desérticos”, explica el artículo.
Asimismo, informa que “las rastrilladas estudiadas de la Formación
Yacimiento Los Reyunos son unos de los pocos ejemplos conocidos de
huellas de tetrápodos preservadas en ambientes eólicos para el
Paleozoico de Gondwana, e incluso para Pangea, dado que es recién para
el Pérmico más alto que se hacen abundantes”. Fuente: Cordillera.
Protección internacional para la Reserva de Pehuen Có.
Publicado
en Paleo.
Año XII. Numero 107. Julio de 2014.
La Reserva Geológica, Paleontológica y Arqueológica Provincial Pehuén Co-Monte
Hermoso es un área protegida
con una antigüedad de
más de 12.000 años y que contiene impresas las pisadas de megaterios,
gliptodontes, mastodontes y macrauquenias entre otros
animales del pasado. Aunque tiene la categoría de reserva, el gobierno
bonaerense solicitó a la Unesco que la incluya dentro de los territorios
catalogados como Patrimonio de la Humanidad.
La
importancia de la solicitud radica en que estos yacimientos sufren
modificaciones por la lenta e inevitable erosión marina y la acción
humana. El
área protegida conserva un corte labrado por la ingresión marina durante
el Holoceno, un registro geológico, paleontológico y arqueológico de
características excepcionales. Conforma una franja de
aguas, playas y barrancas de importancia excepcional debido a su rico
yacimiento de paleocnitas. Tiene una superficie total de 16,5 km2 y se
extiende a lo largo de 25 km de playa.
El
yacimiento de huellas fósiles de Pehuen-Co está constituido por
capas de limo arcilloso que asoman entre la arena de la playa.
“Precisamente
su importancia paleontológica radica en la calidad y cantidad de
esas huellas presentes, muchas de ellas pertenecientes a grandes
mamíferos extinguidos, también la conservación
de restos
fósiles de más de 5 millones de años“, indicaron
en el Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible (Opds).
La
reserva
está constituida por tres áreas discontinuas que fueron testigos de la
vida de hace miles o millones de años y nos narran cómo fueron las
mismas. El área 1 conserva restos de mamíferos fósiles
de hasta 5 millones de años y en el área 2 se encuentran pisadas fósiles
de aves y mamíferos de hace 12000 años, destacándose las huellas de
grandes mamíferos ya extinguidos como el megaterios, mastodontes o
gliptodontes. Por su parte, el área 3 posee
pisadas de humano de 7000 años de antigüedad, junto con los materiales
que los mismos usaban.
“Somos
absolutamente optimistas con respecto al resultado que vayamos a obtener
dado que sabemos del interés cierto y real que existe en la UNESCO con
respecto a este tema en particular”, dijo Hugo Bilbao, titular del OPDS.
La Reserva Natural Pehuén Co-Monte Hermoso se encuentra ubicada en la
jurisdicción de los Partidos de Coronel Rosales y Monte Hermoso, al sur
de la Provincia de Buenos Aires. Fuente: Opds.
Se realizaron las XXVIII Jornadas Argentinas de
Paleontología de Vertebrados.
Publicado
en Paleo.
Año XII. Numero 107. Julio de 2014.
Dio comienzo el
encuentro de paleontólogos más importantes de Argentina y Latinoamérica.
Las 28° Jornadas Argentinas de Paleontología de Vertebrados finalizan
hoy viernes.
Entre los días 21 y 23
de Mayo de 2014, se desarrollaron las XVIII Jornadas Argentinas de
Paleontología de Vertebrados en la ciudad de Zapala y Villa El Chocon,
Neuquén., que se organizan anualmente en diferentes sedes del país y
reúnen a la mayoría de los investigadores más prestigiosos
pertenecientes a la comunidad paleontológica argentina como así también
a grupos de paleontólogos internacionales, técnicos y artistas
relacionados, en su mayoría de países latinoamericanos.
Las Jornadas se
desarrollan generalmente en un marco de opiniones y discusiones
de los últimos hallazgos e investigaciones sobre la
paleontología de vertebrados en Argentina, Sudamérica y el mundo
Expusieron sus
trabajos destacados paleontólogos e investigadores. Se
realizarán mesas redondas con interesantes debates, exposiciones
de pósteres, conferencias, simposios, cursos de postgrado, y se
realizado una muestra de paleoarte, con la participación de
importantes paleoartistas y viajes post-jornadas
Lo más destacado en
esta oportunidad, es la presentación de la Fundación Argentavis, cuya
sede se encuentra en Berazategui. La misma exhibe en su stand material
científico y corporaciones de dinosaurios en escala natural y mamíferos
fósiles, calcos de restos óseos, utilizando modernas técnicas de
reconstrucción. No menos llamativo es la reconstrucción in situ de un
marsupial dientes de sable, llamado Thylacosmilus, realizado por el
Museo de Miramar.
La misma esta
organizada por el Museo Provincial de Ciencias Naturales “MOZ de
Zapala”, el Museo Paleontológico “MEB” de Villa El Chocon y el Museo
Carmen Funes, contando además con el soporte de la Asociación
Paleontológica Argentina, Fundación de Historia Natural Félix de Azara e
instituciones gubernamentales.
El viernes 23, se
dieron por cerradas las Jornadas Paleontológicas 2014 en la localidad de
Villa El Chocon, Neuquén. Fuente Funacion Argentavis.
Exhibirán un extraño marsupial dientes de sable en el
Museo de Miramar.
Publicado
en Paleo.
Año XII. Numero 106. Julio de 2014.
El extraño esqueleto de
Thylacosmilus, que se extinguió hace 4 millones de años, será
exhibido en el Museo de Miramar. Antes fue presentado a la comunidad
científica nacional y extranjera en un encuentro de investigadores.
Después de un arduo
trabajo, en que se pusieron conocimientos técnicos y científicos, el
Museo Municipal Punta Hermengo de Miramar, dependiente de la Secretaria
de Turismo y Cultura de la Municipalidad de General Alvarado, exhibirá
la recreación in situ de un esqueleto del único mamífero marsupial del
mundo con “dientes de sable”.
Por lo general,
los tigres dientes de sable son bien conocidos en distintas
zonas del mundo, representados por su máximo representante el
Smilodon (que también esta exhibido en nuestro museo), que
llego a nuestra zona hace algo mas de 1,5 millones de años.
<<<Esqueleto terminado para exhibir.
Pero mucho antes, en 8
y 4 millones de años atrás, vivieron en América del Sur, un grupo
totalmente aislado de mamíferos marsupiales (con marsupio como los
canguros y zarigüeyas) que desarrollaron características similares en
sus dientes en forma de “sable”, único entre los mamíferos autóctonos
sudamericanos.
Este marsupial, llamado
Thylacosmilus atrox, es conocido tan solo por un puñado de restos
parcialmente completo, cuya pieza mas destacada, es un cráneo hallado en
la localidad vecina de Chapadmalal. Justamente, de este ejemplar, y
basado en características anatómicas comparadas, Mariano Magnussen Saffer pudo recrear un esqueleto muy completo de lo que fue
este raro y peculiar carnívoro, usando las mismas técnicas que se
utilizan para los grandes dinosaurios.
Ahora, el Museo Punta
Hermengo será la segunda institución del mundo, que recrea y exhibirá
como fue el Thylacosmilus hace mas de 4 millones de años, dando
una aproximación de su talla y forma.
Así mismo, el Museólogo
Daniel Boh, titular de la institución indico que el esqueleto estará
exhibido en el Museo local próximamente, ya que desde el 20 al 24 de
mayo será exhibido y presentado a la comunidad científica nacional y
extranjera en las XXVIII Jornadas Argentinas de Paleontología de
Vertebrados en Zapala- Chocon, Neuquén, junto a otros estudios
científicos que presentara el museo miramarense sobre perezosos gigantes
hallados en nuestra zona.
