| 
				
					| 
					Encuentran restos fósiles de Glossotherium robustus en 
					Saavedra. 
					  Publicado 
			en 
			Paleo. Año 
			8. 
			Numero 45. Mayo de 2010. Huesos de un mamífero que 
					vivió hace más de 7.000 años, y pariente lejano de los 
					actuales perezosos, fueron hallados por el dueño de un campo 
					cuando una máquina vial realizaba un trabajo en un camino de 
					tierra cerca de Cerro Hinojo, en el partido de Saavedra, 
					Bahía Blanca. El hallazgo ocurrió en el establecimiento 
					rural de Carlos Eckardt que descubrió varios huesos fósiles 
					de lo que se conoce como Glossotherium robustus, 
					un mamífero de unos 3 metros de altura al estar erguido.
					 
						
							| 
					 | "Se trata de un mamífero y 
							herbívoro que fue hallado en un camino rural en las 
							sierras de Ventanía del partido de Saavedra, pero 
							además vivían en toda la región pampeana", dijo 
							Gonzalo Iparaguirre del Observatorio de Patrimonio 
							Arqueológico y Paleontológico 1 (OPAP). Durante los 
							trabajos participaron arqueólogos y paleontólogos 
							del organismo, que depende de la Dirección 
							Provincial de Patrimonio Cultural bonaerense, 
							quienes procedieron a retirar los restos fósiles.
							 |  "Todo comenzó cuando una 
					máquina Champion arreglaba un camino de ripio y al día 
					siguiente el dueño del campo que pasó con un tractor observó 
					los restos fósiles por lo que alertó de inmediato al 
					Observatorio", se informó. El Glossotherium 
					fue trasladado por el equipo de científicos al museo de la 
					ciudad de Pigüé.  
 
						
						Neothoracophorus, un gliptodonte hallado en San Pedro.
						 
						 Publicado 
			en 
			Paleo. Año 
			8. 
			Numero 45. Mayo de 2010. Parte de la coraza y la cola 
						de un curioso mamífero que habitó en nuestra zona fueron 
						descubiertos a 3 Km. de la ciudad. El equipo del Museo 
						Paleontológico, investigando el lugar junto al Dr. 
						Ricardo Pasquali, profesor de la UBA, la Universidad 
						Católica de Salta y permanente colaborador del Grupo 
						Conservacionista de Fósiles, dieron con parte de la 
						coraza del ejemplar. Más tarde, al seguir los trabajos 
						en el sitio, apareció una sorprendente cola de púas 
						absolutamente completa. 
							
								|  | Con mucha paciencia para 
								evitar que se desintegrara el fósil debido al 
								delicadísimo estado de preservación que 
								presentaba, se logró extraer el material en un 
								“bochón” de yeso que permitió trasladarlo al 
								taller de restauración del Museo. Dicho tubo 
								caudal, que llegaba a medir entre 70 y 80 cm de 
								largo, está formado por una sucesión de anillos 
								concéntricos, de mayor a menor, compuestos por 
								placas adaptadas en forma de afiladas púas que 
								amedrentaban a los posibles atacantes brindando 
								al animal un aspecto peligroso. |  Neothoracophorus 
						es una nueva especie que pasa a habitar las salas 
						del Museo Paleontológico. Salas que muestran la 
						asombrosa fauna de mamíferos prehistóricos que caminó 
						por aquellos paisajes perdidos en la bruma de los 
						tiempos. Su nombre científico era 
					Neothoracophorus (que deriva del griego “thorako-phóros”, 
					que significa “acorazado”) y vivió hace miles de años en 
					toda la región, caminando apaciblemente por llanuras de 
					pastizales abiertos, escapando de los carnívoros que 
					asolaban estas tierras. Para ello cubrieron su cuerpo con 
					una coraza formada por pequeñas placas redondeadas que se 
					acomodaban una al lado de la otra sin llegar a soldarse 
					entre sí, brindándole una cierta elasticidad a dicho 
					caparazón. Esas placas estaban perforadas en varios puntos 
					por donde, aparentemente, afloraban gruesos pelos. 
					
					Eran 
					herbívoros y su talla rondaba los dos metros de 
					longitud. Habitaron durante el Pleistoceno de la región 
					pampeana y su nombre científico, puesto por Ameghino en 
					1889, es muy difícil de pronunciar: Neothoracophorus 
					(que deriva del griego “thorako-phóros”, que significa 
					“acorazado”). Uno de estos curiosos animales terminó sus 
					días a unos 3 km al sur de nuestra ciudad hace más de 
					100.000 años, durante una época de clima árido y ventoso 
					denominada Edad Lujanense. 
 
