La réplica del dinosaurio más grande del mundo ya se
exhibe en Trelew.
Publicado
en Paleo.
Año XIII. Numero 136. Noviembre de 2015.
Se presentó este
viernes la réplica del dinosaurio más grande del mundo que implicó dos
años de trabajo y permanecerá hasta el mes de marzo en el Predio Ferial
de Trelew, que cuenta con cerca de 8.000 metros cuadrados y fue
inaugurado recientemente por el gobernador Martín Buzzi.
El director del Museo
Egidio Feruglio de Trelew, Rubén Cúneo, sostuvo que “esta es la
culminación de casi dos años de trabajo que demandó esfuerzo humano y
económico para poder exhibirlo en el Predio Ferial, en ocasión de
festejos vinculados al Sesquicentenario como va a ser la actuación de la
Orquesta de la BBC y el Eisteddfod que comienza la semana que viene. El
esqueleto va a estar montado hasta marzo, vamos a incentivar a los
turistas que llegan al MEF para que también se acerquen al predio”.
En alusión a
la réplica, Cúneo indicó que tiene unos 40 metros. Parte de las
piezas como los huesos largos se construyeron en el MEF y las
vértebras en Canadá, con una tecnología sofisticada utilizada
por primera vez en el mundo.
En este sentido cabe destacar que la réplica demandó una
inversión de 2 millones de pesos que se financió conjuntamente
entre el Gobierno de la Provincia y la Fundación Museo Egidio
Feruglio.
En otro orden, el
director del MEF anunció que hacia el mes de febrero estará finalizado
el segundo modelo de réplica de dinosaurio reconstruido en vida, con
piel y los colores propios de la especie: “La idea es que se instale en
el ingreso de acceso a Trelew desde Madryn, en la rotonda”, adelantó e
indicó: “Se va a promocionar sobre la base de un documental de una hora
que filmó la BBC y que se va a estrenar en febrero en simultáneo en
Japón, Inglaterra, Estados Unidos y Argentina. Esto va a posicionar a la
ciudad y a la provincia de manera diferente”.
Por su parte el titular de Turismo de Provincia, Carlos Zonza Nigro,
manifestó que “es un sueño cumplido porque lo planificamos hace más de
un año cuando viajamos a Gales con el gobernador Martín Buzzi y el
director del Museo Rubén Cúneo; en esa ocasión diagramamos que esta
réplica pueda estar en un lugar como el Predio Ferial. También en esa
misma gira diagramamos la actuación de la Orquesta de la BBC que se
presenta esta noche”.
Además, el secretario
de Turismo valoró el impacto turístico y la repercusión que tendrá en el
mundo entero el hecho de contar con la réplica del dinosaurio más grande
del mundo, e indicó que “va a impactar en la economía regional. Es un
dinosaurio a escala, como lo soñamos en un lugar de más de 5.000 metros
cuadrados como el Predio Ferial y que le va a dar otra lógica a Trelew,
a partir del turismo de reuniones”. Fuente; diariojornada.com.ar y MEF
Facebook.
Hallan restos de peces en el holoceno de Punta
Hermerngo.
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en Paleo.
Año XIII. Numero 136. Noviembre de 2015.
Durante los primeros
días de julio del corriente año, personal del Museo Municipal Punta
Hermengo de la localidad de Miramar, se encontraba realizando tareas de
búsqueda de material paleontológico en la zona conocida como Punta
Hermengo de esa ciudad, sitio conocido desde fines del siglo XIX y
estudiado por el Sabio Florentino Ameghino y posteriormente explorado
por varias décadas por científicos del Museo de La Plata.
En sedimentos
previamente estudiados, con una antigüedad de 8 mil años
aproximadamente, se recupero un pequeño conjunto de vértebras de un pez
de considerable tamaño, en sedimentos de una laguna de agua salobre, hoy
en día totalmente inexistente.
Si bien, aun
los restos no fueron debidamente identificados, en una primera
observación, guardan semejanza con Pogonias cromis,
vulgarmente conocida como corvina negra, una especie de pez de
agua salada, siendo esta, la especie mejor conocida en el
Cuaternario bonaerense, pero por ahora es meramente especulativo
hasta que se estudie en su totalidad.
Para
el Museo de Miramar, es el primer registro correctamente identificado de
un pez, pues, se resguardan unos pocos restos de peces de colecciones
anteriores, pero se desconocen su correcta procedencia. Aunque muchos
especimenes de la actualidad se encuentran en el rango de 2-14 kg, la
corvina negra es bien conocida por ser la más grande de la familia de
las corvinas, con algunos ejemplares superando los 50 kg y una longitud
de 170 cm.
Su
dentadura es redondeada y tienen fuertes mandíbulas capaces de triturar
ostras y otras conchillas. También han sido registrados en sitios
arqueológicos, consumidos por el hombre primitivo.
El hallazgo fue
comunicado a especialistas en peces fósiles para una debida
identificación, y ampliar de esta manera la rica variedad de paleofauna
del sitio Punta Hermengo de la localidad turística.
Unos huevos fosilizados de Mongolia y Argentina
determinan la temperatura corporal de los dinosaurios.
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en Paleo.
Año XIII. Numero 136. Noviembre de 2015.
Un grupo de
paleontólogos logró "tomar" la temperatura de dinosaurios que vivieron
en Argentina hace unos 80 millones de años analizando la cáscara
fosilizada de sus huevos, revela un estudio publicado por la revista británica Nature
Communications.
El equipo de investigadores dirigido por Robert Eagle, de la Universidad
de California en Los Ángeles (UCLA), utilizó una nueva técnica de
análisis químico a partir de las cáscaras fosilizadas. Su composición
depende de la temperatura en que se formaron. ¡Es decir la temperatura
del vientre de la mamá dinosaurio!
Dos isótopos
raros del carbonato de calcio --ingrediente clave en la cáscara
de huevo-- el oxígeno 18 y el carbono 13, tienen tendencia a
reagruparse si las temperaturas son bajas. Y a separarse si son
altas. "Esta nueva técnica permite definir la temperatura
interna del dinosaurio hembra en el momento de la ovulación",
explica Aradhna Tripati, coautora del estudio. El comunicado de
UCLA destaca que se trata de las primeras "medidas directas de
la temperatura corporal de dos tipos de dinosaurios".
Los investigadores
estudiaron en particular dos especies de dinosaurios: saurópodos de
cuello largo, cuyos huevos fosilizados hallados en Argentina fueron
adquiridos al Museo de Historia Natural del Condado de Los Ángeles, y
pequeños oviraptorideos de Mongolia, cercanos a las aves actuales.
Resultado: la temperatura corporal de los dinosaurios argentinos era de
unos 38ºC y la de los mongoles un poco inferior a 32ºC. Es decir que la
temperatura variaba mucho en función de las especies.
El estudio mostró además que "la temperatura corporal de los
oviraptorideos era más elevada que la temperatura ambiente, lo cual
indica que no tenían sangre fría, sino intermediaria". En los animales
de sangre fría (caimanes, cocodrilos, lagartos), la temperatura del
cuerpo es engendrada por los intercambios térmicos con el medio
ambiente. Para los de sangre caliente, o endotermos (mamíferos, aves),
la temperatura del cuerpo es generada por un mecanismo interno,
independientemente de la temperatura del entorno.
"Los
oviraptorideos podrían ser de una categoría intermedia, entre el
cocodrilo y los pájaros actuales", explica Robert Eagle. "Eso
podría significar que generan una temperatura corporal y pueden
elevarla por encima de la del medio ambiente, pero no la
mantienen a temperaturas tan elevadas como la de las aves
modernas (40ºC)", agrega. Un estudio anterior realizado por John
Grady, biólogo de la Universidad de Nuevo México, publicado en
junio pasado en la revista Science, había llegado a las mismas
conclusiones, aunque a partir de otras técnicas, estudiando los
anillos de crecimiento de los huesos fosilizados.
Según el biólogo, los dinosaurios pertenecen a la categoría intermedia,
denominada mesotérmica, más cercana a la de los atunes, ciertos
tiburones y tortugas. Fuente;
www.ambito.com
Un pingüino antártico de 32 millones de años.
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en Paleo.
Año XIII. Numero 135. Noviembre de 2015.
Investigadores del
CONICET estudian fósiles de pingüinos que habitaron la Antártida
hace 32 millones de años y los comparan con ejemplares actuales.
Los
pingüinos son aves marinas no voladoras que, según los expertos,
habitan este planeta desde hace al menos 65 millones de años. Las
preguntas que se hacen los científicos giran en torno a los cambios
que han ocurrido a lo largo de la evolución de este grupo, sus
causas e implicancias. En este marco se ubican los trabajos del
grupo que dirige Claudia Tambussi -investigadora principal- e
integra Federico Degrange -investigador asistente-, ambos del Centro
de Investigaciones de Ciencias de la Tierra (CICTERRA CONICET-UNC).
Hace tres años Claudia Tambussi junto a otros investigadores del
Museo de La Plata, encontró en la isla Marambio de la Antártida, dos
de los tres cráneos de los que se tiene conocimiento en suelo
antártico y su labor consistió en la reconstrucción, a través de
tomografías, del cerebro y otras estructuras sensoriales. El estudio
se centró en el análisis de estos órganos para poder inferir las
capacidades olfativas, auditivas y visuales, y establecer una
comparación con los pingüinos antárticos actuales. Los resultados
fueron publicados en la importante revista científica Journal of Vertebrate Paleontology
y ocuparon la tapa de dicho ejemplar.
En la
Antártida hay fósiles de estas aves que datan de treinta y
dos millones de años y los ejemplares de la era actual. En
el lapso intermedio entre estos dos períodos no hay
evidencias de nada. Y justamente alrededor de esos 32
millones de años empezaron los procesos de cambios
climáticos severos en la Antártida, englazamientos, por lo
cual puede haberse provocado o bien la migración de estos
pingüinos antiguos -en cuyo caso podrían estar sus
descendientes en algún otro lado- o su extinción. Por lo
tanto los que habitan la Antártida en el presente no guardan
ninguna relación de parentesco con aquellos. Tampoco tienen
relación con los patagónicos ni los de Chile, pero se
parecen bastante a los de Nueva Zelanda.
“El
antiguo pingüino antártico tenía una apariencia muy similar a los
actuales. Si lo pudiéramos encontrar hoy con vida, no dudaríamos en
identificarlo con este grupo de aves, a pesar de algunas diferencias,
como por ejemplo su largo pico y que puede haber tenido un plumaje
rojizo en el pecho, según indican estudios de un ejemplar de la misma
época encontrado en Perú”, describe la investigadora.
Además
los científicos explican que su plan corporal era prácticamente igual a
los pingüinos actuales, por lo que pueden inferirse capacidades y
hábitos similares. “El cuerpo ovalado, tipo pelota de rugby, es ideal
para nadar y bucear. Entre los vertebrados, son muy pocos los que tienen
esta forma, y entre las aves vivientes, solo los pingüinos. Estos
últimos, según muestran los restos fósiles, ya contaban con esta forma
hace 32 millones de años”, asegura Degrange. Quizás, hace 60 millones de
años, esta característica no haya sido igual e incluso, hasta hayan sido
capaces de volar, pero esto aún es discutido.