La financiación de este
trabajo, fue realizada con los aportes de la Asociación de Amigos del
Museo de Miramar y el apoyo de la Dirección de Cultura. Para más
información, visite
www.museodemiramar.com.ar
Hallan en Argentina al dinosaurio más grande jamás
descubierto.
Publicado
en Paleo.
Año XII. Numero 106. Julio de 2014.
La medición de su fémur
es un buen patrón para estimar su tamaño. Un grupo de paleontólogos
anunció el descubrimiento bajo suelo argentino de la "criatura más
grande que ha caminado sobre la Tierra".
Se
estima que este gigantesco dinosaurio era de unos 40 metros de largo por
20 de alto, partiendo de la longitud de los enormes huesos de sus
extremidades inferiores, específicamente el fémur. Con un peso de 77
toneladas, se cree que era tan pesado como 14 elefantes africanos.
Además
es siete toneladas más pesado que el anterior poseedor del récord, el
Argentinosaurus. Los científicos creen que es una nueva
especie de titanosaurio, unos enormes herbívoros que vivieron durante el
Cretácico Tardío, es decir, la era de la prehistoria que corresponde a
los últimos días de los dinosaurios.
Un
agricultor local se tropezó primero con los restos en el desierto cerca
de La Flecha, una localidad argentina ubicaba a unos 250 kilómetros al
oeste de Trelew, en la Patagonia.
Los
fósiles fueron excavados por un equipo de paleontólogos del Museo de
Paleontología Egidio Feruglio, dirigido por los doctores José Luis
Carballido y Diego Pol.
"Dado
el tamaño de estos huesos, que superan a cualquiera de los
animales gigantes conocidos previamente, el nuevo dinosaurio es
el animal más grande conocido que caminó sobre la Tierra"
En el trabajo de excavación se desenterraron los
esqueletos parciales de siete especímenes -alrededor de 150
huesos en total- todos en "condición extraordinaria".
Un equipo de
filmación de la Unidad de Historia Natural de la BBC estuvo allí
para capturar el momento en que los científicos se dieron cuenta
con exactitud de la verdadera dimensión del descubrimiento.
Mediante la medición de la longitud y la circunferencia del fémur, se
calcula que el animal pesaba 77 toneladas. "Dado el tamaño de estos
huesos, que superan a cualquiera de los animales gigantes conocidos
previamente, el nuevo dinosaurio es el animal más grande conocido que
caminó sobre la Tierra", aseguraron a la BBC los paleontólogos
argentinos.
"Su
longitud, desde la cabeza hasta la punta de la cola, era de 40 metros.
De pie, con el cuello hacia arriba -que era de unos 20 metros- estamos
hablando del equivalente a un edificio de siete pisos".
Este
herbívoro gigante vivió en los bosques de la Patagonia hace 95-100
millones de años, en base a la edad de las rocas en las que se
encontraron sus huesos.
Se cree que este
ejemplar es una nueva versión del Argentinosaurus, ilustrado en esta
foto. Pero a pesar de su magnitud, no tiene nombre todavía. "Va a ser
nombrado en base a su magnificencia y en honor a la región y a los
propietarios de las granjas que nos alertaron sobre el descubrimiento",
dijeron los investigadores.
Ha
habido muchos contendientes anteriores para el "dinosaurio más grande
del mundo". El más reciente pretendiente al trono fue el Argentinosaurus, un
especimen similar de la familia de los saurópodos, también descubierto
en la Patagonia.
Originalmente
se pensó que pesaba 100 toneladas, pero más tarde se estimó en
70, un poco menos de las 77 toneladas que se cree pesó este
nuevo saurópodo.
La estimación
es poco precisa debido a los diversos y complicados métodos para
calcular el tamaño y peso, basados en esqueletos que están
generalmente incompletos. El peso y la magnitud del Argentinosaurus se
estimó a partir de unos pocos huesos. Pero en esta ocasión, los
investigadores argentinos tienen decenas en su poder, lo que les
genera más confianza a la hora de asegurar que encontraron "el
más grande".
Paul
Barrett, experto en dinosaurios del Museo de Historia Natural de
Londres, está de acuerdo en que la nueva especie es "un bicho realmente
grande. Pero ya se han hallado en el pasado grandes huesos de muslos de
saurópodo", advirtió.
"Sin
saber más sobre este reciente descubrimiento, es difícil estar seguro.
Un problema al momento de evaluar el peso tanto del Argentinosaurus como de este
nuevo descubrimiento es que los dos están basados en muestras muy
fragmentadas. Aún no se conoce un esqueleto completo, lo que hace que
las proporciones del animal y su forma general sean solo conjeturas.
"Por
otra parte, existen varios métodos diferentes para calcular el peso de
los dinosaurios (algunos basados en el volumen general, otros en varias
mediciones de los huesos) y estos métodos no siempre están de acuerdo
entre sí, lo que crea cierta incertidumbre.
"Sin
embargo, es interesante escuchar que se ha descubierto otro enorme
saurópodo, pero lo ideal es que necesitaríamos mucho más material de
estos animales de gran tamaño para determinar lo grande que realmente
eran". Fuente: Argentino.
Leinkupal laticauda, el primer saurópodo diplodócido
de América del Sur.
Publicado
en Paleo.
Año XII. Numero 105. Julio de 2014.
El
descubrimiento de una nueva especie de dinosaurio saurópodo, 'Leinkupal
laticauda', en Argentina puede ser el primer registro de un
diplodócido de América del Sur y el más joven de este género en el
mundo, según los resultados publicados en la revista de acceso
abierto 'Plos One' por Pablo Gallina y sus colegas de la Fundación
Azara, de la Universidad de Maimónides, y el Museo E. Bachmann, en
Argentina.
Los
diplodócidos son parte de un grupo de dinosaurios saurópodos
conocidos por sus grandes cuerpos, así como por cuellos y colas
extremadamente largos. Los científicos de este trabajo han
identificado un nuevo saurópodo diplodócido del periodo Cretácico
Temprano en la Patagonia, en Argentina, el primer saurópodo
diplodócido descubierto en América del Sur.
Aunque
los huesos están fragmentados, los investigadores encontraron
diferencias entre esta especie y otras de diplodócidos de América del
Norte y África en las vértebras de la cola, donde se conecta con el
cuerpo. Estas divergencias justifican que los autores hayan puesto un
nuevo nombre a esta especie, 'Leinkupal laticauda'.
Además, como 'Leinkupal
laticauda' aparentemente vivió mucho más tarde que sus primos de
América del Norte y África, su existencia sugiere que la
supuesta extinción de los diplodocidos alrededor del final del
principio del Jurásico o del periodo Cretácico no se produjo a
nivel mundial, sino que este sobrevivió en América del Sur por
lo menos durante una parte del Cretácico Temprano.
Los restos de
un diplodócido (como también se conoce a los brontosaurios,
término caído un poco en desuso en la comunidad científica) en
la zona de Bajada Colorada, en la Patagonia Norte.
La
familia de los brontosaurios es uno de los iconos de la Prehistoria,
dinosaurios de una veintena de metros con interminables cuellos y largas
colas que hemos visto en cientos de dibujos y entre cuyas mastodónticas
patas pasaban sobre una moto los protagonistas de Parque Jurásico.
Por sus
dimensiones son de los animales más conocidos y carismáticos junto con
el temido Tiranosaurio Rex o los peculiares Triceratops. Si han llegado
a ser tan representativos los enormes diplodocus o los apatosaurios es
gracias a que el filántropo Andrew Carnegie distribuyó el siglo pasado
numerosos esqueletos completos a los principales museos del mundo.
