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Osvaldo
Alfredo Reig. |
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Un Científico Argentino de prestigio mundial. |
Fragmento del
articulo: Magnussen Saffer,
Mariano (2009).
Osvaldo Alfredo Reig. Un científico argentino de
trascendencia mundial.
Paleo, Boletín Paleontológico. Año 7. 38: 08 -09.
marianomagnussen@yahoo.com.ar
Nació en Buenos Aires el 14 de agosto de 1929 y
realizó estudios primarios en una escuela de Floresta. De esos
estudios, Reig, recordaría la influencia de algunos docentes: "El
maestro de sexto grado, José María Coto Figueroa, nos hacía leer a
Ingenieros, a Eduardo Wilde y a Horacio Quiroga, tanto como nos
hablaba de Ameghino, de los esposos Curie, de Galileo, de Giordano
Bruno y de Erasmo de Rotterdam." Posteriormente fue alumno del
Colegio Nacional Buenos Aires y desde muy joven se dedicó -fascinado
por la obra de Darwin y Ameghino-, en forma autodidacta, a las
indagaciones paleontológicas. En el Nacional Buenos Aires, conoció a
Jorge Kraglievich, hijo del paleontólogo Lucas Kraglievich, y tuvo
acceso a la biblioteca de este gran científico, contemporáneo de
Ameghino. "Los dos adolescentes nos apasionamos por la paleontología
de vertebrados", diría Reig. "Ambos muchachos nos presentamos en
1945 en el Museo del famoso paleontólogo marplatense
Galileo Scaglia y nos ofrecimos para dar a conocer al mundo
científico sus notables descubrimientos de mamíferos fósiles de las
barrancas de Chapadmalal. Fue una locura. Nos sentíamos omnipotentes
y no teníamos maestros en el área que nos pusieran en nuestro lugar.
A los dieciséis años publicamos nuestro primer trabajo científico
propiamente dicho, en las Notas del Museo de la Plata."
Luego, Reig inició estudios superiores en La Plata,
pero no pudo completarlos. Sin embargo siguió vinculado a la ciencia
y, guiado por el zoólogo Angel Cabrera y el geólogo Pablo Groeber
-sus grandes maestros-, desarrolló investigaciones por su cuenta. Un
estudio sobre batracios fósiles, realizado por él a mediados de la
década del ‘50, llamaría la atención del ámbito científico mundial.
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En 1954, Reig también descubrió que un grupo de marsupiales dados a
conocer por Ameghino y que se suponían extinguidos desde hace más de
20 millones de años, los microbiotéridos, contaban con
representantes vivientes en el sur del continente americano: el
"monito del monte" (Dromiciops australis), que pasó a integrar la
lista de fósiles vivientes.
El Laboratorio de Vertebrados Fósiles del Instituto
Miguel Lillo de Tucumán, creado y dirigido por Reig en 1958, se
transformó de su mano en uno de los centros paleontológicos más
importantes del país. En 1957 Reig fue elegido Presidente de la
Asociación Paleontológica Argentina. |
De vuelta en Buenos Aires trabajó para el
Departamento de Ciencias Biológicas de la Facultad de Ciencias
Exactas y orientó sus estudios hacia la biología evolutiva de
mamíferos. En 1961 fue designado por concurso profesor titular con
dedicación exclusiva en la Cátedra de Zoología de la Facultad de
Ciencias Exactas y Naturales, pese a no haberse graduado todavía y
en mérito, exclusivamente, a sus numerosos e importantes trabajos
científicos. Luego partió a los Estados Unidos hacer una pasantía en
la Universidad de Harvard y estando allí se enteró de que la
dictadura de Onganía había avasallado las universidades.
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Como muchos
de sus colegas renunció a su cátedra e inició un itinerario por
diversos países.
Exiliado, Reig obtuvo un Doctorado en Zoología y
Paleontología en la Universidad de Londres, en 1973. Con la
democracia volvió al país en 1983, se convirtió en miembro superior
del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET)
y profesor del Departamento de Ciencias Biológicas de la Facultad de
Ciencias Exactas y Naturales, dirigiendo el Grupo de Investigación
en Biología Evolutiva (GIBE). |
Llegó a ser uno de los pocos argentinos nombrado
miembro asociado de la Academia Nacional de Ciencias de los Estados
Unidos, de la sección de Teriología de la Academia Nacional de
Ciencias de la ex-URSS y de la Academia de Ciencias del Tercer
Mundo. Además fue nombrado Doctor Honoris Causa de la Universidad
Autónoma de Barcelona y de la Universidad de Buenos Aires.