Al
estudiar las formas del cerebro, cerebelo, oído y bulbos olfatorios de
las formas fósiles, los investigadores pudieron compararlas con las
actuales y sacar algunas conclusiones. “En primer lugar, encontramos que
hace 32 millones de años los pingüinos ya buceaban y no volaban, pero
conservan hasta hoy el cerebro de un ave voladora”, explica Tambussi. En
este sentido, llama la atención el gran desarrollo de sus capacidades
visuales, tanto de los pingüinos actuales como de los antiguos,
característica típica en aves voladoras.
“Los fósiles
revelan que la neuro-anatomía de los pingüinos seguía
modificándose aún 30 millones de años después de haber perdido
la capacidad de vuelo aéreo, mediante mecanismos tales como la
expansión de áreas del cerebro relacionadas a la capacidad
visual y la reducción de los bulbos olfativos aún en progreso”,
explica Daniel Ksepka del Bruce Museum en Estados Unidos y
también autor del trabajo. De esta manera, en la evolución de
los pingüinos, desde sus ancestros voladores a las formas
actuales totalmente buceadoras, una de las diferencias que
encontraron es que hay una pérdida notable de la capacidad
olfativa.
“Las
aves en general tienen el olfato muy reducido, excepto las marinas que,
si bien no llegan a los niveles de los mamíferos, está más desarrollado
y pueden captar algunos químicos disueltos en el agua que sirven para
localizar a sus presas”, comenta Degrange. “De alguna manera prevaleció
la selección de las capacidades visuales y las olfativas se fueron
perdiendo”, profundiza Tambussi.
Otro
cambio que pudieron identificar los investigadores es a nivel del oído
interno y que tiene que ver con el oído y las capacidades auditivas. “El
oído de los antiguos es más robusto que el de los actuales, pero no
sabemos cuál podría ser la diferencia funcional de esto.
Sin
embargo, al igual que los actuales, los pingüinos antiguos podían captar
sonidos de baja frecuencia, que son aquellos cuya onda es más larga
entonces se atenúa menos al transportarse en el aire –como la radio AM-.
Por lo tanto son típicos entre los animales que se comunican entre sí y,
fundamentalmente, en las aves que viven en colonias”, explica Degrange.
Esto
permite inferir que siempre han sido gregarios, hipótesis que se
refuerza por el hecho que existe una gran cantidad de restos de
pingüinos en el mismo sitio.
El
cerebro, finalmente, muestra algunos cambios en la disposición de sus
estructuras. No obstante, el análisis del cerebro, órganos de los
sentidos y del resto de las estructuras que se encuentran en el cráneo,
muestran que tanto los pingüinos actuales como los antiguos tienen un
gran desarrollo de sus capacidades propioceptivas.
Éstas
permiten que un animal posea la percepción de sí en relación al medio
circundante de tal manera que mientras está en movimiento –por ejemplo,
buceando- pueda mantener fija la vista en un blanco que también se
mueve, sin perder la estabilidad.
“Por lo
tanto podemos inferir, una vez más, que los pingüinos antiguos podían
bucear y ya tenían parte de su vida en el continente y otra parte en el
ambiente sub acuático”, explica Tambussi. Fuente: CONICET.
Revelan de detalles de una madriguera del
Plioceno de Miramar.
Publicado
en Paleo.
Año XIII. Numero 135. Noviembre de 2015.
Se dio a
conocer el hallazgo y estudio de una antigua madriguera de 2,5
millones de años antes del presente, donde se recuperaron
numerosos restos fósiles de animales, algunos ya extintos. El
hallazgo fue realizado tiempo atrás en la ciudad bonaerense de
Miramar.
Las
investigaciones realizadas por Marcos Cenizo de la Fundación
Azara, Universidad Nacional de La Pampa y Universidad Maimónides,
junto a Esteban Soibelzon del Museo de La Plata, y Mariano
Magnussen Saffer del Museo Municipal Punta Hermengo de Miramar,
dieron a conocer un conjunto de fósiles inusuales encontrados
dentro de una madriguera de finales del Plioceno en la ciudad de
Miramar, Provincia de Buenos Aires, y publicada días atrás en la
prestigiosa revista científica Historical Biology,An
International Journal of Paleobiology.
Los
investigadores describen en un extenso estudio (en
ingles) cuatro tipos de tamaño en general para
madrigueras prehistóricas que se encuentran en el
Plioceno al Holoceno (últimos 4 millones de años) de
Argentina y Brasil, de las cuales la más grande está
relacionada a un armadillo gigante extinto, identificado
como Ringueletia simpsoni.
<<<< Recreación de la cueva del
Plioceno miramarense.
Este
hallazgo realizado en la ciudad balnearia, contiene la mayor diversidad
de vertebrados recuperados dentro de una
madriguera de este tipo, incluyendo restos óseos de armadillos (Ringueletia
simpsoni), zarigüeyas extintas (Thylophorops
chapadmalensis), prociónidos (Cyonasua
lutaria), anuros de hábitos
depredadores (Ceratophrys) y roedores (Microcavia y
Lagostomopsis), como así también, sorprendió la presencia de
coprolitos (materia fecal fósil) y residuos escatológico desagregados.
Los
investigadores de las instituciones participantes, sostienen por medio
de estas evidencias descubiertas, que hace 2,5 millones de años, había
“reocupación” de madrigueras es un comportamiento común en los mamíferos
carnívoros pequeños, al menos desde principios del Plioceno.
Además, se
sugiere una relación depredador-presa entre los carnívoros
estudiados y los más abundantes pequeños mamíferos excavadores
de la prehistoria en la región pampeana, época, en que la actual
provincia de Buenos Aires y ciudad de Miramar ubicada a orillas
del océano atlántico, se encontraba en el centro continental a
cientos de kilómetros de la costa marina de entonces.
<<<< Restos de coprolito
atribuidos a Thylophorops.
Este
y otros hallazgos, confirman una vez mas, el potencial paleontológico y
científico de la región, cuyos estudios comenzaron en el siglo XIX y
potenciados mundialmente por Florentino Ameghino.
Encontró los restos de una ballena en el patio de su
casa.
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en Paleo.
Año XIII. Numero 134. Noviembre de 2015.
Un
vecino del barrio de Villa Mitre, en Berazategui, halló los huesos de un
mamífero marino de al menos de 6 mil años de antigüedad. Expertos
aseguraron que “no es frecuente encontrar este tipo de fósiles en la
provincia de Buenos Aires”.
La
Municipalidad de Berazategui, a través de la Secretaría de Cultura y
Educación, en conjunto con el Centro de Registro de Patrimonio
Arqueológico y Paleontológico de la Dirección de Patrimonio -dependiente
del Instituto Cultural de la Provincia-, llevó adelante un operativo de
rescate de restos fósiles de una ballena de unos 6 mil años encontrados
durante una obra en el fondo de una casa del barrio Villa Mitre, ubicada
en 159 A –Nº 3030-, entre 30 y 31. Cooperativistas del Programa
Argentina Trabaja colaboraron en la recuperación de los fósiles
hallados, informó un comunicado de Prensa del municipio.
Los
restos encontrados son una vértebra cervical, fragmentos de costilla y
parte del cráneo. La paleontóloga del Instituto Cultural a cargo de los
trabajos, Verónica Lirusso, explicó: “La ultima ingresión marina que se
registra para esta zona es de 6 mil años atrás, así que aproximadamente
los restos que encontramos podrían tener esa antigüedad”. Y agregó: “No
es frecuente encontrar este tipo de fósiles en la provincia de Buenos
Aires.
Es más común
hallar restos de megafauna, que son los grandes mamíferos
terrestres como el tigre diente de sable, que vivieron en el
período del pleistoceno hace, como mínimo, aproximadamente 8 mil
años. Nada descarta que puedan aparecer más restos, tanto en
Berazategui como en otros puntos de la Provincia”. Los restos
fueron encontrados por el dueño de la propiedad, Carlos
Martínez, cuando comenzó a hacer movimientos en el fondo de su
casa para edificar: “Cuando hicimos las perforaciones para hacer
los cimientos de la obra nos encontramos con huesos y nos llamó
mucho la atención. Inmediatamente avisamos al Museo de La Plata
y se tuvo que parar la obra”.
Al
respecto, el secretario de Cultura y Educación municipal, Federico
López, señaló: “Una vez que se inicia una denuncia de este tipo hay que
hacer enseguida la excavación. Es una ley que contempla y resguarda el
patrimonio natural, entonces automáticamente se detiene la obra y el
propietario no puede continuar para dejar trabajar a los profesionales
en la extracción de las piezas”. Y agregó: “Berazategui ya tiene en el
Museo Histórico y Natural un sector de patrimonio natural donde se
exhiben fósiles hallados en excavaciones anteriores. Al tener ejemplares
de este tipo, es probable que se priorice el envío de estos restos a
otro lugar o que se queden en la Dirección de patrimonio bonaerense”.
El
equipo de profesionales paleontólogos contó con el apoyo de unos diez
trabajadores de la Cooperativa Nº 4 de Argentina Trabaja de Berazategui,
quienes se encargaron de la excavación. Marcos Saavedra, maestro mayor
de obras de la cooperativa, expresó: “Este es un trabajo fuera de lo
común. Estamos acostumbrados a hacer otras cosas, trabajos de herrería o
de albañilería. En esta oportunidad hicimos el pozo y asistimos a los
paleontólogos en todo lo necesario para recuperar los fósiles de la
mejor manera y con los mayores cuidados, ya que se notaba que estaban
húmedos y se podían partir”.
Por
último, Lirusso se refirió a los pasos a seguir: “En un principio, los
restos van a ir a la ciudad de La Plata. Allá los vamos a poner en
condiciones, limpiarlos y tratarlos para su conservación. Hay que tener
en cuenta que son fósiles de 6 mil años de antigüedad y su preservación
es muy delicada”. Fuente; primereando.com.ar.
Descubren un carancho gigante en el Río Quequén
Grande.
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Año XIII. Numero 134. Noviembre de 2015.
El
descubrimiento fue realizado por investigadores de la Fundación
Azara y del Museo de Historia Natural de Montevideo.
Las grandes
colecciones de vertebrados fósiles realizadas entre fines del
siglo XIX y principios del siglo XX por los primeros
paleontólogos argentinos, aún revelan importantes sorpresas
sobre nuestro pasado. Ejemplo de ello es el reciente
redescubrimiento en las colecciones del Museo Argentino de
Ciencias Naturales de los restos de un ave rapaz de gran tamaño
que permanecieron sin ser estudiados durante casi cien años. El
hallazgo original fue efectuado durante 1927 por los celebres
pioneros de la paleontología bonaerense, Jorge Lucas Kraglievich
y Lorenzo Julio Parodi, en las barrancas del Río Quequén Grande
al sudoeste de la provincia de Buenos Aires.