En
Norteamérica abundan los restos de brontosaurios, que vivieron en el
Jurásico Superior –hace entre 144 y 200 millones de años- y también se
ha hallado restos en España y en África. Sin embargo, no había
constancia de su presencia en América del Sur. Según se publica en el
último número de la revista Plos ONE, paleontólogos argentinos han
descubierto restos de un diplodócido. Este dinosaurio es considerado
como el último representante de esta familia encontrado hasta la fecha y
el primero hallado en la mitad sur del continente americano.
“Es
imposible asegurar que fue el último espécimen en extinguirse, pero sí
sabemos que es último diplodócido que vivió del que tenemos registro”,
afirma Pablo Ariel Gallina, autor principal del artículo, que trabaja en
el Área de Paleontología de la Fundación de Historia Natural “Félix de
Azara” (CEBBAD, CONICET), de la Universidad Maimónides de Buenos Aires
(Argentina).
El nuevo
dinosaurio ha sido bautizado como Lainkupal laticauda.
En idioma mapudungún o mapuche “Leinkupal” significa “familia
que desaparece” ya que el hallazgo corresponde al último
representante de la familia de los diplodócidos; y “laticauda”,
que en latín significa “cola ancha”, hace referencia a esta
característica tan particular de este dinosaurio.
“Existen dos diferencias fundamentales con otros brontosaurios. Una es
el ancho relativo de las vertebras de la base de la cola, lo que nos
dice que este dinosaurio poseía una importante musculatura caudal que le
permitía realizar movimiento laterales con mucha más precisión y fuerza
que otros diplodócidos.
Ya se
ha propuesto previamente que los diplodócidos poseían una larga cola con
importante musculatura que le permitía realizar movimientos en forma de
látigo como herramienta defensiva. Esta condición está mucho más
desarrollada en este nuevo diplodócido (ver recreación artística). La
otra diferencia es el tamaño total de este dinosaurio que no supera los
9 metros de largo, frente al resto de los diplodócidos que superan
ampliamente los 20 metros de longitud”, explica Gallina a esta agencia
de noticias.
El
secreto de la letal cola del
Lainkupal reside en que, además de ancha, estaba neumatizada,
es decir, que posee cavidades donde alojaba sacos con aire e insertaba
fuertes músculos que le permitían dar esos poderosos coletazos
laterales, de un modo aún más marcado que el de otros dinosaurios
similares.
Aunque
no había pruebas hasta ahora de que esas tierras argentinas hubieran
sido escenario de la vida de un diplodócido, “sí sabíamos –comentan los
autores- de algunos de sus parientes lejanos. Por ejemplo, los
rebaquisáuridos con sus hocicos anchos y los dicreosáuridos con sus
lomos espinosos, los parientes más cercanos de los diplodócidos”.
Durante el
Jurásico los dinosaurios saurópodos alcanzaron tamaños colosales
en todo el globo, pero en forma independiente. Su distribución
geográfica estaba influenciada por el clima, particularmente por
el vasto desierto extendido entre Sudamérica y África: el
desierto de Gondwana Central.
Este ambiente
habría aislado a las faunas del sur de Gondwana de aquellas de
más al norte desde el Jurásico. La región de la que proceden los
fósiles patagónicos de principios del Cretácico era parte de una
faja subtropical seca con inviernos húmedos, extendida entre los
30° y 40° de latitud. Su correspondiente en el hemisferio norte
abarcaba el centro de Norteamérica y la franja europea inundada
por el mar de Tethys.
“Una de
las mayores satisfacciones de un paleontólogo es identificar en los
fósiles algo que contradice, matiza o amplía lo ya conocido ya que, como
en el resto de las disciplinas científicas, esto produce como resultado
que, automáticamente, todos nos volvemos un poquito más sabios y
conocemos mejor la historia de la vida en el planeta”, afirma Francisco
Ortega, del Grupo de Biología Evolutiva de la Facultad de Ciencias de la
Universidad Nacional de Educación a Distancia tras conocer el trabajo
de sus colegas argentinos.
“Muchos
de los aficionados a la paleontología de dinosaurios –continúa Ortega-
serán capaces de relacionar algunos de los saurópodos diplodócidos más
populares, como Diplodocus o Apatosaurus, con los yacimientos del
Jurásico Superior (hace unos 150 millones de años) de América del
Norte. Probablemente muchos menos tengan en mente que estos diplodócidos
también vivieron en ese momento en Europa y África, pero muy pocos no
profesionales serían conscientes de su ausencia en América del Sur y de
lo relevante que esto era para explicar la historia evolutiva del grupo.
Bueno,
pues ya no es necesario que piensen en ello tras el anuncio de Pablo
Gallina y colaboradores de que han identificado en el Cretácico Inferior
los restos del primer dinosaurio saurópodo diplodócido conocido en
América del Sur. Esto extiende el registro conocido del grupo en dos
direcciones. Por una parte, lo sitúa en un territorio que no tenía
porque serle extraño: hay diplodócidos en territorios vecinos y no son
raros los parientes cercanos del grupo en América del Sur.
Pero,
por otra parte, nos muestra por primera vez que los diplodócidos, y en
este caso formas muy cercanas al propio Diplodocus, fueron capaces de
sobrevivir en Patagonia a la desaparición de todos sus parientes
cercanos en el resto del mundo. Demos, por tanto, la bienvenida a Leinkupal laticauda, el
diplodócido que sobrevivió en Patagonia a sus parientes más cercanos y
que hoy nos desvela está pequeña parte de la historia del planeta”.
El
paleontólogo Sebastián Apesteguía, discípulo del prestigioso José
Fernando Bonaparte, junto a su colega Pablo Gallina, los dos
investigadores del Conicet en la Fundación Féliz de Azara, de la
Universidad Maimónides, encabezaron el equipo que hizo este hallazgo.
Para
hacer las excavaciones se asociaron al equipo del Museo Municipal
Ernesto Bachmann, de Villa El Chocón, en Neuquén. Formado por Alejandro
Haluza y Juan I. Canale. El objetivo fue explorar las rocas depositadas
al principio del Cretácico, hace 140 millones de años. No imaginaban que
su hallazgo sería tan importante: probar que este animal vivió también
en Sudamérica. Fuente El Argentino.
Zooarqueologia en Centinela del Mar atribuido al
siglo XVI.
Publicado
en Paleo.
Año XII. Numero 104. Mayo de 2014.
Los restos de un
asentamiento aborigen, con restos culturales, numerosos huesos de
animales, cerámica y metal, fueron recuperados en la localidad de
Centinela del Mar, y se tratarían de la época postconquista-colonial,
atribuible al siglo XVI.
Personal del Museo
Municipal Punta Hermengo, dependiente de la Secretaria de Turismo y
Cultura de la Municipalidad de General Alvarado, anunciaron el
hallazgo de elementos zooarqueologicos y antropologicos de la época
postconquista-colonial.
El material
recuperado esta constituido por 246 objetos asociados, entre ellos,29 artefactos de piedra, 5 de cerámica, 47 restos óseos de
Equus caballus (caballo europeo), 65 de Lama guanicoe (guanaco), 4
Lagostomus maximus (Vizcacha), 1 de Arctocephalus (Lobo Marino) 89
restos de cáscara de huevo de Rhea americana (Ñandu) y 5 piezas de
hierro, posiblemente de una lanza o cuchilla.
Este antiguo
asentamiento transitorio fue encontrado hace algunos años atrás en
la localidad de Centinela de Mar en las exploraciones periódicas del
Museo de Miramar, y es el primero atribuido a esta época histórica
del país, relativamente paralela a la primera fundación de Buenos
Aires (1541) y a las primeras exploraciones coloniales europeas en
la región.