Osvaldo A. Reig murió en 1992. Su aporte a las
ciencias naturales fue muy importante en el campo de la genética
evolutiva de los vertebrados, su última área de estudios, aunque
también hizo significativas contribuciones a la paleontología, la
biogeografía histórica y sistemática de mamíferos. Además, su labor
no estuvo exenta de reflexiones sobre los problemas que se dan entre
la ciencia, el marco social y la política científica.
Murió en La Plata, Provincia de Buenos Aires el 13 de
marzo de 1992.
Bibliografia.
Magnussen Saffer,
Mariano (2009). Reseña histórica de la evolución de la Ciencia
Paleontológica en la Republica Argentina desde 1772 a 1910. Paleo,
Boletín Paleontológico. Año 7. 41: 07-09.
REIG, O.A., 1962.
La paleontología de los vertebrados en la Argentina. Holmbergia, 6
(17): 67-127. Buenos Aires, Argentina.
Wikipedia.
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Carlos Rusconi. |
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Docente y explorador de la prehistoria. |
Fragmento del articulo: Magnussen Saffer, Mariano (2009).
Carlos Rusconi. Docente y Explorador de la Prehistoria.
Paleo, Boletín
Paleontológico. Año 7. 39: 29 -31.
marianomagnussen@yahoo.com.ar
Nació
en ciudad de Buenos Aires, el 2 de noviembre de 1898. Sus padres
fueron Luis Rusconi y Ángela Sassi, ambos italianos.
Sus primeros
pasos como paleontólogo los realizó en la costa del río de la Plata.
Entre fines de 1917 y comienzos de 1918 comenzó sus andanzas frente
a las estaciones de Olivos y Anchorena, entre otras. En 1918
concurrió por primera vez al Museo Nacional de Historia Natural
(actual Museo Argentino de Ciencias Naturales "Bernardino
Rivadavia") y continuó asistiendo hasta 1930 como adscripto ad
honorem. Allí conoció a sus dos maestros: Carlos Ameghino
(1865-1936) en 1918) y a Lucas Kraglievich (1886-1932) en 1919.
Entre 1919 y 1921
continuó realizando excursiones por el río de la Plata y algunas
localidades del interior. Por entonces obtenía sus ingresos
trabajando en talleres de tallado y escultura.
En 1922 efectuó
excursiones a las grandes excavaciones que se estaban realizando en
el Puerto Nuevo, sobre el río de la Plata, fruto de las cuales es su
obra: Geología de la ciudad de Buenos Aires y sus alrededores,
publicada en 1937 en las Actas de la Academia de Ciencias de
Córdoba.
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En 1923
realizó observaciones geológicas en las barrancas del río de
la Plata frente al departamento de Colonia, en Uruguay. El editor
del Instituto de Geología y Perforaciones de Montevideo,
ingeniero E. Terra Arocena, lo invitó para que estudiara
unos restos de cocodrilos del Cretácico hallados por el
ingeniero Aznarez en Paysandú. Al respecto los diarios
Imparcial y El Plata publicaron la noticia el 16 de junio y
el 3 de julio de 1932 respectivamente.
En 1930
la Academia Nacional de Ciencias Exactas, Físicas y
Naturales de Buenos Aires le otorgó una mención de honor en
el premio "Eduardo L. Holmberg" por su trabajo: Las
especies fósiles argentinas de pecaríes (Tayassuidae) y sus
relaciones con las del Brasil y Norteamérica, publicado
en los Anales del Museo Nacional de Historia Natural. |
Además del cargo
de director del Museo de Mendoza recibió otros ofrecimientos como la
jefatura del Departamento de Paleontología del Museo de Historia
Natural de Montevideo y las invitaciones para incorporarse al Museo
de Ciencias Naturales del Paraguay y al Museo de La Plata, esta
última propuesta se la realizó el doctor Luis María Torres
(1878-1937), quien ocupaba por entonces la dirección de la
institución platense. Años después, cuando ya era director del Museo
de Mendoza, le ofrecieron dirigir un Departamento de Paleontología
en el Instituto Miguel Lillo de la Universidad Nacional de Tucumán y
tener a su cargo la correspondiente cátedra, pero Rusconi no aceptó.
Fue el primer
profesor de prehistoria de la Universidad Nacional de Cuyo (1919).
Dictó conferencias en la Universidad del Litoral, en el Instituto de
Estudios Superiores de Montevideo y en la Academia Nacional de
Ciencias de Buenos Aires.
