Descubren
numerosas huellas fósiles en Sierra
Barrosa.
Los
sedimentos de la localidad de Sierra Barrosa , ubicada en la zona
este de la Provincia de Neuquen (Argentina), han revelado unas
huellas de terópodos avianos (con características de aves) que
caminaron por Patagonia hace unos 80 millones de años, según
informaron los paleontólogos Rodolfo Coria del Museo ‘’Carmen
Funes’’ la localidad de Plaza Huincul, Neuquen y los Canadienses
Philip Currie y David Everth del Museo ‘’Tyrell’’ de
Alberta. Este sitio preserva tres tipos de huellas de dinosaurios :
dos de dinosaurios avianos y uno de dinosaurio no aviano, la cual no
fue dejada por un ave, sino por algún carnívoro de talla media según
indicaron las fuentes. La importancia de este hallazgo realizado en
norpatagonia es que es uno de los registros de huellas de aves más
antiguos que se conozcan en esta parte del hemisferio sur. Los
paleontólogos han bautizado a estas huellas con el nombre de
Barrosopus slobodai, que significa “huella de la barrosa”.
(Fuente: Diario Rió Negro - Juan Manuel Morales).
Hallan
en Chubut huellas del primer mamífero Jurasico de Sudamerica.
Ciento sesenta millones
de años atrás, en lo que es hoy la árida región central de la
provincia de Chubut, un lago de cuarenta kilómetros de ancho
albergaba peces, tortugas acuáticas, sapos y cocodrilos bastante
diferentes de los que hoy conocemos. En las orillas de este inmenso
lago, esquivando las pisadas de dinosaurios como el Patagosaurus o
el Tehuelchesaurus, transcurría la vida de un pequeño animal del
tamaño de un roedor. En noviembre de 2000, un equipo de paleontólogos
del Museo Egidio Feruglio, de Trelew, desenterró, a siete kilómetros
al oeste del pueblo de Cerro Cóndor, Chubut, los restos de la mandíbula
de este diminuto animal al que apodaron Asfaltomylos patagónico .
Su estudio -cuyos resultados fueron publicados en la última edición
de la revista Nature- reveló que estos restos fósiles constituyen
la primera huella de la presencia de mamíferos en lo que es hoy América
del Sur. "El mamífero que encontramos es el primer mamífero
del período Jurásico hallado en América del Sur -dijo el paleontólogo
alemán Oliver Rauhut, uno de los autores del hallazgo-. Nuestro
entendimiento de la evolución de los mamíferos de la era Mesozoica
(los dos primeros tercios de la historia de los mamíferos) se basa
casi exclusivamente en fósiles del hemisferio norte; por lo tanto,
todo nuevo hallazgo en el hemisferio sur frecuentemente resulta en
sorpresas." Esta vez, la sorpresa reside en los tres molares de
la mandíbula del Asfaltomylos que presentan una estructura mucho más
moderna que la de sus contemporáneos (mamíferos y reptiles) del
hemisferio norte. El hallazgo brinda sustento a la teoría que
afirma que "los mamíferos del hemisferio sur representan una línea
evolutiva independiente de la evolución de los mamíferos modernos
en el hemisferio norte", explicó este licenciado en
paleontología en la Universidad Libre de Berlín. Así las cosas,
el Asfaltomylos no sería entonces un ancestro de los mamíferos
modernos, sino de los monotremas , una primitiva familia de mamíferos,
como el equidna, cuya peculiaridad es que sus integrantes ponen
huevos. "Esta es una contribución relevante en lo que hace a
la información de la distribución mundial de los primitivos mamíferos
-opinó el paleontólogo argentino Rodolfo Coria, del Museo Carmen
Funes, en Plaza Huincul-. En términos óseos, hasta ahora no se sabía
nada sobre la presencia de mamíferos del jurásico en América del
Sur." "El Jurásico es un período crucial en la historia
del planeta, ya que fue testigo de la diversificación de muchos
grupos importantes de vertebrados modernos y del comienzo de la
separación el supercontinente denominado Pangea. Ambos eventos
sentaron las bases para la evolución de las modernas faunas
terrestres", apuntó Oliver Rauhut. Sin embargo, es muy poco lo
que se sabe sobre la evolución de los vertebrados durante ese período
en el hemisferio sur. En Chubut, por ejemplo, el prestigioso paleontólogo
argentino José Bonaparte halló restos de dinosaurios durante los años
setenta, pero desde entonces se han realizado pocas campañas de
investigación en la zona. Desde
septiembre de 2000, Rauhut y otros expertos del Museo Egidio
Feruglio (Pablo Puerta y Edgardo Ortiz-Jaureguizar) exploran sistemáticamente
la zona. "Ni bien comenzamos, la riqueza de esas rocas fue
evidente: en los primeros diez días de trabajo encontramos restos
de peces, sapos, tortugas, cocodrilos, reptiles voladores
dinosaurios y esta mandíbula con tres dientes de mamífero",
recordó Rauhut, para quien Chubut representa "una ventana
hacia el Jurásico que es única en América del Sur".
"Los dientes de los mamíferos más primitivos eran como
cuchillos: sólo servían para cortar; en cambio, los del
Asfaltomylus sumaban una nueva función -explicó Rauhut, ante la
pregunta por la singularidad de la mandíbula fósil-. Al permitir
desmenuzar la comida, podían comer no sólo insectos sino también
plantas." Lo curioso es que estas cualidades dentarias sólo
fueron alcanzadas por los mamíferos del hemisferio norte cuarenta
millones de años después, en el período Cretácico. Pero hay algo
aún más desconcertante en este hallazgo. En palabras de Rauhut,
"mientras el éxito de los mamíferos modernos en el hemisferio
norte ha sido generalmente atribuido a la estructura de sus dientes,
mamíferos con dientes muy parecidos aparecieron mucho antes en el
hemisferio sur, pero sin embargo no tuvieron el mismo éxito, e
incluso los actuales sobrevivientes de este grupo (los monotremas)
no tienen dientes". ¿Por qué los mamíferos del hemisferios
sur, a pesar de presentar una dentadura moderna en términos
evolutivos, no tuvieron el mismo éxito que sus congéneres del
hemisferio norte? Para Rauhut, es la pregunta que plantean ahora
estos hallazgos. El énfasis puesto en los dientes del Asfaltomylos
no es menor, sugirió el doctor Francisco Goin, del Museo de
Ciencias Naturales de La Plata. "La casi totalidad de los mamíferos
que poblaron la Tierra en los últimos 65 millones de años deriva
de formas ancestrales cuyos molares poseen una forma denominada
tribosfénica (como la del Asfaltomylos) -explicó-. Esta resultó
ser muy exitosa, y sucesivas adaptaciones en esta estructura
dentaria son las que permitieron el surgimiento de mamíferos carnívoros,
herbívoros y frugívoros".
Hallan
un Dinosaurio con espinas a pocos kilómetros de Trelew.
Un dinosaurio con
espinas en su lomo que no tiene antecedentes ni aún nombre científico
fue traído al Museo Paleontológico Egidio Feruglio de Trelew después
de su hallazgo hace casi 2 años. "Sabíamos que era un
ejemplar raro pero no hasta este punto", le dijo Daniel
Menghini, técnico del museo que trabaja en la reconstrucción del
animal. Se sabe que vivió hace 160 millones de años en el período
jurásico medio, sobre el cual no existen muchas referencias en el
mundo. "Sólo China y Madagascar tienen restos de este período
que aún es un misterio", aseguró Menghini. Los científicos
del museo aseguran que están frente a un nuevo género y especie de
dinosaurio. "Las espinas que tiene en el lomo nacen de una
prolongación de sus vértebras dorsales", dijo Rubén Cúneo,
director del museo. Se trata de un animal cuadrúpedo y herbívoro
cuyos restos fueron encontrados en diciembre del 2000 en el paraje
Cerro Chivo, 380 kilómetros al oeste de Trelew, en plena meseta
patagónica, donde permanentemente soplan vientos de 80 kilómetros
por hora. El rescate de los primeros restos que ya están en el
Feruglio tardó mas de un año. Y otro tanto habrá que esperar para
su exhibición. El operativo costó 40 mil pesos. El museo no
contaba con ese dinero y la provincia organizó un juego tipo
raspadita al que denominó "Rescate". Así juntó la plata
para las expediciones. Los restos del dinosaurio sin nombre fueron
traídos a Trelew en tres bochones de arpillera y yeso. Ya están en
los talleres del museo donde un equipo científico le quita
cuidadosamente las rocas de alrededor. La exhibición de este
dinosaurio inaugurará una nueva sala, el año que viene. Cerro
Chivo es un paraje desolado. Su dueño, Daniel Meza, fue quien
encontró los restos a 1200 metros de altura. Allí colocó una
estaca antes de avisar a la dirección del museo. "Fue un
descubrimiento importante cuyos alcances aún desconocemos",
dijo Cúneo. Y agregó: "En el lugar también hay restos de
otros dos dinosaurios carnívoros, tortugas, peces, ranas, sapos, un
cocodrilo y otros microvertebrados". También un pterosaurio
(reptil volador), el primero conocido del período jurásico medio.
El parque jurásico que encontramos es inmenso. Tiene 80 kilómetros
de largo por 20 de ancho.
Rescatan
un esqueleto de Dinosaurio a
40 kilómetros al sur del volcán Auca Mahuida.
La
familia de los dinosaurios patagónicos ha sumado un nuevo
integrante: el Aucasaurus garridoi. Paleontólogos del Museo Carmen
Funes de Plaza Huincul, Neuquén, y del Museo de Historia Natural de
Los Angeles, Estados Unidos, publicaron en el último número del
Journal of Vertebrate Paleontology la descripción de un dinosaurio
carnívoro desconocido hasta ahora, que solía pasearse hace 80
millones de años por las cercanías de donde se encuentra hoy esa
ciudad neuquina. "Si bien todavía no hemos calculado con
precisión su peso, estimamos que este dinosaurio, que medía
aproximadamente siete metros de largo y dos de alto, debió haber
sido relativamente liviano: debe haber pesado alrededor de tres
toneladas", dijo Rodolfo Coria, paleontólogo a cargo del Museo
Carmen Funes y primer autor del estudio. Los restos fósiles del
Aucasaurus hallados en marzo de 1999, en la localidad fosilífera
apodada Auca Mahuevo, a 40 kilómetros al sur del volcán Auca
Mahuida, se encuentran entre los de los ejemplares de dinosaurios
argentinos más completos que se conocen. "Está completamente
articulado y sólo le falta el extremo de la cola -apuntó Coria-.
Aunque el cráneo está un poco aplastado, restaurarlo es sólo
cuestión de paciencia "El descubrimiento del Aucasaurus es
significativo para el conocimiento de la fauna del cretácico patagónico
-señaló Luis Chiappe, jefe del Departamento de Vertebrados, del
Museo de Historia Natural de Los Angeles y segundo autor del
estudio-. No sólo porque adiciona una especie de dinosaurio que no
se conocía previamente, sino porque el Aucasaurus preserva varias
partes del cuerpo que no eran bien conocidas en otros abelisaurios
." Los abelisaurios constituyen un grupo de dinosaurios carnívoros
que poblaron el supercontinente denominado Gondwana, que luego se
fragmentó en lo que hoy es América del Sur, Africa, Madagascar,
India, Australia y Antártida. "Una de las características
distintivas de este grupo es que poseían distintas formas de
ornamentación en sus cráneos -señaló Coria-. Así como el
Carnotaurus tenía dos poderosos cuernos encima de los ojos, el
Majungatholus un solo cuerno en la frente y el Abelisaurus dos
imponentes arcos superciliares, el Aucasaurus poseía dos pequeñas
protuberancias arriba de los ojos que no llegaban a ser
cuernos."El porqué de estas formas de ornamentación craneana
en los abelisaurios es todavía un misterio. "La presencia de
cuernos es característica de animales herbívoros, no de carnívoros
como el Aucasaurus -apuntó este especialista en vertebrados-. Su
objetivo no es tanto la defensa (que en todo caso es una
consecuencia de la presencia de estas estructuras) sino llamar la
atención a la hora de la reproducción; quizás ésa era también
la función que cumplían en estos dinosaurios." De lo que sí
están seguros los paleontólogos es que el Aucasaurus debió haber
sido un predador muy activo. "Tenía miembros posteriores muy
poderosos que seguramente le permitían desarrollar una buena
velocidad -comentó Coria-. El Tiranosaurio rex, cuya principal
limitación para correr era el peso, alcanzaba los 35 kilómetros
por hora; al Aucasaurus, que es un 50% más pequeño, no le hubiera
costado correr a esa velocidad." De lo que poco se sabe todavía
es de las características del hábitat de este nuevo dinosaurio
patagónico. "Es poco lo que sabemos -afirmó el paleontólogo-:
el esqueleto se encontró en lo que fue una laguna poco profunda,
pero de gran extensión regional; eran aguas calmas y estacionadas,
aunque muy bien oxigenadas ya que encontramos numerosos restos de
crustáceos de agua dulce rodeando el esqueleto." Actualmente,
Coria y sus colegas del Museo Carmen Funes trabajan en la preparación
de la totalidad de los restos fósiles del Aucasaurus que les
permitirá realizar una descripción aún más completa y detallada
del animal.
El
Giganotosaurus tenía un olfato más fino que el del Tiranosaurus.
En
la Argentina, el estudio del cráneo de los dinosaurios -más
precisamente de un área denominada basicráneo - es aún hoy un
campo de investigación prácticamente virgen. A la falta de interés
en el tema expresado por la comunidad paleontológica internacional,
en nuestro país se le suma la falta de acceso a la aparatología
necesaria para emprender su estudio.
Cuenta Rodolfo Coria, director del Museo Carmen Funes de Plaza
Huincul, Neuquén, que el estudio mediante tomografía computada del
basicráneo de un ejemplar de Giganotosaurus carolinii hallado en
esa provincia en 1993 debió ser realizado en Canadá, ya que
"en las clínicas privadas donde disponían de esta tecnología
me decían que no podían hacerlo, porque mi giganotosaurio no
estaba afiliado a ninguna prepaga y ni siquiera contaba con obra
social". Los estudios del basicráneo del giganotosaurus de
Coria constituyen los primeros en su tipo realizados a un dinosaurio
argentino. Estos revelan que los lóbulos olfatorios del dinosaurio
carnívoro más grande conocido a la fecha estaban más
desarrollados que los de su equivalente en el hemisferio norte, el
famoso Tiranosaurus rex . Sin embargo, la comparación de ambos
basicráneos revela que este último habría tenido lóbulos ópticos
más desarrollados que los del dinosaurio patagónico. "Esto
sugiere que el giganotosaurus habría tenido un sentido del olfato más
fino y desarrollado que el tiranosaurus, pero una vista menos
eficiente -plantea Coria-. Uno puede suponer que el giganotosaurus
estaría mejor adaptado para la caza nocturna", actividad para
la cual un buen sentido del olfato resulta de mayor utilidad que la
vista. Los resultados del estudio se publican en la edición de
enero del Journal of Vertebrate Paleontology. "La
tomografía computada nos permitió introducirnos adentro del cráneo
sin destruirlo ni alterarlo, para estudiar la morfología del
cerebro", comenta el paleontólogo argentino. La descripción
anatómica resultante permitió a Coria y a su colega canadiense
Philip Currie, del Royal Tyrrell Museum of Paleontology, comparar el
basicráneo del giganotosaurus con los de otros dinosaurios carnívoros
patagónicos. "Encontramos caracteres compartidos con otros
dinosaurios argentinos, como el carnotaurus y el abelisaurus -cuenta
Coria-. Lo que genera varios interrogantes ya que estos dinosaurios
pertenecen a familias diferentes, aunque quizá no sean tan
distintas. En nuestro estudio abrimos la discusión sobre estos
parentescos." Por otro lado, la tomografía computada permitió
determinar que el cerebro del giganotosaurus, que se pudo ver
presentaba la forma y el tamaño de una banana, no llegaba a un
volumen de un litro; bastante poco para un animal de más de 12
metros de largo que pesaba seis toneladas. "Aun así, el
cerebro del giganotosaurus sería ligeramente mayor que el del
tiranosaurus, lo que confirma al dinosaurio patagónico como el
dinosaurio carnívoro más grande del mundo", afirma Coria. A
pesar de que esconden en su interior un importante caudal de
información sobre la evolución de los dinosaurios, el estudio de
los basicráneos de estos reptiles prehistóricos siguen siendo
relegado. ¿Dónde reside la importancia en términos evolutivos del
estudio de esta región del cráneo? "El basicráneo es una
parte muy interesante del esqueleto de estos animales, porque no ha
cambiado mucho desde las formas ancestrales que hace 200 millones de
años dieron origen a los dinosaurios hasta las más recientes, a
diferencia de los huesos de las patas que sí se han modificado
-explica Coria-. Los mamíferos, por el contrario, se han
especializado en sofisticar su basicráneo y mantener los huesos de
las patas sin grandes modificaciones." "Es muy interesante
incorporar a nuestros estudios este tipo de información basada en
caracteres evolutivos", concluye el paleontólogo.
El
insecto alado más antiguo del Carbonífero Tardío de Argentina.
Recientemente
se dio a conocer por medio de la prestigiosa revista Ameghiniana de
la Asociacion Paleontologica Argentina, el hallazgo del insecto
alado fósil más antiguo de la Republica Argentina. El mismo
proviene de sedimentos (sedimentitas) de origen lacustre de la parte
baja de la Formación Guandacol, que aflora en el Cerro Guandacol al
sudoeste de la Provincia de La Rioja, y corresponde a uno de los
ejemplares de Protodonata más completos hallados hasta el momento
en América del Sur, donde pueden observarse ambos pares de alas
articuladas al tórax, un par de protoalas, parte de la cabeza y el
abdómen. Por las características observadas, el ejemplar
probablemente corresponde a un nuevo género y especie de la familia
Eugeropteridae Riek. Por su posición estratigráfica y la megaflora
asociada a este ejemplar (referible a la Biozona de Asociación
NBG), el nivel fosilífero puede ser ubicado en la parte más baja
del Carbonífero Superior (probablemente Namuriano superior).
Descubren
en la Provincia de Chaco una nueva especie de Gliptodonte.
Se
dio a conocer a Chacus paskensis, como un nuevo género y especie de
Glyptodonte sobre la base de restos hallados en sedimentos
Cuaternarios de la localidad de Avia Terai, Provincia de Chaco. Se
trata de enormes armadillos sin bandas móviles en su caparazón,
reconociéndose mas de 35 géneros y especies, los cuales varían en
forma y tamaño. Los mas grandes pesarían mas de una tonelada y
tendrían el tamaño de un automóvil. La ornamentación de la
coraza dorsal y del tubo caudal permite incluirlo dentro de los
Sclerocalyptinae Sclerocalyptini, diferenciándose de los otros
miembros de la mencionada tribu por el mayor tamaño, la coraza
dorsal de aspecto más globular, el menor tamaño de la escotadura
caudal y la presencia de dos grandes depresiones ubicadas debajo de
los nasales. Este nuevo gliptodonte fue hallado asociado a otros dos
Sclerocalyptini: uno de ellos es referido a Sclerocalyptus ornatus
(Owen), y el otro a Sclerocalyptus sp.; a partir de esto, se infiere
una antigüedad cuaternaria para los sedimentos portadores. La
presencia de este nuevo gliptodonte Sclerocalyptini permite postular
la posible existencia de un particular ámbito paleozoogeográfico
para la región Chaqueña oriental. Estos gigantescos herbívoros se
extinguieron durante el Holoceno medio - superior, es decir, hace
unos 7 mil años.