Si bien se
sabia que los restos eran muy recientes a los acostumbrados
a catalogar, se pudo determinar que el rango del
asentamiento fue el siglo XVI, ya que los restos de un
ejemplar adulto y un juvenil de Equus, corresponden a una
especie introducida por los primeros colonos europeos, y
justamente para esta época habrían proliferado en estado
salvaje (desde el año 1550) en gran parte de América,
principalmente en la región pampeana y patagónica, y fueron
parte sustancial en recursos económicos y alimenticios por
los pueblos originarios.
Otro indicador, son
los restos de Lama guanicoe, los cuales proliferaron en la región
pampeana durante miles de años, extinguiéndose localmente en el
siglo XVI, sumado a esto, lo moderno de la alfarería aborigen es
típica de la época colonial y los restos de hierro en mal estado de
conservación.
Los restos de Equus
y Lama, presentan severas marcas de corte y descarne. Algunas
claramente realizadas por instrumento de piedra, mientras que en un
omoplato de guanaco juvenil, se asemejan a cortes de hoja metálica
por su profundidad y delgadez, la cual esta sujeta a análisis.
Esta evidencia
aislada no permite asegurar si se trata de un elemento de
manufactura local, o si su procedencia se debe a algún tipo de
transporte o intercambio desde otra zona, o bien, de intercambio o
enfrentamientos culturales hispano-indígena. El tipo de cerámica
recuperada demuestra que pertenece a tiempos posteriores a la
Conquista, cuyos grupos portadores, posiblemente provengan del norte
de la pcia. de Buenos Aires o Santa Fe.
El
material próximamente será estudiado por especialistas
en zooarqueologia e historia, y serán exhibidos en una
futura muestra que prepara el museo local para el día de
la “Diversidad Cultural” en el mes de octubre, para
conocer como fueron los “Primeros Alvaradenses Nativos. Mientras la
aldea de Buenos Aires intentaba crecer, y los colonizadores
europeos querían tomar el control de tierras en el NOA y del
Litoral, y se comenzaban las exploraciones en el territorio
de la costa bonaerense, un grupo de aborígenes locales
cazaba y se alimentaba de carne de caballo y guanaco, sin
pensar que siglos después iban a ser diezmados y extinguidos
física y culturalmente.
El material
arqueológico recuperado es considerado “yacimiento de superficie”, el
cual fue afectado por el transporte indiscriminado de vehículos 4x4 en
una zona natural que debería estar protegida, y que se encuentra dentro
del proyecto de la Reserva Provincial Natural de Centinela del Mar.
Para los interesados en
acceder al informe preliminar, fotografías y videos sobre este hallazgo,
visite nuestra web
www.museodemiramar.com.ar
Hallan fósiles de una vizcacha del Pleistoceno de San
Pedro.
Publicado
en Paleo.
Año XII. Numero 104. Mayo de 2014.
Integrantes del Grupo
Conservacionista de Fósiles hallaron en las últimas horas el cráneo y
mandíbulas completas y parte de la columna vertebral, de un roedor del
Pleistoceno, en inmediaciones del Bajo Campodónico.
Se trata de un fósil de
una vizcacha cuyo nombre científico es Lagostomus maximus, encontrado
precisamente a alrededor de mil metros al Este de la empresa Papel
Prensa, en el predio de la familia Rodríguez.
Según la información
aportada por el Grupo, “estos roedores, actualmente retirados de la zona
norte de la provincia de Buenos Aires, fueron muy numerosos en un lapso
que rondaría los 140.000 años, por lo que sus restos brindan información
del pasado biológico y climático de la región”.
El lugar del
hallazgo está rodeado de humedales y densa vegetación, la cual
es interrumpida por un sector de barranca espejada que permite
ver con claridad las capas de antiguos sedimentos pampeanos.
Allí, a 6 metros de altura, el integrante del GCF Ignacio Verdón
observó los restos mientras recorría el sitio en compañía de
Matías Swistum, José L. Aguilar y Fernando Chiodini.
Al realizarse
la extracción se pudo rescatar el cráneo y mandíbulas del animal
totalmente completos, junto a buena parte de la columna
vertebral con sus vértebras articuladas.
El ejemplar conserva,
además, toda su dentición y parte de los arcos costales que formaban su
caja torácica. El cráneo tiene una longitud de 13,3 cm. y un ancho de
7,5 cm.; mientras que los incisivos miden 2,6 cm de largo y 7,7 mm de
ancho. Si bien la limpieza y acondicionamiento está en pleno proceso,
ya se vislumbra que se trata del más completo recuperado en la zona.
Como no es la primera
vez que se recuperan ejemplares de vizcachas fósiles en San Pedro, la
ubicación de este ejemplar tan bien conservado en el perfil geológico
del lugar se suma a los registros que permiten confirmar una gran
densidad de población de este género en el límite entre dos edades
prehistóricas: Lujanense (10.000 a 140.000 años) y Bonaerense (140.000 a
500.000 años).
Curiosamente, la mayor
parte de los ejemplares de Lagostomus (incluido éste) descubiertos en
los últimos años en los sedimentos del partido provienen de este límite,
ubicado a unos 2 metros de profundidad del nivel de suelo actual, por lo
que se supone que las condiciones climáticas fueron óptimas para el
desarrollo de la especie durante ese lapso de tiempo.
Hallan restos de una manada de dinosaurios en Vaca
Muerta, Neuquén.
Publicado
en Paleo.
Año XII. Numero 103. Mayo de 2014.
Los restos corresponden a una manada de saurópodos
Titanosaurios, que llegaban a pesar más de 182 toneladas y a superar
los 20 metros de largo. Es en Vaca Muerta y obligaron a desviar una
obra.
El hallazgo de los
restos de una manada de dinosaurios gigantes motivó que la empresa
petrolera Exxon Mobil en el yacimiento de Vaca Muerta, en la
provincia de Neuquén, desviara la obra.
Los
restos corresponden a una manada de saurópodos
Titanosaurios, animales que llegaban a pesar más de 182
toneladas y a superar los 20 metros de largo, además del
cráneo de un terápodo, un dinosaurio carnívoro.
Tras el
hallazgo, la empresa de origen estadounidense dispuso
desviar los trabajos en el lugar para preservar el
importante yacimiento paleontológico, además de financiar la
primera parte del trabajo de expertos en el campo.
"ExxonMobil ha desviado
nuestras operaciones para garantizar la integridad de la zona de
excavación y financió la primera fase del trabajo paleontológico , la
provisión de materiales y servicios a un equipo de cuatro paleontólogos,
dos asistentes y un fotógrafo", explicó Tomas Hess, director de Asuntos
Públicos y Gubernamentales de Exxon en la Argentina, en declaraciones
publicadas por el sitio del diario La Mañana de Neuquén.
Pudieron recrear digitalmente los movimientos de un
dinosaurio en Argentina.
Publicado
en Paleo.
Año XII. Numero 102. Mayo de 2014.
El
software usa modelos digitales a partir de restos óseos del
Argentinosaurus. Permitió conocer los movimientos del dinosaurio de 40
metros de largo y de 80 toneladas.
El andar del Argentinosaurus huinculensis,
un dinosaurio de unos 40 metros de largo y 80 toneladas de peso, pudo
ser replicado digitalmente en base a datos empíricos, sin apelar a la
imaginación de animadores y escultores, que fue el método usado durante
más de 100 años.
La
investigación fue realizada por el paleontólogo argentino Rodolfo Coria
sobre un programa del biólogo e informático británico William Irvin
Seller, que será de utilidad para comprender la relación entre las
huellas y huesos encontrados, y el movimiento de esos gigantescos
animales prehistóricos.