Un trabajo
publicado hace pocos días por investigadores del Museo de
Historia Natural de Montevideo (Jones Washington, Andrés
Rinderknecht y Ernesto Blanco) y de la Fundación Azara (Marcos
Cenizo y Federico Agnolin) en la revista alemana “Neues Jahrbuch
für Geologie und Paläontologie”, revela que los restos
descubiertos en 1927 pertenecieron a una especie extinta de
carancho cuyo tamaño era tres veces superior al de los actuales.
Mediante un análisis estadístico utilizando como muestra
comparativa un gran número de aves rapaces actuales, los
investigadores estimaron que el ave en vida debió
ostentar una masa corporal de 7.2 kg (con un rango de
error de entre 11.2 y 4.6 kg), contrastando con el 1.5
kg que puede llegar a pesar como máximo un carancho
actual. El tamaño gigantesco de este carancho extinto
rivaliza solo con las mayores aves rapaces existentes en
la actualidad como el Águila Harpía o el Cóndor Andino,
y lo convierte en el miembro de mayor tamaño conocido
para la familia de los Falcónidos (familia que agrupa a
los caranchos, chimangos y halcones).
Los caranchos son
aves oportunistas y carroñeras, por lo que se presume que el gran tamaño
que alcanzó este pariente extinto podría responder a los efectos de su
coevolución con los mamíferos de más de una tonelada que componían la
megafauna pampeana (gliptodontes, mastodontes, megaterios, macrauquenias,
toxodontes, etc.) y de cuyas carcasas probablemente se alimentó. Todo
parece indicar que al extinguirse los gigantescos mamíferos del
Pleistoceno hace unos 8 mil años atrás, estos caranchos de gran tamaño
junto con otras aves carroñeras que dependían de sus carcasas para
sobrevivir, finalmente también desaparecieron.
Los abruptos cambios
climáticos ocurridos durante finales del Pleistoceno junto con el
ingreso de los primeros grupos humanos al continente sudamericano hace
unos 14 mil años atrás, coactuaron para provocar la paulatina extinción
de todos los mamíferos herbívoros de más de una tonelada.
Afectada por la
desaparición de los megaherbívoros toda la red trófica de estos
ecosistemas colapsó, generando profundas modificaciones en las
comunidades vegetales y conduciendo a la extinción de los grandes
depredadores como los osos pampeanos, los tigres dientes de sable y los
grandes lobos pleistocénicos. Ahora sabemos que este fenómeno de
extinción a gran escala también afectó a las aves carroñeras, que con la
declinación de los grandes herbívoros perdieron su principal fuente de
alimento. Fuente; Fundación Azara.
Se inauguró el Museo Paleontológico de Toropí.
Publicado
en Paleo.
Año XIII. Numero 133. Septiembre de 2015.
Se trata de un centro
único en la región, que pretende consolidarse como un espacio para la
promoción y el desarrollo de la ciencia.
Tras
casi un año de preparativos, el domingo 28 de junio fue inaugurado el
Museo Paleontológico de Toropí, un centro que exhibe los hallazgos
producidos durante más de dos décadas en un yacimiento ubicado en las
afueras de la localidad correntina de Bella Vista. Un grupo de
investigadores del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y
Técnicas (CONICET) fue el encargado de promover este proyecto, que aún
tiene varias instancias pendientes y que pretende consolidarse como un
espacio para la promoción y el desarrollo de la ciencia.
La
inauguración del Paleomuseo Toropí movilizó a gran parte de la comunidad
de Bella Vista, que en los últimos meses empezó a tomar conciencia del
enorme potencial científico y turístico que tiene el yacimiento. La
apertura oficial al público se realizó el domingo 28, tras un acto del
que participaron el gobernador de la provincia de Corrientes, Dr.
Ricardo Colombi; el presidente del Instituto de Cultura de Corrientes,
Arq. Gabriel Romero; la rectora de la Universidad Nacional del Nordeste
(UNNE), Prof. Delfina Veiravé; el director del CCT CONICET Nordeste, Dr.
Gustavo Aucar y el intendente e la ciudad de Bella Vista, Walter Chavez,
entre otras autoridades provinciales y locales.
Luego del
tradicional corte de cintas, se realizó una recorrida por las
distintas salas del museo, que fue montado en el edificio de la
Casa de la Cultura, ubicada en pleno centro de la ciudad de
Bella Vista. La instalación de los fósiles y de los materiales
que son expuestos en el lugar, demandó un intenso trabajo de
especialistas, tanto del CONICET como del Instituto de Cultura
de Corrientes, que colaboró activamente para que el proyecto se
hiciera realidad.
Una de
las principales oradoras del acto de inauguración fue la Dra. Alicia
Lutz, investigadora del Centro de Ecología Aplicada del Litoral (CECOAL,
CONICET-UNNE), quien dedicó varios años de su carrera científica al
estudio de los fósiles hallados en el yacimiento. “Vamos a seguir
trabajando para la creación de un geoparque en Toropí, y para que sea
reconocido a nivel nacional e internacional”, aseguró.
Visiblemente emocionada, la científica destacó el trabajo realizado por
el equipo de investigadores del CONICET que promovió junto a ella el
proyecto, encabezado por el Dr. Alfredo Zurita y el Dr. Ángel Miño
Boilini. Además, resaltó el gran aporte presupuestario y logístico que
se brindó a través del Instituto de Cultura de Corrientes, la
intendencia de Bella Vista y las gestiones que, desde la Oficina de
Vinculación Tecnológica (OVT) de CONICET Nordeste, realizó el Lic.
Alejandro Quenardelle.
El acto
continuó con la entrega de reconocimientos a los ganadores de un
concurso de fotografía que se realizó en los terrenos del yacimiento y
la exposición de un video institucional del Paleomoseo Toropí, que
produjo el Instituto de Cultura. La cinta repasó las experiencias del
trabajo coordinado por Lutz, Zurita y Miño y sumó los testimonios de
algunos de los guías que actualmente están trabajando en el lugar y de
otros actores que intervinieron en el proyecto.
El
Paleomuseo Toropí expone las colecciones pertenecientes a la UNNE,
compuestas por los hallazgos realizados por diversos grupos de
investigadores desde la década del 70 en el yacimiento, ubicado a unos
120 kilómetros de la ciudad de Corrientes, en las afueras de Bella
Vista. Los fósiles corresponden a grandes mamíferos que habitaron la
zona en un período comprendido entre 30 y 50 mil años atrás.
Por sus
características, los investigadores indican que el potencial de Toropí
es enorme y que el yacimiento permitirá continuar con el desarrollo de
trabajos de relevancia nacional e internacional. El proyecto que comenzó
a cristalizarse con la inauguración del museo, también prevé la creación
de un geoparque, además de un centro de interpretación y otros recursos,
que permitirán el desarrollo científico y turístico del lugar. Fuente:
CONICET-UNNE
Salir a buscar fósiles es ilegal.
Publicado
en Paleo.
Año XIII. Numero 131. Septiembre de 2015.
Luego de las
repercusiones por las notas publicadas sobre hallazgos de fósiles por
parte de aficionados a la paleontología, desde el Museo Provincial
Antonio Serrano buscaron desestimar las expediciones amateurs.
Explicaron que los hallazgos deberán ser denunciados y entregados de
inmediato al organismo competente.
El patio interno
ajedrezado del Museo Provincial de Ciencias Naturales y Antropológicas
“Profesor Antonio Serrano” luce sus plantas en flor sobre la calle
Carlos Gardel, frente a la Plaza Alvear, en otra mañana soleada que nos
concede este otoño. La Sala de Paleontología se encuentra al fondo a la
derecha de la antigua construcción, con sus inmensos mamíferos del
cuaternario de pie a la espera de los gurises, sus más imaginativos
admiradores. “La idea es renovar e incorporar cosas nuevas, porque
pretendemos hacer un museo que atienda a los pedidos de la gente, y los
chicos sobre todo piden ver dinosaurios.
Si bien nuestra
provincia es mucho más rica en cuanto a estos mamíferos del cuaternario,
vamos a armar una sala que contemple esto”, indica Gisela Bahler,
directora de la institución. “Las réplicas de los esqueletos del tigre
diente de sable y de la extinta macrauquenia son las estrellas del
lugar, porque son animales grandes”, agrega Graciela Ibargoyen, a cargo
del área paleontológica del museo, junto a Julio Peña.
En las últimas
semanas, dos notas publicadas llamaron la atención de las
autoridades y especialistas del museo: la primera relacionada al
inusual hallazgo de un diente de un “tigre diente de sable” (smilodon
populator) por parte de un excursionista particular; la segunda,
la historia de cómo se interesó por los fósiles y sus secreto un
hombre que suele recorrer los cursos de agua de nuestra
geografía. Ante el temor de que estos reportajes estimulen la
afición paleontológica, desde el organismo especializado
dependiente del Ministerio de Cultura y Comunicación que tiene a
su cargo ejercer la defensa y custodia del patrimonio
paleontológico en el ámbito de la provincia, recomiendan tener
presentes la Ley provincial (9686) y la nacional (25743) sobre
esta materia.
“La Ley dice que se
deben preservar todos los materiales, tanto arqueológicos como
paleontológicos, por su valor patrimonial. Nuestra provincia es un gran
yacimiento de fósiles, y lo que hay que hacer cuando se encuentra alguno
es avisar al museo, porque pertenecen a todos”, explica Ibargoyen.
“Lo que siempre hay que
tratar es de no tocarlo, denunciar el sitio: ´hay tal cosa en tal lado´,
para que nosotros lo vayamos a buscar. Lo que suele ocurrir es que se
encuentran piezas sueltas, que se llaman de arrastre, después de una
crecida. Si se las recolecta porque tienen riesgo de perderse, lo que
pedimos es que se tomen fotografías, aunque sea con un celular, y se
anoten todos los datos posibles del lugar y que se junte un poco de
tierra de dónde se la encontró”, agrega.
“Esto es porque en
nuestros ríos y arroyos tenemos un régimen muy pulsátil, como en el río
Uruguay, por ejemplo, donde la represa abre y cierra compuertas y
aparecen muchos materiales cada vez. La idea es no perderlos, que no se
los lleve el agua, pero que esto no habilite a que si nosotros
encontramos un fósil lo tengamos que levantar”, aclara Bahler.
Según consta en la ley
provincial de 52 artículos, promulgada con el número 9686 en el año
2006, “Integran el Patrimonio Paleontológico los organismos o parte de
organismos o indicios de la actividad vital de organismos que vivieron
en el pasado geológico y toda concentración natural de fósiles en un
cuerpo de roca o sedimentos expuestos en la superficie o situados en el
subsuelo o bajo las aguas jurisdiccionales”.