Hallan
en Patagonia nuevos restos fósiles de Tortugas.
El
hallazgo de restos fósiles pertenecientes a distintos vertebrados
parece ser cada día mas frecuente en el sur Argentino. Otro género
de tortuga de cuello largo como las que en la actualidad podemos
observar en los rios Misioneros y Amazónicos, se dio a conocer hace
poco tiempo por un grupo de paleontólogos. Se trata de Hydromedusa
Wagler, conocido a partir de fragmentos aislados de caparazón
procedentes de un nivel estratigráfico de la Formación Cañadón
Hondo (Eoceno inferior), aflorantes en Patagonia centro-oriental. El
holotipo consiste en una placa nucal con un escudo cervical
(extravertebral) situado por detrás del primer par de escudos
marginales, condición autapomórfica presente en las especies
vivientes de Hydromedusa. Varios caracteres presentes en esta
especie extinguida (como el primer escudo vertebral ancho extendido
sobre los extremos póstero-lateral de la primer placa periférica,
la posición y proporción del duodécimo par de escudos marginales,
el radio de escudos femoral/anal sugieren una diferenciación específica
de las especies vivientes. La asignación al genero Hydromedusa de
restos fragmentarios aislados de placas periféricas provenientes de
la Formación Salamanca (Paleoceno inferior) cuya antigüedad seria
de 10 millones de años el registro de este género en América del
Sur.
Aduana
impide un fabuloso contrabando de restos fósiles en Ezeiza.
Los
seis tambores estaban a punto de ser embarcados en un par de
aviones: cinco tenían a Suecia como destino; el otro, a Estados
Unidos. De acuerdo con la declaración de la empresa de comercio
exterior que había realizado los trámites de envío, en el
interior de cada uno de esos bultos había diversos minerales de
escaso valor. Es más: se especificaba que el precio de todo era de
287 dólares. Pero la gente de la Aduana de Ezeiza sospechó y revisó
todo. Ahí saltó que en realidad alguien se estaba llevando del país
diferentes piezas paleontológicas, como el cráneo de un mamífero
de 20 millones de años de antigüedad. La maniobra, según aclaró
ayer Mario Das Neves, titular de la Aduana, se trata de un delito.
Por ley, en la Argentina está prohibido exportar piezas prehistóricas.
"Lo que se intentó hacer cuadra directamente en la figura del
contrabando", explicó el funcionario. Todos los tambores
—cinco son de plástico color azul y el otro es de mimbre— iban
a ser embarcados el jueves pasado en dos aviones diferentes. Antes,
la gente de la Aduana controló en las bodegas en las que estaban
guardados que todos los papeles de su envío estuvieran en regla. Ahí,
según explicaron las fuentes consultadas, surgió una primera
sospecha: la empresa de comercio exterior que realizó el despacho
estaba siendo investigada por el supuesto contrabando de piezas
paleontológicas. Un inspector, entonces, abrió uno de los tambores
plásticos. Y ahí surgió que debajo de unas piedras había unas
piezas fosilizadas que tenían la apariencia de huevos. Un poco más
abajo, se encontró un cráneo. Se abrió entonces el resto de los
bultos. En todos el panorama era similar.De inmediato se dio aviso
al juez en lo Penal Económico Julio Cruciani y al Museo Argentino
de Ciencias Naturales. Mientras el juez ordenaba el secuestro de
todos los tambores, el Museo envió a Ezeiza a los paleontólogos
Alejandro Kramarz (especialista en vertebrados) y Pedro Gutiérrez
(especialista en plantas fósiles) para que dictaminaran de qué
eran esos fósiles. Un rato más tarde, los expertos establecieron
que esos que se quería hacer pasar como "minerales
varios" se trataban en realidad de fragmentos de cáscara de
huevos de dinosaurios, fragmentos de huesos de dinosaurios, cráneos
de mamíferos extinguidos, fragmentos de corazas de gliptodontes
y ejemplares de invertebrados marinos fósiles parientes de los
erizos de mar. De acuerdo con distintos especialistas consultados,
el valor de todas las piezas secuestradas rondaría los 30.000 dólares.
Casi todas las piezas estaban envueltas en hojas de diarios de Río
Negro y Chubut. Se supone que todas las piezas que se secuestraron
fueron encontradas precisamente en esas dos provincias y en el norte
de Santa Cruz. Encontrarlas, sin embargo, no es cuestión de suerte.
"No es que uno va caminando y encuentra un hueso de dinosaurio.
Acá estamos hablando de gente, probablemente paleontólogos, que
excavaron en determinados lugares para robarse esto de la
Argentina", explicó el director del Museo de Ciencias
Naturales, Edgardo Romero. A la empresa de comercio exterior que
tramitó la exportación de las supuestas piedras se le quitó de
manera temporaria su permiso para operar. Hasta ahora no hay ningún
detenido por el caso, pero ayer en el Juzgado de Cruciani se
evaluaba la posibilidad de pedir la detención del hombre de
nacionalidad sueca que despachó los tambores.
El
Dinosaurio mas grande del mundo vuelve a Plaza Huincul.
En Plaza Huincul
provincia de Neuquen las piezas del dinosaurio más grande del mundo
se están montando. La tarea la está llevando a cavo el personal
del el Museo ‘’Carmen Funes ‘’ de Plaza Huincul.
Se trata de una copia a escala natural del el animal en vida, que
hubiera alcanzado los 40 metros de longitud y los 16 metros de
altura.
Todo comenzó con el Museo de Atlanta , Estados Unidos. Aquí se
expuso por primera vez al mundo la réplica del Argentinosaurus, la
cual se exhibe actualmente en el hall de la casa norteamericana. El
acuerdo establecido era que el Museo ‘’Carmen Funes’’ se
quedara con todos los moldes para construir futuras copias.Es por esoque
ya hace mas de un mes que se comenzó la construcción del verdadero
gigante patagonico que vivió en el hemisferio sur hace algo mas de
70 millones de años, durante el Periodo Cretácico, junto a otras
bestias carnívoras como el Giganotosaurio. Asi mismo,
Argentinosaurus fue un gran sauropodo (dinosaurios de cuello y cola
larga y de andar en cuatro patas.Se han utilizado 2.400 Kilos de
resina, 300 Kilos de silicona importada, 600 Kilos ‘rowing’, 60
Kilos de pregel y unos 80 kilos de vaselina sólida.
Son once personas que se dedican de manera exclusiva a la preparación
de los huesos.
La réplica tendrá una longitud de unos 38 metros y unos 16 metros
de alto y será exhibida por primera vez en Argentina en los próximos
meses.
Hallaron
restos fósiles de un nuevo Megaterio en Neuquen.
Recientemente se dio a
conocer un nuevo hallazgo paleontológico en norpatagonia, sobre los
laterales de un cañadón ubicado en El Cajón Almanza (en la zona
de Loncopué) se han encontrado los restos fósiles de un gran mamífero
extinto llamado Megatherium americanum.
El descubrimiento estuvo a cargo de un equipo conformado por
miembros del Museo ‘’Olsacher’’ de la localidad de Zapala y
de la Facultad de Ciencias Naturales y Museo de la Universidad
Nacional de La Plata.
Este descubrimiento es el cuarto registrado en la provincia y es el
segundo que se halla en la zona de Loncopué. Los dos registros
anteriores fueron encontrados: en las cercanías del Río Limay y el
otro en pleno centro de la ciudad de Neuquen en1998 cuando se estaba
cavando para construir las bases de un edificio, cuyos restos hoy se
hallan exhibidos en el Museo de Geología y Paleontología del
Comahue.La
campaña duro aproximadamente cuatro días y entre los fósiles
rescatados podemos citar un húmero, un radio, una parte del talón
y la primera vértebra cervical. Según Sergio Cocca, director del
Museo de la localidad de Zapala, los restos fueron arrastrados por
el agua hasta llegar al lugar donde fueron hallados (así lo
atestigua la presencia de sedimentos aluvionales). Los restos del
animal serán sometidos a una prueba de carbono 14 para poder saber
con mayor exactitud su edad (un poco mayor a los 10 mil años).
Este animal se halla emparentado con los perezosos actuales, que
viven colgados en los árboles de las selvas misioneras y amazónicas,
con la diferencia que Megatherium tenia unos cuatro metros de altura
cuando se paraba sobre sus patas traseras y podía pesar mas de
cinco toneladas. Fue un megamamifero muy común durante el
Pleistoceno.
Presentan
nuevas especies en las XIX Jornadas de Paleontología de
Vertebrados.
Se realizaron las XIX
Jornadas de Paleontología de Vertebrados. Paleontólogos Argentinos
presentaron en sociedad varias especies hasta ahora desconocidas.
Son dinosaurios carnívoros y herbívoros hallados en San Juan y
Neuquén. Todavía no tienen nombre pero ilustran la evolución de
la fauna prehistórica local. Un dinosaurio de tan sólo un metro de
largo solía pasearse por lo que es hoy el Valle de la Luna, en San
Juan, persiguiendo insectos; otro más grande, de dos metros, prefería
alimentarse de la vegetación que crecía cerca del actual lago Los
Barreales, en Neuquén; a un tercero bastante más imponente, de
casi seis metros de largo, también de Neuquén, pero de Plaza
Huincul, le habría gustado comerse a los dos primeros. Claro que
ese festín jamás llegó a celebrarse. Estas tres nuevas especies
de dinosaurios argentinos -tan nuevas son que aún carecen de
nombre- pertenecen a ecosistemas distantes entre sí en el tiempo y
en el espacio. Pero que finalmente se dieron cita en las XIX
Jornadas Argentinas de Paleontología de Vertebrados, que se
realizaron en el mes de mayo en el Museo Argentino de Ciencias
Naturales Bernardino Rivadavia de Buenos Aires. En conjunto, las
especies de dinosaurios presentadas en las jornadas -posibles
gracias al apoyo de ChevronTexaco- aportan nuevos elementos que
ayudan a comprender la evolución de la fauna que habitó nuestro país
hace varios millones de años. Este es el caso, por ejemplo, del
dinosaurio presentado en sociedad por Fernando Novas, investigador
del Laboratorio de Anatomía Comparada del Museo y director de las
jornadas. "Es un carnívoro pequeñito, de casi un metro de
largo, que habitó el Valle de la Luna hace 230 millones de años
-comentó-. Conocíamos otros depredadores de ese valle, pero con
una anatomía muy primitiva y distinta de la de los dinosaurios que
predominarían varios millones de años después." Según
Novas, "este dinosaurio que se alimentaba de insectos y pequeños
vertebrados nos ayuda a cerrar ese hiato morfológico. Representa,
además, los primeros pasos de un linaje de gigantes carnívoros
como el Giganotosaurus, que pesaba seis toneladas y medía más de
12 metros, que, como vemos ahora, tuvo comienzos mucho más
modestos". Una nueva especie presentada en las jornadas por
Rodolfo Coria, director del Museo Carmen Funes, de Plaza Huincul, es
un buen ejemplo de lo que vendría después. "Con noventa
millones de años de antigüedad, este dinosaurio carnívoro hallado
en el Cerro Bayo Mesa, a 30 kilómetros de Plaza Huincul, es un
pariente de tamaño mediano (medía entre cinco y seis metros de
largo) del Carnotaurus o del Aucasaurus -señaló Coria-. Es una
versión más liviana, esbelta y ágil de este último, que medía
siete metros de largo y pesaba tres toneladas." El estudio de
los restos del animal, desenterrados hace tres años por Coria y su
colega canadiense Phil Currie, es la primera contribución de la
joven Ariana Paulina a la paleontología Argentina. Otro nuevo
representante de la fauna neuquina del mesozoico es el dinosaurio
presentado en las jornadas por Jorge Calvo, de la Universidad del
Comahue. Los restos fueron hallados en un riquísimo yacimiento fósil
de 90 millones de años, ubicado a orillas del lago Los Barreales.
En los catorce meses de trabajo de campo que han realizado allí (la
excavación paleontológica más extensa de América del Sur), Calvo
y sus colegas han desenterrado dinosaurios carnívoros, herbívoros,
tortugas, cocodrilos, peces e incluso hojas de árboles
perfectamente conservadas. "Es un ecosistema completo del
mesozoico", asegura Calvo. En ese contexto, agrega, "este
pequeño dinosaurio de no más de dos metros de largo, pico córneo,
que se paraba sobre sus patas traseras, habría cubierto un nicho
ecológico: la vegetación baja". Diego Pol, paleontológo
Argentino que cursa su doctorado en el Museo Americano de Historia
Natural, de Nueva York, presentó un análisis de las relaciones de
parentesco de los cocodrilos prehistóricos Argentinos con sus pares
de Brasil, África, Madagascar y Mongolia. Claro que los cocodrilos
que hace ochenta millones de años vivían en la Patagonia distan
bastante de sus parientes actuales. "Eran animales
exclusivamente terrestres, y por eso carecían de las adaptaciones
que luego desarrollaron para el agua -explicó Pol-. El hocico, en
vez de ser aplanado y con los agujeros de la nariz elevados, era
chato y con los agujeros adelante, al igual que los ojos, por lo que
se parecía más al de un perro que al de un cocodrilo." El
andar de estos extintos animales patagónicos también se ha
perdido. "Se desplazaban erectos, sobre sus cuatro patas, sin
arrastrar la panza como los cocodrilos de hoy en día-agregó Pol-.
Eran más gráciles y elongados." Pero no por eso dejaban de
ser cocodrilos, primitivos, sí, pero igualmente intimidantes.
Catastrófica
Perdida Patrimonial en el Museo de Ciencias Naturales Ángel
Gallardo de Rosario.
Un
incendio de grandes proporciones destruyó gran parte de un histórico
edificio de la ciudad de Rosario, Provincia de Santa Fe, Republica
Argentina, cuya construcción tenia mas de 110 años de antigüedad,
donde funcionan el Museo Provincial de Ciencias Naturales Ángel
Gallardo, la Facultad de Derecho y la Escuela Normal N° 2,
causando una verdadera "catástrofe cultural y
educativa", y sin que se registraran pérdidas humanas.El
Museo de Ciencias Naturales y la Facultad de Derecho de Rosario
quedaron prácticamente destruidos por las llamas que se habrían
originado por bombas de estruendo arrojadas durante una marcha
gremial estatal en la tarde del día Martes primero de Julio.Se
trata del edificio de los ex Tribunales de Rosario, emplazado
frente a la Plaza San Martín, donde también se encuentra otro
edificio importante: el de la ex Jefatura de policía y donde
actualmente funciona la sede del gobierno provincial en Rosario.
El fuego se inició poco antes de las 14 hs en la base de la cúpula
del edificio, donde anidaba la mayor colonia de murciélagos de
esta ciudad, y se logró controlar recién cerca de las 16.30 hs,
tras una intensa tarea de los bomberos de Rosario y de localidades
de la región que prestaron colaboración.Todos
los testimonios atribuyen el comienzo del incendio a elementos de
pirotecnia lanzados por sectores gremiales, tras el paso de una
caravana protesta de empleados estatales que marcharon por las
calles céntricas de la ciudad en reclamo de mejores salarios. El
Museo Provincial de Ciencias Naturales quedó destruido en un 90
por ciento de sus instalaciones y la pérdida de sus colecciones
de unos 10 mil especimenes fue total. Se destruyo toda las
colecciones de Zoología, Botánica, Paleontología, Mineralogía
y demás, entre ellas una amplia e irrecuperable colección de
animales taxidermisados. El vicegobernador de la Provincia,
Marcelo Muniagurria, presente en el lugar, manifestó sentirse de
"luto" por la magnitud del incendio y manifestó que la
situación era "tristísima". Por su parte, la directora
del Museo Gallardo, Margarita Ferioli, dijo que el hecho era una
"verdadera catástrofe cultural y educativa" y que a
parte de perderse prácticamente todas las colecciones, también
se perdió la Biblioteca, material de laboratorio, administración
y material tecnológico. Fue increíble como las llamas tomaron rápidamente
todas las instalaciones. En el sector en que funcionaba el Museo
de Ciencias Naturales, se derrumbaron ambas plantas destruyéndose
todo en su interior. Miles de alumnos y personas que pasaban por
el lugar intentaron rescatar todo lo posible, pero las llamas no
dieron tiempo a reacción alguna.Hoy
es uno de los días más tristes de nuestra historia cultural y
educativa", dijo la funcionaria provincial del Museo.
Monotrematum sudamericanum.
Un Ornitorrinco Sudamericano.
El
hallazgo de un ornitorrinco en la provincia de Chubut anima a los
investigadores Argentinos a confirmar la teoría de la unión de la
Patagonia y Australia en épocas remotas. Si bien el descubrimiento
data desde hace unos años atrás, ahora mas que nunca se comenzaron
a cerrar varias teorías.
Los restos fósiles fueron descubiertos en el Golfo San Jorge en
sedimentos de 63 millones de años por un grupo dirigido por el
Doctor Rosendo Pascual, del Departamento de Paleontología de
Vertebrados de la Facultad de Ciencias Naturales y Museo de la
Universidad Nacional de La Plata, e indicarían que la región Sur
de nuestro país tuvo alguna conexión continental con Australia, ya
que se trata de un animal de aguas dulces para el cual el océano
hubiera sido infranqueable. El ornitorrinco, pertenece al grupo de
monotremas (del griego mono, uno y trema, orificio), nombre que hace
referencia a que poseen una sola abertura externa, la cloaca, para
la excreción y la reproducción. Se reproduce por huevos pero es un
mamífero con pelos y glándulas mamarias. En los ornitorrincos
actuales los dientes de los ejemplares jóvenes son sustituídos,
cuando llegan a adultos , por placas córneas. La forma de estos
dientes juveniles es similar a la de sus antepasados, incluyendo al
descubierto en la Patagonia por el equipo de investigadores de la
Universidad Nacional de La Plata. La presencia de un ornitorrinco
determina que en algún momento la Patagonia tuvo climas cálidos y
húmedos, muy diferentes a los fríos y secos que se viven hoy en el
sur argentino. Explican los científicos que este descubrimiento es
una prueba más del mantenimiento de una conexión entre América
del Sur y Australia en tiempos geológicos relativamente recientes.
No debe olvidarse que estos continentes, junto con África, la Antártida,
la India y Madagascar formaron parte del Supercontinente de Gondwana
cuya fragmentación se había iniciado más de 50 millones de años
antes.
Los
Patos se originaron en el Hemisferio Sur.
El
estudio de los restos fósiles de un ave de antigüedad cretácica
hallada en el sector Antártico Argentino, permite a investigadores
de la Facultad de Ciencias Naturales y Museo de La Universidad
Nacional de La Plata, reforzar la hipótesis sobre el origen de los
patos en el Hemisferio Sur. Los
restos fósiles fueron descubiertos por personal del Instituto Antártico
Argentino, en la Isla Vega ubicada al oeste de la península Antártica.
El espécimen estaba incluido en una concreción de sedimentos de
aproximadamente 70 millones de años de antigüedad y constituye el
registro más antiguo para la familia extinguida Presbyornithidae.
Los presbiornítidos fueron aves de patas largas, vadeadoras y
coloniales, tradicionalmente descriptas como un mosaico evolutivo,
combinando caracteres en el esqueleto post-craneano de los modernos
chorlos y flamencos con un cráneo de pato. Son considerados como
miembros del linaje ancestral a partir del cual derivaron los patos
vivientes. La presencia del ave cretácica de Antártida permite
reforzar la hipótesis de los Anseriformes en el Hemisferio Sur.
Zupaysaurus.
Una nueva especie de Dinosaurio Riojano.