"La idea de
nuestro proyecto era poner a prueba un programa diseñado por
Seller, que es el autor original del trabajo", dijo Coria,
investigador independiente del Conicet, en el Instituto de
Investigaciones en Paleobiología y Geología.
Este software
usa modelos digitales obtenidos a partir de restos óseos del
esqueleto del Argentinosaurus e incluye información sobre los
ángulos de las articulaciones, las relaciones y las distancias
entre ellas y los demás huesos.
El
programa procesa la información, la elabora a partir de un algoritmo
matemático y propone un modelo digital del dinosaurio moviéndose. "Hemos
recreado su capacidad de locomoción, probando por primera vez que el
dinosaurio era capaz de caminar lento, pero seguro", dijo Seller, en
referencia al programa.
La
investigación "determinó que la mecánica de locomoción del dinosaurio
cretácico era muy similar a la que tienen los elefantes, además de
establecer una velocidad de traslación promedio de aproximadamente seis
kilómetros por hora o de dos metros por segundo", explicó Coria.
"Esta
velocidad es similar al paso semirápido del hombre. Cuando una persona
sale a caminar por el parque por lo general lo hace a cinco kilómetros
por hora", añadió el paleontólogo argentino. Conicet.
PlosONE y la paleobiología de los saurópodos.
Publicado
en Paleo.
Año XII. Numero 102. Mayo de 2014.
Aunque con cierta
tardanza, consideramos que es necesaria una reflexión sobre el hecho de
que PlosONE haya publicado recientemente una memoria dedicada solamente
a aspectos de la paleobiología de saurópodos, titulado "Sauropod
Gigantism: A Cross-Disciplinary Approach". Una vez más los
dinosaurios saurópodos ocupan un lugar destacado en el mundo de las
publicaciones científicas. Nos arriesgamos a decir que muy probablemente
es el grupo de dinosaurios de moda en los últimos años, donde se han
hecho progresos increíbles.
Aunque el avance del
conocimiento sobre este grupo es palpable, está todavía en una fase muy
embrionaria. Las dudas filogenéticas son eminentes y constantes, lo que
sacude todas las interpretaciones evolutivas de sus impresionantes
características anatómicas, como por ejemplo, su exuberante neumaticidad,
su tamaño y sus morfologías craneales extremas, como en el caso del
saurópodo africano Nigersaurus.
Además de las
decenas de trabajos en filogenia de los últimos años,
proporcionados por autores como Jeffrey Wilson, Paul Upchurch,
Leonardo Salgado, Bernardo Gonzalez-Riga, Phill Mannion, José
Carballido, Rafael Royo-Torres y Michael D'Emic (solo por citar
algunos nombres), han emergido importantes e interesantes
perspectivas sobre estos animales.
De igual forma,
en los estudios biomecánicos, ya comunes en el mundo de la
paleontología, ocurrió una revolución extrema, tanto
metodológica como temática, destacando los estudios
neuroanatómicos, en neumaticidad, ontogenia e histología (ver
autores como José Carballido, Martin Sander, Daniela Schwarz-Wings,
Fabian Knoll, Mike Taylor o Mathew Wedel).
Con todo este océano de
perspectivas, datos y posibilidades que se van mezclando para intentar
alcanzar el santo grial sobre el conocimiento y la comprensión de los
saurópodos, surge un nuevo compendio de trabajos sobre varios aspectos
de la paleobiología de los saurópodos editado por PlosONE. ¿Es
pretencioso por parte de estos trabajos solucionar determinadas dudas en
la paleobiología de estos animales?
¡Obviamente no! Todos estos autores intentan añadir un pequeño grano más
en una gigante montaña de conocimiento que va creciendo a nuestros pies,
y que ha contribuido a la evolucíón de la Sauropodología como la ciencia
que estudia la evolución y todos los aspectos paleobiológicos de estos
animales pretéritos: los saurópodos. PlosONE.
Priosphenodon minimus, un esfenodonte enano del Cretácico
argentino.
Publicado
en Paleo.
Año XII. Numero 101. Mayo de 2014.
Es una nueva
especie, que se destaca por ser enana. Los esfenodontes fueron unos
reptiles muy diversos en la época de los dinosaurios y sus
representantes herbívoros conocidos hasta ahora superaban el metro de
longitud. Sin embargo, este ejemplar hallado en Chubut ronda apenas los
20 centímetros.
El paleontólogo Sebastián Apesteguía, autor principal del estudio
publicado en la revista científica Journal of Vertebrate Paleontology,
comentó a la Agencia CTyS que “los esfenodontes herbívoros conocidos
hasta ahora superaban el metro de longitud y, uno de los desafíos de
este estudio, fue demostrar que se trataba de una nueva especie enana,
es decir, que no era una ejemplar juvenil de alguno de los esfenodontes
ya identificados”.
Una de las claves para determinar que este ejemplar correspondía a un
esfenodonte adulto radicó en sus dientes. “Pudimos ver que estos
ejemplares hallados tienen un desgaste muy grande en la dentición, lo
que hace pensar que no eran jóvenes y habían alcanzado el tamaño de su
adultez”, explicó el investigador de la Fundación Azara (Universidad
Maimónides, CEBBAD-CONICET).
El doctor Apesteguía
observó que otro de los factores que pudo haber generado un desgaste tan
notorio en sus dientes fue que dicho esfenodonte vivió en un ambiente
volcánico, en el que los alimentos pudieron estar cubiertos parcialmente
por cenizas.
Los fósiles
hallados están en muy buen estado de conservación. El
paleontólogo José Luis Carballido, investigador del Museo Egidio
Feruglio especializado en el estudio de los dinosaurios
saurópodos -los mayores vertebrados que hayan caminado sobre la
Tierra-, lideró la campaña en la que se produjo el
descubrimiento de un cráneo con la mandíbula articulada, que se
sumó a otros pedazos de maxilares y mandíbulas sueltas
colectados en años previos por el equipo del paleontólogo alemán
Oliver Rauhut.
“Realizamos esta
campaña en 2007, buscando nuevos yacimientos de dinosaurios en el centro
geográfico de la provincia de Chubut”, contó el doctor Carballido a la
Agencia CTyS. Y agregó: “Extrajimos estos pequeños materiales, con un
cráneo que apenas supera los dos centímetros, y me puse en contacto con
el doctor Apesteguía, que ya había estudiado esfenodontes en la
provincia de Río Negro y se especializa en esos reptiles del Cretácico”.
Al respecto,
Apesteguía comentó que “la nueva especie enana está emparentada con los
esfenodontes de Río Negro, que también son del Cretácico, con la
diferencia de que éstos medían más de un metro y sus cráneos superaban
los 15 centímetros”.
Ello conlleva a desarrollar ciertas hipótesis para tratar de explicar
esta diferencia de tamaño tan llamativa. “Una de las teorías es que este
esfenodonte enano de Chubut, por vivir 400 kilómetros al sur de los de
Río Negro, debía enfrentarse a climas más fríos y tener un cuerpo
pequeño permitía que su organismo se calentara rápidamente al tomar algo
de contacto con el sol”, comentó el investigador de la Fundación Azara.
En los
tiempos de los dinosaurios, hubo esfenodontes de formas muy
variadas, tanto terrestres como marinas, en diversidades
insectívoras, carnívoras y herbívoras. La mayoría de ellas eran
muy pequeñas, del tamaño de una lagartija, pero sus formas
herbívoras conocidas hasta ahora siempre superaban el metro de
longitud.