					Hallan un importante yacimiento fosilífero en la localidad 
					de La Matanza.  Publicado 
			en 
			Paleo. Año 
			8. 
			Numero 45. Mayo de 2010. A tan sólo 40 kilómetros de 
					la Capital Federal, en el partido de La Matanza, fueron 
					descubiertos los esqueletos fosilizados de grandes 
					mamíferos, aves y reptiles prehistóricos que habitaron la 
					llanura pampeana hace miles de años. Los ejemplares 
					pertenecen a cinco gliptodontes, en buen estado de 
					preservación, integrando los géneros Panochthus 
					y Glyptodon. Se suman al conjunto restos 
					fósiles mamíferos herbívoros tales como Mastodontes 
					(parientes extinguidos del elefante actual); Ciervos; 
					Camélidos; Toxodóntidos (de aspecto similar a los 
					hipopótamos). Entre los mamíferos carnívoros podemos 
					encontrar, restos del célebre “Tigre dientes de sable”, 
					Pumas y Zorros. También se hallaron restos de pequeños 
					reptiles y aves en muy buen estado de conservación, lo cual 
					es poco frecuente en la llanura pampeana. Entre los fósiles 
					de invertebrados se han encontrado cerca de diez termiteros, 
					indicadores de que en el pasado el clima en la zona era 
					mucho más cálido y húmedo que en la actualidad. Futuras investigaciones 
					brindarán datos más precisos sobre la antigüedad de estos 
					restos, aunque a priori, se estima que vivieron durante un 
					lapso de tiempo conocido como “Edad Bonaerense”, que se 
					extiende desde hace unos 500 mil años hasta unos 250 mil 
					años atrás. Los restos fueron hallados por Ariel Caprio, 
					integrante del Grupo Proteccionista de Fósiles de La Matanza 
					y gran conocedor de la fauna local. Caprio encontró parte de 
					los fósiles mientras recorría una tosquera junto a su hijo. 
					Por razones de seguridad no se difundió la ubicación exacta 
					del yacimiento, aunque se desea agradecer la inestimable 
					colaboración del propietario del predio, quien demostró en 
					todo momento su responsabilidad respecto de la protección 
					del patrimonio paleontológico. 
						
							|  | El Dr. Leopoldo Soibelzon, 
							investigador del museo platense, quien colabora con 
							las tareas de rescate, comentó: -"En una caminata de 
							menos de 1 hora encontramos un cráneo completo de un 
							zorro, un asta y dos molares de ciervo, un gran 
							fragmento de mandíbula de un mega-mamífero y un 
							fémur de un carnívoro mediano... El yacimiento es 
							increíble..."  David Piazza, responsable del 
							Repositorio Paleontológico “Carlos Rusconi” de La 
							Matanza, afirmó que para el rescate de los restos 
							cuentan con el apoyo del Municipio de La Matanza y 
							de un Grupo Proteccionista de Fósiles, integrado por 
							un desinteresado y entusiasta grupo de colaboradores 
							locales. |  Asimismo, Piazza estimó que 
					las tareas de rescate demandarán al menos un mes de intensa 
					labor de campo, así como personal capacitado para retirar 
					los fósiles de los grandes mamíferos, mientras que la 
					preparación de los fósiles pertenecientes a fauna de pequeña 
					talla (aves y reptiles) podría demandar año, dada su 
					abundancia y delicadeza. Posteriormente los restos serán 
					depositados en los laboratorios del repositorio que 
					funcionan en el Museo Histórico de La Matanza.  El acondicionamiento de los 
					nuevos materiales para su exhibición podría demandar cerca 
					de un año, pero quienes deseen conocer la prehistoria de La 
					Matanza no deberán esperar ese tiempo, puesto que ya hay 
					salas conformadas por fósiles recientemente hallados en el 
					partido. Además, tendrán la posibilidad de apreciar una 
					original muestra de Dinosaurios de distintas partes de 
					mundo, que se encuentra en exhibición, así como disfrutar de 
					charlas y talleres destinados al público en general, como 
					también a escuelas y colonias de vacaciones.  
 