Era
como un diablo de paso veloz, que corría detrás de sus presas por
las quebradas de la actual provincia de La Rioja, Republica
Argentina. Para todo aquel desafortunado que se haya cruzado en su
camino, la extraña cresta sobre su hocico y el centenar de pequeños
y filosos dientes que poblaban sus temibles fauces no podían pasar
inadvertidos.A la hora de ponerle un nombre, los paleontólogos se
inclinaron por Zupaysaurus. "Zupay es una palabra de origen
quechua que significa diablo o demonio y que se ajusta muy bien a
este dinosaurio de aspecto realmente feroz", dijo Andrea
Arcucci, profesora de la Universidad Nacional de San Luis, que
participó del estudio de los restos fósiles del animal hallados en
1996 en la riojana Quebrada de los Jachaleros.En primeros dias de Julio, en el Museo de Ciencias Naturales
de la Universidad Nacional de La Rioja, Arcucci y su colega Rodolfo
Coria comandarán la presentación en sociedad del Zupaysaurus
rougieri, que habitó parte del noroeste argentino durante el
Triasico, hace 220 millones de años. En la ceremonia se devolverán
al museo los restos fósiles tomados en préstamo para su estudio,
cuyos resultados se publican en el último número de la revista
especializada Ameghiniana, publicada por la Asociación Paleontológica
Argentina (A.P.A).Este nuevo dinosaurio argentino presenta varios detalles
atractivos para los amantes de los récords: "Es el dinosaurio
carnívoro más grande del triásico y además ostenta el mayor número
de dientes registrado para un dinosaurio carnívoro", apuntó
Coria, director del Museo Carmen Funes de Plaza Huincul, Neuquén.
La extensa y amenazante sonrisa del Zupaysaurus es un detalle que ha
concentrado la atención de los paleontólogos. "Desde un punto
de vista evolutivo se lo considera un carácter primitivo, mientras
que el resto del animal presenta caracteres más derivados o
modernos que los del resto de los dinosaurios carnívoros que
vivieron en la misma época", señaló Coria."Está a mitad de camino entre los dinosaurios
primitivos como el Herrerasaurus y los más modernos como el
Alosaurus . Justamente, la familia a la que pertenece está
constituida por dinosaurios que se especializaron en la locomoción,
pudiendo desarrollar la velocidad de un caballo."Con sus rasgos modernos, el aún primitivo Zupaysaurus puede
ser considerado el primer tetanuro, familia que incluyó a
dinosaurios carnívoros típicos del jurásico (período posterior
al triásico superior, al que pertenece esta suerte de diablo) y que
llega hasta nuestros días a través de sus lejanos descendientes:
las aves. Pero que el tataratatarabuelo de todos los tetanuros haya
asomado su hocico en el triásico propone todo un cambio de
pensamiento para la paleontología."Su descubrimiento tira hacia atrás en el tiempo la
aparición sobre la Tierra de los tetanuros -explicó Coria-. Esto,
a su vez, implica tirar hacia atrás también la aparición de otras
formas, como los terópodos o los saurópodos, que podrían haberse
originado antes de lo que se piensa, pues se necesita mucho tiempo
de evolución para pasar de una formas a otras." Por otro lado,
el Zupaysaurus constituye un elemento que permite comenzar a llenar
un vacío en la evolución de los dinosaurios Argentinos. "Si
bien en el resto del mundo la fauna del triásico superior está muy
bien representada por los distintos hallazgos realizados, en la región
había un vacío muy grande", explicó Arcucci."Era como tener una novela en la que se pueden leer los
capítulos iniciales y el final, pero faltan las páginas del
medio", agregó. Con su temible sonrisa y su andar veloz, el
Zupaysaurus es justamente eso: una página arrancada, pero
finalmente rescatada, de la mitad del libro de la fauna prehistórica
de la Republica Argentina.
Montan
al Dinosaurio mas grande del mundo en Neuquen.
Hace varios años atrás,
Rodolfo Coria fue tentado por una propuesta más que interesante
para un paleontólogo recién recibido, estudiar los restos del
Argentinosaurus huinculensis, el dinosaurio más grande del mundo,
cuyos huesos habían sido desenterrados días antes. A catorce años
de su llegada a la ciudad de Plaza Huincul (Neuquen - Argentina), de
20.000 habitantes, Coria es el actual director del Museo Carmen
Funes, donde se inauguró una muestra cuya vedette es una réplica
en tamaño natural del Argentinosaurus, única en el hemisferio sur,
de 38 metros de largo por ocho de alto. Para quienes gustan de las
comparaciones, basta con decir que cada una de sus vértebras es del
tamaño de un lavarropas. Fueron inauguradas las nuevas
instalaciones del Museo, que sumó dos nuevas salas: la que alberga
al Argentinosaurus, junto a réplicas en tamaño real del
Giganotosaurus carolinii (que con sus 12 metros de largo y cuatro de
alto es el dinosaurio carnívoro más grande del mundo, superior en
tamaño al famoso Tyrannosaurus rex) y de otros dinosaurios patagónicos,
y una segunda dedicada a la historia local del petróleo. El Museo
Carmen Funes cuenta ahora con una superficie de 2500 metros
cuadrados que alberga una de las colecciones de dinosaurios patagónicos
más grandes del mundo, con aproximadamente 600 ejemplares
clasificados. Algunos son únicos y poseen inmenso valor científico,
como los restos de Gasparinisaura, Anabisetia, Aucasaurus o
los del propio Argentinosaurus entre otros. Dos años atrás, el
Museo Carmen Funes saltó a la fama cuando sus investigadores, en un
trabajo de campo conjunto realizado con sus colegas del Museo de
Historia Natural de Nueva York, dieron a conocer el hallazgo del
mayor yacimiento de huevos de dinosaurio del mundo, desenterrado en
Auca Mahuida, al norte de la provincia de Neuquén. El estudio científico
que daba cuenta del descubrimiento fue nota de tapa de la
prestigiosa revista científica Nature, y las fotos del hallazgo
dieron la vuelta al mundo. No era para menos. Algunos de los huevos
de dinosaurio saurópodo hallados en Auca Mahuida, rebautizada por
los paleontólogos Auca Mahuevo, contenían restos de piel y hueso
de los embriones. Por primera vez, los paleontólogos eran capaces
de observar el cráneo de un embrión de saurópodo y de palpar la
rugosa piel de reptil del animal.
Hallan
las huellas Avianas más antiguas del mundo en el Triasico de La
Rioja.
En
los primeros días del mes de septiembre, la prestigiosa revista de
divulgación científica “Ciencia Hoy”, dio a conocer el
hallazgo de las pisadas más antiguas atribuidas a primitivas aves,
presentadas por un grupo de científicos Argentinos, integrados por
Silvina de Valais, Ricardo Néstor Melchor y Jorge Fernando Genise.
A fines de 2001, durante una salida de campo en busca de trazas fósiles
realizada a la Reserva Provincial ‘Laguna Brava’, en la
provincia de La Rioja, cuyas rocas conforman la unidad geológica
denominada Formación Santo Domingo, se encontrans numerosas y pequeñas
pisadas fósiles.
Hace unos 220-210 millones de años, durante el Triásico tardío,
el paisaje donde hoy en día se encuentra esa reserva era muy
distinto del actual. En aquel entonces, en lugar de la inmensa
cordillera de los Andes, con su clima frío, ventoso y seco, y sus
cumbres con nieves eternas, existía un paisaje llano, con arroyos y
pequeñas lagunas o charcos asociados, que desaguaban en amplios
barreales o bajos salinos. Los procesos ocurridos a lo largo del
tiempo geológico, modificaron profundamente tanto el paisaje como
el clima de esta zona, hasta transformarlo en el ambiente actual.
Las huellas descubiertas se habrían formado cuando cierta fauna
desconocida que allí vivía, al caminar sobre el barro de aquellos
charcos, dejó sus patas impresas; posteriormente, el tiempo y las
condiciones adecuadas de fosilización las han preservado hasta
nuestros días.
Las pisadas, preservadas tanto en molde como contramolde y que
presentan una morfología general claramente similar a las que dejan
las aves, se encuentran en un mosaico compuesto por varias lajas, en
una superficie total de aproximadamente 5,5m2.
Las huellas son pequeñas y gráciles, similares en su aspecto
general a las que dejan las aves. Pueden ser tridáctilas o tetradáctilas,
es decir con tres o cuatro impresiones de dígitos; ello se debe a
que el dígito I estaba implantado más arriba que el resto de los
dedos y solo se marcaba cuando la pata se hundía más en el barro.
El análisis de las mismas nos demuestra que se trataba de un animal
bípedo que, al avanzar, anteponía una pata a la otra ubicándolas
casi en línea recta. Las rastrilladas no muestran una orientación
preferencial y muchas veces se superponen entre sí. Esta observación
permite descartar la idea de que se trataba de dos organismos
distintos, correspondientes, por ejemplo, a dos especies distintas o
eventualmente de la misma especie pero de diferente edad o sexo.
La mayor
parte de los paleontólogos dedicados a estudiar el pasado evolutivo
de las aves, coinciden en que éstas derivan de un antecesor que
pertenecía a un grupo de dinosaurios terópodos (los terópodos son
dinosaurios bípedos y carnívoros), llamado Coelurosauria, cuyo
primer registro fósil data del Jurásico temprano, entre 200 y 185
millones de años atrás.
Algunos autores han presentando previamente supuestas huellas
avianas de edad triásica tardía a jurásica temprana, las cuales
han sido cuestionadas y reinterpretadas como producidas por otros
grupos de dinosaurios no vinculados con las aves. Las huellas de
Santo Domingo en la Provincia de La Rioja en Argentina, se
encuentran en una formación geológica adjudicada al Triásico tardío,
muestran claros rasgos avianos, y lo sorprendente de este hallazgo
es que preceden en aproximadamente 55 millones de años a la primera
ave conocida, siendo inclusive anteriores a los Celurosaurios,
considerados antecesores de las aves.
Descubren
numerosos ejemplares fósiles en Talampaya.
Un
grupo de científicos de las universidades nacionales de La Rioja y
San Juan encontraron, luego de un mes de excavaciones, restos fósiles
de 15 a 17 dinosaurios, tres de los cuales se encuentran en estado
semicompleto. Las piezas, de diverso tamaño y grados de articulación,
fueron detectadas en la formación Los Colorados, dentro de
Talampaya.Se trata del hallazgo paleontológico más
importante de la historia del Parque Nacional Talampaya, declarado
por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad. Los paleontólogos Ricardo
Martínez y Guillermo Heredia, quienes encabezaron la investigación
junto a una veintena de técnicos, esperan que las pruebas de
laboratorio confirmen sus primeras evaluaciones de campo.Según
sus observaciones, estos ejemplares corresponderían al período Triásico
Superior (hace unos 220 millones de años). No
es la primera noticia que Talampaya aporta sobre el pasado del
planeta: ya en 1996 se encontró el Supaysaurus, que tiene más de
200 millones de años. También encontraron allí restos fósiles de
grandes tortugas y aves, parte de un escenario muy diferente al
presente.La Rioja y toda la región
noroeste poseían en aquella época un clima de trópico, abundante
vegetación, grandes lagos e inmensas coníferas. "La cuenca
Ischigualasto-Villa Unión es considerada la más importante del
mundo por su gran cantidad de fósiles prehistóricos que señalan
la gran eclosión de los dinosaurios", afirma el paleontólogo
Ricardo Martínez, quien en 1996 descubrió el dinosaurio más
antiguo del mundo. La investigación fue financiada por la Fundación
Earthwatch.
Hallan
en Patagonia un nuevo reptil ancestral del Cretácico.
Paleontólogos
Argentinos han encontrado un eslabón perdido en la evolución de un
grupo de lagartos, los esfenodontes, que se creía mayormente
extinto 120 millones de años atrás, aun cuando uno de sus
sucesores, como el tuatara, actualmente viva en Nueva Zelanda.
Desenterrado 80 kilómetros al sur de Cipolletti, Provincia de Río
Negro, el Priosphenodon avelasi, de tan sólo un metro de alto por
algo más treinta centímetros de alto, permite comprender qué fue
de esta estirpe de lagartos que convivieron con los dinosaurios,
durante los 120 millones de años que transcurrieron tras el momento
de su supuesta desaparición. "Este es un hallazgo muy
importante, no sólo porque es un animal desconocido hasta ahora,
sino porque nos permite reconstruir ese período durante el cual la
ausencia de los esfenodontes en el registro fósil hizo pensar que
se habían extinguido", dijo el doctor Fernando Novas, coautor
de la descripción del Priosphenodon que publica hoy la prestigiosa
revista Nature. Como explica este paleontólogo, jefe del
Laboratorio de Anatomía Comparada del Museo de Ciencias Naturales
Bernardino Rivadavia de Buenos Aires, "este tipo de lagartos
fue muy abundante durante el Triásico y el Jurásico, pero los
investigadores postularon que su presencia comenzó a decaer durante
el Cretácico debido al avance de nuevas oleadas de reptiles".
Pero lo que las teorías sobre la evolución de los esfenodontes no
podían explicar era cómo uno de sus sucesores vive aún hoy, a 120
millones de años de su supuesta extinción. La respuesta propuesta
por Novas y su colega Sebastián Apesteguía es que los esfenodontes
sobrevivieron varios millones de años más en el hemisferio sur. En
América del Sur habrían desaparecido 65 millones de años atrás
al ver ocupado su nicho ecológico por los modernos lagartos; en la
Antártida (donde se supone que habrían morado, aun cuando no hay
evidencias fósiles de ello) habrían perecido 40 millones de años
atrás cuando el clima se tornó excesivamente frío, mientras que
en Oceanía está el tuatara neozelandés, epílogo viviente de la
novela de los esfenodontes. Otro dato relevante aportado por los
estudios de Apesteguía y Novas, que permite refutar la propuesta
desaparición de los esfenodontes 120 millones de años atrás, es
que los lagartos de esta familia que habitaban lo que hoy es la
Patagonia eran terriblemente numerosos. "En nuestros trabajos
de campo en las inmediaciones de Cerro Policía, a 80 kilómetros al
sur de Cipolletti, hemos podido rescatar 20 ejemplares completos de
Priosphenodon avelasi, y más de 200 incompletos". Las pistas
que condujeron al hallazgo del Priosphenodon avelasi datan de 1922,
cuando el geólogo Walter Schiller y el paleontólogo Santiago Roth
realizaron numerosos hallazgos de fósiles en las cercanías de
Cerro Policía, en la provincia de Río Negro. La primera
campaña de exploración se realizó en 1999. "No encontramos
prácticamente nada hasta que, en la última semana, varias familias
de la zona nos indicaron un lugar donde habían encontrado restos de
dinosaurios", cuenta Apesteguía. Guiado por los lugareños,
este paleontólogo dio con un yacimiento fósil de una riqueza
abrumadora, apodado "la buitrera". "Durante sucesivas
campañas se desenterraron restos de serpientes, mamíferos,
peces, tortugas y dinosaurios que convivieron con el Priosphenodon.
En la última campaña encontramos, por ejemplo, dientes de más de
15 centímetros de largo, pertenecientes a un Giganotosaurus
carolinii, el dinosaurio carnívoro más grande del mundo. Los
trabajos de campo fueron posibles gracias al apoyo de la Agencia
Nacional de Promoción Científica y Tecnológica, National
Geographic Society, The Jurassic Foundation, Renault Argentina y
Akapol.
Descubren
en Neuquen una importante acumulación de restos fósiles del Cretácico.
Los
paleontólogos que trabajan en Los Barreales encontraron un
inesperado reservorio de dientes que hace 90 millones de años
llenaban la boca de los dinosaurios. Algunas piezas todavía esperan
ser identificadas. Podrían pertenecer a pequeños mamíferos que se
movían entre los gigantes reptiles. Sería el hallazgo más
valioso, porque hay muy pocos en el mundo. El yacimiento acostumbró
a los paleontólogos a deslumbrarse con sus maravillas. El equipo de
investigación del centro paleontológico descubrió 35 dientes
fosilizados en una pequeña fracción de terreno y en apenas una
semana de trabajo. Las piezas corresponden casi todas a dinosaurios
de unos 90 millones de años pero hay varios dientes que todavía no
fueron identificados y cuyas formas se confunden dentro de los
cascotes de arcilla y arenizcas compactadas donde estaban alojados.
Los científicos no encuentran respuesta a semejante cantidad de
dientes en apenas dos metros cúbicos de excavación y tienen
definido limpiar y tamizar el material que contenía a los fósiles.
Los investigadores quieren saber si dentro de ese verdadero resumen
dentario del período Cretácico hay también dientecillos de pequeños
mamíferos. De encontrarlos caminarían sobre las primeras pistas de
los mamíferos que vivieron a la sombra de los gigantes que
dominaron el planeta hasta hace 65 millones de años. Por tratarse
de formas y tamaños como la de los actuales roedores es muy poco el
material que se ha conservado y en el mundo hay escasos registros de
su existencia. Para esa tarea de identificación, prevén un
delicado proceso de tamizado y limpieza, y un cuidadoso rastreo con
lupa que tendrá la guía de especialistas en la materia. "Hay
de todo, por ejemplo una pequeña mandíbula con dos dientes que está
muy sucia y hay que trabajar en su limpieza; por ahora no podemos
identificar a qué animal perteneció pero sí podemos decir que es
muy llamativa", afirmó el director del proyecto
"Dino", el paleontólogo Jorge Calvo, quien está al
frente del centro Paleontológico Los Barreales, a unos 80 kilómetros
de esta ciudad. Hasta ahora, a la par de dinosaurios herbívoros que
en vida tuvieron 30 y 35 metros de largo, aparecieron huesos de
dinos carnívoros e insectívoros, de un reptil volador, de un
animal en mutación a ave, cocodrilos, pequeños peces, cáscaras de
huevos y variedad de flora. Así las cosas, el investigador de la
Universidad Nacional del Comahue no tiene espacio para sorpresas.
Calvo contó que la acumulación de dientes (entre los que hay de
dinosaurios carnívoros y de herbívoros fácilmente identificables)
"es muy llamativa, estaban casi todos juntos a un metro y medio
de distancia de un lugar del que estamos sacando una vértebra que
tiene más de un metro de largo". En ese sitio, los técnicos
Federico Poblete y José Veralli comenzaron a identificar "todo
tipo de dientes, algunos son conocidos como los de animales como el
Giganotosaurus y otros que todavía no podemos identificar". En
ese lugar, donde vive la comunidad mapuche Paynemil, con el apoyo de
diferentes empresas y organismos se montó una muestra permanente
junto a un laboratorio que está habilitado durante todo el año.
Hallan
restos fósiles de Megafauna del Pleistoceno en Concordia.
El
hallazgo se produjo en un sector costero cercano a Concordia que la
mayor parte del año permanece sumergido bajo las aguas del
gigantesco lago formado por la represa hidroeléctrica de Salto
Grande, de 78.000 hectáreas de extensión. Un vecino de la ciudad
notó la presencia de restos óseos que sobresalían de la
superficie de la tierra, por lo que informó de inmediato la
novedad. Investigadores del museo se trasladaron hasta el lugar y,
con gran sorpresa, comprobaron restos que afloraban y que fueron
identificados posteriormente como correspondientes a un Mastodonde y
a un Toxodonte, animales que se extinguieron en esa zona hace
alrededor de 10.000 años. El Mastodonte era un mamífero fósil de
fines del terciario y principios del cuaternario, parecido al
elefante, que pesaba alrededor de siete toneladas, mientras el
Toxodonte era un mamífero de poco de una tonelada, que alcanzaban
el tamaño de los rinocerontes y con hábitos similares. Personal
del museo y grupos de voluntarios lograron extraer del lugar una
serie de huesos, que serán estudiados en la ciudad de La Plata
mediante la datación de carbono 14, para tener un fechado más
preciso de su antigüedad. Los restos encontrados identificados
hasta ahora son parte del cráneo de un Mastodonte, la cornamenta de
un Cérvido (familia de rumiantes) y un dentario de Toxodonte, según
la tarea preliminar realizada por los investigadores del Laboratorio
de Paleontología del Centro de Investigaciones Científicas y
Transferencia de Tecnología de Diamante. La directora del museo
admitió que "estamos frente a un yacimiento paleontológico
importante", sobre todo si se tiene en cuenta que los fósiles
descubiertos a ras del suelo corresponden a tres especies diferentes
que habitaron esta región de Sudamerica. El hallazgo fue confirmado
por el jefe del Laboratorio de Paleontología de Diamante, Jorge
Noriega, quien viajó al lugar para colaborar en el trabajo de
clasificación de los huesos.