De allí la
rareza de esta nueva especie, bautizada como Priosphenodon
minimus, porque los animales herbívoros siempre son
corporalmente más grandes en la naturaleza. “Como las plantas
son más difíciles de digerir que la carne, los herbívoros
necesitan almacenar dentro de sus cuerpos lo que consumen, en
espacios donde fermentan y las bacterias producen la digestión”,
explicó Apesteguía.
Por ejemplo, las
vacas tienen cuatro estómagos. Asimismo, los dinosaurios herbívoros
alcanzaban dimensiones más grandes que los carnívoros, porque también
precisaban de mayores espacios dentro de sus cuerpos para producir la
fermentación bacteriana.
En efecto, es difícil explicar la existencia de un esfenodonte herbívoro
tan pequeño. “La excepción que existe en la actualidad de herbívoros
diminutos se da en algunas lagartijas de la Patagonia, que justamente
son herbívoras y son chiquitas, lo cual lleva a pensar que el clima pudo
haber actuado como condicionante”, comentó el autor principal de este
estudio.
Priosphenodon
minimus
tenía un cráneo robusto y, según indicó Apesteguía, con una forma algo
semejante a los roedores en su mandíbula. “Tiene un cráneo cuadradón
y sus dientes incisivos hacen pensar en la de algunos roedores que
existen hoy en la Patagonia, como el tuco-tuco social, lo que genera la
hipótesis de si esta estructura no se debe a una forma adaptativa
semejante”, analizó.
Otro de los aportes importantes del trabajo publicado es la
reutilización del género Priosphenodon que, publicado
originalmente en 2003 para los esfenodontes de Río Negro, había sido
desplazado por el nombre Kaikaifilusaurus, a partir de dos
fragmentos de mandíbulas hallados en Neuquén. Con el nuevo trabajo de
Apesteguía, se restablece el primer nombre como válido.
Fuente Agencia CTyS
Paleontólogos del mundo, tras los pasos de Darwin en
Argentina.
Publicado
en Paleo.
Año XII. Numero 100. Marzo de 2014.
En ocasión de un
congreso internacional en Mendoza, los científicos van a recorrer sitios
visitados por el padre de la evolución y el naturalista francés Alcide
d’Orbigny en sus respectivos viajes de exploración en América del Sur.
Paleontólogos de todo
el mundo revivirán parte de las travesías científicas que Charles Darwin
y Alcide d´Orbigny realizaron en Argentina durante las primeras décadas
del siglo XIX.
Ese viaje será parte de
las actividades del 4º Congreso Internacional de Paleontología 2014 que
tendrá lugar en Mendoza. El viaje de campo estará liderado por dos
investigadores del CONICET, el doctor Miguel Griffin del Museo de La
Plata y la doctora Alejandra Pagani del Museo Paleontológico E. Feruglio
de Trelew.
“Vamos a seguir
los pasos de Darwin y d’Orbigny por algunos de los lugares del
norte de la Patagonia en los que ellos encontraron evidencias
geológicas y paleontológicas que han contribuido a reconstruir
la historia de la vida sobre la Tierra”, afirmó Griffin a la
Agencia CyTA.
El itinerario a
recorrer comprende varias localidades de la costa Atlántica
entre Bahía Blanca y Punta Tombo, en Chubut. “No todas ellas
fueron visitadas por d’Orbigny o Darwin, pero las que sí lo
fueron son fáciles de identificar. Esto es posible porque ambos
publicaron descripciones detalladas del recorrido que siguieron
en el transcurso de sus expediciones”, indicó Griffin.
Entre el material
coleccionado por Darwin y d’Orbigny en la zona donde se realizará este
viaje, hay especies de invertebrados marinos cenozoicos (de
aproximadamente 10 millones de años de antigüedad) que se cuentan entre
los primeros fósiles descritos de Argentina.
“Una característica de
la Patagonia es la amplitud y abundancia del registro fósil preservado
en las rocas, tanto de origen marino como continental, que abarca buena
parte del Fanerozoico (hasta 540 millones de años atrás)”, puntualizó
Pagani.
Darwin, famoso por
postular la teoría de la evolución en 1859, recorrió la Patagonia y
otras áreas de Argentina en el marco de la segunda expedición del navío
británico Beagle (1831-1836). D´Orbigny, en tanto, fue un naturalista y
viajero francés que, entre 1826 y 1833, realizó una misión por Argentina
y otros países de América del Sur para el Museo de París. AGENCIA CYTA/DICYT.
Hallan el cráneo de un pingüino gigante en la Antártica.
Publicado
en Paleo.
Año XII. Numero 99. Marzo de 2014.
El descubrimiento
fue realizado por un un equipo de investigadores del Museo de La Plata y
el Instituto Antártico Argentino
Medían casi dos metros de alto, pesaban más de 60 kilos, tenían
mandíbulas muy fuertes y eran capaces de bucear a gran profundidad...
así se cree que eran algunos de los pingüinos que habitaban en la
Antártida hace unos 35 millones de años según sugiere un reciente
hallazgo: tres cráneos fósiles en muy buen estado de conservación.
El descubrimiento,
tan valioso como atípico, tuvo lugar durante las dos últimas campañas
realizadas por un equipo de investigadores del Museo de La Plata y el
Instituto Antártico Argentino al continente blanco.
“Lo más
novedoso del descubrimiento es, precisamente, que se trate de
cráneos, ya que su fragilidad hace casi imposible su
preservación.
De hecho,
son los únicos que hay en este repositorio de materiales de
Antártida”, cuenta Carolina Acosta Hospitaleche, investigadora
del CONICET en la División Paleontología Vertebrados de la
Facultad de Ciencias Naturales y Museo de La Plata y autora de
un artículo en el que se describen los resultados del estudio.
“El cráneo de las
aves tiene huesos livianos, delgados y frágiles. Cualquier rodamiento
por el terreno o mezcla con sedimento, los destruye. De hecho, ninguno
de los tres cráneos conserva el pico”, señala la investigadora al
explicar que estas particularidades hicieron que el hallazgo, reportado
a mediados de este año, sea muy valioso. Conicet.
Dusicyon australis, el misterio del lobo de las
Malvinas.
Publicado
en Paleo.
Año XII. Numero 99. Marzo de 2014.
Científicos
resuelven el enigma de cómo este animal pudo aparecer en unas islas
aisladas a 460 km de la costa más cercana.
Investigadores
de la Universidad de Adelaida han encontrado la respuesta a uno de
los enigmas más intrigantes de la historia natural, un misterio sin
resolver desde hace 320 años, recogido por primera vez por
exploradores británicos y que preocupó al mismo Charles Darwin: los
orígenes del ahora extinto lobo de las Malvinas, el único mamífero
en unas islas aisladas en medio del océano a 460 kilómetros de la
tierra más próxima, Argentina. ¿Cómo llegó este animal a un paraje
tan alejado, rodeado de agua?
Teorías
anteriores han sugerido que el lobo se las arreglaba de alguna
manera para trasladarse en «balsas» de hielo o vegetación, que
cruzaba por un puente de tierra ahora sumergido o que fue incluso
semidomesticado y transportado hasta las islas por los primeros
humanos de América del Sur.
Nada de eso. El
nuevo estudio cree que, en realidad, el lobo llegó hasta las Malvinas a
través de un profundo y estrecho canal de unos 20 kilómetros que las
conectaba con el continente, permitiendo que el animal cruzara cuando el
mar estaba congelado, probablemente mientras perseguía presas marinas
como focas o pingüinos.
Otros
pequeños mamíferos como las ratas no eran capaces de cruzar el
hielo, motivo por el que el lobo se quedó solo. Esto ocurrió
durante el Último Máximo Glacial, alrededor de entre 25.000 y
18.000 años atrás, cuando el nivel del mar bajó drásticamente.