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Desde 1930, año
en que se aleja del Museo Nacional en solidaridad con Lucas
Kraglievich, Rusconi no vuelve a tener contacto con esta institución
ni con el Museo de La Plata. Creó la revista Ameghinia, y
luego el Boletín Paleontológico de Buenos Aires. En el tomo X
de las Actas de la Academia Nacional de Ciencias, impreso en
1937, publicó "Contribución al conocimiento de la geología de la
ciudad de Buenos Aires y sus alrededores y referencia de su fauna",
basado en un extenso trabajo de campo realizado entre 1918 y 1936 en
las obras portuarias, en excavaciones para las líneas de
subterráneos, de centrales eléctricas, de Obras Sanitarias de la
Nación y de grandes edificios, y la rectificación del Riachuelo. |
Editó con su
propio esfuerzo un boletín que apareció el 18 de septiembre de 1934
y del cual se realizaron 32 números. Posteriormente con el doctor
Ernesto Daniel Andía editó la Revista Argentina de Paleontología y
Antropología (Ameghiniana) que llegó hasta el número 6, y en 1947
bajo su dirección apareció la Revista del Museo de Historia Natural
de Mendoza.
Por otra parte,
nuevamente en Buenos Aires, con el alejamiento de Kraglievich,
Castellanos, Rusconi y Parodi, comienza en el Museo Argentino de
Historia Natural la actividad de Alejandro Bordas y, posteriormente,
de Noemí Violeta Cattoi. Estos investigadores realizaron una
importante labor en la organización de la Sección Paleontología de
Vertebrados de la nueva sede del Museo, en el Parque Centenario, que
incorpora la colección Ameghino.
Publicó más de
400 trabajos, en más de 75 revistas científicas de la Argentina
(como Physis, Anales de la Sociedad Científica Argentina, Anales de
la Sociedad de Estudios Geográficos, Publicación del Museo
Florentino Ameghino, Revista de Medicina Veterinaria, Notas
Preliminares del Museo de La Plata, La Ingeniería, Revista de la
Universidad de Córdoba, El Monitor de la Educación Común, Archivo
Nacional de Biología y Medicina, Revista de Odontología, Revista del
Museo de Historia Natural de Mendoza, entre otras tantas) y del
extranjero (de Uruguay, Chile, Brasil, Perú, Colombia, Estados
Unidos, Francia, Portugal y otros países).
Efectuó más de
760 excursiones, unas 400 desde Mendoza. Obtuvo numerosos
nombramientos y reconocimientos, los cuales son listados por José
Más Alós en su Síntesis biográfica de la labor científica de
Carlos Rusconi (1967). Falleció en 1969.
Fuentes sugeridas.
GIACCHINO, A.
1999. Biografía de Carlos Rusconi (1898-1969). Sitio Web de
Paleolatina.
GRESLEBIN, H.,
1971. Carlos Rusconi. Cuadernos del Instituto Nacional de
Antropología, 7: 410-413. Buenos Aires, Argentina.
REIG, O.A., 1962.
La paleontología de los vertebrados en la Argentina. Holmbergia, 6
(17): 67-127. Buenos Aires, Argentina.
RUSCONI, C.,
1930. Mi situación frente al Museo de Historia Natural de Buenos
Aires.
Diario el Mundo. 7 de octubre de 1930.
Estanislao Severo Zeballos, un naturalista del río
Paraná.
Fragmento del articulo publicado
originalmente: Magnussen Saffer,
Mariano (2010).
Estanislao Severo Zeballos, un naturalista del río Paraná.
Paleo, Revista Argentina de Paleontología. Boletín
Paleontológico. Año 8. 50: 11-13.
Estanislao
Severo Zeballos,
el rosarino que se elevó en la consideración de sus connacionales y
gozó de prestigio internacional, lo que se infiere de los
importantes cargos que ocupara y distinciones que recibiera. Nació
en Rosario de Santa Fe, provincia de Santa Fe, Argentina el 27 de
julio de 1854.
Fue jurisconsulto, escritor, político,
diplomático, estadista y docente universitario. Incursionó en campos
tan distintos como geografía, lingüística, etnografía, y en materias
casi vírgenes en la Argentina como arqueología, paleontología y
geología.