Hallan
un Arrecife fósil de grandes proporciones en la Provincia de La
Pampa.
El
arrecife tiene el tamaño de una loma de 10 metros de altura
aproximadamente y 300 por 400 metros de base. Algo importante es que
todo esto se descubrió en posición de vida», que es muy difícil
hallar en el registro fósil, porque generalmente los fósiles están
transportados. Hace más de 60 millones de años el extremo sudoeste
de la Provincia de La Pampa estaba cubierto por el Océano Atlántico.
El reciente hallazgo de un arrecife de corales con especies
fosilizadas en posición de vida, que sería único en el mundo,
permite ampliar los conocimientos sobre cómo era la vida en ese período
e incrementa el valioso patrimonio paleontológico que tiene nuestro
país. El descubrimiento fue realizado en el marco de proyectos de
investigación que desarrollan el Dr. en geología Silvio Casadío
junto a la Dra. Ana Parras -docentes del Departamento de Ciencias
Naturales de la correspondiente facultad de la UNLP en colaboración
también con la investigadora especializada en corales Rosemarie
Baron-Szabo, que reside en EE.UU. El arrecife tiene entre 60 y 65
millones de años de antigüedad, que corresponde a la primera parte
del Paleoceno, el período que está después del límite Cretácico
Terciario que es el momento en que se extinguen los dinosaurios y
otros grupos menos famosos como los moluscos. Hace mucho
tiempo que estamos estudiando rocas de esta edad en el oeste de La
Pampa. Se han estudiado muchos afloramientos pero ninguno reunía
las características de éste, que constituye un arrecife de coral
con corales en posición de vida (como estaban hace más de 60
millones de años). Hace un tiempo encontramos restos de corales,
pero como el lugar tenía tanta vegetación no pudimos ver de qué
se trataba realmente. Este año se investigo nuevamente el área,
y estaba más descubierto, con menos vegetación y después de un
fuego. Entonces se pudieron ver los corales, las algas
coralinas, las esponjas, también moluscos y erizos de mar. El
descubrimiento lo realizó el Dr. Casadío, quien hace varios años
ya había encontrado pequeños restos de corales en la zona. Este
hallazgo permite afirmar que «esas aguas eran muy cálidas, de más
de 20 grados de temperatura; que la costa estaba muy cerca porque
estos corales encontrados son de aguas relativamente someras y
agitadas, estimamos unos 10 metros de profundidad». En ese período
una parte del sudoeste de La Pampa estaba cubierta por lo que hoy
conocemos como Océano Atlántico, formando un engolfamiento. Estos
datos ya se conocían, y el hallazgo de estos organismos aporta
nuevos informes para ampliar conocimientos sobre la temperatura y la
ubicación de la línea de costa. Se conoce muy poco de corales de
este período. Hay en otros lugares del mundo, como en Dinamarca o
Groenlandia, pero son corales de agua fría. Hay en la cuenca de París
pequeños afloramientos que podrían tener esta edad. Pero con las
características halladas en La Pampa podríamos decir que son únicos
en el mundo. Esto tiene una gran importancia en el estudio de los
invertebrados y en la reconstrucción de la vida en el pasado.
Presentan
y montan el primer esqueleto de un nuevo Plesiosaurio.
El
universo paleontológico tendrá una nueva estrella.En
un hecho relevante para el mundo científico y la comarca de Valle
Medio, en Buenos Aires, en el Zoológico de la ciudad será
presentado el esqueleto de una nueva especie de plesiosaurio
descubierto por Héctor Cabaza en cercanías de Lamarque - Patagonia
Argentina.La réplica del reptil
marino, que vivió hace 70 millones de año, será luego trasladada
al Museo de Lamarque, donde quedará en forma definitiva para ser
observada por vecinos y visitantes.Se
trata del primer montaje de un esqueleto de plesiosaurio en América
del Sur, aunque en la Patagonia se conocen numerosos ejemplares de
distintos géneros y especies, pero solo se tratan de restos
sustanciales.El proyecto,
financiado por la municipalidad de Lamarque, demandó una inversión
que rondó los 15 mil pesos.Se
realizó la reconstrucción y copia, en resina poliéster, del
esqueleto de un "Tuarangisaurus Cabazai".El
esqueleto, parcialmente conservado, fue hallado en agosto del 2001
por Héctor Cabaza, quien fuera director del Museo de Lamarque hasta
su fallecimiento a principios de este año. Participaron Silvio
Casadío, Zulma Gasparini y Leonardo Salgado. La reconstrucción fue
realizada por el técnico en paleontología Marcelo Isasi y el
artista plástico Jorge Blanco, bajo la dirección científica del
paleontólogo, Fernando Novas.La
reconstrucción fue finalizada a fines del mes de noviembre cuando
se pudieron modelar las piezas faltantes del esqueleto, como el cráneo
con su dentadura, para lo que se convocó al artista Jorge Blanco.Se montaron las aletas, cinturas y parte
de los huesos que protegían la panza.Después
se procedió a montar la columna vertebral, y luego se montó al
esqueleto sobre una estructura metálica liviana.Para
los propios realizadores, cuando se vislumbraba el final de la
reconstrucción, el aspecto era maravilloso y por eso se mostraban
sumamente expectantes con respecto a la presentación.Sobre
el proyecto, hubo silencio desde las distintas entidades que han
participado.Dado que querían
sorprender con la presentación del reptil.El
esqueleto mide un poco más de tres metros y es de un fósil marino
carnívoro, que según los propios científicos "dará que
hablar porque reúne ciertas características hasta ahora poco
halladas".En general, los
plesiosaurios tienen las siguientes características: la cabeza
pequeña, con dientes largos y puntiagudos. El cuello es tan largo
como toda la columna vertebral. Su aspecto es muy particular.
Oscilan entre entre los tres y cinco metros, siendo los más pequeños
de un poco más de dos metros y medio. Y corresponden al período
Cretácico.El hallado en Lamarque
es una especie nueva dentro de la familia de los plesiosaurios, por
lo que se decidió que el nombre científico lleve el nombre de su
descubridor. Pero además hasta ahora han sido pocos los hallazgos
de este tipo de animales tan completos.El
hecho también representará un cambio notable para el Museo de la
ciudad, desde donde han peleado vecinos y funcionarios para que los
descubrimientos sean reconocidos.Esto
significará sin dudas ocupar un lugar en el mapa de los más
importantes hallazgos de fósiles de la Argentina y de América del
Sur. Este hecho podría acarrear distintos beneficios para la
ciudad: ser un lugar de permanentes visitas de científicos de todo
el mundo, además de comenzar a trabajar en un proyecto de turismo
paleontológico y por ende hacer de Lamarque un polo de estudio de fósiles,
con el aporte permanente de paleontólogos e investigadores. (Dic.
Diario Rió Negro - Paleontología de Argentina Web Site).
Noticias Paleontológicas
Internacionales del año 2003.
Presentan
en China un Dinosaurio con cuatro alas.
Un
grupo de paleontólogos descubrió los restos de lo que creen es un
dinosaurio de cuatro alas que volaba sobre las demás fieras mucho
antes de la evolución de las aves de dos alas. El pequeño animal
llamado "Microraptor gui" -en honor del paleontólogo
chino Gu Zhiwei- medía unos 76 centímetros de largo y sus patas
estaban cubiertas de plumas similares a las de sus alas. Se calcula
que los fósiles tienen 128 millones de años de antigüedad. Otros
investigadores aclamaron el descubrimiento, pero afirmaron que los
restos fósiles no necesariamente significan que todas las criaturas
aladas comparten al Microraptor gui como ancestro común. "Es
un hallazgo fenomenal", dijo Luis Chiappe, paleontólogo del
Museo de Historia Natural del condado de Los Angeles. Chiappe no
participó en la excavación, pero ha visitado el sitio en la
provincia china de Liaoning, al noreste de Pekín. Liaoning ha
proporcionado varios especímenes importantes en los últimos años.
"No poseemos nada parecido a esto en todo el ámbito de
dinosaurios y aves", comentó Chiappe. Los científicos afirman
que los fósiles encontrados reavivan el debate entre dos teorías
de cómo evolucionaron los dinosaurios hasta convertirse en aves.
Una sostiene que aprendieron a aletear sus alas mientras planeaban,
mientras que la otra teoría sugiere que aprendieron a volar al
correr más rápido y despegar del suelo. El paleontólogo Xing Xu,
del Instituto de Paleontología y Paleoantropología de Vertebrados
en la Academia China de Ciencias, describió seis fósiles con
plumas en las patas, distribuidas en un patrón similar a las plumas
en las alas de las aves modernas. "Son largas y algunas tienen
venas asimétricas como las plumas para volar", dijo Xu. Las
patas emplumadas equivalen a alas traseras, dijo Xu. Especuló que
podrían haber existido en una etapa intermedia antes de la llegada
del Archaeopteryx, similar a los pájaros, cuyo vuelo era impulsado
por dos alas verdaderas. O las patas emplumadas pueden haber sido un
callejón sin salida de la evolución, afirmaron los investigadores.
Las patas probablemente no aleteaban como alas. Tenían una
orientación como las patas de los dinosaurios comunes y las aves
modernas, lo que significa que podían ajustarse verticalmente en
las cavidades de las caderas. Podría haber sido extremadamente difícil
que el animal las rotara 90 grados para ganar altura, y pueden haber
sido aerodinámicamente inestables, a menos que sólo se usaran para
planear, dijo Chiappe. "Y si ese fuese el caso, habría sido
una absoluta rareza; el caso más extraño en el mundo de los
dinosaurios y las aves", agregó.
Hallan
en Mongolia y China fósiles de primitivas Salamandras.
Un
equipo de científicos anunció el descubrimiento de especimenes de
salamandras de alrededor de 165 millones de años de antigüedad.
Los fósiles fueron encontrados en Mongolia y China y podrían ser
los ejemplares más antiguos hasta ahora encontrados. Hasta ahora,
el fósil de salamandra más antiguo registrado correspondía a la
Era Terciaria, que comenzó hace 65 millones de años.
"Encontramos cuerpos completos, impresiones de tejido suave
preservado, y contenidos del estómago", relató el profesor
Neil Shubin, director del departamento de Biología de Organismos y
Anatomía de la Universidad de Chicago. Los descubrimientos fueron
el resultado de un programa de excavaciones de la Universidad de
Chicago y la Universidad de Pekín. Los científicos
bautizaron al anfibio con el nombre de "Chunerpeton
Tianyiensis" y afirman que es similar a una especie que vive en
Asia y en Estados Unidos. Según el equipo de científicos, el
descubrimiento confirma la teoría de que las salamandras se
originaron en Asia. "Hace 200 millones de años, el mundo
estaba formado por un supercontinente, llamado Pangea. El continente
se separó en una parte llamada Laurasia, en el hemisferio norte, y
otra llamada Gondnawa, al sur", explica Shubin. Las salamandras
habrían evolucionado en Laurasia, que comprende a Norteamérica,
Europa y Asia del Norte. Por esta razón, afirma Shubin, "las
criaturas que encontramos en China son parientes de las salamandras
de Asia y Norteamérica".
Descubren
el esqueleto completo de un reptil marino en México.
Un equipo de
investigadores alemanes y mexicanos , dirigido por Eberhard Frey ,
ha encontrado el primer esqueleto completo del mayor reptil
conocido, Liopleurodon ferox. El hallazgo se produjo en Aramberri,
en el nordeste mexicano y fue dado a conocer en Octubre de 2002 en
la revista Der Spiegel. El animal medía 20 metros y pesaba unas 50
toneladas. Pertenece al grupo de los Plesiosaurios, reptiles carnívoros
marinos que vivieron en los océanos desde hace 208 millones de años
hasta su extinción hace 65 millones de años. El ejemplar
encontrado ha sido datado en 150 millones de años. Los huesos serán
transportados en barco hasta Alemania, donde se expondrá una vez
estudiado , restaurado y montado en el Museo de Historia Natural de
Karlsruhe. Liopleurodon ferox fue descrito por primera vez por el
paleontólogo francés HE Sauvage en 1873. Desde entonces se han
localizado restos incompletos de su esqueleto a lo largo y ancho de
todo el mundo. Poco se sabía hasta la fecha de sus hábitos de
vida, más que vivía en las profundidades. Sin embargo, el reciente
descubrimiento puede ser de vital importancia. Junto a los huesos
del llamado "Monstruo de Aramberri" se han hallado restos
de otros reptiles mesozoicos de menor tamaño pertenecientes al
grupo de los ichtiosaurios. Al parecer estos podrían haber servido
de alimento al feroz Liopleurodon. Sus dientes son tan robustos que
podría haber triturado granito.
Descubren
en China un nuevo Dinosaurio con cuernos.
Los
restos de dos dinosaurios con cuernos, uno adulto y otro joven,
ambos no más grandes que un perro, cuya existencia se ignoraba y
que acaban de ser descubiertos en China, aportarán información
precisa sobre la evolución de esta especie hace 130 millones de años.
El hallazgo fue realizado en la formación geológica de Yixian, en
el nordeste de China, y recibió el nombre científico de
liaoceratops yanzigouensis. Los
restos fueron encontrados por un equipo chino norteamericano
dirigido por Xing Xu, de la academia china de Ciencias y se
trata de dos cráneos de aquellos animales que se caracterizaban por
tener cuernos, pico ganchudo, crestas en la cabeza y un sobrecuello
que prolonga el cráneo por encima de la nuca como las aves. Su
principal interés científico reside en que el liaoceratops parece
ser el decano de dos linajes de ceratops que llevaron al
psittacosaurius (dinosaurio loro primitivo, por el pico similar al
de los loros) y a los neoceratops, grupo que incluye las otras
formas de ceratópsicos. "Este
dinosaurio demuestra que algunos dinosaurios de enorme tamaño tenían
antepasados muy pequeños", sostuvo Peter Makovicky, del Field
Museum de Chicago.
Quieren
Clonar un Mamut a partir del hallazgo de varias células.
Durante
cientos de años una Tierra de estepas eternas vibró bajo los pasos
de estos gigantes de pelo largo y áspero. Con sus colmillos de tres
metros de largo, intimidaban a los posibles depredadores, con
excepción del hombre. De pronto, hace 10.000 años, desaparecieron.
Hoy el temblor de las pisadas puede llegar a sacudir las torres de
oficinas, ya que un grupo de científicos de Rusia y Japón
anunciaron el hallazgo de células en los restos de un mamut que son
aptas para clonar a este animal prehistórico, según informa la
agencia AFP. Piotr Lazarev, experto del Instituto de Ecología
Aplicada del Norte, informó que los restos del mamut (dos piernas
gigantescas) fueron encontrados por una expedición ruso-japonesa el
pasado verano boreal en el río Muksunuokha, una zona de congelación
perpetua en la república de Yacutia, en Siberia oriental. Parte de
los restos fueron investigados en el Centro de Virología y
Biotecnología de la ciudad de Novosibirsk. Allí se detectaron células
aptas para realizar una clonación. "El material que llegó es
único en muchos aspectos, no sólo porque contiene intacto el ADN
del mamut, sino porque las células se han preservado en perfecto
estado por 10.000 años", indicaron especialistas del
instituto. Los mamuts surgieron en Africa hace 3 o 4 millones de años.
Dos millones de años atrás migraron hacia Europa y Asia. Llegaron
a América del Norte hace 500 mil años, pasando por el estrecho de
Bering. Fuente de comida y abrigo, este animal fue importante para
los hombres. Se han encontrado numerosos refugios construidos con
sus huesos y esculturas realizadas en el marfil de sus colmillos.
Desde 1799 se encuentran, con cierta regularidad, ejemplares en
Siberia. En esta región, el suelo se congela a veces hasta los 400
metros de profundidad; de esta forma se conservan los cadáveres de
animales actuales y de mamíferos extinguidos al final de la
glaciación. Por el estado de conservación en que se encuentran, en
los últimos años se han multiplicado los intentos de hallar restos
de tejido del que se pueda extraer el ADN y así poder clonarlos.
Durante 1999, un equipo internacional de paleontólogos recuperó un
mamut momificado que vivió hace 23 mil años. El plan, que no pudo
concretarse, era implantar un embrión en una hembra de elefante asiática,
que llevaría adelante el embarazo. Hasta el descubrimiento en
Yakutia —realizado por científicos del Instituto de Ecología
Aplicada del Norte, el Centro Científico Internacional de Moscú y
el Centro Científico de la prefectura de Gifu, de Japón— no se
había encontrado material genético con el que trabajar. Lazarev
informó que hay planes de repetir los análisis en los restos del
mamífero y realizar una serie de nuevos tests para aclarar con
precisión las posibilidades de clonarlo. Sin embargo, los
especialistas del centro de virología ruso redujeron las
expectativas que generó el anuncio. "La clonación es un
proceso probabilístico y cuanto más viejo es el material genético,
más difícil es trabajar con él".
Descubren
un primitivo ancestro de los primates.
Con la extinción de los
dinosaurios a finales del mesozoico se produjo una gran
diversificación y crecimiento en número de individuos de los mamíferos.
Entre ellos estaban los primates y sus ancestros. Este nuevo estudio
publicado por la prestigiosa revista Science y referenciado por otra
como National Geographic se centra en concreto en un grupo
denominado plesiadapiformes, que vivió hace entre 65 hasta hace 55
millones de años. Según los autores, el hallazgo de un esqueleto
de uno de sus miembros permite asegurar que estos son primates y
ancestros indirectos de los homínidos, monos y lemures. El fósil
fue localizado en la localidad de Wyoming, Estados Unidos y tiene
una antiguedad de 56 millones de años. El primate desconocido hasta
ahora para la ciencia, ha sido bautizado con el nombre de
Carpolestes simpsoni. El equipo que lo ha descubierto y estudiado
está liderado por Jonathan Bloch, paleontólogo de la Universidad
de Michigan y su colega Doug Boyer. Este magnífico fósil fue
conservado en un bloque de caliza y muestra detalles que rara vez
fosilizan, como son los pequeños huesos de los pies. En ellos se
observa un dedo opuesto dotado de una uña cuya utilidad sería la
de asir las ramas de los árboles, permitiéndole atrapar alimento
(probablemente frutos) en su antiguo hábitat. Según el científico
Eric Sargis, antropólogo de la Universidad de Yale y experto en mamíferos
antiguos, esta uña sería una ventaja anatómica frente a las
garras y facilitaría su vida en las ramas. Esta característica se
conservó a lo largo del tiempo hasta llegar a nuestra especie,
perimitiéndo al escritor coger el lápiz y al geólogo el martillo
y la libreta. La pequeña criatura, que pesa unos 100 gramos y mide
35 centímetros de la cabeza a la punta de su larga cola, se
asemejaría a la moderna zarigüeya australiana, un marsupial que no
está relacionado con los primates. Carpolestes , a diferencia de
los primates de la actualidad, tenía ojos que miraban a los lados,
para ayudarle a evitar los depredadores, y habría escalado en vez
de saltado de rama en rama, según Bloch.