El proceso para llegar a estas conclusiones, según se describe
en la revista Nature Communications, incluye la extracción de
pequeños pedazos del tejido del cráneo de un ejemplar recogido
personalmente por Darwin. También usaron muestras de otro
desconocido que se guardaba en el Museo Otago, en Nueva Zelanda.
«Estudios previos
han utilizado ADN antiguo de especímenes de museo para sugerir que el
lobo de las Malvinas divergió genéticamente de su pariente vivo más
cercano, el sudamericano aguará guazú (Chrysocyon brachyurus) hace siete
millones de años.
Como resultado, se
estima que el lobo colonizó las islas alrededor de 330.000 años atrás
por medios desconocidos», dice el profesor Jeremy Austin, coautor de la
investigación.
«Sin embargo, estos
primeros estudios no incluyeron un pariente extinto del continente, los
zorros Dusicyon avus. Nosotros extrajimos ADN antiguo de seis ejemplares
de esos zorros recogidos a través de Argentina y Chile y realizamos
comparaciones con un grupo amplio de las especies vivientes y extintas
de la misma familia», añade Austin.
Los análisis
mostraron que el Dusicyon avus era el pariente más cercano del lobo de
las islas Malvinas y que se separaron solo hace 16.000 años. Además, la
ausencia de otros mamíferos va en contra de cualquier conexión mediante
un puente de tierra a tierra firme.ABC (España)
Descubren fósiles de Oceanía en la Patagonia.
Publicado
en Paleo.
Año XII. Numero 99. Marzo de 2014.
Científicos del
CONICET encontraron en Patagonia los registros más antiguos de Agathis,
un árbol que hoy sólo se encuentra en las selvas húmedas de Australasia.
Este descubrimiento demuestra la conexión que existió entre América de
Sur y Oceanía antes de las glaciaciones.
Agathis, llamado
Kauri o Damara por los maoríes, es un árbol de gran porte dentro del
grupo de las coníferas, que actualmente sólo se encuentra en las
regiones de selvas húmedas de Australasia (Australia, Nueva Zelanda,
Sumatra). Los registros fósiles de Agathis eran hasta ahora muy escasos
y ubicaban a la misma zona australásica como el centro de origen de esta
especie.
No obstante, un
reciente descubrimiento multidisciplinario por parte de investigadores
del CONICET y del extranjero, publicado en la revista American Journal
of Botany de este mes, demuestra que la historia biológica de estas
plantas es mucho más compleja.
Uno de los
autores, Ari Iglesias, investigador del CONICET Patagonia Norte
en el Instituto de Investigaciones en Biodiversidad y
Medioambiente (INIBIOMA, CONICET-UNCo) indicó que fósiles de
ramas, hojas, piñas y órganos reproductivos masculinos hallados
en la región de Pichileufu (Río Negro) y Piedra Parada (Chubut)
permitieron reconocer que estos grandes árboles que hoy son tan
preciados en la industria maderera y están en riesgo de
extinción en los bosques de Australia fueron asiduos componentes
de los bosques húmedos en Patagonia hace 52 millones años.
La investigación fue
llevada adelante por científicos de Estados Unidos y Australia junto a
investigadores del CONICET: Ignacio Escapa, Rubén Cúneo y Ari Iglesias.
Demandó casi cuatro años de campañas de recolección de material, hasta
obtener suficientes muestras que demostraran la hipótesis planteada e
implicó diez años de trabajo conjunto con subsidios tanto del CONICET
como de la National Science Foundation (NSF) de Estados Unidos.
“El registro de
Agathis conjuntamente con otros fósiles de plantas arbóreas hoy
típicamente australianas, como el eucalipto y las casuarinas, no deja
dudas sobre la conexión biótica que existió entre América del Sur y
Australasia vía el continente Antártico en momentos en que no existía el
casquete de hielo”, explicó Iglesias.
El enfriamiento
climático posterior produjo la extinción de muchas especies que estaban
adaptadas a temperaturas cálidas en Patagonia, pero “las araucarias del
bosque misionero y el Pehuén en los bosques andinos quedaron como únicos
relictos en América del Sur de un grupo mucho más diverso”, agregó.
La especie fue
dedicada a Alba Zamuner, una pujante paleobotánica argentina del CONICET
que trabajó fervientemente con fósiles de Araucariaceas y falleció en
2012.Conicet.
Descubren en Bajo del Tala dos arroyos del Holoceno
pampeano.
Publicado
en Paleo.
Año XII. Numero 98. Marzo de 2014.
En un sector de
barrancas ubicado sobre el lado sur de Campo Spósito, en Bajo del Tala,
fueron detectados dos cursos de agua que fluyeron por la zona hace miles
de años atrás, probablemente durante el transcurso del Holoceno.
Los viejos arroyos o
“paleocanales”, como se denomina a los ríos o riachos que existieron en
épocas pasadas, fueron observados durante una recorrida del Grupo
Conservacionista de Fósiles por la zona. Los dos canales se presentan
rellenos de sedimentos oscuros, casi negros, que se fueron depositando
en los últimos milenios producto del arrastre del agua que corría por
ellos y de la materia orgánica que se acumulaba en su fondo.
De un lado al otro,
estos viejos arroyos medían entre 40 y50 metros de ancho y su profundidad
máxima, en el centro de los mismos, se estima cercana a los 5 metros. La
diferencia de coloración entre los sedimentos que los rellenaron y los
de la barranca que los rodea permite una fácil apreciación de los
límites de estos canales.
La forma de
ambos cursos de agua extintos muestra una marcada concavidad,
bien pronunciada hacia el eje central, observándose delgadas
capas de rodados de tosca o pedregullo que han quedado
acumuladas por la fuerza de arrastre del agua.
Si bien no
se conoce su recorrido total, en el sector observado se nota que
el agua ha fluído con una orientación Oeste-Este, es decir,
buscando la pendiente del terreno que la conducía al actual Bajo
del Tala. En el muestreo realizado por el equipo del Museo se
lograron recuperar diferentes restos óseos de la antigua fauna y
elementos de diferentes épocas y procedencias.
Entre los restos de
animales se hallaron una falange de Ciervo de los Pantanos (Blastoceros
sp.), una mandíbula de lagarto (Tupinambis sp.), un metapodio de Venado
de las Pampas (Ozotoceros sp.) y una falange ungüeal que posiblemente
haya sido de un gliptodóntido o armadillo gigante. Además, entre los
sedimentos de estos paleocanales se observaron algunos pequeños
fragmentos de alfarería aborigen y un fragmento de roca silícea de
bordes afilados cuya procedencia no es de esta zona.
Esta variedad de
restos y objetos evidencia una actividad intensa y prolongada de estos
arroyos, ya que se mezclan vestigios de culturas aborígenes junto a
restos de fauna del Pleistoceno, como los gliptodontes y algunos
mamíferos que hoy ya no se encuentran en la zona, como los dos géneros
de ciervos presentes en las muestras.
En la identificación
de estos materiales colaboraron los Dres. Eduardo Tonni (Jefe
Paleontología de Vertebrados-Museo de La Plata) y Alfredo Carlini
(Investigador CONICET-Museo)
En la actualidad,
estos “paleocanales” se continúan rellenando de materia vegetal en
descomposición que se acumula en forma de humus sobre el suelo de los
bosquecillos que se han formado en el cauce de estos viejos arroyos.
Blog del Museo.
Nuestro Mar Prehistórico. Nueva muestra en el Museo
Municipal Punta Hermengo de Miramar.
Publicado
en Paleo.
Año XII. Numero 98. Marzo de 2014.