En su artículo
27, aclara que “Las personas que por cualquier motivo descubran
materiales arqueológicos o paleontológicos en forma casual en la
superficie o seno de la tierra o en superficies acuosas, deberán
denunciarlos y entregarlos de inmediato al organismo competente
o, en su defecto, a la autoridad policial más cercana, la que
deberá comunicarlo al referido organismo”.
En concreto, lo
que se pide desde el Serrano es que no se salga a recolectar
fósiles, y que en caso de juntar alguno por considerar que corre
peligro de pérdida, se acuda la institución para registrarlo.
“Tenemos una
pequeña caña fosilizada, que es la única en el mundo; a partir de eso, o
incluso de un grano de polen, nosotros podemos reconstruir todo un
escenario: saber el clima, el entorno, y todo lo que conocemos del
pasado. Si la gente saca ese material de su medio, nos perdemos una
cantidad de información importante. Es como arrancarle páginas a un
libro que nos cuenta la historia”, grafica Bahler.
“Queremos desalentar
las salidas de la gente aficionada a buscar fósiles, porque el
investigador pasa por un montón de trabas e inconvenientes para poder
hacer su tarea: tiene que estar avalado por centros científicos, con una
carrera hecha, se hace un expediente, pasa por una serie de procesos
administrativos hasta que sale un decreto del gobernador autorizando esa
investigación en particular. Mal podemos decir “muchachos, salgan de
expedición”, comenta Ibargoyen.
“Además, salir a buscar
fósiles sin autorización es ilegal. Este es el punto, está claramente
determinado en la ley”, sentencia Bahler. “No es una cuestión elitista,
cientificista. El asunto es que estamos tratando con material que no
vamos a volver a encontrar; pero en segundo lugar, es importante
destacar que hoy tenemos un cuerpo de científicos en Entre Ríos, con el
Conicet funcionando mejor que nunca en el país, y toda la información
que ellos generan vuelve a la sociedad”, dice la directora.
Si bien desde
el museo piden cambiar la conducta coleccionista, afirman que
esta ley no tiene fines confiscatorios, aunque las colecciones
deben estar registradas. “La televisión y el cine del norte nos
juegan en contra, porque fomentan esa idea de que si yo lo
encontré, es mío. Hay que empezar a practicar una conducta ética
diferente”, reclama Ibargoyen. “La cabeza del coleccionista
funciona de manera bastante particular, con un antropocentrismo
importante.
Es tener algo que nadie
tiene, pero lo que tiene que saber es que ese algo que tiene no le
pertenece, sino que le pertenece a todos, por lo cual tiene que estar en
un lugar donde lo disfrutemos todos de forma gratuita”, especifica
Bahler.
“El objetivo no es
acaparar en el museo, pero sí que las colecciones estén registradas y
saber que se conservan en buenas condiciones. No se trata de quitarle a
la gente las piezas, sino que queremos que se registren”, indica
Ibargoyen, que está a cargo de ese trámite que consiste en llenar unas
planillas destinadas a la dirección del museo en las que se indica un
nombre de fantasía para la colección (por ejemplo, el de la persona que
la juntó), y cada pieza debe estar numerada, descripta y asentada en una
base de datos que está confeccionando el personal de informática de la
provincia. “Son planillas sencillas, que cualquier persona puede
completar”, sostiene Ibargoyen. “La idea es que, entre todos,
preservemos el patrimonio”, concluye Bahler.
www.eldiario.com.ar
Hallan fósiles de gliptodontes y perezosos gigantes
en las Sierras de Córdoba.
Publicado
en Paleo.
Año XIII. Numero 131. Septiembre de 2015.
La zona en donde se
encontraron está ubicada a más de 1.600 metros de altura, lo que lo
convierte en el yacimiento altura en la provincia más importante, según
se indicó desde el área de Patrimonio.
Técnicos del área de
Patrimonio Cultural de la Agencia Córdoba Cultura y el Museo Provincial
de Alpa Corral localizaron una nueva área fosilífera en una pampa de
altura ubicada en el sector centro-sur de la Sierra de Comechingones,
departamento Río Cuarto. os restos fósiles corresponden a gliptodontes y
perezosos de entre 20 y 10 mil años atrás.
El glyptodon
era un mamífero que pesaba hasta 2.000 kilogramos
aproximadamente, cubierto de una coraza en sus placas con la
típica ornamentación en roseta. En cuanto a los perezosos, se
han descubierto restos de milodóntidos, un grupo cuyas masas
corporales van de entre 500 y 2000 Kg. Algunos ejemplares
presentaban la particularidad de tener pequeños huesecillos
embebidos en la piel, elementos hallados en este nuevo
yacimiento.
Estos
nuevos registros, además de adicionar un yacimiento paleontológico al
acervo de la provincia, permitirán conocer nuevos aspectos de la
ecología de las comunidades en las pampas de altura de Córdoba.
La
información sobre este nuevo sitio y sus fósiles será expuesta en las
colecciones de Paleontología y Arqueología que ocuparán próximamente las
salas del Museo Provincial de Alpa Corral. El museo proyecta
transformarse en la institución de referencia en la protección y
salvaguarda del patrimonio cultural del Sur de la Provincia.
Se construirá un parque paleontológico en Marcos
Paz.
Publicado
en Paleo.
Año XIII. Numero 130. Septiembre de 2015.
El
yacimiento ubicado en el límite entre Marcos Paz y La Matanza, donde se
encontraron mastodontes, megaterios y tigres dientes de sable, entre
otras especies, fue declarado como reserva paleontológica. Allí, se
planea asentar un parque que podrá ser visitado de día y de noche.
No será un parque
jurásico, sino de megamamíferos que llegaron a convivir con los humanos
hace unos 10 mil años. Duró poco tiempo tal comunidad, ya que el hombre
se convirtió en uno de los factores que determinaron la extinción de
esas especies. Ahora, es el momento de
revivirlas.
Los
propietarios de la cantera Vignogna firmaron la cesión de 40 mil metros
cuadrados para que se configure oficialmente la reserva paleontológica,
ubicada a metros de la Ruta 3.
De esta
manera, se resguarda un yacimiento que ha permitido descubrir diversos
ejemplares de mamíferos gigantes, aves, reptiles, anfibios, peces y, al
mismo tiempo, permitió verificar que, hace 30 mil años, hubo un ingreso
marino donde hoy se juntan Marcos Paz y La Matanza, algo que hasta ahora
no se conocía.
Hace cinco
años, el ahora responsable de la Reserva Paleontológica y del
Museo de Marcos Paz, David Piazza, invitó a la Agencia
CTyS a recorrer el sitio y le enseñó los
primeros hallazgos, que hoy ya son más de 1000. Más allá de la
labor científica guiada por paleontólogos del Museo de La Plata,
se buscó que la sociedad conociera este patrimonio ubicado tan
cerca de los centros urbanos.
Así, todas las
escuelas de Marcos Paz y muchas de La Matanza ya han visitado el
sitio. Pero, ahora, que se proyecta la realización de un parque
paleontológico, se aspira a multiplicar las visitas guiadas, que
ya no solo serán de día.
“Estamos muy entusiasmados y contentos”, expresó Piazza. Y puntualizó:
“Queremos darle un aprovechamiento cultural, que se acerquen más
personas y participen de las excavaciones quienes lo deseen, siempre
garantizando la preservación y el valor científico que tienen”.
En un
par de semanas, se colocará un cartel muy atractivo en el ingreso al
Parque, ubicado justo en el límite entre Marcos Paz y La Matanza;
también, se pondrá iluminación artística, que hará que todos los que
pasen por el kilómetro 48 de la Ruta 3, incluso de noche, puedan ver el
yacimiento.
“Estamos preparando todo, desde la seguridad perimetral a la
iluminación, la señalética y un servicio de guías, para que el parque
paleontológico también pueda abrir de noche, a partir de una tendencia
novedosa que ya ha mostrado tener éxito como lo es la Noche de los
Museos”, comentó Piazza.
A
futuro, se proyecta la colocación de tinglados y la realización de
réplicas de los megamamíferos, algunos de los cuales podían alcanzar los
cuatro metros de altura. Pero, desde la apertura del Parque, se brindará
un curso de supervivencia
prehistórica.
“Como
hubo pueblos originarios que convivieron con estas especies, la idea es
mostrar cómo fue ese contacto”, explicó Piazza. En este yacimiento, hay
registros desde los 30 mil a los 8.500 años de antigüedad y se estima
que el hombre llegó hace unos 12 mil años a la región bonaerense.
Aun no se han
encontrado evidencias de la convivencia entre los humanos y los
megamamíferos en el noreste de Buenos Aires. “Sería un
golazo encontrar un resto fósil de un homínido, o
alguna herramienta que hayan usado, sea una vasija o la punta de
una flecha”, valoró Piazza.
“Estamos en
estado de alerta permanente, atentos a cada descubrimiento,
porque un hallazgo que puede parecer pequeño nos puede llegar a
abrir un nuevo mundo”, ilustró Piazza. Por eso, más allá del
aprovechamiento cultural y turístico que puede llegar a alcanzar
el parque paleontológico, se va a continuar con la investigación
científica.
David
Piazza destacó el apoyo que brindó el municipio de Marcos Paz para que
este lugar se convirtiera en una reserva paleontológica y que, desde el
ámbito privado, los dueños de la cantera Vignogna firmarán la cesión de
parte de sus terrenos.
“Nosotros no cobramos entrada, pero quienes nos visitan nos pueden dar
un bono a voluntad, que es para nosotros una gran ayuda ahora que
estamos comenzando”, contó Piazza. Y evaluó: “Tal vez, desde el ámbito
público o privado, van a surgir más apoyos, porque este parque
paleontológico tiene un potencial cultural y turístico altísimo, ya que
es el único que se encuentra tan cerca de los centros urbanos”, analizó
Piazza. Fuente: Agencia CTyS
Adiós a un símbolo turístico y geológico de San
Juan.
Publicado
en Paleo.
Año XIII. Numero 130. Septiembre de 2015.
A través de
las redes sociales, los sanjuaninos no ocultan su asombro y
hasta enojo por la caída de parte de la geoforma a causa del
fuerte viento Zonda.
Nostalgia es lo que queda después de saber que la
geoforma del Submarino ya no está completa tras la caída
de una de sus chimeneas este domingo, a causa del fuerte
viento Zonda que azotó el Parque Ischigualasto en Valle
Fértil.
Presente en todas las imágenes promocionales de la
provincia, ahora la clásica postal quedará en el
recuerdo de quienes la visitaron y que no cesan de
compartir imágenes de ella en las redes sociales a modo
de homenaje.
Según
dijo el ministro de Turismo, Dante Elizondo "no se reconstruirá porque
lo que se hace en estos sitios preservados es que la naturaleza cree
nuevas formas. Lo que sí haremos es recrearla de alguna manera para que
quienes no lo conocieron, puedan saber cómo era". Fuente Diario La
Provincia.
Vegasaurus molyi,
una nueva especie de plesiosaurio en la Antártica.