Siendo alumno
universitario participó como animador de una de las primeras
rebeldías estudiantiles de la Universidad de Buenos Aires, en
diciembre de 1871, en ocasión del suicidio del estudiante Roberto
Sánchez por haber sido reprobado en un examen, injustamente, dada su
excesiva timidez. El hecho motivó un alzamiento generalizado del
alumnado, apoyado por la opinión pública, cuyo resultado fue la
separación de los dos profesores responsables y la sanción de una
reforma universitaria.
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Asimismo,
la fundación del primer centro estudiantil, propuesto por
Zeballos, que lo bautizó "13 de diciembre", la fecha del
suceso. Simultáneamente había ingresado en la Facultad de
Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, llevado por su afán
de saber, aunque no completó la carrera de Ingeniero. Lo
adquirido en esta casa de estudios promovió su interés en el
acrecentamiento de las ciencias. Cursando el 1er. Año, fundó
la "Sociedad de Estímulo Científico" 1872, poco después
"Sociedad Científica Argentina" editora de la Revista
Anales. Fue la tercera de sus fundaciones. Costeaba sus
estudios siendo escribiente, lo fue durante algunos años del
sabio alemán Germán Burmeister, Director del Museo Público,
formándose en la atmósfera de despertar científico del país
propiciada por Sarmiento. En 1875 presentó a la Sociedad
Científica Argentina el proyecto de fundación del Museo de
Ciencias Naturales. |
Amplió sus estudios
emprendiendo largos viajes. En 1874 realizó excavaciones en las
barrancas del río Paraná, hallando los restos de un glyptodon
y dos años más tarde publicó en colaboración con el
ingeniero Pedro Pico un informe sobre el túmulo prehistórico de
Campana, de valioso material arqueológico, que inició la
sistematización de las investigaciones arqueológicas en el país.
Finalizada ésta
exploró, a sus expensas, la región de los araucanos y reunió sus
observaciones en Viaje al país de los araucanos, publicado en
1881, extenso estudio esclarecedor de numerosas leyendas
circulantes, que rodeaban a este pueblo de un halo de misterio
irracional. Este trabajo fue el 1er. Tomo de una trilogía que
integró la Descripción amena de la República Argentina,
siendo el 2º La Región del Trigo, aparecido en 1883 y el 3º,
A través de las cabañas de 1888.
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En 1879
fundó el "Instituto Geográfico Argentino", del que fue su
1er. Presidente y por esa época gestionó una subvención a
Florentino Ameghino, para la publicación de sus estudios
sobre los Mamíferos fósiles. Merece especial mención la
Biblioteca de este prominente intelectual argentino, gran
bibliófilo, en la descripción de quien tuvo la oportunidad
de conocerla, Martín García Mérou, autor de una de sus
primeras notas biográficas, escrita en la década de 1890: Al
inventario añade la presencia de un magnífico violoncello en
uno de los ángulos y bosquejos de sus viajes, testimonios de
sus aficiones artísticas. |
La perspectiva que
da la distancia histórica a través de la cual se devela su figura,
no admite dudas respecto de que en sus excepcionales méritos se
halla la justificación del alto nivel que, pese a las adversidades,
alcanzara Estanislao Zeballos. La interpretación de los datos acerca
de su existencia, conduce a la idea recurrente del argentinismo
ejemplar de este ilustre hombre público, su atributo esencial,
la nota distintiva de su pensamiento y acción. Su ejemplaridad puede
advertirse sin dificultad en todas las instancias de su intensa vida
pública y en el recogimiento fecundo de labranza de su copiosa obra
- los trabajos y los días, de quien practicara infatigablemente el
'carpe diem', durante los 53 años de servicios dedicados al
engrandecimiento de su patria. De otro modo no se explica el legado
oceánico que dejara el más ilustre de los rosarinos. Zeballos
fue uno de los personajes más caricaturizados de su época, costumbre
en boga en el siglo pasado. La ironía popular lo bautizó el
hombre-orquesta, aludiendo a su múltiple versación.
Rodolfo Magin Casamiquela, un verdadero explorador
patagónico.
Magnussen Saffer,
Mariano (2012).
Rodolfo Magin Casamiquela, un verdadero explorador
patagónico. Paleo,
Revista Argentina de Paleontología. Boletín Paleontológico.
Año 10. 72: 12-15. marianomagnussen@yahoo.com.ar
Rodolfo Magin Casamiquela,
Este multifacético
investigador, notable paleontólogo de vertebrados, antropólogo y
lingüista, narrador cautivante y dueño de una pluma pródiga, nació
en Ing. Jacobacci el 11 de diciembre de 1932.