Recientemente se ha
incorporado a la exhibición permanente de paleontología del Museo
Municipal Punta Hermengo de Miramar, dependiente de la Secretaria de
Turismo y Cultura, una interesante muestra sobre las muestras de la vida
de nuestro mar en tiempos prehistóricos, el cual en varias oportunidades
dejó a esta región bajo sus aguas.
Con la creación de una
nueva vitrina, el personal del Museo de Miramar, incorporó una nueva
temática a la sala de paleontología, con la exhibición de 59 nuevos
organismos fósiles, los cuales, fueron hallados, preservados y
coleccionados en los últimos veinte años. Entre ellos, algunos fueron
encontrados y llevados al museo por Nicolás Ippolito, Carlos Estarli,
José Puente y Miguel Babarro.
El material,
debidamente exhibido y clasificado, explica como el Partido de
General Alvarado hace 480 y 15 millones de años atrás, y
posteriormente, en otras dos oportunidades de 120 y 10 mil años
antes del presente, nuestra ciudad y región estaban en un fondo
marino, habitado por criaturas raras y extintas y otras muy
semejantes a las actuales.
Un panel
brindado por la Dirección de Cultura de la Municipalidad de
General Alvarado, explica en forma gráfica la ubicación de
nuestra la ciudad y el contorno de la provincia en los distintos
periodos geológicos, en los que se puede apreciar que en ciertos
momentos estuvo bajo el agua o muy en el interior del
continente.
<<< Vitrina con los fósiles en forma cronológica.
Los fósiles marinos que
representan cuatro momentos de nuestro pasado biológico y geológico,
corresponden a distintos invertebrados, tiburones, peces, aves, lobos
marinos y cetáceos de gran tamaño hallados en los sedimentos de nuestra
región.
El Museo Municipal
Punta Hermengo esta abierto diariamente con entrada libre y gratuita.
Mas info
www.museodemiramar.com.ar
Científicos del CONICET colaboran en el estudio sobre los
orígenes del perro doméstico.
Publicado
en Paleo.
Año XII. Numero 97. Marzo de 2014.
Dos antropólogos
argentinos participaron de una investigación que sugiere que el vínculo
entre hombres y canes comenzó en Europa.
Los orígenes
geográficos y temporales de la domesticación de los cánidos han generado
controversia en el campo científico. Si bien hay hipótesis que sostienen
que este proceso se inició en el este de Asia hace 15 mil años, los
resultados de un estudio reciente del que participaron investigadores
argentinos indican que habría comenzado en Europa entre 18.800 y 32.100
años atrás.
El estudio publicado en
la revista internacional Science el pasado 15 de noviembre compara la
secuencia del ADN de 18 cánidos y 20 lobos prehistóricos y los genomas
de 47 lobos y 77 perros modernos.
Daniel Loponte y
Alejandro Acosta, investigadores adjuntos del CONICET en el instituto
Nacional de Antropología y Pensamiento Latino (INAPL, UBA-CONICET)
fueron invitados a participar a partir de sus estudios en perros
domésticos en Argentina y Sudamérica.
“Recuperamos en
el año 2005 un esqueleto completo de perro prehispánico en un
sitio arqueológico en las tierras bajas del Delta de Paraná,
cuyo estado de conservación es excelente y es uno de los
ejemplares más completos encontrados hasta ahora en Argentina.
Este espécimen era interesante para vincularlo con los que
habían sido enviados desde otras partes del mundo. Un equipo de
genetistas encabezados por el científico finlandés Olaf Thalmann
analizaron el ADN mitocondrial y entre todos discutimos los
resultados”, afirma Loponte.
Las conclusiones del
estudio indican que la domesticación del perro es la culminación de un
proceso iniciado por cazadores-recolectores del Paleolítico Superior.
Existe evidencia de lo que podrían ser intentos fallidos de
domesticación de especímenes de origen belga hace unos 30 mil años
atrás.
Los investigadores
explican que el lobo gris es el antecesor directo del perro pero que a
partir de su domesticación, se produjo una tasa de variación morfológica
a un ritmo muy alto y probablemente de forma progresiva en el tiempo,
que no es equivalente a la de ninguna otra especie.
“Hay mucha
diferencia fenotípica entre un Basenji, un Chongquing y un
Caniche”, ejemplifica Loponte. Hoy en día esta variedad
morfotípica se distribuye en 340 subespecies de perros
reconocidas por la Federación Cinológica Internacional. El
estudio explica que la domesticación se inició en un período
cercano al pico máximo de la última Glaciación, aproximadamente
20 mil años atrás. Los cazadores-recolectores comenzaron a
relacionarse con los perros en una etapa donde los humanos
cazaban grandes animales.
Para el investigador es
posible que haya sido una asociación no buscada en forma intencional,
sino como parte de un largo proceso coevolutivo que derivó en una
situación de mutualismo donde cada especie – humanos y cánidos – se
beneficia.
“Probablemente los
hombres adquirieron ventajas para la captura de las presas, en la
defensa de los lugares de matanza frente a grandes competidores
naturales y en la detección de peligros en los campamentos, mientras que
los perros incorporaron beneficios múltiples como alimento que los
humanos descartaban o no podían procesar, y seguridad reproductiva”,
concluye Loponte. Conicet.
Trasladan en Chaco fósiles de gliptodonte para su
estudio.
Publicado
en Paleo.
Año XII. Numero 97. Marzo de 2014.
Los restos de un
gliptodonde de unos 8.000 años de antigüedad, hallados en una quinta de
la ciudad chaqueña de Charata, fueron trasladados hoy para su estudio y
restauración por un equipo de investigadores encabezados por el director
del museo local, Oscar González.
El descubrimiento
ocurrió el 15 de enero último en una quinta que González tiene en las
afueras de la localidad, en el oeste de Chaco, donde algunas empresas
extraen tierras para relleno, por lo que el de la semana pasada es el
sexto realizado durante esas tareas y estiman que podría haber varios
más.
El funcionario
detalló a Télam que los restos hallados son del cráneo, la cola y la
caparazón de un gliptodonte que dataría de unos 8.000 años y que, según
estimaciones, tenía dos metros de longitud, 70 centímetros de ancho y 60
de altura, con un peso de entre 350 y 400 kilos.
González
dijo que los restos de caparazón están conservados en un 80%
aproximadamente, por lo que no descartó que en su interior se
pueda encontrar parte del esqueleto del animal.
Al ser
consultado sobre la posibilidad de reconstruir las partes
faltantes del gliptodonte, González dijo que pretende que los
fósiles hallados sean objeto de estudio antes que una pieza de
museo.
"Vamos a invitar a
paleontólogos para que analicen y estudien los restos que encontramos,
porque queremos reconstruir la historia para de esta manera conocer más
acerca de los animales que pisaron nuestro territorio", aseveró el
investigador. Si bien es el sexto animal que encuentra desde que se
afincó en su quinta, todos los restos fueron encontrados "de casualidad,
ya que no contamos con los fondos suficientes para realizar
excavaciones", apuntó González.
El director del
museo señaló que parte de la quinta es utilizada por empresas privadas
que extraen tierra para realizar relleno de terrenos. "Tenemos que estar
atentos a los movimientos que realizan", dijo.
En esas tareas quedaron al descubierto restos de cérvidos y caballos
fósiles que, según estudios realizados por González y los investigadores
que colaboran con el Museo, indican que en la zona podría contar con los
restos de seis gliptodontes más.
"Esperamos que con
estos resultados y la posibilidad de divulgarlos a través de revistas
especializadas podamos seducir a las autoridades a que nos acompañen y
de esta manera seguir aportando a la reconstrucción de la historia",
manifestó el director del Museo de Charata. (Télam) mmz-aem-mag
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