Publicado
en Paleo.
Año XIII. Numero 129. Julio de 2015.
La nueva especie de plesiosaurio, bautizada como Vegasaurus molyi, vivió
hace aproximadamente 70 millones de años y alcanzó los 6,7 metros de
longitud. Sus restos se encontraron en la Isla Vega y, tras arduas
tareas de rescate, se obtuvo su esqueleto casi completo.
Emanuel Pujol-
El paleontólogo José Patricio O’Gorman, autor principal del estudio
publicado en la revista científica
Journal of Vertebrate Paleontology, comentó que “si bien los
plesiosaurios abundaban en los ambientes marinos en la época de los
dinosaurios, el Vegasaurus molyi
es la primera especie identificada en la Antártida cuyo esqueleto está
casi completo y en muy buen estado de conservación”.
Prácticamente, lo único que faltó encontrar fue su cráneo. “Este
ejemplar nos permitió establecer las relaciones de parentesco entre el
Vegasaurus y otros
plesiosaurios que habitaron en Antártida, Patagonia y Nueva Zelanda
hacia fines del Cretácico”, destacó el investigador del Museo de La
Plata (MLP) y el CONICET.
Se recuperaron
costillas de este espécimen, más de 100 vertebras, la cintura
escapular, la cintura pélvica, sus miembros y el cuello
completo. “En total, estimamos que el ejemplar alcanzó los 6,7
metros, pero la vértebra cervical que estaba en contacto con la
cabeza no era mucho más grandes que la de un humano, de apenas 2
o 3 centímetros de largo, por lo cual, su cráneo era de pequeño
tamaño y no podía ingerir animales muy grandes, más allá de que
posiblemente era un predador activo”, contó O´Gorman.
La
extracción de este ejemplar representó una gran dificultad e implicó
décadas de trabajo. De hecho, un equipo de geólogos encabezado por
Eduardo Olivero avistó una de sus aletas anteriores en el año 1989 y,
recién en el año 1993, se pudo realizar la primera campaña
paleontológica de rescate. Luego, en 1999, se continuó con la
expedición, que recién pudo ser finalizada en el 2005. Desde entonces,
comenzó el estudio de los fósiles hasta la reciente publicación que
demuestra que se trata de una nueva especie.
El
doctor Marcelo Reguero, encargado de las colecciones del MLP, estuvo
presente en las tres campañas y explicó que “para llegar a la Isla Vega
se precisa de un helicóptero y una logística compleja, por lo que fuimos
a rescatar este ejemplar las veces que nos fue posible y, cuando no,
continuamos con las investigaciones en otros sitios de la Antártida”.
Nunca
antes se había realizado campañas paleontológicas en la Isla Vega y, en
el año 1993, los paleontólogos Marcelo Reguero y Juan José Moly, junto a
dos geólogas, fueron hasta allí para rescatar a este plesiosaurio.
“El
principal obstáculo que teníamos para realizar la excavación es que este
animal estaba ubicado el permafrost, que es un suelo congelado, y en un
momento probamos de ayudarnos con un secador de pelo, pero no funcionó”,
recordó Moly.
“Acampamos allí casi dos meses en 1993 y fue un trabajo con mucha
dificultad, por el clima, porque tuvimos que excavar, a pico y pala nada
más, y hacer un terraplén, porque los restos estaban incrustados en un
cerro”, relató Reguero. Y agregó: “Además, por ahí excavábamos durante
dos o tres días y una tormenta cubría y congelaba todo nuevamente”.
El nombre Vegasaurus molyi,
alude a la isla en que fue hallado, pero también al hombre que
puso más empeño para rescatarlo. Así lo cuenta Marcelo Reguero:
“Juan José Moly puso muchísima dedicación para extraer este
animal y, desde esa campaña de 1993, arrastra una tendinitis
crónica, porque tenía el brazo lesionado y siguió trabajando; es
como que llegó a tener una obsesión, que también se notó en la
campaña de 2005, cuando estuvo todo el tiempo con el martillo
picador”.
Aun con
todas las adversidades que debieron afrontar, en esa primera campaña se
desenterró casi el 65 por ciento del total del animal. Recién en 2005 se
extrajo el último fósil preservado. “Excavamos hasta que llegamos a la
pieza sobre la cual debería estar apoyada la cabeza, que lamentablemente
no estaba”, contó Moly. Y detalló: “El cuerpo estaba como de costado y
en una posición de U, con la cola y el cuello incrustados hacia el
interior del cerro”.
Hoy, la
Antártida alcanza temperaturas muy bajas, de -15 C° en las noches de
verano, pero, a fines del Cretácico, poco antes de la extinción de los
dinosaurios, el clima era muy diferente: en la península antártica había
bosques, un clima templado y se estima que este plesiosaurio quedó
cubierto rápidamente en un ambiente marino, lo cual ayudó a su
preservación y a que los animales carroñeros no llegaran a desmembrar su
cuerpo.
No
obstante, antes de que el cadáver fuera sepultado por sedimentos, hubo
animales que comenzaron a depredarlo y, quizás, alguno de ellos arrastró
su cabeza. “Entre sus vértebras, se encontró una docena de nautiloides,
que son moluscos carnívoros, y también una vértebra de tiburón clavada
en una de sus vértebras”, precisó Reguero.
También
es posible imaginar que la mordida de tiburón haya sido mientras este
Vegasaurusvivía. “Una de las hipótesis es que los
plesiosaurios acostumbraban a flotar, cerca de la superficie y, desde
abajo, un tiburón lo podría haber atacado”, sopesó Moly. Y bromeó: “No
sé si fue el causante de su muerte, pero que lo quiso comer, seguro”.
Fuente: Agencia CTyS
VI Jornadas Paleontológicas Regionales en Santa Clara
del Mar.
Publicado
en Paleo.
Año XIII. Numero 129. Julio de 2015.
Con la
participación de paleontólogos, museólogos, directores de cultura,
directores de museos, docentes, estudiantes, aficionados y público en
general de distintos puntos de la provincia de Buenos Aires, se
desarrollaron con éxito las VI Jornadas Paleontológicas Regionales en el
Centro Cultural de Santa Clara del Mar, localidad que albergó este
importante encuentro por tercera vez.
Durante
las jornadas se expusieron trabajos específicos de paleontología de
vertebrados, así como de índole museológica y de las diferentes tareas
de educación, protección, difusión y turismo paleontológico, con la
presencia de investigadores de renombre nacional e internacional de
diversas instituciones de la provincia de Buenos Aires.
El
intendente del Partido de Mar Chiquita, Jorge Paredi, destacó que “Santa
Clara del Mar y Camet Norte se convirtieron en puntos de referencia a la
hora de hablar de paleontología en la provincia” al participar del
homenaje que el Museo Municipal de Ciencias Naturales Pachamama brindó a
pioneros de la protección del patrimonio paleontológico de Mar Chiquita
en el marco de las jornadas.
“Siempre nos
encontrarán apoyando este tipo de encuentros que promueven la
cultura y la preservación del patrimonio”, subrayó el jefe
comunal y agregó: “El Museo Municipal Pachamama viene realizando
desde hace muchos años un trabajo muy serio que llevan adelante
el director Ejecutivo Daniel Scian y el director Científico
Pablo Straccia, y es oportuno que en estos encuentros recordemos
a quienes participaron en la creación de esta institución”.
Paredi, junto a
la subsecretaria de Cultura de la Provincia, Andrea Balleto, el
subsecretario de Asuntos Municipales bonaerense, Marcelo Sosa, y
el secretario de Cultura del municipio, Fernando Córdoba,
entregaron reconocimientos a familiares de Esteban Nicolihi,
Roberto Vetere y Amador Rodríguez, todos pioneros de la
protección del patrimonio paleontológico local.
Las VI
Jornadas Paleontológicas Regionales volvieron a realizarse en Santa
Clara del Mar, reviviendo las experiencias de la II y V edición, que
tuvieron lugar en 1990 y 2007, respectivamente. Y consolidando así a la
localidad como un punto de referencia de estos encuentros.
Se
desarrollaron tres conferencias durante las jornadas. La primera, a
cargo del Dr. Pablo Straccia, denominada “Bestiario fósil marchiquitense:
la fauna de Camet Norte durante la Edad del Hielo de Santa Clara del
Mar”; la segunda, brindada por el Dr. Sebastian Apesteguía, bajo la
consigna “La paleontología que se viene: su impacto en la clasificación
y el adiós a las categorías” y la última, “Gliptodontes: historia
evolutiva y geográfica de un grupo muy particular de mamíferos
acorazados”, a cargo del Dr. Alfredo Zurita.
Se
propuso a Santa Clara del Mar como sede de las 31 Jornadas Argentinas de
Paleontología de Vertebrados para el año 2017. Fuente: Punto Noticias.
Presentan el hallazgo de un Proteroterio del Mio-Plioceno
de Termas de Rió Hondo.
Publicado
en Paleo.
Año XIII. Numero 129. Julio de 2015.
Se trata de un mamífero
de pequeño tamaño y muy parecido a los caballos actuales, pero sin
parentesco. Vivió en Las Termas de Río Hondo hace unos 5 millones de
años atrás.
Un interesante hallazgo
paleontológico realizado en el centro termal más importante de
Argentina, fue presentado recientemente, y es el primero de su tipo para
el Museo local.
El material fue
recuperado por Sebastián Sabater, del Museo Municipal Rincón de Atacama
de la ciudad termense y estudiado en conjunto con Mariano Magnussen y
Daniel Boh, del Museo Municipal Punta Hermengo de Miramar (Bs As) y
Carlos Estarli de la Fundación Argentavis de la localidad de Berazategui
(Bs As).
Los fósiles
hallados, corresponde a uno pequeño mamífero de la familia de
los proteroterios, que no tienen parentesco directo alguno con
especies actuales, perteneciente a una estirpe muy primitiva de
America del Sur.
Durante
aproximadamente 50 millones de años de casi total aislamiento,
los mamíferos de Sudamérica-Antártida evolucionaron en un
continente isla. En Antártida se extinguieron antes, debido al
enfriamiento climático y glaciación que afectaría este
continente durante los últimos 37 millones de años.
Uno de los ejemplos más
conocidos en convergencia adaptativa o evolución paralela, es la
semejanza entre los caballos que redesarrollaron en otros continentes, y
el grupo sudamericano conocido como los proteroterios (Proterotheriidae)
desarrollados en total aislamiento bio-geográfico.
Estos pequeños
“falsos caballos” fueron animales gráciles de lomo relativamente corto y
extremidades alargadas con pezuñas. En la cabeza, el rostro no es
particularmente largo y los ojos eran grandes. Estos animales recuerdan
vagamente, más que a los caballos, a las gacelas u otros animales
herbívoros pequeños o medianos.
Las
proporciones de sus miembros indican también que eran habitantes
de espacios más boscosos que los caballos modernos, lo que
permite hacer inferencias en aspectos paleoambientales y
paleoclimaticos.