Inquieto por los
fósiles y artefactos líticos que encontraba en los alrededores de su
terruño, fundó durante su adolescencia el Museo Naturalístico,
Antropológico e Histórico Jorge Gerhold. Comenzó sus estudios
secundarios en la Escuela Industrial Ing. Otto Krause, donde se
percató de su "inhabilidad más estupenda en lo manual" y prefirió
ampliar sus horizontes en la Biblioteca Nacional.
 |
La extensa
producción científica y de divulgación de Rodolfo
Casamiquela alcanza 400 publicaciones y 24 libros en los
diversos campos científicos que le tocó actuar.
Hijo de
pioneros patagónicos, fue enviado a Buenos Aires a estudiar
y leer la gramática araucana de Félix José de Augusta sin
saber que, allá en su pueblo, sus compañeros hablaban esa
lengua. De esa temprana época datan sus primeras incursiones
en el ámbito de las lenguas indígenas y el interés por
reunir una colección de fósiles que, en 1949, dieron origen
al Museo de Jacobacci. |
Alentado por
Rosendo Pascual, "maestro y amigo de toda la vida", Casamiquela
prosiguió investigando en el Museo de La Plata (ranas fósiles,
pisadas de dinosaurios) con la "espada pendiente de una carrera
inconclusa", hasta que llegó 1966 con su golpe de estado y decidió
renunciar. Se radicó en Chile y años después, con una tesis en
paleontología, obtuvo allí el título de doctor en biología.
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Tres
años después de su partida de la Argentina el gobernador de
su provincia natal le hizo llegar la invitación de crear
allí un instituto de investigación.
Así
nació el Centro de Investigaciones Científicas de Río Negro,
con sede en Viedma, inaugurado en 1970. |
En
1973 fue encontrado un cráneo completo de una especie de cocodrilo
adaptado a la vida marina perteneciente al periodo jurásico. Este
cráneo fue encontrado en el Cerro Jaspe a unos 4 mil metros sobre el
nivel del mar. Fue enviado a la Universidad de la Plata para su
preparación. El ejemplar fue bautizado
Metriorhynchus
casamiquelai en honor
al paleontólogo argentino Rodolfo
Casamiquela quien fue el
impulsor en Chile del estudio de los vertebrados
fósiles. Actualmente el
cráneo se
encuentra expuesto en
el Museo de Geología de la Universidad Católica del Norte
Humberto
Fuenzalida
Villegas y un calco del
cráneo esta en el Museo Nacional de Historia Natural de Santiago. Se
le considera el cráneo
de este tipo de cocodrilo marino mejor
conservado del mundo ya
que apenas perdió
algunos dientes.
Rodolfo Casamiquela obtuvo el título de Doctor en Ciencias con
Mención en Biología en la Universidad de Chile, pero los temas que
desarrollaría con más énfasis y resultados estuvieron en el ámbito
de la Paleontología de Vertebrados, la Antropología en especial en
la Etnología patagónica y las lenguas indígenas regionales.
Entre los numerosos
premios que recibió se destacan el Primer Premio Nacional de
Antropología y 3ero de Biología, otorgado por la Subsecretaria de
Cultura de la Nación, en el año 1965, y el Premio Konex de Platino,
recibido en 2006 por su actuación destacada en Arqueología y
Antropología Cultural. De su extensa obra hemos seleccionado
sus descubrimientos de tetrápodos mesozoicos que efectuaran a lo
largo de los años 60 y 70 en Patagonia y sus originales estudios,
los que abrieron líneas de investigación que aún hoy se renuevan con
el aporte de novedosos enfoques y conocimientos. Al respecto
recordamos algunos ejemplos:
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Los
dinosaurios prosaurópodos del Triásico Superior de Santa
Cruz que han sido estudiados por argentinos y extranjeros.
Los anuros del Jurásico de Santa Cruz,
Vieraella
y Notobatrachus,
por décadas correspondientes a los registros más antiguos
del mundo, que han sido revisados a la luz de nuevos
enfoques filogenéticos, y cuyos resultados están publicados
en revistas de amplia difusión internacional. |
Los reptiles
marinos y continentales que halló en sedimentitas del Campaniano-Maastrichthiano
del norte de Patagonia, correspondientes a la ingresión atlántica
que Rodolfo denominó tan bellamente “Mar de Kawas” y que se
anticiparon a lo que más tarde brindarían los yacimientos de Los
Alamitos, La Colonia, Lago Pelegrini y así como otros que se
extienden hasta el sur de Mendoza. Hoy, son al menos cinco los
equipos interdisciplinarios, nacionales e internacionales, que
exploran en el amplio archipiélago del Mar de Kawas donde surgen
restos de peces, anuros, ofidios, esfenodontes, tortugas,
dinosaurios, reptiles marinos y multitud de pequeños mamíferos.