			
			Destruyen en Pehuen Có las únicas |  
					| 
			
			huellas fósiles de 
			Megaterio en el mundo. |  
			Publicado 
			en 
			Paleo. Año 4. 
			Numero 18. Julio de 2006. 
			Fueron 
			descubiertas por una investigadora argentina. No había un registro 
			tan valioso en otra parte del mundo 
			Las huellas 
			fósiles más grandes del mundo, las de un animal extinguido hace más 
			de 10 mil años -conocido como Megaterio (Megatherium), que se 
			encontraban en el yacimiento geológico y paleontológico de Pehuen Có, 
			en cercanías de Bahía Blanca (Prov. Buenos Aires, Argentina), 
			“fueron destruidas por la acción de vehículos todo terreno y el 
			tránsito de pescadores comerciales”, según denunciaron autoridades 
			del Museo Municipal de Ciencias Naturales de la ciudad de Punta 
			Alta. 
 “El daño es gravísimo e irreparable. De las 18 huellas originales 
			que existían y preservábamos, que incluso fueron filmadas hace un 
			par de años por Discovery Channel, sólo quedaron 3, por la 
			desaprensión de los pescadores comerciales, que las destruyeron con 
			el paso de vehículos todo terreno y tractores”, aseguró el director 
			del Museo de Ciencias Naturales Carlos Darwin, de Punta Alta, 
			Ricardo Caputo.
 
 Las huellas más grandes del mundo “desaparecieron”, dijo el 
			funcionario. Luego, afirmó: “Este yacimiento,
 que se encuentra ubicado en la playa marítima entre Pehuen Có y 
			Monte Hermoso (a lo largo de 3 kilómetros) es único en el mundo, 
			porque además tiene huellas de fauna fósil y de animales extinguidos 
			hace 10 mil años”.
 
				
					|  | El
					Megaterio era un mamífero dentado, fósil, de seis 
					metros de largo y dos de alto, aproximadamente, con huesos 
					más robustos que los del elefante. Su cabeza era 
					relativamente pequeña, carente de dientes y colmillos, y con 
					sólo mandíbulas; cuerpo muy voluminoso, patas cortas, pies 
					grandísimos, con dedos armados de uñas fuertes y encorvadas. 
					Vivía en la era Cuaternaria y se alimentaba de vegetales. 
					Los principales esqueletos se encontraron en la Pampa 
					argentina. |  
			Se calcula que 
			este animal, emparentado con los actuales perezosos, parado en sus 
			patas traseras, podía medir hasta 4 metros de altura, y pesaba cerca 
			de cinco toneladas. 
 “Es una fauna que estaba compuesta por megaterios, 
			mastodontes, gliptodontes y macrauquenias, que 
			convivía con pumas, guanacos y aves de distintos tipos”, explicó 
			Caputo. Reveló además que el yacimiento declarado Patrimonio 
			Provincial tiene una antigüedad de 12 mil años.
 
				
					|  | El director del museo lamentó que pese a recomendaciones y 
			cartelería que sugieren se proteja el lugar, la acción desaprensiva 
			“de pescadores comerciales” terminó destruyendo las huellas del 
			megaterio. Según dijo, “eran las más grandes halladas hasta el 
			momento, y son las únicas de esas dimensiones, puesto que tienen 90 
			centímetros cada una de ellas”, precisó. “Ocurre que, al 
			circular por sobre las huellas con vehículos todo terreno y 
			tractores, las resquebrajaron y luego el mar terminó por 
			destruirlas. De las 18 huellas originales que teníamos relevadas, 
			sólo quedaron 3. 
			 Es muy triste y lamentable esta situación”, expresó Caputo.
			Dijo además que el yacimiento “se ha defendido con todos los medios 
			posibles, la dirección de Turismo (del partido Coronel de Marina 
			Leonardo Rosales) aportó subsidios para tener gente allí en forma 
			permanente en vacaciones para preservar el lugar”. 
					 |  
			“Pero apenas se 
			levantó la guardia, que son alumnos de Geología de la Universidad 
			Nacional del Sur, nuevamente comenzaron a transitar los vehículos 4 
			x 4 y tractores de los pescadores, y así se destruyó este yacimiento 
			que hace 12 mil años era una laguna”, reveló Ricardo Caputo.No obstante, a 
			modo de consuelo, el director del museo contó: “Se tomó la 
			precaución de hacer moldes de yeso con las primeras huellas del 
			Megaterio, pero las originales se perdieron, desaparecieron”. 
			Fuentes: 
			Diario HOY, PaleoArgentina Web. Publicado en Paleo, Nº 18. |