Paleontólogos
Chilenos hallan un verdadero deposito de fósiles.
Estamos
rodeados de huesos. Trozos de vértebras, costillas, discos
intervertebrales y falanges; también de cráneos, mandíbulas y
dientes, todos entremezclados con la piedra. Son el testimonio de
una carnicería natural que tuvo lugar entre 12 y 7 millones de años
antes del presente, en la localidad de Bahia Inglesa, Chile. Durante
todo ese tiempo la voracidad de los depredadores, sumada a las
corrientes marinas y una condición geográfica que contribuyó al
depósito de sedimentos, dieron forma a lo que hoy constituye el
mayor depósito paleontológico de vertebrados que se ha descubierto
en Chile. Pablo Quilodrán, investigador asociado del Museo Nacional
de Historia Natural en el área de Paleontología, describe
extasiado todo lo que ve a su paso: "En otros sitios podemos
encontrar el esqueleto fósil de una ballena completa y no volver a
hallar otro hueso en kilómetros a la redonda. Pero acá uno pisa
huesos a cada rato, y entre ellos es muy posible encontrar piezas
diagnósticas (las que sirven para identificar una especie)".
Hace millones de años la zona bullía de una gran biodiversidad,
que aprovechaba un agua rica en nutrientes. Suficientes para atraer
peces, aves y mamíferos terrestres y marinos. Muy distinto era el
paisaje cuando aquí reinaba el Megalodón. Este monstruoso tiburón,
que alcanzaba hasta los 17 metros, es el principal sospechoso de ser
el autor material de tantas víctimas. Por su tamaño no omitía ni
a las ballenas.Removiendo el material, repentinamente aparece una pieza
brillante. Es un diente de una de las más de quince especies de
tiburón que frecuentaron esta zona. "Bahía Inglesa es
importante como un testimonio de la evolución de los seres vivos
porque aquí está conviviendo el abuelo con el nieto". Cuesta
creer que toda esta biodiversidad paleontológica que hemos
observado forma parte de toneladas de material destinado a molienda
dentro de los terrenos de una mina de fosforita. A principios de
este mes, el Consejo de Monumentos Nacionales definió un área de
protección de 159 hectáreas (el sector más rico del yacimiento),
que será excluida de toda actividad minera. Pero
aunque la molienda quede restringida, otro elemento preocupante es
la acción de los artesanos, que han transformado la extracción de
fósiles en una fuente de dinero, a pesar de que esto está
prohibido por ley. Lo peor es el tráfico a gran escala, para el que
no faltan los intermediarios. Al final de la cadena está un
coleccionista, normalmente extranjero, que adorna su centro de mesa
con un cráneo de delfín
Nueva
tecnología para registrar nuevos fósiles.
El programa es pionero
en las excavaciones de todo el mundo. Se ha desarrollado en virtud
de un convenio entre la Fundación Atapuerca y la empresa informática.
El equipo de investigadores que trabaja en los yacimientos de la
Sierra de Atapuerca dispone de un nuevo sistema informático móvil
y sin cables que les permitirá avanzar en sus trabajos de toma de
datos e investigación a pie de campo a un ritmo muy superior al
alcanzado hasta ahora mediante métodos manuales. El programa es
pionero en el mundo y ha sido desarrollado por IBM en virtud de un
convenio con la Fundación Atapuerca. Hasta ahora los arqueólogos
usaban un registro de datos manual que consistía en escribir sobre
un papel todos los datos de los restos que se encontraban. Este
trabajo duraba entre 5 y 10 minutos por cada resto. Además, también
escribían a mano sobre etiquetas en blanco las características de
cada una de las piezas encontradas que después se pegaban en una
bolsa contenedora para su posterior clasificación. Más tarde en el
laboratorio se procedía a la transcripción de todos los datos al
ordenador. Sin embargo, IBM proporciona a los investigadores un
sistema móvil e inalámbrico a través del cual pueden llevar a
cabo sus trabajos de recogida de datos con un ahorro de tiempo del
50% en los trabajos de campo y un 100% en la introducción de datos
en el laboratorio. Con la nueva aplicación, los arqueólogos tomarán
los datos de sus trabajos de las excavaciones en una agenda electrónica
que está conectada a través de técnicas inalámbricas a un
repetidor. A su vez el repetidor permite la conexión de las
tarjetas electrónicas con un ordenador portátil situado en radio
de 100 metros que hace la función de servidor. De esta manera, los
equipos de la excavación tendrán toda la información recogida en
el ordenador portátil y se podrá acceder a ella. Además, el
sistema de IBM incluye un sistema de impresión de etiquetas
mediante el cual los científicos pueden clasificar los restos
encontrados. En lugar de escribir las etiquetas a mano, los datos
recogidos en la agenda se envían a una impresora situada en el
propio yacimiento. La presidenta de IBM España y Portugal, Amparo
Moraleda, apuntó durante la firma del convenio con la Fundación
Atapuerca que el sistema informático desarrollado para los
yacimientos supone la fusión entre Prehistoria e innovación. «Este
proyecto pone de manifiesto el compromiso de IBM con el avance científico
y cultural. Hemos puesto nuestros medios técnicos para buscar el
origen del hombre». Por su parte, Francisco José Isasi,
copresidente de la Fundación Atapuerca, puso de manifiesto la
importancia de la cooperación de las empresas de nuevas tecnologías
con el desarrollo del proyecto de Atapuerca. Finalmente, el
codirector de las investigaciones Eudald Carbonell, subrayó que con
la introducción de las nuevas tecnologías se contribuye a
humanizar la excavación. La tecnología nos humaniza, ya que
colabora en el desarrollo del proceso de hominización». Tras
presentar el sistema informático en la Trinchera del Ferrocarril,
la presidenta de IBM, el copresidente de la Fundación Atapuerca y
el codirector de la s excavaciones comprobaron en el yacimiento de
Gran Dolina el funcionamiento de este sistema. El proyecto tecnológico
ha sido desarrollado en el Centro IBM de Innovación e-business en
Madrid, un centro de alta tecnología que reúne a expertos de
diferentes disciplinas para concebir, desarrollar e implantar
soluciones e-business de última generación. IBM ha colaborado
también en otros proyectos culturales como la informatización del
Archivo General de Indias de Sevilla, la reconstrucción de una réplica
digital en 3 dimensiones de la obra escultóricoa «Piedad
Florentina» de Miguel Ángel o en la creación de una biblioteca
digital de obras maestras del Museo Hermitage de San
Petersburg(Rusia). El interés de la colaboración de IBM con
Atapuerca está motivado por ser los únicos yacimientos de Europa
en los que es posible seguir la evolución de los modos de vida de
los primeros humanos que habitaron Europa hace cerca de un millón
de años, así como por su declaración por la Unesco como
Patrimonio de la Humanidad. Los trabajos en las excavaciones deparan
a diario nuevos descubrimientos. El yacimiento de la Gran Dolina,
como ya han reiterado en muchas ocasiones los codirectores de las
excavaciones, es muy rico en fauna. A la mandíbula de caballo
encontrada hace unos días en el nivel TD-8 (algo menos de 780.000 años),
se suma el hallazgo en el mismo nivel de un gamo primitivo.«Los
restos que nos está proporcionando el nivel TD-8 nos sirven para
poder conocer la evolución de estas especies, aunque tenemos pocos
materiales de 1, 2 millones de años y de 1,1 se hizo un sondeo en
TD-5 hace un tiempo y se obtuvieron algunas piezas, pero nos faltan
restos de hasta 400.000 años para conocer la evolución que
tuvieron los animales que vivieron en Atapuerca», apuntó Jan Vam
Der Made, experto en el estudio de la fauna e investigador del Museo
de Ciencias Naturales. En el nivel TD-10 también están apareciendo
muchos restos, aunque un poco fragmentados. Destaca el hallazgo de fósiles
pertenecientes a un ciervo, así como de un bóvido bastante grande.
En el nivel superior de la Sima del Elefante, unos 150.000 años de
antigüedad, se han encontrado unos dientes de oso en muy buen
estado y un metacarpiano de bóvido. Finalmente, en la Covacha de
los Zarpazos situada en el complejo Galería se ha encontrado
microfauna muy intesante en niveles que se creían estériles, así
como unos dientes de caballo.
Rescatan
numerosas huellas fósiles en Chile.
Hace
unos 210 millones de años, un grupo de dinosaurios pequeños —tan
altos como un tero de hoy— se acercaron a tomar agua de unos
charcos. Pasaban sus días en una planicie donde aún no estaba la
cordillera de los Andes, en el territorio de la actual provincia de
La Rioja. Y aunque en ese momento no existían ni los hombres, ni la
cámara fotográfica, ni la videofilmadora, la escena quedó
registrada. Quedó documentada en lajas que conservan más de 50
pisadas de dinosaurios. Fueron descubiertas en noviembre de 2001 por
tres investigadores argentinos, que pertenecen al Conicet, la
Universidad Nacional de La Pampa y el Museo Paleontológico Egidio
Feruglio (MEF) de Trelew. Encontraron las huellas más antiguas de
dinosaurios con patas similares a las de las aves que se conocen
hasta el momento. Los científicos publican su descripción del
descubrimiento en el número de esta semana de la revista británica
Nature. Con estas pisadas aportaron una evidencia para esclarecer el
vínculo familiar que hubo entre dinosaurios y aves. La mayoría de
los paleontólogos sostienen que las aves descendieron de los terópodos,
los dinosaurios carnívoros moradores del suelo. Las
huellas se convierten ahora en pruebas de un momento y, a la vez,
generan más dudas de las que ya se tenían. Tantas que la misma
revista especializada anuncia el hallazgo diciendo que "suscita
misteriosas preguntas". "Es un descubrimiento que
descoloca: abre una nueva discusión sobre cómo fueron las
relaciones entre dinosaurios y aves", afirmó la bióloga
Silvina de Valais, becaria del MEF, que con sus 28 años es la más
joven del trío formado con los investigadores del Conicet Jorge
Genise y Ricardo Melchor.Es que las formas de las pisadas indican que eran de
dinosaurios con patas parecidas a las de las aves, pero nunca antes
se habían encontrado algo así en el Período Triásico, dentro de
la Era Mesozoica, una época en la que los continentes estaban
agrupados en uno solo y en la que recién se empezaban a desarrollar
los reptiles como los dinosarios y los mamíferos. Los tres
investigadores fueron en noviembre pasado a la quebrada de Santo
Domingo, un lugar totalmente árido y despoblado que se encuentra al
noroeste de la provincia de La Rioja, a unos 20 kilómetros del límite
con Chile. "En un momento con una luz muy fuerte del Sol,
encontré unas lajas extrañas —contó Melchor—. Enseguida, pensé
que se trataban de rastros de dinosaurios y llamé a mis
colegas". Al día siguiente, el trío —que contó con la
ayuda del entomólogo Miguel Archangelsky y con el financiamiento de
la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica de la
Argentina— volvió con palas y empezó a excavar en el lugar. El
ambiente no era el mismo que el de la escena con los dinosaurios
pequeños. Doscientos millones de años atrás, era húmedo y cálido,
con charcos y arroyos con escurrimiento temporario (sólo llevan
agua en época de lluvias), según explicó Melchor, quien es geólogo
y vive en Santa Rosa, La Pampa. Tras
los distintos cambios climáticos que fueron dándose a lo largo de
tanta millonada de años, el ambiente terminó siendo muy ventoso y
con una aridez extrema. Las arenas y fangos se convirtieron en rocas
de color rojo ladrillo, que puede retirarse fácilmente en lajas.
Estados
Unidos devuelve al gobierno de China 14 toneladas de fósiles.
El Gobierno de
Estados Unidos ha devuelto esta semana a China nada menos que 14
toneladas de fósiles que habían salido ilegalmente del país asiático
y fueron interceptados por las aduanas norteamericanas en diversas
operaciones, informó hoy la agencia de noticias oficial Xinhua. Los
fósiles, enviados por barco en 93 contenedores, han sido entregados
esta misma semana al Museo de Ciencias Naturales de Pekín, que
ahora se enfrenta a una dura tarea de clasificación y datación de
estos restos prehistóricos. Fuentes de la Administración Nacional
sobre el Patrimonio Cultural han señalado que la pieza más valiosa
es un fósil de cinco metros perteneciente a un ictiosaurio, un gran
animal marino que vivió en la era Mesozoica, hace 225 millones de años.
También son destacables los múltiples ejemplares de crinoideos, un
raro equinodermo con tallo y cinco brazos móviles en su parte
superior, y un "dragón de Guizhou", un reptil que también
vivió en el Mesozoico Muchos de estos fósiles, entre los que también
hay mamíferos y peces, fueron hallados en la provincia china de
Guizhou, en el centro sur del país, una zona montañosa y pobre que
hace millones de años estaba cubierta por las aguas del océano.
Todos estos fósiles fueron decomisados por las autoridades
aduaneras de la ciudad estadounidense de San Diego, en el estado de
California, y según los responsables del museo pequinés tienen un
gran valor para la investigación paleontológica. El director del
Museo de Ciencias Naturales de Pekín, Ai Chunchu, señaló que con
los crinoideos devueltos por Estados Unidos se planea construir una
nueva sala de exposición de estos animales, que vivían a unos 300
metros en el fondo del mar, "plantados" en el suelo y con
una apariencia similar a la de una flor.
Un
mamífero placentario muy antiguo.
La cantera en la que se
descubrió el "dinosaurio emplumado" de Liaoning ha vuelto
a ser noticia. Un equipo internacional de científicos chinos y
americanos descubrieron el fósil en perfecto estado ya que, además
del esqueleto, conserva las impresiones de las partes blandas y
tejidos carbonizados. El animal ha sido bautizado con el nombre de
Eomaia scansoria (del griego "madre antigua" y el vocablo
latino "trepador") en la prestigiosa revista Nature y sus
descubridores lo han clasificado como la "madre de todos los
mamíferos placentarios". Eomaia vivió hace entre 125 y 128
millones de años, 15 millones de años antes que el mamífero
placentario más antiguo conocido hasta la fecha del que teníamos
noticias gracias a los dientes fósiles encontrados en Siberia. Según
los autores, este pequeño mamífero de aspecto similar a los
ratones actuales, convivió con los grandes saurópodos y los
temibles terópodos carnívoros del Cretácico , pesó entre 20 y 25
gramos y tenía un tamaño aproximado de unos 14 centímetros de
longitud Su hábitat estaba en las ramas bajas y arbustos de los
bosques. Su alimentación se basaba en insectos y probablemente
pudiera ser presa para algunos dinosaurios carnívoros, de los que
huiría trepando y echando a correr. La importancia de este
descubrimiento radica en que estos nuevos restos servirán para
aclarar la historia evolutiva de la mayoría de los mamíferos
actuales, desde los marsupiales a los humanos pasando por ballenas,
ciervos y cerdos. Los investigadores reconocen que ni el registro fósil
ni los datos recogidos en otras líneas de investigación como la
molecular, predecían esta temprana aparición del grupo. Además de
este hallazgo, el yacimiento ha proporcionado hasta le fecha una
gran diversidad de mamíferos cretácicos, entre los que se
encuentran Zhangheotherium y Jeholodens.
Encuentran
un gigantesco invertebrado de 325 millones de años.
Un fósil
de 325 millones de años de antigüedad que pertenece a un
nautiloide de casi tres metros de largo, el más largo del mundo
conocido hasta el momento, fue descubierto por casualidad por un
grupo de estudiantes de la University of Arkansas (EEUU). El fósil
fue encontrado a pocos metros de la ruta interestatal 540, una de
las de mayor tráfico de la localidad de Fayetteville, en Arkansas,
un lugar donde los fósiles de ammonoides, del tamaño de una
moneda, son bastante abundantes. Los estudiantes de paleontología
Sarah Kee y Kevin Morgan comenzaron a buscar fósiles cuando, luego
de cavar durante un tiempo, hallaron el fósil del nautiloide. En
cuanto comprobaron que su tamaño era de más de un metro de largo
Kee y Morgan pidieron ayuda a su compañero Jonathan Gillip para
continuar la excavación. Después de trabajar toda la tarde, el
ejemplar parecía tan grande que finalmente decidieron llamar a su
profesor de biología, Walter Manger. El otro fósil de nautiloide
casi tan grande como el hallado por estos estudiantes, que también
y fue encontrado Fayetteville en 1963, mide poco más de un metro y
medio. Estos animales, de la especie extinguida rayonnoceras
solidiforme, vivían en el océano poco profundo que cubría el sur
de los Estados Unidos hace más de 300 millones de años. El
nautiloide era un cefalópodo emparentado con los actuales calamares
y sepias, y solía crecer hasta un metro de longitud. Sin embargo,
el espécimen descubierto por Kee, Morgan y Gillip es mucho mayor.
"Es lo que se llama un gigante patológico. Como los calamares
de nuestros días, es probable que se aparearan y depositaran sus
huevos en un plazo de unos tres o cuatro años, muriendo poco después",
explicaron los estudiantes en una conferencia de prensa, reproducida
en la página de Internet de la universidad. "Pero algunos de
ellos -continuaron- se volvieron estériles debido a la acción de
parásitos, y al no poder reproducirse, vivieron durante décadas,
desviando su energía hacia el crecimiento de su cuerpo". El fósil,
que fue llevado al museo de la University of Arkansas, se encuentra
especialmente bien conservado, y todo indica que está casi
completo, algo muy poco usual.
Rescatan
en Brasil restos fósiles de un reptil volador.
Hace 110
millones de años, en Brasil —al nordeste de Brasilia más
exactamente—, vivió una especie de reptil volador, que hasta
ahora era desconocida para los científicos. Tenía una cresta ósea
de más de 60 centímetros, unas alas de 4,5 metros y se alimentaba
atrapando peces con su pico largo y puntiagudo. Esta especie se
describe por primera vez en el número de hoy de la revista Science.
La descubrieron Alexander W.A. Kellner, de la Universidad de Río de
Janeiro, y Diógenes de Almeida Campos, del Museo Ciencias de la
Tierra, de Brasil. Ellos dieron con los restos fósiles de una
especie de reptil volador al que llamaron Thalassodromeus sethi: la
primera palabra significa "corredor del mar" y la segunda
alude al dios Seth del antiguo Egipto. El primer nombre es muy
significativo. El animal —un tipo de ptesaurio— vivió hace unos
110 millones de años, y pasaba su vida volando, gracias a sus alas
de unos 4,5 metros de longitud. Pero también se sumergía y buceaba
a velocidades de hasta 40 kilómetros por hora para atrapar peces. Esta
especie vivió cuando los reptiles
tuvieron su apogeo en la era Mesozoica. Convivió con los
dinosaurios, que dominaron el planeta por más de 240 millones de años,
junto a los reptiles marinos.El primer hallazgo de pterosaurios en el mundo data del año
1784, en la localidad de Baviera, Alemania. Fue Cosimo Alessandro
Collini quién investigó el fósil. Los pterosaurios de mayor tamaño
fueron encontrados en el continente americano en la década de 1870.
Esta investigación esta fuertemente ligada a Edward Drinker Cope,
(1840-1897) y Othniel Charles Marsh (1831-1899), precursores de la
exploración del oeste norteamericano y grandes rivales entre sí.
Otros restos fueron hallados en la Formación Santana en Brasil y en
Cerro en Chile. Ahora, se agregó una especie de pterosaurio más.