Algo que si
asemeja a los proteroterios con los caballos es la presencia de
un mecanismo de “trabado” en la rodilla, que les permitiría
permanecer de pie con menos esfuerzo, y que ha sido propuesto
para varias formas de mamíferos sudamericanos fósiles ya
totalmente extintos.
Pero Termas de Rió
Hondo tuvo un pasado biológico muy interesante. Justamente allí, en
pleno centro de la ciudad, se encuentra el Museo Municipal Rincón de
Atacama con interesantes muestras de fósiles de criaturas prehistóricas
que alguna vez vivieron en la provincia de Santiago del Estero, como
Elefantes (stegomastodon), varias especies de perezosos y armadillos
gigantes, guanacos de gran tamaño, bestias parecidas a hipopótamos entre
otras, como así también, restos culturales de los grupos aborígenes que
habitaron esta parte del país.
El Museo Tuyú Mapu presentó el esqueleto montado de
un perezoso gigante.
Publicado
en Paleo.
Año XIII. Numero 128. Julio de 2015.
Tal
como se había anunciado, ayer el Museo de Ciencias Naturales,
arqueológico y paleontológico “Tuyú Mapu”, realizó la presentación
oficial de una nueva réplica de esqueleto. La misma tuvo lugar en el
marco de su 5º aniversario.
La nueva pieza
es una copia fiel (de esqueleto) del gran perezoso, Scelidotherium leptocephalum,
una de las criaturas más emblemáticas de la "edad del hielo",
que desapareció hace 10.000 años, y en nuestro medio fue
descubierto por el Dr. José María “Pepe” Lorenzo y equipo en
2009, en una de sus tantas excavaciones.
Si bien los
principales museos argentinos poseen esqueletos del scelidotherium,
esta es la primera vez que se produce una réplica en poliuretano
y con un novedoso montaje en posición bípeda, postura que
adoptan para defenderse los parientes vivientes del
scelidotherium, tales como los osos hormigueros y tamandúas.
<<< Imagen ilustrativa.
Para la
realización de este proyecto de calcado y montaje se contó con el apoyo
de la fundación Félix de Azara, de Buenos Aires, y de la Municipalidad
de General Madariaga, así como de la activa participación de todo el
personal del museo.
Fue
presentado por su director, el paleontólogo Fernando Novas ante una
importante concurrencia de público e invitados especiales.
Fue inaugurado el nuevo museo de Ischigualasto.
Publicado
en Paleo.
Año XIII. Numero 128. Julio de 2015.
Con una
ceremonia encabezada por el gobernador José Luis Gioja y el ministro de
Turismo de la Nación, Enrique Meyer, ayer quedó habilitado al público el
Museo de Sitio William Sill en el Parque Ischigualasto, en el que los
visitantes podrán observar in situ el trabajo de los especialistas sobre
restos fósiles. El museo está ubicado a la mitad del circuito que
recorre el lugar y será la nueva estación del recorrido, la primera que
no es una geoforma, pues están El Gusano, la Cancha de Bochas, Valle
Pintado, El Submarino y El Hongo.
De la
ceremonia inaugural intervinieron funcionarios provinciales y
municipales, además de representantes del BID. Las autoridades
destacaron la magnitud de la obra, que al ser ubicada en un área
intangible del Parque Ischigualasto, obligó a construir una
estructura en otro lugar y luego montarla en el sector elegido,
para preservar lo más posible el entorno. El museo, que
tiene un sistema de paneles solares y grupo electrógeno para
autoabastecerse de energía y una planta de tratamiento de
líquidos, costó $25.000.0000, aportados por el BID.
<<< Imagen ilustrativa.
Los
visitantes ahora podrán observar desde unos balcones circulares cómo
trabajan los técnicos sobre los restos de dos rincosaurios y de un
dicinodonte, que aún se encuentran semicubiertos de sedimentos. El William Sill ostenta
una superficie aproximada de 700 m2, con una cúpula que la da una
característica especial. Tiene un laboratorio ‘de lupa’ en el que
trabajarán los paleontólogos y paneles explicativos.
El museo será una estación estratégica pues al esta exactamente a la
mitad del recorrido de 42 kilómetros, les permitirá a los visitantes no
sólo conocer sobre el trabajo paleontológico in situ, sino también
realizar un descanso e incluso tomar un café; una pausa en las casi
cuatro hora se tarda en recorrer el circuito. Fuente;
diariodecuyo.com.ar
Un perezoso gigante en el microcentro de Buenos
Aires.
Publicado
en Paleo.
Año XIII. Numero 128. Julio de 2015.
Las
palas mecánicas cavaban en el terreno ubicado en Montevideo al 900, en
pleno centro porteño, cuando el encargado las hizo detener al ver lo que
emergía de la tierra: restos fósiles de un animal de 100 mil años.
Grande
fue la sorpresa de Antonio Cherey, encargado de la obra para un hotel de
nueve pisos en Montevideo 937, cuando vio los extraños objetos que
emergían de la tierra tras el trabajo de las palas mecánicas.
Hizo detener
el trabajo, llamó al arquitecto Federico Eliaschev, entendieron
que se trataba de restos fósiles y se comunicaron con la
Dirección General de Patrimonio Histórico de la Ciudad para
analizarlos.
Un equipo del
área de Arqueología y Paleontología acudió al lugar y confirmó
el hallazgo: costillas y clavículas de un mega-mamífero
herbívoro de más de una tonelada de peso y casi tres metros de
longitud, que habitó la región Pampeana hace unos 100 mil años.
"Se
trata casi con seguridad de un perezoso gigante, que se extinguió junto
a otras especies hace unos 10 mil años y convivió con los humanos",
indicó al diario Tiempo Argentino Horacio Padula, coordinador del área
de Registros Fósiles de la Dirección.
El perezoso encontrado
tenía pelaje, podía pararse en dos patas y con garras de más de 20
centímetros, y cavaba sus propias cuevas subterráneas. Convivía con
tigres dientes de sable, gliptodontes, mastodontes parientes de los
mamuts, y los osos de mayor tamaño que alguna.
Hallan restos de un gliptodonte en la laguna Epecuén.
Publicado
en Paleo.
Año XIII. Numero 127. Julio de 2015.
El
excepcional hallazgo paleontológico tuvo lugar en cercanías de la
localidad de Carhué. Los fósiles fueron encontrados en excelente estado.
Vecinos del lugar encontraron un ejemplar de gliptodonte,
a 17
kilómetros de la localidad de Carhué, cabecera del
partido de Adolfo Alsina. Uno de los paleontólogos encargados de la
tarea de limpieza del hermoso tubo caudal, reconoció que este tipo de
hallazgos no es normal en la localidad; por ello el descubrimiento
“fue excepcional”.
El licenciado
en Ciencias Naturales aseguró que “Si bien los gliptodontes son
bastante comunes y todos los conocemos, se dan muy
esporádicamente”.
“Lo
hallado corresponde a la porción terminal de la cola de este
animal que tiene entre 5 y 7 millones de años” y
“Fue encontrado en excelente estado”, científicamente el
aspecto es muy importante.
"La
suerte quiso que se conserve muy bien gracias a que estaba
semienterrado" afirmaron los paleontólogos encargados de limpiar el
fósil.
Es importante
recordar que los gliptodontes eran mamíferos, herbívoros, que llegaron a
pesar hasta 2000 kilos y a medir de uno a cuatro metros de largo. Este
animal vivió en el Plioceno hasta 8500 años atrás aproximadamente.
Develan la historia evolutiva de los caballos y sus
parientes extintos de Sudamérica.
Publicado
en Paleo.
Año XIII. Numero 127. Julio de 2015.
Paleontólogos comprobaron el parentesco que existe entre los
caballos, las cebras y los rinocerontes con algunos de los mamíferos
que se extinguieron en Sudamérica hace más de 10 mil años. Además,
se demostró que dichos animales derivan de un ancestro común que
vivió en la época de los dinosaurios.
Agencia CTyS - El estudio, publicado hoy en Nature y
realizado por investigadores de Argentina, Estados Unidos, Irlanda,
Italia, Dinamarca, Alemania e Inglaterra, resuelve un enigma que
comenzó hace unos 180 años, cuando Charles Darwin halló los fósiles
de una macrauquenia en Santa Cruz. Era un animal semejante al
caballo, pero recién ahora se pudo demostrar el vínculo genealógico
entre ambas especies.
Para arribar a esta conclusión, el equipo internacional obtuvo
muestras moleculares del colágeno de los fósiles de 48 ejemplares de
macrauquenias y toxodontes que pertenecen a las colecciones del
Museo de La Plata (MLP) y del Museo Argentino de Ciencias Naturales
(MACN).
“Es la primera vez que se obtuvieron datos moleculares de organismos
de más de 10 mil años de antigüedad”, destacó el investigador del
MLP Javier Nicolás Gelfo. Y agregó: “A partir de ello, pudimos
comprobar el parentesco y, además, reconstruimos cómo tendría que
haber sido el colágeno en el ancestro común de todo este nuevo grupo
de animales, el cual debió surgir durante el Cretácico tardío”.
Hasta
ahora, no se había podido alcanzar una solución definitiva
al problema de si estos animales extintos de Sudamérica
tenían parentesco con los animales actuales, más allá del
parecido físico que había entre ellos.
El paleontólogo Gelfo explicó a la Agencia CTyS que
“distintas especies de seres vivos pueden desarrollar formas
parecidas como producto de que debieron adaptarse a
ambientes similares y no porque tengan lazos de parentesco;
por ejemplo, el delfín tiene similitudes con los
ictiosaurios, unos reptiles marinos que se extinguieron hace
90 millones de años”.
A partir de esta investigación, con la toma y comparación de datos
moleculares, se demostró que las macrauquenias, los toxodontes, los
caballos y los rinocerontes, entre otras especies, pasan a formar
parte del gran grupo de los Pan-Perissodactyla, que tuvieron su
origen hace más de 65 millones de años.
Asimismo, el estudio permitió complementar y afinar las hipótesis
sobre cómo este grupo se fue diversificando por el mundo mientras
los continentes se iban separando hasta posicionarse tal como los
conocemos hoy en día.
El doctor Gelfo detalló que “del ancestro común surgieron dos
grandes linajes: uno de ellos, se distribuyó por América del Norte,
Europa y Asia, y de ahí surgieron los caballos y los rinocerontes,
entre otros; en tanto, un segundo linaje pobló América del Sur y la
Antártida”.
Hasta el
momento, se demostró que los toxodontes -semejantes a los
rinocerontes- y las macrauquenias -semejantes a los
caballos- tienen parentesco con los animales actuales. A
futuro, se estudiarán otros grupos de animales extintos
sudamericanos para ver si también forman parte de los Pan-Perissodactyla.
Dichos mamíferos sudamericanos se extinguieron hace unos 10
mil años. En 2003, los investigadores del MLP Alberto Cione,
Eduardo Tonni y Leopoldo Soibelzon propusieron que, en el
marco de una conjunción de factores relacionados con la
disminución de áreas abiertas, la baja diversidad genética y
las oscilaciones climáticas, el hombre habría dado el golpe
final para la extinción de estas especies a través de la
caza.