Otro tema en el que
indiscutiblemente fue pionero, fue en el estudio e interpretación de
huellas y otros signos de actividad biológica dejados por ignotos
vertebrados del Mesozoico en Patagonia. En perspectiva, se adelantó
a su tiempo. Pasaron décadas, y recién cuando sus trabajos
publicados en la década del 60 fueran analizados y destacados por
especialistas extranjeros, fue reconocido en su país de manera tal
que sirvieron de base para el desarrollo de la icnología de
vertebrados argentinos. Las rastrilladas que refirió a un pequeño
mamífero que correteaba por Patagonia hace 190 millones de años (Ameghinichnus
patagonicus) fueron ignoradas o aceptadas con fuerte
reticencia ya que en aquel entonces era impensable la presencia de
mamíferos de esa antigüedad en el sur del Gondwana.
Esa historia
subsiguiente deparó muchos sinsabores a Casamiquela. En 1973 retomó
su vinculación con el CONICET en calidad de investigador, pero
apenas alcanzó a presentar dos informes antes de que, en 1975,
quedase fuera "por razones de mejor servicio". Poco después de
iniciado el gobierno militar de 1976 y mientras se encontraba en
México recibió la noticia de que había "renunciado" a la dirección
de su Centro rionegrino. A su regreso, bajo presión de la prensa, la
opinión pública y su prestigio regional, fue reinstalado en el
cargo. Lo mantuvo solamente el tiempo necesario para retirarse, a
los cuarenta y cinco años de edad, e inició un período de ostracismo
que acabó en 1984 cuando fue convocado nuevamente por el CONICET del
gobierno constitucional.
 |
Hace pocos
años, colegas del Museo E. Feruglio descubrieron las
primeras evidencias directas de mamíferos jurásicos, otra
demostración más de la multitud de hipótesis que las
observaciones y creatividad de Rodolfo generaron.
Un
párrafo aparte merece su trabajo como paleontólogo en Chile.
Además de los trabajos específicos (desde dinosaurios a
mastodontes), llevó a cabo el primer relevamiento de los
fósiles vertebrados de ese país, donde aún hoy la
Paleontología de Vertebrados sigue siendo una asignatura
pendiente. Pero además, despertó vocaciones, algunas de las
cuales se plasmaron en museos regionales. |
Fue Profesor
Emérito de la Universidad Nacional de la Patagonia Austral,
Secretario y Socio Vitalicio de la Asociación Paleontológica
Argentina, Jurado de Concursos Universitarios y conferencista
invitado de innumerables eventos científicos del país y del
exterior. Fue miembro de nuestra Asociación desde 1971.
Su extensa labor
creativa fue reconocida por varias distinciones. En 1965 obtuvo el
Premio Nacional de Antropología. En la misma ocasión, obtuvo el
Tercer Premio Nacional de Biología por sus estudios icnológicos. Fue
distinguido con el premio Cóndor en 1996, en reconocimiento a su
defensa y aporte a la cultura nacional. La Fundación Konex le otorgó
en 2006 el Diploma al Mérito en la disciplina Arqueología y
Antropología Cultural y lo galardonó asimismo con el Premio Konex de
Platino en Arqueología y Antropología Cultural por considerarlo una
de las cien personalidades más destacadas en la ciencia del país
durante la última década.
La producción
prolífica y las distinciones académicas no privaron a Casamiquela de
discusiones y controversias. Su personalidad franca y apasionada, su
gusto por enfrascarse en debates y polémicas provocó resistencias en
el momento de los reconocimientos públicos. Sin embargo, sus
contribuciones en el ámbito de la Geología y Paleontología sentaron
precedentes importantes en el estudio de los vertebrados y de las
pisadas fósiles. Sus descubrimientos permanecen como marco de
referencia a la luz de los nuevos paradigmas.
El 6 de diciembre
de 2008, tras unas sentidas palabras en idioma mapuche por parte de
doña Julia Nahuelquir de 96 años fueron inhumados en su localidad
natal los restos de Rodolfo Magin Casamiquela.
Bibliografía Sugerida.
Casamiquela, R.M.
1958. Un anuro gigante del Mioceno de la Patagonia. Revista de la
Asociación Geológica Argentina 13(3): 171-184
Casamiquela, R.M.