Era un reptil que volaba por medio de largas alas cubiertas con
piel. Se cree que el animal vivía en las orillas de una antigua
laguna, llamada Araripe, ubicada cerca del océano. Los
investigadores que hallaron al Thalassodromeus sethi afirmaron que
el cráneo de 1,2 metros de largo tenía en su parte superior una
cresta ósea que se alzaba 78,7 centímetros desde la parte superior
de su cabeza. Esta cresta podría haber funcionado como timón
mientras el enorme animal volaba. La
cresta está marcada por surcos en los que pasaban vasos sanguíneos,
sugiriendo que el nudo superior también ayudaba a conservar fresco
al animal. Los vasos habrían estado cerca de la superficie de la
piel y eso permitía que el calor del cuerpo saliera fácilmente
hacia la atmósfera.
Descubren
un terrible Dinosaurio canibal en la isla de Madagascar.
Nuevas
evidencias fósiles sugieren que un primo distante del tiranosaurio
rex que habitaba en las planicies de Madagascar hace millones de años
practicaba el canibalismo para sobrevivir en épocas difíciles. El
descubrimiento es la evidencia más firme hasta ahora de que algunos
dinosaurios carnívoros eran caníbales. Los expertos dicen que el
hallazgo arroja luz sobre las dificultades que los depredadores
enfrentaban hacia el fin del período cretáceo, cuando los
dinosaurios desaparecieron, quizá por el impacto de asteroides,
cambios climáticos o enfermedades. "Esta es la primera
evidencia firme y convincente de canibalismo entre los dinosaurios
terópodos", dijo Thomas Holtz, paleontólogo en la Universidad
de Maryland, que no participó en el estudio. Los científicos que
trabajan en Madagascar descubrieron evidencias de canibalismo en los
huesos fosilizados del majungatholus atopus, una bestia dentuda del
tamaño de un pequeño autobús que era el cazador más temible hace
70 millones de años en la isla del sudeste del Africa. La
investigación, que se publica en la revista Nature, señala que el
majungatholus atopus es pariente lejano del tiranosaurio rex, otro
dinosaurio cazador temible que también se alimentaba de carroña y
que pudo haberse comido a otros tiranosaurios muertos en lucha,
aunque la evidencia no es concluyente. Hacia el final del cretáceo,
Madagascar era semiárida y estaba sujeta a severos cambios climáticos
que modificaron radicalmente los recursos disponibles. Las
evidencias fósiles revelan que los dinosaurios y otras criaturas
murieron masivamente. Cuando escasearon los alimentos y el agua, los
científicos suponen que el majungatholus se alimentaba de los
restos de otros dinosaurios como los titanosaurios —gigantescos
herbívoros de cuello largo— y aun de los restos de sus propios
muertos. "Creemos que el majungatholus explotaba todos los
recursos disponibles en momentos duros, aun comiéndose a otros de
su especie", dijo Raymond Rogers, geólogo del Macalester
College en St. Paul, Minnesota, y autor principal del estudio. El
canibalismo no es raro en el reino animal actual y más de una
docena de especies lo practican por una serie de motivos ecológicos
y evolutivos, dicen los científicos. Por ejemplo, un león a veces
devora los cachorros de una leona para poder procrear y mantener su
superioridad
Hallan
huellas de Dinosaurios en Perú.
Lima. Un
grupo de paleontólogos británicos ha determinado que las huellas
de dinosaurio encontradas el año pasado en el sur de Perú son las
más antiguas de toda Sudamérica, explicó el arqueólogo peruano
Pablo de la Vera. Según los estudios de la Universidad de Bristol
(Reino Unido), y de arqueólogos peruanos, las huellas corresponden
a una especie que vivió hace 150 millones de años, 50 millones
antes que los restos hallados en el norte de la Argentina, y en
Chile y Bolivia. La antigüedad de las huellas se determinó por la
formación geológica de la zona donde se hallaron y porque en la
pisada quedan reflejados cuatro dedos, y no tres como en dinosaurios
más recientes. Las pisadas corresponden a una especie que pertenece
a la familia de los terópodos, dinosaurios carnívoros de dos
patas, que vivió entre el período Jurásico y el Cretácico.
Asimismo, los primeros estudios indican que puede tratarse de una
variedad muy cercana al tiranosaurio rex, el mayor dinosaurio carnívoro
que existió en la Tierra. En
total se hallaron 68 pisadas de entre 50 y 90 centímetros cada una,
con tres dedos unidos por una membrana y otro separado y más pequeño.
Los rastros revelan que los animales tenían una altura de 2,45
metros y una longitud entre la cabeza y la cola de hasta 15 metros.
Un
Glaciar de 600 millones de años en Uruguay.
En un
pasado muy lejano, las playas de Piriápolis, en Uruguay, estuvieron
cubiertas por glaciares, revelaron estudios geológicos realizados
por investigadores de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales
(FCEyN) de la UBA, que aportan una evidencia más de los cambios
climáticos que sufrió el planeta a lo largo de su historia. Los
estudios de las rocas que forman parte de la costa uruguaya en Piriápolis
permitieron determinar que esa zona, hace unos 600 millones de años,
estuvo cubierta por hielos. "Las rocas presentan ciertos rasgos
que indican que el ambiente en que se formaron estaba asociado a una
glaciación o, por lo menos, a una época muy fría", explica
el geólogo Pablo Pazos, docente e investigador de la mencionada
facultad. Se trata de rocas muy antiguas, cuya edad se remonta al
precámbrico tardío y al cámbrico temprano, época en que los
organismos pluricelulares comenzaron a diversificarse. Un glaciar es
una masa de hielo que se origina sobre la superficie por acumulación
y compactación de la nieve. Esas masas heladas, al moverse,
acumulan, transportan y depositan sedimentos. Así, fueron
esculpiendo la superficie terrestre y dejaron sus huellas en
diferentes lugares, como los lagos de la Patagonia. Hoy los
glaciares cubren casi el 10% del planeta. Pero hace 15 mil años
eran tres veces más extensos y superaban los 1000 metros de
espesor. En un pasado aún más lejano, las rocas de más de 600
millones de años revelan episodios glaciares de mucha mayor
intensidad, que llegaron a cubrir casi toda la superficie del
planeta. Y esas huellas se han encontrado en lugares muy distantes.
Actualmente, los científicos saben que las áreas que contienen
rasgos glaciares muy antiguos estuvieron juntas en un
supercontinente. "En el precámbrico hay dos episodios
glaciares registrados: el Sturtian, que tiene un poco más de 700
millones de años, y Varanger, que se ubica hace unos 600 millones
de años", indicó Pazos. Hay registros de este último en
Paraguay y Brasil. Si bien en el Río de la Plata nunca se habían
hallado depósitos glaciares, la presencia de huellas de esta
glaciación en Africa, que estaba unida a esta región, indica que
aquí también era factible encontrarlas. Y así fue como Pazos se
dirigió a Piriápolis con la esperanza de dar con algún indicio.
Esta ciudad costera presenta afloramientos rocosos que invitaban a
ser estudiados. "En un día de campaña en que había marea
baja y sudestada, el viento movió la arena y dejó a la vista un
buen indicador de frío estacional, una roca encastrada en
otra", relata Pazos. Cuando una piedra cae sobre el hielo de un
lago, ella queda durante el invierno sobre la superficie. Pero con
el deshielo, la piedra cae de golpe y rompe la estructura de los
sedimentos. Pasados miles de años, esos sedimentos se convierten en
una roca que alberga, en su interior, una piedra de características
diferentes. Esto es un indicador de que esa roca se incrustó allí
en una época glaciar. "La piedra, que tiene unos 40 centímetros
de diámetro, está inmersa en un sedimento arcilloso, que puede ser
también arena fina", señala Pazos, y destaca: "No se
puede explicar por qué allí hay arena y, luego, un bloque de otra
roca. La única explicación es que la piedra haya ingresado desde
afuera". Además, el bloque posee numerosas estrías, que
sugieren que fue arrastrado por el hielo. "Ese fue el puntapié
inicial para pensar que podía vincularse a un evento climático."
El análisis de los sedimentos fue complementado con datos paleomagnéticos
obtenidos por la geóloga Leda Sánchez-Bettucci, de la Universidad
de la República, del Uruguay. Según esta especialista, los
sedimentos de Piriápolis no estaban cerca del polo. Uno se imagina
que los glaciares están a cientos de metros de altura o en los
casquetes polares. Eso es válido para los últimos 500 millones de
años. Pero en etapas más antiguas, las glaciaciones fueron tan
importantes que se extendieron hasta los 12 grados de latitud.
Existe una teoría, que se conoce como "efecto bola de
nieve", que explica por qué la Tierra llegó a cubrirse de
hielo en tu totalidad. "Las grandes extensiones heladas
reflejan la radiación solar y no permiten que entre el calor. De
este modo se produce un aumento de las áreas congeladas. La masa de
hielo acelera su propio crecimiento", señaló el doctor Víctor
Ramos, profesor en la FCEyN. Si bien cuesta imaginar que las playas
de Piriápolis alguna vez hayan estado cubiertas de hielo, según
Ramos, "el hecho muestra que el clima del planeta ha ido
variando continuamente. Y sigue cambiando, con diferentes
velocidades y pausas". "Este hallazgo es el primero acerca
de una glaciación en esa zona de Uruguay, y por ello es mucho más
relevante", concluyó Ramos..
Buscan
en Cuba evidencias del meteorito que mato a los dinosaurios.
Hace 65
millones de años se registró lo que muchos consideran la mayor
hecatombe del planeta, cuando un meteorito de diez kilómetros de diámetro
chocó con la Tierra a poca distancia de lo que actualmente es Cuba.
Ahora, un grupo investigador cubano-japonés, al que podrían
sumarse científicos españoles, estudia las huellas del impacto en
la isla. "Estas rocas, extraídas en (la provincia occidental
de) Pinar del Río provienen de lo que ahora es México", dijo
a Associated Press Manuel Iturralde, investigador del Museo de
Historia Natural de La Habana. "Su material salió parcialmente
de Yucatán y del fondo del mar. Es algo único por su característica
y su espesor". Iturralde, que es doctor en geología, encabeza
desde 1997 un trabajo investigador que comparte con el astrónomo
japonés Takafumi Matsui, de la Universidad de Tokio. El científico
cubano había leído trabajos sobre la teoría del meteorito caído
en Chucxulub, en lo que es hoy la península mexicana de Yucatán,
que provocó grandes cambios climáticos en el planeta, entre ellos
el exterminio de los dinosaurios al liquidar la flora silvestre que
los alimentaba. "Nosotros empezamos (las investigaciones) por
curiosidad", explicó el experto. Sin embargo, agregó, para un
trabajo grande "se requería financiamiento". "De ahí
surge un proyecto que ha durado hasta ahora y que ha estudiado estas
rocas con un gran nivel de detalle, así como las localidades que
tenían indicios de este impacto", dijo Iturralde. Entre los
hallazgos más notables figuran rocas con dos metros de espesor
"con todas las cualidades generadas por el impacto", agregó.
En el Museo de Historia Natural se expone una muestra de esas
piedras: cortadas transversalmente se ven diferentes capas que
Iturralde muestra con orgullo. La primera de estas franjas, dice el
experto, ha sido corroída por fuertes corriente marinas y hacia
arriba los depósitos coinciden con el impacto del meteorito. Luego
se ve la capa depositada por un "tsunami", una ola
gigantesca que alcanza cientos de metros. Posteriormente se exhibe
una franja color amarillo-dorado: es el iridio, un elemento de baja
concentración en la tierra, pero sumamente alta en los materiales
extraterrestres. "Es polvo de meteorito" compactado en la
roca, dijo Iturralde, y explicó que la enorme roca que chocó con
la Tierra se desintegró en un monstruoso estallido. También hay
partes de cuarzo laminado y otros vestigios de la gigante explosión
y las subsiguientes reacciones: el sismo, la ola gigante, el
derrumbe de las laderas. "En la Sierra de Rosario nos
encontramos con un corte de roca de 900 metros de espesor, es decir
que es absolutamente único, formada a consecuencia del impacto.
Estamos hablando de millones de toneladas de rocas acumuladas en sólo
tres o cuatro horas", indicó el geólogo. Estos
acontecimientos provocaron la muerte de cientos de especies sobre la
faz de la tierra y una crisis ecológica mundial. Más allá del
estudio de las rocas, el proyecto entró ahora en una nueva etapa en
la cual trabajarán científicos españoles, dijo por su parte
Reinaldo Rojas, paleontólogo del museo. "Se van a estudiar las
conchas y los pequeños animalitos, quizá microscópicos, que
quedaron guardados en las rocas hasta hoy", señaló Rojas.
Para Rojas, las piedras, más que fotografías del pasado son libros
a la espera de ser interpretados por los científicos y los
curiosos. "Hay un registro de sus huellas y estudiamos las
especies y reconstruimos las relaciones que tenían", destacó
el investigador. Los colaboradores españoles serán especialistas
de la Universidad de Zaragoza. Satisfechos con su trabajo, los
expertos esperan tener más conclusiones para el año entrante.
"La geología indaga en el presente para entender el pasado y
poder pronosticar el futuro... Si no invirtiéramos en investigar lo
que pasó, no podríamos controlar lo que vendrá", dijo
Iturralde.
Hallan
restos fósiles de Gliptodonte en Cusco.
El
fósil de un enorme mamífero extinto de 1,5 millones de años, fue
descubierto en el pueblo de Acocunca, distrito de Alto Pichigua,
provincia de Espinar, en Cusco (Peru). Según la especialista
Arminda Jibaja, el hallazgo pertenece a una especie llamada
Gliptodonte. Estos animales típicos del Pleistoceno sudamericano
comenzaron su evolucion durante el Eoceno, es decir, unos 40
millones de años antes del presente, a partir de pequeñas
criaturas. Se diversificaron en numerosas formas y tamaños (mas de
35 especies). A simple vista recuerda a los armadillos, de los
cuales poseen cierta parentela. Entre todos ellos de destaca el
Genero Doedicurus, con 3,5 metros de algo y mas de una tonelada de
peso en vida.
Una
comitiva del Instituto nacional de Cultura (INC) del Cusco llego al
lugar del descubrimiento a solicitud de las autoridades locales. Sin
embargo, la desidia en cuanto a la protección del hallazgo, espreocupante por la carencia de fondos económicos. Los
funcionarios del INC-Cusco alegan no contar con recursos ni
especialistas (paleontólogos) para tratar el descubrimiento.
Un
nuevo Sauropodo fue descubierto en Sudáfrica.
Su
nombre
es Antetonitrus, que significa "antes del trueno". Y es
una especie de dinosaurio herbívoro (Saurópodo) que vivió hace
unos 210 millones de años, lo que significa que sería uno de los más
antiguos en su género. Pero cabe aclarar que hay restos de
dinosaurios que superan en varios millones de años al Antetonitrus,
como los hallados en el Valle de Ischigualasto y Talampaya
(Argentina).Los restos fósiles de
este herbívoro gigante encontrado en Ladybrand, Sudáfrica, acaban
de ser formalmente identificados por un grupo de paleontólogos. De
la investigación se desprende que sus dimensiones eran enormes: medía
unos 10 metros de largo y pesaba alrededor de 1,8 tonelada.El
fósil, en realidad, había sido desenterrado por el profesor James
Kitching en 1981, pero nunca fue estudiado científicamente. Hasta
2001 permaneció olvidado en un armario de la Universidad de
Witwatersrand, en Johannesburgo. En 2001, el paleontólogo australiano Adam Yates se encontró
con el ejemplar y se dio cuenta de que estaba frente a un gran
descubrimiento. Los exámenes científicos corroboraron su intuición:
era una especie de dinosaurio desconocido hasta ahora. El
descubrimiento del Antetonitrus es sumamente alentador. "Este fósil
podría enseñarnos cómo eran los primeros ejemplares, cosa de la
cual no sabíamos nada hasta ahora", explica el científico. El
Antetonitrus era totalmente herbívoro, se desplazaba en cuatro
patas de igual longitud y tenía pies cortos pero anchos, armados de
una garra en el dedo gordo, probablemente utilizada para defenderse
de sus predadores, pese a que era mucho más grande que ellos, estimó
Yates.
Hallan
un Dinosaurio Carnívoro en la India.
No
es mucho lo que se sabe de los dinosaurios que millones de años atrás
habitaron las tierras que actualmente conforman la India.Esto se debe a que buena parte de las formaciones geológicas
donde descansan los restos de estas extintas criaturas resultan
inaccesibles para el trabajo de los paleontólogos.Lo exiguo del registro fósil indio subraya la relevancia del
hallazgo hecho público ayer por el prestigioso paleontólogo
norteamericano Paul Sereno, de la Universidad de Chicago. En una
conferencia de prensa realizada en Mumbai, India, Sereno anunció el
descubrimiento del primer cráneo de dinosaurio que se ha podido
reconstruir en ese país.El cráneo y otros fragmentos de su osamenta descubiertos
cerca del río Narmada, en el oeste de la India, corresponden a un
nuevo e imponente dinosaurio carnívoro de aproximadamente nueve
metros de largo, que los paleontólogos bautizaron Rajasaurus
narmadensis. Este animal, que vivió hace 65 millones de años,
presentaba una extraña cresta: "Hay un hueso que sobresale de
la parte superior del cráneo; nos hace pensar que el Rajasaurus
habría tenido una especie de cuerno en la cabeza", dijo Jeff
Wilson, paleontólogo de la Universidad de Michigan, EE.UU., que
participó de la descripción del nuevo dinosaurio. Esa extraña
protuberancia, junto con otros caracteres que permiten ubicarlo
dentro de la familia de terópodos carnívoros llamada abelisaurios
, emparenta al Rajasaurus con varios dinosaurios de la Patagonia
Argentina ( Abelisaurus , Carnotaurus y Aucausaurus ), y uno de
Madagascar (el Majungatholus ), que comparten un todavía no
explicado gusto por la ornamentación de sus cráneos.La descripción del Rajasaurus, financiada por la National
Geographic Society, y de la que participaron los paleontólogos
indios Suresh Srivastava y Ashok Sahni, se publica en la edición de
agosto de la revista del Museo de Paleontología de la Universidad
de Michigan. Aunque
existen pocas evidencias fósiles al respecto, la presencia de los
abelisaurios en la India tiene su historia. "Ya en 1917 fueron
desenterrados restos de abelisaurios en el norte de ese país,
descriptos en 1933 por el paleontólogo alemán Frederich von Huene.
Por su parte, su colega indoamericano Sankar Chatterjee descubrió
nuevos restos de estos animales", dijo Fernando Novas, paleontólogo
del Laboratorio de Anatomía Comparada del Museo de Ciencias
Naturales Bernardino Rivadavia. Claro que ni von Huene ni Chatterjee
sabían que lo que habían tenido entre manos eran huesos de
abelisaurios. Sólo en 1985, el paleontólogo argentino José
Bonaparte y Novas acuñarían el nombre de esta familia de
dinosaurios."Los abelisaurios fueron carnívoros ampliamente
distribuidos en (el supercontinente llamado) Godwana y muy
diversificados hacia fines de la era de los dinosaurios",
explicó Novas. Investigaciones recientes realizadas por este
paleontólogo junto a su colega india Saswati Bandyopadhyay
confirmaron el parentesco entre varios dinosaurios indios descriptos
por Von Huenen en 1933 y sus parientes patagónicos.
Un
Pueblito se convierte en un Museo improvisado de la Era Primaria.