Los paleontólogos Javier Gelfo y Marcelo Reguero, particípes de la
investigación publicada hace instantes bajo el título Ancient
proteins resolve the evolutionary history of Darwin’s South American
ungulates, presentaron, el año pasado, el hallazgo del mamífero
más antiguo que habitó la Antártida, hace 55 millones de años. Este
animal era un pariente lejano de las macrauquenias.
El doctor Gelfo comentó que “la macrauquenia era un animal de gran
porte, robusto, que podía superar los dos metros de altura con el
cuello en alto, mientras que el animal encontrado en la Antártida
tenía un tamaño más modesto, lo que hace pensar que el ancestro
común que habitó en Norteamérica también debió de ser más pequeño”.
Más allá de que se hallaron fósiles de macrauquenias y toxodontes en
diversas localidades de América del Sur, los 48 ejemplares que se
seleccionaron para el estudio publicado en Nature fueron
descubiertos en Argentina, porque eran los que presentaban una mejor
conservación para extraer información molecular. Fuente; Agencia
CTyS.
El Valle de los Quirquinchos prehistóricos.
Publicado
en Paleo.
Año XIII. Numero 126. Mayo de 2015.
En el Valle de los
Quirquinchos Exponen restos fósiles hallados en el departamento Río
Hondo Investigación. Los restos de fauna prehistóricos fueron
recolectados en el departamento Río Hondo por Sebastián Sabater,
director del Museo local Rincón de Atacama.
El Valle de los
Quirquinchos, sector geográfico ubicado en el departamento Río
Hondo. Se lo denomina así para preservar los posibles restos fósiles
que se hallan intactos en este lugar. Precisamente, fue el lugar
donde Sebastián Sabater, director del museo de esta ciudad, Rincón
de Atacama, descubrió el pasado mes de enero restos fósiles de
Quirquincho Dasypodidae, que oscilan entre 3,5 a 5 millones de años
de antigüedad.
La novedad
fue revelada por Sabater, quien tras un intenso trabajo de
investigación por distintos sectores del departamento Río
Hondo logró descubrir restos prehistóricos que formarán
parte del patrimonio paleoantropológico que exhibe todos los
años Rincón de Atacama. El investigador explicó a EL LIBERAL
que dentro del trabajo de exploración, pudo encontrar
“vértebras, falanges y un cráneo completo dentro de la
formación geológica Las Cañas, el cual responde al Período
Terciario y al Plioceno bajo”. “También hallé un anillo
caudal de un gliptodonte (mamíferos fósiles que poblaron
América del Sur) con la vértebra en su interior.
Al trabajo lo hice
solo, porque eran pequeñas piezas que se podían extraer con
facilidad”. Menciona que sus trabajos de exploración y recolección
de restos prehistóricos los realiza únicamente en el departamento
Río Hondo, puesto que la base fundamental del quehacer científico en
el museo “es rescatar el patrimonio autóctono, local y regional”.
Sabater comentó que el museo Rincón de Atacama recibió hace poco la
visita de numerosos profesionales que se encuentran actualmente
realizando tesis doctorales para estudiar el material, tanto de
paleontología como de arqueología.
¿A dónde está? El museo oficial Rincón de Atacama se encuentra
ubicado en la calle Caseros 268. Está abierto todo el año y expone
piezas arqueológicas y paleontológicas con visitas guiadas a cargo
del investigador y director Sebastián Sabater. Las reliquias que se
exhiben están distribuidas en cuatro secciones: Entomología
(insectos), Arqueología (restos de las culturas precolombinas que
poblaron el departamento Río Hondo), Paleontología (fósiles de la
fauna prehistórica que existió en la región) y Paleobotánica
(troncos pretrificados encontrados en el lecho del río Dulce).
Fuente: El Liberal
Súmate a nuestro
FACEBOOK: Museo Paleoantropologico Rincón de Atacama.
Fósiles de Tinamidos de algo más de 3 millones de
años.
Publicado
en Paleo.
Año XIII. Numero 126. Mayo de 2015.
Fueron
recuperados por el personal del Museo Municipal Punta Hermengo de la
ciudad de Miramar hace algunos años, y fueron identificados
recientemente.
El paleontólogo
Marcos Cenizo, de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la
Universidad Nacional de La Pampa, identifico dos restos fósiles de
aves, los cuales, atribuyo a Tinamidos posiblemente del genero
Nothura o Nothoprocta, aunque aun faltan los algunos estudios
taxonómicos de rigor para determinar fielmente el genero y especie.
Los tinámidos son aves terrestres cuyo registro fósil se conoce
principalmente en el Plioceno y Pleistoceno de Argentina.
La
Familia Tinamidae es endémica de la región Neotropical.
Vulgarmente conocidas como Inambúes, se caracterizan por una
pobre capacidad de vuelo y hábitos terrícolas. Se han
hallado restos fósiles en Brasil y Perú, pero el registro
fósil proviene mayoritariamente de la República Argentina,
en donde el resto más antiguo fue hallado en el Mioceno
temprano–medio de Patagonia.
Los
tinamúes son Palaeognathae es dividido tradicionalmente en
dos linajes compuesto por los tinamúes y las ratites,,
aunque estos conservan la capacidad para volar.
Probablemente son de un aspecto muy similar a los ancestros
voladores de las ratites.
Las ratites se
distribuyen en Nueva Zelanda (kiwis), África (avestruz), América
(ñandúes) y en Australia y la isla de Nueva Guinea (emú y
casuarios). Por otra parte, los tinamués son endémicos del
Neotrópico (Sudamérica y Centroamérica). Las relaciones
filogenéticas entre los paleognatos han sido materia de
controversias por décadas, existiendo hoy en día certeza sólo de la
monofilia del grupo, la de los tinamúes y la del clado conformado
por los emúes y los casuarios.
Respecto a la
radiación de los paleognatos existen dos hipótesis; la primera
establece que se diversificaron en Gondwana durante el período
Cretácico, generándose posteriormente los patrones de distribución
actuales como consecuencia de la deriva continental; la segunda
hipótesis plantea que la radiación evolutiva tuvo lugar después de
la extinción masiva del Cretácico-Terciario (evento K-T),
originándose cada uno de los clados a partir de ancestros voladores,
de los cuales sólo los tinamúes conservaron esa condición.
El material
recuperado consiste en un humero (hueso del ala) con evidentes
marcas de depredacion, y un sacro (hueso de la columna alojado ente
la cadera), y proceden de la misma zona, aunque no estaba asociado
entre si. Fue recuperado por el personal del Museo Municipal Punta
Hermengo en dos momentos distintos en sedimentos del Terciario al
norte de la ciudad de Miramar.
Se abrirá nueva Tecnicatura en Paleontología.
Publicado
en Paleo.
Año XIII. Numero 126. Mayo de 2015.
La
Universidad del Chubut y el Museo Paleontológico Egidio Feruglio
firmaron un convenio para desarrollar la Tecnicatura Universitaria
en Paleontología.
Con
una duración total de 2 años y medio, quienes se gradúen obtendrán
el título de "Técnico Universitario en Paleontología". La carrera se
desarrollará bajo una metodología bimodal, es decir, habrá tanto
clases y actividades presenciales como a través de una plataforma
virtual. Cabe destacar que esta tecnicatura no será un título
intermedio para la formación de paleontólogos, sino que formará
profesionales con una identidad propia y completa.
Esta carrera apunta a brindar una formación académica tanto a
personal técnico paleontológico en actividad como a cualquier
persona con estudios secundarios completos que desee formarse en
este ámbito.
Los
graduados podrán desempeñar distintas tareas relevantes a su
formación tales como:
-
integrar el plantel de apoyo técnico en instituciones de
investigación científica en Paleontología, realizando tareas de
campo, laboratorio y/o conservación, entre otras;
-
participar (por ejemplo, como asesores técnicos), en las acciones de
organismos vinculados a la protección del Patrimonio Paleontológico;
-
prestar servicios técnicos afines en el ámbito privado, entre otras.
El acto se
realizó en el MEF con la presencia del Dr. Rubén Cúneo,
Director del Museo; del Dr. Juan Manuel Irusta, Rector de la
Universidad, y otras autoridades y miembros de ambas
instituciones. Con un plantel docente conformado por
profesionales de la Universidad del Chubut, la Universidad
de la Patagonia San Juan Bosco y el MEF, se prevé comenzar
con la tecnicatura en el segundo cuatrimestre del 2015.
<<< Imagen
ilustrativa.
¿Por qué una tecnicatura en paleontología?
En
los últimos años ha crecido el número investigadores, así como
también la creación y la expansión de nuevos museos y centros donde
se desarrollan investigaciones en Paleontología. Esto, sumado al
continuo avance de los conocimientos científicos y recursos
tecnológicos, ha generado una creciente demanda de personal técnico
con competencias específicas.
De
hecho, muchas instituciones no cuentan con suficiente personal
técnico de apoyo. Esto implica, por ejemplo, que el investigador
deba cumplir ese rol, acondicionando sus propios materiales de
estudios. En otros casos, no se cuenta con personal encargado de la
conservación de las colecciones, quedando sin atención o
resguardadas en situaciones precarias.
En
un museo como el MEF, los técnicos colaboran en diversas tareas.
Algunas tareas típicas incluyen:
-
En las campañas paleontológicas, diseño de la logística y el armado
del campamento, búsqueda y extracción de materiales.
-
En el laboratorio de preparación, limpieza y acondicionamiento de
los fósiles que luego serán estudiados por los investigadores;
-
En la colección, preparación e catalogación de los materiales;
-
En el taller de moldes, armado réplicas de los fósiles originales
para su exhibición.
Fuente; MEF.
Imágenes ilustrativas.
Hallan animales prehistóricos en el Pleistoceno de Marcos Paz.
Publicado
en Paleo.
Año XIII. Numero 125. Mayo de 2015.
Se trata de un
gliptodonte, una macrauquenia y un ave de 30 mil años de antigüedad.
Palentólogos, vecinos y alumnos de escuelas aledañas participan del
rescate de los fósiles en el yacimiento ubicado en la frontera entre
Marcos Paz y La Matanza.
Agencia CTyS
-
Vecinos y alumnos de escuelas se turnaban para
excavar y formar un perímetro en torno a un gliptodonte, siempre
bajo el cuidado del paleontólogo Martín de los Reyes del Museo de La
Plata y del encargado del repositorio de Marcos Paz, David Piazza.
Piazza expresó su entusiasmo por la participación de la comunidad
para la recuperación de los fósiles: “Hoy se acercó muchísima gente
y los chicos pudieron recorrer el yacimiento. No solo es valioso
porque ellos pueden conocer y aprender, sino porque a nosotros nos
ayudan a hacer en un día lo que, de otra manera, nos llevaría toda
una semana”.