1964. Estudios icnológicos. Problemas y métodos de la Icnología con
aplicación al estudio de pisadas mesozoicas (Reptilia, Mammalia) de
la Patagonia. Ministerio de Asuntos Sociales de la provincia de Río
Negro. 229 p.
Dillehay, T.D.,
Pino, M., Mott Davis, E., Valvastro, S., Varela, A. y Casamiquela,
R.M. 1982.
Monte Verde: Radiocarbon dates from an early site in South-Central
Chile. Journal of Field Archaeology 9: 547-550.
Magnussen Saffer,
Mariano (2009). Reseña histórica de la evolución de la Ciencia
Paleontológica en la Republica Argentina desde 1772 a 1910. Paleo,
Boletín Paleontológico. Año 7. 41: 07-09.
Núñez, L., Varela,
J., Casamiquela, R.M. y Villagrán, C. 1994. Reconstrucción
multidisciplinaria de la ocupación prehistórica de Quereo, Centro de
Chile. Latin American Antiquity 5: 99-118.
Núñez, L., Varela,
J., Casamiquela, R.M., Schiappacasse, V., Niemeyer, H., Villagrán,
C. 1995. Matanza de Mastodontes en Chile central. En Argollo, J. y
Mourguiart, P. (eds.) Cambios cuaternarios en América del Sur,
Orstom 247-259, La Paz.
Eduardo Ladislao Holmberg. Ciencia, naturaleza y
literatura oscura.
Por Mariano Magnussen Saffer. Grupo Paleo. Museo Municipal Punta
Hermengo de Miramar. Fundación Argentavis.
marianomagnussen@yahoo.com.ar
Fragmento del articulo publicado
originalmente:
Magnussen Saffer,
Mariano. 2015. Eduardo Ladislao Holmberg. Ciencia,
naturaleza y literatura oscura. Paleo Revista Argentina de
Paleontología. Boletín Paleontológico. Año XIII. 130: 26-28.
Nacido en la ciudad
de Buenos Aires el 27 de junio de 1852, de familia criollo-alemana,
fue médico aunque nunca ejerció, estudió a los animales
–especialmente a las aves y las arañas–, fue el primer director del
Jardín Zoológico de Buenos Aires, fue profesor de historia natural,
de física, química y botánica; fue uno de los tantos hombres que se
lanzaron a explorar la Argentina, donde entonces todo estaba
disponible para ser clasificado y descripto, y recorrió la Patagonia,
Chaco, Misiones. Amigo de Ramos Mejía y Ameghino, cabal
representante de la generación del ‘80, gustaba también del
esoterismo, la teosofía y la psicopatología. Con su amistas con
Florentino Ameghino, brindo algunos breves aportes a la
paleontología y a la historia natural en Argentina.
Hijo del aficionado
a la botánica Eduardo Wenceslao Holmberg y nieto del barón de
Holmberg que acompañara en sus campañas al Dr. Gral. Manuel Belgrano
e introdujera en la Argentina el cultivo de la camelia, fue una de
las principales figuras de las ciencias naturales en el país,
compendiando por primera vez la biodiversidad de su territorio. Fue
además un prolífico literato.
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Holmberg
dominaba el inglés, el francés y el alemán ya cuando se
inscribió en la Facultad de Medicina de la Universidad de
Buenos Aires. Se había criado en estrecho contacto con los
jardines y la nutrida bibliografía de su padre, entrando
tempranamente en materia de botánica y entomología. Aprendió
rápidamente un elegante latín, imprescindible en los
estudios científicos en la época.
Se
doctoraría en 1880 con una tesis sobre El Fosfeno,
pero jamás ejercería la profesión. Pese al escaso prestigio
con que contaba por entonces la historia natural, ya desde
hacía cerca de una década se había abocado a estudios en
este sentido, que comenzó tomando apuntes sobre la fauna y
la flora patagónicas que documentó en su Viajes por la
Patagonia, de 1872. |
Las descripciones
botánica y zoológicas que recogió en este viaje se publicaron
reseñadas en el Boletín del Consejo de Educación, y luego
desembocaron en estudios editados a través de la Academia de
Ciencias de Córdoba, los Anales de la Sociedad Científica
Argentina y la revista de la Sociedad Geográfica Argentina,
además del libro Mamíferos y aves de Salta. La experiencia se
traduciría luego en una importante colaboración con la Revista
Americana de Historia Natural, fundada en 1891 por Florentino
Ameghino.