Monsagro, un pequeño
municipio de 240 habitantes, se ha convertido en un museo
improvisado de la Era Primaria tras descubrir que muchas de las
piedras que decoran las fachadas de los domicilios de Monsagro son fósiles
de anfibios de hace más de 460 millones de años. El alcalde,
Francisco García Martín, explicó a Europa Press que desde hace años
los habitantes del municipio buscaban en la Peña de Francia -zona
en la que está ubicado el pueblo- "piedras bonitas" para
decorar sus casas y fue hace unos 25 años cuando un entendido
aseguró que estos minerales eran fósiles de anfibios de la Era
Primaria. García Martín aseguró que en este momento se pretende
utilizar estos fósiles como recurso turístico, ya que tras un
exhaustivo análisis de un geólogo de la Junta de Castilla y León
se ha descubierto en que las fachadas existen fósiles de más de 12
tipos de animales acuáticos. "El objetivo es que mediante una
ayuda de la Dirección de Turismo podamos hacer un itinerario de los
fósiles", indicó el alcalde, quien destacó también la
aparición de unas eras romanas. Para llevar a cabo el proyecto se
prevé invertir 15.000 euros, de los que un 75 por ciento serán
aportados por la Junta de Castilla y León y el resto por el
Ayuntamiento. Francisco García Martín aseveró que según los
estudios del geólogo de la Junta estos restos revelan que la Peña
de Francia y Las Batuecas estaban bajo el mar hace más de 460
millones de años. "Cuando le contamos a la gente del pueblo
que estaba bajo el mar no se lo creen", aseguró el alcalde. De
este modo, se han encontrado fósiles de hasta cinco tipos distintos
en una fuente ubicada en la entrada de Monsagro, también se han
encontrado varios en las piedras que decoran la iglesia del pueblo y
el resto en las fachadas de las casas de la zona. En concreto se han
hallado fósiles de trilobites, graptolites, Cruziana y Dkolythos,
además de huellas de oleaje y pistas de gusanos.
Encuentran
una huella de gran tamaño en España.
Una huella de 74 centímetros
da una pista sobre el enorme tamaño del animal que dejó su marca
en el paraje de Costalomo. 140 millones de años después, en la
localidad de Salas de los Infantes, un grupo de científicos bautizó
al dinosaurio como 'Atila', por el «pavor» que pudo causar entre
el resto de animales. «Era temible, cualquier otro dinosaurio se
echaría a temblar», asegura Fidel Torcida, el director del Museo
Arqueológico de Salas, quien calcula que las patas de este terópodo
pudieron medir tres metros, lo que daría unos diez metros de
longitud y dos toneladas de peso. Torcida cree que puede ser la
huella más grande de un dinosaurio encontrada en España. La marca
de 'Atila' no es la única que ha dejado al aire la limpieza de
Costalomo. Unas 120 huellas, algunas «realmente interesantes», se
muestran ahora en este yacimiento de la Sierra de la Demanda. «Tienen
la curiosidad de que son huellas en relieve, no son huecas»,
explica el director del Museo de Salas, que participa en la campaña
de excavaciones. Se trata de marcas que sobresalen de la roca, en un
proceso de conservación que los miembros del equipo investigador
cree «único en el mundo», y que está en plena fase de estudio.
Desde luego, no se trata de la huella original, sino del antiguo
relleno, según apunta Fidel Torcida. Este año, las expectativas
del equipo investigador se han visto recompensadas con más restos
que, por su tamaño y forma, confirman que en el yacimiento existen
más ejemplares, entre ellos un espinosáurido y un ornitópodo, un
pequeño dinosaurio herbívoro. La campaña de este año en La
Revilla-Ahedo está a punto de culminar. En ella han trabajado unas
35 personas, entre ellas los miembros del Colectivo Arqueológico de
Salas y 28 estudiantes de universidades de Salamanca, el País
Vasco, Zaragoza y León, además de paleontólogos visitantes. Un
grupo diferente al de aficionados que comenzaron con las primeras
excavaciones.
Hallan
mas de 200 nidos con huevos de Dinosaurios en Coll de Nargó.
La mayor parte de los
elementos fósiles localizados pertenecen a dinosaurios del género
Megaloolithus, asociados al grupo taxonómico de los Titanosauros.
Entre los descubrimientos, también destacan 11 puntos más con
huesos y un rastro de huellas de unos 7 metros de longitud. En esta
campaña de prospecciones de verano han participado 35 personas,
entre geólogos, biólogos, profesores y alumnos universitarios y de
bachillerato. Tras los trabajos, tan sólo queda por inspeccionar un
tercio de la zona, que podría presentar una gran densidad de
nidadas, según cree el presidente de la Asociación de Amigos de
los Dinosaurios del Alt Urgell (ADAU), Josep Peralba. La ADAU tiene
previsto proponer a la Generalitat un conjunto de actuaciones para
la consolidación y conservación de las nidadas con tal de detener
el proceso de degradación, ya que muchas se encuentran deterioradas
debido a la meteorización y la erosión provocada por las aguas
superficiales. Los buenos resultados obtenidos se verán reflejados
en un artículo en la revista 'Paleovertebrata' y con la visita de
especialistas al yacimiento de Coll de Nargó las próximas
Navidades. Por otro lado, en la próxima Semana Santa se abrirá al
público la exposición permanente 'Límit-KT, los últimos días de
los dinosaurios'.
Describen
un Roedor Gigante en Venezuela.
Quienes
temen ser sorprendidos en la noche por un ratón común y silvestre,
de esos que pueden ser fácilmente ahuyentados a golpes de escoba,
palidecerían con sólo pensar en un roedor de tres metros de largo,
que pesaba más de 700 kilogramos."Tenía cosas de conejillo de Indias y cosas de
carpincho, pero era más grande, mucho más grande. Sus dientes crecían
constantemente para poder lidiar con una dieta de gramíneas que
implica un gran desgaste", dijo el paleontólogo Argentino
Marcelo Sánchez-Villagra, cuya descripción del Phoberomys
pattersoni, el roedor más grande conocido hasta ahora, aparece hoy
en la revista Science. Ocho millones de años atrás, este animal
habitó las pantanosas tierras del delta de un gigantesco río
apodado Paleo-Orinoco-Amazonas, que corría paralelo a la cordillera
de los Andes en el territorio que hoy ocupa Venezuela. Los restos
del Phoberomys fueron descubiertos en un pueblo ubicado 400 kilómetros
al oeste de Caracas."Era un animal semiacuático, lo que le permitía elegir
entre la tierra y el agua a la hora de esconderse de sus
predadores", dijo Sánchez-Villagra, que actualmente lleva
adelante sus estudios en la Universidad de Tübingen, Alemania. Es
que en aquellos años las tierras ribereñas eran un lugar
peligroso: Phoberomys debía evitar cruzarse en su camino con aves
corredoras de tres metros de alto o con cocodrilos de hasta 12
metros de largo. Así era la fauna de América del Sur hace ocho
millones de años: enorme. "Pero a diferencia de la Patagonia,
que posee excelentes yacimientos fósiles y una gran tradición
paleontológica, se conoce muy poco de quienes vivieron en el trópico,
que es donde debió encontrarse la mayor diversidad biológica y
donde seguramente se produjeron eventos clave en la evolución de la
fauna de América del Sur", dijo Sánchez-Villagra."Esto es lo que les da importancia a los hallazgos
realizados en Urumaco", dijo otro de los autores del estudio,
la doctora Inés Horovitz, también Argentina, profesora de la
Universidad de California en Los Angeles, Estados Unidos. ¿Por qué
los roedores llegaron a ser tan grandes como el Phoberomys?
"Por aquel entonces, América del Sur estaba aislada de otras
masas continentales, lo que llevó a sus mamíferos a desarrollar su
propia historia evolutiva. El Phoberomys llenó entonces un nicho
ecológico que estaba vacante." "Lo interesante es que en
la Argentina también vivieron roedores gigantescos en más o menos
la misma época en que vivió el animal que describe Marcelo en
Science", agregó por su parte la doctora Guiomar Vucetich,
investigadora principal del Conicet y profesora de la Facultad de
Ciencias Naturales y Museo de la Universidad Nacional de La Plata.Y aunque los restos fósiles de los primitivos roedores
argentinos son muy escasos como para poder asegurarlo, los expertos
sugieren que éstos podrían haber sido aún más grandes que su par
venezolano."Ya en 1926 se describió el Phoberomys insolita, cuyos
restos fueron hallados en las barrancas del río Paraná, a partir
de un molar superior con un diámetro de 47 milímetros", agregó
Vucetich. Si el diámetro del molar del Phoberomys venezolano era de
41 milímetros, sólo resta imaginar el tamaño de su primo
santafecino.
Rescatan
restos de Mamut en una pequeña población de México.
La
Universidad Autónoma Chapingo (UACh) confirmó el hallazgo de una
osamenta de mamut de cuando menos 11 mil años de antigüedad. El
descubrimiento se hizo en el poblado de Tocuila, gran cementerio de
Mamuts del ex lago de Texcoco. El Arqueólogo Luis Morett Alatorre,
director del Museo Nacional de Agricultura de la UACh, informó que
el descubrimiento fue hecho por habitantes de la comunidad cuando se
hacían excavaciones para la introducción de drenaje en una calle
de este pueblo, ubicado en la zona donde, sin éxito, se pretendió
construir la sede alterna del Aeropuerto Internacional de la Ciudad
de México. Morett Alatorre indicó que especialistas del
Laboratorio de Paleozoología del Instituto Nacional de Antropología
e Historia (INAH) y del Museo Nacional de Agricultura ya iniciaron
los trabajos de rescate para recuperar los restos de la osamenta,
excepto el cráneo, que fue destruido por la retroexcavadora que se
utilizaba en los trabajos de drenaje. El director del Museo
Nacional de Agricultura calcula que los huesos hallados tienen al
menos 11 mil años de antigüedad. ''Es un Mamutus columbi -precisó
Luis Morett-, la especie dominante en la cuenca de México hacia el
final del pleistoceno. Suponemos que se trata de un individuo macho,
un joven adulto, porque es un animal grande.'' Tocuila
se ha vuelto célebre porque alberga el más grande cementerio de
Mamuts de la cuenca de México; incluso, con apoyo de organismos,
pobladores e investigadores mexicanos que residen en Inglaterra, se
montó allí un Museo dedicado a esa especie de elefante fósil. Con
éste son 10 los hallazgos en Tocuila de restos de Mamut. El sitio
fue confluencia de los ríos Coscacuac y Chapingo hace miles de años
y atraía a los monumentales animales. El último descubrimiento fue
el de una manada de esos animales, los cuales se quedaron atrapados
en el canal de un río, cuyos restos son la máxima atracción del
Museo Paleontológico de Tocuila. ''Tocuila fue una zona pantanosa
con abundantes pastizales y mucha agua; era un lugar muy atractivo
para este tipo de fauna; atrás de ellos venían los cazadores y los
animales carroñeros". Después
de los estudios de laboratorio que se practiquen a los restos óseos
recién descubiertos se determinará si hubo ''actividad cultural''
en la muerte del mamut, toda vez que su cráneo y colmillos se
encontraron volteados, es decir, después de muerto, cazadores o algún
animal voltearon su cabeza para extraerle la masa cerebral.
Recuperan
numerosos restos fósilesen la ciudad Mexicana de Veracruz.
La
delegación estatal del Instituto Nacional de Antropología e
Historia (INAH) dio a conocer que fueron localizados más restos óseos
de animales prehistóricos a la orilla de la carretera Atoyac-Paso
del Macho, donde se construye un muro de contención y en cuyo sitio
fueron extraídos fósiles de un oso perezoso gigante, cuyo nombre
científico es Megatherium americanum. En la misma área se hallaron
un molar de mastodonte de la especie Cuverinius, así como placas de
corazas de armadillos gigantes y huesos de roedores con antigüedades
que se estiman de entre 12 y 14 mil años. Según las primeras
deducciones elaboradas por especialistas del INAH, donde destaca el
investigador Fernando Miranda, el yacimiento se localiza en una zona
formada por rocas calizas muy antiguas del periodo cretácico
superior, con una antigüedad cercana a 60 millones de años y el
cementerio de fauna prehistórica correspondería al pleistoceno. La
ubicación de este último es en la confluencia de dos fallas geológicas,
una de ellas sobre el curso del río Atoyac, se presume que el área
fue cubierta por un alud de material piroclástico (lodo a altas
temperaturas) causado por erupciones volcánicas de la zona del Pico
de Orizaba. En ese entonces, los aludes de lodo incandescente
cubrieron la mayor parte de la región central del estado de
Veracruz y llegaron prácticamente hasta la costa, lo que causó la
extinción y el desplazamiento de la fauna hacia la planicie
costera. Los especialistas estiman que el último flujo de lodo
ocurrió hace unos 100 mil años.El Centro INAH-Veracruz expresa que aún falta que se
desarrollen análisis de estratigrafía y paleozoología para
determinar con mayor exactitud las características del
paleoambiente y la transformación del clima en los pasados 15 mil años,
así como el hábitat de dichos especimenes. A decir de los
investigadores, el Megatherium americanum, conocido también como
oso perezoso gigante, fue uno de los animales de mayor tamaño de la
fauna del cuaternario que podía caminar sobre dos patas y medía
cuatro metros, pero erguido alcanzaba seis metros de altura y tenía
un peso aproximado a las cuatro toneladas. Ese animal se alimentaba
de brotes de plantas, raíces, no tenía dientes pero contaba con
molares muy potentes y garras fuertes que le permitían obtener
alimento, y el resto óseo hallado la semana pasada en Atoyac
representa el descubrimiento más completo de la especie en el país.
Hallan
un enorme Dinosaurio Sauropodo en Marruecos.
El
ministro marroquí de Energía y Minas, Mohamed Butaleb, anunció en
Rabat el descubrimiento de un cráneo de dinosaurio en la localidad
de Tazuda, a 530 kilómetros al sur de Rabat. Los primeros indicios
de la existencia del saurópodo (dinosaurio cuadrúpedo herbívoro),
bautizado como Tazoudasaurus naimi, se detectaron en 1998, aunque
los principales descubrimientos, como el de la mandíbula del
animal, tuvieron lugar durante el 2002. Desde entonces, un equipo de
paleontólogos y geólogos marroquíes, franceses y suizos ha sacado
a la luz más de 400 huesos de distintos animales, entre los que se
encuentran los del Tazoudasaurus naimi. Los restos de este
dinosaurio primitivo comprenden parte del cráneo, en particular una
de las mandíbulas que conserva 17 de los 20 dientes originales, vértebras
cervicales, y dorsales, diferentes huesos de los miembros y parte de
la cola. Según los científicos que lo descubrieron, estos restos,
hallados en diferentes capas continentales de un espesor de 300
metros, datan del Jurásico Inferior. El Tazoudasaurus, que
alcanzaba una longitud de nueve metros y cuya mandíbula medía 40
centímetros, es el ancestro más antiguo conocido de los
Braquiosaurios y Diplodocus que poblaron América del Norte durante
el Jurásico superior. Este parentesco se explica porque hace 180
millones de años el Océano Atlántico no existía y la zona del
Alto-Atlas marroquí, en la que se encuentra el yacimiento, estaba
unida a los actuales Estados Unidos, en concreto a Carolina del
Norte. Taquet explicó que tras comparar los restos con los 29 tipos
de saurópodos que se conocen, se demostró que el Tazoudasaurus está
muy emparentado con otro dinosaurio de la misma época, el
Vulcanodon, hallado en Zimbabwe.
Investigadores
Norteamericanos descubren un tumor cerebral en un Dinosaurio.
El
anuncio se divulgó en Indianapolis en el Museo de los Niños de
Indianapolis y en el Instituto de Investigación Geológica de Black
Hills. La prueba del tumor se descubrió en un fósil de 7,6 metros
de largo del depredador llamado Gorgosaurus, un carnívoro
relacionado estrechamente con el Tyrannosaurus rex, según el
anuncio. El fósil fue descubierto en 1997 en la Formación
"Two Medicine" en el Condado Teton, en el occidente de
Montana. Peter Larson, cofundador del Instituto Black Hills, dijo en
una entrevista que el tumor probablemente era canceroso, "pero
no podemos decirlo con seguridad. Sabemos que era un tumor que ponía
en riesgo la vida, y en caso de que el tumor no haya causado
directamente la muerte, al menos condujo a ella". El
investigador comentó que el descubrimiento es significativo porque
es el primer tumor cerebral hallado en cualquier tipo de fósil -
dinosaurios u otros -, y muestra que los problemas de tumores
cerebrales "han estado presentes básicamente desde
siempre". La masa en forma redonda tenía un diámetro como de
cinco centímetros y estaba alojada en un cerebro con la mitad del
volumen de un cerebro humano. El tumor abarcaba casi todo el proencéfalo,
la parte del cerebro que procesa funciones superiores, y estaba
ejerciendo presión contra el tallo cerebral.
Dicen
que los Mastodontes Norteamericanos eran agresivos.
El
mastodonte americano, un pariente de los elefantes, habitó una gran
parte de Norteamérica hasta su extinción hace apenas 10.000 años.
Comían básicamente plantas, y se les muestra habitualmente como
animales pacíficos. Sin embargo, podrían haber poseído un lado
agresivo. Para llegar a esta conclusión, un grupo de expertos
liderado por el paleontólogo Daniel Fisher, de la University of
Michigan, ha realizado una serie de estudios sobre los posibles daños
óseos presentes en los restos fósiles de grandes machos de esta
especie. Se han creado gráficos tridimensionales por ordenador que,
tras un profundo análisis, sugieren que algunos de estos animales
murieron por las heridas producidas por los colmillos de otros
machos. La principal evidencia de la existencia de combates mortales
consiste en la presencia de áreas de hueso del cráneo perforadas,
normalmente por un solo lado, detrás del ojo y bajo la región de
la mejilla. Para ocasionar una herida en este punto, un colmillo
debería penetrar y atravesar una gran cantidad de músculo,
causando una extraordinaria pérdida de sangre y daños en los músculos
que sirven para masticar. Los mismos esqueletos estudiados muestran
otros signos de violencia, como vértebras aplastadas, lo que
sugiere golpes paralizantes en el lomo. La estructura esquelética
de los mastodontes era incluso más fuerte que la de los elefantes
actuales, de manera que sus colmillos debían producir un gran daño.
Hay pruebas del uso de estos últimos para el ataque y la defensa,
ya que los ligamentos que mantenían a los colmillos en su sitio
eran muy grandes y resistentes, sirviendo también para amortiguar
los impactos. Los paleontólogos no tienen una idea clara de cómo
luchaban los mastodontes, ya que los colmillos están curvados en
forma de espiral y suelen encontrarse por separado de los cráneos.
Esto dificulta la visualización exacta de los movimientos
tridimensionales de los colmillos y cráneos de los oponentes
durante la lucha. Fisher usó modelos digitales, manipulados por
ordenador, para "evaluar" diversos estilos posibles de
lucha. Conocer el comportamiento de los mastodontes machos nos ayuda
a ensamblar una visión más amplia de la ecología de tales
animales. Los científicos aún debaten las causas de su extinción,
junto con la de los mammuts (otro pariente de los elefantes), y la
de muchos otros grandes mamíferos de finales de la Era Glacial. El
cambio climático, las enfermedades y la cacería por parte de los
hombres pudieron ser factores que intervinieron en su desaparición.
Ahora, las luchas entre los propios mastodontes deberán tenerse en
cuenta como factor influyente en su grado de mortalidad.
Los
Pterodactilos y la relación entre el vuelo y su cerebro.