Las tareas de rescate de este mamífero de 30 mil años de
antigüedad y con apariencia de un armadillo gigante comenzó el sábado
pasado y será culminada en los días próximos.
El paleontólogo Martín de los Reyes comentó que la tarea ya está
muy avanzada. “Vamos dejando unos 10 o 12 centímetros de
sedimento alrededor de la caparazón del animal; posteriormente,
haremos una cubierta de yeso para que no se rompa el fósil en el
momento de la extracción y de llevarlo al laboratorio”, explicó.
El investigador coincidió en que “gracias a la comunidad que se
ha acercado y aunó su esfuerzo, pudimos avanzar rápidamente en
la excavación, aunque nos quedará otro día más de trabajo”.
Alumnos de dos escuelas de La Matanza participaron del
rescate. El profesor Emiliano Beis contó que es la primera vez que
visitan el yacimiento desde la Escuela Media 25 de Casanova y la Escuela
Media 56 de Laferrere. “La intención de esta lección paseo es que los
chicos puedan ver el trabajo de campo científico y que, un poco jugando
y otro poco por curiosidad, puedan participar de algo que, tal vez,
creían inaccesible”.
Por su parte, el profesor Alejandro Orellana manifestó que “la idea es
sumarnos, para conservar las especies que se están encontrando y luchar
para que se forme una reserva paleontológica”.
En una recorrida por el yacimiento, David Piazza le fue
mostrando a la Agencia CTyS
otras de las especies que iban aflorando de los sedimentos (ver VIDEO):
“Allá arriba se observa un fragmento de la cadera de una macrauquenia
que habitó esta zona hace unos 10 mil años quizás. Era un animal
parecido a un camello, pero sin joroba y con una trompa parecida a un
tapir”.
Dicho fósil está ubicado a unos cuatro metros de altura, lo que va a
hacer un poco más laborioso su rescate. “En pocos días comenzaremos con
las excavaciones con los que quieran venir a participar y ayudarnos”,
invitó Piazza.
El encargado del repositorio de Marcos Paz observó que es tanta la
cantidad de materiales que afloran como producto de las lluvias, por
ejemplo, que se hace necesaria la participación de la comunidad si se
quiere evitar que se pierdan.
En otra área de la tosquera, Piazza develó qué se ocultaba debajo de un
bochón de yeso y papel film que justo terminaba de armar: “Dentro de
esta cubierta tenemos parte del esqueleto de un ave que vivió acá hace
unos 30 mil años. Era muy interesante rescatarlo, porque es un material
poco común y está en muy buenas condiciones, con parte de su esqueleto
articulado”.
En la reserva, los materiales más antiguos tienen 30 mil
años y los más modernos, cerca de 8.500 años. La gran mayoría de los
fósiles rescatados se encuentran en el Museo de la Plata, para su
estudio, aunque también hay algunos ejemplares en el Museo de Marcos Paz
y otros en el repositorio Carlos Rusconi de La Matanza.
David Piazza afirmó que casi todas las escuelas de Marcos
Paz ya han visitado el yacimiento y que, como la reserva está pegada al
límite sur de la Matanza, a pocos metros de la ruta 3, sería promisorio
que más escuelas de La Matanza también la conozcan.
“Es bueno que los chicos puedan venir y puedan aprovechar una
oportunidad única para acercarse a un pasado lejano que, por ahí, a
través de los fósiles, uno puede imaginar”, valoró.
Fósiles de plantas que colonizaron el planeta fueron
hallados en Jujuy.
Publicado
en Paleo.
Año XIII. Numero 125. Mayo de 2015.
En una
investigación llevada a cabo en la provincia de Jujuy, el equipo de
botánicos liderado por Claudia Rubinstein descubrió los fósiles más
arcaicos encontrados hasta el día de hoy. El hallazgo es crucial
para comprender la historia de la vida en la Tierra.
Hasta no hace mucho
tiempo, se aseguraba que los primeros restos de plantas que
colonizaron los continentes, hace 463 millones de años, habían sido
hallados en la República Checa y Arabia Saudita. Sin embargo,
investigaciones llevadas a cabo por un grupo de geólogos de la
Universidad Nacional de Córdoba y de la Universidad de Liege
(Bélgica) liderados por una investigadora argentina dio con el
hallazgo en la provincia de Jujuy de restos que son 10 millones de
años más antiguos que los ya conocidos.
El estudio fue
publicado en la revista New Phytologist (www.newphytologist.com),
especializada en botánica y lo firma la doctora Claudia Rubinstein,
del Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias
Ambientales que forma parte del Centro Científico Tecnológico del
CONICET, en la ciudad de Mendoza.
Los restos
encontrados corresponden a un tipo particular de esporas (criptoesporas)
que, de acuerdo a los resultados obtenidos por Rubinstein
–especialista en el análisis de microplancton y esporas fósiles– y
sus colaboradores, tienen una edad de 473 millones de años.
Según
explica, las primeras plantas continentales eran muy
pequeñas (se cree que su tamaño no superaba el centímetro) y
muy frágiles, por lo cual no se preservaron en el registro
geológico. Sin embargo, no ocurrió lo mismo con las
criptoesporas, que se caracterizan por poseer una pared
externa extremadamente resistente que impide que se
destruyan. Además, esa pared las protegió de la radiación
ultravioleta y la desecación y permitió su dispersión a
grandes distancias, principalmente, a través de los ríos.
Todos estos fueron factores decisivos para su supervivencia
fuera de los mares, lo cual les permitió colonizar los
continentes.
Las muestras en las
que se encontraron las criptoesporas provienen de las sierras
subandinas de la provincia de Jujuy y fueron recolectadas por un
integrante del equipo de investigación con el fin establecer la edad
de las unidades geológicas. La edad de estas rocas, de origen
marino, fue obtenida en base a la presencia de otros grupos de
microfósiles marinos de edad conocida. “No buscábamos esas
criptoesporas –comenta Rubinstein– y menos aún en rocas con edades
en las cuales no esperábamos encontrarlas”.
La investigadora
explica que, para realizar estudios de microfósiles (fósiles de
tamaño microscópico que solo pueden estudiarse con lupa o
microscopio), se requiere de muestras de rocas sedimentarias
pequeñas, de entre 50 y 100 gramos. La roca debe ser de color verde,
gris o negro y estar constituida por granos de tamaño no mayor al
milímetro, lo que indica que el ambiente en que se formaron era
tranquilo y pobre en oxígeno, condiciones necesarias para la
preservación de los microfósiles.
Las muestras deben
ser embolsadas en forma individual y deben estar perfectamente
identificadas. Junto con la identificación debe constar la ubicación
del punto de muestreo (que se obtiene con un GPS) y el nombre de la
formación rocosa a la cual pertenece.
Una vez en el
laboratorio, la muestra debe ser molida y atacada con ácido de tal
forma de eliminar todo su contenido mineral, obteniéndose un
concentrado de restos orgánicos que se preparan para su observación
bajo microscopio.
“Para
establecer la edad de las criptoesporas utilizamos otros
grupos de microfósiles marinos de edad conocida que también
estaban presentes en las muestras analizadas”, señala
Rubinstein, quien a su vez explica que para esta
investigación las muestras fueron divididas en dos
fracciones; cada una de las cuales fue estudiada en los
laboratorios de Argentina y en los de la Universidad de
Liege ya que, al aplicar diferentes protocolos de
preparación aumentan las probabilidades de obtener más
material y de mejor calidad.
A partir del análisis
microscópico los investigadores pudieron establecer la presencia de
cinco variedades de criptosporas en el material estudiado. Esta
diversificación les permite sugerir que las plantas pudieron haber
comenzado a colonizar los continentes bastante antes que la edad
determinada para sus especímenes (473 millones de años), quizás hace
unos 500 millones de años.
“La continentalización
de las plantas es uno de los grandes hitos en la evolución biológica en
la Tierra, ya que no solamente favoreció la formación de suelos y de
formas de vida más complejas que fueron colonizando los continentes,
sino que también, y principalmente, afectó profundamente el ciclo del
carbono y cambió la composición de la atmósfera alterando en forma
irreversible el clima a escala global. Es por eso que establecer el
momento en el que aparecen las primeras plantas terrestres es
fundamental para conocer la historia evolutiva de la vida en la nuestro
planeta”, concluye Rubinstein. Fuente: nex.exactas.uba.ar
Cooperación institucional entre el Museo de Rió Hondo y
el Museo Punta Hermengo.
Publicado
en Paleo.
Año XIII. Numero 125. Mayo de 2015.
Por medio de
cooperación institucional entre el Museo Municipal Punta Hermengo de la
ciudad de Miramar (prov. Bs As) y el Museo Paleoantropologico Rincón de
Atacama de la ciudad de Termas de Rió Hondo, se realizaron intercambios
de materiales para exhibición e ilustración paleontológica.
El museo termense
recibió la gentil donación de una replica del cráneo de un raro
depredador marsupial que se extinguió hace 4 millones de años.
Se trata de un
Thylacosmilus atrox, un importante carnívoro marsupial de la
Era Terciaria, muy parecido al "Tigre dientes de sable" invasor, pero
sin parentesco alguno, ya que este ultimo es un placentario. Es otro
ejemplo de evolución paralela, es decir, dos especies totalmente
distintas morfológicamente y que nunca habitaron juntas el mismo
continente, se parecen ya que ambas cumplían el mismo rol en el
ecosistema.
Thylacosmilus
llevaba unos largos y afilados colmillos proyectados hacia abajo
y adentro de unos 15 centímetros y su tamaño corporal era como
la de un puma viviente. A diferencia del "Smilodon",
el Thylacosmilus no tenía incisivos ni una baina
protectora para los caninos, los cuales crecían permanentemente
como los dientes de un roedor. Es muy posible que sus victimas
fueran los grandes mamíferos Notoungulados como los nombrados
mas anteriormente, los cuales mataban con una simple mordida en
el cuello. Sus caninos o colmillos habrán infligido a sus
presas heridas profundas, logrando que el enorme animal muera
desangrado segundos después del terrible ataque. Su extinción
esta asociada a los importantes cambios ambientales que
sucedieron al final del Plioceno y a la ausencia de las grandes
presas que este asechaba.
<<< Imagen
ilustrativa.
Así mismo, el Museo
Municipal Paleoantropologico de Termas de Rió Hondo, contribuyo con la
institución miramarense, con la replica de dos falanges ungueales
(garras) de un Megatherium americanum, un perezoso gigante
extinto, que parado sobre sus dos patas superaba los 4 metros de altura
y fue mamífero continental mas grande del Pleistoceno sudamericano,
cuyos restos datan del ultimo millón de años y que fuera hallado tiempo
atrás a orillas del Rió Dulce de nuestra ciudad.
También se proyectan
futuras contribuciones en el ámbito educativo y exhibiciones temáticas
especiales entre ambos museos, intercambio de conocimientos técnicos,
presentaciones en jornadas entre otros.
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