En 1888 fue
nombrado director del Jardín Zoológico de Buenos Aires, al que dio
un gran impulso, tanto en materia de colecciones como
infraestructura. Fundado durante el gobierno de Domingo Faustino
Sarmiento, el Zoo no contaba aún siquiera con un plano definitivo.
Holmberg designó una comisión a tal efecto, integrada por Florentino
Ameghino, Carlos Berg y Lynch Arribálzaga, a la que se debe el
trazado actual casi en su totalidad. Ocuparía el cargo hasta 1904,
cuando se alejaría por su desacuerdo con las autoridades
municipales.
Holmberg comenzó a
publicar sus devaneos literarios hacia 1872; simultáneamente con sus
Viajes por la Patagonia verían la luz sus primeras obras
líricas. La poesía ocupó sólo una pequeña parte de su producción
literaria, destacándose el largo poema Lin-Calel, escrito en
endecasílabos encadenados. Más prolífica fue su obra narrativa; fue
el fundador del género de la ciencia ficción en el país, con la
novela El viaje maravilloso del señor Nic-Nac, que apareció
en 1875.
Lejos del formato
duro que adoptaría el género en el siglo siguiente, la
ciencia ficción fue para Holmberg una excusa para ejercer la crítica
de costumbres, la ironía moral y la especulación en clave darwinista;
en esta novela, el señor Nic-Nac viajaba a Marte de forma astral, y
sus desventuras en aquel planeta permitían a Holmberg burlarse de
sus contemporáneos.
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Mientras en
su producción ensayística, que hoy llamaríamos de
divulgación, Holmberg escribe artículos científicos, relatos
de viajes, descripciones naturalistas, en su ficción intuye
las fuerzas oscuras que se oponen a la normalización. E
incluso en sus textos de contenido científico introduce
rarezas, como en “Las nupcias de una néfila”, sobre el
apareamiento de una araña misionera, donde dialoga con el
animal y recurre a peculiares metáforas humorísticas.
Quienes
estudian los textos de Holmberg –muchos de ellos inéditos,
perdidos en publicaciones de la época que no fueron aún
encontradas– se resisten a calificarlo de raro. |
Enriqueta Morrillos
Ventura, de la Universidad del Comahue, especialista en el relato
fantástico rioplatense, escribe: “Si Holmberg hubiera nacido en un
país anglosajón o del norte europeo, los críticos no se atreverían a
llamarlo genio exótico ni extraño ni otras banalidades que
demuestran enormes prejuicios”. Tiene razón, pero hay que admitirle
a Holmberg una imaginación peculiar.
Se retiró de la
docencia universitaria el 28 de septiembre de 1915, recibiendo el
homenaje de la Sociedad Científica Argentina; su despedida estuvo
ornada por discursos de Leopoldo Lugones y del principal discípulo
de Holmberg, Cristóbal M. Hicken. La Academia Argentina de Ciencias
lo nombraría su presidente honorario; la de Medicina le daría plaza
de académico honorario, y el Museo de Historia Natural el título de
"protector". Al cumplir los 75 años el Concejo Deliberante de la
ciudad de Buenos Aires creó un premio que lleva su nombre. Falleció
el 4 de noviembre de 1937.
Bibliografía
sugerida.
Anónimo (1950) Guía
Oficial Ilustrada del Jardín Zoológico de la Ciudad de Buenos Aires.
Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires.
Bruno, Paula,
Pioneros culturales de la Argentina. Biografías de una época,
1860-1910, Buenos Aires, Siglo XXI Editores, 2011.
Camacho, H. (1971)
Las ciencias naturales en la Universidad de Buenos Aires, estudio
histórico. Buenos Aires: EUDEBA
Darwinion (1937)
Eduardo Ladislao Holmberg, su fallecimiento. San Isidro
Enriquez, Mariana. 2010. Las fuerzas oscuras. Diario Pagina 12.
Gasparini, Sandra
(2012), Espectros de la ciencia. Fantasías científicas de la
Argentina del siglo XIX, Buenos Aires, Santiago Arcos Editor.
Hicken, Cristóbal M.
(1915) Eduardo L. Holmberg y las doctrinas evolucionistas, en
Filosofía. Buenos Aires.
López Martín, Lola
(2009), "Eduardo L. Holmberg" y "Bibliografía de Eduardo L. Holmberg",
en Formación y desarrollo del cuento fantástico hispanoamericano del
siglo XIX, Universidad Autónoma de Madrid, Tesis Doctoral.
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Bibliografía de Pioneros de la Paleontología. |