Los
Pterosaurios, los primeros vertebrados voladores en la era de los
dinosaurios, podían ser tan grandes como un avión y volar con
facilidad debido a una capacidad especial de su cerebro, reveló un
estudio publicado en la revista "Nature". El estudio añade
que el cerebro de los reptiles voladores, llamados pterodáctilos y
que tenían un oído especializado, les ayudaba a volar y a ubicar
su presa. Según Lawrence Witmer, del Colegio de Medicina Osteopática
de la Universidad de Ohio, el hallazgo podría explicar la evolución
del cerebro y del sistema visual, no sólo de esos animales sino de
todos los seres vivos. En comparación con los reptiles modernos,
como los caimanes y los cocodrilos, los Pterodáctilos tenían un
complicado sistema neurológico que les permitió usar alas enormes.
Así surge del estudio de fósiles de Pterodáctilos que vivieron en
la Era Mesozoica, hace unos 150 millones de años, en lo que es hoy
Alemania. Esos fósiles son cráneos casi intactos del
Rhamphorhynchus, una especie cuyas alas extendidas medían más o
menos un metro, y el Anhanguera, más grande y de alas de unos 4
metros que vivió en Brasil, hace unos 115 millones de años. Sus cráneos
fueron sometidos a exámenes con escáneres, que produjeron gráficos
para reconstruir la cavidad craneana y los conductos del oído
interno. Esos gráficos fueron comparados con los de los cocodrilos
y pájaros. "Los pterodáctilos y los pájaros desarrollaron su
capacidad de vuelo de manera independiente, pero son muy cercanos de
los dinosaurios. Los cerebros de los pájaros modernos y los Pterodáctilos
tienen algunas similitudes, pero la diferencia más importante es la
del "flocculus", que es la porción que controla el vuelo
y es mucho más grande en estos últimos. Como una computadora, el
flocculus procesa la información del cuerpo, así como la posición
del cuello y la cabeza, y transmite los datos a los músculos que
mueven los ojos. Esto permite fijar la mirada en la presa
independientemente de cuáles sean los movimientos del cuerpo. El
estudio sugiere también que el mayor centro neurológico de los
reptiles voladores era necesario para procesar los datos que
transmitían sus alas, enormes superficies de piel y de fibras
musculares muy sensibles. "Las alas eran un órgano sensorial
extra y vincularon su funcionamiento con el cuello, la cabeza y los
ojos. El cuerpo cambiaba de posición pero los ojos no perdían de
vista la presa". Los análisis de la estructura del oído
interno tanto del Pterodáctilo brasileño como del alemán, revelan
que ambos volaban de manera diferente. El Rhamphorhynchus volaba con
la cabeza horizontalmente alineada al cuerpo, mientras que el
Anhanguera lo hacía con el pico apuntando hacia abajo, lo que
mejoraba su visión, dijeron los científicos.
Hallan
uno de los vertebrados mas antiguos del mundo.
El
fósil recuerda "un pequeño renacuajo parecido a un pez",
declaró Jim Gehling, paleontólogo de Museo Sudaustraliano en
Adelaide, al diario The Australian. El hallazgo es 30 millones de años
más viejo que el vertebrado fósil más antiguo conocido hasta
ahora, hallado en China. Se trata de "nuestro antepasado más
antiguo, como el embrión de todos los animales", destacó
Gehling. Los científicos australianos no hallaron en el fósil una
prueba directa de una columna vertebral, pero ésta puede deducirse
de la forma del animal, su musculatura oblicua y la forma de su
cabeza. El fósil fue hallado en piedra arenisca de la cordillera
Flinders, en el sur de Australia, y según Gehling, yació durante
cinco años en la veranda de un granjero antes de que los científicos
reconocieran su importancia.
Una
Roca espacial causo la "Gran Muerte".
Hace unos 250
millones de años, algo desconocido arrasó con la mayoría de la
vida en la Tierra. Fue mucho más devastador que el impacto que acabó
con el reino de los dinosaurios hace 65 millones de años. Nueva
evidencia geológica señala que la "gran muerte" fue
ocasionada por una roca espacial que se estrelló contra la Tierra.
Docenas de gránulos de minerales raros descubiertos en rocas
antiguas en la Antártida podrían ser "el cuerpo del
delito", según los científicos en Estados Unidos. Pequeñas
partículas de un meteorito condrito (rocoso) tienen todas las señales
de proceder del espacio. Asis Basu, un geoquímico de la Universidad
de Rochester en Nueva York, cree que los fragmentos datan de un período
entre el pérmico y el triásico, hace 251 millones de años, cuando
un 90% de la vida marina y el 70% de las especies terrestres
desaparecieron. Si este es el caso, sería la segunda vez que un
asteroide o cometa destruye la vida en la Tierra. "Nos parece
que las dos grandes extinciones en la historia de la Tierra...fueron
causadas por impactos de meteoritos condritos" escribieron en
una publicación científica Basu y sus cuatro colegas de otras
universidades estadounidenses. Esta es la más reciente prueba que
sustenta la teoría de que un cuerpo celeste se estrelló contra la
Tierra durante la época de la "gran muerte". En
2001, investigadores estadounidenses descubrieron pequeñas cápsulas
de gas cósmico atrapadas entre rocas del período pérmico-triásico.
Isótopos de helio y argón que se encuentran comúnmente en el
espacio fueron encontrados dentro de una jaula de átomos de
carbono. Estas extrañas moléculas en forma de esferas geodésicas
llamadas fullerenos supuestamente llegaron a la Tierra a través de
una roca estelar que impactó en el planeta. Sin embargo, no todos
los científicos están convencidos por la teoría de la extinción
causada por un meteorito. Muestras fósiles demuestran que algunas
especies, sobretodo terrestres, fueron capaces de sobrevivir a
cualquier cosa que haya sucedido. Cuatro de cinco tipos de pseudo
reptiles del pérmico-triásico llamados procolofonídeos lograron
sobrevivir hasta la época de los dinosaurios. No se ha podido
explicar cómo algunos vertebrados lograron escapar a la devastación.
Habrían descubierto una telarañas
de 300 millones de años.
Lo que parecen ser
restos de hilado de seda fueron encontrados en el fósil de un
antiguo arácnido. La criatura de 300 millones años, Aphantomartus
pustulatus, podría haber usado hebras de seda para atrapar a su
presa. Se trata de un Trigonotárbido, integrante del grupo de arácnidos
que colonizaron la tierra. Los Trigonotárbidos no son verdaderas
arañas pero se cree que tienen relación entre sí. Si realmente
pueden tejer telas - algo que algunos científicos ponen en duda -
podrían tener un parentesco más cercano a las arañas de lo que se
pensaba previamente. El hallazgo del fósil también sugiere que el
hilado de tela puede haber tenido una evolución independiente en líneas
de arácnidos, lo cual da pie para pensar que se podrían encontrar
en otros arácnidos extintos. "Todos sabemos que las arañas y
algunos insectos, tales como las mariposas, producen seda, pero
hasta donde yo se, el tejido de seda nunca ha sido probado en un
grupo fósil extinto", dijo Cary Easterday, un estudiante del
master en Ciencias Geológicas de la Universidad Estatal de Ohio. El
fósil, que fue encontrado en una mina de Ohio, está muy bien
preservado. Bajo el microscopio, pequeñas protuberancias conocidas
como microtubérculos, pueden verse a lo largo de las patas traseras
y sobre todo el cuerpo. Easterday admite que las pruebas sobre el
hilado de tela no son definitivas, agregando que pueden tratarse de
estructuras para la limpieza o vellos especializados que sirven de
mecanismo de defensa.
Hallan
el Fósil Masculino mas antiguo del mundo.
Este espécimen, cuya
impresión fue encontrada en una roca, es similar a algunas especies
modernas de crustáceos acuáticos. El animal vivió en el período
geológico en el que las algas aún dominaban el mar y los peces
recién empezaban a evolucionar. Un grupo de científicos de la
universidad británica de Leicester -que realizaron el hallazgo-
destacaron que la importancia del descubrimiento es que el fósil
presenta el pene más antiguo jamás conocido. Además, los
investigadores se asombraron por su similitud con sus parientes más
modernos. A pesar de su diminuto tamaño, las observaciones fueron
facilitadas por la fidelidad del fósil, que logró preservar las
formas tanto de las partes más fuertes -como su caparazón- como de
sus sectores más frágiles. Además del pene, se pudieron
identificar con claridad extremidades para nadar y alimentarse.
"Todo el animal es impresionante", dijo David Siveter, uno
de los investigadores de la Universidad de Leicester. El grupo de
científicos liderados por Siveter decidió denominar a este nuevo
ejemplar como Colymbosathon ecplecticos, que significa sorprendente
nadador con gran pene. (Dic. Fuente BBC Mundo).
El
Yacimiento Pleistoceno de "Rancho La Brea".
El «Rancho La Brea»
alberga el mejor y más completo yacimiento paleontológico del
mundo del final del Pleistoceno Sin esfuerzo aparente, John Harris
clava en el suelo un bastón de madera. Cuando lo suelta, el palo
queda de pie, casi en posición vertical. La punta ha penetrado en
el terreno, de color parduzco, algo más de un palmo. Harris me
desafía: «Ahora, sáquelo». Un rápido cálculo mental, de esos
que todo el mundo realiza de forma inconsciente cientos de veces al
día, para evaluar el mundo físico que nos rodea, determina cuál
es la fuerza que habrá que aplicar para extraer el bastón. Dicho y
hecho. Pero, asombrosamente, el palo no se mueve de su sitio. Algo más
fuerte, quizá. John Harris debe de haber visto la misma expresión
de asombro cientos de veces. Por eso sonríe, al tiempo que asegura
haber perdido allí «más de un par de zapatos». Si en lugar de un
bastón el paleontólogo hubiera decidido pisar ese terreno, los
zapatos son lo menos que hubiera podido perder. Los restos fósiles
de millares de criaturas que lo hicieron y quedaron atrapados para
siempre así lo demuestran. Estamos justo al borde de uno de los
ciento veinte yacimientos paleontológicos del «Rancho la Brea»,
pozos de hasta diez metros de profundidad, llenos de alquitrán
mezclado con tierra, que desde hace cuarenta mil años funcionan
como trampas mortales para toda criatura viviente que se le ocurra
poner un pie en ellos. John Harris es el conservador jefe de
paleontología del Page Museum, construido hace ya veinticinco años
«in situ», junto a los yacimientos, y el máximo responsable de
las campañas anuales de excavación, que desde 1930 han producido
ya la astronómica cantidad de tres millones y medio de fósiles. Un
pequeño lago preside la entrada principal del museo. De él surgen
espesas burbujas, como si el agua estuviera hirviendo. Falsa impresión.
Una fina capa de agua oculta, en realidad, el alquitrán que sigue
surgiendo del interior de la tierra y que es la responsable de las
burbujas de metano que afloran hasta la superficie. El fenómeno se
repite en muchos de los pozos, algunos de los cuales ni siquiera
ocultan bajo el agua su auténtica naturaleza. En una de las orillas
del lago principal, a modo de resumen de todo el lugar, se alza la
estatua medio sumergida de un Mamut, atrapado sin remedio en el
alquitrán. Junto a él, en actitud amenazadora, un tigre de dientes
de sable. Este último es el auténtico protagonista de los
yacimientos. La mayor parte de los restos que aparecen aquí
pertenecen, en efecto, a carnívoros, muchos de ellos miembros de
esta fascinante especie, que ha merecido recientemente un capítulo
completo dentro de la serie de documentales «Animales extinguidos»
que realiza National Geographic. «El tigre de dientes de sable se
ha convertido en el símbolo del Page Museum -afirma Harris-. De
hecho, tenemos varios miles de ejemplares completos». El científico
explica cómo los pozos de brea han cumplido la doble función de
atrapar primero y conservar después los especímenes que la Ciencia
desentierra ahora laboriosamente. «En los meses de verano -prosigue
Harris- la brea se vuelve más líquida, más pastosa. Cuando
llueve, los pozos parecen charcos, aparentemente cubiertos de agua.
Y cuando un animal se acercaba y los pisaba, quedaba
irremediablemente atrapado. Ya ha podido experimentar lo difícil
que resulta salir de ahí... Tenemos muchos mamuts, pero también
mastodontes, cebras, camellos, bisontes... e innumerables carnívoros».
Los animales atrapados constituían un cebo muy difícil de resistir
para lobos, leones prehistóricos y tigres de dientes de sable.
Cuando éstos atacaban a unas presas en apariencia fáciles, solían
a su vez quedar atrapados en los pozos. El ciclo lo completan los
animales carroñeros, que acudían también al festín y terminaban
igualmente prisioneros. El resultado es que el Rancho La Brea guarda
un «retrato fósil» completo de la baja California de hace 25.000
años. Se han recuperado restos de 650 especies diferentes, entre
carnívoros, herbívoros, reptiles, anfibios, aves, plantas,
insectos y microfósiles, gracias a los cuales es posible
reconstruir fielmente el clima, la vegetación y la fauna de aquella
época. Evidentemente, no hay restos humanos, ya que los yacimientos
nos hablan de un tiempo en que el continente americano estaba aún
sin poblar por nuestra propia especie. Sirva como excepción el
esqueleto de una mujer india, de unos 9.000 años de antigüedad,
aparecido en uno de los pozos. La única víctima humana conocida en
este lugar. Harris nos conduce ahora hasta el mismísimo borde del
«Pozo 91», el único que está actualmente en explotación. Se
trata de un yacimiento de unos cuatro metros de profundidad,
reforzado por vigas de hierro y madera, para prevenir derrumbes, y
dividido en cuadrículas de excavación de un metro cuadrado, lo que
facilita referenciar la posición exacta de cada fósil. Aquí también
afloran burbujas de metano, como en el lago de la entrada principal.
El metano es un subproducto que se forma cuando los restos de
plantas y animales se descomponen para formar petróleo crudo. A un
ritmo cercano a los 2.000 fósiles por temporada de excavación (que
se realiza cada año durante los meses de julio y agosto) sólo este
pozo ha dado ya a la Ciencia más de 250.000 restos aprovechables,
entre ellos la mayor parte de las plantas, insectos y pequeños mamíferos.
Este hecho se explica porque los primeros excavadores (el pozo se
abrió en 1915) sólo se fijaban en los animales grandes,
despreciando los más pequeños. Sólo las técnicas modernas han
aprendido a extraer información de pequeños insectos, polen y
semillas. La profundidad alcanzada corresponde a hace 28.000 años,
y la meticulosidad de los trabajos actuales da como resultado un «mapa»
completo de la zona en esa época, un retrato que abarca el
ecosistema completo. (Dic. Paleontología Hispana - ABC).
Descubren
numerosos restos fósiles de mamíferos en Etiopia.
En efecto, un equipo
internacional de científicos dirigido por el paleontólogo
norteamericano John Kappelman (Universidad de Texas en Austin) logró
obtener indicaciones inesperadas sobre lo que ocurrió en esa parte
del mundo hace entre 24 y 32 millones de años, antes que de que la
ruptura de esta inmensa placa rodeada de océanos y mares abriera la
profunda grieta que, una vez invadida por las aguas, se convertiría
en el mar Rojo. Los científicos realizaron excavaciones -que continúan-
en los sedimentos volcánicos de más de 70 sitios diseminados entre
tierra agrícolas a través de la región de Chilga, en las mesetas
del noroeste de Etiopía. Las excavaciones permitieron encontrar fósiles
"que remontan a los 'años perdidos' de Africa-Arabia",
indica Kappelman, explicando que "lo que ocurrió exactamente
con los mamíferos durante ese periodo de 8 millones de años ha
sido durante mucho tiempo un misterio para la ciencia". La
fauna de Africa-Arabia -explican los paleontólogos- presentaba una
mezcla sorprendente de mamíferos fósiles descubiertos que pueden
relacionarse con ciertas especies africanas de hoy, mientras que
otros representaban los últimos supervivientes de especies que
hasta ahora se consideraban extinguidas mucho antes. Por ejemplo,
Kappelman y sus colegas tuvieron la sorpresa de encontrar varias
especies de proboscídeos (elefantes) primitivos, entre los cuales
el paleomastodonte (animal de tamaño pequeño, trompa incipiente y
pequeños colmillos), junto con el Gomphotherium, ya un elefante
propiamente dicho y cuyo linaje continúa en las especies actuales.
Pero un día, hace unos 24 millones de años, las tierras de
Africa-Arabia empezaron a entrar en contacto con Europa y Asia y los
elefantes primitivos, confrontados a la competencia de las especies
recién llegadas, se extinguieron, mientras que los antepasados de
los elefantes actuales lograron hacer frente a las nuevas
condiciones y colonizar otras regiones del mundo. "Encontrar
yacimientos que contienen fósiles más próximos de ese
acontecimiento crucial sigue siendo necesario empero para evaluar
totalmente las hipótesis de competencia", reconoce Kappelman.
Artículo
completo en Nature. (Dic. Paleontología Hispana - Nature).
Encontraron
en China el Mamífero Metaterio más antiguo del mundo.
El 12 de diciembre de
2003 ha sido publicado en la prestigiosa revista Science un nuevo
mamífero, Sinodelphys szalayi Luo, Ji, Wible & Yuan 2003,
procedente de la Formación Yixian en la provincia de Liaoning
(China). La Formación Yixian es muy conocida en los últimos años
por haberse descubierto en ella diversos dinosaurios no avianos con
protoplumas y plumas verdaderas (Beipiaosaurus, Caudipteryx,
Protarchaeopteryx, Scansoriopteryx, Sinornithosaurus,
Sinosauropteryx) , y tiene una edad Barremiense inferior
(125millones de años). Sinodelphys szalayi (literalmente
"utero chino de Szalay") está dedicado a China, país del
que proceden sus restos y al investigador F. S. Szalay. Ha sido
estudiado por un equipo mixto de investigadores chinos (de la
Universidad de Nanjing, la Universidad de Geociencias de Beijing, y
la Academia China de Ciencias Geológicas) y estadounidenses (del
Museo Carnegie de Historia Natural). El único ejemplar conocido de
Sinodelphys, conservado el el Instito de Geología de la Academia
China de Ciencias Geológicas, está casi completo y muy bien
preservado, conservando incluso restos de pelo. Sinodelphys era de
tamaño pequeño (medía unos 25 cm y pesaba entre 25-40 gramos), y
la estructura de sus pies sugiere que era arborícola. La forma de
sus dientes indica una dieta insectívora (insectos y gusanos).
Sinodelphys es el primer metaterio conocido en el Cretácico
Inferior, y por lo tanto, el más antiguo del mundo. Los fósiles de
metaterios más antiguos conocidos hasta ahora procedían del límite
Cretácico Inferior-Cretácico Superior de Estados Unidos (~100
millones de años). Relaciones evolutivas del pariente de los
marsupiales Synodelphys con otros mamíferos (J.I.R.-O., a partir de
la figura original en inglés de Z.-X. Luo & Mark A.
Klingler/Museo Carnegie de Historia Natural). Los metaterios son el
grupo que incluye a los actuales marsupiales (los mamíferos que dan
a luz crías muy inmaduras que luego se alimentan dentro de las
bolsas marsupiales de sus madres, como por ejemplo canguros, zarigüeyas
y koalas) y sus parientes fósiles. Este descubrimiento indica que
hace 125 millones de años ya se habían diferenciado dentro de los
mamíferos los dos grandes grupos actuales: los metaterios y los
euterios (grupo que incluye a los mamíferos placentados, que dan a
luz crías desarrolladas, como los caballos, las ballenas y los
humanos), y que posiblemente estos grupos se originaron en Eurasia.
(Dic. Science, 302, 1934-1940. José Ignacio Ruiz-Omeñaca Área y
Museo de Paleontología Universidad de Zaragoza. Paleontología Hispánica.
Paleontologia de Argentina Web Site).
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